Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

⚘. ▎77

Él y yo.
╰─────╮•╭─────╯

Viernes, 15 de septiembre del 2023.
07:36 hrs.

Estaba confirmado: sólo podía disfrutar de un buen sueño cuando se trataba de JungKook.

No sabía que efecto tenía este chico en mí como para provocarme esa gran cantidad de sensaciones, pero tampoco era algo con lo cual deseara luchar, puesto que amaba todo lo que me hacía sentir con su sola presencia.

Cuando estaba a su lado, mayormente si se trataba de una distancia casi nula, abrazados o recostados el uno con el otro, una calidez simplemente única se esparcía a través de todo mi interior. Mi cuerpo se mantenía pacífico, tal y como si estuviera agotado, o en ocasiones con una viveza sublime; la serotonina se activaba en mi cabeza y, eventualmente, me volvía más cariñosa y pequeña, a la intemperie para que cuidara de mí. Percibir sus toques, caricias, calor corporal, el olor de su exquisita colonia combinada con el mentol que protagonizaba su aliento, su tersa dermis bajo mis manos... Simples detalles que de algún modo, inexplicablemente, significaban todo como para hacerme sentir feliz, relajada y mucho más importante, segura entre sus brazos.

Tal y como sucedía en este preciso momento.

Mis ojos, sin motivo alguno y aunque aún continuasen cansados, comenzaron a abrirse lentamente a la par en que un pequeño bostezo se escapaba de mi boca. Mi cuerpo se encontraba cansado, sin fuerzas, en completa somnolencia. Y de no ser porque ya me encontraba despierta y con los ojos abiertos, volvería a quedarme dormida.

Lamentablemente no tenía esa suerte.

Volví a bostezar, esta vez un poco más alto, pero procurando no hacer demasiado ruido. Parpadeé un par de veces hasta que mi vista se encontrara un poco más clara, momento en donde pude tener una mejor perspectiva del lugar en donde me encontraba y las circunstancias que, literalmente, me atapaban.

No estaba en mi habitación, mucho menos en mi cama. El ambiente era totalmente distinto al que reconocía cada mañana en que me despertaba; las paredes, la posición de las cosas, el propio aroma a lavanda que permanecía, las velas artificiales en las esquinas... Claramente no se trataba de mi cuarto, y estuve a nada de caer en la desesperación de ese hecho justo antes de darme cuenta de todo y, principalmente, recordar.

Fue en ese instante que obtuve la realización de que estaba siendo abrazada por el pelinegro.en su suave cama, bajo las sábanas y, por la forma en que me sentía, completamente desnuda. Su cuerpo ──en la misma situación que yo── se encontraba presionado con el mío, trasmitiendo su calor y posteriormente una completa sensación de seguridad. Mi brazo descansaba sobre su pecho duro, bajo la mano percibía los suaves latidos de su corazón, indicando completa paz, mientras que él abrazaba mi cintura y, al tenerme posicionada contra su anatomía, lograba que mi rostro quedara escondido en el hueco de su cuello. Mis fosas nasales respiraban su aroma natural, y es de mi mayor agrado confesar que me gustó mucho más que cuando usaba sus clásicas colonias. Y si era posible, me encantaría poder sentirlo de esa forma todo el tiempo.

Quería estar con él siempre.

Lentamente alcé la vista dispuesta a encontrarme con su faz, y lo primero que vi fue suficiente para sacarme una amplia sonrisa. JungKook parecía encontrarse en su octavo sueño, puesto que todo su rostro expresaba una paz inconfundible. Sus labios finos y esponjosos se encontraban abultados, en la posición perfecta para ser besados. Sus ojitos permanecían cerrados, permitiéndome ver la forma de sus pequeñas pestañas. Al estar completamente quieto también pude apreciar ciertos detalles de su cara, como la cicatriz en su mejilla izquierda, algunas marcas que dejó el paso del acné, así como los diminutos pelos de su barba que no fueron alcanzados por la afeitadora. Y añadiendo que todo su cabello se encontraba despeinado, típico de cuando recién despertaba, me hacía tener una imagen completamente dulce de él.

Una vez más, reí por ello.

Pero al mismo tiempo sentí miles de mariposas recorrerme desde los pies hasta la cabeza cuando tuve las memorias exactas de lo ocurrido en la noche.

Los toques, caricias traviesas, besos húmedos... Todo, literalmente todo, había sido tan bueno que me sentía incapaz de olvidarlo. Y ahora, teniendo la vista perfecta del chico que amaba, mismo que me hizo la mujer más feliz de la tierra en esa noche, comprobaba que lo quería cada vez más.

Llevé la mano hacia su cabeza, acariciando los mechones rebeldes de su pelo e intentando acomodarlo en su lugar para que pudiese ver su frente, y mientras hacía eso tuve consciencia de como Jeon arrugó su frente y se movió un poco, como si estuviese despertando. Aproveché la situación para dejar un casto beso en su mejilla y, posteriormente, llegar a su comisura. JungKook frunció la nariz y sus labios ante ese toque, motivo que me trajo una risita, y al parecer eso fue aquello que lo hizo despertarse, pues pocos segundos después sus ojos se abrieron con lentitud.

El chico parpadeó constantemente y ahogó un bostezo en la almohada, pasando la lengua por su labio inferior y de paso acariciando su piercing mientras yo admiraba cada uno de sus actos como una boba. Cuando finalmente estuvo más consciente, aunque aún algo somnoliento, me regaló una pequeña y preciosa sonrisa.

──Buenos días, princesa ──murmuró con la voz completamente ronca.

«Ay mamá»

La mano que descansaba en su pelo bajó hacia su mejilla, y mientras él esperaba por mi respuesta yo me dediqué a delinear la atractiva cicatriz de su rostro con mi índice.

──Buenos días, Kook.

──¿Cómo dormiste?

──Increíblemente bien ──confesé, soltando unas risas pequeñas que rápidamente fueron contagiadas hacia él──. Siempre que estoy contigo me siento muy bien.

──Es el amarre de TikTok ──bromeó a la par en que acercaba su rostro al mío y, justo como yo lo hice, dejaba un corto beso en mis labios──. Yo también dormí bien hoy, estaba demasiado agotado.

──¿Y crees que yo no?

JungKook rió entre dientes, visiblemente burlón al respecto. Él dejó una caricia en mi cabeza justo antes de hacer un mejor agarre en mi cintura desnuda y, en un movimiento delicado, atraerme un poco más a su anatomía. Temblé ante su toque, evidentemente afectada por el calor de su mano, y nuevamente lo escuché carcajear con ello.

Mi mirada se conectó con la suya una vez más, pero en esta ocasión, muy distinto a lo que había visto hace unos minutos, su expresión era un poco más seria y con un ligero ápice de preocupación. Al notarlo de esa manera me asusté, sin embargo, cuando lo escuché hablar todo en mí obtuvo paz.

──¿Estás bien, mi amor? ¿Te... Te duele? ──preguntó suavemente, haciendo referencia a lo sucedido en la noche mientras trazaba círculos con sus dígitos en mi espalda.

Que hiciera una cuestión como esa me revolvió el corazón por completo, y de repente quise llorar por lo lindo que era.

No había prestado atención a mi estado físico hasta escucharlo hacer esa cuestión. Sentía un ligero ardor en la entrepierna y como si en mi interior algo estuviese roto, sin embargo, la molestia era soportable como para quejarme de ello, de igual manera que la paz de todo mi sistema hacía que me sintiese increíblemente bien.

Así que, bajo este pensamiento, procedí a responder:

──Sólo un poco, pero me encuentro bien ──aseguré, regalándole una pequeña sonrisa.

──Y... ──Jeon tragó saliva con dificultad antes de proceder, simultáneamente trazaba con sus dedos largos una serie de círculos en mi espalda baja──, ¿tú lo disfrutaste?

Su pregunta esta vez sí me sorprendió por completo, ya que de todas las cosas que llegué a imaginar, esto terminó siendo lo menos espero. Me generó cierta ternura la expresión de Kook ante su propia interrogante, evidenciando que se encontraba nervioso con lo que yo podría decirle. Sus ojos estaban abiertos por completo y sus mejillas, aún bajo las tenues luces de la habitación, prevalecían teñidas de rojo; añadiendo que continuaba un tanto somnoliento, era suficiente para que mi pecho se estrujara.

No obstante, cuando recordaba que este mismo chico había sido quién hace unas horas terminó con mi cordura, todo mi cuerpo se prendía en llamas ardientes ante el deseo erótico de volver a sentir todo aquello una vez más.

Tenía que bañarme con agua congelada.

──JungKook, la pregunta está de más ──reí con suavidad, invitándolo a copiarme mientras dejaba cariñitos en su mejilla──. Ni siquiera tengo palabras para explicar cómo se sintió todo esto anoche, sólo sé que... estuvo increíble ──confesé por lo bajo, intentando que el no notase el rubor que comenzaba a tomar posesión de mis pómulos.

Pero como siempre, fue muy tarde.

Escuché y presencié la amplia sonrisa de Jeon y como, repentinamente, me acercaba con más ímpetu hacia su cuerpo, logrando que nuestras respectivas pieles chocaran entre sí y encajaran a la perfección. Mi pequeña complexión quedó presionada contra la suya ──totalmente distinta a la mía, cabe destacar──, logrando que rozaran en un sutil movimiento y pudiera sentir todo el calor que emanaba su cuerpo. Pero principalmente, sentir mis pechos presionados contra sus pectorales, su mano dejar caricias por toda mi espalda hasta la curva de mi trasero, y su cabello entre mis dedos era lo más esencial para acabar conmigo.

Escuchar su voz, además y por consiguiente, fue todo.

──Yo también lo disfruté muchísimo ──declaró con sus labios presionándose sobre los míos, dejando pequeños besos dulces al mismo tiempo en que su mano me apretaba contra él, como si estuviera buscando más──. Nunca lo había sentido tan bueno hasta ayer, fue increíble... y tal vez, sólo tal vez, me haya vuelto un poco adicto a tí.

Quise reír por su comentario pícaro en ese momento, sin embargo, él no me lo permitió cuando unió nuestras bocas por completo en un beso profundo. Sin hacer muchos movimientos percibí como saboreaba mis belfos, y aunque yo intenté seguirle el ritmo, no pude debido a la gran cantidad de emociones que se encontraban recorriendo cada célula de mi piel.

El pelinegro acarició la curva de mi trasero con delicadeza, y por la manera en que generaba presión en ese lugar, supe que deseaba profundizar mucho más en nuestro roce de labios. No obstante y antes de que pudiera hacerlo, el timbre de mi celular interrumpió el momento.

Ninguno de los dos le tomó importancia al inicio. Podría decir que ni siquiera caí en cuenta de que el aparato sonaba, pero entonces, al hacerlo y pensar en la vida real que teníamos y que ahora mismo se encontraba en peligro, supe que prestar atención a esa llamada sería lo más sensato.

──JungKook... ──murmuré sobre sus labios.

──No atiendas...

──Tengo que hacerlo ──le dije, decidiendo apartarme sólo un poco para verlo.

Jeon formó un pucherito en sus labios, lo suficientemente tierno para sacarme una sonrisa y cumplir el deseo de besarlo una vez más. Entonces me giré sobre la cama hasta alcanzar el celular que descansaba en la mesa de noche, y en cuanto vi el nombre que sobresalía en la pantalla, mi ceño quedó fruncido.

──Es TaeHyung ──anuncié, escuchando por consiguiente el bufido de Jeon. Con cierta duda atendí a la llamada y llevé el teléfono a mi oreja──. ¿Aló?

──Buenos días, Olivia. ¿He... interrumpido algo?

─Buenos días, Tae. No, no interrumpes nada ──mi vista recayó automáticamente en JungKook, el cual alzaba una de sus cejas con burla──. Recién nos despertamos.

──¿Jeon está contigo ahora mismo?

─Sí, ¿lo pongo en altavoz?

Escuché la afirmación gutural por parte de Kim, y con eso fue suficiente para que cumpliera su petición.

──Buenos días, imbécil.

──Días, porque buena la noche que probablemente tuvieron ustedes dos ──insinuó, y juré que hasta pude ver en mi mente su expresión pícara──. Díganme, ¿usaron el globito? Fíjense, no quiero ser tío tan temprano.

─Si no te callas, te colgaré ──amenacé mientras escuchaba a JungKook reír fuertemente a mi lado, al igual que TaeHyung.

Hombres. Nunca los entendería.

──Ya, ya. Me pondré serio ──el chico carraspeó su garganta──. Hoy a las 7:00 haremos la reunión con algunos miembros de la prensa en la casa de mis padres, ahí dejaremos en claro que todo lo que está sucediendo es una simple mentira.

─¿Ya está todo planeado? ──inquirió JungKook.

──Sí, lo está. Colocaremos alta protección en el lugar y por lo que hablé con Jin hace unos minutos, ya han tenido un avance con la investigación...

─¿A qué te refieres con eso? ──esta vez pregunté yo, sintiendo mi corazón latir con fuerza debido a la situación de la cual había perdido noción.

Y escuchar su respuesta hizo que un suspiro, inevitablemente, se escapara de mis labios.

──Esta noche los encuentran, Olivia. Hoy ellos serán encontrados.

Mis ojos quedaron cerrados luego de aquello, sintiendo por consiguiente como JungKook acariciaba mi mano libre.

──Todo saldrá bien, lo puedo asegurar ──dijo suavemente──. Y bueno, sólo los llamaba para avisarles. Espero que tengan una bonita mañana, chicos.

──Lo mismo para tí, TaeHyung. Muchas gracias por todo.

──No es nada, Olivia. Nos vemos esta noche.

─Nos vemos.

Y colgó.

Dejé el celular nuevamente en el nochero y me giré hacia Jeon, quién me observó con una pequeña sonrisa en el rostro mientras, con sumo cariño, entrelazaba nuestras manos.

──Al igual que TaeHyung, puedo asegurarte que todo estará bien, princesa ──susurró con su voz ronca, depositando un beso en mi frente──. Te amo mucho.

Una inevitable sonrisa, acompañada del fuerte golpe de mi corazón contra mi pecho, me invadió luego de sus palabras.

──Yo te amo más, Jeon ──declaré, alzando mi mano libre hacia su cabeza para organizar los mechones rebeldes que trataban de interponerse en su frente. Me gustaba más cuando esa parte de su fisonomía quedaba al descubierto.

──¿Te gustaría que nos diéramos un baño?

Sin embargo, cuando escuché esto último, me puse pálida.

──¿Ba... bañarnos juntos?

Y él, sin problema alguno, asintió con mucha emoción.

──Mjum. Vamos ──me invitó con un gesto de cabeza mientras se sentaba en la cama, logrando que las sábanas que cubrían su torso cayeran y me permitieran ver toda su espalda desnuda. Pero entre todo eso, la expresión pícara que apareció en su faz fue lo que más destacó──. De todas maneras ya te vi e hice lo suficiente conmigo, así que...

──Ya cállate ──cubrí mi rostro con una mano, pretendiendo que él no viera el tono rojo que se esparció por mi cara.

Pero al escuchar su risa supe que fue tarde.

──¿Qué sucede, mi amor? ¿Acaso no quieres cumplir lo de volver a bañarnos juntos, pero ahora de adultos?

──Eres un idiota, Jeon ──carcajeé.

El aludido sonrió ampliamente y se inclinó encima de mí, en la misma posición de antes, sólo para besar mis labios por un corto instante y por consiguiente, de manera cariñosa, acuñar mi mejilla en su mano y unir nuestras frentes.

──Un idiota que te ama mucho y al cual tú también amas.

Y yo, sin poder negar al respecto, le respondí con otro beso.

──Efectivamente. Un idiota del cual siempre estaré enamorada.






∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·

18:47 hrs.







Las manecillas del reloj se habían movido muy lento el día de hoy, lo cual no era para nada beneficioso considerando la situación que me rodeaba.

Había permanecido ansiosa durante la mañana, y ahora que la noche se encontraba próxima la sensación se agrandaba. Aún si JungKook hubiese estado todo el día conmigo, también mis amigos y familia, no logré alcanzar la paz que tanto mi estabilidad ansiaba, sólo sumergiéndome en una terrible y profunda angustia.

Lo peor de todo era que ni siquiera había tocado el fondo, la zona más densa.

Observé mi propio reflejo en el espejo y juré que por un breve instante apenas pude reconocerme. No sabía que era, pero algo en mí se notaba distinto, como una representación de que en realidad no estaba viendo a la misma chica de siempre o en su defecto, a alguien que no conocía.

Probablemente, una yo nueva.

O también probable, la real yo.

Para la "reunión" preparada había optado por usar un vestido rosa pastel con ligeros brillos, corto hasta mis muslos y con mangas cubriendo todos mis brazos. Como la mayoría de veces traía el cabello suelto, cayendo completamente lacio por mis hombros y espalda; coloqué poco maquillaje en mi rostro, sólo tonos naturales como sombra de ojos y un bálsamo dulce para mis labios.

Eso era todo.

Con los dedos arrugué la tela del vestido, intentando calmar la ansiedad, mientras aspiraba aire lentamente para lograr mi cometido. Aunque hubiera obtenido una gran felicidad hace tan sólo unas horas estando junto a Jeon, la cruel realidad recordándome que me encontraba en problemas no había sido de ayuda. Estaba ansiosa, paranoica, temblando como un chihuahua, y todo a causa de la circunstancia en la que no sólo yo me veía envuelta, pero era una de las piezas más importantes.

Tenía un presentimiento terriblemente malo encima, clara indicación de que hoy algo saldría mal. Y lo más desesperante del tema era no saber de que se trataba, sólo mantenerme a la expectativa.

Eventualmente, por culpa de eso, era que aparecía la ansiedad y el miedo.

Cerré los ojos por tan sólo un segundo en el intento de encontrar algo de paz mental, sin embargo, fui interrumpida por un toque en mi hombro que, rápidamente, me hizo girar exaltada a la par en que abría los ojos.

En ese momento pensé lo peor, pero grande fue mi alivio cuando vi a Lisa.

De mi boca se escapó un suspiro.

──Perdón por eso ──rió débilmente.

──No te preocupes. ¿Siempre eres así de cautelosa? No es la primera vez que me tomas desprevenida ──también me uní a su risa, haciendo una clara referencia al día en donde, mientras investigaba la casa de los Manoban, ella me atrapó.

──Es inevitable, ¿qué te puedo decir?

Negué suavemente con la cabeza y, por consiguiente, exhalé un poco de aire. Bajé la mirada y noté que aún continuaba sosteniendo la punta del vestido, realización que automáticamente me hizo detener esa acción y jugar con mis manos.

Ella, obviamente, supo que algo me sucedía.

──¿Todo bien, Olivia? ──inquirió en un tono suave, delicado, llenándome de paz.

Y no sé porqué, pero deseé llorar.

──Ojalá estuviera bien ahora mismo ──susurré entre sutiles risas, conectando mi mirada con la suya──. Yo... sólo estoy asustada con todo lo que sucede.

──Bueno, compartimos sentimiento ──dijo, y prontamente sentí su presencia más cerca. Confirmé que había dado dos pasos hacia mí cuando su mano descanso en mi hombro como un acto de consuelo, el cual fue acompañado con sus palabras confiadas──. Yo también tengo miedo, sin embargo, estaremos bien.

──¿Cómo es que están tan seguros de eso?

Ella simplemente me sonrió.

──Porque yo misma impediré el daño que nos puedan hacer.

Bajo esa respuesta una sonrisa se formó en mi rostro, misma que se transmitió hacia el suyo casi al instante. Lisa acarició mi hombro y yo, como respuesta, acaricié el brazo que extendía hacia mí con la intención de abrazarla.

Pero una vez más fui interrumpida por otra voz.

──Opino lo mismo que Lisa.

Tanto la susodicha como yo incorporamos la mirada hacia la puerta del tocador en donde, con mucha brillantez, se encontraba Jennie. Ella también tenía una sonrisa leve en el rostro y, cuando comenzó a avanzar hacia nosotras dos, yo también lo hice.

──¿Desde cuándo estás ahí?

──Lo suficiente como para confirmar lo mucho que las quiero, corderito ──me respondió, mostrando sus hoyuelos al sonreír.

Lalisa rió ante eso.

──Ya, pero, chicas ──dijo con suavidad──, todo estará bien. No le harán nada a ninguna de las dos, lo aseguro.

──Muchas gracias, Jennie ──expresó la de pelo corto, Lisa, con una sonrisa melancólica.

La castaña negó con su cabeza y, antes de abrazarnos como lo había pronosticado, respondió.

──Realmente las amo, hermanas.

Y nos fundimos en un cálido abrazo: lleno de amor y, principalmente, añoranza.

Aquel acto perduró sólo por unos segundos, puesto que nuestra madre nos llamó desde el otro lado de la puerta para que finalmente saliéramos. Y en ese momento yo, aunque no tuviese elección, quise negarme y desaparecer de ahí.

No pude ni siquiera intentarlo.

Luego de unos minutos las tres salimos del tocador, avanzamos por los pasillos de la mansión de los Kim hasta que finalmente llegamos al gran salón, momento exacto en donde mi boca se abrió por la impresión.

El hogar de los padres de Tae era al estilo moderno. Ya había visitado la casa con anterioridad, para ser más específica, cuando recién nos estábamos conociendo y yo venía para "ayudarlo" con sus comportamientos. Una de esas veces él me mostró cada rincón del lugar, y entre eso estuvo incluido el gran salón que servía para festejos. Sin embargo, muy diferente a la estructura de la mansión, completamente moderna y con tonos blancos y grises, ese salón del que hablaba era todo lo contrario: a la antigua, con paredes marrones, muebles de seda y terciopelo, ventanales, piso de mármol, y candelabros colgando del techo para dar una iluminación natural.

No encajaba para nada con el aspecto externo de la casa y, tal como la primera vez, aquello me generó una gran sorpresa.

Mis ojos se dealizaron superficialmente encima de los objetivos existentes, así como mi nariz se embriagó con el aroma de la madera y mis oídos se deleitaban con la música tranquila que sonaba desde unos instrumentos. Eventualmente, mi vista recayó encima de todas las personas existentes al menos por un momento, enfatizando en los que me resultaban conocidos.

Todos mis amigos se encontraban aquí, nuestras respectivas familias también. Desde mi posición pude notar, además, no sólo a los periodistas que hoy venían por un poco de chisme, sino que también a algunos guardias dispersados y miembros de la policía, mismos que habían sido traídos por SeokJin.

Si me lo preguntaban, claro que ese hecho me asustaba.

Aunque el ambiente fuera ciertamente relajante y tranquilo, yo no me sentía así. Opuesto a ello, percibía la horrible inquietud recorrerme desde los pies hasta la cabeza, más porque ahora no me encontraba en un espacio reservado.

Estaba expuesta a cualquier peligro entre tantas personas.

Junto con Jennie y Lisa avanzamos hacia la mesa donde permanecían nuestros padres, y al sentarme en el asiento noté las bebidas que se encontraban servidas. Parecía vino tinto o de uva, no estaba muy segura, pero tampoco tenía deseos de averiguar. Por el contrario, mientras mi familia compartía palabras, yo me dediqué a continuar espiando a mi alrededor.

En la mesa a mi derecha se encontraban todos los chicos conversando sobre un tema del cual desconocía, y a sus alrededores se encontraban sus respectivos padres. Al otro extremo tenía a la familia de TaeHyung, en donde se encontraban tanto sus padres como JiSoo y SeokJin. No obstante, el peligris aquí se encontraba con la mirada perdida en su amada, Byul, quién al parecer lo estaba ignorando.

Había incomodidad entre ellos.

La parte curiosa de mí quiso quedarse un poco más de tiempo observándolos, pero cuando sentí una mirada intensa a mis espaldas, tuve la enorme necesidad de girar la cabeza y encararlo.

Y cuando lo vi, casi fallezco.

En otra de las mesas se encontraban los Jeon ──excepto el menor──, también degustando de las bebidas aunque en realidad sólo fuera una apariencia. Los mayores sonreían y charlaban entre sí, mientras que JungKook, quién capturó mi atención, no dejaba de observarme con una expresión atenta. No era para nada discreto, por el contrario, iba directamente al punto de mis ojos que me hacía no poder sostener su mirada.

Pero cuando eso sucedió, decidí dejar un escrutinio sobre él.

Como en esta clase de eventos, usaba el clásico esmoquín que sin duda le quedaba increíble; perfectamente amoldado a su postura pétrea y haciendo que, gracias al contraste de las luces y el ambiente del lugar, pero más con su simple presencia, deslumbrara una belleza única. Su pelo iba peinado al detalle, permitiéndome ver sus cejas y esa frente lisa; de igual manera, una de sus manos llevaba una copa de vino a sus labios, saboreando el dulce sabor de la bebida y, con la otra, dejando ligeros toques sobre la madera de la mesa. Aquella posición llena de sensualidad, unida al brillo profundo que me expresaba su mirada, logró que una sonrisa nerviosa se dispersara a través de mis comisuras.

Él, en cuanto lo notó, también me sonrió.

Desde que llegué en la noche no habíamos hablado, puesto que junto a TaeHyung habíamos quedado en que ninguno de nosotros, al menos hasta que todo se aclara, podía hablar con el otro. Se trataba de discreción ya que no sólo la prensa estaba involucrada, sino también nuestros principales opresores: los Manoban.

Ahí se encontraba el motivo tras toda la situación tensa y la falta de comunicación, causada por la dispersión, que habíamos tenido esta noche.

JungKook alzó una de sus cejas en mi dirección y, con una gesticulación perfecta de labios, me dijo:

"Todo estará bien, princesa"

Justo al instante en que dijo eso, yo asentí disimuladamente con la cabeza, dándole luz verde entonces para que el rumbo de su mirada se dirigiera hacia TaeHyung. Con mucho disimulo hizo un gesto con los dedos, y como si el peligris hubiese entendido a la perfección, noté como carraspeaba su garganta y pocos segundos después se levantaba de su asiento. Entonces, con una copa y una cuchara, las cuales hizo sonar respectivamente, atrapó a todos.

──¡Atención! ¡Pido un momento, por favor! ──exclamó, aumentando el volumen de sus toques.

La muchedumbre colocó la vista encima del varón, completamente atentos a cada uno de sus actos. Al instante supe que lo planeado con minuciosidad estaría por comenzar y, aunque en mi exterior no fuera aparente, me estaba hundiendo en mi lugar a causa del miedo que me propiciaba todo esto.

Realmente quería detenerlo.

Deseaba dejar de escuchar a esas voces que sólo me decían que algo malo estaría por suceder, pero aunque cubriera mis oídos para dejar de sentirlo, me resultaba imposible cuando en realidad y para mi propia desgracia, sólo se encontraban en mi cabeza, retumbando en cada rincón tal como un eco.

No obstante, con una respiración profunda y sólo un segundo para mantener mis ojos cerrados, intenté permanecer serena, con la vista fija en el peligris que, luego de obtener toda la atención, se dirigía lentamente hacia el centro del salón. Su postura era recta, sin ataduras o alguna muestra de inseguridad, y a medida que llegaba a la posición deseada eran audibles los murmullos de los periodistas aquí presentes, aunque el silencio fuese lo más predominante.

Y cuando finalmente estuvo en su lugar, curvó sus labios en una media sonrisa.

──Buenas noches a todos y gracias, sinceramente, por la atención que se me es brindada en este momento ──inició, con un tono sereno y que, a una visión simple, me hizo pensar en alguna conferencia que estuviese dando──. El encuentro de hoy, más que una celebración, aunque así lo parezca, está destinada a la aclaración de ciertos conflictos que en las últimas horas han atentado contra nuestra paz. Como bien saben todos los presentes, los rumores que se han dispersado por toda la nación se han convertido en tendencia. Sin embargo, ¿cuál es la real historia tras ésto? Curiosos deben estar, ¿no es así?

No despegué la vista de TaeHyung con cada palabra que expresaba, sin ser capaz de ahorrarme ciertas expresiones de duda ya que, aunque supiese que todo estaba planeado, algo me decía que había una piedra entrometida entre el tema.

¿Como lo suponía? Por la manera en que Kim TaeHyung no dejaba de observar a JungKook.

«Algo traman esos dos», me dije, frunciendo el celo mientras me acomodaba mejor sobre el asiento.

──Antes de que empiecen a hacer preguntas sobre el tema, debo aclarar que el rumor dado no es para nada cierto. Por el contrario, es completamente erróneo ──soltó, y casi al instante los murmullos de los presentes, excluidos los más cercanos, empezaron a ser más notables.

──¡Joven Kim! ¿Podría dar más argumentos sobre eso? ──pidió un periodista.

──Sí, ¿por qué dice algo como eso? ──secundó otro.

Mientras tanto, el peligris sonreía débilmente.

──Tal vez algunos lo sepan. La señorita Kim y yo nos conocemos desde un buen tiempo y, aunque en ocasiones no lo parezca ──él me observó con los ojos entrecerrados, sacándome una pequeña risa──, nos llevamos demasiado bien. Los dos somos buenos amigos desde ese entonces, pero nunca, ni en el peor de los casos se ha sobrepasado esa relación.

──¿Y qué hay de las fotos?

──Las fotos causantes de los rumores si son reales, pero no fue ninguna cita o encuentro romántico como ustedes lo suponen ──reconoció──. La señorita estuvo un par de años ausente debido a sus estudios, y cuando regresó no tuvimos la oportunidad de charlar por mucho tiempo. Así que ese día, mientras salía de la universidad, me encontré con ella en una cafetería que suelo frecuentar mucho y decidí sentarme a su lado.

──¿Y los toques de manos?

──Bueno, con eso podrán suponer que se trata de sólo un acto cariñoso, un acto de amistad, señores.

──Ya, pero, ¿qué hay de la opinión de la señorita Kim? ──exclamó uno de ellos.

Y en ese momento fui consciente de como la postura confiada de TaeHyung pasaba a convertirse en una más tensa.

El ambiente, que ya lo era, también pasó a convertirse en algo peor.

Mi corazón saltó hasta mi boca y, para mí desgracia, sentí como el aire se volvía una necesidad en mis pulmones. Lo que menos deseaba era opinar en la situación, primeramente, porque no me sentía cómoda, y para secundar, porque no tenía la más mínima idea de que decir sin terminar teniendo un ataque de pánico. Observé a mis padres, ellos también hicieron lo mismo, reflejando la alta preocupación en sus miradas. Lo mismo hice con el peligris, el cual, luego de mantener su vista encima de mí por un momento, la dirigió hacia Jeon a mis espaldas, haciendo que girara el torso para observar también al mencionado. Y cuando su mirada espesa se conectó con la mía, evidenciando una negación a las palabras del reportero, me sometí a un gran dilema.

──Señorita Kim, ¿podría hablarnos que piensa de todo esto?

Tenía dos claras opciones. Una era levantarme y hablar, bajo el riesgo de tener un ataque a causa de las miles de emociones que presenciaba. La otra correspondía en quedarme sentada y, por supuesto, negarme a decir una palabra.

Aunque, la idea de huir no era para nada mala.

Podría considerarla.

Lo difícil aquí era que me encontraba sin salida, en un lugar donde, aunque no hubiera mucha gente, me sentía terriblemente observada y para colmo, tenía una presión sobre lo que debía hacer y lo que no.

Estaba bloqueada.

Mi mirada reparó a mis alrededores y en todas esas personas que no paraban de observarme, generándome una ansiedad para nada beneficiosa y que, sin duda alguna, dió a entender a los más cercanos que no la estaba pasando bien.

Y fue TaeHyung quién se encargó de hacérselo saber a todos.

──La señorita Kim no debe decir nada y tampoco es necesario. Además de que, por si no está claro, su posición no es para nada cómoda entre todos ustedes...

──Pero si no habla resulta muy difícil creer a su opinión, joven Kim.

──Nosotros estamos aquí únicamente para aclarar lo que ustedes se encargaron de tergiversar ──manifestó una voz a mis espaldas, la cuál automáticamente reconocí como la de JungKook, y cuando giré para confirmarlo pude encontrarlo de pie en su lugar, con todas las expresiones duras en una evidente muestra de enojo──. Si deciden creer o no en nuestras palabras, ya es asunto de ustedes.

A partir de ese instante un debate surgió entre TaeHyung y JungKook contra los periodistas, y por un segundo juré que esto se pondría terriblemente feo, ya que no paraban de pelear contra ellos.

Supe entonces que de mis tres opciones planteadas, sólo podía hacer una de ellas para que el mal momento terminara. Así que bajo mucho pánico por lo que estaría a punto de realizar, me levanté de la silla y dije:

──La única verdad aquí es que todos ustedes son unos malditos entrometidos.

Cuando me escucharon hablar todo quedó en completo silencio, demostrando no sólo impresión por ese atrevimiento de mi parte, sino también debido al dominio que yo misma había ejercido. Sin importarme las expresiones preocupadas de mis familiares y las incrédulas por parte de TaeHyung y JungKook, caminé con pasos firmes hasta el centro del salón.

Noté como Tae pretendía decirme algo, pero antes de que tan siquiera lo intentara, volví a tomar la palabra.

──¿Desean una opinión mía? Pues es fácil. Todos aquí son simplemente unos entrometidos cuya vida no tiene nada interesante, y por eso van directamente a acabar con otra ──expresé, manteniendo la mandíbula presionada y los puños cerrados a cada lado de mis caderas──. Lo que dice el joven Kim y el joven Jeon es totalmente cierto, yo lo puedo afirmar como tanto lo pedían. Y espero que con esto en cuenta, sea más que suficiente.

──Pero, señorita.

──Es suficiente, dije ──repetí, sin ni siquiera observar fijamente al sujeto que se había atrevido a hablar.

Una vez más y para mi completa satisfacción, todo el lugar quedó en silencio. Observé al peligris a mi lado, notando como me regalaba una pequeña sonrisa que, inevitablemente, correspondí con otra, dándole luz verde para que volviera a tomar la palabra.

──Se tomaran acciones legales contra todo esto, así que se encuentran advertidos sobre eso ──aseguró, utilizando el tono grueso de su voz──. Lo sucedido ha sido un error y falta de comprensión por parte de ustedes, y aunque probablemente vuelvan a hacer lo mismo en otro momento, es necesario que sepan que nuestros corazones ya están ocupados por alguien más

La mirada de Tae se dirigió directamente hacia Eun Byul, la cual, en cuanto notó aquello, no fue capaz de ocultar una sonrisa pequeña y él sonrojo que se corrió por sus mejillas. Sin embargo, cuando el peligris se posicionó frente a mí y capturó toda mi atención, dijo algo que me llenó de alegría:

──Ve con Jeon.

Mis labios se alzaron en una amplia sonrisa y, sin pensarlo dos veces, abracé por un momento al chico antes de dar media vuelta hacia JungKook.

Él me observó atentamente y, pensando lo mismo que yo, empezó a caminar con agilidad hacia el centro del salón. Yo hice lo mismo, casi corriendo hasta su presencia, con las lágrimas queriendo escapar de mis ojos ante tanto alivio.

Y justo cuando estuvimos el uno frente al otro, no nos tardamos para unirnos en un abrazo.

La gran sala se llenó de ruidos repletos de ternura y los flashes de algunas cámaras, pero ni siquiera aquello fue un impedimento para que cortáramos el abrazo. Jeon abrazó mi cintura mientras escondía su cabeza en el hueco de mi cuello, simultáneamente yo rodeaba su cuello con mis brazos y descansaba la barbilla en su hombro. Podía sentir su calor corporal, el aroma de su perfume, y cada miserable, pero perfecto, dato de su presencia abrazarme en una burbuja; una que ya no tendría un rompimiento.

Esta vez sólo éramos él y yo.

──Te amo, HaeNul ──susurró en mi oído, alejándose sólo un poco para alinear nuestros rostros y hacer rozar nuestras narices.

──Te amo, JungKook. No sabes cuánto ──le respondí suavemente, sintiendo una lágrima de felicidad correr por mi pómulo.

──Y tú no tienes idea de cuánto deseo besarte.

Entonces, en un murmuro audible para nosotros, pero ahogado para los demás a causa del ligero bullicio, le dije:

──¿Y qué te lo impide?

JungKook rió sutilmente.

──¿No nos matarán por exponer nuestra relación al público? ──inquirió en un tono irónico──. Aunque bueno, creo que ya nos hemos expuesto demasiado.

Estuve a punto de murmurar "al diablo con eso" cuando sus labios, esos que había deseado probar desde la mañana, se unieron finalmente con los míos en un beso que no expresaba nada más que amor.

Ese amor que nos teníamos desde hace más de diez años.

La mano derecha de JungKook se colocó en mi mejilla mientras que la otra descansó en mi cintura, pegándome a su musculatura como si no quisiera alejarme nunca. Yo, por mi parte, llevé las manos a su cabello y lo acaricié suavemente, al mismo tiempo en que disfrutaba de las miles de mariposas que recorrían mi interior con el roce de nuestros labios.

Entonces supe o más bien, reafirmé, que sólo lo quería a él en mi vida.

Él siempre lo sería todo.

Y quería, en ese instante, poder quedarme así durante toda la eternidad. Pero ese toque de labios dulce, único y lleno de amor no duró mucho no sólo a causa del lugar donde nos encontrábamos, sino también por el comentario perteneciente a uno de nuestros amigos que rompió todo el ambiente amoroso.

──¡Vayan a una habitación, par de hormonales!

Como siempre, JiMin siendo él mismo.

La mayoría de las personas presentes no evitamos reír debido a ese comentario, mi carcajada aguda fue lo que rompió el beso y de paso le sacó a Jeon un par de risas. El aludido observó a Park con una enorme incredulidad, mientras el actual pelinegro sólo alzaba los hombros como muestra de desinterés.

Al final, JungKook terminó sacándole la lengua.

Por un breve instante consideré la idea de sentarnos junto a nuestras respectivas familias, ya que en realidad no tenía idea sobre lo que procedía luego de haber aclarado todo. Sin embargo y antes de que tan siquiera intentara averiguarlo, el silencio que adquiría el lugar fue reemplazado por la ambientación musical, esa al estilo lento y con toques de jazz, y rápidamente sentí como el muchacho frente a mí ajustaba el agarre en mi cintura como muestra de que se preparaba para bailar.

Y yo, sin alguna objeción, correspondí a su intención.

Descansé los brazos en sus hombros y él, sutilmente, comenzó a acariciar mi cintura cubierta por el vestido al mismo tiempo en que se movía con lentitud, en una danza suave y para nada apresurada. La música retumbaba en mis oídos, pero no de una manera abrumadora como lo sería en fiestas salvajes, opuesto a ello, era increíblemente armoniosa para mis oídos.

No obstante, de algún lugar reconocía esa melodía, y no supe de donde hasta que, cuando inició un tono particular, mi mente se llenó de recuerdos a la par en que mi corazón cobraba vida.

Instantáneamente mis ojos se abrieron en demasía, expresando total impresión, y JungKook se dió cuenta de ello cuando en sus labios apareció una sonrisa.

«No puede ser»

──JungKook...

──¿Finalmente te diste cuenta? ──inquirió con burla en su tono, evidenciando diversión con mi cara de boba──. Sí, es Still With You. La canción que compuse sólo para tí y en la cual se plantea la promesa de que, sin importar qué, siempre estaré a tu lado. Y hoy puedo asegurar que, a pesar de todo lo que ambos hemos vivido, estoy aún contigo, Olivia.

"Siempre lo estaré", susurró en lo último, acercando nuestros rostros para lograr que su frente cayera sobre la mía.

──¿En qué momento lo hiciste? ──pregunté, bastante curiosa al respecto.

──Ayer en la noche te lo iba a decir, pero hicimos de todo menos hablar, así que... ──dijo entre risas──. Hace unas semanas, en mis clases de música, nos pidieron hacer una canción y producirla. Y el tenerte aquí, llenándome de alegría, fue mi motivación para hacer lo que hace tanto deseaba hacer.

»Y bueno, pensé que traerla hoy sería reconfortante para tí, para los dos.

Una sonrisa enorme se formó en mis comisuras y de repente mis mejillas tomaron una temperatura caliente, probablemente tuviera la cara completamente roja. Escondí mi cabeza a un lado de su cuello y él, como acto de reflejo, también hizo lo mismo, depositando antes un beso en mi mejilla.

Así, durante un buen momento, ambos nos consumimos en esa danza, sin importarnos que a nuestro alrededor se nos hubieran unido algunos de los chicos. Por lo que pude observar a través del rabillo del ojo, estaban Rosé y YoonGi, TaeHyung y Byul ──ambos muy alegres── y NamJoon y Lisa bailando con nosotros. Mientras tanto, nuestros padres y los tíos estaban sentados juntos, charlando animadamente con la vista fija hacia nosotros. De igual manera, vi a HoSeok y JiMin jugar encima de la mesa con las servilletas y los cubiertos, tal y como si fueran dos niños pequeños.

Todos y cada uno de ellos parecían felices, con la mente completamente despejada y sólo disfrutando de la estancia en el lugar. Mis ojos se desviaron, principalmente, hacia la jovencita que bailaba con Nam, y en cuanto capturé la enorme sonrisa en sus labios, yo también sonreí por el sólo hecho de saber que se encontraba bien.

Lo más único del momento era la alegría plasmada en los rostros de cada uno...

... Y que los periodistas habían dejado de grabar todo lo que hacíamos.

No tenía consciencia de cuanto tiempo había transcurrido, pero supe que no había sido mucho cuando la pista creada por el mismo JungKook recién terminaba, dándole paso a otra ciertamente parecida.

Aunque se sentía como si hubiera pasado una eternidad.

De igual manera, no me había percatado hasta que un rayo se reflejó en el salón, de que estaba lloviendo afuera. Si mal no recordaba, habían anunciado un par de tormentas locales en la noche, lo cual, teniéndolo ahora en mente, me generaba un poco de inquietud.

Odiaba las tormentas.

Aunque estuviese abrazada a JungKook, no me contuve una ligera exaltación cuando vi la luz atravesar las ventanas, una vez, dos veces, constantemente y cada un intervalo de tiempo indefinido. Solía ponerme muy ansiosa cuando eso sucedía, ya que me hacía sentir o en su defecto, pensar, que algo malo podría pasar. De alguna manera me percibía en un alto peligro.

No obstante, justo en cierto momento, luego del retumbante estruendo del trueno y su correspondiente luz, a mí consciencia llegó un déjà vu.

Algo en mí me hizo pensar que este lugar, está circunstancia, el simple momento, ya lo había vivido con anterioridad. No por ya haber estado aquí como bien dije al inicio, sino más bien... algo más profundo.

Mucho más importante de lo que imaginaba.

Fue entonces cuando, poco a poco, como las piezas de un rompecabezas, todo encajó.

Y yo sentí miedo.

Mi pecho se estrujó de una manera inexplicable, tal y como si se hubiera roto en pedazos hasta provocarme un dolor que rápidamente reconocí. El aire me faltó por consiguiente y, eventualmente, todo mi cuerpo se tensó. Sin ni siquiera pensarlo me separé de JungKook, dejándolo algo confundido, mientras observaba a todos lados con cierto frenesí.

El lugar, la música, las personas... ¡Todo! Absolutamente todo lo que veía se volvió exactamente igual al último sueño que había tenido, y eso fue más que suficiente para llenarme de una inseguridad enorme.

"Peligro"

"Estás en peligro..."

No escuchaba nada más que no fuera eso. Por mi cabeza pasaban una gran cantidad de cosas, provocándome tanta bruma que apenas me era posible tener una vista clara.

Pero si había algo importante, era Lisa.

Empecé a buscarla con la mirada por todos lados, pero el no encontrarla hizo que sintiera todo el pánico crecer en mí.

Esto no era bueno.

──Olivia, ¿qué...?

──¿Dónde está Lisa? ──pregunté abruptamente, llevando ambas manos a un lado de mi cabeza.

──Hey, ¿estás bien? ──sentí la mano de JungKook posicionarse sobre la mía.

Y justo cuando lo observé, una lágrima se escurrió por mi rostro.

──JungKook... Yo...

──Tranquila, mi amor, tranquila.

──Yo soñé con esto ──dije, tratando de mantenerme relajada como lo pedía, pero sin ser capaz de lograrlo──. Kook, yo soñé algo muy malo con esto.

El chico se quedó petrificado luego de escucharme, y en tan sólo cuestión de segundos copió mi acción, observando a todos lados en la búsqueda de Lisa.

La chica no estaba en el salón.

──Quédate aquí, no te muevas.

Jeon corrió hacia donde se encontraba Nam junto a sus padres, pero no pude seguirle la mirada por mucho tiempo debido a lo asustada que me encontraba. No supe que sucedía a mi alrededor, apenas estuve consciente de ello. Las luces me comenzaban a nublar la vista, pero si podía escuchar los murmullos a través de la música y cómo los más cercanos, principalmente mis padres, estaban preocupados por mi estado repentino.

Pero como ya había dicho, no me sentía consciente de lo que acontecía.

De manera inevitable comencé a retroceder, alejándome tan sólo unos pasos de la zona central de salón, escuchando como todo se volvía lejano con el transcurso de los segundos.

Sin embargo, antes de que pudiera caer en el abismo, alguien me tomó por la cintura y cubrió mi boca con una mano, evitando que pudiera decir algo y, simultáneamente, atrapándome para no escapar. El corazón subió a mi boca y sentí como todo mi cuerpo se llenaba de miedo, mismo que aumentó cuando un balazo se escuchó en la sala.

Percibí los gritos y la euforia de las personas, lo cual rápidamente me sacó del trance al cual estuve a punto de entrar, llenándome de una serie de emociones imposibles de explicar, pero ninguna que fuese buena.

Y en esa posición, finalmente capturada por el depredador, sólo pude observar los rostros terriblemente asustados de mis familiares y, simultáneamente, como la pistola se posicionaba a un lado de mi cabeza y aquella voz a mis espaldas hacía presencia.

──Un sólo movimiento y ella, sin problema alguno, morirá.

≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪

APARECIÓ EL DESAPARECIDO :0

JKANSQKSN, no tienen idea de lo bueno que se sintió escribir este capítulo. Aún lo recuerdo y se me eriza la piel.
Bueno, solo este. Los otros dos que vienen fueron muy difíciles de escribir, pero también me gustaron mucho 👀

Les cuento: ya he terminado la historia en borradores. Sí, estoy que lloro 😭
Por tanto, les traeré un maratón durante toda esta semana. Esperen por ello <3

Nos vemos, chikis
Las amito mucho ♡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro