MiOk había salido del trabajo, estaba cansada pues el día había sido movido en el spa, le dolía el cuello desde la tarde, había hecho un mal movimiento. Mientras esperaba a que el semáforo cambiara se encontró con una joven pareja, la chica estaba embarazada y él masejaba sus hombros.

— ¿Te duele mucho?—JungKook masejaba su espalda baja. MiOk tenía su cabeza agachada sintiendo alivio con las manos de su esposo.

—Con esos masajes me siento mejor—sonrió un poco. Su vientre abultado de cinco meses la hacía ver adorable, pero desde los cuatro meses había estado teniendo constantes dolores de espalda.

—Tus masajes son mucho mejor que los míos—el pelinegro siguió en su labor. MiOk suspiró causándole gracia—Comenzaré a cobrarte por esto.

—El bebé te agradece por eso.

Su celular comenzó a sonar. Metió su mano en el bolsillo de su abrigo cruzando la calle, Tae le había dejado un mensaje.

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—Así que te gustan los perros porque los gatos te dan alergia—señaló al niño mientras comían helado en aquella heladería. JoonHee tenía su uniforme puesto, se había alegrado de ver que Tae había pasado a recogerlo.

—Así es—asintió—Le he dicho a mamá que quiero una mascota pero dice que debo ser más grande para cuidarlo.

JungKook sonrió sin dejar de admirar a su hijo.

—Una mascota es como un bebé, JoonHee.

—Pero sería mi amigo.

—¿No tienes amigos en el preescolar?

—Algunos—asintió—Tae, cuando te cases con mamá, ¿Podrías darme un perrito?

La sonrisa del chico fue borrándose poco a poco, cada vez que recordaba que él no iba a casarse realmente con MiOk sentía su corazón estrujarse. Justo cuando pensaba en ella la notó entrar por la puerta, MiOk notó como iba vestido extrañándose un poco, Tae acostumbraba a usar camisas de botones y pantalones de vestir, esa vez estaba vestido con pantalones jeans, camisa blanca y un abrigo café para el frío de otoño. Su cabello dejaba a la vista su frente, por un momento le recordó a...

—¡Mami!—JoonHee sonrió saludándola con su mano.

—Hola, cielo—besó su frente al estar cerca. Tomó asiento a su lado bajo la atenta mirada del chico, tenía un brillo familiar en sus ojos—¿Qué has estado haciendo todo el día? ¿Te has sentido bien?

—Estoy bien—sonrió un poco—¿Quieres un helado?

—Tienes que probarlo, está delicioso—JoonHee se hizo escuchar causándoles gracia.

—Estaría bien un poco—aceptó. TaeHyung se levantó de la silla dejándolos solos, JoonHee tenía su boca un poco sucia—¿Y cómo te fue hoy?—MiOk limpió sus labios con una servilleta.

—Muy bien, mami, ¿Por qué Tae actúa raro?

La chica lo miró en la caja y luego a su hijo.

—¿Te ha dicho algo raro?

—Me pregunta cosas que ya sabía sobre mí.

MiOk hizo una mueca, no entendía porque esas actitudes le estaban recordando tanto a JungKook. Hay algo que no está bien.

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Salieron de la heladería luego de escuchar las locas aventuras de JoonHee en el preescolar, MiOk sintió un nudo en la garganta cuando Tae le llevó un helado de vainilla con maní, generalmente siempre tenía que recordarle al chico cual era su sabor favorito pues según TaeHyung debía probar otros sabores antes de tener un favorito. Sólo JungKook podía acertar en eso.

—¿Puedo jugar en el parque?—JoonHee iba tomando las manos de ambos adultos.

Habían algunos niños en los columpios, en el castillo de juegos y en el tobogán. MiOk asintió tomando su mochila dejando que fuera corriendo a los juegos.

—Parece muy contento con la boda.

—Lo está—asintió.

—Me pidió una mascota de regalo.

—JoonHee—rodó los ojos—Le he dicho que debe tener más edad para tener una—negó con la cabeza. Se cruzó de brazos sintiendo que la estaba mirando—¿Realmente te sientes bien?—volteó hacia él—Te vestiste diferente, te peinaste diferente, pediste mi helado favorito y...

—Siempre es bueno un cambio—sonrió con nerviosismo rascando su cabeza.

—No, hay algo, ¿Por qué estás actuando tan raro?

—No estoy actuando raro.

—Lo haces desde ayer.

JungKook miró aquellos ojos avellana, ¿Estaría mal si la besaba? Sus labios se veían tentadores, quería decirle lo mucho que la había extrañado, quería decirle la verdad, ¿Cómo podía creerle eso? Colocó sus manos en sus mejillas acariciándola con delicadeza, MiOk sintió ese toque diferente, TaeHyung se acercó despacio a sus labios y cuando el mínimo roce llegó, él se detuvo.

"Aléjate de ella"

JungKook miró alrededor pensando que alguien lo había dicho.

— ¿Estás bien?

—Sí—mintió.

—JoonHee tendrá que disfrazarse para la fiesta de Halloween en su preescolar—MiOk seguía mirándolo. Su sexto sentido le decía que algo ocurría—Generalmente suelen invitar a los padres, pensaba en invitarte...

—Allí estaré—tomó sus brazos—Vuelvo en un momento.

Se alejó dejando a una confusa MiOk, JungKook fue de prisa hacia su auto o el auto de TaeHyung, ¿Acaso había escuchado al chico en su cabeza? ¿Dónde demonios estaba Jimin? Casi se llevó un susto cuando el reflejo de las ventanas del auto dejaba ver al verdadero JungKook, su corazón latió de prisa, miró sus manos asegurándose de seguir en el mismo cuerpo.

— ¿Qué sucede?

— ¡Jimin!—dijo aliviado al verlo—No puedo ver mi reflejo, osea sí pero como el verdadero yo y no como TaeHyung.

—Es normal que eso pase, tranquilo, sólo no permitas que MiOk lo vea.

—Necesito decirle quien soy.

—Te recomiendo no hacerlo, será más doloroso para ella y para ti.

—Pero...

—Debes fingir ser Kim TaeHyung.

—Lo escuché, estoy seguro que era él cuando intenté besarla—los ojos del ángel se abrieron como platos. Estaba sorprendido.

—Despertó muy rápido.

—Quiero decirle a ella quien soy.

—JungKook.

—No puedo fingir ser TaeHyung—negó con la cabeza sintiendo su cabeza doler.

"¿Quién eres tú? Déjame salir"

JungKook llevó sus manos a su cabeza cayendo de rodillas al suelo, sentía que su cabeza iba a explotar. Podía sentir la inquietud del verdadero TaeHyung en su cuerpo, Jimin se agachó colocando sus manos en sus hombros.

—Respira, debes calmarte.

—Está hablándome, quiere que lo deje salir.

—JungKook, sé que es complicado pero debes mostrarle a TaeHyung que no eres malo, debes ser fuerte.

— ¿Quieres que lo reprima?

—Quiero que pienses con claridad—miró sus ojos—Cuando dos almas habitan el mismo cuerpo, la original siempre es más fuerte, si te angustias o entras en pánico es posible que Kim TaeHyung te expulse de su cuerpo y no puedas volver.

— ¿Y ahora me lo dices?

—¡Tae!

—Es MiOk, no puede verme así—JungKook intentó levantarse tambaleándose un poco. Jimin se desvaneció de la nada, el chico aclaró su garganta respirando profundo. MiOk se acercaba con el niño para volver a casa, el clima estaba volviéndose opaco por las nubes grises.

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—Estás diciendo tonterías, tal vez está nervioso por los planes de la boda—dijo su madre quien había ido a visitarla.

—Tal vez.

No quería contarle sobre sus raras sospechas. JoonHee apareció corriendo a la cocina.

—Mami, Tae dejó esto en mi bolso, olvidé devolvérselo—le mostró la billetera.

—Creo que la guardó allí en la heladería—tomó la billetera—Iré a llevársela, no puede andar sin ella, mamá, ¿Te encargas de la cena?

—Claro, ve con cuidado.

Fue simple llegar al departamento de TaeHyung, MiOk tenía una llave que él mismo le había dado para que fuera en cualquier momento sin necesidad de esperarlo. A la chica le extrañó encontrar silencio, no era común en TaeHyung, siempre andaba tocando su saxofón.

— ¿Tae?—caminó a la habitación. Empujó la puerta justo en el momento que él salía del baño con una toalla en su cintura, hubiera cubierto sus ojos de no ser por la imagen del espejo de la pared que dejó ver a una persona que conocía perfectamente—¿Jun...JungKook?