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⚘. ▎57

Mi verdadera familia.
╰─────╮•╭─────╯


KIM HAENUL
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Miércoles, 5 de febrero del 2020.
14:27 hrs.

Abrí la puerta de mi habitación al mismo tiempo en que un suspiro de cansancio se escapaba de mis labios. Una vez dentro del lugar que consideraba mi cueva lancé la mochila a una esquina y me tiré a la cama sin ningún tipo de elegancia.

«Hogar dulce hogar...»

La jornada escolar había sido realmente exasperante. Los profesores dieron clases como si no existiera un mañana y aquello fue suficiente para dejarme física y mentalmente agotada. Para completar la situación, el asunto de JiMin me tenía pensado demasiado, más de lo que usualmente hacía.

Los dos últimos días desde su anuncio habían sido algo tensos para todos, especialmente para Kook. Fue quien más se afectó por los hechos, a pesar de mostrarse tranquilo en algunos momentos, sabía que sufría como nadie más lo hacía. Pude comprobarlo cuando lo encontré golpeando la pared de su oficina sin ningún tipo de remordimiento.

Aquella imagen dolió demasiado.

Después de haberlo buscado por todas partes y encontrarlo así, no me contuve en llegar a su lado para calmarlo. Al principio ni siquiera me hizo caso, pero cuando le grité lo mucho que odiaba verlo así se detuvo como si hubiera comprendido sus actos. Y entonces, no hizo más que romperse a mi lado.

Park era el mejor amigo de JungKook, su ida iba a dolerle más que a nadie... probablemente el mismo dolor que sintió cuando yo me fui. Eso me hacía comprenderlo el doble, pues estaba traumado con las despedidas de ese tipo.

Y aquello era mi maldita culpa.

Cubrí mi cara con mis manos mientras resoplaba de frustración. Tenía tantas cosas en la cabeza que me impedían pensar con claridad. Era el asunto de mi vida, mi identidad, mi jodido pasado, la obra de teatro... Todo en uno. Mi cerebro se encontraba lleno en almacenamiento, y un poquito más sólo haría que fallara mi sistema.

Decidí quedarme estática en la cama con la vista en el techo para pensar un poco en lo actual: la ida de JiMin. No iba a negar que me dolía saber que ya no estaría con nosotros, pero si era sincera, que haya tomado esa decisión por su bien era algo increíble, y lo admiraba porque viví una situación bastante similar.

Mi cabeza daba vueltas y vueltas sin cesar en el mundo de los pensamientos, y en eso una idea vino a mi mente; una idea que sin duda encendió el bombillo a un lado de mi cabeza. Antes lo había considerado como un momento para divertirnos, pero ahora lo sentía como algo más profundo entre cada uno de nosotros.

Rápidamente me senté en posición de indio sobre la cama y tomé mi celular para empezar a textear un mensaje a todos los demás. Sus afirmaciones a mi propuesta ocasionaron que sonriera ampliamente y diera palmaditas emocionadas ante la imagen en mi mente.

Al parecer tendríamos una tarde bastante memorable.


∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·

17:47 hrs.


—Realmente no sé cómo acepté esto.

—Pues ya lo hiciste, así que no hay retorno —comenté un tanto divertida.

—Yah, Kim SeokJin, todos te amamos —se unió Tae en un tono juguetón.

—Ya, ya. Cierren la boca —pidió con un movimiento desdeñoso de sus manos, ocasionando que riera.

Estábamos cada uno de nosotros en la camioneta del detective luego de que yo le pidiera al susodicho un pequeño favor. La idea que pasó por mi mente no era nada más y nada menos que pasar un buen rato entre todos. Cómo ya sabían, nadie se negó a ello, y aquí nos encontrábamos.

Pero... ¿por qué había llamado a Jin? Fácil. Se nos ocurrió que podríamos hacer nuestra pequeña reunión cerca del río Han, específicamente bajo el puente. Pero para poder realizarlo necesitábamos el permiso de la policía local.

Y era aquí donde entraba SeokJin.

Él nos ayudaría con eso, además de que estaba siendo nuestro medio de transporte.

—Tienen que pagarme por esto.

—JungKook es el más rico de todos, el puede hacerlo.

—¡Oye! —refunfuñó el aludido hacia las palabras del rubio.

—Lisa también puede...

—Yah, JiMin-ah, ¿quieres morir? —la joven tenía una mirada de muerte.

—¿Quieres morir tú? Usaré al mayor idiota como escudo.

—Nadie va a matar a nadie o los llevaré a comisaría —expresó el mayor de todos sin quitar la vista de la carretera.

—Tendré a Eun Byul como mi abogada entonces.

—Tu lo que quieres es terminar en la cárcel, Park.

Reímos fuertemente ante las palabras de la castaña. Apenas estaba iniciando la tarde y parecíamos unos borrachos de primera. Pude notar por el rabillo de mi ojo la sonrisa alegre de Jin, misma que se reflejaba en sus ojos.

—Lo que hará es quemar tu camisa.

—¿¡Cuántas veces debo pedirte disculpas, NamJoon!?

—¡Es que no lo supero!

—Ya cálmense o van a pensar que estamos drogados.

—Estoy drogado con tu perfume, Jeon. ¿Que hiciste? ¿Te bañaste en colonia o que?

El pelinegro no pudo contener sus carcajadas por los comentarios locos del rubio. Aquel chico siempre tenía algo para crear comodidad en el ambiente.

—Ya pero, zanahoria y gatito tambien tienen un perfume fuerte.

—Zanahoria y gatito... —murmuró Rosé entre risas.

—Vuelves a llamarme gatito y te sacaré los ojos —advirtió Min hacia JiMin.

—Uy, violento el pelirrojo.

—Ya, relájense que estamos llegando —comentó Jin a mi lado. Para comprobar sus palabras observé por la ventana, viendo como atravesábamos un camino que nos llevaría al lugar que deseábamos.

En ese corto período de tiempo la discusión entre risas continuó. No existió un solo segundo donde pudiéramos controlarlo. El efecto de estar en un grupo de amigos donde la mayoría estaban locos.

En cuanto el auto se detuvo todos comenzaron a bajar para organizar las cosas. Yo me quedé un momento en el asiento del copiloto para tomar mi bolso y hablar un momento con Jin.

—Gracias por esto.

—No es nada, Olivia —mostró una sonrisa de amabilidad.

—¿Por qué no te quedas?

—¿Yo? No, ustedes tienen que divertirse, un adulto acá es aburrido.

—Pero la diferencia es que tú pareces un niño —dije lo obvio.

—¿Me dices infantil?

—No —reí ante sus expresiones—. Pero te equivocas cuando dices que no encajas. Entonces que dices, ¿te quedas?

El castaño pareció pensarlo un poco. Su mirada quedó en la nada por un par de segundos hasta que de sus labios se escapó un suspiro que demostraba su rendición, y ante eso sonreí completamente complacida.

—Bien, me quedó.

Aplaudí como niña pequeña, ocasionando su risita.

—Entonces vamos.

—Espera un momento —me detuvo tomando mi brazo, enfocando mis ojos por un momento—. Lo que planeamos aquel día... —se asegura de mirar a todos lados para comprobar que nadie estuviera cerca de nosotros—. El lunes estará.

El lunes.

El día de la obra.

Dejé que mis ojos se cerraran por un momento debido a la oleada de nervios que me invadió de repente. Él se dió cuenta de aquello, y lo supe cuando sostuvo mi mano por un instante.

—Pero no pienses en eso por ahora, ¿de acuerdo? Concéntrate en divertirte y ser feliz estos días. Cuando el momento llegue... ya veremos que hacer.

Sonreí como respuesta a sus palabras. Él tenía razón, existían otras cosas en las cuales prestar atención por el día de hoy.

—Ahora vamos antes de que nos vengan a buscar.

Asintiendo a sus palabras bajamos del auto. Lo primero que pude notar fue a los chicos sacar de la parte trasera de la camioneta un gran mueble que rápidamente acomodaron sobre el césped. Entre todos comenzaron a desarmarlo y, en cuestión de segundos, se había formado una mesa de picnic.

—¿En qué momento metieron eso a la camioneta? —preguntó la tailandesa con curiosidad.

—TaeHyung lo hizo —respondió Jin instantáneamente.

Mientras ellos terminaban de organizar dicho mueble, yo me dediqué junto a las chicas en revisar lo que habíamos traído. Habían botellas de agua, sodas, algunos bocadillos y por supuesto, unas botellas de soyu. Ni siquiera era suficiente para nosotros.

—Mh... oigan, ¿qué les parece si pedimos pizza? —propuse en un tono alto para capturar la atención de todos.

El "sí" proveniente de todos me hizo sonreír sin dudarlo. Saqué el celular de mi bolsillo para hacer el pedido, sin embargo, mis actos se vieron detenidos cuando unos brazos rodearon mi cintura y una cabecita reconocida apareció justo a un lado de la mía.

—Yo lo haré, princesa —JungKook dejó un sonoro beso en mi mejilla caliente, para luego alejarse lentamente y hacer lo que anunció.

Las chicas, quienes para mi desgracia presenciaron eso, no tardaron en chillar emocionadas y dar saltitos mientras pellizcaban mi brazo. Yo solté unas pequeñas risitas tímidas, aún sin quitar los ojos del pelinegro a unos metros de nosotras.

Era increíble como cada día lo veía más y más admirable. Su outfit era más formal e incluso diría que más elegante a diferencia de otras veces. Vestía un suéter de seda blanco con cuello, mismo que se encontraba cubierto por un sobretodo de una tonalidad beige que permitía apreciar su musculosa espalda. Sus piernas modelaban un pantalón negro no tan ajustado, mientras que en sus pies se podían apreciar unos tenis de tonalidad blanca.

Cómo dije, era muy casual.

Luego de unos minutos donde nos mantuvimos organizando las cosas, pudimos apreciar el resultado. La mesa ya se encontraba con un mantel azul y las cosas que habíamos traído. Colgando en una esquina teníamos una lámpara que propiciaba iluminación casi natural, lo cual le daba un ambiente amigable.

Había quedado bastante bien.

—Bueno, vamos a preparar esos bocadillos que han traído —dijo HoSeok acercándose a la mesa, siendo seguido por los demás.

Cada uno terminó de preparar lo que teníamos hasta el momento, lo cual no era mucho. Abrimos las botellas de soju y las sodas existentes bajo la supervisión del mayor entre nosotros, pues básicamente sería nuestra voz de consciencia en todo el rato.

Poco a poco nos fuimos sentando en la mesa a medida que las cosas se preparaban. Y una vez todo listo, entonces nos dedicamos en disfrutar.

—Por cierto, tengo una pregunta para el nuevo —comentó NamJoon mientras bebía un poco de su soda, capturando la atención de la mayoría—. ¿Cuál es la relación con nosotros, SeokJin?

—Oh, eso. Bueno, soy el cuñado de TaeHyung y un buen amigo de YoonGi. También tengo una amistad con la hermana de Olivia, así que por eso —sonríe suavemente.

—Lo he visto varias veces en la televisión. Es un excelente detective.

—Muchas gracias, Lalisa. Y por favor, no me hablen formalmente, me siento viejo.

—Lo eres.

—Kim TaeHyung, por tí a veces deseo quebrar la ley.

Reímos ante la pequeña discusión que se formó entre aquellos dos. El rato que pasaríamos recién iniciaba y desde ya podía afirmar que sería realmente increíble.

—Ya pero, ayer me dieron la fecha de mi ida.

Al escuchar esas palabras todo se quedó en silencio. Mi mirada y la de todos cayó sobre JiMin en la espera de que argumentara algo más. Incluso Jin a mi lado lo observó atento, pues justo antes de salir lo puse en contexto de la situación y el motivo de este encuentro.

El rubio dejó salir un leve suspiro antes de formular una pequeña sonrisa.

—El próximo miércoles, dos días después de la obra. Y no lloren, ¿de acuerdo?

—¿No es un día después del cumple de Rosé? —inquirió el pelinegro a mi lado.

—Afirmativo. Es un día después de mi cumpleaños.

—¡Podremos hacer celebración doble! Primero por la obra y luego por tu cumpleaños —propuso un JiMin muy emocionado.

—Es una buena idea —secundó Min.

—¿Ya tienen lista la obra?

—Mjum. Está totalmente terminada —afirmé—. Sólo nos queda practicar.

—Vendré a verlos ese día. Quiero comprobar que tan buenos son.

En mi rostro se plantó una sonrisa debido a las palabras de SeokJin. Y no fui la única, pues al parecer todos se enternecieron.

Sin embargo, esas expresiones cambiaron cuando escuchamos el sonido de un motor justo atrás de nosotros. Al girar vimos a alguien en una moto, y por el logo que dicha traía supe que se trataba de nuestro pedido.

—¡Llegaron las pizzas! —vociferó JungKook, el cual no tardó en correr.

Una ronda de aplausos eufóricos hizo presencia ante eso. JiMin y Tae se levantaron de los asientos y comenzaron a saltar, ocasionando las risas de todos. Jeon pagó por las once pizzas que había comprado y, luego de agradecerle al repartidor, volvió hacia nosotros alzando las cajas visiblemente feliz.

—Dame mi pizza, gusano.

—Aguanta un momento, Park. Las damas primero.

—¿Cuáles damas? ¡Se convertirán en bestias en cuanto vean la comida!

—Seré una bestia si no te callas —advirtió Eun tratando de verse seria, lo cual no estaba funcionando ya que eran obvias sus ganas de romperse en carcajadas.

—Ya lo eres. ¡Oye, oye! ¡Perdón!

La castaña salió corriendo atrás del rubio mientras nosotros nos partíamos en risa. Las expresiones de Byul me hicieron recordar la vez donde nos conocimos y TaeHyung fue su víctima, me sentí nostálgica instantáneamente.

—¿Tan rápido me cambiaste, Byul? —inquirió el peligris fingiendo estar ofendido cuando ella regresó hacia nosotros.

Dirigí mi vista hacia JiMin por un milisegundo para verlo, no tardando en reírme en cuanto fui consciente de como tocaba su trasero luego de haber recibido un buen golpe de la fémina. Llamé la atención de Kook a mi lado y señalé al rubio, escuchando como dejaba salir una risita baja.

—¿También quieres una paliza? —le respondió.

—No, gracias. Tu tranquilita, come la pizza.

Ella sonrió victoriosa para proceder a degustar la comida.

—Ustedes dos antes peleaban más, ¿qué fue lo que sucedió? —cuestionó HoSeok con curiosidad.

Mi mirada repasó a los dos jóvenes que se observaban fijamente, y por consiguiente la pasé a mi lado izquierdo, justo en donde JungKook se encontraba. Rápidamente enfocó mis ojos y supo leerme, compartiendo conmigo una sonrisa de soslayo que lo decía todo.

Si ellos supieran todo lo que sucedió entre esos dos.

—Simplemente nos hemos llevado mejor. Conformamos un dúo en la obra.

«¿Mh? ¿Qué fue eso?», me pregunté en cuanto escuché las palabras de Eun Byul. Las soltó con tanta frialdad que incluso a mí me dolió. En los ojos del peligris podía ver un desánimo y desesperanza, mismo que me hizo cuestionarme sobre los hechos en los últimos días.

Los demás dejaron el tema ahí, nadie más preguntó nada, por lo que también decidí hacerlo para poder concentrarme en el verdadero momento.

A partir de ahí la mayoría de nosotros se dedicó a comer mientras se entablaban pequeñas conversaciones. Algunas risas, pequeñas y tontas discusiones, unido a los inolvidables hechos fueron lo que prevaleció en la mesa donde se desarrollaba uno de los momentos que jamás podría olvidar. Estar aquí con ellos, divertirme, despejar la mente, era sin duda lo que más necesitaba. Y al parecer no era la única.

Todos nos merecíamos algo así luego de pasar por tanto.

Poco a poco la comida comenzó a faltar de nuestros platos de la misma forma que nuestro apetito se veía saciado. Ante ello la felicidad reinaba; tener el estómago lleno era algo sumamente importante para la mayoría de nosotros.

Por no decir todos.

Luego de compartir dos o tres palabras llegamos a la gran idea de caer en completa relajación. Fue ahí donde todos sentamos en un círculo sobre el césped con la vista perfecta del Río Han, sin decir o hacer algo.

Quería detener el tiempo para nunca salir de semejante ensoñación. El Sol ya se había escondido dejando que la Luna pudiera brillar. Dicha se reflejaba en el agua junto con las estrellas y las luces provenientes de los grandes edificios en la ciudad. Una brisa fresca impactaba contra mi rostro haciéndome sentir libre, protegida, feliz. Un genuino sentimiento incapaz de verse prohibido en ese instante. El ruido del agua a lo lejos unido a los autos que pasaban por el puente era lo único que se podía escuchar desde nuestro lugar. Y por supuesto, siendo la cereza del pastel, estar junto a las personas que quería siempre a mi lado era suficiente para estar de esa manera. Por todos estos motivos decía que si fuera por mí, jamás dejaría atrás este momento.

No quería que se detuviera.

Pero tarde o temprano las cosas se derrumbarían, así que no tenía otra opción más que vivir el presente.

Un silencio cómodo nos reinaba a todos, y este fue roto en cuanto la voz de JiMin hizo presencia con unas palabras que ya esperaba venir.

—Voy a extrañar esto.

Aquello fue lo necesario para que todos lo observaramos con atención. Tenía la mirada perdida en la hermosa vista frente a nosotros mientras una sonrisa débil se escabullía por sus labios.

—Nosotros también te vamos a extrañar, JiMin —confirmó Lisa sosteniendo una de sus manos.

—Tengo ganas de llorar. No debí haber tomado café antes de venir.

—¿En serio bebiste café?

—¿Acaso no es obvio? Pensé que eras más inteligente, mayor idiota.

Tanto yo como Rosé soltamos una pequeña risa por como él pelinegro y el rubio se trataban. También noté a SeokJin enternecido por la situación.

Él también se había divertido mucho.

—Afirmo las palabras de Lisa —dijo TaeHyung—. Eres una pieza importante en todos nosotros, se te va a extrañar.

Park dejó salir un "awww" realmente tierno y sincero mientras dejaba un golpecito en el muslo del peligris a su lado. Nuevamente nuestro entorno se volvió silencioso, cada uno parecía pensar en su mente miles de respuestas a lo que acontecía, siendo NamJoon la persona en iniciar con unas palabras que desde su inicio supe que me harían llorar.

—Las despedidas son duras en cualquier circunstancia donde se presenten. Cuando toca despedir a un familiar, amigo o algo cercano siempre duele como si te hubieran clavado una estaca en el pecho. A veces y en otro tipo de situaciones, dejar ir se convierte en una nuestra manera de sanar, o tal vez en la de otra persona, sin embargo, no deja de doler porque de alguna forma u otra es parte de nosotros —explicó con voz serena, suave, una que te propiciaba tranquilidad en su máxima expresión—. Lo nuestro no es muy diferente a esto. Todos sabemos que tu ida es necesaria, la solución más factible para que puedas vivir feliz, no obstante... es inevitable no sentir dolor por ello, ya que eres sin duda alguien muy importante para nosotros —al decir esto posó su mirada sobre Park, regalándole una sonrisa—. Vamos a extrañar tus risas de loco, tu manera tan inusual de expresarte, las bromas, la energía positiva que siempre llevas contigo. Extrañaremos tu simple presencia, JiMin, y a pesar de que es doloroso dejarte ir... Debes saber que estamos muy orgullosos de que hayas tomado esta decisión por más difícil que sea.

Y justo al instante dónde Nam dió por terminado su discurso, las lágrimas del rubio aparecieron con debilidad. Yo me sumaba a la situación, pues no había podido controlarme. Rosé, Lisa, Byul, el mismísimo Nam, HoSeok y JungKook tampoco. La mayoría se encontraba más que sensible por esto.

—¡Yah! ¿Me quieres ver llorar, Kim NamJoon alias gusano? —quiso saber JiMin mientras limpiaba las gotas saladas de su mejilla.

—Creo que quiso vernos llorar a todos —comentó YoonGi mientras veía la escena.

—Nam tiene talento con las palabras. No por nada su padre es un importante ministro.

—Estoy de acuerdo con Jeon. Pido a Nam como presidente —expresó Byul.

Algunos de nosotros reímos por un instante debido a la situación. Me enternecí completamente al ver como el castaño poseía un sonrojo en su carita, asimismo como sus hoyuelos marcados. Se veía muy dulce.

—Ya pero... Debo agradecerles a todos por lo que han hecho por mí. Yo... yo los amo muchísimo —rió un tanto avergonzado mientras nos daba una rápida vista. JiMin a veces podía parecer intimidante o dar miedo cuando se lo proponía, pero una vez que lo conocías a fondo eras consciente de su personalidad tan linda y admirable—. Por eso mismo quiero decirles un par de cosas a cada uno.

Él sonrió suavemente, bajando su mirada por un momento y alzándola para iniciar con un momento que consideré conmovedor.

—Primeramente, zanahoria —lo miró, riendo débilmente por el apodo—. En los pocos meses que llevamos conviviendo pude afirmar que eres una de las personas más puras y positivas que he llegado a conocer. Has sido un gran apoyo, me has ayudado en innumerables momentos, y por eso y mucho más me siento agradecido de conocerte.

HoSeok realizó una reverencia con su cabeza al escuchar esas palabras. Por la forma en que sus ojos se encontraban cristalizados supe que aquello lo había tocado.

—Eun Byul... a tí siento que debo decirte demasiado. Desde que te conocí supe que seríamos buenos amigos, lo puedo afirmar ahora que soy tu pequeño novio —sonrió burlón, ocasionando las risas de ella—. No me cambies o lloraré. Pero en fin. Siempre me resultaste alguien interesante, que podía comprenderme mejor que nadie, y realmente lo fuiste. Por eso y mucho más me siento agradecido de conocerte.

Ella sorbió por la nariz mientras trataba de mantenerse fuerte para no llorar, lo cual era casi imposible con todo lo que JiMin decía.

Ni siquiera había llegado mi turno y ya lloraba.

—YoonGi, el gatito. Debo decirte que a veces me cuesta comprenderte, eres como un libro cerrado o sin mucha información relevante, sin embargo, eso no ha sido impedimento para sentirme cómodo a tu lado —Park le regaló una dulce sonrisa—. Y ahora siento que debo dejarte un tesoro muy importante en manos, mismo que te confío con toda mi alma. ¿Eres capaz de protegerlo?

El joven esperó la respuesta de Min, el cual no dudó ni un segundo en asentir.

—Entonces todo está perfecto —continúa—. Gracias por ser mi gran apoyo. Por eso y mucho más me siento agradecido de conocerte.

Con las frases finales parecía recitar un poema significativo en el cual dejaría marcado todas sus emociones.

—TaeHyung, ¿cómo olvidar el día que nos conocimos? Un espectáculo total fue lo que vi —dejó salir una carcajada al decir eso—. Eras un chico bien molesto e irritante a veces, pero aquello no impidió ni un poquito que pudiera congeniar contigo. A pesar de tus cosas, siempre estuviste a mi lado y me apoyaste cuando lo necesité. Por eso y mucho más me siento agradecido de conocerte.

El peligris sonrió complacido por esas palabras, devolviéndole con diversión el golpecito en su muslo.

—El nuevo, SeokJin —lo señaló—. Te conocí hoy, pero ya te amo. Muchas gracias por traernos hoy acá y formar parte de nuestra reunión. Por eso y mucho más estoy agradecido de conocerte.

Jin río suavemente ante eso, no tardando en reverenciar con su cabeza en un gesto amable.

—Ah, Lalisa Manoban —la miró con una expresión burlona—. Él día que nos conocimos tuve miedo, de verdad. Eras alguien super reservada, incluso diría que fría, pero no tardó mucho para que te derritieras con mi presencia —comentó orgulloso, ganándose un manotazo por parte de ella que nos hizo reír a todos—. Fuiste y eres sin duda uno de mis más grandes apoyos, estoy grandemente comprometido contigo. Por eso y mucho más...

—Estás agradecido de conocerme, ya sabemos.

El muchacho golpeó de manera juguetona el hombro de la rubia para luego sonreírle.

—Mh... ¡Mi querido Nam! Realmente deberías ser presidente, cerebrito. ¿Te acuerdas de aquella vez donde junto a JungKook nos conocimos? Aigo~, que bonita tarde. No imaginé que la persona que básicamente hizo nuestro trabajo de historia llegaría a convertirse en uno de mis más fieles amigos —sonrió sincero mientras lo observaba con clara dulzura—. Tu realmente has sido muy importante para mí, y no encuentro las palabras correctas para demostrar lo mucho que te adoro. Por eso y mucho más estoy agradecido de conocerte.

Esta vez cuando NamJoon bajó la mirada no se contuvo en soltar algunas lágrimas.

No íbamos a hablar de mi estado. Me encontraba chillando en silencio mientras escuchaba todo eso.

—Rosé, ¿qué podría decirte? —pone sus dedos en su barbilla como gesto de confusión—. El otro día hablamos suficiente y te dije todo lo que debía decirte, por lo que ahora sólo puedo comentarte que estoy muy orgulloso de tí. Gracias por haber hecho tantas cosas por mí, de verdad. Por eso y mucho más estoy agradecido de conocerte.

La pelirroja fue otra que no se contuvo y dejó salir unas cuantas lágrimas. Sabía que ella era una de las que más sufría con todo esto, pues aún no había superado del todo a JiMin como para dejarlo ir de esa manera.

—Olivia...

«Ay mamá.»

Tragué saliva con dificultad en cuanto escuché mi nombre salir de sus labios. Él me sonrió levemente antes de soltar un suspiro e iniciar.

—Nunca antes había conocido a alguien como tú, para ser sincero. La primera vez que te vi fue junto a Jeon, y cuando fui consciente de lo feliz que parecía... yo realmente te amé. Ese chico que tienes a tu lado no sonreía de esa manera desde hacía muchísimo tiempo, y que tú hayas revivido a ese niño en su interior me pareció tan increíble que te amé sin conocerte del todo. Luego sucedió lo que debía suceder, ahí supe que podía confiar en tí cuando me demostraste estar conmigo. Olivia... —suspiró como último—. Por eso y mucho más estoy agradecido de conocerte.

Justo ahí tuve que cubrir mi rostro para que no me vieran. Escuché unas risitas por parte de dos o tres, y rápidamente sentí un brazo enrollar mis hombros para atraerme a su pecho. Supe instantáneamente que se trataba de JungKook.

—Y por último pero no menos importante... El gusano idiota al cual considero mi maldito mejor amigo —expresó alegremente. Pude sentir el pecho del pelinegro vibrar luego de una risa nasal—. Hablamos demasiado el otro día, así que ahora no hay mucho que decir. Yo sólo espero que cumplas las promesas que dejamos en claro y que seas realmente feliz en todo este tiempo. Sé que será difícil, pero no imposible. Gracias por haberme aguantado tanto tiempo y, por supuesto, por ser mi amigo —declaró al fin, logrando que Jeon tratara de controlarse con demasiada dedicación—. Estoy realmente feliz de conocerte, JungKook.

Y con eso el momento daba por terminado.

Todo había quedado demasiado sensible entre nosotros, y era difícil no estarlo luego de semejantes palabras por parte de él. Mi corazón se sentía débil y con un fuerte sentimiento de melancolía, mismo que estaba devorando todo en mi interior. Imaginaba que no era la única, pues todos y cada uno de nosotros parecía estar visiblemente afectado por la situación.

Fue entonces cuando JiMin sonrió ampliamente y nos mostró un brillo de felicidad en sus ojos.

—Realmente los amo a todos, chicos —se sinceró, logrando que una elevadura en nuestras comisuras hiciera presencia—. Y antes de que nos vayamos a casa, quería cantar algo con ustedes. Una canción que todos conocen.

Mi ceño se frunció con aquello. Vi como JiMin sacó el celular de su bolsillo mientras buscaba algo en él. A los pocos segundos la melodía de una canción hizo presencia, misma que reconocí como Castle On The Hill de Ed Sheeran.

Él sonrío con timidez para entonces empezar a cantar los primeros versos de la canción. Su voz era delicada, fina, muy melodiosa, tanto que parecía estar escuchando a un ángel en persona. Luego se le unieron JungKook y Lisa, quienes compartieron miradas cómplices, y de a poco se fueron juntando los demás, yo incluida.

“Encontré mi corazón y lo rompí aquí.
Hice amigos y los perdí a lo largo de los años.
Y hace mucho no he visto los vastos campos, lo sé, he crecido.
Pero no puedo esperar a volver a casa.

Estoy en mi camino.
Conduciendo a noventa por esos caminos rurales.
Cantando Tiny Dancer.
Y extraño la forma en que me hicieron sentir, y es real.
Cando veíamos la puesta del Sol sobre el castillo en la colina”

Unas pequeñas y traviesas risitas se nos escaparon en ese pequeño intermedio debido a la inimaginable energía positiva que nos consumía. Para el próximo fragmento de la canción JiMin, NamJoon y JungKook se observaron divertidos.

“A los quince, fumaba cigarros enrollados a mano.
Huía de la ley a través de los campos y me emborrachaba con mis amigos.
Di mi primer beso un viernes por la noche, no creo que lo haya hecho bien.
Pero era más joven en esa época.
Llévenme de vuelta a cuando.”

Justo en la última parte, cuando se menciona "di mi primer beso un viernes", JungKook posó sus ojos en mí mientras sostenía mi mano, dándome a comprender que aquello iba directamente hacia nosotros.

Claro. Nuestro primer beso había sido un viernes.

Con las mejillas sonrojadas oculté mi rostro del suyo y continué con la canción.

“Encontrábamos trabajos de fin de semana, cuando nos pagaban.
Y comprábamos tragos baratos y los bebíamos de una.
Mis amigos y yo no hemos vomitado hace mucho, oh, cómo hemos crecido.
No puedo esperar a ir a casa.

Estoy en mi camino.
Conduciendo a noventa por esos caminos rurales.
Cantando Tiny Dancer.
Y extraño la forma en que me hicieron sentir, y es real.
Cando veíamos la puesta del Sol sobre el castillo en la colina.

Aquel instante era realmente digno de admirar, y me puse a llorar por el hecho de que se sentía tan bien. No quería que nada de esto terminara, de verdad no lo quería. Lo único que deseaba era vivir en paz junto a ellos y no tener que enfrentar toda la mierda que estaba por llegar.

¿Era tanto pedir eso?

Para ese entonces la canción llegó a un punto donde parecía más calmada, aunque en realidad consideraba que era lo más significativo. Dejamos que JiMin tomara el protagonismo en esa parte, y se lo tomó tan profundo que no pudo evitar llorar.

“Pero esas personas me criaron.
Y no puedo esperar a ir a casa”

La forma en que lo expresó dió a comprender todo el contexto de la situación. «Maldición, esto era mucho que sobrellevar».

Él continuó con la parte final, hasta que el un momento donde llegó a un punto alto todos nos unimos para concluir.

“Estoy en mi camino.
Todavía recuerdo estos viejos caminos rurales.
Cuando no supimos las respuestas.
Y extraño la forma en que me hicieron sentir, y es real
Cando veíamos la puesta del Sol sobre el castillo en la colina”

La canción estaba por terminar, siendo JiMin quién cantaba la última frase.

“Sobre el castillo en la colina”

Y entonces, el instante dió por finalizado con aquellas palabras.

El joven nos observó con sus ojos repletos de lágrimas, no pudiendo evitar respirar dificultosamente ante la situación. Y yo podía comprenderlo, pues estaba igualita.

Fue entonces cuando se levantó del suelo y se quedó estático en su lugar, abriendo los brazos ampliamente.

—Vengan acá, todos mis gusanos.

Ninguno pudo evitar reír ante la forma de llamarnos. Poco a poco nos levantamos y corrimos a sus brazos, fundiéndonos en un abrazo en el cual sobraba la palabra cariño.

El aire frío de la noche nos estaba golpeando con fuerza, sin embargo, aquello contrastaba con la calidez en la que nos veíamos envueltos.

Una calidez que quedaría en mis recuerdos de por vida.

Habernos reunido esta noche significó un icónico instante en nuestras vidas. Era algo que necesitábamos y que de alguna forma nos hizo sentir bien. Mi mente se vió totalmente despejada de los problemas diarios, y realmente agradecía haber estado presente junto a ellos.

Y este abrazo que, a pesar de convertirse en uno de los últimos que íbamos a tener, era el significado de todas nuestras emociones. Representaba nuestra unión eterna aún así teniendo en cuenta todo lo que debíamos afrontar. Representaba el amor puro y la alegría de estar todos juntos. Representaba las palabras que no éramos capaces de decir.

Representaba el hecho de estar agradecidos por haber conocido a personas tan importantes como...

Porque ellos... no eran nada más y nada menos que mi verdadera familia. Aquella que nunca podría olvidar.


≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪

Buenasssss. ¿Yo estoy llorando? Sí, lo hago.
Este capítulo ha sido uno de los más difíciles de escribir porque representa algo super importante dentro de esta historia. Acompañenme en la nostalgia de saber que ya pasó un añito desde que se publicó esta historia 😭✨
Pero en fin, cuéntenme: ¿qué les pareció? ¿Qué piensan con respecto a todo esto? ¿Alguna teoría naciente? Quiero saber todoooo.

Pido perdón por la tardanza nuevamente. Estoy a punto de iniciar los exámenes finales, #miedo. Y pues díganos que ando en un momento difícil de esta historia, así que tengo que ir con calma. So, sorry :'(

Creo que por hoy ya no hay mucho que decir, nada más que l@s amo mucho. Debo agradecerles bastante, ¡llegamos a 6K! 🤧✨
Ahora sí, cuídense muchísimo. Bye bye <3

Psdt: Preparen los pañuelos, porque a partir del próximo capítulo se viene lo verdaderamente fuerte 🙂

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