⚘. ▎7
❝Te ves hermosa, y mucho.❞
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Miércoles, 11 de septiembre de 2019
14:06 hrs.
El timbre indicando que las clases finalmente terminaban hizo presencia en el instituto. El día había sido algo tedioso para mí; los profesores dejaron tareas para que nuestro sufrimiento fuera el mismo que el suyo, y eso solo me llenaba de estrés. Sin embargo, este día no podía ser como cualquier otro.
Hoy era la salida con JungKook.
¿Cómo era mi estado? Estaba extremadamente nerviosa. Pero para no cometer una locura necesitaba estar tranquila.
Al llegar a casa corrí directamente hacia mi habitación dispuesta a prepararme. Faltaba muy poco tiempo para que diera la hora, por lo que debía ser rápida.
Me di una larga ducha en donde incluso lavé mi pelo. Al salir busqué el atuendo elegido por mi madre, el cuál consistía en una falda gris que llegaba por encima de mis rodillas y una blusa negra de tirantes, misma que estaba cubierta por un blusa rosa pastel y de textura casi transparente, mientras que mis pies modelaban unos tacones bajos de color oscuro.
Era algo sencillo y de mi estilo.
Comencé a peinar mi cabello con paciencia ya que realmente lo tenía largo, para luego aplicar un poco de maquillaje en mi rostro; sólo un brillo labial con un toque de rosa y sombra natural para mis ojos.
Al posarme frente al espejo y estar conforme, procedí a tomar un bolso donde guardaría mis cosas para entonces salir de mi habitación.
Llegando a la sala visualicé a mis padres conversando. Ellos al verme sonrieron, o más bien mi madre lo hizo ya que papá estaba un poco serio.
—Ya me voy —avisé mientras besaba sus mejillas.
—Vuelve temprano, hija —advirtió papá con una expresión seria, de seguro no le agradaba del todo la idea de que saliera con JungKook.
—Si, papá —sonreí.
—Suerte cariño —comentó mamá.
Esas palabras de ánimo fueron suficientes para mí. Con ellas en mente salí de casa como una flecha y me dirigí al auto junto a Carlos; él me llevaría al parque donde tendría la salida con JungKook. Me encontraba un poco nerviosa, pero era consciente de que nada saldría mal.
∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·
14:50 hrs.
«Trágame tierra y escúpeme lejos.»
El nerviosismo y la jodida ansiedad me tenían al borde del colapso. «¿Qué me estaba sucediendo? Espera....¿Y si no viene? ¿Y si se aprovechó de mí? ¿Y si...?»
—Señorita Olivia, hemos llegado —informó mi chófer sacándome de mis pensamientos.
—Oh, gracias Carlos —agradecí en un tono nervioso.
—Si necesita algo puede llamarme, vendré cuanto antes.
—Lo haré, nos vemos.
—Suerte —deseó antes de que cerrara la puerta y me encontrara en el exterior.
Me coloqué una mascarilla por precaución a alguien de la prensa y comencé a caminar hacia el parque. Habían algunas personas disfrutando de su estancia en el lugar mientras que otras solo se relajaban. Di algunos pasos hasta sentarme en uno de los bancos vacíos, los cuales estaban un poco alejados de las personas. Me sentía algo abrumada, pues no estaba segura de poder aguantar tanto tiempo a su lado sin mostrar mis emociones.
El celular vibrando en mi bolso llamó mi atención, por lo que rápidamente lo saqué para ver de qué se trataba.
Mom💝
Hija, mucha suerte. No te dije esto delante de tu padre pero... recuerda, nada de besos en la primera cita 😘
02:54 PM
Sentí mi cara arder como si del mismo fuego se tratase. ¿En serio es mi madre?
¡Mamá!
02:54 PM
¡Adiós cariño! 😘🤭
02:55 PM
Apagué mi celular guardándolo en el bolso. Ahora estaba más nerviosa que antes, y todo por culpa de mamá. Cerré los ojos sintiendo como la brisa fresca rozaba mi cuerpo, entrando en una espontánea tranquilidad hasta que sentí esa voz tan conocida a mi lado.
—Pensé que no vendrías.
—Eso pensé yo, Jeon JungKook —alcé una de mis cejas con picardía.
Y al ver el sonrojo en sus mejillas me eché a reír.
—No me llames Jeon Jungkook, mi madre me llama así —rasco su nuca con timidez—. Llámame Jungkook.
—Está bien, JungKook.
—Bueno, acompañame Olivia, es hora de comenzar nuestra cita —el chico tendió su mano hacia mí con una tierna sonrisa en sus labios.
El acto me sorprendió un poco, sin embargo, no dudé ni un segundo en hacerlo. Tomar su mano me propició una calidez inigualable, misma que disfrute durante el momento.
Caminos por el parque en un silencio para nada incómodo, hasta que algo me causó curiosidad.
—¿Has venido solo? —pregunté al no ver ningún guardia.
—Si, me se cuidar bien solito —pronunció orgulloso.
—¿Y a dónde vamos?
En sus labios se formó una sonrisa.
—¡Aigo~! Eres muy curiosa señorita —pellizcó mi nariz—. Es una sorpresa, ya verás.
Mientras él estaba distraído comencé a mirar cada detalle de su figura. Se encontraba mucho más hermoso que desde la última vez que lo vi, y era obvio ya que la pubertad hizo un buen trabajo. El pelinegro usaba unos jeans ajustados junto a una camisa blanca, la cual se encontraba cubierta por una chaqueta de cuero; en sus pies se veían unos zapatos Converse y su cabello un tanto alborotado le daba el toque especial. Sentí mis mejillas ponerse más calientes que antes cuando su mirada se concentró en la mía mostrando su sonrisa de conejo.
Caminamos un poco más hasta llegar a la entrada de un gran centro comercial. Lo observé confundida mientras él tenía una expresión casual.
—¿Qué hacemos aquí? Este es un lugar con mucha gente —dudé.
—Entremos, no te preocupes por eso, aquí estamos más que protegidos —prometió.
—¿Por qué?
—Ya verás.
Al estar dentro del centro comercial no pude evitar sorprenderme por la grandeza de este. Comenzamos a caminar por el interior atravesando a la ligera multitud existente, hasta que algo hizo que dejara de prestar atención a mi alrededor; para ser más específica, fue el nombre de la tienda.
J.Y.S
El mismo nombre de la escuela, la cual está patrocinada por la familia Jeon, o sea que...
Mis ojos vieron uno de los anuncios en la pantalla grande, en la cual se veía a JungKook modelando un conjunto perteneciente a la sesión masculina de verano. Rápidamente todos los lazos se unieron, razón por la cuál posé mi ojos sobre el chico.
—¿Este centro comercial es tuyo? —cuestioné asombrada.
—Si, el centro comercial está a mi nombre desde hace un año. Cierra la boca, te va a entrar una mosca.
Reí leve por su comentario aún sin dejar la impresión a un lado.
Viendo superficialmente todas las secciones, decidí adentrarme en la de ropa junto al chico.
—Vaya, es muy hermosa—mencioné mirando una polera color azul.
—¿Verdad que sí? Aquí hay todo tipo de ropa, mira todo lo que desees —hizo un movimiento desdeñoso con su mano.
Solo asentí.
Seguí viendo algunas de las prendas hasta que mi vista se posó en una sudadera. En ese momento mis ojos brillaron con grandeza y un sutil toque de deseo.
—¡Oh My god! ¡Es hermosa! —exclamé al tener en mis manos esa sudadera rosa con unicornios.
Me sentía como en un sueño, no obstante, recordé al chico que me acompañaba, y ahí volví a ponerme más roja que un tomate. Posé mis ojos sobre él, no pudiendo evitar sonreír avergonzada cuando rió fuertemente.
—No sabía que te gustaban los unicornios —bromeó sonriendo de costado.
—No me gustan —traté de verme como una chica madura, pero creo que no funcionó.
—¿En serio? —preguntó burlón, alzando una ceja.
—Vale, vale —reí ligeramente—. Aún soy una niña —refunfuñé con un puchero.
—Ya me di cuenta —se acercó a mí y agarró una de mis mejillas—¿Alguna vez te dijeron que eres adorable?
—Tal vez —reí un poco debido a que sus caricias en mi cachete estaban dándome cosquillas.
—Ven, quiero mostrarte un lugar —tomó mi mano para acercarme un poco a su cuerpo—. ¿Te gustan los videojuegos?
—Me encantan.
Y al decir esas palabras fue como si en sus ojos hubiera aparecido un brillo especial.
—¡Perfecto! —sonrió de oreja a oreja.
Me llevó corriendo hacia la sección de videojuegos, cosa que me provocó una enorme calidez en el pecho al recordar lo mucho que Jungkook amaba estos. De niños siempre jugábamos y —lamentablemente para mí— él terminaba ganando. Recordaba que me molestaba porque nunca me dejaba obtener la victoria.
—Olivia —su voz me sacó del trance.
—Dime.
—Vamos a jugar —me llevó hacia uno de los juegos mientras yo sonreía ampliamente.
∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·
16:12 hrs.
Mi corazón estaba latiendo súper rápido debido al susto que en apenas un instante había obtenido. Para ese preciso momento lo único que quería era matar con mis propias manos al muchacho quién reía como nunca a mi lado.
—Debiste haber visto tu cara.
—No es gracioso, casi se enteran de que somos nosotros —hablé tratando de mantenerme seria.
—Tu grito fue... fue... —la risa se volvió a hacer presente en el pelinegro, logrando que esta vez no pudiera contenerme.
Mientras disfrutábamos de los juegos, una pareja muy dulce quiso intentar con uno de terror. JungKook y yo por simple curiosidad nos quedamos a mirar mediante la pantalla todo lo que sucedía, pero como soy miedosa no quise ver y le pedí a Kook que me avisara cuando nada sucediera; y bueno, el muy desgraciado destapó mis ojos en el mismo instante en el que apareció un horrible rostro provocándome un enorme grito, por el cual pasé la vergüenza de mi vida.
En ese instante el chico me sacó de ahí antes de que las miradas se fijaran en nosotros, llegando a la situación actual.
—Eres un tonto —le di un pequeño golpe en el hombro—. Eres el dueño de este lugar, ¿no crees que debes mantener una imagen?
—¡Yah~! Ser tonto forma parte de mi imagen.
Reí fuerte por su comentario.
—No eres un tonto, solo pareces serlo.
—Gracias por tu cumplido —dramatizó con la mano en el pecho y en un tono sarcástico.
—De nada —sonreí victoriosa.
—Eres la primera chica que traigo aquí y me dice las cosas tan claramente.
Pero al escuchar eso, mi sonrisa se desvaneció.
—O sea, que has traído a otras chicas —supuse.
—No es como piensas —se apresuró en explicar—. Si he venido con chicas, pero todas son citas planeadas por mis padres que nunca salen bien, ¿la razón? Pues porque todas son unas odiosas. Eres la primera joven que traigo aquí por mi propia cuenta, así que... siéntete afortunada.
Para ese momento sentí una agradable sensación embriagar a todo mi cuerpo. Prontamente conocí que se trataba de él.
—Vaya, con todas esas chicas que están locas por tí obvio que debería sentirme afortunada.
De sus labios salió una carcajada.
—¿Qué sucede, Olivia? ¿Estás celosa? —inquirió socarrón mientras daba algunos pasos más cerca de mí.
—Retiro lo dicho, si eres un tonto —sonreí—. Oye, sé que es una pregunta tonta sabiendo que ambos somos del mismo mundo, pero... ¿por qué tus padres hacen citas planeadas para ti? —cuestioné con curiosidad, cosa que causó un suspiro agotador de su parte.
—De seguro es para obtener más ganancias o fama, en realidad no tengo ni la más mínima idea —habló restándole total importancia.
—Te entiendo, ambos somos chaebols, es lo que nos toca, lamentablemente —miré hacia el frente—. Yo solo rezo para que mis padres no me saquen el tema del matrimonio.
—A veces quisiera volver a ser un chico normal —dijo con un sutil toque de esperanza.
—Si, también pienso eso —pronuncié mirándolo a los ojos.
—Pero dejando ese tema a un lado, vamos por un helado ¿te parece?
Asentí entusiasmada.
Fuimos a la cafetería del centro comercial y ahí pedimos nuestros helados; yo uno de fresa y el de chocolate con menta. Luego de eso nos acomodamos en una esquina para comer los aperitivos, realización por la que tuvimos que bajarnos las mascarillas.
Y ante eso, un grito se escuchó.
—¡Jeon JungKook está aquí! —vociferó una chica haciendo que todos nos prestaran atención.
Se empezaron a escuchar los diversos chillidos femeninos justo antes de que una manada se formara.
Manada que venía directamente hacia nosotros.
—Deja eso y corre —lanzó su helado a sabe Dios dónde justo antes de tomar mi mano y comenzar a correr.
Hicimos una carrera por todo el centro comercial mientras ese gran grupo de chicas estaban detrás de nosotros. JungKook aún tenía energías para correr, pero las mías se iban desvaneciendo poco a poco; no tenía más fuerzas para seguir adelante y eso no solo era por la distancia que había corrido, sino también por las secuelas de mi enfermedad.
Jeon al ver que me iba debilitando ajustó el agarre en mi mano y me hizo correr más rápido, esta vez siendo ayudaba por él y su resistencia física.
—¡Cierren las puertas! —ordenó a uno de los guardias al estar cerca de la sección de ropa privada.
En cuanto entramos nos dirigimos a uno de los vestidores y nos encerramos ahí. Me recosté en la pared mientras mi cuerpo se arrastraba hacia el suelo, seguido de JungKook quién hizo lo mismo que yo.
En ese pequeño espacio lo único que se escuchaban eran nuestras respiraciones agitadas debido a lo sucedido anteriormente, y probablemente también los fuertes latidos de nuestros corazones. Conectamos miradas al cabo de varios segundos, mas de nuestros labios no salía ni una sola palabra.
Pasó un pequeño instante para que JungKook pudiera recobrar el aliento y así poder hablar.
—Lo siento, no sabía que esto iba a suceder.
—No tienes que disculparte, no es tu culpa —aclaré calmada.
—Ahora debes estar agotada por mi culpa —pronunció cabizbajo.
—Oye —toqué su mano, arrepintiéndome en el momento ya que sus ojos se conectaron con los míos nuevamente, y esta vez la distancia no era mucha—, te dije que no es tu culpa; además, correr por todo el centro comercial para escapar de unas fans locas no se ve todos los días.
—Lo sé, me gustan las aventuras y la adrenalina —rió un poco.
—A mi me gusta probar cosas nuevas, como esto.
Los dos soltamos unas pequeñas risitas para entonces caer en un silencio ligero y sin nada de incomodidad.
—¿Sabes? En la tarde cuando te vi no pude decirte esto debido a mi horrible timidez —rascó un poco su cabeza mientras sonreía sin mostrar los dientes—. Te ves hermosa, y mucho.
Al escuchar sus palabras sentí como mi corazón entró en un estado de frenesí, el calor subió a mis mejillas y un zoológico se hizo presente en mi estómago, causando que una sonrisa se formara en mi rostro.
—Gracias...
—Veo que han disfrutado su día.
Nos sobresaltados al escuchar esa voz no reconocida —en este caso por mí— a nuestro lado. Miré al hombre un poco mayor en la puerta del vestidor, el cuál veía a JungKook con una mirada pícara.
—¡KyungSoo, por dios! —gritó el pelinegro con una mano en su pecho visiblemente afectado.
—Debería hablar sobre este incidente con sus padres, joven Jeon.
Y ante esas palabras, el terror apreció en el rostro del susodicho.
—No, por favor, no le digas a mis padres —pidió.
—Le dije que debía cuidarse.
—Lo siento, acepto la culpa, pero por favor no les digas.
—Vale, pero con la condición de que seas más responsable en la escuela, con tus actividades como heredero de la empresa... mh ¿qué más?
—¿No cree que es demasiado?
Ante la expresión seria del hombre, sólo bufó.
—Vale, está bien.
—Oh, hola señorita Kim —hizo una reverencia hacia mí.
—Olivia, él es Choi KyungSoo: mi chófer y asistente personal —aclaró con una pequeña elevadura de sus comisuras.
—Hola, señor Choi —reverencié—. Lamento si causé algún problema.
—No, usted no hizo nada, aquí el irresponsable es este señorito —señaló a Jungkook, quién poseía una mueca en su cara—. Las salidas principales están llenas de fans y algunos reporteros, si quieren salir deben hacerlo por la puerta trasera.
—Está bien, gracias KyungSoo.
—No es nada —sonrió—. ¡Ah! Por cierto, ya tenemos lo que pidió, joven Jeon —guiñó un ojo en su dirección.
—Gracias —agradeció el aludido.
Después de unos minutos ambos nos dirigimos hacia la salida del lugar debido a que ya era hora de regresar a casa. Estando uno frente al otro comencé a sentir la necesidad de quedarme a su lado y que ese momento jamás terminara, y por la forma en que sus ojos se vieron algo desanimados supuse que sentía lo mismo.
—Me ha encantado pasar la tarde contigo, Kook —miré mis manos antes de volver a enfocar su rostro—. Gracias por todo.
—No es nada, señorita. Yo también he disfrutado, espero que podamos repetir está salida.
Asentí sin dudarlo.
—Antes de que te vayas—chasqueó sus dedos y en un instante una de las trabajadoras trajo una bolsa de color rosa para posteriormente entregarla hacia mí—. Es un regalo, lo abres en tu casa.
—Muchas gracias —sonreí enternecida mientras salíamos del lugar viendo el auto de Carlos esperarme afuera—. Ya me voy, gracias por lo de hoy. ¡Adiós JungKook! —agité mi mano mientras me alejaba.
—Adiós.
Una vez estuve en el auto miré por la ventana del mismo notando esa enorme sonrisa en su rostro.
Sonrisa que yo tampoco podía sacar de mis labios.
Al final todo salió mejor de lo esperado.
∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·
17:45 hrs.
Llegué a casa luego de un viaje largo a causa de las preguntas de Carlos. Hoy mi chofer estaba particularmente curioso.
En la mesa de la cocina había una nota de mis padres que anunciaba su llegada tarde a casa debido a un asunto de la empresa. No le tomé mucha importancia, por lo que continué el camino hacia mí habitación aún con la gran sonrisa en mis labios.
Estando en mi agradable cuarto no tardé en abrir la bolsa que Jeon me había regalado, y al hacerlo no pude evitar soltar un pequeño grito emocionado. Se trataba de la sudadera rosa de unicornios, la cual venía junto a una nota.
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Para la chica de aspecto adorable. Espero que te guste el regalo :3
Unos besos de JK.
PD: ignora mi letra y mi falta de sentimientos, soy malo en esto jaja.
└───────────────────┘
Solté una tierna risa ante esto último y con fuerza me lancé sobre la cama, hundiendo mi cabeza en la almohada mientras soltaba un grito de emoción.
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Hola de nuevo, lo prometido es hecho.
Me gustaría compartir esto con ustedes, pues....este capítulo ha sido el más difícil de escribir hasta ahora ¿La razón? Porque no tenía mucha experiencia en escribir un capítulo con los elementos principales del romance, y debido a lo frustrada que estaba por no poderlo escribir caí en un bloqueo demasiado grande. Estuve así....¿tal vez un mes? No sé, lo que si sé es que gracias a un taller de romance pude ampliar mis conocimientos sobre el género y me impulsó a crear este capítulo. No es el mejor, y lo siento por eso, pero espero que les haya gustado <3
Ahora sí, me voy. Nos leemos pronto.
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