⚘. ▎75
❝La salvación de todos nosotros.❞
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JEON JUNGKOOK
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Jueves, 14 de septiembre del 2023.
18:27 hrs.
La toalla se deslizó por mi cabello mientras lo secaba, al mismo tiempo en que avanzaba por mi habitación hasta pararme frente al espejo. Recién había salido del baño luego de darme una ducha fría, tenía demasiado calor y que mi día hubiese sido bastante apretado me generaba un cansancio enorme. Universidad en la mañana, trabajo en la tarde... Era como para desear el fin de mi existencia.
Odiaba estas jornadas que no me traían nada bueno.
Una vez que terminé de arreglar mi pelo y me coloqué una camiseta, decidí ir hasta la sala para colocar un poco de música. Ya había comido algo en el trabajo, así que no cocinaría nada hasta que fuera más tarde, o en cambio, me mantendría con esa comida en el estómago hasta el día siguiente.
Dieta, le dicen.
Fui directamente hacia el gran sofá de la sala y, casi al instante, Bam me siguió, sentándose en mis pies. Llevé las manos hasta su cabeza y lo acurruqué, jugando de un lado a otro sólo para molestarlo. Él como respuesta abría su boca con intenciones de morderme, jadeando al mismo tiempo.
──¿Qué pasa, uh? ¿Te gusta? ──no me detuve y continué con aquel peculiar juego, supe que sí era una afirmación a mis palabras por la forma en que se emocionaba──. Eres un masoquista de mierda.
El animal ladeó su cabeza y alzó las orejas, como si me hubiera entendido por completo y estuviera colocando una expresión de indignado.
Yo sólo me limité a carcajear antes de hacer uso en mi celular.
Noté que tenía una serie de llamadas perdidas, pero no le tomé importancia. Lo único que deseaba era relajarme porque realmente había tenido un día agotador, me merecía dormir por veinte horas, en caso de que pudiese. Ignorando todos aquellos llamados procedí a meterme en la galería y revisar todas las fotos que llegué a tomar el día anterior, pertenecientes al cumpleaños de NamJoon.
En la tarde de ayer habíamos planeado reunirnos en el departamento del castaño con el único fin de tener una pequeña fiesta. Nos mantuvimos charlando, cantando y bebiendo como un grupo de locos, hasta que un rato después las chicas se nos unieron y pasaron un buen rato con nosotros, pero al final de la noche decidieron irse ya que tendrían una pijamada.
Les preguntamos si podíamos estar, sin embargo, se negaron porque decían que era una noche de chicas.
Siempre me había preguntado que hacían en esas reuniones. Probablemente conspirar en nuestra contra como lo haría un grupo de brujas.
Que Dios se ampare de mí.
Pasé las imágenes hacia la derecha a medida que las veía, y con cada una de ellas sonreía abiertamente. En algunas sólo parecíamos bobos, en otras estábamos más presentables, también habían varias que podían servirnos para memes personales y esa clase de cosas; pero principalmente, las que me había tomado con mi chica.
Fue la primera vez que la volví a ver desde esa noche en el planetario. Y me sentía tan feliz de que, luego de mucho tiempo, finalmente ambos pudiésemos juntarnos como un sólo amor.
La había extrañado mucho.
Besarla, tocarla, sentirla... Era un privilegio para mí; uno del cuál siempre estaría agradecido, porque tenerla a mi lado era un regalo único.
Con cada fotografía que veía mi sonrisa aumentaba gradualmente, evidenciando la felicidad persistente por cada célula en mi interior. No obstante, justo como mis labios se alzaron, también descendieron, y todo a causa de la notificación que había llegado a mi celular desde una de las redes sociales. Instantáneamente cuando la vi pude sentir el fuego crecer en mi interior y como toda la confusión, así como el coraje, me carcomía hasta el último pelo de mi cabeza.
Y todo eso con tan sólo leer el enunciado:
"¡Kim TaeHyung y Kim Olivia están saliendo!"
Mi ceño se frunció y todo mi rostro adquirió una enorme tensión, misma que se trasladó por todo mi cuerpo hasta el punto de convertirme en una fiera. Rápidamente me metí a investigar en la noticia, y a medida que leía el enojo se volvía mayor.
"¡Los herederos de los conglomerados Kim han sido vistos en una cita! En la mañana del lunes la joven Olivia y el joven TaeHyung fueron encontrados en una cafetería cerca de sus respectivas universidades y la prensa afirma que podrían estar en una relación amorosa, ya que hace unos años ambos jóvenes eran amigos cercanos y..."
Seguí leyendo hasta que la absurda notificación daba por terminada, y así como esa podía encontrar una gran cantidad. Todos los malditos medios estaban hablando de lo mismo e incluso habían usuarios que afirmaban tal suposición con solo ver una foto.
Y mientras me dedicaba a observar con gran odio todo lo que estaba pasando, una llamada de mi padre llegó al celular, interrumpiéndome por completo.
Sin pensarlo dos veces accedí, levantándome simultáneamente del sofá y caminando hacia la cocina sólo para buscar un vaso se agua.
Tenía que apagar el fuego en mi interior.
──¡Jeon JungKook! ¿¡Por qué cojones no tomabas el teléfono!?
──¡Porque me estaba dando un jodido baño! He tenido el peor de los días y... ──una risa irónica, tan falsa como la noticia que había leído, se escapó de mis labios──, ahora me entero de esto. ¿Puedes explicarme qué mierda sucede?
──Es mejor que vengas a casa, aquí...
──¡No! ¡Me explicas ahora o nunca, papá! ──exigí, enormemente molesto con toda esta porquería.
──La prensa subió unas imágenes de Olivia y TaeHyung como si fueran una pareja ──declaró, y por la manera en que su tono se tornó más apagado, supe que se encontraba algo cansado──. Todos están locos con eso desde hace media hora. Ahora mismo estamos todos, incluidos tus amigos, en la casa de los Kim. Necesitamos que vengas.
Bebí, mientras mi papá hablaba, un sorbo del vaso de agua que había tomado, sintiendo la frialdad correr por mi anatomía y generarme algo de calma, aunque no fue la suficiente como para aligerar mi terrible molestia. Apoyé mi brazo libre sobre la meseta y observé a la nada por un par de minutos, pensando en todo lo que estaba sucediendo así sin más.
¿Por qué, justo cuando todo estaba bien, debía pasar algo como esto?
Supe que sólo podía averiguarlo de una forma.
──Estoy ahí en diez.
KIM OLIVIA
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18:47 hrs.
Todo estaba terriblemente mal.
Era increíble cómo hace unas horas gozaba de la mayor de las alegrías y ahora, en tan sólo un chasquido de dedos, me encontraba cayendo como si de una montaña rusa se tratase.
Y utilizando esta hipótesis, mientras más alto estuviera, mucho más rápida y fatídica sería la caída.
Ahora mismo me sentía así.
En lo largo de estos tres años había sufrido de una maldita inseguridad con respecto a todo lo que se encontraba a mi alrededor. Incluso lo más bueno, bajo la coacción de mi cerebro, me parecía un peligro y de ninguna manera lograba encontrarme tranquila.
Y aunque sonara exagerado, había olvidado por completo lo que era estar en paz.
O al menos así fue hasta que estuve de vuelta en Corea junto a todos los chicos. En las semanas que avanzaron desde ese entonces había sucedido tanto que me resultaba casi imposible expresar como me sentía al respecto; lo único que podía decir era que increíblemente, todo en mi vida comenzó a mejorar gracias a ellos.
Con JungKook, con las chicas, con Lisa... Incluso entre nuestras respectivas familias.
Pero ahora, una vez más, la vida me demostraba que podía ser la mayor de las desgracias y que la felicidad sólo era efímera.
Estaba sentada en la sala de mi casa junto a todos mis amigos, quienes habían venido automáticamente supieron lo que sucedía. Mi padres estaban haciendo llamadas telefónicas, los Jeon junto a los padres de TaeHyung también; este último de igual manera se encontraba revisando su celular mientras se movía de un lado a otro, y a mi lado tenía a las chicas y los demás intentando ayudar.
Yo, por mi parte, me encontraba encogida en el lugar sin saber que hacer. Estaba cohibida, asustada y... confundida. ¿Cómo era posible que algo como esto sucediese sin que existiera una prueba contundente?
Perfectamente diría que se trataba de la prensa, pero bajo mi situación, tenía la terrible idea de que se trataba de algo mayor.
Estaba demasiado segura de eso.
Demasiado como para sentir el pánico correr tras mi venas.
Y como si fuera poco, escuchar las palabras del señor Jeon una vez que regresó a la sala hizo que sintiera todo mi cuerpo tensarse.
──JungKook viene en camino.
Maldición.
Iba a ser sincera al decir que su presencia me hacía falta, en un momento como éste lo único que necesitaba era un abrazo suyo, no obstante, que estuviera aquí simultáneamente me generaba un miedo, ya que imaginaba el enojo que podría sentir y eso era suficiente para inquietarme.
La situación iba de mal en peor, cada segundo avanzado me lo afirmaba.
Permití que un suspiro escapara de mis labios en un descuido, evidenciando que estaba cansada de todo esto. Lisa, la cual permanecía a mi derecha, sostuvo mi mano entre las suyas y dejó un suave apretón como forma de apoyo. Inmediatamente alcé la cabeza sólo para observarla, y en cuanto vi la sonrisa tranquilizadora en sus labios, acompañada de un comentario de ánimo, sentí un poco más de confianza con respecto a todo el tema.
No obstante, permanecía intranquila y eso era, principalmente, a causa del mal presentimiento que no sacaba de mi cabeza.
Algo malo estaba por suceder.
Y no tenía idea de que era.
No tenía noción del tiempo que transcurría, y tampoco era como si en estas condiciones me importara saberlo, pero por la forma en que todos se habían desplazado de su lugar sin ni siquiera yo darme cuenta, supe que había sido el suficiente.
Lo reafirmé cuando de manera estruendosa la puerta de nuestra casa fue azotada, indicando que alguien había llegado. Rápidamente coloqué mi vista en el peligris a unos cuantos metros de nosotros, el cual observaba fijamente hacia la entrada, y mientras las zancadas del invitado se hacían sonar con su cercanía, noté como a TaeHyung se le iban los colores del cuerpo.
Lo que sucedió por consiguiente fue tan veloz que apenas lo procesé.
JungKook, a un paso agilizado, fue directamente hacia Kim y lo sostuvo del cuello de su camisa. Aquel acto se notó tan violento que todos en la sala nos asustamos y yo, en el intento de calmar lo que sucedía, me levanté del sofá.
Mientras tanto, Jeon decía:
──¿Qué demonios es todo esto, Kim TaeHyung? ──interrogó en un tono profundo, tan oscuro como el color de sus ojos.
──Yo no he hecho nada, JungKook, así que tranquilízate ──pidió el de cabello gris, intentando sonar calmado aunque era evidente el temblor de su tenor.
──Más te vale tener una explicación para esto, porque te juro...
──¡Chicos! ──exclamé, dando lugar entre los dos para detener el evento desafortunado que estaría por suceder──. Ya paren.
El encuentro de miradas entre esos dos no cesaba de ninguna manera, y era necesario aclarar que la mayor intensidad provenía por parte de JungKook. De repente la circunstancia me transportó a hace unos tres años, esos momentos donde ambos se repudiaban el uno del otro sin impedimento alguno; no obstante y como una diferencia, Tae parecía más asustado.
Y en su lugar estaría igual, porque la mirada de Jeon no era para nada amigable.
La tía SoHee también se unió a mis palabras unos segundos después, pidiendo con su típico tono autoritario que los dos dejaran las estupideces y colocaran los pies sobre la tierra. JungKook no cedió de ninguna manera, estaba completamente estático e inexpresivo, o al menos se mantuvo así hasta que toqué su brazo y por consiguiente, murmuré su nombre.
En ese momento pareció reaccionar, ya que sentí bajo mis dedos como su cuerpo comenzó a relajarse, de igual manera que sucedió con las expresiones de su rostro. Lentamente el agarre que mantenía en la camisa de TaeHyung se fue retirando hasta hacerlo por completo y, finalmente, el color de sus ojos se dispersó para eliminar esa negrura.
Suspiré más aliviada ahora.
Jeon pasó una mano por su cabello y dió una mirada panorámica a la sala, capturando a cada uno de los presentes antes de reincorporarse frente al peligris.
──Yo... Perdona por esto...
──No te preocupes ──aseguró TaeHyung, dando una palmadita en el hombro de JungKook simultáneamente dejaba escapar una risotada──. Sólo no vuelvas a llegar así.
El pelinegro también rió, pero en vez de responderle, decidió observarme y sin pensarlo mucho, dar dos pasos hasta poder estrecharme entre sus brazos.
Aquello fue como una cura al dolor en mi corazón.
La calidez que emanaba su cuerpo fue lo primero en atraparme por completo, lo segundo fue su característico aroma a vainilla, mismo que inundó mis fosas nasales hasta el punto de embriagarme; justo como lo haría una adicta ante una droga sumamente peligrosa, pero exquisita. Al mismo tiempo, JungKook acariciaba mi espalda y también la parte trasera de mi cabeza como un acto tranquilizador.
Quise quedarme así para siempre.
"Todo estará bien, te lo aseguro" fueron las palabras que murmuró contra mi oído, las cuales además de provocarme innumerables corrientes eléctricas a través de mi cuerpo, me generaron una confianza tan grande como para llenar mis ojos de lágrimas.
Lentamente el chico puso distancia entre nosotros y besó mi mejilla, tan delicadamente como lo era su simple toque y presencia.
De verdad quería llorar.
Cómo un acto de reflejo y correspondiente a mi estado vulnerable, dejé que mi cabeza descansara en su pecho.
Sólo necesitaba eso.
──Ya pero, ¿realmente podrían explicarme cómo ha sucedido ésto? ──inquirió Jeon, demasiado curioso y aún sin alejar la molestia en su tono de voz.
──No sabemos ──declaró mi papá──. La prensa es la prensa y estas cosas siempre suceden. Ya hemos tomado cartas en el asunto.
Una risa sin gracia se escapó de los labios de JungKook instantáneamente.
──Podrán quitar todas las noticias, pero, ¿qué harás con todas las demás personas que están al tanto del chisme?
──Estamos pensando en esto, por el momento...
Las palabras de mi progenitor fueron interrumpidas cuando nuevamente la puerta de mi hogar fue abierta, al parecer teníamos a otro invitado, y cuando observé a través del pasillo que dividía la entrada de nuestra sala, me encontré con la gran sorpresa de ver ahí a Eun Byul y SeokJin.
Y los dos no se veían alegres.
──Buenas tardes a todos ──dijo amablemente, de igual forma en que hacía una reverencia y estrechaba la mano con mi papá.
Mi mirada recayó en la castaña, misma que observaba a TaeHyung como si a través de su mirada estuviera diciéndole algo. Justo unos segundos después se dirigió a mí y me abrazó, lo mismo que hizo con Jeon.
Rápidamente y copiando los actos de ella, SeokJin hizo lo mismo, asegurándose varias veces de que me encontrara bien.
──Me alegra que estés aquí ──dije en completa sinceridad, motivo por el cuál pude notar la sonrisa en su rostro.
──Vengo a ayudarlos. Tengo un mejor manejo en estas cosas y sé cómo solucionar lo sucedido. Así que manténganse tranquilos ──aseguró, logrando que el ambiente en la sala tomara una vibra diferente. Automáticamente comprobé como todos se veían más relajados, sin embargo, yo sabía que no era así. Y el simple hecho de ver la expresión de Jin en completa seriedad, evidenciando un miedo que nunca visualicé en él, me lo comprobó a la par de sus palabras──. Sin embargo, hay un motivo mucho más importante por el cuál estoy aquí.
La mirada de Jin se dirigió hacia mí, y en el momento exacto en que nuestros ojos se conectaron, tuve una idea de lo que podía estar pasando.
Y quise con toda mi alma que se tratara de una pesadilla.
──¿Cómo? ¿A qué te refieres? ──quiso saber TaeHyung.
──Primeramente, necesito que estén tranquilos ──aclaró, esta vez sonando más desesperado que antes──. Para secundar, Olivia y Lisa ──se dirigió a nosotras, para ese punto la jovencita había avanzado hasta llegar a mi lado──: las necesito cuerdas en este momento.
──¿Qué sucede, Jin? ──preguntó ella en esta ocasión.
En ese momento el castaño compartió miradas con Eun, la cual a mucho pesar terminó asintiendo, y entonces, una vez que tomó seguridad, respondió.
──Están de vuelta.
Sólo tres palabras que representaron una inclinada caída.
El presentimiento que había percibido durante toda la tarde finalmente cobraba sentido, y si era sincera me hubiera gustado no saberlo aunque ya lo había supuesto. La realización de lo que aquellas palabras significaban tocó fondo en cada uno de nosotros, pero principalmente en mí y la chica a mi lado, la cual de la misma forma que yo, estaba sintiendo el pánico.
«Maldita sea»
Cubrí mi rostro con ambas manos y sentí como JungKook afianzaba el agarre por mis hombros, permitiéndome saber su apoyo aún si no lo dijera con sus propias palabras.
Mientras yo intentaba calmarme, SeokJin prosiguió.
──Encontramos esta nota en la oficina minutos antes de que la noticia fuera dada.
Supe que Lalisa había tomado la nota debido al pequeño jadeo que se escapó de sus labios, y eso fue más que suficiente para que yo también me acercara a leer, teniendo la misma reacción que ella justo cuando leí las pocas palabras escritas.
"Esta vez no hay salvación"
──K.J.H.
Sentí mi pecho encogerse instantáneamente y como, de repente, el aire se volvía una necesidad en mis pulmones. De no ser por la cercanía de JungKook y que Lisa sostuvo fuertemente mi mano, me hubiera desmoronado ahí mismo en un ataque.
Mis padres y los de JungKook, así como también los señores Kim y mis amigos, comenzaron a ponerse inquietos en cuanto comprobaron que las palabras de Jin eran totalmente ciertas.
Lo que tanto había temido, ahora sucedía.
──¿No saben dónde se esconden? ──cuestionó mi mamá, se le notaba demasiado asustada debido al tono que usaba en su voz.
Jin negó con la cabeza.
──Tengo a mis hombres buscando de lado a lado y a toda la policía en eso. Esta vez les puedo asegurar que no habrá ningún peligro para la todos, especialmente ustedes ──nos señaló a mí y a Lalisa──. Les prometo que ellos no le harán daño.
──Por otro lado, deben saber que lo sucedido hoy ha sido una distracción ──añadió Byul, acercándose a todos nosotros y haciendo que la observáramos atentamente──. Con esto están logrando que la prensa y nosotros mismos fijemos nuestra atención en algo más, y esto con el único fin de ser cuidadosos a la hora de atacar.
──La misma táctica que usaron hace años ──escupió mi padre con enojo──. Esos malditos...
──Creo que todos sabíamos que algo como esto sucedería en algún momento ──declaró SeokJin, intentando mantener la calma──. Así que ahora sólo puedo pedirles que mantengan la calma y se mantengan a salvo.
»Pondré a policías merodeando el hogar de Lisa y Eun Byul, así como haré aquí y en la casa de todos ustedes. Esta vez los Manoban no tendrán piedad al atacar y cumplir lo que alguna vez prometieron.
──Conozco a personas que podrían ayudar con esto, las puedo contactar si te parece bien ──opinó NamJoon.
──Ahora hablamos de esto ──respondió Jin──. Mientras menos personas estén involucradas, mejor. Ahora sólo necesitamos acabar con los rumores y lograr que todos estén a salvo.
Un agotador suspiro salió de mis labios en ese preciso momento, JungKook lo notó, pues no se tardó mucho en abrazar mi cuerpo. Las ganas de llorar habían aumentado gradualmente y el miedo significaba algo que no podía controlar. Estaba aterrada con todo esto.
Estaba asustada por la presencia de esas personas y la negativa idea de que algo saldría mal.
No obstante, el comentario de TaeHyung entre todo el silencio que se había dado en la sala, fue la pequeña chispa que trajo esperanza.
──Tengo una idea.
∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·
20:06 hrs.
La orilla del vaso se presionó contra mis labios simultáneamente lo inclinaba, permitiendo que el agua fresca se abriera paso por mi garganta y mi cuerpo se sintiese más relajado que antes. Juraría que nunca, en los veintiún años de mi vida, había disfrutado tanto de un sorbo de agua hasta este momento.
Y también que era la primera vez en todo el día que lograba estar más tranquila.
Había dejado a todos los presentes en la sala, bueno, quienes quedaban, puesto que algunos ya se habían retirado a sus respectivos hogares, sólo para venir a la cocina y huir, de algún modo, de todos mis problemas. La carga mental que se concentraba en mi cabeza era tan grande como para explicarla, mucho menos para sobrellevarla; el único pensamiento que prevalecía en todos lados era el deseo infinito de que, por favor, todo pudiera arreglarse.
Me volvería loca a este punto.
SeokJin había dejado claro que cualquier cosa podría suceder, los Manoban eran personas despiadadas y lo suficientemente audaces como para, en un sólo chasquido de dedos, dar vuelta a la situación y colocarlos entre la espada y la pared. Y bien sabíamos todos que la jugada actual sólo era el comienzo de un plan sin fin.
No obstante, la idea que todos habíamos conformado en la sala hace unos minutos resultaba eficaz para enfrentarlos, sólo debíamos esperar a los resultados que pudiera traer.
Y ahí se encontraba mi miedo.
«Ya... ya no quiero seguir con esto...», era lo único que pasaba por mi cabeza a medida que el tiempo avanzaba, y se sentía tan horrendo, tal cual una tortura de la cual no podía escapar.
Como una habitación oscura sin luz y... sin salida.
Atrapé mi labio inferior entre mis dientes y lo mordí con fuerza, aguantando el dolor físico que pudiera sentir con la intención de que, de esa forma, los pensamientos negativos se alejaran de mi cabeza. Sin embargo, no estaba funcionando, no había forma de que pudiera sacarme aquello de la cabeza y quise llorar.
Pero justo en ese momento, como si de un ángel se tratase, escuché su voz grave a mis espaldas.
──¿Olivia?
A una velocidad promedio, no muy rápida para demostrar exaltación y tampoco lenta para dar a entender inseguridad, di media vuelta y me encontré con sus ojos brillosos y esa expresión de vergüenza plasmada en su rostro.
Lo que más destacaba en su faz, además de su mirada, era la mueca incómoda en su boca.
Yo no hice nada más que un simple sonido gutural, el cual rápidamente trajo un silencio a la cocina en el que no nos sentíamos a gusto. TaeHyung, quién prevalecía del otro lado de la barra de la cocina, suspiró como si hubiera corrido un maratón y agachó su cabeza para evitar verme. Contrario a él, incliné el rostro hacia un lado y fruncí un poco el ceño, esperando de su parte que dijera algo, pero no fue así. Entonces aproveché ese momento para dejar un corto escrutinio sobre su figura esbelta, misma que ahora se notaba suelta y... diría que hasta tensa; su cabello grisáceo, en el cual pude encontrar ciertas mechas oscuras debido a que no se había retocado el tinte, caía lacio por su frente hasta cubrir su rostro; sus brazos se encontraban apoyados en la meseta y sus dedos largos iban aferrados en la superficie, como si en cualquier momento pudieran atravesar el duro mármol; de igual manera, una de sus piernas estaba acomodada de tal forma que una de su caderas estuviera alzada, y si me enfocaba en su espalda reluciente debido a su inclinación, podía notar algunos músculos tensos.
En una opinión general y a base de mi análisis, estaba clarísimo el hecho de que Kim no se encontraba para nada contento. Contrario a eso, estaba agotado.
Verlo así, sin intenciones de decir o hacer algo, fue lo que me invitó a abrir la boca para soltar apenas una sílaba, puesto que rápidamente me interrumpió con una impaciente declaración.
──Lo lamento...
Su susurro fue tan bajo y frío como la misma temperatura en una noche de invierno, casi helándome por como, al alzar su cabeza, pude notar sus ojos con un brillo que no me expresaba más que arrepentimiento.
Automáticamente y sin pensarlo mucho, dejé el vaso a un lado sólo para doblar la isla de la cocina.
──No te disculpes, TaeHyung. No es tu culpa ──aseguré, colocándome a su lado y sosteniendo su brazo con suavidad.
──Si es mi culpa, Olivia ──giró su cabeza y me observó fijamente, enseñándome a través de sus ojos lo culpable que se sentía al respecto. Lentamente se incorporó en su lugar, y en ese justo momento tuve que doblar el cuello debido a las diferentes estaturas que poseíamos──. Si yo no hubiera sido tan descuidado al encontrarme contigo de esa manera...
──Hubiera sucedido de todas maneras ──aclaré antes de que terminara──. Esto estaba pronosticado, Tae. Hubiera podido pasar con JungKook, con HoSeok, con YoonGi... El objetivo era que tuviéramos algo más en que pensar antes de atacar.
──Pero pasó conmigo, Olivia, y no puedo quitarme de la cabeza que pude haberlo impedido.
──De igual manera los Manoban habrían aparecido y eso es lo importante ──usé la lógica, provocando que él se quedara sin nada más que decir──. No es culpa tuya, TaeHyung. Ni se te ocurra volver a pensarlo o te pego.
Para el peligris fue inevitable soltar una risotada, tan grave como era característica en su tono de voz y que me hizo recordar ese día en donde nos conocimos, motivo por el cual tampoco me contuve a reír. De repente él, a paso inseguro, hizo más corta la distancia entre los dos, y por el gesto que hizo con sus brazos, acompañado de la sugerente mirada en sus ojos, supe que su intención era abrazarme.
No tuvo que preguntarlo tan siquiera, porque fui yo misma quién lo hizo.
Automáticamente TaeHyung me rodeó con sus brazos, así como yo también lo hizo con su cuello. El muchacho se balanceó de lado a lado en un movimiento suave, al mismo tiempo que murmuraba que continuaba sintiéndose culpable.
Lo golpeé.
──¡Ah! ¡Deja la agresividad! ──vociferó entre risas.
──Te lo advertí.
Tae se alejó de mí con un puchero en los labios mientras, tan dramático como siempre, se sobaba el brazo derecho.
──Sigues siendo muy violenta, dulzura.
──Y tú muy odioso.
──Gracias, no sabes cuánto me halaga ──fanfarroneó lleno de orgullo, con ese tono clásico para generarme irritación.
Le saqué la lengua como respuesta.
Él volvió a reír entre dientes antes de colocarse a mi lado en completo silencio. Pasaron unos minutos en los que estuvimos así, hasta que una vez más tomó la palabra.
──No te preocupes con todo lo que está sucediendo, ¿sí? ──murmuró, posando su mano sobre mi hombro y logrando que girara la cabeza para encontrar sus ojos──. Te prometo que todo estará bien, con lo que se ha planeado, estarán bien.
──Tengo una mala sensación con todo esto ──dije, entrecerrando los ojos y abrazando mi cuerpo ante el gélido aire que se coló por mi espalda.
──Se trata de los Manoban, la situación es más que comprensible ──añadió, yo sólo pude asentir──. Pero, de verdad, no te preocupes que todo saldrá bien. Mañana en la noche durante esa reunión me aseguraré de que todos los rumores queden eliminados, y con respecto a esa maldita familia, será Jin y la policía quienes se encarguen de ello. Así que, tranquila, porque ellos no te harán daño ni a tí ni a Lisa.
Escucharlo decir algo así, tan lleno de seguridad, hizo que en lo más profundo de mi alma una chispa se encendiera; misma que me hacía querer confiar en él y todo lo que decía. Inevitablemente una sonrisa se formó en mis labios y acto seguido susurré:
──Muchas gracias por todo esto, Tae.
Él negó con su cabeza.
──Es lo menos que puedo hacer después de toda la ayuda que me diste hace unos años ──sonrió genuinamente, demostrando un enorme brillo en sus ojos──. Si no hubiera sido por tí, seguiría ahogado en el pasado, sin poder avanzar. Así que, gracias a tí, Olivia. Eres la salvación de todos nosotros.
Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando expresó aquello, justo al mismo tiempo en que todo mi pecho se encogía. Él notó mi sensibilidad al respecto, pues rápidamente golpeó mi brazo con su codo juguetonamente, sacándome una risita.
No obstante, el momento entre los dos fue interrumpido cuando escuchamos un carraspeo desde la puerta.
──Mh... ¿interrumpo algo?
Tanto el peligris como yo dirigimos la vista hacia el umbral de la cocina, en donde permanecía JungKook con una expresión tranquila y... pacífica, lo cual era curioso porque como hacía una hora, siempre que solía vernos juntos sus ojos se llenaban de fuego.
Esta vez fue diferente.
──Sí, estás interrumpiendo la conversación entre la dulzura y yo ──declaró Tae, a modo de burla, mientras pasaba su brazo por mi hombro para atraerme hacia él.
Yo sólo me limité a reír.
──Que hecho tan lamentable, pero vengo con la disposición de decirle, su majestad, que el detective SeokJin lo llama porque ya deben irse ──comentó Jeon, utilizando un tono de respeto falso mientras imitaba una reverencia.
En esta ocasión es fue TaeHyung quién no se contuvo una risa.
──Tan idiota como siempre, ven aquí.
──¡Mira quién habla! ──lo señaló.
Mientras Kim TaeHyung se mofaba de la risa, JungKook metió ambas manos a los bolsillos de su pantalón y avanzó con parsimoniosos pasos hacia nosotros, y mientras tanto me dediqué a detallar su apariencia, lo que no había podido hacer cuando llegó a causa de la presión ejercida en mi cabeza. Cómo en otras ocasiones, su conjunto era de tonalidad negra: una sudadera grande y un pantalón ajustado a sus piernas, mismas que relucían bajo la tela todos sus músculos con cada movimiento dado. Su pelo no se encontraba completamente seco, parecía húmedo y lo podía comprobar debido a la manera en que los mechones se unían. Y yendo en más detalle, no traía ningún tipo de accesorio como solía ser, lo que me daba a entender que probablemente salió de su hogar bastante desesperado.
De manera general, era simplemente perfecto.
Cuando el pelinegro estuvo más cerca de nosotros Tae me soltó y fue directamente hacia él, copiando la misma acción de colocar el brazo sobre su hombro y por consiguiente, despeinó su pelo. Automáticamente una risa se escapó de los labios de Kook, y esa imagen tan linda que tuve acabó con mi frecuencia cardíaca. Sus mejillas se alzaron con más llenura y, eventualmente, sus ojitos se volvieron más pequeños, pero lo suficiente para permitirme divisar el brillo dulce que contenía; toda esa galaxia infinita que me enamoraba. De igual manera, tenía la nariz arrugada y sus labios finos y rosados en una curva, permitiendo que pudiera apreciar toda su dentadura semejante a la de un conejito.
──Oye, Jeon, debes controlar la mano de tu novia ──me señaló, colocando en su rostro una cara de espanto──. ¡Sus golpes me duelen!
──Es así desde que está en la barriga de su madre, no puedo hacer nada.
──¿Eres mi amigo o enemigo? ──pregunté, al mismo tiempo en que me cruzaba de brazos.
──Soy tu novio, que es mucho mejor ──reconoció en un tono sugerente, guiñando un ojo descaradamente en mi dirección.
Iba a reclamar al respecto, pero me mantuve en silencio porque no había nada que decir, y también porque el corazón me latía demasiado rápido para poder hacer algo.
──Ugh, ustedes dos y sus cursilerías. ¡Cuando estén solos, ojito!
Una sonora carcajada de mi parte se escuchó por toda la cocina, y no fui la única, ya que también se encontraba JungKook. Justo en ese momento TaeHyung lo soltaba y se quedaba quieto, como lo haría un pequeño niño entre dos adultos.
En realidad, Tae era como un niño.
──NamJoon y Lisa se acaban de ir. Ella estará en su casa, ahí tendrá mucha más protección ──anunció el pelinegro, liberando un suspiro por consiguiente──. Jin y Byul se irán contigo, te están esperando.
──De acuerdo. Ustedes dos se irán juntos, ¿no? ──nos señaló.
──Sí. Nos vamos a mi departamento.
«¿A su departamento? Ay mamá»
El sólo pensarlo ocasionó que toda una corriente eléctrica se filtrara a través de mi columna.
──Es lo mejor. Mientras los dos estén juntos el peligro estará extinto ──aseguró el peligris.
Justo en ese instante JungKook dió un paso hacia mí y me abrazó por los hombros, como un acto de reflejo yo también lo abracé de la cintura, enterrando mi cabeza en su pecho y sintiendo claramente los deliberados latidos de su corazón en mi oído.
Por el rabillo del ojo pude ver la dulce sonrisa en los labios de Tae.
──Una vez lo dije, y hoy lo repito: no quiero ser el villano de una historia tan linda como lo es la de ustedes, así que por eso estoy dispuesto a hacer lo que sea para ayudarlos ──declaró, intercalando su mirada de JungKook hacia mí y viceversa──. Todo irá bien, ustedes estarán bien..., es una promesa.
Una vez más mis ojos se llenaron de lágrimas, y eso a causa de la nostalgia y melancolía que me provocaba todo esto. El peligris sólo sonrió sinceramente antes de hacer una corta reverencia de cabeza.
──Gracias por todo, TaeHyung ──dijo Jeon, estirando la mano para palmear sobre el hombro del chico.
Y en cuanto vi como ambos se observaban sin ninguna clase de rivalidad, sólo cariño existente, no me contuve en soltar un comentario.
──Al final sí se volvieron amigos, ¿vieron? Se los dije.
Inmediatamente los dos escucharon eso, se alejaron como si se tuvieran asco.
Yo sólo pude reír con muchísima fuerza ante eso.
──Si quieres nos volvemos a odiar.
──Opino lo mismo, ugh ──secundó Jeon.
──Como si pudiesen.
TaeHyung estuvo a punto de reclamar a mi comentario, pero no lo hizo. Simplemente bufó con cansancio y realizó un movimiento desdeñoso con sus manos.
──Ya, me voy. Tengan una bonita noche los dos, y cuídense ──dijo mientras comenzaba a alejarse hacia la puerta.
──Tú también cuídate, Tae.
──¡Lo haré! ──me respondió, finalmente saliendo del lugar.
En ese instante toda la cocina se quedó en un silencio que, pese a no ser completamente cómodo, si me llegó a tranquilizar debido al chico que me tenía entre sus brazos. Me aferré con mucha más fuerza a la cintura de Jeon y él, como acto de reflejo, también hizo lo mismo.
Sólo éramos nosotros dos juntos.
Me sentí como si hubiera entrado a una burbuja de emociones en ese momento, sin embargo, Kook me trajo de vuelta a la realidad cuando, repentinamente, murmuró:
──Busca lo que necesites, te vienes conmigo.
Entonces supe que la noche sería larga.
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Buenas noches. Actualizando después de tener un día bien intenso y apunto de quedarme dormida, pero bueno aisqkdnwkek.
Mañana es muy probable que les traiga un capítulo más, que espero les guste mucho 👀✨✨
¿Cómo están? ¿Qué tal de sus vidas?
Yo ni sé cómo estoy (〒﹏〒)
A PARTIR DE MAÑANA YA NO ESTARÁN LOS BITIS, VOY A LLORA, CHAO 💔
L@s amo mucho <3
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