puntadas
Miércoles, 1 de abril de 202, 00:46
Sus pasos eran pesados y flojos. Su postura tampoco era muy recta, sumando el hecho de que sus ojos veían el piso sin interés.
Caminaba como si realmente no tuviese ganas de hacerlo, y era la verdad.
La única razón para seguir era que no estaba lo suficientemente tonto para dormirse en media calle. Sólo debía llegar a su departamento y tumbarse a su cama.
Les presento a Jeon Jeongguk, un azabache sin ánimos de nada. Los motivos por los que hacía las cosas eran simplemente para sobrevivir, como por ejemplo trabajar, comer o ducharse. Todas esas cosas que un humano haría por gusto, él las hacía puramente porque tenía que hacerlo.
No tenía pasatiempos, ni color favorito, gustos musicales, no tenía nada. Si no era en su trabajo como cajero en una cafetería (que le pagaba lo suficiente para comida), se la pasaba solo en su hogar.
Era tal cual un ser sin vida. Tú podías sentir su corazón o ver sus ojos, pero sus latidos nunca cambiaban de ritmo y sus iris estaban tan vacíos.
Él ha interactuado con personas, obviamente debido a su trabajo. Fuera de eso, no le gustaba. Sentía un extraño asco por los seres humanos. Vaya, se puede decir que desagrado es lo único que llega a sentir Jeongguk.
A veces se preguntaba qué estaba mal con él. Pensaba que nació defectuoso, y no tenía que buscar respuestas.
Tal vez desde niño fue así, tal vez no. No recuerda nada después de ese accidente en auto que tuvo con los que, le dijeron, eran sus padres.
Tampoco ha sentido afecto hacia una persona. Si no recordaba haber amado a sus padres, mucho menos sentirá algo por una persona ajena a él.
Varias veces se le han acercado, pero era cuestión de tiempo para que la gente se diera cuenta que no valía la pena.
Él no quería a nadie, y nadie era capaz de luchar contra ello.
¿O sí?
Jeongguk llegó a su edificio luego de terminar su turno de noche, haciéndole un favor a su parlanchín compañero que insistió en que le ayudara esta vez. No tenía nada qué hacer, así que sólo aceptó.
Se quitó sus zapatos en la entrada de la puerta y sin tener hambre, caminó directo a su cama, o por lo menos esa era la idea.
-¿Qué? ¿En serio ni me has notado?
Jeongguk frunce el ceño, no obstante ni siquiera se asusta ante el intruso que entró a su departamento.
Se giró con lentitud y le miró.
Era un chico de cabellos azules y brillantes. Bueno... El chico estaba brillando. Su ropa era en totalidad blanca, exceptuando uno que otro arreglo rosado viejo. Su piel era canela y se veía suave. Un chico tan fino... ¿Qué carajos hacía en su casa y cómo entró?
-¿Quién eres?
-¡Estaba esperando que me preguntaras! -se levantó del sillón en el que estaba sentado, arregló su camisa y dijo con voz elegante-: Soy Eros, dios primordial responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado también como un dios de la fertilidad -sonrió orgulloso por la introducción de su persona.
Jeongguk tampoco se inmutó.
-¿Quieres que me crea eso? -el supuesto dios frunció el ceño ofendido-. ¿Y tu carcaj y flechas?
-¿Me ves cara de tonto? -rodó los ojos y de donde antes estaba sentado tomó lo que Jeongguk dijo junto con un arco-. Obviamente los traigo, y sí soy Eros.
-No son la gran cosa, ¿las has comprado por internet? -el peliazul se vio molesto con aquello que dijo-. ¿No tendrías que ser un niño pequeño alado?
-¿Por qué me estás cuestionando tanto? Tomo la figura que se me dé en gana -cruza sus brazos en su pecho, haciendo un puchero pronunciado-. ¿Acaso no crees que soy es hermoso e inspirador?
-¿Por qué lo pensaría?
-Eres más agresivo de lo que me dijeron.
Se callaron unos segundos, tratando de encontrar qué decir.
-¿Por qué un dios estaría aquí?
El chico sonrió.
-¡Tengo una misión de mi papá! El Eros más anciano me dijo que había una personita muy interesante en la tierra, es mi primera misión importante desde que mi padre me dio las flechas.
-¿Entonces sí eres Cupido?
-Agh -los ojos del peliazul se pusieron blancos por un segundo-. Sí, puedes llamarme así.
-No quiero llamarte así porque no eres un dios.
El chico ya estaba tan indignado por el habla del contrario que se acercó a él y, con una de sus flechas, le apuntó a la cara.
-No voy a enamorar a dos personas al azar solamente para confirmarte que soy Eros, así que tendrás que creerme -a Jeongguk ya no le importó seguir discutiendo con el tal dios-. Mi padre me ha puesto "Kim Taehyung" como nombre humano, si gustas llamarme así.
-¿Cuándo te irás?
-¡Ush, ¿por qué la prisa?! Empiezo a entender la razón de que mi padre me haya enviado -dejó la fecha a un lado-. Vine porque me dijeron que eras un ser frío y sin sentimientos. Sé que es así.
-¿Y si es así qué?
-¡Vengo a hacerte alguien que pueda sentir amor, atracción sexual! Ya que veo que el desagrado ya lo tienes -dijo Taehyung como burla, aunque el azabache no le tomó importancia.
-Suerte con eso, llevo más de diez años sin sentir nada.
-Estás hablando con Eros -el chico moreno sonríe-. Empezaré con mi trabajo mañana.
Jeongguk sólo asintió y se fue retirando lentamente hasta su cama, sin embargo volvió a ver al otro cuando notó que no se estaba moviendo.
-¿No te vas?
-Ne-Necesito -Taehyung voltea a ver al sofá detrás de él- unas mantas...
-No quiero que te quedes.
-¡Pero debo quedarme! Mi padre sólo me envió, no me dió un lugar para dormir o algo por el estilo.
-Para ser dioses no son muy listos.
-Ush, cállate y dámelas.
;;---;;
Eros, o como se le suele llamar ante la presencia del Eros mayor, Cupido entraba por las grandes puertas del templo de su padre. Éste le había llamado para la primera misión importante desde que se convirtió en alguien capaz de manejar el poder que su puesto le daba.
Se encontraba feliz. Tenía sus flechas en su espalda y su arco en su mano, haciendo sus teorías de qué le pediría su padre.
-Hay un humano en la tierra, su nombre es Jeon Jeongguk y él no siente nada -Cupido frunció el ceño-. Tu misión será que eso cambie, no podemos darnos el lujo de que entre tantas personas enamoradas o que son capaces de enamorarse, se quede alguien solo.
Bien, no se escuchaba muy difícil.
-¿Sin embargo?
Siempre había peros.
-Sin embargo no puedes ir y sólo flecharlo.
Cupido se alarmó.
-¿Qué me está diciendo, padre?
-Vas a ir en tu forma humana y ayudarlo. Si lo haces de forma tan brusca tal cual un flechazo, tendrá miedo de lo nuevo. Son sentimientos muy fuertes desde que sus padres fallecieron y él perdió todo el deseo de sentir.
-¿Y por lo menos ya tiene a alguien que será su otra mitad?
-Jamás ha tenido contacto íntimo con alguien así que -el anciano sonrió con burla- esa también será parte de tu misión.
Taehyung sólo asiente un poco estresado.
-Y recuerda, hijo -el menor se sintió intimidado por el tono de voz que usó su padre contra él para decirle-: No te metas con humanos, o ya sabes qué pasará.
;;---;;
Hacer que alguien ame sin usar sus flechas era tan complicado, y más cuando se trataba de Jeon Jeongguk.
Sólo ha estado con él tres días y siente que nunca conocerá a alguien tan frío como es el menor.
-¿No quieres ir a pasear?
-No.
-¿Comer algún helado?
-No.
-¿No puedes acompañarme a la tienda?
-No.
-¡Jeon Jeongguk!
El mencionado volteó a verle.
-¿Qué?
-No estás poniendo de tu parte, no puedo ayudarte a amar solo.
-Eres un dios, ¿por qué no usas tu flecha y ya?
-¡Tengo que ayudarte, no obligarte!
-Técnicamente estás obligándome.
Taehyung calló.
Comenzaba a sentirse como un inútil ante la presencia ajena.
¿Y si no era capaz de hacer a Jeongguk alguien que pueda amar?
¿Y si decepcionaba a su padre?
Oh, no. Claro que no.
Tal vez podría empezar poco a poco...
-¿Jeongguk? -no respondió-. ¿Jeon? -seguía sin hacerlo-. ¿Amigo mío? -nada-. ¿Bebé? -Jeongguk rodó los ojos, pero seguía sin voltear-. ¿Cariño? -Taehyung sonrió-. Amor... -Jeongguk estaba a punto de darse la vuelta para darle la espalda, pero Taehyung dijo-: ¿Papi?
-No vuelvas a llamarme así.
-¡Ahora sí que me pones atención! -Taehyung salta hasta ponerse delante de Jeongguk y sobre la cama-. ¿Tendrás algunos fetiches escondidos?
-No, ya te he dicho que no siento nada. Y el hecho de no sentir no me hace ignorante.
-Bueno, en ciertos temas sí -el peliazul estira su mano hasta el reloj de Jeongguk y se lo pone en su cara-. Apenas van a ser las cuatro de la tarde, y vamos a salir quieras o no -se levanta-. Muéstrame las partes divertidas de Seúl, Jeonggukie.
Y así es como terminaron en un antro.
-Así que aquí es donde los mortales vienen a buscar sexo -inhala el aire, oliendo esos aromas fuertes-. Huele a alcohol y drogas.
-Nunca había olido nada de eso -Taehyung le voltea a ver, no lucía muy sorprendido-. ¿Qué?
-Para tu tipo de personalidad, entiendo que no hayas fumado, tomado o tenido relaciones -caminan lentamente a la barra debido a las muchas personas que pasaban muy cerca de ellos.
Taehyung tenía agarrado a Jeongguk del suéter, siguiéndole para no perderlo.
-Qué bueno que te presté ropa -comenta Jeongguk señalando el jean negro y camisa azul marino que tenía Taehyung puesto, aunque le quedara un poco grande-, hubieras llamado la atención con tu traje de Eros.
-Síp, no quería que las demás personas me notaran -saluda con la mano a la chica detrás de la barra-. Un whisky, por favor.
-¿De donde vienes beben?
-Obviamente, aunque a mi padre no le gusta que beba mucho porque suelo perder un poco el control -recibe su shot con una sonrisa-. Bien, hoy te buscaremos un chico o chica para pasar la noche -Jeongguk frunce el ceño-. ¿Qué te van?
-No lo sé.
-¿No sabes tu orientación?
-Nunca sentí nada.
-¿No has visto películas para adultos y te sientes caliente tu estómago bajo o algo así? -Jeon niega-. Esto va a ser tan difícil... ¡Bien! Mira a esa chica.
Jeongguk se gira a donde el peliazul le señala. Una chica pelirroja con pequeña cintura, pechos medianos pero un gran trasero se encontraba bailando, restregándose a un chico.
-¿Qué?
-¿No sientes algo al verla bailar tan sensualmente? -Jeon solamente atina a hacer una mueca de desagrado. Taehyung bebe una parte de su vasito-. ¿Y al ver al chico moviendo sus caderas al compás de la música? Su entrepierna meciéndose contra-
-Tampoco me gusta.
Taehyung suelta una pequeña risita.
-Perdona la emoción de mi parte, cariño. A mí los chicos me van más que las chicas, pero soy Cupido -guiña un ojo con coquetería-, me va de todo.
Jeongguk no sabe exactamente qué sintió ante el gesto, pero prefería llamarlo como nada.
-Ven, si hoy no encontramos alguna persona para que pierdas tu florecita -Jeongguk rueda los ojos-, tan siquiera vamos a bailar.
-No sé bailar. No quiero bailar.
-¡Pero yo quiero bailar! Sólo mueve tus caderas y brazos al son de la música.
Jeon se le queda viendo con rareza.
-¡Ay, por favor sólo unos segundos y nos vamos!
El pelinegro no se vio muy convencido, pero terminó meciéndose de un lado al otro.
Taehyung sonreía como si no tuviese una misión que cumplir, como si por primera vez después de mucho tiempo no tuviera compromisos ni responsabilidades.
Como si realmente disfrutara el comportarse como humano.
Y por primera vez Jeongguk sintió algo en su pecho.
;;---;;
Una semana.
Ha pasado una semana y Taehyung no ha sentido cambios en Jeongguk.
Él seguía siendo igual de cerrado y frío.
Taehyung era el único que se sentía... distinto.
Es el dios del amor, no obstante jamás se ha enamorado, y aunque así le gustaría seguir... no puede negar que cuando está con Jeongguk su corazón se vuelve loco, su mente piensa con más torpeza y se ha vuelto algo tímido.
No puede negarlo, pero debe ignorarlo porque una de las cosas que su padre le dijo fue que no se metiera con humanos.
-¿Qué tienes? -se sobresalta ante la segunda voz que se escuchó en el departamento.
-¡Jeon-Jeongguk! ¿No ibas a ir a la tienda? -exclama bajando los pies del sofá.
-Ya fui. Duré como veinte minutos -Jeon frunce el ceño-. ¿Te quedaste en la misma posición todo este tiempo? ¿Te sientes bien?
Taehyung asintió.
-Ehm, sí -voltea a ver las bolsas que traía Jeongguk.
-Compré para hacer fresas con chocolate...
-Pensé que nunca tenías antojos o algo así.
-Y no los tengo, las compré para ver el televisor porque hoy no pienso salir.
Kim tampoco tenía muchas ganas.
-¿Me prestas tu celular?
-¿Vas a poner música de nuevo?
El peliazul afirma con un sonidito tierno, así que Jeongguk se lo da.
Mientras Jeongguk saca las fresas y los chocolates en barra, A Kiss de The Driver Era comienza a sonar.
-Es la que pusiste ayer también.
-No conozco muchas canciones, y esta realmente me gustó.
Entre tarareos y comentarios no muy importantes, Taehyung llega a dónde Jeongguk para ver cómo derrite las barras en una pequeña olla.
-It's just a curve upon the lips, the hips
Just the satisfaction of the twist, the twist
Nothing the matter with a kiss, a kiss
Nothing the matter with a kiss, a kiss
Baila moviendo su cuerpo entero y Jeongguk sólo atina a verle casi burlándose.
-Cantas bien.
Taehyung se detiene de la nada.
-¿Mmm?
-Me gusta tu voz profunda cuando cantas -se encoge de hombros-. Pásame las fresas.
Con un leve sonrojo en sus mejillas, lo hizo.
;;---;;
Tres semanas, y aunque Taehyung no quería admitirlo, cambios comenzaban a verse en el menor.
Cada que salían, era capaz de notar pequeñas sonrisas en los labios de Jeongguk, o cómo han estado hablando de hacer varias cosas juntos, como si Jeon sí quisiera salir.
Ha visto que Jeongguk está sintiendo poco a poco la adrenalina de los videojuegos o la satisfacción de comer algo realmente rico.
Taehyung no sabe si alegrarse o sentirse triste.
Por una parte su amistad estaba siendo una de las mejores cosas que le pasó en toda su vida, ni en el templo de Eros era tan feliz, no tan feliz como cuando habla con Jeongguk o simplemente pasan el rato juntos.
Pero, si Jeongguk se vuelve alguien completamente capaz de sentir y enamorarse, entonces su tarea habrá terminado.
-Ya puedes usar el baño, Taehyung.
El mencionado se sobresalta, tenía el control de la televisión en sus manos y el aparato estaba prendido reproduciendo un canal de cocina, sin embargo él no le estaba poniendo nada de atención.
-A-Ah... -se gira con el fin de ver al chico pelinegro. Éste se encontraba secando su cabello con una pequeña toalla y viéndole con el ceño fruncido-. Sí, ya voy.
El otro se va a su cuarto y él caminó al baño con una toalla y un cambio en mano.
Hoy no harían nada ya que en un rato pasarían un maratón de un drama que a Taehyung le gusta, por lo que solamente estarán tumbados en el sillón comiendo lo que sea que haya en la cocina.
Y aunque Taehyung amaba salir a beber, ir a jugar al parque o a cenar a algún lindo lugar, quedarse en casa y sentir esa paz del hogar le gustaba mucho más.
Aunque no fuera su hogar, comenzaba a sentirlo así.
Más con la presencia de Jeongguk.
Sus ojos se cristalizaron. Cada vez estaba reprimiéndose menos.
Nunca ha sido sentimental, aunque la vida de un dios no es fácil y ha llorado tantas veces hasta dormirse, ahora tenía el deseo de tumbarse a llorar porque, siendo el dios del amor, estaba jodidamente confundido.
Luego de ducharse y cambiarse con algo de ropa de Jeongguk (como siempre), sale moviéndose el cabello con las manos.
No veía a Jeongguk en la sala, así que adivinó que estaba en la cocina.
-¿Qué estás cocinando, Ggukie? -canturrea llegando a la barra. Jeongguk estaba de espaldas a él.
-Sólo estoy haciendo algo de ramen para ver la televisión -dijo aún sin voltearse.
-¿Tienes bebidas?
-Traje jugos...
Taehyung hizo un puchero.
-¿Y el vodka?
-Nop, hoy no -se da la vuelta dejando un plato delante del mayor y le regaña suavemente con la mirada-. Ayer salimos al bar y terminaste con una gran resaca en la mañana, así que descansaremos del alcohol.
-Me sorprendió tu aguante con el alcohol.
-No es nada del otro mundo.
Taehyung tomó los palillos y con un rápido movimiento comió una parte de sus fideos.
-Está picante...
-Sé que no aguantas mucho el picante, no le puse mucho -levanta una ceja y, sin quererlo, pregunta de una forma tierna-. ¿Está muy picante? Puedo hacer otro...
Taehyung casi se derretía de lo bonito que se vio Jeongguk.
-No te preocupes, no está tan picante -responde enfatizando el "tan".
Jeon sólo asiente y come también.
Luego de unos minutos, olvidándose del maratón y hablando entre sí, Jeongguk comenta:
-¿Sabes? Cuando te conocí pensé que eras irritante, caprichoso y un poco malcriado...
Taehyung sonríe.
-¿Y...?
-Y tenía razón.
Se le borró la sonrisa, provocando un puchero del cual Jeongguk se burló.
-Pero me gusta estar contigo, después de todo.
-¿Gustar del... poder sentir algo por fin?
La vista del azabache se pierde en el plato, se notaba inseguro de contestar.
-No lo sé... Creo que sí, ¿no? Si me siento bien contigo, entonces ya estoy sintiendo algo.
El peliazul sonríe de lado, no sabiendo si debía sentirse orgulloso de sí mismo.
-Ahora sólo falta que te enamores -comenta al aire, volviendo a poner fideos en su boca.
-¿Y qué pasará después?
Taehyung no respondió.
;;---;;
Un mes y tres días.
Jeongguk ya era capaz de reír.
No, ya no eran sólo sonrisas.
Taehyung se cayó cuando quiso imitar una pose de yoga debido al aburrimiento y Jeongguk se soltó riendo de él, ¡hasta se secó una lágrima falsa!
Y aunque Taehyung se indignó, tiene que admitir que la risa del azabache es una de las mejores cosas que había escuchado en su vida.
Por desgracia, le gustaba Jeon Jeongguk.
Aún cuando su padre le dijo que no se metiera con humanos, él se rindió ante los encantos de uno.
El dios del amor se siente a los pies de un mortal.
Ese día iban a salir al cine para ver una película a petición del menor. Taehyung ya se encontraba listo con su propia ropa.
Decidieron un día comprarle ropa de la talla del mayor y eso hicieron. Ropa colorida, para nada comparable con la de Jeongguk, mayormente de tonos oscuros.
Vestía una camisa rosada, unos pantalones blancos y unas converse. También Jeongguk le compró un esmalte como regalo por primer mes conociéndose (algo que sorprendió mucho a Taehyung) luego del que el peliazul haya dicho que le llamaba la atención las uñas pintadas.
Y ahora sentía que sus uñas estaban tan bonitas con ese tono beige.
-El bobo se está tardando demasiado en alistarse -rueda los ojos y decide ir a llamarle.
Lo primero que una persona normal haría cuando va a entrar a una habitación ocupada sería tocar, sin embargo Taehyung no era una persona normal, y se encontraba en confianza.
Así que abrió la puerta sin previo aviso, encontrando a un Jeongguk con el torso descubierto.
-¡Tae-Taehyung!
-¡Perdón, perdón! No fue -cerró la puerta rápidamente- intencional, sólo...
-Espérame unos minutos -dice Jeongguk del otro lado de la puerta.
-S-Sí.
Con pasos lentos y silenciosos, Taehyung volvió a sentarse en el sillón.
La imagen mental se repetía en su cabeza una y otra vez.
Jeon Jeongguk se lo tuvo guardado tanto tiempo.
Recuerda su abdomen marcado y piel un poco más pálida en la zona, cómo unas pequeñas gotas del cabello del menor se deslizaban por todo su cuerpo...
Demonios.
Nunca había visto a Jeongguk más allá de las camisetas, ahora se sentía débil.
Sentía un calor en su estómago bajo. Sí, ese que le dijo a Jeongguk que uno siente al-
-No no no.
Y entonces prendió la televisión.
-Taehyung, ya estoy listo -Jeongguk sale de su habitación, sin embargo se queda viendo al televisor-. Mmm, ¿qué haces viendo gatitos y perritos jugando?
-Tenía ganas de algo tierno -la apaga luego de sentirse... bien-. ¿Nos vamos?
;;---;;
Un mes y veinte días.
Ya casi cumplían los dos meses juntos, y por fin Taehyung sintió que empezaban los días difíciles.
Eso pasó cuando, en una visita normal al club, Jeongguk le dijo:
-Ese chico de allá se me hace lindo, ¿eso está bien?
Un pequeño pedazo de su corazón se destrozó.
-Ehm, de hecho sí -contesta con una sonrisa, o un intento de ella-. Creo que deberías de ir a hablarle.
-No sé hablar con la gente.
-Sólo comienza una conversación de quién es o de dónde viene -Jeongguk no estuvo muy seguro de eso-. Anda, o te arrastraré hasta él.
-Bueno, bueno...
Y le vio alejarse.
No tuvo tiempo de lamentos, aunque tenía unas enormes ganas de quejarse y patalear. Alguien tomó de su brazo y se lo llevó hasta los baños.
Queriendo ver quién era entre tanta gente, divisó una cabellera roja. Entonces su cuerpo se sintió frío.
¿Qué...?
Agradeció que nadie estaba en los baños en ese momento, aún cuando habían demasiadas personas.
-¿Qué haces tú aquí? -pregunta sin rodeos y zafándose del agarre.
-Vine a avisarte que tu tiempo se está acabando y -el chico hace una mueca lastimera- creo que te atrapé, sé sobre tus sentimientos hacia ese mortal.
-¿Qué? ¿Cómo podrías saberlo?
-Somos ayudantes del dios Eros, podemos saber cuándo los ojos de alguien brillan con ilusión o toda esa vibra rosada a su alrededor -explica con tono obvio.
Taehyung se sintió expuesto.
-Hoseok yo-
-Por más que quiera tu felicidad, Taehyung... Entre todos, escogiste a un mortal, y sabes que eso no está permitido.
El semblante de Kim recayó, su ser se vio cansado y triste de la nada. Sabía que algún día llegaría el día en que alguien se lo encarara. No podía ocultar sus emociones, no con personas unos escalones más arriba de su poder.
-No te preocupes por eso -hace un ademán restándole importancia al asunto-. Jeongguk fue a con un chico de por allí.
-¿En serio? ¿Lograste que comenzara a tener sentimientos?
-Tú lo dijiste, Jung Hoseok -se encoge de hombros y dice-: Mi tiempo aquí se está terminando.
;;---;;
Al día siguiente se encontraban juntos viendo alguna cosa que pasaba por la televisión.
Los chicos estaban viendo a las señoras cocinar y aunque el ambiente estaba callado, la verdad es que la mente de ellos no estaba específicamente en el programa.
Jeongguk estaba concentrado en analizar por qué Taehyung, alguien tan llamativo y brillante, estaba con ese porte serio y aburrido.
-¿Hoy quieres salir a alguna parte?
-No... Hoy me quiero quedar aquí.
Jeongguk sólo asintió. Eso no era nuevo, así que seguramente no le pasaba nada a su peliazul amigo.
-Ayer que me acerqué a hablar con ese chico -por fin tuvo la atención del contrario- fue, bueno, normal. Se notaba que estaba coqueteando conmigo, pero no supe cómo seguirle el juego.
-Ah... Cierto, no te hablé de eso -baja sus pies de la mesa que se encontraba en el centro y voltea su cuerpo a dirección del azabache-. Cuando vas a hablar con alguien, el coqueteo debe salir natural, nada forzado. Si no te sale decir palabras cursis o frases ingeniosas, trata de ser sensual con tu cuerpo. Tal vez manteniendo el contacto visual, rozando sus piernas o brazos. También llega a funcionar el sonreír mucho o centrarse en los labios ajenos. Muchas veces dice más nuestros cuerpos que nuestra boca, por lo que llega a ser más atrayente el coquetear de esa forma que soltando palabras.
Jeongguk asintió no muy convencido, pero no quería seguir escuchando. No cuando Taehyung se veía tan desanimado. No le gustaba verle así.
-¿Te pasa algo?
-¿Uh? -frunce el ceño y dice con una sonrisa-: Claro que no.
Creo que es la sonrisa más falsa que he visto.
Tampoco quiso seguir preguntándole, seguro la respuesta iba a ser siempre la misma.
No estaba acostumbrado a estos sentimientos de impotencia cuando alguien parecía estar triste y no sabes qué hacer.
Así que dijo lo primero que pensó:
-¿Qué hay de un beso?
-¿Q-Qué?
Jeon se sintió levemente confundido ante el tartamudeo y el creciente sonrojo en las mejillas ajenas. ¿No era algo pequeño para el dios del amor y el sexo?
-Bueno, si quiero enamorarme de alguien tendré que aprender a besar. ¿Cómo se hace?
-E-Eso no puedo ayudarte, tienes que buscar tu forma de besar, con la que te sientas más cómodo.
-Por favor, ¿voy a besar a alguien sin saber?
-¿Qué estás tramando, Jeon Jeongguk?
El pelinegro sonríe ladino en el momento en que nota que el aire de tristeza en Taehyung se iba poco a poco.
-Sólo enséñame a besar bien, no durará mucho.
-Es-Estás loco -confirmó levantándose de su lugar.
No deseaba imaginarse ese escenario. Si se siente tan tímido y débil con el contrario cuando sólo hablan, no quiere pensar en cómo reaccionaría si se besan.
-¿Eros tiene miedo de un beso?
Taehyung se detuvo.
Tengo tanto miedo de las consecuencias.
Pero era un dios, y no tenía por qué tener miedo.
Además, para Jeongguk sólo será un simple beso.
Para Jeongguk...
-Bien -vuelve a sentarse, esta vez un poco más cerca del otro-. Pero tú vas a obedecerme. No tendré el control de esto, así que tienes que escucharme, ¿está bien? -el menor asintió y Taehyung bufó-. Levántate, será más cómodo si lo hacemos parados.
Entonces se pusieron sobre sus pies.
-Depende de la persona que te encuentres es cómo te posicionarás. Cuando tomas de las mejillas al besar suele ser más íntimo y cuando es por las caderas suele ser algo más sensual.
Tomó las manos de Jeongguk sintiendo cosquillas en todo su cuerpo debido a los nervios y las colocó en su cintura.
-Como soy yo, ponlas aquí...
-Está bien, ¿tú?
-Yo las colocaré alrededor de -lo va haciendo con lentitud- tu cuello.
Ahora se encontraban frente a frente, separados por un par de centímetros de altura y espacio.
-Lo primero que tienes que saber es que, otra vez, todo tiene que ser natural. Trata que haya mordidas y movimientos lentos, satisfacen mucho -Jeongguk asiente-. T-Tú sólo sígueme si te pierdes, pero no tardes en tomar el control de nuevo.
Santos cielos, ¿en serio estaba a punto de besar a Jeongguk?
¿Será alguna fase de su misión en verdad?
Se acercó levemente, dejando sus vista fija en su boca ya que sentía que si le miraba a los ojos toda valentía se iría.
Lo primero que hizo fue unir sus labios en una leve presión.
Sólo con eso pudo sentir que todo a su alrededor quedaba en segundo plano, su estómago se contrajo de nervios y su aura rosada seguro estaba loca.
Hizo eso un par de veces, escuchando los chasquidos que provocaban al romper el pequeño contacto.
Sin embargo y tomándolo por sorpresa, Jeongguk lo acercó más a él. Sintió cómo el azabache abría lentamente su boca y él hizo lo mismo. Capturó entre sus dientes su labio inferior y lo mordió.
Pudo sentirse derretir cuando escuchó un pequeño gruñido salir de su garganta.
Y todo se salió un poquito de control.
Taehyung seguía mordiendo y Jeongguk igual se lo hacía una que otra vez, disfrutando los sonidos satisfactorios que soltaba el peliazul.
Hubo un momento en que éste no pudo contenerse, así que sumó su lengua al beso, encontrando la del mayor con rapidez.
Todo se estaba poniendo un poco subido de tono.
Jeongguk dio un par de pasos hacia atrás, sin tener muy en claro que el sofá estaba detrás de él. Cayó, y Taehyung con él. Sus piernas se pusieron en sus costados, los brazos del mayor se quedaron en su cuello pero Jeongguk bajó un poco más sus manos, tocando su espalda baja sin querer llegar a más.
Jamás había besado, pero sin duda alguna ese beso debía de ganarle a muchos otros.
Sentir cómo sus lenguas se acariciaban, sus labios besaban los contrarios, tan suaves. No podía pensar con claridad, no si Kim seguía soltando esos jadeos pequeños que le estaban sacando de cordura.
Y si antes era un ser humano capaz de sentir emociones, ahora estaba sintiendo de todo.
Pero todo tiene su fin, y el del beso llegó cuando sintió caliente su parte baja, junto con otra cosa la cual creyó jamás despertaría de esa forma.
-Mgh.
-T-Tae...
-¿Hm? -respondió aún en su regazo, aún meciéndose sin saberlo.
-P-Para... -tomó de sus hombros y lo separó de sí mismo, lo suficientemente fuerte para que no se acercara más, lo suficientemente lento para que no se cayera.
Taehyung cayó en cuenta.
Acaba de convertirse en la decepción de su padre.
-¿Taehyung? -le llama, pues de la nada el chico parece haber visto un fantasma. Se veía pálido, se veía aterrado.
Lo estaba.
Se levantó casi de un salto, por poco se caía. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.
Jeongguk empezaba a alarmarse. No parece que la gente debería de actuar así después de tal beso.
La primera gota cayó.
-Demonios -el rostro del mayor se escondió entre sus manos, queriendo detener el llanto que le había llegado.
-¿Q-Qué pasa?
-¡Re-Regla número uno! ¡Carajo! -su garganta dolió, pero aún así gritó-: ¡No te metas con un mortal!
Jeongguk se quedó anonadado, ¿en serio dijo eso?
No fue capaz de detenerle cuando corrió a su propio cuarto y se encerró. No fue a ver cómo estaba, aunque lo adivinaba, desde aquí se escuchaba el llanto desgarrador de Taehyung.
No salió.
;;---;;
A la mañana siguiente Taehyung no se encontraba en ningún lado.
Ni en la cama de Jeongguk, el baño o la cocina.
Tampoco estaban sus cosas, las que traía cuando llegó.
En serio se había ido.
Jeongguk dejó caer su cuerpo en todo el sofá, sintiendo esa tristeza tan característica de él volver después de tanto tiempo.
Y tal vez ahora podía sentir, pero no le gustaba tener esas emociones de depresión.
Extrañaba a Taehyung y no había pasado un día desde que se fue.
Extrañaba su sonrisa rectangular, sus pucheros, su brillante ser y la forma en que jugueteaba por todo el lugar que visitaban.
Le gustaba Taehyung, y demasiado. Él fue el que le ayudó a sentir esas mariposas en el estómago por primera vez, bueno, eran más como abejas asesinas.
Cuando se animó a dar ese paso de besarle... el chico huyó. Dios, aún recordaba esa sensación de tenerlo en su regazo, moviéndose y besándole tan bien.
Era tan bonito, se había relacionado con alguien tan hermoso como lo era Kim Taehyung. Pero eso no significaba que el otro sintiera lo mismo por él.
Ese fue el primer rechazo de su vida y dolía, mucho.
No sabe explicar por qué antes no podía enamorarse, sin embargo ahora quiere quitarse la capacidad de hacerlo.
Si Taehyung no volvía para hacerse cargo de todas las emociones que le hizo sentir, entonces no quería sentirlas con nadie más.
;;---;;
Dos semanas.
Taehyung seguía sin aparecer.
Jeongguk volvió a su estilo de vida anterior, con el notable cambio de que ahora se sentía peor. Más muerto y deprimente.
Seguía sin poder olvidar a ese peliazul, tanto que cuando miraba ese color sólo quería tenerlo de nuevo con él.
Si no le hubiese pedido que le enseñará a besar esto no hubiese pasado.
;;---;;
Luego de un mes, Jeongguk volvió un día normal de su trabajo y le vio allí, acostado boca abajo en su sofá.
Vestía un jean negro y una camiseta roja, su cabello ahora era castaño.
¿Qué había pasado?
-Luego de un mes desaparecido vienes y te tumbas a mi sofá.
Taehyung se levantó despacio del mueble, como si un movimiento en falso pudiese romperlo.
-Hey...
-No me digas sólo eso, ¿por qué te fuiste de la nada?
Taehyung le sonrió ladino.
-Lo lamento, yo... creía que me habían hecho daño antes, pero nunca nadie me dejó tan dolorido -susurró, tan destrozado y perdido.
La imagen hizo a Jeongguk quedarse quieto, queriendo analizar todo de Taehyung ahora mismo.
-No puedes venir después de todo este tiempo y sólo decir que estás triste sin pensar en cómo me siento yo -frunció su ceño, comenzando a soltar palabras sin tenerlas muy claras.
Taehyung bajó su mirada desde el rostro del menor hasta el suelo.
-Tus palabras... cortan como un cuchillo ahora -sonríe-, necesito a alguien que me devuelva a la vida.
Se levantó del sofá y se acostó en su recarga brazos, delante del menor pero sin verle.
-¿Qué quieres?
Jeongguk sentía que estaba hablando demasiado burdo, como si una especie de instinto de autoprotección se activase al ver a Taehyung ahí.
-Tengo la sensación de que estoy yéndome a pique, Jeongguk -su garganta se cerró, y cuando siguió hablando se le escuchó destrozado-. Mi padre, de al-alguna manera se enteró de... -sus ojos comenzaron a cristalizarse-, pero sé que conseguiré salir con vida, ¿no?
-¿De qué estás hablando?
-¡Se acabó, Jeongguk! -y por fin se puso de pie, sobresaltando al mencionado. Mirándole a los ojos, Jeongguk notó que no tenían ese brillo de antes-. ¡Mi padre se enteró que me gustas y él...! ¡Él me quitó todo! ¡Lo perdí todo! ¡No tengo mi carcaj ni mis flechas! ¡Mis poderes! S-Soy un mortal -lo último lo dijo en un tono tan bajo, tan triste.
El corazón del Jeongguk comenzó a dolerle por ver esos ojos deprimidos y soltando lágrimas sin parar.
-Tal vez si dejo de llamarte "mi primer amor" y sigo adelante... Mi padre pueda perdonarme... -con lentitud fue deslizándose hasta el suelo, incándose-. Me ves desangrarme hasta que no puedo respirar, temblando, cayendo de rodillas, y ahora que estoy sin tus besos, ni siquiera tú me quieres aquí -se abrazó a sí mismo-. Necesitaré puntos de sutura.
Jeongguk se apresuró en ponerse al lado de Taehyung. Él era la misma persona de antes, el que sonreía con tanta facilidad y le inspiraba en sentir. Él era el chico que le ayudó a enamorarse, debía de... ayudarle.
-Taehyung, por favor tranquilízate. Todo está bien, todo estará bien.
-Tropezándome conmigo mismo, doliéndome, suplicándote que vengas a ayudarme -parecía que no le escuchaba, como si el dolor le llegara por todo su ser y le impidiera pensar con claridad.
Jeongguk le tomó de sus mejillas, obligándolo a mirarle. Taehyung por fin lo notó.
-¿Amor, podrías por favor calmarte? Estás bien.
Los ojitos ajenos se abrieron un poquito más, demostrando su sorpresa.
-Como una polilla atraída por la llama... tú me lanzaste el anzuelo, Ggukie -se relamé los labios, probando de sus propias lágrimas pero no le dio importancia-. No podía sentir el dolor aunque tu amargo corazón estuvo ahí, frío ante la caricia... Ahora, voy a rasgar lo que cosí, voy a... ser mejor. No lo sé, me dejas enfurecido, sólo quiero... que este dolor acabe. Aguja e hilo, tengo que sacarte de mi cabeza -Jeongguk negó y Taehyung no perdió ese movimiento-. Voy a terminar con esto de una vez por todas -se levantó siendo seguido por el menor.
-¿Podrías explicarme?
-Le diré a Hoseok que te cruce con alguien más, ya eres capaz de amar, Jeongguk.
-¿Con eso piensas que tu padre te regresará tus poderes?
-Bueno, es algo obvio, ¿no?
Jeongguk ladeó un poco la cabeza, sonriendo.
-Entonces no te gusto, no me quieres lo suficiente. Por más que me hayas ayudado a enamorarme, y que lo haya hecho de ti... No tiene sentido, ahora quieres alejarme.
-Yo no soy un mortal, Jeongguk. No sé si seré capaz de ser feliz sin todo lo de antes. Trabajé tan duro para tener mis flechas...
Ahora era el turno de Jeongguk de aconsejar al otro.
No era un experto en eso, pero hizo lo que pudo cuando con todo el cariño posible tomó a Taehyung en sus brazos.
-Taehyung, yo podría hacerte feliz si me das la oportunidad. Además... no necesitas unas flechas para poder ser poderoso -el otro le vio a los ojos, confundido-. Te recuerdo que tú me ayudaste sin necesidad de flechas ni poderes. Tú puedes ser genial aconsejando sin eso. Sumando el hecho de que -de un movimiento Jeongguk colocó a Taehyung sobre la barra, poniéndose entre sus piernas y abrazándole de la cintura- podrás estar conmigo.
Taehyung quiso llorar de nuevo, sin embargo no era por tristeza. Se sentía tan bonito y querido entre los brazos de ese chico.
Tal vez... la verdadera forma de ser feliz era así.
Después de todo... le encantaba Jeongguk. ¿No le dijo Jeongguk que sentía lo mismo por él?
Su padre no podía borrarlo totalmente del mapa, y él era perfecto sin flechas ni poderes.
-¿Taehyung? -Taehyung hizo un sonidito de que le estaba escuchando, totalmente encantado del apodo-. Te quiero.
Taehyung sonrió.
Síp, la felicidad estaba entre sus brazos.
Repartió pequeños besitos en los labios del menor, quien los aceptó con una sonrisa de boca sellada.
-Yo también, Ggukie.
Se quedaron viendo así, a los ojos. A veces descendiendo su mirada a otras partes. Jeongguk se encontraba examinando esos lunares y Taehyung veía con atención sus facciones rudas.
-Me gusta el castaño -y se rieron.
;;✚;;
la verdad no me convenció el final, y también no sé nada de dioses o eros, no quise poner mucho de eso xksksks si me equivoqué en algo, pueden decirlo pero no lo cambiaré. perdón, las tqm.
por cierto, sé que la cuarentena es aburrida y todo, a mí me está afectando más de lo que creí. me he sentido sin ganas y todo, pero... creo que escribir me ayuda, además estoy viendo una serie muy interesante jsjsjs ¿me recomiendan alguna película o serie?
encuentren algo qué hacer y cuídense mucho uwu
♡
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