⚘. ▎80
PENÚLTIMO CAPÍTULO
❝Hogar.❞
╰─────╮•╭─────╯
22:41 hrs.
──JungKook, mantente despierto, por favor... Todo estará bien.
Tomé su rostro entre mis manos y acaricié sus pómulos, rozando mis dedos en la bolsa de sus ojitos para espabilarlo y evitar que durmiera. El pelinegro poseía la mirada perdida, tan vacía como profunda, y por la manera en que respiraba con agitación era sabido que su cuerpo emanaba debilidad. Con su mano ejercía presión sobre la herida de su abdomen, motivo por el cual podía escucharlo rechistar entre dientes debido al fuerte dolor.
Y para mí fue una tortura verlo así.
Jin se encargaba de llevar a JungKook, pasando su brazo bajo su hombro mientras Lisa, Byul y yo ayudábamos del otro lado; era muy pesado para nosotras. Estábamos avanzando por el interior de la casa, de camino directo hacia la salida en donde SeokJin dijo que se encontraba la policía.
Pero aún bajo el conocimiento de que nos encontrábamos a salvo y fuera de esta pesadilla, no me sentía aliviada.
Por el contrario, sentía mucho más miedo que antes.
──¿¡En qué momento lo hirieron!? ──inquirió Eun, completamente desesperada.
──Fue cuando JaeHyun volvió al patio, empezó a disparar a todos lados. Ahí debió herirlo.
Y con la respuesta de Lalisa, supe que no me había dado cuenta de ese detalle en el momento en que ataqué a Kang.
──Jeon, escúchame ──habló SeokJin a su lado, deteniéndose un instante e indicándole a Byul con su cabeza que abriera la puerta a pocos metros de nosotros. Mientras la castaña obedecía esa orden, él miró al pelinegro y tocó su barbilla──. Ya estamos a salvo, ahora sólo te llevaremos al hospital para sacar la bala.
──Todo estará bien, tranquilo ──añadió Lisa.
Sin embargo, JungKook no tuvo fuerzas para responder algo.
Cuando Eun Byul abrió la puerta de la casa, lo primero que sentí fue la brisa fresca abrazarme por completo, sin generarme algún escalofrío, en realidad, fue un enorme placer; la luz de los autos en el exterior iluminaron mi rostro y nuestros cuerpos, y eso fue como ver la luz al final del oscuro túnel. Me sentía libre, a salvo... Pero estaba JungKook.
Cuando volví a mirar su rostro noté como sus ojitos comenzaban a cerrarse y la presión de su mano comenzaba a ser menor, así que rápidamente me acerqué para mantenerlo despierto y poder ayudarlo.
──¡Vamos a afuera! Hay que llevarlo rápido al hospital ──dije, comenzando a caminar hasta la salida.
Byul rápidamente corrió a buscar ayuda de los policías y la ambulancia que había venido, y posteriormente ella se alejaba pude ver a los señores Jeon correr hasta nosotros.
──¡JungKook, hijo! ──gritó la tía SooHee, rompiendo en llanto y cubriendo su boca con ambas manos a causa de la impresión.
──¡Necesitamos ayuda, por favor!
Rápidamente nuestros amigos, quienes también estaban ahí junto a mis padres, se acercaron sólo un poco para ver y no interferir en el trabajo de los profesionales, pero desde mi posición pude notar como ellos parecían preocupados y también sorprendidos por esa imagen.
Yo, mientras tanto, no sabía cómo sentirme.
Dos hombres colocaron a JungKook en una camilla y colocaron presión en su abdomen, mientras cuidadosamente llevaban su débil cuerpo hasta la ambulancia.
──Sólo puede ir un acompañante ──aclaró uno de los señores.
Y entre todos yo me ofrecí a ir.
Me monté en la ambulancia junto a esos dos hombres y JungKook, viendo cómo a este último le colocaban un respirador en su boca y hacían maniobras para controlar el sangrado de la gran herida. Antes de que cerraran las puertas, le indiqué a todos que siguieran el vehículo y así llegaran a la par con nosotros. Y aún si me sentía aliviada por finalmente acabar con este infierno, no podía evitar sentir miedo.
Tanto que, una vez que estuve solamente con él, me rompí en un llanto silencioso.
Tomé la mano del chico entre las mía y con la que mantenía libre acaricié su pelo y frente, intentando que no se quedase dormido.
──JungKook, ¿puedes escucharme? ──le pregunté en un tono bajo y cortado, simultáneamente despejaba algunos mechones rebeldes de su rostro. Él no respondió nada de manera verbal, pero pude notar un pequeño y casi invisible movimiento de su cabeza que sirvió como respuesta. Y al verlo así de débil, en unas condiciones tan lamentables como esas, no fui capaz de soportar──. Lo siento mucho, esto es mi culpa...
Él negó rápidamente y me observó a los ojos, con esa mirada profunda que solía darme cuando expresaba mera sinceridad.
──No... No es tu culpa ──dijo entre balbuceos, su voz también se encontraba débil──. Nada de esto es tu culpa, princesa.
──Pude haberlo evitado.
──Yo pude haberlo evitado al venir hasta aquí ──concluyó al fin, y en un movimiento lento acercó su mano hasta mi mejilla sólo para acariciarla──. Pero entenderás que mi amor por tí es tan grande como para dar mi vida.
De mi boca salió un sollozo retenido, y no pude evitar bajar la cabeza para que no viera como, evidentemente, lloraba sin piedad. Besé la piel de su mano y también llevé mis dedos hasta su suave dermis, memorizando cada detalle de su precioso rostro para no olvidarlo jamás.
Y mientras hacía eso, pude ver una pequeña sonrisa aparecer sobre sus dulces labios.
Los enfermeros que venían con nosotros se dedicaron a abrir la camisa del pelinegro para dejar su torso al descubierto, y cuando vi el agujero en su abdomen provocado por la herida, brotando sangre sin parar, casi llego al borde de un desmayo. JungKook se quejó por el dolor, mordiendo su belfo inferior y frunciendo el ceño sin remedio, motivo por el cual rápidamente apreté un poco el ajuste de su mano.
──Tranquilo, ya vamos para el hospital. Estarás bien ──le aseguré, pero esta vez no obtuve respuesta de ningún tipo. JungKook parecía estarse quedando dormido, y sabía muy bien que eso no podía suceder, así que para mantenerlo con los ojos abiertos lo primero que pasó por mi cabeza fue hablarle──. ¿Recuerdas cuando nos veíamos en el centro comercial?
Al mencionar aquello toda su atención fue directamente hacia mí.
──Esa tarde donde fuimos a estudiar y al final todo resultó ser un plan tuyo para invitarme al baile de invierno, ¿lo recuerdas? Quise pegarte de no ser porque estaba muy feliz ──reí suavemente──. El día del baile fuiste a verme a casa porque me había enfermado, y te quedaste conmigo hasta tarde.
»O cuando me defendiste del idiota de WooJin y sus amigos esa vez que intentaron golpearme, y te enfrentaste a ellos con tus técnicas de taekwondo. Nuestras citas al parque de diversiones, la noche donde me cantaste una canción... Nuestro primer beso en la biblioteca ──hice memoria, aún acariciando la piel de su mejilla y sin dejar de admirar el nuevo brillo de sus ojos──. Cada momento que hemos vivido juntos ha sido único, todo gracias a tí.
El chico dejó salir una pequeña lágrima de sus ojos, misma que delineé con mi pulgar y posteriormente llevé al olvido, mientras en mis labios aparecía una sonrisa.
──No puedes dejarme ahora que finalmente todo ha terminado. Quédate aquí, JungKook ──pedí, en un llanto abrasador que no pude evitar por más que lo intenté.
Me dolía el centro del pecho como si alguien estuviese martillándolo. Verlo de esa manera no me generaba ninguna emoción que pudiese resultar bonita, y en lo opuesto, tenía mucho miedo.
Tenía miedo de perderlo.
Pero cuando JungKook correspondió al apretón de mi mano, simultáneamente capturaba mi mirada, decidí confiar en sus palabras.
──Siempre estaré contigo ──susurró, intentando mantenerse despierto──. Te amo, Olivia.
Y bajo los innumerables diamantes cayendo por mi rostro, declaré:
──Te amo, JungKook.
Acerqué mis labios a los suyos y sólo los mantuve presionados por un segundo, para posteriormente unir mi frente con la suya y decirle que todo estaría bien una vez más.
No tardamos mucho en llegar al hospital general de la ciudad, y eso, de alguna manera, fue un alivio para mí. Cuando bajé de la ambulancia junto a la camilla, pude ver los autos de nuestros padres y amigos llegar al parqueo, pero no tuve la oportunidad de esperarlos cuando el caso de Jeon era una urgencia.
Al entrar en el hospital y notificar acerca del paciente, una gran variedad de médicos se acercaron a observar. Algunos fueron a preparar el salón quirúrgico, otros fueron en búsqueda de sus compañeros y los mismos con los que vine, además de un grupo de doctores, empezamos a avanzar hasta la zona en donde realizarían la extracción de la bala.
Durante todo ese paso no paré de observar el rostro de JungKook, quién ya comenzaba a cerrar los ojos como clara muestra de debilidad. Y mientras le hablaba para que se mantuviera consciente, una de las doctoras me detuvo en mi lugar, lejos de la camilla.
──Señorita, no puede pasar al salón.
──¿Qué? No... Yo necesito estar con él ──intenté pasar, moviéndome hacia otro lado.
Pero una vez más ella me lo impidió.
──Realmente lo lamento, pero debe quedarse fuera ──aclaró, utilizando un tono amable y sereno para que me mantuviera tranquila.
A este punto era muy difícil lograrlo.
──Él es mi novio, por favor, necesito estar con él ──pedí, llorando sin remedio ante aquella pobre mujer que sólo me observaba con compasión.
──Debe quedarse aquí. Su novio estará bien, se lo aseguro ──me dijo, abrazando mis hombros con suavidad para que pudiera calmar mi respiración──. Haremos todo lo posible para que esté bien, se lo prometo.
Yo no pude responder nada. Sólo vi como la mujer procedía a alejarse hacia el salón de operaciones, el mismo lugar al cual habían llevado a JungKook, y no supe cómo reaccionar. Me quedé estática en mi zona, con la mirada perdida en algún punto del pasillo y la respiración agitada, así como una presión en el pecho.
Y entre el estado de trance que había tomado, lo único que pude escuchar fue mi nombre desde lo lejos.
──¡Olivia!
De manera inmediata di media vuelta, y lo primero que mis ojos capturaron fue la imagen de HoSeok correr hacia mí, bajo una expresión preocupada ante mi estado. Su cabello naranja se removió de un lado a otro a causa de sus movimientos, así como su respiración agitada evidenciaba todo el empeño de su esfuerzo físico. Y una vez que llegó frente a mí y me observó por completo, lo único que hizo fue tomar mis hombros con sus manos y abrazarme fuertemente, como si no lo hubiera hecho durante mucho tiempo.
Sólo necesité de su contacto físico para que todos esos deseos que alguna vez tuve de llorar, esos mismos que mantuve dentro durante tres años, finalmente fueran concedidos por mi sensibilidad.
Me aferré al sacó de mi amigo y lloré; lloré como si mis ojos tuvieran infinitas lágrimas, sollocé como si mi garganta no pudiera afectarse, y apreté mi pecho con una de mis manos como si de esa manera pudiera disipar el dolor tan fuerte en mi corazón.
Y así, las únicas palabras que salieron de mi boca fueron una declaración de mi estado total.
──Tengo miedo.
Jung me apretó entre sus brazos con más fuerza y acarició la parte trasera de mi cabeza, lo cual me hizo recordar aquellos momentos donde sólo éramos nosotros dos y él, como siempre había sido desde que me conoció, se preocupaba y me consolaba cada vez que me sentía mal.
──Él estará bien, pequeña ──susurró sobre mi oído, tan suavemente y en completa tranquilidad, como si tuviera la certeza de ello──. JungKook es muy fuerte, verás que saldrá de ahí sin problema.
──No debió haber ido ──dije con la voz cortada, ocultando mi rostro entre su pecho.
──Si él no hubiera ido, tú y Lisa no estarían vivas. Sabes que Jeon haría hasta lo imposible por tí... ──declaró, y simultáneamente su mano se movía entre mis hebras, HoSeok tomó un poco de distancia para observar mi rostro──. Confía en él. Estará bien.
Dejé que de mis labios se escapara un tembloroso suspiro, como muestra de mi cansancio y debilidad, y para cuando alcé la mirada con la intención de encontrar los ojos de mi amigo, pude notar como a unos cuantos metros se acercaban nuestros padres y amigos a ver la escena.
La primera en hablar fue la señora Jeon.
──¿Dónde está mi hijo? ──preguntó desesperadamente.
──Lo llevaron a emergencias... ──apenas pude responder, en un tono completamente cortado.
Ella pasó una mano por su cabello y bajó la cabeza, posteriormente apareció su esposo a espaldas suyas y la abrazó, mientras le murmuraba algo al oído que pude identificar como palabras de ánimo.
──Señora SooHee, él estará bien. Sabemos que JungKook es terriblemente fuerte ──comentó NamJoon, obteniendo tras esa opinión una serie de asentimientos.
Yo únicamente pude sentirme culpable de lo que estaba pasando, pues sabía que todo esto no habría sucedido de no ser por mí misma. Ver el dolor en los ojos de mis tíos, la preocupación en el rostro de mis amigos, a Lisa en aquella situación hace un rato, y ahora a JungKook entre la vida y la muerte... Era aquello que me llevaba a saber que de no ser por mi existencia, tal vez las cosas serían distintas.
Para ese momento eran mis padres quienes hablaban con Lisa, y ella sólo asentía y respondía a sus preguntas con toda la disposición posible. A su lado también se encontraba Jennie, abrazando sus hombros con su brazo.
Y ante esa imagen, una lágrima se escapó de mis mejillas.
──Lo lamento tanto...
Mi susurro fue audible para todos, y cuando un terrible sollozo hizo presencia a través de mis labios, toda la atención de los presentes se concentró sobre mí. Odiaba ser el centro de atención, y odiaba mucho más que me vieran llorar en un lugar público, así que cuando me vi en esa situación tan vergonzosa, casi ahogada con mis lágrimas, mi acto de reflejo fue cubrirme el rostro y volver a murmurar un "lo siento".
──Oye, Olivia ──fue SooHee quién se acercó a mí, tomando mi rostro entre sus manos y haciendo que la observara directamente──. No es tu culpa, pequeña. JungKook iba a detrás de tí sin importar la circunstancia. Lo relevante aquí es que ambas están a salvo y junto a nosotros ──dijo, abrazándome por mis hombros y atrayendo a Lisa, sólo para darnos un fuerte abrazo.
Correspondí a su acto de igual manera, abrazando también a la jovencita a mi lado como si hubiese pasado una eternidad desde eso.
Una vez que aquello concluyó, fue SeokJin quien se paró frente a nosotras.
──¿Ambas están bien? ¿No se lastimaron? ──preguntó curioso, dando un rápido escrutinio sobre las dos.
Y así como cuestionó, ambas negamos.
──¿Qué demonios fue lo que sucedió ahí dentro?
──JaeHyun... Él mató a SomChai ──contó Lisa, tragando saliva con dificultad mientras la expresión del castaño tomaba un ápice de asombro──. Y también a Lawai.
──Después me llevó al segundo piso y empezó a hablar de toda la mierda del pasado, y... también intentó pasarse conmigo, pero fue cuando JungKook llegó ──me animé a decir, lo cual representó un gran reto.
La expresión de SeokJin esta vez fue dura, diría que hasta enojada, pero rápidamente obtuvo serenidad y suspiró por lo bajo, aún observándonos.
──Como dijo la señora Jeon, lo importante es que ambas ya están fuera de total peligro. Ya no hay más amenazas ──aseguró, formando una pequeña y casi diminuta sonrisa en sus labios──. Ahora sólo debemos esperar a que salga el doctor y nos de nuevas noticias. Sólo esperar.
Y así fue.
Luego de aquel momento, nuestros amigos se acercaron para hablarnos y saber cómo estábamos. Intentaron animarnos tanto a mí como a Lisa con comentarios graciosos y fuera de lugar, de igual manera que tuvieron la mayor de las intenciones en brindarnos excelentes vibras. Justo después fueron mis padres y Jennie quiénes vinieron a abrazarme, y por primera vez en mucho tiempo me sentí segura en sus brazos, como cuando era una niña pequeña y ellos eran todo para mí.
Pero a partir de ese momento, aunque sintiera un gran alivio por finalmente ser libre, mi ansiedad era mayor que cualquier cosa.
El tiempo estaba siendo un gran enemigo para todos en esta sala. El reloj no avanzaba, las manecillas parecían no moverse, puesto que cada minuto representaba una eternidad. No tenía idea de cuántas horas habían pasado, pero sabía muy bien que habían sido las suficientes para que mi ansiedad fuera incontrolable. Estaba sentada en uno de los bancos del pasillo del hospital en soledad, con la mirada fija a algún punto fijo del suelo y en ocasiones a lo que se encontraba a mi alrededor. Los médicos pasaban frente a mí con apuro, vi a algunos pacientes pasar a la zona de urgencias y a otras familias en la misma desesperación que nosotros, y eso me provocó mucha más ansiedad. Ver la puerta de la zona de emergencias y que nadie saliera de ahí representaba un martirio, un jodido castigo que, me preguntaba si era algún pecado que debía pagar.
A unos metros de mí se encontraban mis padres con los Jeon, hablando tranquilamente. A una distancia más amplia estaban TaeHyung y En Byul en una conversación de la cual no tenía conocimiento, pero que al parecer mantenía a la castaña un poco animada. Jin hablaba por teléfono con alguien, al parecer del trabajo. Y un poco más cerca se encontraban los demás chicos conversando entre ellos.
Yo mientras tanto, estando sola en ese rincón, me sumergía en la eterna soledad.
Jugaba con el anillo de mi dedo anular cuando a mi lado alguien se sentó, y cuando giré la cabeza hacia la derecha para conocer de quién se trataba, no pude evitar sorprenderme de ver al joven Park con un pequeña y casi invisible sonrisa en sus labios.
──Oye..., uhm..., ¿cómo estás? ──inquirió dulcemente, y me pareció gracioso como su voz emitió un pequeño agudo──. ¿Cómo te sientes?
No supe que responder a eso, así que sólo me limité a alzar los hombros con sutileza en lo que buscaba las palabras correctas para hablar.
"No sé cómo sentirme", fue mi respuesta definitiva, y no mentía. Tenía tantas cosas rondando en mi cabeza, tantas emociones haciéndose presentes a través de mi cuerpo y demasiada adrenalina en mis venas que, por más que lo intentara, no sabía que debía sentir. ¿Alivio? ¿Alegría? ¿Dolor? Todo se sentía tan desconocido para mí. Emociones que siempre habían permanecido en mi día a día, pero que ahora parecían algo nuevo. Como un Jamais Vu sin remedio.
Park a mi lado suspiró suavemente y asintió con su cabeza, y posteriormente echó su cuerpo hacia atrás en el respaldar del asiento, ocasionando que en esa posición no pudiera verlo de reojo y tuviera que recurrir a la opción de girar la cabeza.
──¿Sabes? Durante años he sabido de tu existencia, y no era consciente de ello cuando te conocí en tercer año ──comentó, un poco divertido de ello──. NamJoon y yo sabíamos de tí gracias a las innumerables veces en que JungKook hablaba sobre esa niña de la cual estaba enamorado. Era muy obvio en sus palabras, sus gestos, incluso su mirada y la forma de hablar, lo mucho que amaba a esa persona. Y siempre tuve curiosidad sobre quién era esa chica... ──declaró, esta vez haciendo contacto visual conmigo──. Me sorprendí mucho cuando conocí que eras tú.
»No supe que sucedió hace tres años, porque cuando todo aquello pasó yo estaba bajo la presión del viaje al internado y al día siguiente, cuando JungKook fue a despedirme, él sólo me dijo que estabas en peligro... ──JiMin bajó la cabeza un momento, pensativo──. Pero cuando YoonGi me contó todo lo que aconteció, fui capaz de ver el dolor de sus corazones sin ni siquiera tenerlos frente a mí.
En esta ocasión fui yo quien no pude sostener su mirada y terminó observando al suelo por un instante, pues cuando JiMin volvió a retomar la palabra, me vi en la obligación de contemplar su expresión.
──Y en ese día donde finalmente pude verlos, a mi mente llegaron las imágenes de todos esos momentos donde estuvieron juntos, cuando JungKook me hablaba sobre la pequeña Hae, cuando nos hablaba de Olivia... Y caí en cuenta una vez más de que nadie en este mundo puede amarte más que él ──sonrió ampliamente──, y que nadie más ha amado en este mundo como ese chico lo hace.
Mis ojos, inevitablemente, se llenaron de lágrimas infinitas y mis comisuras fueron testigos de una pequeña sonrisa, misma por la cual JiMin automáticamente rió.
──Veo que lo conoces mejor que yo.
──¡Pues claro! He aguantado a ese espécimen durante años ──bromeó.
Por primera vez en la noche pude reír, y juraría que eso también se convirtió en un Jamais Vu; algo que se había vuelto desconocido para mí.
──¿Y sabes? ──él ahora pelinegro volvió a hablar──. Hace poco tiempo alguien me dijo: “Cuando amas a una persona no sólo eres capaz de dar tu vida por ella, sino que también tienes la fuerza suficiente para luchar y estar a su lado”.
──Es una persona muy sabia, entonces ──contemplé.
Park no pudo controlar una sonrisa de gran amplitud, y gracias al brillo de sus ojos, uno que juraría nunca haber visto, tuve consciencia de que algo más había tras esa referencia.
Algo más profundo.
──Sí, lo es ──reconoció, casi riendo de la felicidad que al parecer un recuerdo le propiciaba.
Era extraño ver a JiMin así, y quise preguntarle al respecto de no ser porque posteriormente habló.
──A lo que quiero llegar es que, si JungKook te ama tanto, él ahora mismo está luchando para poder estar contigo una vez más ──aseguró, sosteniendo mi mano por un instante y mirándome a los ojos con completa sinceridad──. Después de mucho tiempo ambos pueden ser libres, y estoy seguro de que él no desperdiciará su mayor y único deseo ahora que puede tenerlo. Así que mantente tranquila, él estará bien.
Quería echarme a llorar luego de todas sus hermosas palabras, y estuve a punto de hacerlo, pero traté de mantener el control al pestañear varias veces, y ese acto de mi parte hizo que JiMin riera como un desquiciado.
De alguna manera u otra, había extrañado su risa.
──Muchas gracias, JiMin ──dije, tragando saliva con algo de dificultad para liberar ese nudo de mi garganta.
──No me agradezcas por ser un apoyo para tí. Cualquier cosa que necesites, aquí estaré, ¿de acuerdo?
Asentí suavemente y le sonreí como muestra de agradecimiento, viendo como posteriormente él se levantaba del asiento con la disposición de alejarse, no sin antes aprovechar la oportunidad para despeinar mi cabello de modo juguetón.
Mi vista quedó estática sobre la puerta del salón de emergencias, tal y como había pasado durante estas horas en la espera de respuestas, no obstante, nuevamente obtenía nada más que inmovilidad. Por mi mente se repitieron las palabras de JiMin, y entonces decidí que lo mejor era mantener la calma y no desesperarme, por más difícil que fuera llevar a cabo ese hecho. Mientras tanto, dirigí la mirada hacia mibizquierda y, sin ni siquiera tener esa intención en mente, mis ojos capturaron automáticamente los de Eun Byul, quien me observaba fijamente.
Entonces recordé lo que había pasado hace unas horas.
De no haber sido por ella, probablemente no estaría viva para contar toda esta historia. Ella evitó que finalmente ocurriera la desgracia que desde un inicio estuvo planteada, por lo que sentía la necesidad de agradecerle personalmente.
Aquello fue mi invitación.
Después de un buen rato sentada en ese banco, finalmente me puse de pie y lo primero que hice, inevitablemente, fue estirar los músculos. Tenía cierto dolor en la espalda y los glúteos, todo debido a la posición que había tomado en ese asiento. Mientras caminaba hacia los dos tortolitos que conversaban animadamente en el otro banco a unos metros, pude notar como la mirada de la castaña se intercalaba entre ambos, como si intentase prestarle atención tanto a las palabras de TaeHyung como a mi acercamiento.
Y una vez que finalmente estuve frente a ella, el peligris me miró sin decir nada.
──¿Podemos hablar? ──dije hacia ella, en un tono que dejaba en evidencia todo mi cansancio físico y mental.
La castaña no dudó en asentir con la cabeza y se levantó del banco, pasando la mano por el cabello despeinando del muchacho como JiMin había hecho conmigo, para continuamente acercarse a mi lado y seguir el paso que llevaba hasta una esquina más alejada.
Para cuando ambas tuvimos un poco más de privacidad, me dediqué a hablar.
──Eun Byul, muchas gracias... ──susurré, tragando saliva con algo de dureza──. Gracias por haber acabado con ese idiota.
──Fue un placer. Alguien debía hacerlo de una vez ──expresó con un alzamiento de sus hombros y una ligera, casi invisible, sonrisa en los labios──. Desde que supe el caso sobre JaeHyun, supe que acabar con él sería una de mis principales metas como miembro de la policía.
──Sin embargo... ──hice una pequeña pausa en ese momento, sólo para pensar en algo curioso que había pasado durante aquel momento. Recordé las palabras de Byul, su seriedad, la destreza con que asesinó a Kang, y tuve muy en claro de que algo más había detrás de todo aquello──. Tus motivos para haber hecho eso no sólo se reúnen en lo que todos sabemos, ¿no?
Como lo supuse, ella se quedó en silencio. Mi pregunta tenía un trasfondo complejo, era de saberse, pero comprobarlo en las expresiones de su rostro me hicieron sentir mucha más curiosidad que antes. Eun hizo un pequeño puchero con sus labios y suspiró por lo bajo, como si intentase encontrar las palabras adecuadas para responderme.
Y después de un par de segundos, finalmente se atrevió a hablar.
──Mi hermano falleció cuando yo era pequeña ──soltó sin frenos, y aquella declaración no pudo impresionarme más──. Fue en un accidente automovilístico. Pero nunca se encontró al culpable porque las cámaras de seguridad no eran capaces de percibir los datos del vehículo y mucho menos a quien manejaba, así que quedó como un caso abierto.
──¿Y JaeHyun qué se supone que...?
──Fue él quien lo mató ──concluyó──. Hace varios meses, mientras investigaba con Jin acerca de los Manoban, encontré pistas que encajaban con ese hombre y el accidente de mi hermano. Comencé a indagar más, verifiqué direcciones y datos, hasta llegar a la conclusión definitiva de que fue Kang quién mató a mi hermano y se fue de fuga.
No tuve palabras.
Quedé pasmada ante una declaración como aquella. No supe que decir, como reaccionar o proceder, podía jurar que las expresiones de mi rostro eran la definición de un poema.
──Eun, yo... lo lamento mucho ──dije, llevando la mano hasta su hombro.
──No te preocupes ──ella, como siempre sucedía, me mostró una pequeña sonrisa agradable──. La muerte de mi hermano es algo que ya no me afecta como antes, y lo que hice el día de hoy fue mi manera de cerrar todo ese largo camino de dolor y rencores. Ahora es momento de seguir adelante.
»Y si a alguien dejó agradecerle, es a tí, por lo linda que fuiste conmigo ese día que nos conocimos ──recordó, provocándome una pequeña risa.
Quise decirle algo más relacionado con el tema, acerca del mismo JaeHyun, sin embargo, antes de que tan siquiera pudiera vocalizar alguna palabra, las puertas del salón de emergencias se abrieron.
En ese momento fue como si finalmente hubiese aparecido la luz al final de un túnel. Ver al doctor saliendo de ese lugar representó un torbellino de emociones: alivio, ansiedad, pánico... Tanto una como la otra eran demasiado fuertes como para sobrellevarlas, así que cuando apenas pude procesar que ese hombre estaba saliendo, sentí mi corazón latir con mucha fuerza.
Byul y yo corrimos hacia donde el señor se encontraba, lo mismo que hicimos todos, siendo la tía SooHee la primera en hablar.
──Doctor, ¿cómo está nuestro hijo?
──Para la suerte de todos, su hijo ha superado la operación con éxito ──declaró.
Y cuando escuché aquello, mis ojos se llenaron de lágrimas.
No supe cono describir la emoción de ese instante. Sentí que mi pecho se liberó por completo, como si un globo comprimido con aire, sin poder aguantar más, finalmente fuese liberado. Cubrí mi boca con ambas manos y cerré los ojos, tratando de controlar todo lo que sentía, y debido a los suspiros de alivio a mi alrededor, supe que no era la única bajo esas sensaciones.
──La bala ha sido retirada sin problema, excepto que perdió algo de sangre durante la operación ──explicó con serenidad──. Ahora se encuentra en la sala de recuperación, ya despierto, así que sólo una persona puede pasar a verlo.
──Que vaya Olivia ──propuso el señor Jeon, y por el asentimiento de su esposa, supe que estaba de acuerdo con ello──. Estoy seguro de eres tú a quien él quiere ver ahora mismo.
El tío YounSoo acarició mi hombro suavemente y me invitó con su mirada a caminar con el doctor. Inevitablemente observé a las personas que me rodeaban, como si necesitase la aprobación de todos para poder continuar, y al ser consciente de como estaban en acuerdo, supe que realmente era yo la indicada para verlo.
Asentí ante la sugerencia y después de compartir unas palabras con mis padres, caminé en completo silencio junto al médico a mi lado, a través de los pasillos que prontamente nos llevarían a la sala de recuperación. De sentido contrario a nosotros podía ver a miles de doctores caminar, cada uno tan metido en sus asuntos como para prestar atención a lo demás, que hasta me sentí algo temerosa de que chocaran conmigo.
Luego de unos minutos caminando, el doctor finalmente ingresó a una de las salas privadas y se detuvo antes de continuar, mostrándome una pequeña sonrisa.
──Puede pasar. Evite que haga movimientos bruscos o se levante, en unos minutos lo trasladaremos hacia las salas privadas ──aclaró, y al no tener nada más que decir al respecto, dio media vuelta y se alejó por completo.
Sostuve mi vista sobre la figura del señor todo el tiempo hasta que finalmente desapareció de mi campo. Suspiré con algo de agotamiento y supe que no podía perder más tiempo, así que sin dudarlo mucho me adentré en la habitación.
Todo estaba muy tranquilo y sereno, y el único ruido que podía percibir era el de aquel aparato que medía la frecuencia cardíaca. No me costó más de dos pasos encontrar la camilla de la habitación, y al observar al chico que sobre ella descansaba, sentí como todos mis ojos se llenaban de lágrimas.
JungKook rápidamente dirigió la vista hacia mí, manteniendo aquel lindo brillo en su mirada que le permitía esa imagen inocente, y para mí fue un gran alivio comprobar que nuevamente podía ver esa parte suya. El pelinegro me sonrió débilmente, haciendo un ligero movimiento con su mano para invitarme a quedar a su lado.
Y no me tardé más de dos segundos para ello.
Literalmente corrí hacia la camilla y, procurando tener cuidado, lo abracé fuertemente, dejando que las lágrimas corrieran por mi rostro sin piedad alguna, motivo justo por el que JungKook comenzó a acariciar mi espalda con su mano libre. Oculté mi cabeza a un lado de su mejilla, en donde dejé un par de suaves besos que en sólo cuestión de segundos se dirigieron a su boca, y sentir una vez más la calidez de nuestros labios, dos piezas esculpidas para encajar a la perfección, fue lo suficiente para llevarme al mismísimo cielo.
No fue un beso intenso. Contrariamente, nuestros belfos se mantuvieron juntos por unos segundos, en donde sólo nos enfocamos en sentir la dulzura del otro y hacer latir nuestros corazones con un simple roce.
Cuando nuestras bocas se alejaron un poco, mis ojos se abrieron sólo para encontrar aquellos preciosos ojos que podría deslumbrar de por vida, y cuando JungKook alzó la cabeza para depositar un suave besito en la piel húmeda de mi mejilla, no supe como describir todas esas emociones que se reflejaron gracias a su sonrisa.
──Te amo, Olivia ──susurró finalmente, pasando su mano por mi cabello y observándome como si fuese una reliquia única en el mundo──. Realmente te amo mucho.
Escucharlo declarar eso apretó mi corazón con mucha fuerza, tanto que no pude evitar soltar un sollozo casi inaudible.
──Te amo, JungKook ──también susurré, sorbiendo por la nariz todos aquellos fluidos que habían sido ocasionados por mi llanto──. Y gracias.
Él frunció su ceño.
──¿Por qué?
──Por todo.
Bajé la cabeza y limpié rápidamente con mi dedo una de las lágrimas, sin embargo, cuando JungKook hizo que volviese a alzar la mirada, no encontré nada más que su bella y única sonrisa.
──Todo lo que he hecho por tí, podría hacerlo mil veces más si el precio es tenerte a mi lado ──dijo, besando mis labios de manera fugaz.
Y no pude evitar sonreír por eso.
──Voy a llorar de nuevo ──advertí, haciéndolo reír en esta ocasión. Sin embargo, su sonrisa se disipó cuando al parecer un dolor fuerte lo invadió, pues la forma en que su rostro se contrajo lo dejó en evidencia──. ¿Te duele mucho?
──Sólo un poco, pero estoy bien ──aseguró──. ¿Tú estás bien?
Sin dudarlo asentí con la cabeza.
──Estoy bien gracias a tí. Hoy ha sido un héroe, JungKook.
Él, como todo un niño pequeño, rió inocentemente y ladeó la cabeza, mientras en sus labios se creaba un puchero tan dulce como el néctar de su boca.
──Y tú mi princesa ──susurró, tocando la punta de mi nariz antes de verme con algo de picardía──. Ahora que recuerdo,¿qué no hace falta un beso de amor verdadero para liberar a la princesa?
──¿Qué insinúas, zorro? ──bromeé, pasando la mano por su suave cabello.
──Es que a mí me hace falta un besito ahora.
Negué con la cabeza ante su comentario tan pícaro y descarado, casi riendo por la expresión de su rostro que no iba para nada acorde con sus intenciones. De igual manera, no estaba negada a obedecer su petición, así que me acerqué lo suficiente para lograr mi cometido, excepto que no estaba prevista acerca de una interrupción.
Antes de que pudiera alcanzar sus labios, por la puerta apareció el mismo doctor de antes y otros más, que rápidamente anunciaron el traslado de JungKook hacia otra habitación. No me quedó de otra que alejarme lo suficiente para que pudiesen realizar su trabajo, y tuve que morder mi labio para no reír con la expresión tan graciosa de Jeon mientras lo ayudaban a trasladarse de la camilla: sus ojos abiertos y los labios en una fina línea recta, como si se encontrase en pánico.
Tan lindo.
El pelinegro se quejó un poco acerca del dolor en su abdomen, pude comprobarlo gracias a todas esas veces donde intentó tocar su piel por encima de la venda y por como fruncía notablemente el ceño. Un típico gesto de molestia. Sin embargo, los médicos se encargaron de ser cuidadosos con él a la hora de moverlo.
Una vez que estuvo sobre la otra camilla y listo para hacer el traslado, comenzaron a caminar de regreso a los pasillos mientras yo les seguía el paso, sin alejarme mucho de JungKook. Él tomó mi mano repentinamente y me pidió con la mirada que no me fuera de su lado, motivo por el cual mi corazón se estrujó. Porque de alguna manera, nunca dejaría de estar a su lado. Ya no más.
Bastó de sólo unos minutos para finalmente llegar a la sala de espera, en donde nuestros amigos y familia se encontraban. En cuanto nos vieron pasar con la camilla y notaron a un JungKook despierto, no se tardaron el correr hacia nosotros.
Por supuesto, fueron los tíos Jeon los primeros en actuar.
SooHee lo abrazaba con fuerza, mientras él correspondía de la misma manera, como si hubiera pasado demasiado tiempo desde la última vez que hizo aquello. Su papá, mientras tanto, también abrazó a su hijo con cariño, mientras le murmuraba algo que no pude percibir desde mi oído.
Cuando se separaron lo suficiente y lo examinaron por completo, entonces fue que hablaron.
──Lo has hecho bien, hijo. Lo has hecho bien...
Pude notar desde mi posición como los ojos de JungKook parecían cristalizarse, bajo la clara evidencia de que esas palabras por parte de su padre habían calado hondo en su interior. El mayor palmeó el hombro de su hijo con suavidad, mientras Jeon sólo le agradecía en un susurro. Al mismo tiempo, la tía SooHee se encargaba de acariciar su pelo sedoso.
──Debes descansar ahora, ¿de acuerdo? ──advirtió, obteniendo un asentamiento de su parte──. Te amamos mucho, JungKook.
──Yo los amo a ustedes ──aseguró en una sonrisa.
──¡Yah! ¿¡Y a nosotros qué, infiel!?
Los presentes en aquel pasillo reímos por el grito de JiMin, el cual supe que había sido bastante alto ya que la atención de muchas personas recayó sobre nosotros. Y sinceramente no supe que me dió más risa, si su comentario o las expresiones desconcertadas de los demás.
──A ustedes también los quiero ──declaró JungKook, en un tono gracioso y burlón.
──No vuelvas a meterte en una cosa así, desgraciado ──expresó JiMin entre dientes, acercándose más a la camilla cuando los tíos Jeon se levantaron y fueron a un lado de mis padres──. No tienes idea del susto que me dió verte medio muerto... ¡Auch! ¿¡Pero por qué me pegan!?
──¡Shhh! Silencio, ya muévete, eres muy grande y no puedo ver a JungKook ──exclamó Byul con notable molestia, agarrando a JiMin de su cintura y brazos para sacarlo de ahí.
──O serás tú muy enana como para... ¡Ya! ¡Ya me callo!
Las risas brotaron de nuestros labios inconscientemente cuando Eun no tuvo piedad en golpear a JiMin. A mi mente llegaron los recuerdos de cuando estábamos en preparatoria y solían darse esas situaciones, y de repente sentí nostalgia por esos momentos.
Daría cualquier cosa para poder vivirlos de nuevo.
──Es un alivio saber que estás bien, Jeon ──mencionó Jin, apareciendo a su lado y restregando delicadamente la mano contra su cabeza.
──Gracias por haber llegado, SeokJin ──susurró, mostrando una débil sonrisa.
──Te dije que estaría ahí para salvarlos.
──Lo importante es saber que estás bien, pequeño ──mi madre, de manera cariñosa, se acercó al pelinegro y besó su mejilla, acción que lo hizo reír como un niño pequeño──. Todos estamos bien.
──En definitiva ──comentó Jennie, abrazando a papá y a mí, mientras invitaba a los Jeon para que se unieran.
Aquel abrazo que se dió entre ambas familias, se sintió como si aún fuera una niña pequeña. Esta noche, en tan sólo unos minutos, había recordado tantas cosas y ahora no podía detener el bucle que se estaba desarrollando. Me sentía nostálgica, como si nada de esto hubiese sucedido en realidad y sólo fuera un sueño, y al abrir los ojos fuera la misma niña de siete años dispuesta a jugar con su mejor amigo.
Entonces me preguntaba: ¿qué hubiese sucedido si nunca hubiera viajado a América?
O peor aún, ¿qué hubiese pasado si mi familia nunca conociera a los Jeon y a los Manoban?
Era algo que no deseaba conocer.
Por el contrario, sólo anhelaba que ese abrazo nunca terminara. Percibía una calidez enorme atrapar mi pecho, una clara muestra de felicidad, no obstante, dicha se desvaneció por un instante cuando caí en cuenta de algo.
Rápidamente me separé de ese abrazo, llamando la atención de las familias, y observé a la pelinegra que se encontraba entre los demás con una pequeña sonrisa en los labios y un lindo brillo en su mirada. A paso lento me acerqué a ella, quedando a pocos metros, y extendí la mano con la intención de que la tomara. Lisa abrió los ojos como platos y procedió a observar a Rosé a su lado, como si intentase pedir ayuda, pero lo único que recibió fue un empujoncito hacia mí.
Lalisa se quedó estática por unos segundos, debatiéndose entre que hacer con mi propuesta, al mismo tiempo en que observaba a su alrededor por instantes. Tenia miedo de obtener un no como respuesta, no obstante y para mí gran sorpresa, ella colocó su mano encima de la mía y se acercó, simultáneamente asentía con su cabeza.
Una gran sonrisa apareció en mis labios con aquella afirmación, y sin demorar mucho comencé a caminar de vuelta con nuestra familia, justo frente a nuestros padres. Ellos observaron a la jovencita con cierto dolor en sus ojos, podría decir que más bien era una nostalgia y melancolía, mientras que al mirar a Lisa sólo podía ver sentimentalismo y, de alguna manera, alegría.
Y todos nos quedamos con la boca abierta cuando ella, después de suspirar y prepararse mentalmente, dijo:
──Mamá... Papá... ──miró a ambos con una sonrisa en los labios y las lágrimas corriendo por sus mejillas, mientras nuestros progenitores no podían creer lo que habían escuchado──. Muchas gracias.
Cubrí mi boca con ambas manos y cerré los ojos cuando las lágrimas se acumularon, sintiendo todo mi pecho apretarse ante aquellas palabras. Los Jeon, al igual que mis padres, estaban atónitos y sorprendidos. Jennie, junto a mamá y papá, lloraba silenciosamente, y JungKook veía con muchísima ternura la escena.
Mis padres se mantuvieron estáticos por unos segundos, aún procesando la información, pero cuando finalmente cayeron en cuenta de lo que había sucedido, no se tardaron en abrazar fuertemente a Lalisa, como si nunca antes lo hubiesen hecho.
──Hija... ──susurró papá, llorando desconsoladamente y siendo la primera vez que lo veía así, y mamá no se quedaba atrás──. Te queremos mucho, hija. Perdónanos.
──No, no ──aclaró la jovencita, tomando un poco de distancia para observarlos──. Ya no se disculpen, todo esto es sólo pasado.
──No sabes cuánto te extrañamos, preciosa ──dijo mamá, besando su frente varias veces y abrazándola una vez más, mientras con un gesto de manos nos invitaba a mí y a Jennie a acercarnos.
La castaña y yo no pusimos objeción ante eso. Ambas nos unimos al gran abrazo, sintiendo una calidez mucho más grande al tener finalmente a Lisa con nosotros. Mi corazón latía con fuerza y mis ojos no eran capaces de detener las lágrimas de felicidad, y por la manera en que escuchaba a la chica sollozar, supe que ella tampoco.
Estuvimos alrededor de dos minutos abrazados, hasta que mi mamá alejó un poco a Lisa para observar su rostro, analizarla, aprenderse sus facciones de memoria, al mismo tiempo en que limpiaba sus lágrimas.
──Lili ──dijo, haciéndome recordar una de las cunas de la gran mansión──. Ese fue tu real nombre, en caso de que quieras saberlo.
Ella suspiró por lo bajo y sorbió por la nariz, mientras formaba una pequeña sonrisa en sus labios.
──Lisa es mucho mejor.
Mi madre asintió con su cabeza y besó la coronilla de la muchacha, al mismo tiempo en que abrazaba sus brazos.
──Estás donde debes estar, Lisa ──aseguró la tía Jeon, acercándose también para poder abrazarla──. Bienvenida a la familia.
Ella no dudó en corresponder al abrazo de la mujer, y mientras esa precios vista se formaba ante mis ojos, sentí como JungKook jalaba mi brazo para que me sentara a su lado en la camilla. Y al ver sus ojitos preciosos, volví a sonreír.
──Lo has logrado ──declaró, acariciando suavemente la piel de mi mejilla.
──¿Qué he logrado?
Entonces él sonrió.
──Salvar todo.
Una lágrima corrió por mi mejilla debido a sus palabras, pero antes de que pudiera bajar la mirada al suelo, él tomó mi barbilla para mantener mi vista en alto y sin previo aviso juntó nuestras bocas, bajo la única intención de sellar nuestro amor.
En ese instante escuchamos los "awww" de los demás, cosa por la cual tanto JungKook como yo reímos durante el beso, y antes e que nos alejáramos por completo, murmuró:
──Te amo.
Y no tuve que pensar dos veces mi respuesta.
──Yo también te amo.
El muchacho abrazó mi cuerpo con sus brazos y escondió su cabecita en mi pecho, mientras la mía descansaba sobre la suya en lo que dejaba caricias sobre su pelo.
Y fue en ese justo momento donde supe cuál era mi verdadero hogar.
Los chicos, nuestros amigos.
Mi familia y los tíos Jeon.
Lisa.
JungKook... especialmente él.
Ellos eran mi hogar. Mi verdadero lugar seguro, al cual podría volver cada vez que quisiera, y en cual sería para siempre feliz.
Ellos eran mi todo.
La única cosa de la cual no estaría arrepentida.
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EL PRÓXIMO ES EL FINAL 😭
Estoy escuchando una canción super triste mientras subo esto, juro que lloraré.
Este capítulo cerró la historia de las familias. Se estabilizó la relación entre los Jeon y los Kim, pero principalmente y lo que más lágrimas me trajo, ha sido la aceptación de Lisa a su verdadera familia. Creo que su personaje ha sido el más especial de esta historia, y ojo, que cuando empecé la historia no era mi intención 😭💗
Mañana, como es víspera de Navidad, no les subiré el final. No voy a ser tan cruel akdkqe
Pero, el lunes lo traeré junto al epílogo para ustedes </3
Las amito mucho 💗
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