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⚘. ▎72

Un chico fuerte.
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JEON JUNGKOOK
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21:38 hrs.

Apagué el motor del coche una vez que encontré un buen lugar para estacionarme, pues toda la entrada de la casa de Min estaba repleta de autos que, reconocí, eran de los chicos. Durante la llamada me había dicho que todos debían estar presentes esta noche, lo cual hizo aumentar mi curiosidad con respecto al tema.

Y al ver ahora desde el interior del coche las luces de la sala encendidas, lo comprobé.

Dirigí la mirada hacia mi acompañante en el asiento del copiloto, la cual observaba su celular con atención. El brillo de la pantalla y la luz proveniente de la casa hacía que los detalles de su rostro quedaran marcados, como su nariz pequeña, la forma de sus labios, las pequeñas manchas en su suave dermis a causa de un antiguo acné, la línea de su mandíbula, sus cejas hundidas por tener el entrecejo fruncido, partes de su cabello oscuro aclarándose por la luz... Esos pequeños detalles que sólo se notan a base de una observación analítica y centrada.

Concluía una vez más que ella era la definición de algo simplemente hermoso.

Me mantuve por un par de segundos en aquella acción, contemplando su belleza sin ninguna clase de interrupción, hasta que ella misma pareció darse cuenta de eso, pues con algo de curiosidad alzó la mirada y cayó en cuenta de que ya habíamos llegado, procediendo a hacer contacto visual conmigo. Ahora sus ojos se encontraban abiertos en demasía, motivo por el cual solté una débil carcajada.

──¿Le has avisado a tus padres? ──pregunté al cabo de unos segundos, mientras ella sacudía su cabecita para regresar a la realidad.

──Si... Uhm, ya les dije.

──¿Y...?

Al principio no entendió lo que insinué, mas no se tardó mucho en hacerlo.

──Ah, sólo me dijeron que regresara temprano a casa ──dijo, guardando el celular en su pequeño bolso.

──Perfecto. Yo mismo te llevaré ──anuncié mientras quitaba mi cinturón de seguridad, sin embargo, volví a hablar cuando la noté con intenciones de reprochar──. No discuto, señorita.

Salí del coche con bastante rapidez, dando la vuelta para poder abrir su puerta y ayudarla a bajar. Ella sólo murmuró un "gracias" antes de avanzar conmigo hacia la entrada de la casa.

Olivia estaba algo... rara. Desde la cena no parecía encontrarse completamente estable, y fue ese el motivo por el cual decidí sacarla de ahí. Se relajó mucho y comenzó a actuar con más naturalidad a partir de ese momento, pero existía algo que no terminaba de encajar en el problema.

¿Qué había sucedido para que durante la cena se inquietara tanto?

Deseaba preguntarle, no obstante, me mordí la lengua ya que, conociéndola, no me diría nada por el momento. Así que para evitar perder el control coloqué a mi mente a pensar en otras cosas.

Especialmente en el beso que habíamos tenido hace un rato.

Fue algo realmente pequeño y tal vez hasta insignificante para otros, pero para mí... lo fue todo.

Absolutamente todo.

Joder, no tenía ni idea de cuántas veces pensé en unicornios para controlar ese deseo de besarla otra vez, porque bastante claro me había dejado que por hoy no más. Pero yo... Parecía un niño malcriado cuando no le dan lo que quieren.

Y yo quería un beso.

Un gran beso.

No obstante, me quedaría con ese deseo hasta sabe Dios cuando.

¿Podía llorar? ¿No? Ah, bueno.

Mi mano subió hasta el timbre de la casa y, justo al presionarlo, escuché el sonido por todo el lugar. Guardé ambas manos en los bolsillos de mi pantalón y giré la cabeza hacia la pelinegra, a la cual pillé observándome.

Me resultó muy tierno como rápidamente evitó mi mirada y por el contrario procedió a carraspear la garganta.

──¿Para que crees que nos necesite? ──interrogó, evidentemente curiosa.

──Si te soy sincero, no tengo la más mínima idea, y eso me asusta ──respondí, volviendo a alzar la mano para alcanzar el botón.

Antes de poder hacerlo la puerta fue abierta y un Min YoonGi apareció, colocando en su rostro instantáneamente una expresión de sorpresa.

──Uy, ¿de dónde vienen, su boda?

──Cállate, idiota ──escupí en broma, pasando de su lado como si fuera mi casa.

Al segundo lo escuché bufar.

──Si no fuera necesaria tu presencia aquí, créeme que ahora mismo te echaba por no respetar a tus mayores ──aclaró, pero entonces vió a Olivia y todo su rostro se encendió de alegría──. Hola, jovencita, tú si eres bienvenida.

──Gracias, YoonGi ──respondió amablemente, dejando una suave caricia en su cabello.

──Ahora vengan por aquí, síganme ──pidió el pelinegro, avanzando por el corto pasillo y dejándonos atrás.

Olivia y yo compartimos una mirada curiosa mientras obedecíamos a sus palabras. Caminamos por un par de segundos hasta la sala de su hogar, en la cual se encontraban todos nuestros amigos cuchicheando acerca de algo, y al vernos ahí se quedaron en silencio y bajo expresiones llenas de curiosidad.

Tal cual unas viejas chismosas.

De todos, la primera en hablar fue Byul.

──¿Vienen de fiesta, tortolitos?

Una sutil carcajada se escapó de mis labios por ese comentario.

──En realidad, venimos de una tortura llamada "cena familiar" ──corregí, automáticamente percibiendo las exclamaciones y sonidos de asco por parte de los demás, hecho que ocasionó una risotada por parte de la pelinegra a mi lado──. Pero, de cierta manera también interrumpieron algo. Así que más les vale que esta reunión repentina tenga un motivo válido.

──Opino lo mismo. Tuve que salir de una junta importante por esto ──secundó NamJoon.

──Eun y yo también tuvimos que dejar a un lado nuestros planes por esto ──añadió Lalisa con un puchero en sus labios dirigido hacia Min──. ¿Qué hacemos aquí?

El de ojos gatunos vaciló con su cabeza y una sonrisa en labios. Simultáneamente a eso, Rosé llamó a Olivia para que se sentara a su lado, junto a las chicas, lo cual no se tardó en hacer.

Yo por mi parte me posicioné a un lado de YoonGi, de frente a los demás y de espalda al comedor oscuro.

──Hay una sorpresa para todos, pero... ──el chico observó hacia atrás, yo hice lo mismo, pero no vi nada──, esperen un momento para esto.

──Yah, Rosé, ¿tú sabes de qué trata esto? ──preguntó TaeHyung hacia la susodicha.

──En realidad, estoy igual que ustedes ──confesó──. YoonGi ha estado muy raro durante esta semana, así que...

──Yo sólo sé que necesito llegar a mi casa y dormir ──dijo un HoSeok somnoliento, casi acostado sobre uno de los sofás, y también casi encima de Jin.

Recién caía en cuenta de que el pelinaranja andaba en pijama. ¿Había salido así de su casa?

Aunque ahora que lo recordaba, el departamento de Jung no quedaba tan lejos de la casa de los Min, así como el departamento de YoonGi tampoco quedaba lejos del hogar de sus padres.

Eso me hizo formular una pregunta en mi cabeza.

──¿Por qué no estamos en tu casa? ──interrogué.

──Porque no quiero desmadre en mi lugar de descanso y mis padres ahora mismo están de viaje, así que podemos aprovechar ──sonrió, visiblemente pícaro.

De acuerdo, ya me estaba asustando.

Y Eun Byul no se tardó e expresarlo.

──¡Yah! ¿¡Puedes ser más claro y simplemente...!? Mierda.

Sus palabras quedaron en el aire, de la misma manera en que su mirada se quedó estática en un punto tras mi espalda. Me di cuenta automáticamente de que no era la única, pues todos y cada uno de ellos estaban enajenados con algo, sin decir palabra alguna. Yo fruncí el ceño ante ello y decidí girarme para comprobar que era aquello que los dejó así.

Y al hacerlo, terminé igual o, probablemente, peor.

Lo que mis ojos veían era... Joder. Nuevamente volvía a sufrir con el pensamiento de si frente a mí tenía lo real o una simple ilusión, y estaba apostando por la segunda ya que, realmente, era imposible de creer. Una aguda sensación se acumuló en mi pecho, tomando todo lo que podía a su paso en el interior de mi cuerpo. El corazón me dolía, mi respiración no era suficiente para abastecer mis necesidades, probablemente tenía el pulso en el suelo y una oleada de nervios me hizo temblar.

La persona frente a mí también estaba cohibida. Su boca se encontraba abierta, como si quisiera decir algo, pero no podía soltar nada. Parecía en completo shock y sorpresa, tal vez demasiado sensible como yo para reaccionar.

Seguía pensando que era una simple ilusión, pero me demostró lo contrario cuando, burlonamente, sonrió y habló.

──Oigan, gusanos de tierra asquerosos, ¿no me van a saludar o se quedaron mudos?

Entonces supe que frente a mí sólo se encontraba algo real.

La garganta se me secó y un montón de lágrimas se acumularon en mis ojos.

Por un momento sentí que ni podría reconocerlo a causa de todos los cambios. Su cabello, anteriormente rubio, ahora era oscuro y algo largo, cubriendo toda su frente. Usaba un outfit acorde a su estilo de vestir: un jean de mezclilla y un buzo blanco. Simplemente eso, y le quedaba bien. Noté algunos detalles distintos en su rostro y también en su cuerpo, como más músculos, todos pertenecientes a la madurez.

Se encontraba muy diferente, pero al parecer su esencia nunca cambiaría.

Las lágrimas a punto de salir de mi rostro estaban impidiéndome verlo en concreto, aunque si pude divisar como ampliaba su sonrisa y alzaba las cejas, divirtiéndose ante todo esto.

Fue entonces que, en un suspiro ahogado, dije su nombre.

──JiMin...

──¡Oh, vaya! Si hablas entonces ──exclamó.

Yo sólo dejé escapar una risotada acompañada de un par de lágrimas, procediendo a acercarme.

──Jodido imbécil ──golpeé su pecho y por consiguiente, lo abracé con muchísima fuerza. El chico palmeó mi espalda suavemente y de igual manera, me abrazó.

──Y tú, mayor idiota ──escupió entre dientes, ocasionándome una risa. No obstante, rápidamente dichas se convirtieron en ligeros sollozos──. Oye, no llores, no llores... ¡Que no llores, dije! ¿No te das cuenta de que quiero evitar ponerme sensible ahora?

──Muy tarde.

──Niño insolente ──dió un pequeño golpecito en mi cabeza, tomando algo de distancia unos segundos después. Su mirada se volvió dulce, así como también las caricias en mis hombros──. Te extrañé mucho, JungKook.

──Yo a tí ──limpié una lágrima que caía por mi cara mientras el muchacho se acercaba a los demás.

Al primero en abrazar fue a NamJoon, prácticamente los dos comenzaron a gritarse estupideces sobre sí mismos hasta ocasionar nuestras risas. Luego fue hacia HoSeok y no dudó en burlarse de su atuendo y también por el cabello naranja que aún poseía; el pobre chico seguía pasando por lo mismo. Justo después fue con TaeHyung y Jin: al primero lo molestó también con su clásico apodo "viejito" y al segundo estuvo a punto de rezarle a causa de su intimidante figura. Al momento de encarar a Byul fue algo parecido a esto último, cuidando de no encender a la fierecilla en su interior, aunque claro, JiMin era JiMin y no se ahorró un par de bromas.

La castaña casi le arranca las orejas.

Por consiguiente fue con Rosé, y vaya que eso fue conmovedor, pues la abrazó con fuerza y por un tiempo prolongado, como si hubiera extrañado su tacto.

Todos conocíamos la historia de esos dos.

Cuando finalmente se alejó de la pelirosa, su vista fue directamente a Lalisa, y podría jurar que sus ojos estuvieron a punto de escapar de sus córneas.

──¡Yah! ¿¡Dónde está mi Rapunzel!? ──su grito fue tan fuerte como para aturdir mis oídos.

──¡Lo mismo digo! ¿Dónde está el JiMin rubio!

──Quedó olvidado, aplastado, derrotado... ──utilizó su clásico dramatismo al llevar una mano a su pecho, pero rápidamente comenzó a reír al ver la expresión neutra de la muchacha──. Tuve que quitarme ese tinte al llegar al lugar, pues las loquitas del centro podían obsesionarse conmigo.

──Ay ajá ──lo ignoró, abrazándolo por la cintura.

"Pero digo la verdad", fue lo que susurró, correspondiendo al abrazo de la joven. Unos segundos después se alejó y entonces se posicionó frente a Olivia, con la cual no evitó suspirar en cuanto la detalló.

──Hey, ¿cómo está todo, gusanita?

La pelinegra rió fuertemente por el apodo.

──Todo bien, gracias ──se acercó para también darle un abrazo.

Y JiMin aceptó muy gustoso.

──Estoy muy feliz de verte ──ronroneó, soltando cortas y suaves risas.

El joven se alejó un poco de Olivia y observó a Lisa, tomándola suavemente de la cabeza para también unirla al abrazo. JiMin estaba en medio de ambas, mientras la barbilla de cada una estaba sobre sus hombros.

"Ya lo sé todo", murmuró, obteniendo por parte de las dos pelinegras un fuerte apretón.

Pasaron varios segundos en esa posición hasta que finalmente se alejaron y Park se incorporó frente a nosotros. Estaba en blanco, sin palabras. Lo único que hacía era sonreír como una muestra de alegría, misma que transmitió hacia cada uno de nosotros.

──Han cambiado muchísimo, chicos... ──reconoció, cubriendo su boca por un milisegundo.

──Tú también, JiMin. Estás muy diferente a la última vez que te vimos ──afirmó TaeHyung.

──Bueno, tres años es bastante, gusano viejito.

Me mordí el labio para contener una risa, la cara de Tae no me ayudaba y mucho menos tener a los demás al borde de las carcajadas.

Sin embargo, Olivia fue mi salvación en ese momento.

──Vamos a sentarnos, porque creo que hay mucho sobre que hablar ──sugirió.

Y nadie puso objeción a eso.

──¿Hace cuánto llegaste, JiMin? ──preguntó NamJoon.

El ahora pelinegro suspiró con algo de cansancio mientras se acomodaba en su asiento.

──Bueno, hace una semana. Perdónenme por no haberles avisado ──dijo arrepentido y en contempla sinceridad──. Sólo le dije a YoonGi ya que quería ser discreto y también porque... Bueno, en unos meses voy a hacer mi debut como solista y quería arreglarlo con él.

──¿¡Cómo que debut solista!? ──exclamó Byul, evidentemente sorprendida.

No era la única. Pues todos y cada uno de los presentes estaba igual, motivo que invitó a JiMin a reír.

──Sí. Iniciaré la universidad lo más pronto posible, puesto que estoy atrasado, y mientras tanto quiero dedicarme a la música.

──¿Tus padres que dicen al respecto? ──inquirió Jin.

──Ellos están de acuerdo con eso ──sonrió, parecía muy feliz con eso──. Aún no me incorporaré al trabajo en la empresa, lo haré en el transcurso de los próximos años, pues aún tengo cosas que aprender.

»Pero a lo que iba... Quiero ir lento con mi vida, evitar las situaciones estresantes y esa clase de cosas. Avanzar a mi propio tiempo. Por ese motivo también no quise verlos tan pronto a pesar de desearlo con todas mis fuerzas ──rió sutilmente──. De todas maneras, YoonGi ya me puso al día con todo.

──¿Todo? ¿Absolutamente todo? ──pregunté, bastante sorprendido con eso.

JiMin asintió frenéticamente.

──Ya pero, ¿cómo has estado tú, Park?

Ante la pregunta de HoSeok, se tomó un par de segundos para pensarlo.

Y el brillo en sus ojos reflejó tantas emociones que me resultó difícil entenderlo.

──Fue difícil ──declaró, recién empezando──. Los primeros dos años fueron los más horrendos, por eso me quedé más tiempo de lo estimado. Significó un proceso de aceptación, cambios... Tuve que luchar contra algo mucho mayor que yo, con personas extremadamente locas, un misterio algo extraño... ──esto último lo murmuró mientras tragaba saliva──. Sin embargo, en el último año todo se estabilizó y finalmente pude mejorar.

──Entonces, todo está ahora... ──Olivia dejó las palabras en el aire, no obstante, JiMin entendió.

──Sí. Ahora estoy sano, no completamente libre ──dejo en claro──, pero sí me siento capaz de controlarlo.

──Y eso es increíble, ya te dije ──opinó YoonGi, palmeando su espalda con suavidad.

──Estamos muy orgullosos de tí, JiMin.

──Gracias, Rosé ──sonrió──. Orgulloso de ustedes estoy yo. Después de tanto tiempo, me siento muy bien al verlos.

Cada uno de nosotros le sonrió al chico con sinceridad, demostrando la gran alegría sentida en ese preciso momento.

──Ya pero, ¿quieren beber un poco de cerveza? Sólo para celebrar este increíble regreso ──propuso Min.

──¡Si quiero! Hace tres años que no pruebo alcohol ──declaró Park.

──Amigo, me das lástima. ¡YoonGi, trae las bebidas!

Solté una carcajada ante el comentario de TaeHyung, y no fui el único.

Entonces supe que esta noche sería inolvidable, mucho mejor de lo que llegué a esperar hace unas cuantas horas.






ROSEANNE PARK
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22:56 hrs.





La casa estaba a punto de convertirse en un desastre, y todo a causa de la gran cantidad de especímenes presentes.

Siempre me había preguntado por qué los hombres eran tan catastróficos.

Aproximadamente una hora había transcurrido desde que nos encontrábamos aquí, tiempo en donde estuvimos disfrutando en el regreso de JiMin. Mi actual pareja, YoonGi, buscó algunas latas de cerveza para cada uno y a partir de ese momento toda la sala tomó un nuevo ambiente; se me hizo similar a cuando éramos estudiantes.

Gracias a la vida habían sido responsables con el consumo de alcohol, pues sería una desgracia tener que cargar con alguno de los chicos borrachos. Créanme, conocía muy bien tal faceta como para desear evitarla.

Para ese momento los varones estaban admirando con muchísima emoción un tatuaje en la espalda de Park; por lo que nos mostraba bajo su abrigo de tela fina, eran una serie de lunas en cada una de sus fases.

Muy bonito.

Sin embargo, todo ese momento eufórico por parte de los demás se vió en completa interrupción cuando comprobaron la hora, pues ya era demasiado tarde. Prontamente comenzaron las despedidas, abrazos y dramatismos por parte de todos, especialmente ellos.

Vaya que seguían siendo unos bebés.

Y aunque intentara negarlo, me hacían reír muchísimo.

La mayoría se encontraba en la salida de la casa, dispuestos a caminar hacia sus respectivos coches para finalmente irse. Los que quedábamos en la puerta éramos YoonGi, JiMin, JungKook, Olivi y yo; en ese preciso instante me encontraba abrazando a la pelinegra.

──Ha sido bonito pasar un rato con ustedes ──comentó ella.

──Lo mismo digo ──me aparté un poco para enfocar su rostro──. En estos días hagamos una salida de chicas, ¿qué te parece?

──¡Sí quiero!

No pude evitar reír a causa de sus saltitos.

──Entonces así será. Debemos ver qué día y cuando...

──Sí, sí, sí ──interrumpió Jeon con un movimiento desdeñoso de su mano, atrayendo a Olivia a su cuerpo al poner su brazo alrededor de su cintura──. Mucha planificación que no harán ahora porque, lamentablemente, debemos irnos.

Los varones no se contuvieron a a carcajear, mientras la chica y yo formábamos un puchero en nuestros labios.

──¿A dónde irán ahora? ¿Cuál es la próxima localización de esta cita, uhm? ──bromeó YoonGi.

Como le gustaba molestar a JungKook.

──En realidad, es este el final de nuestra tercera cita.

Los ojos de Olivia se abrieron por completo al mismo tiempo en que giraba su cabeza, encarando al muchacho. "¿Esta fue nuestra tercera cita?", preguntó, obteniendo un asentamiento por parte de Kook: "Si, tómalo como eso".

Automáticamente las mejillas de ella se tiñeron de un tono rojo, motivo por el cual bajó la cara y así evitar que la viéramos.

──Pero en fin ──volvió a hablar el chico──. Debo llevarla a casa antes de que sus padres me maten.

──Dudo que lo hagan, pero no bajes la guardia por si acaso.

Unas pequeñas risas surgieron gracias al comentario de Olivia.

──Entonces no se tarden más y váyanse, anden ──terminó de decir YoonGi, obteniendo un golpe en la cabeza por JiMin.

Nuevamente, reímos por eso.

──Nos vemos. Gracias por invitarnos.

──No es nada, Olivia. ¡Tengan cuidado! ──les advertí.

Ambos jóvenes movieron sus manos en un gesto de despedida, mismo que fue imitado por nosotros. Los dos comenzaron a caminar rápidamente hacia el estacionamiento, y en el camino podía verlos jugando el uno con el otro, tal cual dos niños pequeños.

Una vez que estuvieron cerca del auto, Park habló.

──Los dos siguen teniendo esa magia única.

──Nunca la perdieron a pesar de todo lo sucedido ──declaré, formulando una sonrisa en mis labios cuando noté a los dos tortolitos reírse de algo──. JungKook y Olivia son inigualables.

──Mjum... ──concluyó el ahora pelinegro, sacando su celular del bolsillo de su pantalón──. Ya pero, ahora debo escribirle a mi chófer para que venga a recogerme.

──Mientras tanto entremos, vengan ──sugirió YoonGi.

Ninguno de los tres puso objeción a ello.

Al regresar a la sala se percibió un ambiente abrasador, muy distinto al que anteriormente estaba con la presencia de los chicos. Ahora sólo permanecía el silencio únicamente opacado por alguno que otro ruido del viento en el exterior.

Mi mirada se concentró en JiMin, quién en ese momento guardaba su teléfono y procedía a observarse en el espejo de la sala. Justo al instante vi como YoonGi llamaba mi atención con un gesto, indicándome que se iría a la cocina por un momento y así dejarnos solos.

Sabía muy bien por qué lo hacía.

No me dejó tan siquiera discutir al respecto, pues con rapidez desapareció de mi campo de visión. Supuse entonces que no me quedaba de otra que hablar con el pelinegro que arreglaba su flequillo, por lo cual di unos pasos hasta hacerme notar en el espejo.

JiMin se asustó, lo comprobé por el respingo de su cuerpo, pero rápidamente se relajó al mostrarme una sonrisa sincera, la cual se encargó de ocultar sus ojitos. Ese era un gesto que en el pasado me dejaría enamorada, sin embargo, ahora solo me generaba ternura. Y aquello finalmente me daba a comprender que los sentimientos existentes por el muchacho frente a mí ya habían desaparecido.

──¿Sabes? Hace mucho que no veía otro reflejo en el espejo ──confesó, dando media vuelta para verme mejor.

Supe muy bien a qué se refería.

──¿No lo extrañas?

──¡Paff! Nunca ──me respondió, yo sólo pude reír ante eso──. En ocasiones lo veo, pues sigue siendo una parte de mí. Y si bien fue una compañía, no era para nada sano, así que no lo extraño.

──Es entendible, yo tampoco lo extrañaría.

──Menos después de tanto que jodió.

Escucharlo decir eso me generó mucha curiosidad. Quería preguntarle qué sucedió en todos estos años, como fue su vivencia en ese lugar, todo lo que debió sufrir... Pero no me animaba porque temía dañar su salud mental con los recuerdos. Así que por eso decidí mantenerme al margen, en algún otro momento podríamos saberlo.

──Lo importante ahora es que estás aquí con nosotros ──fui sincera, dando un paso más cerca de él para llevar mi mano a su hombro. Él dirigió la vista a ahí y sonrió con ternura──. Has sido un chico fuerte, JiMin, no sabes lo orgullosa que estoy de tí.

──Muchas gracias, Rosita.

Arrugué el rostro cuando el pelinegro pellizcó mi nariz, ocasionándole una risotada.

──Por cierto, ¿cumpliste con la promesa que hicimos?

Escucharlo decir eso provocó que esta vez fuera yo quien sonriera ante el recuerdo.

«No se olvidó de eso...»

──Estoy feliz de decir que sí ──confesé, abrazando mis hombros──. Ahora todo está bien.

──¡Y yo estoy muy pero muy feliz de saber eso! ──exclamó.

Yo sólo reí ante su reacción.

──¿Y tú qué me dices? ──pregunté, evidentemente curiosa al respecto.

Y cuando vi la sonrisa en su rostro ampliarse, así como un color rojo pintar sus mejillas, abrí la boca de la impresión.

──Alguien se robó el puesto que tenías anteriormente en mi corazón ──declaró, bajando la cabeza para ocultar la vergüenza y timidez visible en su cara──. Esta chica... Estoy muy ansioso de que la conozcan pronto.

──Esperaré por ello con muchísimas ansias ──le informé──. ¿Quién fue esa chica que se robó el corazón de Park JiMin?

El aludido rió con debilidad, mientras negaba varias veces con la cabeza.

Fue entonces cuando, sin avisarme antes, rodeó mi cuerpo con sus brazos para proporcionarme un abrazo. Si bien me sorprendí ante ese acto, no me tardé y mucho menos me negué en corresponderle, colocando mis brazos en su espalda y mi cabeza en su pecho. Al instante percibí el aroma de su colonia inundar mis fosas nasales, así como toda la calidez que emanaba su cuerpo poseerme.

Si algo tenía JiMin, era el poder de atrapar a cualquiera con sus únicos encantos.

Pocos segundos después él mismo tomó distancia y dejó suaves caricias en mi pelo, alzando la vista hacia un punto tras mi espalda.

──La has cuidado bien, Min ──comentó.

Automáticamente giré parte de mi cuerpo para observar a mi chico, el cual nos observaba desde una de las columnas con una sonrisa en el rostro.

No era falsa, sino más bien, completamente sincera.

──Es mi princesa, tenía que ──dijo, acercándose a nosotros.

Al quedar a mi lado me abrazó por los hombros, pegándome a su pecho con suavidad.

──Me alegra que los dos estén juntos ahora ──expresó Park luego de guardar sus manos en los bolsillos de su pantalón──. Son una increíble pareja.

──Gracias ──murmuré.

El chico frente a nosotros mostró una media sonrisa, para entonces dirigir la mirada únicamente hacia YoonGi.

──Ahora continúa cuidándola como lo prometimos hace unos tres años. Ya lo sabes, si ella llora por tí, adiós al JiMin pacífico.

Mi novio soltó una fuerte carcajada al escuchar esas palabras, mientras yo permanecía algo confundida.

Sin embargo, todas las preguntas en mi cabeza quedaron a un lado cuando vi la preciosa sonrisa en los labios de YoonGi, misma que me trajo una serie de emociones y recuerdos positivos de toda nuestra trayectoria.

¿Yo? Yo amaba a Min YoonGi como nunca antes amé a nadie.

Y nunca me arrepentiría de todo lo que hizo por mí.

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I WANNA SEE IT
IN MOTION
IN 3D ✨💃

Te-ma-zo del año y so-por-ten.

Estoy re obsesionada con esta canción y ya se anunció el álbum de JungKook. ¿¡Qué va a quedar de mí para ese entonces!?

En fin, ¿cómo están personitas?

Finalmente ha regresado JiMin 😭✨ Lo extrañaba
¿Y saben? Les tengo una sorpresita con eso, así que manténganse atentas a mi perfil en las próximas semanas 👀

Sin más que decir, ya me voy. Tengan un bonito día. L@s amito
(◍•ᴗ•◍)❤

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