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⚘. ▎53

Eres lo único bueno que tengo.❞
╰─────╮•╭─────╯

Jueves, 30 de enero del 2020.
14:37 hrs.

Me agaché bajo una de las mesas para revisar que se encontrara despejada, notando entonces una bolita de papel que rápidamente sostuve para dejarla en el bote de basura. De esa misma forma lo hice por los próximos segundos, intentando ser rápida para salir de esa labor lo antes posible y finalmente irme de aquí.

Hoy me tocaba limpiar el salón de clases junto a uno de mis más queridos compañeros, el famoso “chico desconocido”, mismo que en ese instante se encontraba organizando los pupitres en sus respectivos lugares. No estábamos manteniendo alguna conversación de respuestas muy largas, era algo espontáneo, pues nuestro deseo de terminar todo era incluso más importante.

Y yo de alguna forma lo agradecía, ya que no tenía muchos ánimos para hablar.

Tres días después de lo sucedido y yo aún no había podido relajarme por completo. Las conversaciones con Jin fueron de apoyo, sin embargo, ser consciente de que todo esto era más grande de lo que pensábamos me tenía al punto de querer desaparecer. Por supuesto, también existía el hecho de que ahora ya no había máscaras; JaeHyun no se había ocultado ese día y aquello era una invitación a ser más prudente.

En resumen: me encontraba ansiosa y con un enorme sentimiento de peligro.

Ni siquiera estar con mis amigos ayudaba en eso. Inclusive, había estado tratando de no acercarme a JungKook en estos días, lo cual fue bastante fácil ya que últimamente tenía mucho trabajo en manos.

Pero a pesar de eso, él se había acercado a mí para darme el cariño que siempre me demostraba, para preguntarme por mi día a día, mi estado de ánimo; era precioso. Y aquí estaba yo siendo una completa idiota a causa de todo lo que yo misma había creado desde que puse un pie en esta ciudad

Jeon no tenía la culpa de nada, pero aún así sentía que no podía continuar de esa manera. Porque la culpa era mía. Eran demasiadas mentiras, muchas cosas ocultas, grandes peligros, y no podía someterlo a ello. Yo era un enorme riesgo para alguien como él; su bienestar era más importante, incluso más que el mío.

Por tales motivos estaba intentando tener soledad para aclarar mi mente, buscar soluciones y por supuesto, prepararme para todo lo que debía enfrentar en el próximo mes que casi llegaba.

Teníamos la obra como principal objetivo, pero en mi caso, tambien existía el descubrimiento de la verdad y...

... La revelación de mi real identidad a JungKook.

De sólo pensar en ello sentía un gran miedo recorrerme, y este momento no había sido una excepción. El borrador que se encontraba en mi mano cayó a suelo de forma instantánea, ocasionando que yo y el otro muchacho diéramos un respingo involuntario.

Fueron segundos de silencio incómodo que, gracias a la vida, había sido roto por él.

—¿Todo bien?

Giré un poco mi cuerpo para verlo.

—Si, sólo... fui torpe —usé una vaga excusa mientras hacía el intento de ocultar el temblor de mis manos.

—No sé, estás muy rara desde hace unos días —opinó lo obvio, continuando con su labor—. Incluso te he visto diferente con Jeon.

Yo simplemente mantuve la cabeza gacha para que no pudiera notar la capa lacrimosa de mis ojos. De repente quería llorar, pero no podía. Tenía que aguantar.

—No estoy teniendo un buen momento —dije en un tono bajo—. Tengo muchas cosas en mente, y una de ellas es con respecto a lo nuestro.

En cuanto hablé sobre eso fui consciente de como Tae alzaba su cabeza con notable frustración.

—¿Discutieron?

—No, pero eso pasará en cuanto haga lo que deba hacer —volví a tomar el borrador en mis manos para incorporarme frente a la pizarra y limpiarla.

Sentía la mirada del peligris en mi espalda.

—¿Vas a...? ¿Le vas a decir quién eres?

Ante eso, sólo pude sonreír con dolor. —Tengo que hacerlo, ya no puedo seguir mintiendo.

Luego de decir eso el silencio reinó. Supe entonces que no tenía nada para decir, ni siquiera yo tenía algo con que continuar. Todo estaba dicho; no me quedaba de otra, era mi única opción para seguir adelante. No sería fácil, pero eso era un peso con el cual debía cargar luego de cometer tantos errores.

Advertida estuve, y así mismo sucedería.

Sin embargo, había algo claro. Antes de que todo terminara deseaba poder pasar un último momento a su lado; tenía como pensamiento hacerlo el día después de la obra de teatro, la cual sería en una o dos semanas. Y yo solamente esperaba que, por una vez, las cosas salieran bien.

Tuve que ponerme de puntillas para alcanzar la parte alta de la pizarra, siendo detenida por el chico que se ofreció para ello.

Murmuré un “gracias” inaudible, ya lista para alejarme de ahí y buscar algo más que pudiera arreglar. No obstante, su voz gruesa fue aquello que me hizo girar para verlo.

—Es un situación difícil, pero quiero que sepas que, pase lo que pase ese día, aquí estaré para tí, asimismo como todos los demás —sonrió dulcemente.

Escuchar eso me conmovió mucho. —Gracias, Tae...

—No es nada, dulzura.

Una sonrisa se formó en mis labios con eso. En cuanto terminó con esa última labor y se cercioró de haber concluido todo, entonces optó por agarrar mi mochila y la suya.

Era momento de irnos.

—Por cierto, tengo una pregunta —mencionó luego de cerrar la puerta del salón.

—Dime.

—¿Por qué Haenul y no HaNeul como originalmente es?

—Uhh, es una buena pregunta —reí un poco—. No hay muchos motivos: simplemente mis padres quisieron ser originales.

—¿Es en serio? —inquirió incrédulo.

—Mjum. No eres el único que me lo pregunta. Mientras vivía aquí en Corea tuve muchas dificultades con mi nombre —hice una mueca ante los recuerdos—. Creo que ese fue otro de los motivos por el cual se hizo el cambio a Olivia.

—Puede ser.. Si —vaciló un poco—. Ya pero, ahora que sacié mi curiosidad, ¿una carrera hasta la salida?

—Con gusto —acepté—. A la una, a las...

—¡Tres! ¡Corre, honguito!

—¡Kim TaeHyung, no me vuelvas a llamar así! —vociferé, viendo claramente como corría bien lejos de mí.

Era un tramposo.

JEON JUNGKOOK
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14:46 hrs.

—Piedra, papel o tijeras... ¡Ay vamos! ¿¡Por qué siempre estoy perdiendo en esta porquería!?

—Porque eres malo por naturaleza, JiMin.

—Cállate, cabeza de zanahoria.

—¿¡Cómo que cabeza de zanahoria!?

Suspiré por décimo quinta vez en aquellos quince minutos luego de apreciar desde una no muy larga distancia como mis amigos se peleaban entre sí por un tonto juego. JiMin, NamJoon, YoonGi y HoSeok estaban junto a mí en la salida del colegio para esperar al idiota de Kim que, en ese mismo instante, debía encontrarse limpiando el salón con mi novia.

¿Y saben cómo me caía eso? Era un asco.

No me había negado ya que como presidente del consejo debía dar el "ejemplo" de no meterme en problemas, sin embargo, estuvo a punto de chuparme un huevo cuando la profesora dijo que ellos dos debían quedarse limpiando, solos.

Pasé una mano por mi cabello para luego observar la hora en mi reloj de muñeca. Ya habían pasado casi treinta minutos y la espera me desesperaba.

—¿Dónde están esos dos y por qué se demoran tanto? —quiso saber Min un tanto fastidiado de tanto esperar.

Habían dos motivos por los cuales estábamos aquí. Uno de ellos se debía a la invitación que el propio TaeHyung había dado. Quería que nos reuniéramos hoy en el gimnasio de su casa para hacer un poco de entrenamiento; yo hubiera podido negarme, pero al final todos me convencieron y aquí estaba.

Sin embargo, el principal para mí se trataba de Olivia; quería verla y despedirme, asimismo como comprobar que estuviera bien.

Si era sincero, estaba teniendo miedo. Ella en los últimos días se notaba extraña, tanto que para alguien inseguro como yo lo único que podía entender era que las cosas no estaban bien, y yo quería saber que demonios sucedía, porque de verdad... nada estaba bien.

—Tal vez están haciendo unas cosillas por ahí.

Y escuchar eso fue lo que ocasionó el fuego en mis ojos.

Ahora si estaba celoso. Si, celoso.

—Uhhh, no digas eso al frente de Kook o se desconoce, rubio —respondió Nam tratando de bajar un poco la intensidad.

Intensidad que ya no iba a ser capaz de disminuir, porque en cuanto caí en cuenta de muchas cosas, entonces inicié un paso hacia el interior del instituto.

Escuché que los chicos me llamaban, pero no me detuve, al menos no hasta que ví las siluetas de mi chica y el idiota aparecer en la entrada. Ella se veía molesta con él, ya que lo estaba persiguiendo por todo el lugar.

—¡Yah! ¡Eres un tramposo!

—Eso te pasa por ser distraída —comentó él con diversión.

No sabía que había sucedido, pero no me gustaba.

El muchacho Kim pasó por mi lado dirigiéndome una mirada sin ninguna expresión, a la cual correspondí de la misma forma. Él se incorporó con los chicos automáticamente, mientras yo me quedé observando como la chica que tanto amaba intentaba recobrar la respiración.

Se veía tan linda.

Me acerqué a ella lentamente y la tomé de la mano para llevarla a un lugar un poco más alejado, específicamente hacia una parte de la entrada del instituto que impedía que pudieran vernos.

Los chicos no protestaron ante ello, pues sabían que ambos necesitábamos un momento a solas.

La pelinegra me siguió obediente mientras hacía balancear nuestras manos con dulzura. Esa imagen tan tierna me sacó una muy bonita sonrisa.

—¿Qué me vas a hacer aquí, mh? ¿Matarme? —bromeó.

—Si, voy a matarte a besos.

Ni siquiera le di tiempo a responder, pues de manera rápida junté mis labios a los suyos en un beso sencillo y amoroso, en el cual no dimos mucho movimiento o aumentamos de nivel.

Fue sólo una bonita unión que ocasionó todo un revoltijo en mi pecho.

Después de romper el beso por culpa de la falta de oxígeno, fue ella misma quién se acurrucó en mi pecho como si estuviera buscando consuelo. Ese acto no me tomó desprevenido, por el contrario, era bastante normal que lo hiciera; no obstante, sabiendo la situación era consciente de que aquello tenía un trasfondo. Por lo que no tardé en cuestionar.

—Olivia —la sola mención de su nombre con mi tono de voz débil y preocupado fue suficiente para que alzara su cabecita y me viera atentamente a los ojos—. ¿Te encuentras bien?

Y al hacer esa pregunta fui testigo de como el brillo de sus orbes disminuyó por completo hasta volverse escaso. Su mirada dejó de tener amor y felicidad, para entonces poseer nostalgia, tristeza y... miedo.

Con eso supe que de verdad no se encontraba bien.

Aunque ella trató de fingir que sí.

—Mjum, estoy bien...

—No me mientas, Olivia.

Tal vez mi tono fue un poco duro, pero ya estaba empezando a perder los estribos.

Sentí su cuerpo tensarse luego de eso, cosa que la invitó a tomar un poco de distancia para observar las puntas de sus pies.

—¿Qué te sucede estos días, uh? Lo intenté pasar, de verdad que lo hice, pero ya es demasiado —concluí—. Me tienes muy preocupado.

—No tienes que hacerlo, te dije que estoy bien —trató de mantener sus palabras.

—¿Y esperas que me crea eso?

A partir de ahí supe que las cosas se saldrían de control si ambos no tomábamos calma. Pero aquello parecía una misión imposible en ese punto.

—He llegado a pensar muchas cosas, Olivia. Y no he desconfiado de tí, jamás lo haría, pero si lo he hecho sobre mí.

En cuanto dije eso el arrepentimiento se plantó en sus ojos. —JungKook...

—¿Hice algo mal? ¿Dije algo que te incomodó? ¿Estás molesta conmigo? —pregunté precipitadamente, tratando de sacarle esa información.

—Oye, no...

—¿Crees que las cosas no están funcionando? ¿Tú... sientes que lo nuestro no está bien?

—JungKook por favor, no... —trató de hablar, pero nuevamente la interrumpí.

—¿Alguien te obligó a alejarte de mí? ¿Es eso?

—¡JungKook, ya cállate de una buena vez, por favor! —pidió desesperada, temblando y con las lágrimas a punto de salir de sus ojos—. ¡Déjame hablar, por favor! ¡Carajo!

La había cagado bien feo.

«Eres un idiota, Jeon...»

Olivia estaba a nada de romperse, o más bien, ya lo estaba haciendo. Las primeras lágrimas se escaparon de sus ojos, asimismo como de sus labios comenzaban a salir varios sollozos disfrazados de suspiros.

—No vuelvas a decir esas cosas, JungKook, no lo digas jamás —advirtió con seriedad y a su vez con la voz entrecortada, mierda, eso me dolía—. Nada de lo que acabas de decir es cierto. No tienes la culpa de nada, ¿okey? Tú eres lo único bueno que tengo en este momento.

Escuchar lo último que dijo fue suficiente para que un nudo en mi garganta comenzara a formarse. Ahora era yo quien quería llorar por haberla hecho sentir de esa manera.

—Mira, Kook, no estoy pasando por un buen momento, ¿de acuerdo? —aclaró, pasando la mano por su mejilla para limpiar una lágrima—. Estoy abrumada, estresada e incluso asustada, y el motivo que me tiene así es sumamente delicado, tanto que no puedo decirle a nadie por más que quiera, mucho menos a tí.

>> No puedo exponerte a una situación tan complicada como esa, por eso quise alejarme estos días. Necesitaba pensar en soluciones para todos esos problemas, tomar decisiones o planear como hacerlas... —pausó para tomar aire—. Yo... necesitaba eso.

En cuanto terminó de hablar quería darme un puñetazo por haber sido tan imbécil e insensible. Ella... joder, ella no estaba bien y yo sólo lo había empeorado todo. Me sentía horrible ahora.

Y eso incrementó cuando la ví cubrir su rostro para empezar a llorar de verdad.

—Perdóname, JungKook, perdóname por todo.

No me tardé ni un microsegundo en estrecharla entre mis brazos, momento donde su llanto lo sentí más libre, como si ahora se sintiera más segura. Con mis manos acaricié su cabellera y con mi cuerpo le propicie calidez, esa que siempre hacía sentir bien a alguien.

—No te disculpes, todo está bien —susurré en su oído—. Perdóname a mí por haberme comportado así.

—Tú cállate, ¿si?

Una risita nasal se escapó de mis labios. Aún estando sensible no perdía su carácter.

Nos mantuvimos en silencio por uno o dos minutos sin perder la pose en que nos encontrábamos. Bastó de poco tiempo para que sintiera su respiración volver a ser como antes, por lo cual supuse que ya se había relajado un poco.

—No voy a presionarte con ello pero... ¿más adelante me lo contarás todo? —quise saber en un tono suave y delicado mientras con mis pulgares limpiaba sus mejillas.

—Cuando me sienta lista para ello... Sí —murmuró—. Pero por ahora no quiero hablar sobre eso, incluso preferiría que olvidáramos esto —comentó con un poco de desánimo—. Sólo... a veces necesitaré un momento para estar sola.

—Lo entiendo —le regalé una sonrisa media—. ¿Quieres que te acompañe a casa?

—No, no, ve con los chicos.

—Oye, sabes que no hay problema con eso, ni siquiera tengo ganas de ir.

—Pero irás, has tenido mucho trabajo, mereces distraerte —insistió.

—Me distraigo contigo.

Una pequeña sonrisa se formó en sus labios por eso.

—Ve con ellos, Jeon.

Sin poder hacer más nada sólo pude formar un puchero en mis labios. La joven negó con su cabeza con diversión antes de pararse de puntitas para darme un besito en los labios y acto seguido enrollar sus brazos en mi cuello para darme un abrazo. Yo no me demoré en corresponder a su acto tan lindo, sintiendo ganas de quedarme aquí con ella para protegerla de todo lo malo.

Y esos sentimientos que experimentaba me invitaron a demostrárselos con palabras.

—Te quiero mucho, princesa.

Tuve miedo de no escuchar su respuesta, sin embargo, en el momento en que sus labios llegaron a mi oído, caí en cuenta de los acelerados latidos de mi corazón.

Dichos que incrementaron con sus palabras.

—Yo también te quiero mucho, JungKook.

∙ · • • • ❀ • • • ∙

15:26 hrs.

La casa frente a mis ojos se veía impresionante, elegante y a su vez demasiado sencilla. Para conformar parte de una propiedad rica era muy básica, aunque sin dejar de lado su gran tamaño.

Parecía el hogar de algún personaje de caricaturas: sendero de piedras en su entrada con algunas plantitas pequeñas a los lados, la fachada blanca y gris, muy moderna; tambien podía divisar unos dos o tres pisos desde el exterior, por lo que suponía que adentro todo sería muy bonito.

Algo que admirar del chico Kim.

No teniendo más nada que hacer aquí afuera opté por comenzar a caminar hacia la puerta de la casa, lento y dudoso. Había venido sólo ya que al parecer los demás iban a tardarse un poco más; sin embargo, me resultaba curioso ese hecho, pues no era uno... sino todos.

Pero ya no había nada que hacer, era un hecho.

Alcé mi brazo para alcanzar el timbre y apretarlo con mis dedos, escuchando entonces el clásico sonido resonar por todo el interior de la casa. Pacientemente esperé con las manos metidas en mi bolsillo a que TaeHyung no fuera tan idiota en dejarme aquí fuera.

Conociendo muestras rivalidades, era lo más probable.

Sin embargo, eso no fue lo que pasó. A los pocos segundos vi la puerta abrirse y a su vez, como la figura del peligris aparecía. Se sorprendió un poco al verme ahí sólo, motivo por el cuál salió y miró a los alrededores con confusión.

—¿Y los demás? —inquirió dudoso, incorporándose frente a mí.

—No sé... Me dijeron que se tardarían un poco, por lo que vine sólo —me encogí de hombros.

Tae posicionó las manos en su cintura y dejó salir de sus labios un agotador suspiro. Se quedó mirando un punto fijo y desconocido, parecía estar pensando algo.

—Bueno —regresó su mirada a mí—, ya llegarán. Sígueme, puedes pasar.

Asentí débilmente con mi cabeza mientras procedía a obedecer su petición. Al entrar en la casa pude darme cuenta de que como había supuesto, su grandeza y belleza era muy alucinante.

—Lindo hogar —opiné mientras nos adentrabamos.

—Mh, gracias —trató de hacer una sonrisa que pareció más una mueca.

Esto era raro. La mayor parte del tiempo desde que ambos nos conocimos siempre estábamos peleando. Ninguno de los dos podíamos soportarnos, eso era un hecho. Y ahora que habíamos mantenido una conversación más calmada... no era muy usual.

Incluso me daba miedo.

«¿Yo y TaeHyung siendo amigos? Ugh, no.»

Dejando eso de lado decidí concentrarme en el motivo por el cual estaba aquí. El peligris me guió por toda su casa hasta llevarme al dichoso gimnasio, mismo que tenía un parecido con el de mi hogar por su grandeza y espacio.

Era bastante interesante.

—Siéntate por ahí mientras esperamos a que ellos lleguen —señaló uno de los bancos que existían en una esquina.

Afirmando con mi cabeza hice lo que dijo, dejando mi mochila en el suelo y sentándome ahí para simplemente esperar. Me sorprendió que TaeHyung quisiera acomodarse a mi lado, sin duda no había esperado un acto como ese de su parte. No dijo absolutamente nada, lo único que hacía era mirar un punto fijo en el suelo y jugar con sus dedos.

El silencio era demasiado incómodo, tanto que de alguna forma u otra nos abrumaba. Necesitaba romper ese hielo de una vez o colapsaría, sin embargo, lo único que pasaba por mi cabeza no era un tema adecuado para este momento donde estábamos solos, aunque si quería sacarlo para aclarar unas cuantas dudas que, a la legua, estaban bien afirmadas.

Tenía un debate entre mis deseos y lo que podría ser correcto, logrando que mi cuestión fuera más fuerte y saliera de mi boca sin ni siquiera pensarlo.

—Quiero preguntarte algo —hablé, llamando su atención por ese acto repentino—. Lo tengo bien claro pero... aún así quiero escucharlo de tus labios.

Por la forma en que mis ojos se conectaron a los suyos fue capaz de saber que esto no iba por un excelente camino. No obstante, no puso objeción y por el contrario, me invitó a continuar.

—¿Te gusta Olivia?

Al escuchar esas tres palabras lo primero que se divisó en su rostro fue una sonrisa leve que se intensificó cuando el chico soltó una risa seca. El joven Kim giró un poco su cabeza y miró hacia otro lado por unos segundos antes de incorporarse nuevamente hacia mí y entonces responder.

—Si, me gusta tu novia.

Ya lo sabía, era cien por ciento consciente de eso, pero aún así me había enojado un poco. Quería matarlo a golpetazos, sin embargo, yo había iniciado el tema, era mi responsabilidad.

—Y no me preguntes porqué, creo que los motivos de ambos son bastante parecidos —hizo referencia a nosotros dos—. ¿Pero sabes qué, JungKookie? Debes dejar de verme como un enemigo.

—Si no sintieras nada por ella sería más fácil —ataqué con seriedad.

—Ay Jeon... Jeon... Jeon —me regaló una sonrisa—. ¿Me crees tan imbécil para interferir en tu relación con Olivia?

—Un poquito bastante, sí.

TaeHyung rió.

—Puedes deja de pensarlo, idiota. Es cierto, me gusta tu chica, sin embargo, jamás haría algo que pudiera desmoronar el gran amor y cariño que ambos se tienen —aclaró con suavidad—. Ustedes no la han tenido fácil, no me preguntes cómo obtuve esa información porque no te diré nada, pero lo sé.

>> Un amor como ese no merece algo tan injusto. He sido el villano en la vida de muchos, pero no quiero serlo en esta, no al menos... cuando las cosas finalmente están saliendo bien.

Lo último lo dijo con un poco de desánimo, como si de repente el recuerdo de algo lo abrumara.

Yo por mi parte no sabía que decir, estaba sin palabras. No le creía del todo a Tae, sin embargo, así sin más comencé a sentir un poco más de empatía con él; se veía muy real, no parecía estar mintiendo al respecto.

—¿Piensas eso? —pregunté curioso.

—Mjum, no voy a entrometerme en eso. Sentir algo por Olivia es un error —bajó su mirada—; un error que, por más que duela, debo eliminar si quiero salir adelante. Por tal motivo he decidido decirle mis sentimientos...

—Espera, ¿qué...?

—¡Shhhh! Antes de que digas algo, déjame hablar —pidió—. No se lo diré con el fin de confundirla o hacer que sienta lo mismo que yo, sino que lo haré porque es lo mejor para mí. Debo hacerlo ahora o nunca podré salir de esto.

Bueno, en algo tenía razón.

—Además de que... necesito aclarar mis emociones junto a otra persona —murmuró en un tono bajo, pero capaz de escucharse.

Luego de haber oído toda su explicación, de verdad no tenía palabras. Una parte de mi continuaba molesta y un tanto celosa, sin embargo, existía esa otra que me provocaba alivio al saber que TaeHyung sabía hasta donde llegar.

Estaba enamorado de mi novia, pero había dejado bien claro que no intentaría nada por el amor que nuestra relación poseía.

Era un poco triste, la verdad.

Observé mis manos mientras jugueteaba con ellas, tratando de encontrar las palabras correctas para comenzar a hablar.

—Yo... lo siento —me disculpé, ocasionando que su mirada confundida se posara en mí—. Un amor no correspondido es algo que duele como el demonio, y aunque no me caigas de lo mejor... no es algo que desee para tí.

En cuanto escuchó las palabras salir de mi boca fui consciente de la sonrisa melancólica que se formó en su rostro.

—No te disculpes, Jeon, alégrate de tenerla —pasó una mano por su cabello para peinarlo un poco—. Ella nunca iba a ser la indicada para mí, así que, ya encontraré algo mejor.

—Si no es que ya lo encontraste. ¿A quién te referías con que necesitas aclarar tus emociones con otra persona?

Por la forma en que todo su cuerpo tembló de nervios supe que había tocado un punto importante. Tae ignoró mi mirada, gesto común de mentir.

—¿Quién es? Me dirás que no me importa pero eso da igual, dime.

—No es...

—¿Es Byul?

Ante la mención de ese nombre su mirada regresó hacia mí con una pizca de impresión. Sus mejillas de repente se tornaron de un color rojizo, indicando algo que ya podía imaginarme.

—No te atrevas a mentir —advertí—. Llevan varios días alejados y raros, además de que me dijiste en un momento que habías cometido un error que ahora no sabías como remediar. Resumen: ¿es ella?

Al principio TaeHyung no quiso responder, pero fue cuestión de unos segundos para que la bomba saliera de sus labios.

—La besé.

—Ay mierda...

Mi boca y mis ojos se abrieron como platos en cuanto pude escuchar lo que dijo.

Ahora sí se había prendido esto.

—Dile a Olivia que te dé los detalles.

—¿Ella lo sabe? ¿Por qué no me dijo nada?

—Porque yo mismo se lo pedí —aclaró—. Todo sucedió hace unas semanas. Estábamos ensayando la obra a solas, no peleamos mucho a diferencia de otras veces, por lo que era un mejor ambiente. Y en un momento, yo la besé sin ni siquiera pensarlo. Fue algo repentino.

—Por eso estaba tan enojada contigo —concluí.

—Exacto. Se alejó mucho, cada vez que intentaba hablar con ella se convertía en un caso totalmente imposible. Así que cuando hablé con Olivia al respecto, me recomendó llevarla a un lugar para poder tener esa conversación.

>> Ella ya sabía sobre mis sentimientos hacia Olivia, por lo que ese fue otro factor que la afectó. Tomando en cuenta las palabras de tu novia, decidí llevarla a salir y así poder hablar —hizo una pausa—. Los dos conversamos, yo le expliqué que me encuentro confundido sobre mis sentimientos y que por eso le pedía un tiempo para aclarar eso. Ahí está, eso sucedió.

—Joder, es.... mucho más difícil de lo que pensé —dije un tanto impresionado.

Y así era.

Sin duda no me esperaba algo como eso. TaeHyung me había hecho quedar en shock ante tantas declaraciones, por lo que apenas podía pensar.

—Lo sé, es horrible —suspiró agotado—. ¿Algún consejo para mí vida amorosa?

Reí un poquito por eso.

—¿Me estás pidiendo un consejo?

—No te emociones mucho, te sigo odiando.

Esta vez fue una carcajada la que se escapó de mis labios.

—Bueno, la situación no es algo flexible, si te soy sincero —inicié con calma—. Hasta ahora lo has hecho bien, eso de ser honesto con ella y dejarle en claro que te gustaría aclarar tus sentimientos primero. Eso es lo más importante, saber lo que sientes por ella.

>> Byul es un excelente partido, de verdad. Nunca tuve la oportunidad de conocerla bien, pero si sabía que no era cualquier chica; ella es bastante única —hablé sinceramente, obteniendo toda la atención del contrario—. Por ese motivo siento que podrías darle una oportunidad a la circunstancia, ya sabes, estar con ella.

Al terminar de hablar los ojos de TaeHyung obtuvieron un brillo que jamás había visto. Se veía... ¿enternecido?

—¿Tú lo crees?

Asentí ante su pregunta insegura.

—Si. Pero por supuesto, mientras estés confundido no intentes nada. Primero asegúrate de que tu amor sea sólo para Byul, ¿de acuerdo?

El muchacho afirmó decidido con su cabeza, no dudando ni un segundo. Eso me sorprendió un poco, pues no era común verlo así.

—Gracias por esto, JungKook.

—No es nada.

—¿Sabes? Es la primera vez que no peleamos.

Solté una risa nasal. —Es cierto.

—Las extraño —hizo un puchero fingido.

Ante eso simplemente pude reírme sin remedio. Tae se unió segundos después, logrando que el ambiente fuera demasiado bueno para ser real.

—Ya pero, algo que no dije hace un momento —me miró fijamente—. Jeon, cuida de Olivia.

Mi ceño se frunció. —¿Uh?

—Lo que escuchaste —pausó un poco para encontrar las palabras correctas—. Cuídala, por favor. Quédate a su lado siempre, nunca la dejes sola. No la lastimes, ¿de acuerdo?

No me dió tiempo a responder, pues el timbre de la casa rápidamente interrumpió lo que iba a decir. TaeHyung se levantó del banco y me sonrió antes de avanzar.

—Pase lo que pase, no la lastimes.

Y sin más comenzó a caminar por ahí hasta alejarse totalmente con el fin de recibir a nuestros amigos.

Estando sólo en ese lugar traté de comprender lo que había dicho, sin embargo, el significado de aquello no me entraba por ningún lado, era algo que desconocía.

Pero en cuanto el momento indicado llegó, supe el motivo por el cual lo había dejado claro.

≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪

Antes que todo, me gustaría pedirle que no ofendan a Olivia por sus comportamientos. Como toda persona, comete errores y tiene sus motivos. Es verdad que desespera, pero pónganse en sus zapatos y piensen en el miedo de perder a alguien. No sólo con ella, sino con todos los personajes. Antes de opinar algo, piensen bien. Es sólo un consejito <3.

Ahora, ¿cómo están? La semana pasada no pude escribir nada, mucho estudio :'(. Al menos ya terminó, estaré libre de pruebas por uno o dos meses.
Y bien, ¿qué les pareció? ¿qué tal es capítulo? No negaré, lloré escribiendo la pelea de JK y Olivia. Y con respecto a lo de Tae y JK, sentí que ya era hora de que comenzaran a llevarse un poquito mejor 🌸✨.

Bueno, ya no hay mucho que decir. Así que Bye Bye, ¡cuídense! Coman bien. L@s amo mucho ( ◜‿◝ )♡

Psdt: tenía que decirlo. Esta semana va intensa, primero JiMin con el tremendo álbum (me ha inspirado mucho), no paro de escuchar las canciones y ver la hermosísima coreo de "Like Crazy". Y de ayer para acá, PTM, JUNGKOOK CALVIN KLEIN. O SEA, ESTOY QUE GRITO. Necesito oxígeno, no estoy lista para soportar todo lo que se viene.
😩💖🛐

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