Dos semanas, eso era lo que había pasado ya, Jungkook me pidió ser su novia como me prometió aquella noche, obviamente no tenía siquiera que responderle porque él ya sabia mi respuesta. Los días pasaban y Jungkook era diferente, sonreía, hacía bromas y me besaba, la parte favorita mía. La madre de Jungkook con la mía disfrutaban vernos juntos y avergonzarnos delante del otro con preguntas fuera de lugar.

Todo había cambiado para bien, la señora Jeon me dijo que le alegraba mucho ver a su Jungkook en sus mejores momentos, que sabía que yo le hacia feliz porque nunca lo había visto sonreír tanto, y yo estaba feliz de ser la causa de su felicidad, Jungkook me gustaba muchísimo y no lo cambiaría por nadie.

Era viernes por la tarde y yo me alistaba para salir con Jungkook, me había invitado a salir y yo estaba contenta porque era nuestra primera cita, no salíamos, porque siempre nos veíamos en su casa al vivir tan cerca, pero esta vez, saldríamos como cualquier pareja.

Me miro en el espejo moviendo infantilmente mi vestido de flores roja, es bastante bonita, me he hecho un maquillaje suave que me haga ver bonita e irresistible para Jungkook. Me coloco mis zapatillas bajas y agarro mi cartera pequeña de haza larga. Miro la hora en mi teléfono y faltan cinco minutos para las siete, Jungkook pronto tocará mi puerta.

Bajo a la sala y mamá me mira, sonríe.

—Qué guapa vas, Jungkook se enamorará de ti en cuanto te vea —me sonrojo.

—Qué dices —le choco el hombro cuando ya estoy a su lado.

—Se ven bonitos juntos ¿sabes? —la miro, Taejoon está concentrado viendo la televisión.

—Jungkook me gusta mucho y...no quiero dejarlo solo —su expresión cambia a una más suave.

—Lo se, es duro para él, pero ahora te tiene a ti —acaricia mis manos.

—Yo...

Me quedo callada cuando escucho afuera el sonido de una ambulancia, mi mamá y yo nos alertamos al instante. No perdemos tiempo en salir de la casa, ambas nos llevamos la sorpresa grande cuando vemos un Jungkook muy formal pero despeinado corriendo cerca de una camilla en donde se encuentra la señora Jeon tendida. Jungkook llora y está preocupado y un nudo enorme se instala en mi garganta.

Se sube a la ambulancia para acompañar a su madre y me ve, niega con su cabeza y mueve los labios en un: Lo siento. A mi se me escapa el llanto, y luego las puertas de cierran, y la ambulancia emprende camino.

—Mamá...

—Tranquila, llamaré a un taxi e iremos —me sujeta el rostro —Jungkook te necesita ahora ¿vale? —asiento.

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Cuando llego al hospital corrí a recepción, Jungkook me envió un mensaje diciendo en que hospital estaba y que me necesitaba. Mamá pregunta por la señora Jeon porque yo ahora mismo no puedo pensar en nada que no sea en Jungkook, nos dicen que está en urgencias en el segundo piso pasillo al izquierdo y salgo corriendo. Mamá me llama diciendo que no corra pero no me importa. Subo las escaleras lo más rápido que puedo, dejándome la vida en ello, y al estar arriba corro por el pasillo a la derecha.

Me detengo cuando veo a un chico sentado en la esquina de una puerta escondiendo su rostro entre sus brazos, es Jungkook.

Me acerco a él, lentamente, si a la señora Jeon le pasa algo, no se si Jungkook sea capás de soportarlo, y ahora me llega la duda de no ser suficiente para ayudarlo a soportarlo. Tengo miedo, y no quiero separarme de él. Tengo una gran presión en el pecho de solo verlo así. Me dejo caer de rodillas en el suelo blanco del hospital y coloco mis manos en su cabello, acariciándolo. Él levanta la cabeza y sus ojos llorosos me miran.

—Leah —pronuncia, e intento mostrarle una sonrisa para darle fuerzas, pero no creo que ses suficiente —Ella...sus pulmones se detuvieron, no pudo seguir respirando y...se desmayó...yo debí...yo debí de cuidarla mejor, ella es muy cabezota y estaba buscándome la chaqueta del traje en una caja y el polvo... —no pudo continuar, mordí mi labio inferior, intentando no explotar ahí con él.

—No es tu culpa, Jungkookie, no es tu culpa ¿vale? —intenté calmarle, sujetando su rostro entre mis manos intentando no llorar para no empeorar su estado de ánimo, si lloraba él lloraría más —Todo va a estar bien —negó.

—El médico me dijo que no, Leah, mamá tiene los pulmones muy deteriorados, y la quimioterapia no estaba resultando bien —de verdad que estoy intentado ser fuerte para él, pero la señora Jeon se hizo muy importante para mi, y se cuan importante es para él —Leah, ¿qué voy a hacer sin ella? —trago saliva con dificultad. Esto es difícil, y verle así de vulnerable es mucho más difícil —Lo siento, Leah, jodí nuestra cita, lo he jodido todo, lo siento mucho —lo abrazo, tan fuerte como el dolor que siente, como el que siento al verlo así.

—Jungkookie, recuerda que yo te acompañaré siempre, no importa lo que pase, te voy a ayudar, vamos a estar juntos ¿vale?

—No me dejes solo, Leah.

—Nunca —me aprieta también contra él. Se lo difícil que es para él, y no lo voy a dejar solo.

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