◜🐰◞ O6. belong to nowhere
◜🐇 CAPÍTULO O6:
❛ pertenecer a ningún lugar ❜
LOS DISTINTOS TONOS de anaranjado coloreaban cada pequeño espacio natural tendido ante mí. Estábamos a inicios de noviembre, el punto exacto en el que los árboles seguían siendo lo suficiente frondosos para brindar refugio de las soleadas tardes con aires fríos soportables, de esos con los que no te cagas si olvidas llevar encima una chamarra gruesa y capas de ropa térmica debajo.
Simplemente mi época favorita del año.
No sudaba como si estuviese en la sauna si llevaba algo más que una camisa sin mangas, short a juego con chanclas y eso era ya mucha ganancia. La transición de épocas me gustaba, la forma en que podía admirar los árboles cambiar de sus tonos verdes habituales a algo más cálido para eventualmente, poco a poco quedarse sin hojas lo encontraba fascinante.
No, fascinante no. Reconfortante es una mejor palabra para definir lo que sentía al ver año tras año tal ritual natural. Sabía lo que iba a pasar, lo que significaba y me daba tranquilidad.
Saber el rumbo de las cosas o estar al tanto de los cambios de la naturaleza dependiendo de las estaciones del año, saber de memoria el final junto con los diálogos de mis películas favoritas eran evidentemente, pruebas irrefutables de que era una persona a la que le gustaba apegarse a lo conocido.
No era enemiga de las sorpresas o los giros de trama, pero tampoco era fan. Ser inconsciente, ignorante del futuro cercano o lejano me llevaba a recorrer laberintos interminables de ansiedad, que a su vez me tendían encrucijadas en donde me enfrentaba a las cientos de posibilidades fatales en las que podría terminar.
Por ello evitaba tomar rutas desconocidas de camino al trabajo o de regreso a casa, por eso llevaba comprando en el mismo restaurante de comida casera en la esquina de la calle donde vivía, porque al darle una oportunidad a comer en otro terminé vomitando la primera papilla de mi vida y casi un intestino. Mi rechazo a la incertidumbre de meterme en situaciones no definidas en las que supiera o tuviera una leve idea de qué es lo que iba a suceder, hacía incluso que me aferrara a comer desde los 14 años donas sabor limón; No era miedo, pero sí comodidad. Estaba cómoda con esos aspectos ya conocidos en mi vida que no veía necesidad de intentar incorporar más, o de modificarlos sin razón aparente.
Tampoco es que mis metas profesionales o personales fueran limitadas, pero sí era conformista. Contrario a lo que erróneamente la gran mayoría de gente cree, ser conformista para mí se trataba de poder acoplarte o vivir en armonía con lo que se tiene, no sin dejar de buscar una mejora o avanzar, pero sin caer en la desesperación por lograrlo. Avanzar a pasos firmes, lentos o rápidos pero no detenerte y aprovechar tu presente para, si quieres, forjar un futuro diferente.
Pero volviendo al tema sobre las rutinas, costumbres arraigadas, mi serio problema de rechazo a lo impredecible y los cambios espontáneos, era obvio que yo no tenía el entero control sobre cada aspecto dentro de mi vida; Eso englobaba los cambios de planes en el trabajo y las modificaciones en la agenda prevista entre el grupo que se me asignó y yo.
━━...por eso pienso descartar todas las canciones del álbum, comenzaré a plagiar y usar autotune hasta que mi voz suene anormal. Eso quiero para el siguiente comeback.
Vagamente escuché parte del desquiciado diálogo anterior pero fue suficiente para salir del trance inconsciente en el que quedé atrapada. Quité la mirada de la tecla espaciadora parte del teclado de mi laptop en la que llevaba concentrada un rato, y la dirigí a la muchacha frente a mí.
━━ ¿Que tú quieres qué? ━ Las palabras fueron pronunciadas con dificultad, lo atribuí a lo dispersa que estaban los pensamientos dentro de mi cabeza.
Khione soltó una risita que eventualmente quedó como una media sonrisa. No la sentí como una de burla o sin humor, era genuina y no entendí la razón. Pero eso pasaba en cada ocasión que me tocaba trabajar con ella.
Dae-soo Khione se mostraba como un libro abierto del que al menos yo, no era capaz de leer más de dos páginas antes de dejar de entender la trama de este; era sincera sin rozar lo cruel, hacía bromas y se reía de las que escuchaba si es que le parecían ingeniosas o demasiado tontas, se esforzaba escribiendo sus canciones, no dejaba que nadie rebajara su opinión ni a ella por ser relativamente joven y lo que se considera una rookie en la industria musical en la que pudo debutar. Tenía personalidad, iniciativa, constancia y una disciplina que en consecuencia le hacían desarrollar su talento.
Me recordaba a una lejana versión mía que anhelé, aspiré y lloré por ser a su edad. Hasta el mismo corte de cabello lucía.
━━ Has salido de tu embobamiento hasta que mencioné que quería destruir mi corta carrera, al menos ahora sé que realmente te intereso ━ La sonrisa no se le borraba del rostro ━━. ¿Tomamos un descanso? Te aburrí con mi parloteo sobre el concepto del nuevo álbum.
Vi la sonrisa de Khione flaquear cuando mencionó lo anterior y de repente me sentí tremendamente culpable. Estaba familiarizada con la sensación de aburrir a las personas con las que convives solo por ser tú, por emocionarte alrededor de un tema y querer compartirlo.
━━ No me aburriste, Khi ━ Aseguré, cerrando la laptop. Mentalmente me repetí que debía estar lo más presente posible en el momento ━━. Estaba distraída, las últimas semanas las tuve a tope de trabajo y sumando el hecho de que no pude dormir bien ayer porque el engendro que tengo por mejor amigo llegó hasta las pestañas de ebrio al apartamento que compartimos, bueno...
━━ No sabía eso, perdón ━ Hice un movimiento de mano para restarle importancia, yo debía de ser quien le ofreciera disculpas por la falta de concentración. No lo hice. ━━ ¿Y cómo es vivir con su mejor amigo? ¡Yo no podría! Amo al mío pero sería un calvario. Es demasiado ruidoso, dramático, llorón y...
La joven solista se fue de largo con la plática y ni rápida o perezosa, la seguí. Dae-Soo Khione me agradaba aunque me pusiera de los nervios por ser tan impredecible.
Dieron las cinco de la tarde y la muchacha se despidió bajo la excusa de tener algunas cosas por grabar, acordamos volver a vernos en mi estudio dentro de unos días para seguir nuestra conversación sobre el estilo que deseaba tener en la música próxima a lanzar, y entre risas casi tuve que empujarla por la puerta para que de una vez por todas se marchara sin preocupaciones, pues alegaba que siempre quedábamos en eso y al final mi agenda se atascaba de compromisos con otras personas.
No era mentira lo que Khione decía, pero tampoco tenía yo forma de rechazar trabajo. Siendo considerada una novata, vista como la nueva, el pescado con menos tiempo en esta pecera desalmada llamada industria musical de las grandes ligas, no podía darme el lujo de ponerme quisquillosa sobre a qué solistas o grupos producir o escribirles. No todavía.
El resto de la tarde pasó con lentitud o así me pareció, quizá fue por el hecho de que quedé atascada con el coro de una canción. Me agradó lo que escuché a través de los auriculares, pero tampoco me fascinaba para presentárselo al grupo como candidato a single o canción principal del B side. Y aunque era consciente de que ellos no tenían la autonomía suficiente para descartar o elegir el contenido de su álbum, me preocupaba por hacerlos sentir cómodos con lo que debían interpretar.
━━ Mocoso, ¿crees que en un rato tú y los demás puedan venir a mi estudio?
YeonJun aseguró del otro lado de la línea telefónica que él y los otro cuatro revoltosos irían a verme tan pronto como llegaran a la empresa y mientras los esperaba, decidí tomar un descanso para comer; el estómago me dolía, seguramente porque ni siquiera desayuné antes de ir a trabajar. Tomar medio litro de agua y uno de café no saciaban el hambre, lo sabía, pero seguía utilizando los líquidos para intentar engañar a mi cuerpo de que estaba llena.
Dentro del ascensor mientras este hacia su recorrido de diez pisos hacia arriba hasta el comedor general de HYBE, aproveché para revisar mi correo electrónico y KakaoTalk, encontrándome con un montón de mensajes en la última aplicación. Si tenía un aproximado de 20 mensajes de texto, 14 eran de DoYun, lo normal. Lo extraño fue cuando vi que los otros 6 mensajes eran del contacto que menos esperaba me mensajeara: JungKook.
Habíamos intercambiado números el día de la situación incomoda a la que yo di pie, y si bien él en múltiples ocasiones me mensajeó para excusarse por llegar tarde a las sesiones programadas de grabación, ese día no tenía sentido que lo hiciera. No nos tocaba trabajar en el álbum porque de hecho, el día anterior se me avisó que se retrasaría la agenda establecida; alteraron mis horarios laborales con Khione, los chicos de TXT y mandaron a la mierda lo que tenía planeado para el fin de semana que se supone, sería mi descanso.
El lanzamiento del álbum estaba a la vuelta de la esquina, sabía por boca de JiMin que ya tenían grabado inclusive los vídeos musicales de varios temas, se adelantaron con las sesiones fotográficas de más contenido promocional y básicamente, me habían mantenido bajo presión las dos últimas semanas de octubre para que sin importar qué, tuviera finalizadas las dos canciones restantes; Rompieron el esquema de orden dentro del que estaba trabajando y supe la razón tan pronto como leí lo que Jeon envió.
━━ ¿En qué hospital está YoonGi? ━ No hubo saludos ni lugar para admirar lo extraño que era que JungKook y yo estuviésemos hablando por llamada, no cuando el estómago me daba retorcijones intranquilos debido a los nervios y no el hambre.
[ 🐰...❜ ❜]
El hospital privado en el que JungKook me informó que se encontraba mi primo, se veía de los caros, el estacionamiento subterráneo de dos plantas daba pistas de ello, pero no fue hasta que entré de lleno a las instalaciones que estuve segura del dineral que seguramente costaba estar ahí internado.
Que alivio saber que al menos la empresa o YoonGi eran capaces de solventar la cuenta de varios ceros que le darían junto con el alta.
Mientras seguía al hombre de seguridad que JungKook mandó a por mí hasta el estacionamiento luego de marcar e informarle de mi llegada, intenté acomodarme el cabello. No me interesaba puntualmente por mi imagen física, intentaba ocultar que manejé a exceso de velocidad, pasando varios semáforos en rojo y metiéndome entre los coches parados o en movimiento. Sin casco. No dudé de las foto multas que seguro me esperaban cuando abriera el correo electrónico.
Subí por varios pisos junto al hombre trajeado de negro, hasta que luego del decimoquinto el ascensor se detuvo, salió y caminó hasta el fondo del pasillo. Se detuvo a un lado de la puerta, por segunda vez desde que pidió mi identificación oficial y verificara que mi rostro era el mismo que el del plástico, pronunció mi nombre incitándome a pasar.
Al hacer caso esperaba darme de lleno con la habitación, ver a YoonGi en una horrorosa bata de hospital acostado y reírme de lo seguramente paliducho que estaría. Con lo que me encontré fue con una modesta sala de espera, contaba con tres sillones medianos, una mesa ratona blanca en el medio, varios cuadros dispersos por el lugar y un ventanal en donde debería estar la pared lateral derecha. No reparé en la decoración completa, no me interesó.
━━ Ah ━ ¿Qué carajo decía? El único que no se veía sorprendido por mi presencia ahí era JungKook. No les dijo que yo iría, tuve ganas de desaparecer ━━, ¿JungKook?
El nombrado se acercó hasta mí, me quitó el bolso del hombro para pasarlo al suyo y con cautela me tomó de la muñeca izquierda, llevándome con él hasta la pared opuesta a la puerta. Mi corazón pareció dar un brinco inquieto por la cercanía, la situación y como siguió su curso. Era todo un logro que mis niveles de azúcar se mantuvieran estables.
━━ Yo le avisé de la operación y le di la dirección. YoonGi no lo dijo, pero le habría gustado que Hanami estuviese aquí.
Los cuatro hombres sentados en dos de los sillones evitaron pronunciar palabra, al igual que yo. Su naturaleza amable los abstuvo de hacer alguna mueca de desagrado a lo descabelladas que se escuchaban las palabras del menor; Si YoonGi no expresó que deseaba mi presencia en un momento crucial como lo era someterse a una cirugía para arreglar el desgarro con el que batallaba desde hace años, fue por una buena razón.
El pecho me dolió al admitir mentalmente que yo no pintaba nada ahí, llevaba poco tiempo conviviendo de nueva cuenta con YoonGi, con todos en esa estancia. Tener por apellido el Min no significaba que siguiera siendo familia del rapero.
━━ JungKook ━ Hablé bajo, liberé mi muñeca de su mano y en un movimiento rápido recuperé la bolsa de mezclilla. Entendí que quisiera obrar bien al avisarme sobre lo que estaba pasando con mi primo, pero no podía quedarme ━━. Será mejor que me vaya, dejé trabajo pendiente. Vendré cuando YoonGi salga de quirófano.
Mentía, ni a patadas regresaría a ese hospital.
━━ Pero si ya estás aquí, quédate ━. El bolso me fue arrebatado del hombro.
━━ Tengo cosas programadas para el resto de la tarde, debo volver.
━━ Pues marca, pospónlas y te quedas.
━━ No puedo hacer eso, no sería responsable de mi parte ━. Me puse de puntillas para agarrar un asa de la bolsa que me pertenecía y jalarla en mi dirección.
━━ Entenderán que es un asunto familiar, Hanami.
Inhalé profundo para tragarme el grito de frustración que quería soltar, JungKook estaba siendo tan terco como solo él sabía y si continuábamos así, los gritos estaban asegurados.
━━ No puedo decir que se trata de eso si ni siquiera sabía que iban a operarlo.
━━ ¡Pero ahora lo sabes, por algo te lo dije!
━━Y lo agradezco, pero no me voy a quedar. Sabes que YoonGi encuentra la manera de comunicarse y si no dijo nada sobre quererme aquí, pues entonces yo no debería de estar aquí.
La expresión en el rostro de JungKook se descompuso, de repente ya no se veía tan seguro de sus afirmaciones anteriores, el agarre que mantenía en el bolso se aflojó y pese a que abrió la boca para probablemente contradecirme, no pronunció nada.
Jalé sin fuerza el asa de mezclilla hacia mí, él soltó la otra, me lo colgué otra vez al hombro y giré hacia los cuatro espectadores.
━━ Perdón por interrumpir un momento privado, por lo de hace dos segundos y por... ━ Me callé, no tenía más motivos por los cuales disculparme, debía irme ya ━━. Espero que la cirugía tenga un buen resultado y YoonGi una pronta recuperación.
Con una última reverencia caminé de regreso a la puerta y sin voltear a ver hacia atrás, salí.
Min, Min, Min. El apellido en algún punto del lejano pasado me hacía gracia, le tenía aprecio por ser el distintivo, el recordatorio de que, por fin, luego de pasar años en un limbo donde no pertenecía a ningún lugar, existía un lugar para mí en el extenso mundo. Es lo que hacen los nombres, son la característica principal de las tantas que conforman la identidad individual.
Me gustaba mi apellido porque eso significaba que era apreciada por al menos, una pequeña cantidad de personas. Era el mismo que llevaban Geum-Jae, YoonGi y eventualmente fue el mismo que se me otorgó. Me dio un sentido de pertenencia que, mientras caminaba hasta el ascensor intentando pensar en otras cosas para distraerme de las tremendas ganas de llorar que tenía, no sentí.
Seguía llamándome Min Hanami, pero el Min me era ajeno, prestado. No tenía una familia sanguínea que llevara el apellido y me tuviera un mínimo de aprecio, volvía a ser la pequeña niña de ocho años sin un hilo atado al alma que la amarrase a un cálido hogar.
Presionando el botón del elevador me pregunté si alguna vez fui miembro real de una familia, y la vista se me nubló en lágrimas por la respuesta obvia.
━━ ¿Hanami?
Desganada levanté el rostro de la posición baja que adopté con la intención de ocultar mi expresión abatida y los ojos inundados en agua salada solo para encontrarme con el rostro de un viejo fantasma que esperé nunca volver a ver.
No importaba lo distorsionada que mi visión fuera por las lágrimas retenidas, reconocería el rostro femenino perteneciente a Min Ji-Eun en cualquier lugar. Aunque pasara años sin verla cara a cara, no podía olvidar una cara ni mucho menos una personalidad tan particular como la de mi tía.
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