Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

001. the voices

CAPÍTULO UNO
▬ ❝ las voces ❞ ▬






















DI UN RESPINGO AL SENTIR COMO ALGUIEN ZARANDEABA MI BRAZO CON CUIDADO, haciéndome dar un pequeño salto en mi lugar al estar concentrada en otra cosa que claramente no era en el habla de mi madre. Le di una débil sonrisa y seguí con la mirada al frente, dando gracias a dios que no debía de ir atrás, ya que estaría más dormida que despierta y mis pesadillas divagarían por mi mente dormida.

Aún que ya no esperaban hasta que cerrara los ojos para dormir, ahora hasta despierta estás me atormentaban.

—¿Qué sucede, Sky? Pareces distraída desde que bajaste del avión, cielo —mamá no separó su vista de la carretera, solamente me observaba una que otra vez de reojo para entablar alguna conversación.

Suspire y sonreí sin mostrar los dientes sin querer preocuparla—. Estoy bien, mamá, solo algo cansada. El vuelo fue algo... duro.

Mamá chasqueo la lengua—. Debimos mandarte en un vuelo de primera clase cariño, pero no encontramos ninguno que saliese ya mismo para acá.

—No te preocupes ma', igual no fue tan malo.

Tan malo se quedaba corto con las cosas horribles que aparecían en mis sueños, murmurando y alegando que debía cortar hilos y si soy sincera, jamás había oído cosa más absurda que eso.

¿Cortar hilos?

—¿Tomaste tus pastillas para dormir?

No, no lo hice desde que se fueron de Nueva York y me dejaron ahí. Pensé, pero no lo dije. Sabía que por algo me habían hecho quedarme en la ciudad y por una parte lo agradecía, así podía no tomar las pastillas de insomnio y así evitar caer bajo los brazos del morfeo.

En vez de dormir, dejaba a mi cabeza divagar por todos y cada uno de mis muchos pensamientos, cada uno de ellos más loco que el anterior. Papá decía que ese era un don maravilloso mío; mi increíble y enorme imaginación.

Por que las preguntas de "¿Y si...?" Eran muy frecuentes en mi consciencia, por que cada suceso que ocurre es una iniciativo para mi cerebro de crear mil y un escenario a posibles, unos más oscuros que otros.

—Eh, si —afirme, recargando mi brazo sobre la ventana, desviando la mirada hacia los árboles que aparecían por el camino. Quería desviar el tema de una manera sutil para que mamá no llegara a notarlo, ni quería que se preocupara por una boba adolescente paranoica y con una imaginación realmente grande rápidamente encontré una salida muy fácil para lograrlo—. Por cierto mamá, la tía Kate me envió un mensaje de texto antes de que subiese al avión. Dijo algo sobre vernos antes de que Allison y yo cumplamos años.

—De acuerdo, cariño —asintió mamá, esta vez entrando a una zona repleta de casas, dejando atrás el bosque y lo que esté contenía. Por que las mismas palabras de ¿y si? Se hacían presentes en mis pensamientos.

Dios, solo necesito dormir.

NO PUEDO CREER CUANTO TE EXTRAÑEoí el chillido de Alison al principio de las escaleras del porche de la casa con una sonrisa enorme—. ¡Saca tu trasero del auto y abraza a tu melliza, mujer!

No pude evitar reír con ganas y salir del coche con rapidez, obedeciendo por primera y última vez a la pelinegra frente a mí que resultaba ser mi loca pero linda melliza. No pasaron ni cinco segundos de abandonar el auto de nuestra madre cuando ya tenía a Alison sobre mi, abrazándome con mucha fuerza pero a la vez cariño.

—Cuidado, vas a tirarnos —solté con diversión, riendo y aferrando mis manos a su espalda—. Además, apenas fueron unos cuántas semanas.

—Minutos, horas, días, semanas o hasta años serán muchos sin mi otra mitad a mi lado —murmuró aún con la emoción a flor de piel.

Aveces pensaba en que hubiera pasado si no tuviese a Alison conmigo, y era algo que me aterraba por qué al igual que con el resto de cosas el "¿y si?" Llegaba a mi cabeza como un huracán y terminaba conmigo por días, al igual que la idea de perder a uno de mis padres.

—La verdad yo también te extrañé —le susurre, comenzando a separarme del abrazo poco a poco.

—¡Tengo tanto que contarte! —chillo—. Ni siquiera sé por donde empezar, en serio necesito que comiences las clases, seguramente estarás en mi salón y conocerás a todos mis  amigos y a... bueno, ya lo verás.

Alison tenía una sonrisa brillante en el rostro, lucia realmente feliz de estar en este pueblo. Yo atiné a imitar su sonrisa pero más pequeña, mientras asentía. Si ella pudo adaptarse yo igual llegaré a hacerlo... ¿cierto?

—¿Tus cosas están en la cajuela, cariño? —preguntó papá saliendo de la casa con una sonrisa enorme.

Asentí recibiendo un beso sobre mi cabeza por parte de mi padre, quien parecía igual que el resto de mi familia feliz de que hubiese llegado.

—Vayamos a nuestra habitación.

La pelinegra tomó mi mano de nuevo y jalo de esta para adentrarnos a la casa la cual sería mi nuevo hogar por un tiempo indefinido.

Subimos por las escaleras del lugar siendo seguidas por mi padre, quien se encargaba de subir mis dos maletas mientras alegaba que quería recibirme como me lo merezco.

Y esos pequeños detalles me hacían amarlo más que antes.

—¡Y aquí está! —la puerta blanca se abrió de par en par, dejando ver una habitación ciertamente con mucha amplitud, dos camas a los extremos del cuarto y una gran cajonera en medio de estas.

El ropero estaba del lado de la cama que según creía era de Alison ya que era la que llevaba sus pertenencias encima, mientras que la mía daba a la ventana dándome algo de luz.

—Es linda —atiné a decir sin borrar la sonrisa sellada de mis labios.

—Te deje el lado de la ventana, creí que te gustaría para tus dibujos.

¿Ya les había dicho que amaba a mi melliza con todo mi corazón? ¿No? Pues ahora si que se los digo; la adoro.

Aún tenía algunas cajas de la mudanza ahí, pero eso no le hacía daño al lugar. Me extrañaba que mamá no hubiese presionado a Ali para que comenzara a deshacerse de ella, pero supongo que debe de estar atareada con todos los cambios que tiene el mudarse de manera repentina.

—Tus cosas señorita.

Papá entró al cuarto, dirigiéndose a la cama del lado de la ventana en donde depositó mis dos maletas sobre esta con cuidado por si llevaba algo frágil.

—Gracias papá —agradecí yendo hacia la cama, dejándome caer en la cama soltando un suspiro relajante al sentir que mi espalda se relajaba ante el suave tacto del colchón con esta—. Aunque yo pude haberlas subido, no están tan pesadas.

—Ese "tan" ya es preocupante, cariño —dijo él, cruzándose de brazos mientras mi melliza soltaba una pequeña risa.

Cerré los ojos un momento, disfrutando del ambiente familiar que rodeaba la habitación. Era realmente hermoso y no sabía cuánto había extrañado estos momentos las últimas semanas hasta hoy.

Papá aplaudió una vez, llamando mi atención y un respingo por parte de Alison—. De acuerdo, niñas, vayan a lavarse las manos por que la comida ya está lista, vamos, vamos.

Alce los brazos para que mi padre los tomara como cuando era pequeña –desde entonces lo hace– y oyendo una risa de su parte caminó hasta el extremo de la cama y jalo de mis manos para alzarme de la cama.

—Listo, cariño —dejó de nuevo un beso en mi frente—. Me alegra que estés en casa.

—Papá, por Dios, deja de atosigarla. ¡Ahora me toca a mi!

Y sin dejarme hablar, Alison de nuevo jalo de mi brazo hasta el baño para así hacer lo que nuestro progenitor nos había pedido entre risas.

NO SABÍA CON EXACTITUD QUÉ HORA ERA, pero parecía ser bastante noche por la posición de la luna que se reflejaba a través de la ventana abierta del cuarto.

Podía oír la suave respiración de mi hermana desde aquí, sabiendo que estaba profundamente dormida así que no notaría que mis ojos estaban tan abiertos como de costumbre. Aveces odiaba el insomnio, pero era difícil pegar el ojo si cada vez que intentaba dormir las voces susurrantes se hacían presentes casi rogándome que cortara del hilo que dios sabe que signifique.

¿Qué si me preocupaba? No, claro que no. Solamente eran sueños con voces terriblemente espeluznantes que no dejaban descansar a esta linda pelirroja.

—Mierda —me senté de golpe en la cama, oyendo a lo lejos algo así como un disparo. Fruncí el ceño, ¿qué fue eso?

Hubiera creído que estaba delirando por la falta de sueño, pero de nuevo dos disparos más se hicieron presentes y fue cuando sentí que me tensaba.

Desde pequeña había tenido una muy buena y desarrollada audición, a mis padres no les sorprendía en realidad, decían que quizás venía de familia y preferí creerles a crearme mil y un ¿sabías que? Dentro de mi cabeza.

De ahí, un ruido en la parte de abajo de la casa se oyó, por lo que negué a quedarme en cama. Había veces que mi curiosidad podía hacer muchas cosas, como por ejemplo, ponerme en peligro.

Saque las sábanas que cubrían a mis piernas y me levante con cuidado de mi cama, colocándome mis pantuflas en el transcurso y abrazándome a mi misma para evitar que se notasen mis senos debido a la falta del sujetador. Aparte del frío, pero era extraño de que en cierta manera jamás llegase a sentir realmente frío en algún año de mi vida.

Jamás lo comenté, no le presto mucha importancia a datos como "no siento frío".

Eche mi trenza mal hecha hacia mi espalda y comencé a caminar tratando de no chocar con alguna de las cajas esparcidas en nuestra habitación.

Abrí la puerta con cuidado, echándole una última mirada a Alison quien bien podía estar en el séptimo sueño, por lo que salí del cuarto para asomarme por el barandal de las escaleras, intentando ver algo entre toda esa oscuridad.

Hasta que, efectivamente, logré ver a alguien conocido; Chris Argent, mi padre, bien vestido con un maletero en su mano derecha y dispuesto a salir de casa.

Mi ceño sin quererlo se frunció aún más.

—¿Qué pasa? —cuestione haciendo que mi padre diese un respingo y se girase hacia mi de manera rápida.

—Tu tía Kate me mando un mensaje —abrí mi boca ligeramente, recordando el mensaje que Kate me había enviado antes de tomar mi vuelo hacia acá—. Voy a recogerla.

Ladee la cabeza ligeramente—. Son las dos de la mañana, creo. ¿Está todo bien?

—Si, si. Tiene un problema con el auto —asentí poco a poco, eso tenía coherencia.

Esta mintiendo, todos mienten.

Pestañee varias veces, mirando a mis lados por entre los pasillos que daban a mi recámara y a la de mis padres los cuales estaban oscuros y desolados.

No encontré rastros de alguna persona que pudiese haberme hablado, menos si sentí que me lo susurraban en el oído.

Genial, estoy volviéndome una total loca. Era lo único que me faltaba.

—¿Algo grave? —formule, volviendo a mi antigua posición e intentando ignorar la voz dentro de mi cabeza.

—No —negó él—. Un neumático pinchado. Vuelve a la cama, cielo.

Están mintiendo en la cara. Vuelve y corta. Corta los hilos. Corre.

Relamí mis labios temerosa y me di media vuelta yendo de nuevo a mi cuarto haciéndole caso a mi padre. Sentí que mi respiración estaba algo agitada, y que mis manos temblaban ligeramente.

¿Esto es normal para alguien como yo?

Al entrar al cuarto lo primero que hice fue cerrar la puerta detrás mío con cuidado para evitar despertar a Alison, pegue mi espalda a esta por un par de segundos sintiendo mi pecho subir y bajar con cierta rapidez.

Proseguí a correr hacia mi cama en donde me tire al estar cerca. Me metí rápidamente entre las sábanas y me arrope hasta cubrirme la cabeza, aún sintiendo cierto miedo dentro de mi.

¿Qué carajos fue eso?

Lo que me faltaba ahora si, que hasta despierta las voces me siguieran.

Ya mejor intérnenme en un manicomio.

NO ES POR EXAGERAR, pero literalmente los gritos de Alison siempre eran tan ruidosos y agudos que te martillaban de vez en cuando la cabeza. Hoy he descubierto que no solo te martillan la cabeza, si no que hasta te hacen caer de la cama.

Frotándome los ojos sin ganas de nada –ya que creo que apenas logré dormir dos horas– me encamine hacia donde el grito vino. Solo me basto ver a Kate dentro del cuarto que creo era de visitas para que el rastro de sueño en mi cuerpo se esfumase ligeramente.

Solté un pequeño chillido –que no era una competencia con el gritote de mi hermana– y corrí hasta abrazarme al cuello de mi tía quien solo rió ante mi cambio drástico de emociones pero eso no fue impedimento para que me regresase con el mismo entusiasmo el abrazo.

Una vez nos separamos tomó una de las manos de Alison al igual que con su mano libre tomaba una de las mías, aún con la euforia a flor de piel.

—¿No las veo por un año, y están tan lindas como un par de modelos? —mi miraba bajo, con una sonrisa nerviosa posada en mis labios y el comienzo de un sonrojo en mis mejillas. Creo que casi podía hacerse parte de mi cabello.

La tía Kate nos soltó y yo me senté en su cama, siendo imitada por mi melliza que igual que yo parecía un tanto apenada ante las palabras de la mujer frente a nosotras.

—Mírense. Las odio —me senté en forma de indio, moviendo mis piernas de manera inquieta.

—Ni siquiera me he duchado.

—Hace menos de un minuto estaba dormida, si no fuese por el grito de Alison seguiría en las mismas.

Dijimos mi melliza y yo a la vez, con una pequeña sonrisa dibujada en nuestras caras.

—Están hermosas —ladee un poco mi cabeza ante el halago—. De hecho, espero que haya muchos chicos peleando por su atención —sonreí sarcástica y ella lo notó—. Dudo que no hayas comenzado a llamar la atención Sky. Un día aquí y ya debes tener mínimo a cinco chicos a tus pies.

Reí mientras negaba, dudo que alguien me haya visto llegar ayer.

Apoye mi codo en mi muslo, dejando caer mi cabeza en la mano que estaba sobre este para observar a mi melliza que comenzaba a sonreír de manera encantadora.

—Hay uno.

—¿Uno? —preguntamos Kate y yo a la vez, yo realmente estupefacta. ¿Los de aquí estaban ciegos o qué?—. Debería haber millones.

Te están mintiendo, hilandera. Toma la mochila. Tómala.

Me sacudí ligeramente al sentir como un escalofrío me recorría por completo, haciendo que mi piel se enchinase.

¿Tomar la maleta?

La risa de mi tía y hermana cesaron y yo, por mero impulso de mi cerebro obedecí a la voz siniestra esa extraña, comenzando a alargar mi mano hasta la maleta frente a mi.

—¿Te ayudamos a desempacar?

Aún que claro, no pude ni llegar a tocarla ya que Kate tomó mi muñeca con fuerza impidiéndolo.

—No. Esa no.

Kate al notar que me había llegado a asustar me soltó repentinamente y yo acerque mi mano hasta mi pecho, aún mirando un tanto estupefacta a Kate.

Mire de reojo a Alison, quien observaba la escena de manera curiosa.

—Tu estás hermosa, Sky, y yo tengo un agarre mortal —soltó una pequeña risa que imite a los segundos, aún sintiendo algo extraño en mi pecho—. Lo siento, no quise ser tan brusca.

Negué ligeramente—. No te preocupes —jugueteé un poco con mis dedos en un intento de tranquilizarme, hasta que una pregunta llego a mi mente y no perdí la oportunidad de sacarla de ese lugar—. ¿Tu auto está bien?

—¿Su auto? —preguntó Alison, con una ceja alzada y un semblante de preocupación—. ¿Qué ocurrió con tu auto?

—Nada grave —comentó Kate, tras un par de segundos pensándolo—. Sólo necesitaba hacerlo arrancar.

—¿Hacerlo arrancar?

—Sip —Kate salió de su guardarropa, mirándome directamente a mi.

Eso siempre ocurría de vez en cuando desde que tengo memoria. Solían tenerme bastante vigilada por algún miembro de la familia, alegando que era por seguridad pero muchas veces notaba que la sobreprotección de Kate era más grande.

No lo sé, quizás era solo una más de mis muchas paranoias que tengo.

—Ahora, señoritas, deben de asistir al colegio y tu —me señaló, causando que yo imitara su acto con mi dedo en mi dirección—. Debes dar una buena impresión en tu primer día y dejar como idiotas a muchos.

—¡Yo la ayudó en eso! —sonreí nerviosa tras oír a Alison.

¿En qué me metiste, Kate?













——— AUTHOR'S NOTE. ¡primer capítulo de la historia de sky! vamos empezando con todo y yo estoy muy emocionada, basta, ya quiero que vean todos los capítulos que tengo preparados JAJAJAJA.

¿tienen alguna teoría sobre qué ser sobrenatural será sky? porq si, ella formara parte del mundo sobrenatural.

recuerden: voten, comenten y compartan la historia para que así crezca esta pequeña gran familia💕

eso es todo travesuritas, soooooo

Travesura Realizada






Majo P.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro