Cuando MiOk preparó el té era de noche, JoonHee estaba durmiendo, su madre se quedaría también, la chica había pedido vacaciones en el trabajo, todo ese tema la volvería loca. Necesitaba un respiro o perdería la cabeza, MiOk se acostó en su cama luego de beber aquel té de durazno, sus párpados comenzaron a pesar, sus ojos comenzaron a cerrarse y apenas los cerró escuchó una voz.

— ¿MiOk?—alguien tocaba su hombro. Sentía frío, abrió los ojos encontrándose en un lugar diferente de su habitación, para empezar, ese chico era...

—JungKook—lo abrazó. Era el verdadero él, sus ojos brillaron al ver que otro chico se acercaba, copos de nieve caían en su cabello oscuro, sonreía un poco viendo a la chica levantarse. MiOk fue a abrazarlo fuertemente—Tae—él la rodeó con sus brazos.

Los tres estaban en aquel claro cubierto de nieve donde el frío podía sentirse. Muy diferente a la primera vez, la chica los miró a ambos sorprendida de verlos al mismo tiempo.

—Jimin...

—Sabía que era ese té—JungKook se acercó cruzándose de brazos. Vestía con la misma ropa de dormir que TaeHyung, pantalones de algodón grises y una camisa de mangas largas totalmente negra. Sus pies estaban protegidos por calcetines, MiOk tenía una pijama de pantalón largo y una c4amisa de tirante.

—Pensé que sólo te vería a ti—comentó. Según Jimin, ella debía aclarar lo que sentía, TaeHyung estaba muy callado permaneciendo con sus manos en los bolsillos de su pantalón, al hablar salía un vapor de sus bocas—Y tú...no estás contento de verme, ¿No es así?

JungKook miró a TaeHyung.

— ¿Cuánto tiempo dura el efecto del té?

—Hasta que nuestros cuerpos despierten por la mañana—respondió—TaeHyung, lo siento—el chico rodeó los ojos—Escúchame un momento, por favor—pidió—Tienes razón, MiOk sigue sin dejarme ir y es por esa razón que volví—ella guardó silencio—Pero ella te ama a ti en este momento—admitió—Y sé que ella misma te lo puede decir.

La chica aclaró su garganta tomando una profunda bocanada de aire. Ambos chicos la miraron, Tae seguía algo...serio. Ella tomó su mano dando un suave apretón.

—No quiero cancelar nada—confesó viendo los ojos café oscuros del chico—TaeHyung-ssi, no necesito que seas como nadie, desde el primer momento que te conocí siempre me has gustado por como eres, no quiero que seas nadie más, ¿Entiendes eso?

—Sabes que lo nuestro nunca será posible—dijo JungKook ganando su mirada—Tienes una gran ventaja que nunca podré tener.

— ¿Cuál?

—Estás vivo, eso lo explica todo, lamento haber tomado tu cuerpo, no esperé despertar en él, no planeé eso—sonrió tristemente.

— ¿Sigues amando a MiOk?

JungKook miró a la chica, cada vez que la veía, escuchaba o sólo pensaba en ella era inevitable no recordar los buenos momentos a su lado, pero sólo eran eso, momentos que no se repetirían porque Tae tenía razón, había confundido a MiOk. Moría por hacer todo eso con ella, siendo consciente que su relación no pasaría a nada más. Regresó la vista a TaeHyung, no mentiría, se sentía triste al saber que debía dejar ir a la mujer que seguía amando, a la madre de su hijo.

—La amo—asintió—Y lo siento, pero no puedo mentirte con eso—colocó su mano en su hombro—No voy a interponerme, iré a esa competencia con tu amiga porque es una gran oportunidad para ti, así como Jimin es mi guía quiero ser una ayuda para ambos, debes casarte con MiOk y ella debe casarse contigo, te lo está diciendo, quiere ser tu esposa, no pierdas a esta increíble mujer.

La joven castaña sonrió con ojos brillantes. ¿Por qué de repente no sentía dudas o inseguridad? Le conmovía las palabras de JungKook y dolía sin evitarlo, dolía que lo correcto fuera dejarlo ir. El pelinegro la miró tomando su otra mano.

—MiOk, nada de lo que pasó fue tu culpa—comentó—No morí por ti, la vida apesta en ocasiones, sé que lo nuestro terminó muy pronto, lamento haberte dejado sola con un bebé, lamento no haber estado en los primeros momentos de JoonHee—su voz tembló un poco—Como le dije a Tae, te sigo amando y lo seguiré haciendo, pero debes soltarme, estaré bien.

Los ojos avellana de la chica contenían las lágrimas. Ella también seguía queriéndolo pero su corazón pertenecía a TaeHyung, Jimin tenía razón, él la hizo creer en el amor de nuevo.

—JungKook—habló Tae. Bajo su atenta mirada añadió—Gracias.

—No, gracias a ti por querer a mi hijo como si fuera tuyo.

—Todavía estoy aprendiendo a dejarte ir—MiOk se hizo escuchar—Sigo aprendiendo a hacerlo—algunas lágrimas cayeron por sus mejillas—JoonHee siempre será tu hijo, justo hoy le hablé de ti—y confesó—Hay una foto tuya en el parque—miró a Tae—Tú apareces allí en el fondo—ambos se sorprendieron—Siempre hemos estado allí, JoonHee lloró cuando le conté de ti—volvió a mirar a JungKook. A ese punto ambos chicos tenían un nudo en la garganta—Tu hijo sabe de ti, JungKook y te quiere mucho aunque no te conozca.

La felicidad y euforia que recorrieron al chico eran inexplicable, al mismo tiempo sintió paz, los copos de nieve seguían cayendo sobre los tres, algunos rayos de sol se escabullían entre las nubes, el frío ya no se sentía tanto. MiOk abrazó a JungKook fuertemente, debía seguir aprendiendo a soltarlo y dejarlo ir, siempre lo recordaría además de estar unida a él por un niño que no tenía la culpa de nada, pero debía dejar de lamentarse, porque TaeHyung estaba dispuesto a darle todo por una vida mejor, la vida que merecían.

JungKook quiso dejar a la pareja solos, además quería caminar para repetirse así mismo que JoonHee ya conocía su historia e incluso sin conocerlo desde el primer momento ya lo quería.

TaeHyung no pudo evitar preguntar a MiOk, ambos se habían sentado en la nieve.

— ¿Es cierto lo de la foto?

—Sí—tomó su mano— ¿Quién diría que cuatro años después aparecerías en mi vida?—acarició el dorso de ésta. Miró sus ojos diciendo las palabras que necesitaba escuchar—Te amo, TaeHyung, quiero casarme contigo, pero te pido paciencia porque como dije a JungKook, estoy aprendiendo a soltarlo—él acarició su mejilla viendo sus ojos cristalinos por las lágrimas. Nadie le dijo que enamorarse de una mujer sería tan hermoso y doloroso—Sigue teniendo paciencia conmigo, como lo has hecho desde un principio—sonrió tristemente.

—Sabes que también te amo, lo he hecho desde que te conocí, tal vez...el destino nos unió después de todo, es cruel muchas veces y no tiene sentido, pero aquí estamos—besó su frente secando sus mejillas al tomar su rostro con sus manos—Estaré contigo, como lo dije en un comienzo—miró sus ojos—Te ayudaré cuando lo necesites y cuando no, porque te amo, porque no sería primera vez que soy paciente.

—Gracias.

Apartó las lágrimas silenciosas sonriendo un poco, acercó sus labios a los de ella besándola con delicadeza y dulzura, MiOk aferró sus manos a su camisa moviendo sus labios con los del chico, era un beso nostálgico pero también lleno de amor, con eso confirmó sus emociones, estaba enamorada de Kim TaeHyung. Él acarició sus mejillas teniendo sus ojos cerrados como ella, cuando se separaron un poco la abrazó rodeándola con sus brazos.

Aquel lugar ya no estaba helado ni con nieve porque toda esa frialdad se estaba deshaciendo.

Escribí este capítulo de madrugada cuando no podía dormir, compruebo una vez más que me inspiro el doble cuando todos duermen y tengo silencio por completo.

Me he decidido a no hacer esta historia larga por lo cual vamos entrando a la etapa final.