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⚘. ▎54

No todos estamos destinados a vivir felices.
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KIM HAENUL
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Viernes, 31 de enero del 2020.
11:18 hrs.

—Y... bueno, eso fue lo que sucedió ayer.

—Aún no puedo creerlo, ¿en serio tú y JungKook tuvieron una conversación sin pelear?

En peligris afirmó con una respuesta gutural, logrando que mi boca quedara semiabierta.

—Eso es... wao —pronuncié sin argumentos.

—Ya lo sé, hasta a mí me cuesta creerlo. Sin embargo, no es algo que me emocione mucho.

Bufé al escuchar eso.

—Claro que no, y yo soy una Idol —ironicé, ganándome una mala mirada de su parte.

—Bueno, tal vez sí me causó un poco de curiosidad la situación —rascó su nuca un tanto tímido—. Fue la primera vez que no peleamos como tal.

—Por ese motivo me siento muy alegre.

El muchacho y yo nos encontrábamos en el teatro de la institución luego de haber tenido un ensayo grupal con todos los participantes de la obra. Dicha estaba a muy poco tiempo de realizarse, lo cual ocasionaba que todos nosotros estuviéramos practicando más constantemente.

Yo era un ejemplo. Había decidido quedarme un rato para aprenderme unas cositas, sin embargo, no quise quedarme sola.

No con un loco rondando por ahí, ya saben de quién hablo.

JungKook iba a acompañarme, pero entonces recordó que tenía una pequeña reunión con el consejo estudiantil y, luego de quejarse como todo un bebé, no le quedó de otra que irse. No obstante, lo que más me impresionó fue que él mismo se dirigió a TaeHyung para pedirle que me acompañara, y a partir de ahí empezaron mis preguntas. El peligris me contó todo lo sucedido el día anterior hasta llegar al momento actual.

Muy interesante.

Para ese instante nuestros cuerpos descansaban sentados sobre el suelo de madera del escenario, mirando a la nada mientras practicábamos algunos diálogos al mismo tiempo en que hablábamos.

—¿Y tú? ¿Has estado bien? —inquirió curioso.

Y yo realmente no quería que preguntaran.

Mostré una sonrisa media antes de responder. —Bien dentro de lo que cabe, como te dije ayer.

Creo que ahora, después de lo sucedido en el día anterior, estaba incluso peor. Al menos ya había dejado de estar taaaaan alejada de Jeon, sin embargo, esa discusión no había sido fácil para mí. Fue la primera vez donde sentí que las cosas estaban realmente mal, y entonces mi mente empezaba a considerar si sucedería de igual forma o en su defecto, algo peor cuando le dijera toda la verdad.

Por eso me estaba tomando unos días más para elaborar todo. La decisión era segura, pero debía prepararme para ello primero.

Aún así, habernos sometido a eso el día anterior no había mejorado nada, sólo el hecho de que regresé a sus brazos, pero hasta ahí.

Los dos quedamos en vernos el fin de semana en mi hogar para pasar el día juntos, hablar, disfrutar de la genuina compañía del otro, entre otras cosas más que de seguro ustedes saben. Los detalles no eran necesarios por el momento.

Mi cabeza de repente comenzó un viaje astral, olvidando a la compañía a mi lado. Volví a la realidad en cuando TaeHyung suspiró... agobiado.

—No sé si es el momento correcto para decirte esto, Olivia, pero... quiero tanto hacerlo —me observó con sus ojos expresivos, que generalmente se veían oscuros pero que ahora... expresaban un poco de tristeza.

—Mh... dime, ¿qué pasa?

—No sé, Olivia... —despeinó su cabello.

Me mantuve en silencio sin parar de verlo, decidí darle su momento para que pensara y analizara lo que realmente quería. No sabía que deseaba decirme, y tampoco negaría que estaba curiosa de ello.

—¿Recuerdas... lo que te dije ese día en tu casa mientras hablábamos de Byul? Eso de que existía algo más que me impedía continuar.

Yo asentí con mi cabeza, recordando el momento y siendo testigo de como TaeHyung tragaba saliva con dificultad.

—Bueno, ella sabe al respecto... y también fue ella misma quién me aconsejó hacer esto —confesó—. Me dijo que podría ayudarme a saber lo que siento... por lo que aquí voy.

Desde el instante en que mencionó esas cosas me sentí nerviosa. No sabía porqué, sólo tenía tal emoción recorriendo mi cuerpo. Ladeé mi cabeza invitándolo a hablar y soltar aquello que tan desesperado estaba por soltar, viendo entonces como tomaba su compostura y se preparaba para ello.

Pero yo sí que no estaba ni un poquito lista para escuchar lo que diría.

—Me gustas, Olivia, desde el primer día en que te ví.

«Mierda.»

Mi boca se abrió ligeramente para soltar un suspiro retenido al mismo tiempo en que mis ojos se cerraban como si estuviera tratando de salir de algún sueño, pero al volver a abrirlos TaeHyung seguía ahí con sus labios presionados en una sonrisa casi mueca.

Maldición, no me esperaba eso.

A partir de ahí muchos de sus comportamientos comenzaron a cobrar sentido en mi cabeza. Entendí entonces sus motivos para actuar así conmigo y también el porqué de las peleas entre Jeon y él.

Era por eso.

¡JungKook lo sabía!

—TaeHyung, yo...

—No he terminado —advirtió con su dedo—. Sí, me gustas, y no te lo había dicho porque soy cien por ciento consciente de que tu corazón únicamente le pertenece a Jeon. No iba a ser tan horrible para romper ese vínculo tan lindo entre ambos, no me iba a permitir ser un villano en esta historia.

Lo que dijo, especialmente lo último, tocó el fondo de mi alma.

—Lo estuve reteniendo tanto que en un momento empezó a doler, y cuando sucedió lo de Byul... todo en mí se confundió. ¿Cómo podían gustarme dos personas a la vez? —bufó divertido—. Es de locos.

>> Decidí intentarlo con Eun primero como me dijiste. Todo salió bien, más que eso. Ella... creo que igual siente algo por mí —sonrió débilmente—. Y en la conversación que tuvimos sobre mi confusión contigo, fue que llegué a la conclusión de decirte esto. Incluso y sin mentirte, me siento con un peso menos de encima.

Una risita se escapó de mis labios.

—Tae, yo de verdad no sabía —me arrepentí, sintiéndome un tanto culpable de repente—. Perdóname, te lastimé sin saberlo, yo...

—Shhh, ya cállate —pidió con su clásico tono de fastidio—. Eres irritante, dulzura.

—¡Yah! Esto es serio —reí un poco—. Ya pero, de verdad, pido perdón por haber sido tan tonta y no darme cuenta.

—Yo tampoco di muchas señales.

—Eso es cierto —sonreí—. Y por encima de todo... gracias, Tae, por haberte preocupado por mi relación con Jeon, eso es algo que valoro, no muchos harían algo así.

El joven me regaló una dulce sonrisa ante esas palabras sinceras.

—Mientras seas feliz, yo también lo seré —pellizcó mi nariz. Sus palabras me provocaron unas ganas de llorar repentinas, no sabía porqué estaba tan malditamente sensible estos días, estaba que lloraba sin parar, y esta vez no pude detener la red cristalina de mis ojos que rápidamente capturó su atención. —¿Vas a llorar?

—No, idiota, quiero hacerlo pero no, no —hice un movimiento desdeñoso con mis manos mientras me acercaba más a él para abrazarlo—. Sólo corresponde o te pego.

—Me pegarás de todos modos luego de esta pregunta que haré —rió, estrechándome entre sus brazos—. ¿Seguimos siendo amigos?

Justo como dijo, le pegué.

—Si, siempre lo seremos, ni se te ocurra decir lo contrario —advertí con mi dedo luego de tomar un poco de distancia—. Y aquí tienes otro golpe más por nunca decirme.

—¡Auch! ¡Llamaré a la policía!

—Ja.Ja.Ja. Muy lindo —ironicé.

—Ya pero, luego de decirte todo esto... creo que tengo mi decisión definitiva —confesó, pero al ver mi cara confusa decidió argumentar—. Esta semana estuve pensando sobre todo; sobre Byul, sobre tí... Ahora, después de soltar lo que tenía atravesado en mi pecho, me siento más libre. No sé cómo explicarlo —sacudió su cabeza—. Yo... sólo me siento más listo para intentar las cosas con Byul.

Y escuchar eso me hizo sonreír el triple que antes.

—No sé a dónde nos lleve ese camino, pero quiero estar con ella, quiero que ambos podamos intentar lo que deseamos —esta vez fueron sus labios los que formaron esa sonrisa dulce y amorosa que sólo aparecía en etapas de enamoramiento—. Y hoy, estoy más que dispuesto a eso.

Pegué mi codo juguetonamente contra su hombro, dándole una mirada pícara. —Estás bien coladito por ella, TaeTae.

Y en ese mismo instante fui consciente del tono rojizo que se formó en su cara.

«Oh.Dios.Mío.»

—¡Te sonrojaste!

—Claro que no —trató de negar.

—¡Claro que sí! ¡Estás muy rojo!

—Olivia...

—¡Kim TaeHyung está enamorado!

Mi cuerpo comenzó a correr por si sólo por todo el lugar cuando el aludido se levantó del suelo y empezó a perseguirme. Unas risotadas y chillidos se escaparon de mis labios por esos segundos, escuchando como él tampoco podía dejar de reír.

La confesión de TaeHyung sin duda me había sorprendido. No era algo que esperara, sin embargo, valoraba todo lo que había hecho. Para mí, él era alguien especial; un amigo, compañero leal, todo. Y sin importar lo que sucediera, jamás lo abandonaría. El hecho de que fuera sincero conmigo ya era digno de admirar, y mucho más que dejara a un lado sus deseos para verme feliz... Era algo que me ocasionaba una presión en mi pecho y, por tal motivo, no podía dejar de ser su apoyo incondicional.

Porque hoy, después de mucho tiempo intentándolo, TaeHyung me demostró que era capaz de volver a ser aquel niño de corazón puro que siempre vivió en su interior...

∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·

11:57 hrs.

—Cuando la intensidad de la corriente es directamente proporcional al voltaje e inversamente proporcional a la resistencia, estamos en presencia de la Ley de Ohm... —pronunció la pelirroja a mi lado con la vista puesta sobre los apuntes de su cuaderno. Le dió una hojeada a toda la página y suspiró frustrada.

—Ya, no te estreses, todo va a salir bien —traté de tranquilizar.

—No, Olivia, todo va a salir mal.

—¿Por qué piensas eso, Rosé?

—Es un examen de física, nada saldrá bien —opinó con un poco de frustración—. Estoy muy nerviosa.

—Vas a salir bien, amiga. Manejas muy bien el contenido de la asignatura —apoyé sinceramente, pasando un brazo por su hombro y abrazándola.

Ella soltó unas risitas.

—Gracias, Olivia.

—No es nada. Ahora hablemos de otra cosa para que elimines un poco de tensión —propuse—. ¿Te gustaría acompañarme en la tarde a recoger un pedido?

—Ojalá pudiera, pero estaré ocupada —pude notar desánimo en tu voz, mas no se reflejó en la chispa de sus ojos.

Entrecerré los míos y le propicié una mirada pícara a la cual reaccionó tímidamente.

—¿Con qué? —pregunté un tanto curiosa por su comportamiento.

—Nada.

—Ay ajá, me conformaré con eso.

Una dulce carcajada se escapó de sus labios ante eso, dándose cuenta de que no tenía de otra que ceder.

—Saldré con YoonGi —expresó al fin.

Yo me quedé quieta.

Al detener mi paso me dediqué a observarla un tanto sorprendida, ella simplemente se escondió en su lugar con ternura.

—¿YoonGi? ¿El de pelo rojo que yo conozco?

Asintió.

—Es que... ¿¡En qué momento pasó esto!?

—Sólo pasó, así sin más —se encogió de hombros—. Desde hace unas semanas hemos estado más cercanos; he notado que es un buen chico, me trata bien, parece ser sincero con lo que siente... Y no quiero ilusionarme como hace poco pero... tal vez intentar no estaría mal. Digo, es bueno aprender de los errores para no cometerlos nuevamente.

Sabía a lo que se refería. Me trajo un poco de melancolía y al mismo tiempo, una gran alegría saber que ella estaba continuando adelante, que buscaba su felicidad.

—Me siento muy feliz por esto, Rosé —tomé sus manos y sonreí—. Es bueno que sigas hacia adelante.

—Lo sé. Debo agradecerte por el apoyo.

—No es nada, linda. Aquí estaré siempre para tí.

En ese justo momento le di un fuerte abrazo al cual correspondió sin dudar. El aroma dulce y de fresas que su cabello desprendía llegó rápidamente a mis fosas nasales, invadiéndome por completo y dejándome con las ganas de nunca soltarla. Sin embargo, en cuanto sentí una mirada sobre mí, tomé un poco de distancia.

No era JaeHyun, estaba segura. Al mirar un poco a los alrededores fui capaz de ver a una joven de cabellera rubia vernos desde lo lejos, específicamente en el patio  recostada sobre la corteza de un árbol. Su mirada estaba llena de ternura hacia nosotras.

Al divisarla le regalé una sonrisa.

—Rosé, ¿puedes adelantarte al salón? Iré a ver algo —avisé.

—De acuerdo, nos vemos ahí.

—Vale —asentí suavemente, esperando un poco hasta que ella avanzara lo suficiente para entonces girarme y caminar hacia donde se encontraba la otra chica.

Lisa en cuanto vió mis intenciones optó por continuar observando el libro que descansaba en sus piernas. La imagen que desde mi posición era visible realmente era digna de una fotografía, lástima que no poseía una cámara cerca para capturarla. La muchacha se veía ida de los alrededores, la brisa del exterior estaba moviendo su cabello largo de un lado a otro sin arrepentimientos, tambien el escenario donde se encontraba le propiciaba un aura incluso más hermosa y tranquila.

A veces me preguntaba porqué todos la juzgaban o creaban rumores falsos acerca de su comportamiento. Ella simplemente era alguien que disfrutaba de su soledad, no era nada fuera de lo común.

Pero entonces esta horrible sociedad en la que vivimos se encargaba de echar a perder todo lo bueno.

Pocos segundos después estuve parada frente a la rubia. Al alzar su cabeza y verme no dudó en formar en sus labios una dulce sonrisa.

—¿Puedo sentarme? —pregunté.

—Claro que sí.

Satisfecha por esa respuesta me senté a su lado y apoyé mi espalda en el tronco, mirando el libro que tenía en manos.

—¿Qué haces aquí sola?

—Vine a estudiar un poco antes del examen.

—¿Soy la única que no está estudiando? —me pregunté estupefacta.

La carcajada de la joven me hizo sonreír.

—Me siento preparada para el examen, ¿y tú?

—Si, estoy preparada.

Lalisa cerró el cuaderno de física y lo dejó a un lado para entonces mirar sus manos.

—¿Has estado bien? —preguntó amablemente.

—Bueno, podría estar mejor —comenté con voz calmada—. Esto de las investigaciones me están volviendo loca

—Mh... creo saber porqué —me regaló una sonrisa media—. Jugaste a la perfección el juego de JaeHyun el otro día.

Y al escuchar eso todo mi cuerpo sufrió de escalofríos.

—¿Cómo...?

—He escuchado conversaciones en estos días —se giró un poco para verme bien—. Las cosas han estado muy tensas, no negaré que tengo miedo.

—¿Qué has notado? —cuestioné con curiosidad, esto me serviría en la investigación.

—Bueno, mi padre ha estado muy frustrado y molesto con JaeHyun porque al parecer no cumplió al pie de la letra con un plan establecido —explicó serena—. Y ahora se siente como si estuvieran preparando las condiciones necesarias para dar un golpe final.

Y haber comprendido esas palabras me dieron la afirmación de que en cualquier momento las cosas se saldrían de control.

Era un hecho.

Solté un suspiro al mismo tiempo que pasaba una mano por mi pelo. Esto era estresante.

—Todo está perdiendo los estribos —expuse—. Estamos en la mira.

—Lo sé, es muy difícil.

Pude notar una pizca de tristeza en sus ojos al decir eso. Aquello me estrujó el corazón de la peor manera, no me gustaba ver a la gente sufriendo. Sin saber que hacer sostuve su mano y dejé algunas caricias, llamando nuevamente su atención.

—Estaremos bien.

—Es fácil decirlo cuando estás con la parte buena. Tus padres son muy dulces, buenos y preocupados contigo; ellos sin duda son especiales. Pero yo... —soltó una débil risa nasal—. Yo formo parte del lado oscuro, de los malos, los villanos de toda esta porquería.

>> Por eso tal vez entiendas que no es fácil para mí sentirme segura en esa casa.

Sus palabras me revolvieron toda el alma, desde los pies hasta la cabeza. Unas inmensas ganas de llorar me invadieron, pero tuve que controlarlas en ese momento.

—Lo siento mucho, Lisa —murmuré—. Lamento tanto que te haya tocado algo así.

—No lo hagas, Olivia —ella me regaló una sonrisa mientras posicionaba su otra mano sobre la mía—. No todos estamos destinados a vivir felices, y yo soy un claro ejemplo de ello.

—No digas esas cosas —la regañé—. Lisa, te prometo que, pase lo que pase, te sacaré de ahí.

Ella sonrió conmovida al escuchar eso.

—Gracias, Olivia...

—No hay de qué. Soy tu amiga —fui sincera, sonriéndole dulcemente—, siempre estaré para tí.

Y con eso fue suficiente para que el momento se volviera completamente conmovedor. Sin pensarlo dos veces la abracé con fuerza, sintiendo como ella misma correspondía como si estuviera tratando de obtener calor. Acaricié su espalda como consuelo, asimismo como ella lo hacía conmigo. Ese momento se había convertido solamente para nosotras, no había nada que pudiera impedirlo.

Abrazarla de esa forma me estaba propiciando un sentimiento raro, era como si ambas estuviéramos conectadas; algo así como el Yin y el Yang, dos opuestos que juntos combinaban a la perfección. Me sentía así junto a ella.

Y yo desde ese momento comenzaba a ser consciente del motivo que llevaba a eso.

AHN EUN BYUL
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12:57 hrs.

Estaba confundida.

No sabía que demonios pensar, que hacer, que sentir... De un momento a otro lo que temía sucedió: dudar de mis decisiones luego de darme cuenta de varios aspectos.

Tenía el horrible defecto de sobrepensar las cosas y empezar a crear negaciones de todo tipo hacia mí alrededor. Me prometí que después de estos últimos días no volvería a hacerlo y me mantendría al margen... Ahora mi promesa quedó siendo eso, una promesa no cumplida para la colección.

Algo frustrada cubrí mi rostro para calmarme y dejar de pensar. De repente quería arrancarme la cabeza y así dejar de hacerle caso a mi estúpida consciencia.

El motivo de todo esto se trataba de algo que había visto y escuchado. Algo que, a pesar de yo misma haberlo iniciado, me hizo actuar de manera inconsciente.

Escuché la confesión de TaeHyung hacia Olivia.

Demonios, yo lo había invitado a ello, y ahora estaba enojada.

¡Me encontraba celosa! Si me lo preguntan, no estuve presente durante todo el momento, solamente escuché su confesión y... me largué.

Es que yo era demasiado tonta. Muy pero muy tonta. Estaba dudando de una decisión que yo misma había tomado, ¿qué carajos me sucedía?

No quería pensarlo, mucho menos tomarlo en cuenta, pero sí estaba pasando. De repente me arrepentía de haber aceptado la propuesta de TaeHyung. De repente no quería continuar con esto, quería deshacerme de todos esos sentimientos.

Él y yo nunca íbamos a funcionar.

No me había dado cuenta del momento en que las lágrimas comenzaron a correr por mi rostro, esto era inútil.

—¿Porque estoy llorando? —me pregunté a mí misma mientras secaba esas gotas saladas de mis mejillas.

Y la respuesta estaba bien clarita.

«Verlo con ella... duele.»

¿Y por qué dolía? Pues, porque estaba realmente enamorada del él.

Se supone que no debía sentir eso. Yo lo odiaba y él a mi también, así eran las cosas y así deberían ser siempre. ¿En qué momento todo cambió?

Me levanté del banco de aquel patio dispuesta a entrar nuevamente en el instituto. Tenía que concentrarme en algo más o me volvería loca. Sin embargo, el destino últimamente quería joderme la vida, y esta vez tuvo que hacerlo con la persona menos indicada.

—¡Eun Byul, espérame! —gritó el chico desde la distancia.

No me detuve, no quería hacerlo. Con la mirada al frente seguí avanzando, utilizando un poco más de rapidez.

—Oye —fui alcanzada por su brazo, mismo que me hizo parar y quedar justo frente a él—. Espérame, tontita.

«Tontita...». Que me llamara por un apodo hacía que mi corazón latiera con fuerza.

—Quería contarte algo —en sus labios tenía una dulce sonrisa, como si de repente estuviera muy feliz—. Pero antes, ¿estás bien? Te veo rara.

La idea de que era aquello que deseaba contarme apareció en mi mente con el único fin de romperme el cerebro. Miles de pensamientos negativos llegaron a mí, nublando mi vista y consciencia para actuar con aquella parte impulsiva que tanto me caracterizaba y que en momentos como este odiaba.

—No quiero hablar contigo, TaeHyung —escupí seca, tratando de zafarme de su agarre.

—¿Eun...?

—Por favor, Tae.

—No. No hasta que me digas que demonios te sucede.

Su insistencia me estaba volviendo loca. Quería gritar, patalear, llorar y forcejear tal cual niña de cinco años, pero debía mantenerme lo más tranquila posible.

En ese momento un recuerdo vino hacia mí cabeza, memoria que, a pesar de no ser muy grata, me hizo sonreír de melancolía.

“No te metas en mis asuntos, Eun Byul. No te importa nada de mí, así debe ser siempre”.

Ese pensamiento me hizo darme cuenta de que si hubiera obedecido a sus palabras, probablemente no estuviera de tal forma.

Era momento de darle fin a esto.

Me incorporé frente al peligris firmemente y reuní todas mis fuerzas para decir las siguientes palabras que aunque dolían, era necesario decirlas.

—Una vez me dijiste que no me metiera en tus asuntos... y creo que eso es lo que debo hacer. Sin importar quien te guste o cuan herido estés, no me preocuparé.

—¿De qué demonios hablas?

—Es mejor tomar distancia, TaeHyung —lo interrumpí antes de que continuara—. Olvidemos esto.

—Pero... —se quedó en blanco. Me dolía ver sus ojos llenarse de tristeza y su rostro reflejar la confusión.

—Ya no me gustas, ¿okey? —en cuanto dije eso mi voz tembló evidenciando que estaba a nada de llorar—. Así que... ya no volvamos a cruzarnos en el camino del otro, te deseo lo mejor.

Antes de que respondiera le ofrecí una última sonrisa para irme de allí porque realmente ya no aguantaba las lágrimas que estaban luchando por salir. El dolor en mi corazón se hacía más fuerte con cada paso que daba para alejarme de él, mucho más cuando no veía que hiciera un último intento.

Había destrozado su alma, y ahora la mía no podía más.

En cuanto me ví totalmente distanciada de las personas que caminaban los pasillos, me tomé mi tiempo para dejar salir las lágrimas de mis ojos e intentando no dejar escapar ningún sollozo.

No sabía que había hecho, tampoco sabía muy bien el porqué.

Deseaba el amor, me encanta ver todas esas cosas cursis, sin embargo... era distinto experimentarlas.

No estaba preparada para enamorarme y... tenía miedo.

Mi cabeza no podía más con tanta carga, así que tomé mi celular rápidamente para llamar a la única persona que en momentos así podría ayudarme.

¿Diga?

—Señora Im...

¿Eun Byul? ¿Estás llorando?

Cada vez que me hacían una pregunta así no podía evitar controlarme.

—Necesito su ayuda, no puedo más con esto —sollocé con los ojos cerrados en el intento de buscar la tranquilidad. Tenía todo mi cuerpo temblando de repente.

—¿Te gustaría tener nuestra sesión hoy? —inquirió con su típico tono de voz relajado y sereno, ese que de sólo escucharlo te generaba una gran tranquilidad.

—Si, por favor...

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Se puso interesante esto🙃. Si son inteligentes sabrán que tendremos en el próximo capítulo. Y recuerden, traten de comprender a los personajes y sus situaciones.

Ya pero, ¿cómo están, personitas bonitas? ¿Qué tal los lleva la vida? Espero que bien UwU.
¿Qué les pareció esta actualización? La escena con Lisa me hizo llorar, ¿teorías con respecto a eso? 👀 ¿Que piensan que le sucede a Byul? A ver, quiero leer sus ideas.

¿Saben? Ser consciente de que en unos pocos capítulos llegamos al clímax ha hecho que escribir estos últimos sea difícil, es raro jaja. Me propuse en esta semana escribir todo lo que pueda y adelantar UwU.

Bueno, ya no tengo nada que decir, así que... ¡Adiós personitas! L@s amito mucho.
Cuídense, por fiiiis.
Bye ♡.

Psdt: La escena de Rose con el examen fue un hecho real vivido por mí JAJAJA.

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