⚘. ▎55
❝Un futuro donde estés solamente tú.❞
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KIM HAENUL
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Sábado, 1 de febrero del 2020.
15:36 hrs.
Corrí velozmente por los vacíos pasillos del colegio con el fin de llegar lo antes posible a la azotea. Una dulce sonrisa adornaba mis labios debido a la felicidad experimentada en ese mismo instante. Me sentía bien, muy contenta y segura de mí misma, como siempre había sido durante mi niñez.
Al empujar la puerta que me llevaba a dicha zona me encontré con la grata presencia del chico a quién deseaba encontrar a unos metros de mí, observando detalladamente la vista que desde esta altura era visible. Giró su cabeza hacia mí por inercia y sonrió de costado, invitándome a avanzar con un movimiento de cabeza. Entre saltitos emocionados llegué a su lado y abracé su cintura, escuchando de su parte unas risitas.
—¿Tantas ganas tenías de verme? —preguntó socarrón.
No tardé en asentir como niña pequeña.
—Si. A veces odio que seas presidente del consejo y tengas tanto trabajo.
—Créeme, yo también.
—No hemos podido vernos desde hace dos días. Obvio que debo extrañarte —formé un puchero en mis labios mientras me alejaba un poco para quedar en una posición más cómoda, justamente uno al frente del otro.
—Yo también te he extrañado, princesa —susurró en un acto coqueto, depositando entonces un suave beso a mis labios que en cortos segundos me dejó sin aliento. Su mano se posicionó en mi espalda para acercarme más a su estructurado cuerpo y a su vez, profundizar más aquel contacto de nuestros belfos que nos hacía totalmente adictos del opuesto. Al tomar un poco de distancia, acarició nuestras narices y rozó nuestras bocas. —También extrañaba besarte.
Y con eso mi corazón latió desbocado.
—Eres un idiota, Jeon.
—Un idiota que te gusta —atacó con lo cierto.
—Exacto —sonreí—. Un idiota que me gusta.
Kook soltó mi cuerpo y procedió a sostener mis manos para acariciarlas con las suyas.
—¿Me amas?
Su cuestión tan inocente me revolvió el corazón.
—Si. Te amo, JungKook.
No obstante, todo aquel ambiente se desmoronó con sus palabras.
—Si dices que me amas... ¿por qué no me has contado la verdad?
La sonrisa de mis labios desapareció al comprender aquello. La expresión dulce y amorosa de su rostro pasó a ser molestia y decepción en su totalidad; en sus ojos podía ver la tristeza reflejada, y eso fue suficiente para que mi corazón se rompiera en pequeños pedazos.
—¿Por qué? ¿Por qué me hiciste esto, Haenul? —preguntó desesperado, apretando mis manos con fuerza hasta el punto de lastimarme. Pero ignoré eso, ya que el dolor en mi pecho era incluso más fuerte—. ¿Tienes idea de cuánto he sufrido por tí? No. ¡Jamás lo entenderías!
—JungKook...
—¡Cállate! No quiero escuchar nada de tí —escupió con la voz cortada, sus ojos estaban repleto de lágrimas que poco a poco fue soltando—. Me lastimaste, me mentiste, me traicionaste, ¡y eres capaz de buscar una excusa!
—Sé que no tengo justificación —logré hablar o más bien sollozar. Todo en mi interior estaba roto—. Pero por favor, escúchame.
—No puedo hacerlo —negó repetidas veces con su cabeza—. Te odio, no quiero verte.
—Kook, por favor...
—¡No me hables más! ¡No te quiero cerca de mí! —soltó mi mano con brusquedad y dió media vuelta dispuesto a irse.
—¡JungKook! No, no, no...
Y entonces desperté de la horrible pesadilla.
Mi cuerpo obtuvo una posición de noventa grados en la cama mientras mi respiración se sentía totalmente irregular. Eché la cabeza hacia atrás e inhalé con fuerza para obtener el aire que me faltaba en los pulmones. Todo había sido un mal sueño, sin embargo... se sintió demasiado real.
Fue muy real.
Tenía un horrible nudo en mi garganta. Al tocar mis mejillas pude sentir la piel húmeda, era un hecho que estaba llorando. Cubrí mi rostro para controlar los sollozos que amenazaban por salir, asimismo para encontrar la calma a mi ataque de nervios.
Los toques en la puerta de mi habitación interrumpieron aquel momento. Me tomó un instante asimilarlo, pero luego de esos segundos limpié mis lágrimas y traté de controlar el nudo en mi garganta para no cambiar el tono de mi voz.
—¿Sí?
—Hija, ¿todo bien? —quiso saber mi mamá del otro lado de la puerta.
—Si, todo está perfecto. ¿Qué necesitas?
—Bueno, tu novio acaba de llegar.
Escuchar esas palabras me despertaron por completo.
En ese momento fui más consciente de la situación. Hoy era el día dónde JungKook venía para estar conmigo toda la tarde. Hacía un rato hablamos y me dijo que estaba a punto de salir de su casa. Durante la espera me quedé dormida, y ahí llegamos a la situación actual.
Un temblor invadió mi cuerpo cuando los recuerdos del sueño vinieron a mi mente, pero no podía pensar en eso ahora.
—Dile que bajo en este mismo momento, debo arreglarme un poco.
—De acuerdo, cariño —y sin más se retiró.
Sintiéndome en soledad dejé salir un suspiro agotador mientras pasaba una mano por mi cabello. Todo esto era realmente frustrante.
Y sentía como si nada pudiera mejorarlo.
Me levanté de la cama dirigiendo mi cuerpo directamente hacia el espejo, tenía que arreglarme un poco. Mi ropa era casual para estar en casa: una sudadera marrón tan grande que llegaba hasta la mitad de mis muslos, un short corto negro y unas medias blancas en mis pies. Simplemente peiné un poco mi cabello y decidí depositar un poco de bálsamo labial en mis belfos para evitar que estuvieran resecos.
Ya estando lista me preparé mentalmente para verlo. Después de ese sueño tenía muchas más ganas de abrazarlo y nunca soltarlo, era una necesidad.
Al abrir la puerta y quedar en el pasillo, fui muy rápida en llegar a las escaleras. Bajé corriendo para acelerar el paso, sin embargo, mis pies dieron un paso en falso y tropecé.
Alta vergüenza la mía cuando caí a los pies de un figura masculina que rápidamente reconocí.
Escuché una risotada divertida por parte de mi madre. Papá tampoco se quedó atrás con sus burlas. Mientras tanto el pelinegro frente a mí ladeaba su cabeza un tanto enternecido; se agachó para quedar a mi altura y sonrió dejando una caricia en mi cabeza.
—Debes ser cuidadosa, princesa —susurró en un tono dulce, haciéndome recordar una escena similar a cuando éramos niños.
Con su ayuda logré levantarme del suelo. Tenía las mejillas muy coloradas a causa de la pena, así que para ocultarlo y porque también quería hacerlo, abracé al muchacho por su cintura y escondí mi cara en su pecho.
—Pero... —soltó una risita al mismo tiempo que me rodeaba con sus brazos—. ¿Y ese cariño?
—Quería verte —afiancé el agarre.
—Awww, son tan lindos.
—Si, si —parloteó mi padre ante la reacción enternecida de mamá—. Vamos a hablar sobre las reglas en esta casa.
—Papá —llamé la atención, sintiendo de repente que pasaría mucha más vergüenza.
—La puerta de la habitación debe estar cinco centímetros abierta. Nada de actos de cariño frente a nosotros o alguna clase de intimidad bajo mi techo...
«Ay por Dios.»
—¡Papá! Basta —cubrí mi rostro con ambas manos para que no vieran lo roja que estaba.
El joven frente a mí se encontraba como un tomate también.
—Aigo~, déjalos disfrutar, cariño —mi madre rodeó los hombros de su esposo con sus manos y lo abrazó—. Sabes todo lo que sufrimos nosotros por las reglas de mis padres, no le hagamos lo mismo.
—Pero...
—Señor Kim, no debe preocuparse por eso —JungKook se dió a notar con su voz segura, tomando mis manos entre las suyas y acariciándolas—. He hecho una promesa conmigo mismo, le puedo asegurar que no tocaré a su hija hasta el momento del matrimonio, estoy muy dispuesto a cumplirlo.
Durante los pocos segundos en que habló no fui capaz de quitar mis ojos de los suyos. Era exquisito admirar cada aspecto de su fisonomía mientras expresaba sus pensamientos. La forma en que su cabellera perfectamente peinada se movía con las suaves sacudidas de su cabeza, ser consciente del brillo en sus lindos ojitos, su grande nariz que se arrugaba con cada expresión dulce, disfrutar de la vista a sus labios finos y rojizos que formulaban una sonrisa media, así como escuchar su labia y léxico perfecto para tomar decisiones. Él era un jodido ángel.
Realmente lo era.
Y ni hablar de su outfit. Cada día me demostraba estar más hermoso que nunca. Usaba un pantalón holgado de color negro a juego con sus enormes botas y una camiseta blanca que le sentaba de lo mejor. A lo lejos pude ver su sobretodo colgado en uno de los muebles especiales para ello. Jeon tenía un estilo único e impresionante sin duda.
—Agh, ¿ves? Te dije que él es el indicado —murmuró mi progenitora hacia papá al mismo tiempo en que le daba un golpecito.
En ese momento quise matarme.
Mi padre pareció pensar un poco en la situación antes de decir algo más. Observó a su esposa, luego a mí y por último a JungKook, entrecerrando sus ojos como si estuviera tratando de encontrar algún defecto en todo esto.
Mi novio simplemente le sonrió con delicadeza.
Al final, el señor suspiró rendido.
—Bien, confío en ustedes. Pueden cerrar la puerta si desean, pero ojito —advirtió—, realmente no quiero nada de intimidad.
—Si, papá, ya comprendimos. ¿Podemos irnos de una vez? —pregunté con rapidez antes de que la situación se pusiera más incómoda.
—Si, ya suban —realizó un gesto desdeñoso con su mano, dirigiéndose nuevamente hacia la sala de la casa.
—Más tarde les subiré unas galletas —avisó mamá, regalándonos una sonrisa.
Ambos asentimos complacidos y procedimos a caminar hacia las escaleras. No soltando la mano del chico lo guié hasta mi habitación. Estuvimos en silencio durante ese corto instante, mi cabeza no paraba de pensar en la linda imagen de nuestras manos juntas, por ese motivo mis labios se alzaron en una sonrisa. Al abrir la puerta de mi cuarto me mantuve a un lado para que JungKook avanzara al interior. Un tanto tímido se movió y regresó su mirada a mí al notar como cerraba la puerta a mis espaldas.
—No la cierres —detuvo con su mano en mi muñeca.
—Pero...
—Necesito ganarme la confianza de tu padre —formuló una sonrisa pequeña—. Déjala abierta.
Dudé un poco de su petición. Sabía que él no quería eso en realidad, pero JungKook era un chico especial y sus palabras me lo confirmaban. Así que decidí obedecer en dejar la puerta entreabierta.
—Perdona por lo de hace un momento —rasqué mi nuca un tanto avergonzada—. Mis papás son intensos.
Él dejó salir una carcajada como respuesta. —A mí me parecen lindos, justo como su hija.
Abrí la boca con el fin de expresar mis pensamientos al respecto, pero simplemente me quedé callada a causa del sonrojo en mi cara. JungKook volvió a reír con diversión, optando por abrazarme por los hombros y esconder su rostro en mi cuello.
—Te ves muy linda sonrojada.
Golpeé su espalda con suavidad, escuchando como reía entre dientes visiblemente divertido por la situación. Correspondí a su acto mientras sonreía ampliamente, amaba tenerlo aquí conmigo.
—Eres un tonto, Jeon JungKook.
—Pero te fascina que sea así —se alejó un poco para verme, sin embargo, rápidamente cortó la distancia uniendo nuestros labios en un beso lento y sin movimiento.
Era maravilloso como un sólo toque suyo podía hacerme ver las estrellas.
Rompió el contacto al cabo de unos segundos, sacándome de todo tipo de ensoñación en ese mismo instante. Se escuchó el chasquido de nuestros labios al ser separados, y con eso sentí un escalofrío recorrerme el cuerpo.
Kook sonrió con ternura al mismo tiempo en que acuñaba mi rostro.
—¿Estabas durmiendo?
Asentí suavemente con mi cabecita.
—¿Ayer dormiste bien? —la preocupación fue palpable en su voz, pero mantuvo un tono tranquilo.
—Si, uhm, un poquito.
JungKook observó mi faz con detenimiento y mientras hacía eso no paré de admirar el brillo en sus ojos. El muchacho depositó un beso sobre mis párpados que rápidamente me derritió el corazón.
«¿¡Por qué era tan lindo!?».
El pelinegro sostuvo mis manos y retrocedió hasta llegar a los muebles que se encontraban en el centro de la habitación. Al sentarse en el lugar me dejó un espacio para que me posicionara a su lado, y no tardé en hacerlo recostando mi cabeza sobre su hombro mientras miraba la unión de nuestras manos.
Los recuerdos del sueño volvieron a atacar mi mente por un instante. Ante eso quise llorar y abrazarlo por ser tan jodidamente tonta y saber que en la realidad él estaba sufriendo por ello; no obstante, me mantuve quieta porque este no era el momento.
Primero tenía que resolver la verdad oculta de mi pasado.
Decidí pensar en otra cosa. No podía concentrarme en aquel sueño en ese instante. Por el contrario, recordé lo sucedido ayer con el peligris, y me pareció buena idea comentarlo con Jeon.
—Ayer TaeHyung me contó que los dos tuvieron una conversación agradable —giré un poco mi cuerpo para encontrarme con sus ojos curiosos—. Me quedé muy impresionada.
—Ah, eso... —rió débilmente—. Fue una casual conversación. Por cierto, ¿por qué no me dijiste lo de Byul?
—¿Te contó lo que sucedió? Waaa~, eso es incluso más impresionante —mostré toda mi dentadura con una sonrisa.
JungKook soltó una carcajada mientras rodaba sus ojos.
—No te emociones. No seremos amigos después de esto.
—Mh... Ya veremos.
Otra risita se escapó de sus labios ante mi sugestivo levantamiento de cejas. Jeon se acomodó sobre el mueble para observarme de una mejor forma, asimismo para poder acariciar mi cabello y peinarlo con sus largos dedos.
—Ya pero, fue realmente impactante lo que sucedió entre ellos dos. Es obvia la química que poseen, pero esto...
—Ya sé, es demasiado para asimilar —acomodé mi mentón sobre la palma de mi mamo—. Pero TaeHyung está haciendo lo correcto.
Sus palabras del día anterior vinieron a mi cabeza. Aún no podía procesar la información.
—¿De qué estuvieron hablando ayer?
Su pregunta me pareció rara, asimismo como la expresión curiosa de su rostro. Una suposición me atacó, por lo que decidí comprobarla.
—Lo sabías, ¿no es así?
Por la forma en que sus labios se alzaron en una leve sonrisa, pude afirmarlo.
—Al final el idiota sí lo hizo.
—¿Por eso se llevaban tan mal?
—Mjum, además de que no combinamos. Él y yo somos demasiado distintos, creo que nuestras personalidades eran perturbadoras el uno para el otro, pero a pesar de eso teníamos un mismo objetivo. No fue fácil.
—Ahora puedo comprender varias cosas —realicé un pucherito. JungKook dejó un beso de pico en mis labios tomándome de sorpresa.
—Desde que lo conocí supuse que sentía algo por tí. Ese brillo en sus ojos no era normal cada vez que te veía, y eso me hervía la sangre. Ambos se llevaban muy bien, ¡estaba muy celoso! —hizo un berrinche en su lugar que sin duda me sacó una carcajada—. Por eso actuaba así.
»El día que estuvimos juntos le pregunté sobre eso sólo para confirmarlo con sus propias palabras, y ahí me explicó todo. A pesar de odiarlo, me sentí agradecido de que haya pensado en nosotros, pero al mismo tiempo me causa dolor porque... un amor no correspondido no es realmente fácil de sobrellevar.
—Estoy de acuerdo contigo —suspiré—. Pero Tae es muy fuerte, me ha demostrado que puede seguir adelante. ¿Has notado su cambio?
—Si, lo he notado. Y todo es gracias a tí —pellizcó mi nariz con dulzura.
—No digas eso.
—Aún recuerdo lo nerviosa que estabas cuando ibas a conocerlo.
—¿Alguna vez te conté como realmente nos conocimos?
—¿Uh? ¿No se conocieron en la cena? —preguntó un tanto confuso.
—No. ¿Recuerdas el primer festival celebrado en el colegio?
JungKook afirmó con su cabeza.
—TaeHyung estaba ahí. Me lo encontré cuando salía del baño, él me comentó algo e iniciamos una pequeña charla —sonreí ante el recuerdo—. No me dijo su nombre, así que lo llamé "Chico Desconocido".
—Vaya, entonces fue desde antes...
—Mjum. Me sorprendí mucho en el momento de la cena, no esperaba que fuera él.
Nos quedamos en silencio por unos segundos como si estuviéramos buscando las palabras perfectas para continuar.
—Eres una buena persona, Olivia —habló él.
—No lo soy, JungKook.
—Si lo eres, siempre lo serás para mí sin importar que —besó mi diestra con sumo cariño y después la acarició con sus dedos.
«Si supieras todo el daño que te he hecho no pensarías lo mismo.»
Conmovida por sus palabras acerqué mi mano desocupada a su cabello y lo acaricié, logrando que cerrara sus ojos con cierto placer.
—Ven, pon tu cabeza aquí —palmeé mi muslo.
JungKook pareció dudarlo al principio, pero luego sólo cedió. Se acomodó sobre el mueble y recostó su cabeza en esa parte de mi cuerpo, quedando boca arriba y mirándome atentamente. Al instante en que mis dedos se metieron entre sus hebras oscuras fui consciente de como una completa expresión de paz apareció en su lindo rostro.
—Puedo quedarme dormido de esta forma.
—Pues no lo hagas, tontín.
El chico rió con diversión.
—Por cierto, creo que nunca hemos hablado de esto —acomodó un poco más su cabecita—. ¿Cómo ves tú futuro?
Al escuchar aquella cuestión mi mente entró en duda. Si era sincera nunca me había preguntado algo así con tanta profundidad, ya que siempre vivía en el presente sin ver lo que estaba por venir.
Ah, tal vez por eso no avanzaba de forma positiva.
Los ajetreos de mi día a día no me permitían mirar al futuro con tanto detenimiento, tampoco lo había considerado de esa forma. Pero ahora, a punto de cumplir la mayoría de edad y sabiendo que muchas etapas iban a concluir... pensar en eso era algo que desde ese mismo instante se vió abrumado.
—¿Mi... Mi futuro?
—Si. ¿No te has puesto a pensar en lo que podría pasar dentro de unos años?
Ladeé mi cabeza mientras entrecerraba los ojos para concentrarme en su pregunta.
—No he pensado mucho en eso. Realmente no sé que será de mi futuro —observé mis manos en su delicado cabello—. Las cosas suceden tan de repente que a veces nuestros objetivos se ven interrumpidos o con un rumbo distinto al original por culpa de ello; es imposible saber que sucederá. Sin embargo, lo que yo deseo para mí futuro... aún es muy incierto.
»Quiero terminar bien la preparatoria junto a ustedes. Mi objetivo es entrar a la Universidad Nacional de Seul con la administración de empresas, aunque también me gustaría tomar algunos cursos de escritura. La literatura me gusta mucho —una pequeña y débil sonrisa se formó en mis labios—. Luego debo incorporarme a la empresa y trabajar, eso es lo más tedioso.
»Al mismo tiempo me gustaría salir de fiesta con todos ustedes, quedar ebria y divertirme. También quiero tener citas románticas contigo —señalé con mi dedo—. Podré llegar cansada a casa, pero si estás conmigo... entonces todo saldrá bien.
—Prometo estar contigo siempre, Olivia —sostuvo mi mano y la acarició. JungKook volvió a sentarse, esta vez acomodando su cuerpo de una forma en la que pudiera quedar frente por frente a mí, observándome a los ojos con su mirada tan pura y brillante—. Nunca me alejaré de tí, es una promesa.
Sonreí inconscientemente por esas palabras. Tomé la iniciativa de pegar mis labios sobre los suyos en un pequeño toque, pero él volvió a besarme por unos segundos más, aunque sin subir la intensidad.
El muchacho me regaló una dulce sonrisa al ver mi cara toda rojita.
—Yo por mi parte tengo unos objetivos similares —rascó su cabeza—. Después de la obra estudiaré duro y me graduaré. Celebraremos en grande ese día. ¡Le pediré a mis padres que me den la casa para hacer una fiesta!
Solté una risotada por eso.
—Estudiaré administración de empresas en la misma universidad y así como tú tomaré algunos cursos de música. En diciembre me convierto en el CEO de la empresa, así que serán tiempos difíciles —habló con serenidad mientras jugaba con nuestras manos—. Compraré un apartamento para independizarme, luego de un tiempo iré por alguna casa. Por supuesto, vendrás a vivir conmigo.
—¿De verdad? —cuestioné con diversión, sonriendo enternecida por su frenético asentimiento de cabeza.
—¡Claro! Quiero estar contigo. Iremos a citas, te cocinaré tus platillos favoritos, haremos karaokes nocturnos, te llevaré a bailar por ahí, beberemos para liberar el estrés, haremos juntos una rutina de ejercicio diaria y mucho más; por supuesto, los días que no estemos muy agotados por el estudio o trabajo.
No paré de escuchar sus palabras o de prestar atención en él durante todo el tiempo que estuvo hablando. Ser consciente de los objetivos que JungKook poseía me hacía sentir tan feliz como él, mucho más al saber que en la mayoría de ellos yo me encontraba incluida. Era muy bonito imaginar un futuro donde los dos fuéramos felices, y me preguntaba si algún día podríamos experimentarlos.
Podremos hacerlo, sí, no es algo imposible...
—Olivia —capturó mi atención, haciendo que cayera en el brillante abismo de sus orbes—. Quiero un futuro donde estés solamente tú.
Y al escuchar eso mi corazón se emocionó.
—Yo también deseo un futuro contigo, Jeon JungKook.
Al muchacho se le formó una mu bonita curva en sus labios. Tenía como intenciones acercarse a mi rostro para depositar un beso en mi mejilla, sin embargo, aquel acto quedó en el aire cuando una figura apareció a través de la puerta de la habitación.
Giré mi cabeza hacia dicho lugar y sonreí un poco tímida.
—¿Qué hacen, niños?
—Estamos charlando, papá.
El mayor de mi familia se quedó estático en su lugar, observando y analizando todo. Fui consciente de la sonrisa que se formó en sus comisuras cuando vió la unión de nuestras manos, mas no mostró lo enternecido que se encontraba para mantener su postura seria.
—¿Te quedarás a cenar, JungKook?
—Oh, no, no. No quiero molestar —se negó con rapidez.
—Aish, no eres ninguna molestia. Te quedarás a cenar de todas formas —hizo un aleteo con sus manos que me resultó muy divertido—. Bueno, ahora me voy para que continúen con lo que estaban.
—Gracias, papá —susurré.
El hombre asintió con su cabeza y salió de mi habitación cerrando la puerta consigo. Aquel acto me hizo abrir los ojos como platos y dirigir la mirada a mi novio.
—¿Viste eso? Papá cerró la puerta.
—Te dije que debía ganarme su confianza —pellizcó suavemente mi mejilla.
—Al parecer lo hiciste —sonreí alegremente.
«Aunque en realidad JungKook tenía toda la confianza de papá...»
Después de aquel momento el tiempo pasó como una flecha. Jeon y yo mantuvimos una larga conversación acerca de comida, opinando sobre nuestros mayores gustos y los disgustos que teníamos en cuanto a eso. Tuvimos un interesante debate sobre películas y series donde también intercambiamos distintos pensamientos. Por último nos quedamos jugando los videojuegos que tenía en mi cuarto, teniendo muchas rabietas al perder siempre contra él.
Sin duda había sido un rato divertido y lleno de cosas buenas.
El reloj marcaba las 6:08 PM después de todo aquel tiempo. Para ese instante yo me encontraba sentada encima de JungKook, sí, encima de él. Luego de una gran pelea de cosquillas, el pelinegro me sentó sobre sus muslos con mis piernas a un lado mientras mis brazos descansaban alrededor de su cuello y hombros. Mi cabeza se encontraba recostada a un costado de la suya, sintiendo mucho placer gracias a las caricias que estaba dejando en mi espalda.
Se sentía muy bien.
Teníamos entre nosotros las galletas con chispas de chocolate que mi mamá había preparado. Ya casi no quedaba nada en el plato, pues habíamos comido bastante.
—Tu mamá es muy buena en la cocina.
—¿Verdad que sí? Lamentablemente no obtuve su talento.
—Yah, que dices, ¿has intentado cocinar? —inquirió curioso, poniendo una de las galletas sobre mis comisuras para que comiera.
—Si, y casi termino quemando la cocina.
El pelinegro rió ante mi sinceridad.
—Te enseñaré, lo prometo. Y cuando eso pase seré el primero en probarlo.
—Vas a probar el sabor de las desgracias —bromeé.
El chico no contuvo sus carcajadas y yo tampoco pude hacerlo.
—Por el momento me conformo con probar tus labios.
—Pero... —abrí mi boca con sorpresa, sintiendo al mismo tiempo el calor subir por mis mejillas—. Atrevido.
—Te gusta que sea así.
—¿Y si te digo que no?
Las comisuras de JungKook se alzaron en una sonrisa de costado que podía hacerle perder la cordura a cualquiera. Con eso supe que era su momento de tomar las riendas del juego, y me lo demostró con algo que jamás esperé.
La mano derecha que descansaba sobre mi rodilla ascendió por mi pierna hasta acariciar mi muslo desnudo, mientras que su izquierda —la cual rascaba mi espalda— bajó hasta tomar mi cintura y afianzar el agarre. Ante ese toque travieso mi cuerpo se estremeció, no pudiendo evitar tal reacción y por supuesto, a él le gustó.
—¿Qué pasa, mi amor? ¿Por alguna casualidad... estoy siendo demasiado atrevido? —inquirió con fingida inocencia.
Inspiré aire con disimulo intentando controlar a las hormonas que empezaban a desatarse por todo mi cuerpo. Mis ojos se desviaron a sus labios por un milisegundo, admirando la belleza de dichos y lo apetitosos que se veían. Pero entonces mi mente regresó a la realidad cuando JungKook ascendió más su diestra hasta llegar a a la curva de mi trasero, donde automáticamente lo frené.
El muchacho soltó una risita divertida mientras que mis mejillas se tornaban de un color extremadamente rojo. Tomándome por sorpresa dejó un dulce y suave beso en mis labios que provocó los acelerados latidos de mi corazón, asimismo como la inquietud de mis manos al acariciar las terminaciones de su pelo.
Al separarse un poco de mí depositó un besito en mi nariz y sonrió con ternura.
—No voy a pasar del ahí a menos que me lo pidas, princesa —acarició mi mejilla con delicadeza—. Además de que prometí ningún tipo de intimidad hasta el matrimonio, realmente voy a cumplir con ello.
Una curvatura media se formó en mis comisuras al escucharlo.
—Te quiero mucho.
—Y yo a tí, Olivia.
Nuestro momento romántico se vió interrumpido por un tono de llamada. Supe automáticamente que era el de JungKook por la forma en que su ceño se frunció.
—¿Quién será? —cuestionó mientras sacaba su celular de su bolsillo. Al ver el nombre en la pantalla iluminada fui consciente de como su rostro mostró mucha más confusión—. Es KyungSoo.
—Deberías atender.
De su boca salió un suspiro agotador. Me removí en el lugar para salir de sus piernas y sentarme en el mueble, dándole el paso a Jeon de levantarse para que tuviera privacidad. Caminó hacia la ventana que se encontraba cercana a nosotros y entonces llevó el celular a su oreja.
—Dime... —mantuvo silencio esperando respuesta. Murmuró algunas cosas con normalidad, pero en un momento inesperado todo su cuerpo se tensó, evidenciando que las palabras dichas del otro lado no fueron las mejores—. ¿Qué? Espera... Ajá, sí... ¿Qué fue lo que...?
Y entonces se quedó en blanco.
La frase quedó cortada, su rostro se mantuvo inexpresivo y fui testigo del temblor en sus manos. JungKook bajó la mirada un momento como si hubiera recibido un shock; su respiración se volvió irregular, y yo realmente me preocupé.
Pero de repente sus ojos oscuros se posaron sobre mí provocando que me sintiera intimidada por ellos. Tenían una mezcla de emociones que me eran difíciles de identificar. Él volvió a concentrar su mirada en la ventana, y fue ahí donde habló.
—¿Estás seguro? —hizo una pausa por unos segundos, suspirando como último—. Hablamos luego... Sí. Gracias KyungSoo.
Y sin más colgó. JungKook se quedó estático frente a la ventana por unos segundos antes de regresar a mi lado. Parecía pensativo, fuera de sí...
Algo no cuadraba en la situación.
—¿Está todo bien? —pregunté.
—Eh... Si, si, todo está bien. Sólo... —se quedó en blanco por un momento—. Se presentó un problema en la empresa y creo que mi padre necesita mi ayuda. Simplemente me abruman esas cosas.
—Oh. ¿Necesitas ir?
—No ahora, tranquila. Olvida eso...
JungKook no quiso tomarle importancia al tema, pero sabía que no estaba bien. De repente sus ojos estaban muy apagados, lo cual no era bueno.
—¿De verdad todo está en orden?
Ante mi pregunta no dijo nada. Alzó su mirada para verme fijamente, examinó todo mi rostro con detalles y después simplemente sonrió.
—Todo está bien. Ya pero, cambiando el tema —se levantó del mueble y tendió su mano hacia mí—. ¿Bajamos a ayudar a tus padres? De repente quiero cocinar.
Dejé salir un risa nasal debido a su dulce propuesta. No tardé en aceptarla, pues me parecía una excelente idea.
Jeon no me diría nada hoy, eso era seguro. Pero tampoco tardaría mucho en saber que fue lo que realmente sucedió.
JEON JUNGKOOK
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19:38 hrs.
Un suspiro algo cansado salió de mi boca al mismo tiempo en que daba media vuelta para encarar a los señores Kim. Ellos tenían unas amables sonrisas en sus labios, y ante ello fui capaz de sentirme a gusto. Aunque realmente desde el inicio de la cena hasta su fin el sentimiento de comodidad estuvo presente. Era increíble como personas a quienes recientemente conocías podían crearte una hermosa sensación.
Mis ojos se desviaron por unos segundos hacia la chica que abrazaba mi brazo derecho y que al mismo tiempo me observaba con dulzura. Le regalé una media sonrisa antes de regresar la atención a sus padres.
—Muchas gracias por la invitación a cenar hoy, señor y señora Kim. Ha sido un placer para mí, realmente lo disfruté mucho.
—Aigo~, no debes agradecer —respondió la mujer—. El placer es nuestro por compartir con la pareja de nuestra hija.
Un sonrojo travieso se dibujó en mi rostro en cuestión de segundos, lo que ocasionó la risa de todos en el lugar. Sin embargo, el ambiente quedó en silencio cuando el señor Kim dió algunos pasos en mi dirección y por consiguiente palmeó varias veces mi hombro con su mano, logrando que mis nervios se elevaran a grados descomunales.
Pero entonces, sus palabras me sorprendieron hasta el punto de que mi pecho obtuviera un dolor.
—Eres un buen chico, JungKook. Eres muy bueno para Olivia —sonrió orgulloso—. Siempre serás bienvenido en esta casa, ¿de acuerdo?
Tragué saliva con dificultad al escuchar esas palabras. Mi cabeza asintió lentamente mientras la conmovedora situación invadía mi alma.
—Bueno, uh... ya debo irme —mordí mi labio con nerviosismo—. Les deseo una buena noche, familia Kim.
—Lo mismo para tí, cariño.
—Gracias —respondí a las palabras de la señora, reverenciando varias veces.
—Te acompaño a la puerta —ofreció mi novia.
Luego de algunos gestos de despedida dejé que la joven pelinegra me llevara hacia la salida. En ese corto tiempo no fui capaz de despegar la vista de nuestras manos juntas, se veían muy bonitas.
Al llegar a la puerta de su hogar, Olivia me sonrió.
—No quiero que te vayas.
—Awww, pero que bonita mi princesa —mencioné ante el tierno puchero en sus labios, obligándome a dejar un besito sobre ellos.
Sin embargo, ella estaba dispuesta a algo más. No me dejó ni procesar la información cuando se apoyó de mis hombros y me besó con lentitud, profundidad y deseo. Ni idea de lo que estaba pasando, pero me fascinaba cuando tomaba la iniciativa.
Por primera vez en mi vida me costó trabajo seguir su beso, pues aún estaba sorprendido y más cuando aquel acto de cariño era tan intenso. Toda mi mente se quedó en blanco cuando su lengua rozó mi labio inferior y poco después se introdujo en mi boca, haciéndome perder lo estribos para quedar libre de toda lucidez.
O bueno, tal vez no tan libre.
Quería corresponder con fervor a su beso tan candente, quería enterrar mis dedos en su cintura y tomar en control de su boca, pero ella no estaba siendo fácil. Por un momento jugué con sus labios, mordiendo y chupando un poco, pero al recuperar la cordura total y saber que aún estábamos en su casa, decidí alejarme un poco.
—Preciosa, detente... —mi voz estaba muy ronca y agitada. El aliento de nuestras bocas chocaba entre sí y... mierda, quería volver a besas sus labios ahora que toda su faz expresaba el deseo de estar conmigo, mas no hice nada, me quedé muy quietecito en mi lugar—. Tus padres nos van a ver, y yo no quiero echar a la basura la confianza obtenida en la tarde de hoy.
La joven soltó una risita inocente mientras se impulsaba de sus pies para dejar un besito en mi mejilla.
—Bien. Pero cuando nos veamos no te salvarás de mí, Jeon JungKook.
—¿Ah sí? ¿No crees que debería ser al revés? —le seguí aquel juego pícaro que sólo nos haría provocar mutuamente—. ¿Sabes que haré en cuanto estemos solos?
Ella negó con la cabeza visiblemente tímida, por lo que aproveché la situación para acercar mis labios a su oído y murmurar:
—Voy a probar cada parte de tu boca como si fuera la última vez, y te juro que con eso jamás olvidarás mi nombre...
Olivia se tensó entre mis brazos provocándome una carcajada. Al alejarme un poco deposité un besito en su mejilla caliente, para luego despeinar su pelo.
—Ya debo irme. Nos vemos pronto, princesa.
—Adiós, Kook. Avísame cuando llegues a casa —pidió en un tono bajo, como si aún estuviera en shock.
Asentí con mi cabeza antes de salir de su hogar. Giré para darle una última mirada y lanzarle un beso volador, al cual correspondió sonriendo.
Miré hacia atrás un par de veces mientras caminaba hacia el auto de KyungSoo sólo para verla. De verdad que estaba enamorado de esa chica, ¡parecía un tonto haciendo eso!
Al estar frente al coche pude sentir un ambiente distinto. Ya no era dulce y feliz, ahora era amargo y triste; pude comprobarlo en cuanto entré al vehículo, y ahí recordé todo.
Abroché mi cinturón de seguridad y ni siquiera dije una palabra, simplemente posé mi vista sobre la ventana para ver una última vez a la casa tras mis espaldas, sintiendo entonces mi corazón encogerse.
No tenía ni ganas de existir en ese momento.
El silencio reinó en el espacio durante la mayor parte del viaje hasta que mi chófer quiso romperlo.
Y yo realmente hubiera preferido que lo dejara así.
—Lo lamento mucho, joven Jeon...
—Ni se te ocurra —lo interrumpí—. Lo que me dijiste no puede ser cierto, es totalmente imposible. ¿Acaso no te das cuenta?
—JungKook.
—No puede ser, realmente no... —traté de convencerme.
—JungKook...
—¡Que no! ¡Ya cállate de una vez! —ante mi grito todo quedó en completo silencio. Mi respiración agitada junto con los latidos de mi corazón era lo único que podía escuchar; sentía la desesperación, el dolor y todo el miedo recorrer mi cuerpo, ocasionando que la primera lágrima se escapara de mis ojos—. Sólo llévame a casa.
Mi voz cortada le hizo entender que de verdad no quería nada. Simplemente murmuró: "Si, joven Jeon. Una disculpa", y todo quedó en un silencio que llegó a abrumarme.
En mi mente se repetía varias veces la misma negación en el intento de convencerme a mí mismo. Tenía que hacerlo, era mi única solución.
Tantas emociones reprimidas me hicieron abrazar mis piernas con mis brazos y observar fijamente a la ventana, siendo consciente de como distintas gotas de lluvia comenzaban a caer para acompañarme en el dolor.
No quería creer, tampoco lo haría. No estaba en mis facultades mentales hacer algo así...
Y aquello...
Aquello fue mi mayor error.
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Buenassssss, ¿qué tal todo?
Fue un capítulo largo, lo sé, pido perdón. ¿Qué les pareció? ¿Se asustaron con el inicio m ¿Más ganas de tener a JK como novio? ¿Qué creen que sucedió al final? Aquí leo todo 👀
Me disculpo si demoré con esta actualización. Luego de lo sucedido con ASTRO me vi en la obligación de no hacerlo por respeto. Si hay alguien fan del grupo por acá, realmente lo siento muchísimo 🤧. Fue un suceso lamentable, y espero que el mundo tome conciencia con respecto a eso. Si necesitan hablar con alguien y desahogarse, aquí ando.
En fin. Espero que les haya gustado todo. Hemos llegado a una parte importante de la historia: el clímax, como yo le digo. Trataré de escribir lo más que pueda para cuando llegue el instante existan varios capítulos listos.
Cuídense mucho, chiquis. No se pasen las comidas y descansen. Se les ama <3
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