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⚘. ▎51

Miles de mariposas.❞
╰─────╮•╭─────

Lunes, 27 de enero del 2020.
11:24 hrs.

—Entonces te reencontraste con la familia de JungKook.

—Así es... —suspiré—. Aún no puedo creerlo.

—Ni siquiera yo, ¿te reconocieron? —inquirió HoSeok algo curioso, no obstante, me mantuve en silencio.

No podía decirle lo que había pasado, mucho menos cuando había sido ella misma quién me pidió que estuviera callada al respecto.

—No —mentí—. Me trataron como la novia de su hijo, tan amables como siempre.

—Es raro, ¿sabes? Eso de que no te reconozcan —opinó con confusión mientras se acomodaba un poco mejor sobre el banco—. ¿Estás segura de que JungKook no sabe quién eres?

Y de nuevo con lo mismo.

Al principio había sido una opción, sin embargo, quedó descartada ante el pensamiento de que él no podría soportarlo por mucho tiempo. Pero ahora teniendo en cuenta que muchas cosas cambiaron y que han existido miles de similitudes, me es difícil confiar en esa suposición.

Muchísimo menos luego de que toda la mentira que creé se iba derrumbando.

Yo simplemente pasé una mano por mi cabello como modo de frustración. —No tengo la más mínima idea, Hobi, ya no sé qué pensar.

—Debes tener cuidado, Olivia, por favor —pidió preocupado—. No sobrepienses las cosas, eso es malo para tu salud.

—Lo tengo en cuenta siempre, no te preocupes por ello —le sonreí.

El pelinaranja dejó salir un ligero suspiro para luego corresponder a la sonrisa. De repente metió la mano en su bolsillo y de ahí sacó un dulce.

—Toma, te ayudará a liberar tensiones.

Reí suavemente ante ello.

—Gracias.

—Ahora debo irme con los chicos, quedamos en ensayar una pequeña cosa de la obra —avisó al levantarse, creando una mueca con sus labios.

—Ve, no te preocupes por mí, me quedaré aquí tomando un poco de aire fresco.

—De acuerdo. Nos vemos al rato.

Acercó su rostro hacia mi cabeza para dejar un beso justamente en la coronilla, mismo que me hizo reír un poco. Luego de volver a sonreír dió media vuelta y caminó de vuelta al interior del instituto, y yo no quité la expresión relajada de mi rostro hasta que no lo ví por ningún lado.

No me encontraba muy bien, de verdad que no lo estaba.

Sentía que todo a mi alrededor se estaba derrumbando. Mi identidad se veía colgando de un miserable hilo, en cualquier momento todo iba a descubrirse y yo realmente no estaba preparada para eso. Por otro lado se encontraba aquella familia loca que aún me tenía a la expectativa; no me sentía segura en ningún lado, mucho menos en la escuela dónde para colmo debía lidiar con uno de ellos, quién milagrosamente no me había molestado en el día de hoy.

Mi cabeza estaba hecha un completo lío, por lo que decidí examinar un poco los alrededores para liberar a mi mente.

El patio grande del instituto estaba casi vacío a estas horas. Sólo habían algunos estudiantes con turnos libres, yo siendo una de ellas. Anteriormente quise disfrutar un rato con Hobi luego de un pequeño tiempo, pero ahora que me encontraba sola... aparecía una inseguridad.

Odiaba sentirme así.

Y entre toda la locura de mis pensamientos, sentí como el celular entre mis manos vibró con un mensaje. Podía suponer quién era, y pude confirmarlo al encender la pantalla y leer el comunicado que aquella persona me había dado desde el día anterior.

Jinnie

Bueno días Olivia. Hoy nos vemos en mi oficina a las 2:00, es momento de volver a la acción.
11:31.




∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·

14:06 hrs.

Y ahí estábamos de nuevo.

—¿Cómo has estado, Olivia?

El suspiro que salió de mis labios luego de su pregunta fue suficiente para responderla. Pude comprobarlo por la risa ligera que soltó.

—–La vida está siendo difícil, ¿no es así?

—Afirmativo, SeokJin. Todo ha sido complicado —respondí con una media sonrisa que tiraba más a una mueca.

—Pero me alegra que aún estés de pie —me regaló una expresión llena de calma—. Has sido muy valiente.

Bajé mi cabeza con un poco de vergüenza. —No creo que merezca ese halago.

—Si lo mereces, preciosa, te lo mereces al cien por ciento —al decir esas palabras extendió su mano para despeinar un poco mi cabeza.

Solté una pequeña risita por ello.

—Gracias, Jin.

—No es nada, cariño. Ahora, después de una semana bastante intensa con el trabajo, tengo más tiempo y libertad para poder seguir con nuestro caso —revisó su libreta de cuero malgastado una o dos veces antes de continuar—. Ya lo hablamos ayer pero..., ¿puedes recordarme que fue lo más relevante de la semana?

—Como te había dicho, primeramente lo sucedido en el teatro con el saco y las cuerdas, ese imbécil estuvo ahí.

—Ajá... —murmuró mientras anotaba.

—He sentido sus miradas estos días, pero las he ignorado como siempre. Y... bueno, lo último fue lo de la señora Jeon este fin de semana —recordé.

—Estando en casa de los Jeon, ¿notaste algo inusual?

—Si, los cuadros —dije recordando. A pesar de no haberlo mencionado en el momento, si había prestado atención a aquel detalle—. No estaban en el mismo orden, pero si eran los mismos. Sólo eso. Los Jeon se veían muy naturales.

—Mh... es bueno saberlo —cerró su libreta y retiró los espejuelos de sus ojos, para entonces apoyarse en los brazos del sofá y levantarse—. Ayer estuve revisando muy a fondo todas las fotografías del día que estuviste donde los Manoban, y no hubo mucho que señalar.

Con su mano me invitó a copiar su acción y seguirlo hacia el buró donde estaba su ordenador. Él tomó asiento y comenzó a buscar en el aparato todos los archivos mientras yo me posicionaba detrás para poder verlo todo. Las imágenes que había tomado aquella noche comenzaron a proyectarse en la pantalla, siendo manejadas por el detective para poder enseñarme todo.

—Aquí se ve mucha información de aquel entonces, como ves aquí —señaló con su dedo a un párrafo—, se trataba de una unión de empresas, algo así como una gran colaboración que llenó de felicidad a la Corea de esa época. En las otras se ven papeles de trabajo de dicha colaboración, por aquí no hay mucho, excepto este de aquí —volvió a señalar con su dedo— donde se ve que K.M exportó grandes cantidades de dinero hacia el extranjero sin verse muy claro su fin. ¿Sabes lo que eso significa?

Tenía una idea, pero al no estar segura decidí negar con la cabeza, dándole la invitación de continuar.

—Es un trabajo sucio, Olivia. Algo que se hace en las empresas para obtener más dinero.

Y al escuchar eso, yo me quedé completamente fría.

¿Trabajo sucio? ¿De verdad mis padres estuvieron metidos en eso?

—Como heredera de empresas lo debes saber.

—Si, si, sé de esas cosas —parpadeé varias veces.

—Aquello fue algo muy arriesgado, si la policía se enteraba podrían meterse en grandes líos —explicó con seriedad—. Sin embargo, eso es sólo un cabo que llevó al gran problema.

>> Si continúas revisando puedes ver los registros de hospital que, lamentablemente, no contienen información relevante. ¿Habían más papeles sobre eso?

—Si, pero debido al apuro no pude verlos todos —me lamenté.

—Y es comprensible, no te preocupes —acarició suavemente mi mano—. Ahora lo que nos queda y lo que pienso que es sumamente importante, es la dirección en código.

Ah, eso, ahora la recordaba.

—La estuve intentando descifrar, pero me di cuenta de que me faltaba una pieza para lograrlo, y esa eras tú —me señaló luego de dejar en la pantalla aquel párrafo misterioso.

Lo observé confundida. —¿Yo?

—Si, tú. Eres la única que conoce toda esta locura a la perfección, por ende, eres tú la única que puede descifrarlo.

Con sólo decir aquello entendí que era mi momento. Moví mis ojos desde los suyos hasta la computadora repetidas veces, como si de esa forma pudiera saberlo todo. Pero no era así, debía concentrarme, tenía que.

Y para cuándo examiné el párrafo, decidí leerlo en voz alta:

“El lugar donde todo inicia, es dónde predomina la verdad. Entre las sombras y la avaricia, bajo la fuente de la ciudad” —recité calmada y con varias pausas para determinar todo.

—¿Qué se viene a tú mente? —preguntó, pero yo aún estaba muy absorta en mis pensamientos para responder.

Debía ubicarme en tiempo y espacio para poder entender, debía usar la lógica, tener en cuenta todo a mi alrededor para ello y por supuesto, concentrarme. Primeramente había que tener en claro que se trataba de un lugar, y como segundo era necesario tomar en cuenta los adjetivos usados para describirlo. Un lugar donde iniciaba algo, suponía que se trataba de toda esta locura. Luego decía que también se encontraba toda la verdad, eso me hacía pensar en algo sumamente importante. Después dejaba expuesto que se encontraba entre las sombras y la avaricia; ambas cosas eran malas, muy malas, y también representaban que el aspecto externo del lugar debía ser así.

Sin embargo, había algo en el último verso que me tenía dudosa. No sabía a qué se refería, o al menos no en ese momento hasta que puse bien la cabeza en su lugar y... pude recordar.

«La fuente del sueño.»

Fue cuestión de segundos para que mis ojos se desviaran al castaño.

—Jin, busca en internet todas las fuentes que se encuentren en los centros de pueblos en Corea, ahora —ordené con desespero, cosa que no tardó en hacer.

El muchacho tecleó en el ordenador lo más rápido que pudo hasta que la página se deslizó frente a mis ojos. Tomé el atrevimiento de manejar el aparato para buscar aquella fuente misteriosa, no sabiendo si era real, pero si teniendo la fé.

Estuve uno o dos minutos buscando y buscando sin encontrar nada, absolutamente nada parecido, pero en el momento donde maldije al aire... apareció.

Ahí estaba.

Era la fuente del sueño.

Era el mismo lugar. El mismo pueblo todo.

Y en la parte trasera...

... Estaba la casa.

Me quedé estática y con los ojos fijos sobre aquella imagen, cosa que capturó la atención de Jin.

—¿Ese es el lugar de tu sueño?

Asentí con mi cabeza.

—Si —mi voz sonó algo cortada por los nervios—. Ese mismo es.

El silencio inundó el espacio por un momento. Ninguno sabía que decir o que hacer, al menos no hasta que yo realicé una cuestión.

—¿Está muy lejos?

—Mh..., un poquito.

—¿Cuánto tiempo en auto?

—Cuarenta minutos aproximadamente.

Ambos nos observamos a los ojos luego de ello. No eran necesarias las palabras para dejar en claro lo que los dos teníamos en mente, de verdad que no era necesario.

Jin y yo sabíamos lo que debíamos hacer. Y aquello no era nada más y nada menos que ir a aquel lugar...

... Costara lo que costara.

AHN EUN BYUL
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14:31 hrs.

Coloqué el auricular en mi oído y tomé el celular para comenzar a reproducir mi playlist, sonriendo a gusto cuando vi todo a la perfección para comenzar a caminar hacia la parada con mi mayor calma y tranquilidad.

Justo como debía ser.

Sin embargo, aquello no duró mucho, pues a los pocos segundos un auto negro se posicionó a mi lado y de su interior un brazo se extendió para agarrarme y adentrarme ahí.

Yo me quedé en blanco y sin saber que hacer.

Ya iba a comenzar a gritar y patalear por ayuda cuando pude ver el rostro de esa persona, y ahí todo mi estado de ánimo se desmoronó.

—¿Qué mierda, TaeHyung? —espeté enfadada.

—Si no hablamos por las buenas, será por las malas.

Ah, no, eso sí que no.

Hundí mis cejas y abrí mi boca con molestia. —¿¡Pero que dices!? ¡Tú...!

Y fui callada por su dedo en mi labio.

«¿Uh?».

—¿Puedes dejar de gritar y escucharme? —pidió casi con desesperación y apuro, motivo por el cual decidí ceder un poco—. Te parecerá increíble, pero no quiero pelear contigo ahora, sólo... sólo escúchame, ¿sí?

Lo observé fijamente luego de esas palabras, como si estuviera buscando la verdad en sus ojos que tanto anhelaba encontrar. Y al notar que era así, le di la oportunidad de explicarse.

No podía comportarme tan inmadura en estos momentos.

Él, al notarme más relajada, decidió quitar su dígito de mi belfo y regresarlo hacia su pecho, para luego suspirar y verme fijamente.

—Primeramente, perdóname por lo que sucedió aquel día, Byul. Yo de verdad... no tengo la más mínima idea de que pasó por mi mente, sin embargo, tengo claro que quiero arreglarlo todo, sólo necesito tu ayuda.

Estaba calmado, como si intentara propiciarme ese mismo sentimiento antes de llegar al punto.

—Quiero hacer las cosas bien, quiero saber que es lo que me pasa, saber que siento —murmuró esto último para sí mismo, aunque fue bastante claro para escucharse—. Por eso, permíteme demostrarte que... no soy tan malo como muchos lo pintan.

«¿Uh? ¿A qué se refería con ello?».

—Y llámame loco por lo que diré ahora, pero Eun... —hizo una pausa para tomar aire y soltar lo que debía decir—, yo quiero conocerte más. Saber que te gusta. Que haces en tiempo libre. Tus sueños a seguir, deseos y anhelos. Saber tú color favorito y hasta cuál es tu comida preferida. Quiero que me permitas unas horas a tu lado para... ver qué puede surgir y demostrarte que no debe existir miedo. Por favor, te lo suplico.

Y escuchar aquello con ese tono desesperado, angustiado, sólo ocasionó que en mi pecho una presión se estableciera.

¡No estaba pensando con la cabeza fría! Últimamente no sabía que demonios me pasaba para ceder ante un mísero sentimiento, sin embargo, estaba más que segura que dicho sería la perdición, mi perdición.

Sus palabras me habían demostrado sinceridad en todo momento. El hecho de que él también se encontrara sumamente seguro influía positivamente en la situación y, por supuesto, me provocaba confiar en todo lo que había dicho.

Era la primera vez que algo así me sucedía, ya que jamás había cedido tan fácil ante algo. Ya sabía yo que TaeHyung tenía un efecto distinto sobre mí, pero no pensé que tanto.

Y entraba en un dilema con respecto a esto. Una parte de mí quería negarse, desperdiciar ese rato y volver a ser la testaruda de siempre, no dándole la oportunidad de demostrarme aquello que quería enseñar, no dejando que manejara a mi corazón y que tampoco tocara aquel miedo que tenía y que no había escondido lo suficientemente bien. Sin embargo, estaba esa otra parte, aquel por ciento que me invitaba a aceptar y que él me enseñara las mil maneras de sentirse enamorada. Esa pequeña parte quería sentirse bien, estar con él, cumplir sus palabras; quería todo lo que había prometido, pero yo era muy orgullosa para aceptarlo.

Ahí estaba la cosa.

Decidí evitar su mirada por un momento para apaciguar todos los nervios que tenía, optando por examinar por primera vez el interior del auto. Todo era negro y espacioso, con un rico aroma gracias al incienso a un costado. Al frente de nosotros estaba el chófer quién no parecía interesado en la conversación al tener un auricular puesto y la vista fija en el camino.

No había mucho que mirar, la verdad. Por ese mismo motivo regresé la vista a esos orbes oscuros que me examinaban como si fuera un diamante puro, lleno de brillo y con una belleza inigualable. Juraría que nadie me había visto de tal forma antes, y ese motivo tan insignificante me revolvió el corazón entero de una buena forma.

Entonces comencé a considerar la idea de que estar con él no sería tan malo.

Por supuesto que no sería malo, era mi cabeza la que se negaba a entregar mi corazón.

«Agh, como me odio.»

Tenía que dejar de sobrepensar las cosas, era necesario y la única vía a seguir. Así que relajé mis hombros de todas las tensiones y suspiré profundo, esta vez observando al chico con más decisión, y en cuanto me sentí lista, dije lo que él quería escuchar.

—De acuerdo. Te daré una oportunidad. Sólo una —advertí firme, y él al escuchar aquello, sonrió con alegría.

—¿De verdad?

Yo asentí con mi cabeza.

—Yo... gracias Byul. Gracias por dejarme hacer esto.

—Si, si... Pero no te tardes mucho o me arrepiento.

Soltó unas graves carcajadas luego de eso, no tardando en afirmar con su cabeza y sonreírme.

—Así será —no pasó ni un segundo después de eso para girarse hacia su chófer—. Se mantiene el rumbo, puedes seguir.

Y fue ahí donde supe que la tarde sería muuuy larga.

Demasiado larga.

∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·

15:03 hrs.

Cuando TaeHyung me dijo que ambos tendríamos un momento para estar juntos y congeniar, yo me imaginé un lugar tranquilo. Sin embargo, al parecer eso no estaba en los planes del viejito, ya que el acuario donde me había traído demostraba todo lo contrario.

Sí, un acuario.

Lleno de niños, cabe destacar. Y por ende, muchos gritos, alegría y nada de paz.

No despreciaba su intención. En diferencia, me causaba gracia la situación; él estaba muy feliz y entusiasmado, mientras yo sólo lo veía un tanto incrédula y divertida.

Al parecer Kim TaeHyung no era muy bueno con eso de las citas.

«Tierno...»

Quité mis ojos de él en cuanto me di cuenta de ello, decidiendo darle un rápido vistazo al lugar. Era bastante amplio y bonito. Aún no habíamos entrado a dónde se encontraban todos los animales, pues recién habíamos llegado y al parecer estábamos de acuerdo en dar una vuelta por ahí para conseguir unos bocadillos.

La comida ante todo.

En cuanto regresé mis ojos a los suyos y caí en cuenta de que me observaba, un rubor travieso se esparció por mis mejillas ocasionando que bajara la cabeza tímidamente.

Ante mi acto, él sonrió.

—¿Quieres un helado? —con su cabeza señaló el lugar donde vendían dicho alimento, haciéndome dirigir la mirada hasta ahí y sonreír ampliamente.

—Si, claro que sí —dije entusiasmada.

—Entonces vamos.

Como acto repentino tomó mi mano y comenzó a caminar hacia allí, mientras yo solamente podía estar atenta a la unión de nuestras manos como un simple acto.

Maldición. Estaba con los sentimientos a flor de piel.

Al llegar ahí ambos pedimos nuestros helados; él de chocolate y yo de fresa, una linda elección. A los pocos minutos los obtuvimos y decidimos empezar con el paseo por ahí. En el inicio un silencio nos sepulcró, nadie decía nada, pero el ambiente no llegaba a ser incómodo. Simplemente estábamos degustando de nuestros helados mientras buscábamos algún tema con el cuál dar inicio a los diálogos.

A mí no se me ocurrió nada, era muy mala socializando. Pero él fue bastante rápido en obtener un tema de conversación que sin duda llamaría mi atención.

—¿Te encanta el helado de fresa?

Asentí con mi cabeza frenéticamente.

—Ajá, es delicioso.

—He visto que siempre lo pides en la cafetería —le dió un bocado al suyo, ocasionando que debido a la brusquedad una parte de su boca quedara manchada.

Quería tomar el atrevimiento de limpiar su labio, pero me quedé quita tratando de controlar mis hormonas locas.

Ugh, debía tranquilizarme.

—¿Me miras cuando estoy en la cafetería? —bromeé alzando mis cejas con un movimiento sugestivo.

—No. ¿Por qué deberá mirarte?

—Porque soy hermosa, viejito —hice un gesto de diva con mi pelo luego de mencionar aquello, acto que nos ocasionó unas carcajadas a ambos.

—Y sí que lo eres. Eres hermosa, Ahn Eun Byul.

En cuanto escuché esas palabras, algo dentro de mí se detuvo... en el buen sentido. Una bonita presión se incrustó en mi pecho al darme cuenta del significado de su frase, sonriendo como estúpida ante ello.

No obstante, como la terca que era evité su mirada y negué con la cabeza tratando de que no se diera cuenta de ello.

—Lo sé, Tete. No debes repetirlo.

El peligris rió por ello. Volví a enfocar su perfil pocos segundos después, siendo consciente de como la mancha anteriormente mencionada en su labio podía ser más visible, por lo que decidí avisar.

—Tu labio... La comisura de tu labio está manchada con helado.

—Oh... —procedió a pasar su dedo por el lugar señalado, fallando—. ¿Ya está?

—Mh... No, aún no. Sólo intenta...agh. Yo lo hago —me resigné.

Del bolsillo de mi blazer saqué una servilleta y la coloqué sobre su boca para poder eliminar aquella mancha de chocolate. Ese era el único objetivo, lo juraba, sin embargo, mis ojos se desviaron de la peor manera a esos belfos... y no fui capaz de evitar esa vista hasta que él mismo habló.

—¿Ya?

Desconcertada, parpadeé varias veces y asentí nerviosa con mi cabeza.

«Mierda.»

—Gracias —me regaló una dulce sonrisa cuadrada, misma que me revoloteó el estómago con mariposas.

¡Odiaba sentirme así, pero al mismo tiempo era tan hermoso! Resumen: ya mátenme.

Ese momento incómodo y de tensión romántica ocasionó que no pudiéramos volver a hablar en esos segundos. Mierda, incluso reconocer que aquello había sido romántico me emocionaba. ¿Estaba loca? ¿Me había vuelto loca? Lo más seguro era que de amor por él.

Porque sí, ya no podía negarse.

Estaba enamorada de Kim TaeHyung.

Si, de ese mismo a quien quería matar el primer día en que llegó.

Ironías de la vida, ¿no?

A mi mente llegaban las frases: “Del odio al amor hay un sólo paso”, y ahora lo podía entender muy bien. Era lo cierto.

Los dos nos enfocamos en comer nuestros helados mientras caminábamos por ahí, no volviendo a tener comunicación hasta que él propuso subir a un lugar que daba la vista a todo el acuario, cosa a la que no me negué.

Al llegar ahí pude confirmar sus palabras. Podía verse todo el lugar, y ante toda su grandeza supuse entonces que no sólo era un acuario, sino también un parque acuático.

Era muy cool.

Me dediqué a disfrutar de la bonita vista, cosa que Tae copió a gusto durante todo el rato.

—Byul..., ¿puedo confiar en tí?

Su pregunta llamó mi atención de repente, haciendo que girara un poco la cabeza sólo para verlo.

—Si, puedes confiar en mí.

Lo cual no era mentira.

—¿Y tú? ¿Puedes confiar en mí?

No me había hecho esa pregunta hasta que él mismo la soltó.

¿Confiaba en él?

TaeHyung jamás me había dado motivos para desconfiar, si era sincera. No encajábamos muy bien al principio, incluso podía decir que nos odiábamos, pero aquello no me demostró en ningún momento que él pudiera ser malo. Por el contrario, sentía que el chico era una de esas únicas personas en las que podía apoyarme a pesar de las cosas, así que sólo había una respuesta.

—Sí. Confío en tí —afirmé sin dudar—. Pero... ¿por qué me preguntas todo esto de repente?

—Porque hay algo que me gustaría contarte, ahora que nos estamos conociendo mejor... —rascó un poco su nuca, evidenciando que estaba nervioso—. Y porque también deseo que puedas tenerme como apoyo, así que... aquí voy.

Fruncí un poco mi ceño por su comportamiento, dejando que hablara para poder entenderlo todo.

—Yo no he sido tan... horrible y odioso todo el tiempo. ¿Sabes? Incluso extraño a mi vida cuando era un niño. Era... era tan feliz, tan alegre, tan yo. Pero luego de conocer a la vida y enfrentarla, muchas cosas cambiaron.

Escucharlo hablar con tanto dolor me ocasionó que dicho sentimiento estuviera presente en mí. Tae era muy expresivo con sus emociones cuando se lo proponía.

—Un tiempo después de haber conocido a YoonGi, entonces conocí a su hermana; una joven dulce, amable, cariñosa... Ella era todo lo bueno, y yo caí ante eso. Me enamoré perdidamente de ella, demasiado, y fui valiente al confesarme y ser su novio.

>> Todo entre los dos estaba tan bien... de verdad. Todo era perfecto, o al menos lo fue hasta que ella fue diagnosticada con cáncer y a los pocos meses... falleció.

Escuchar eso se sintió como un balde de agua fría.

«¿Qué?».

Mi expresión de desconcierto total lo invitó a seguir.

—Su cáncer era terminal, y ella no me lo dijo. Siempre me lo ocultó como si estuviera haciendo bien; no me preparó para el momento, y fui yo quién más sufrió al final.

Sin saber que hacer o decir, sólo bajé la cabeza mientras murmuraba:

—Lo siento tanto, Tae...

—No, no te perdones —sonrió medio—. YoonGi sufrió bastante por aquello, muchísimo, imagínate que era su hermana... Sin embargo, él tuvo presente la promesa que había hecho con ella, y continuó. Lo superó con dificultad, y lo hizo. Pero yo... yo no pude hacerlo fácilmente.

Y era ese momento donde varias cosas comenzaban a cobrar sentido.

—Me creé un caparazón y me negué a dar u obtener amor, de cualquier forma. Comencé con esos comportamientos que conociste, perdí mi rumbo... —bajó la cabeza avergonzado, tomando un poco de aire y continuando—. Y poco tiempo después, llegó Olivia.

>> Ella se parece tanto a la chica de la que te hablo, es idéntica en cuanto a personalidad. Y creo que eso de alguna forma me hizo tener sentimientos por ella, no obstante... decirlos sería egoísta —soltó una risa seca—. Ella y JungKook son la verdadera definición de amor, no puedo y tampoco quiero entrometerme en eso.

Escuchar eso esta vez no me propició un bonito sentimiento. Pero como siempre, me lo tragué y decidí sacar mi lado filosófico.

—Tae... primeramente, wao, nos sabia que habías pasado por tanto —coloqué mi mano tímidamente sobre su hombro—. Fue algo difícil, mucho, no puedo ni imaginarme lo mucho que debiste sentir en aquel entonces. Y con respecto a lo segundo... te entiendo. Estar enamorado de alguien que no te corresponde es muy doloroso, pero hay algo que debes saber.

Al decir esto último, me observó curioso.

—Es cierto que el amor de Olivia y JungKook es irrompible, pero que saques eso de tu interior es algo que te puede ayudar a mejorar —le sonreí con sinceridad—. Por eso, mi consejo es que le digas y te alivies una presión.

—Tu... ¿de verdad crees que funcione? —preguntó inseguro.

—Sí, Tae. Te va a ayudar, y que pienses en tí es importante.

—Eso es cierto —sonrió un poco avergonzado—. ¿Sabes? Es la primera vez que cuento esta triste historia sin romperme.

—Eso significa que poco a poco lo has estado superando —acaricié su hombro suavemente, logrando que sus ojos se llenaran de un bellísimo brillo—. Has sido muy fuerte, TaeHyung, te admiro por eso, ya que la muerte de un ser querido es... realmente triste. Y yo puedo entenderte porque... viví ese sentimiento una vez.

Haber dicho eso fue suficiente para que sus ojos ilustraran confusión y preocupación al cien por ciento, cosa que me alarmó un poco. Jamás había confesado algo así a alguien, tampoco era algo que quisiera; no obstante... el hecho de que él se abriera ante mí fue suficiente para que yo quisiera compartir esa historia con alguien, con él. Así que no me contuve el suspiro y comencé a hablar.

—Yo también perdí a mi hermano... sólo que hace varios años atrás.

Los ojos de TaeHyung al instante demostraron sorpresa y lamento, mismo que me apresuré en evitar al continuar a hablar.

—Era muy pequeña cuando eso, así que no recuerdo mucho —rasqué un poco mi nuca—. Él era mucho mayor que yo, mientras yo tenía ocho años, él estaba a punto de entrar a la universidad. Casi diez años. Su nombre era JinYoung, un nombre muy acorde a él.

>> Era el chico perfecto; responsable, amable, educado, gentil... todo lo bueno. Y más que importante, cumplía con los estándares que mis estrictos padres siempre han mantenido. JinYoung estaba más que dispuesto en cumplir con el deseo de mis padres, que era convertirse en el próximo abogado de la familia, sin ningún tipo de objeciones o negaciones. Para mí madre, él era el indicado.

>> Nuestra relación era bastante buena; yo lo quería, él me quería. Yo era su princesa y él mi príncipe, siempre fue así. Sin embargo, todo cambió en una sola noche.

Tomé una pausa para respirar aire y continuar, sintiendo de repente unas efímeras ganas de llorar que debía contener.

—Él y mis padres tuvieron una no muy bonita pelea, por lo que al terminar todo frustrado y enojado, decidió salir en su auto a tomar aire —volví a detenerme, esta vez por más tiempo para encontrar las palabras indicadas y continuar—. Fue la última vez que lo ví. A las horas... JinYoung estaba en el hospital luego de haber fallecido en un accidente automovilístico.

—Eun Byul... —llamó con su voz entrecortada, pero lo no dejé hablar.

—Como ya te dije, no tengo muchos recuerdos suyos, era bastante pequeña, por lo que me fue más fácil superarlo a comparación de mis padres, quiénes aún hoy en día... no han podido avanzar como se debe.

Y yo ya no pude contener mis lágrimas, no estuvo en mis manos. La primera gota se deslizó por mi mejilla ante los recuerdos de todo aquello que rodeaba mi vida, y ahogué un sollozo cuando sentí los brazos de Tae enrollarme por la espalda con el fin de darme consuelo.

—¿Sabes? Yo no soy como él —añadí—. Si quiero ser abogada, tambien trabajar como detective, pero no me esfuerzo de la misma forma. Y que ellos aún no puedan superar su muerte influye en que yo debo cumplir los mismos estándares, pero no puedo...

>> No puedo, Tae, no puedo.

—Hey, hey, tranquila. Relájate —murmuró suave y tranquilamente en mi oído mientras afianzaba el abrazo. Eso me alivió, aunque no en su totalidad.

Yo simplemente recosté mi cabeza en su hombro y dejé que un poco del dolor saliera de mi interior.

—¿Jamás habías contado esto?

Negué con mi cabeza.

—Byul..., lo has estado guardando desde hace mucho.

—Lo sé, lo sé. Pero soy muy reservada...

—También lo sé —pellizcó mi mejilla con dulzura—. Sin embargo, ahora debes conocer que aquí tienes a alguien para obtener apoyo, ¿sí?

Escuchar esas palabras me hicieron girar un poco para encararlo, logrando que nuestros rostros quedaran bastante cerca.

Yo asentí débilmente con mi cabeza, aún no muy segura de todo esto.

—¿Sabes? Hay una frase de mi madre que siempre he tenido en mente desde que él murió...

Vi como alzó sus cejas en espera de que la dijera.

—“Una princesa no llora” —sonreí con ironía—. Siempre me inculcó que no debía ser débil, menos ante un hombre..., así que, por eso mismo debes suponer mi motivo tras todo este comportamiento que he tenido.

Al principio se mantuvo inexpresivo, sin decir nada. Fue cuestión de varios segundos para que él sonriera suavemente y optara por dejar una linda caricia en mi mejilla.

Con todo este momento había olvidado la posición en la que nos encontrábamos, pero si era sincera, tenía ganas de seguir olvidándola.

—Entonces... ¿pretendes ser débil? 

—TaeHyung... todos somos débiles en este mundo.

Dejé salir una sonrisa y observé a las personas a los lejos.

—Desde aquí, ¿como ves el territorio? —señalé—. Es grande, ¿cierto? Ahora dime, ¿como son las personas desde aquí?

El guardó silencio por unos instantes antes de decir:

—Pequeñas.

—¡Bingo! Estás en lo correcto —no borré mi sonrisa en ningún momento—. Este mundo es demasiado grande para personas como nosotros. A fin de cuentas, no podemos escapar de los problemas ya que no hay ningún refugio seguro. Pero el mundo no es el culpable, sino nosotros; somos marionetas de nuestra propia mente, Tae.

El muchacho escuchó atentamente mis palabras como si estuviera haciendo presencia en un momento icónico y lleno de conocimiento. Eso me ocasionó una bonita sensación.

Últimamente todo lo que le correspondía a él se sentía bonito.

—Tienes razón, tu filosofía es cierta.

—Lo sé, bombón.

Una carcajada se escapó de sus labios ante la mención de aquel apodo nuevamente, ocasionando que un bonito brillo se formara en sus ojitos. Dichos comenzaron a examinar mi rostro que poco a poco obtenía ese tono rojizo a causa de la cercanía, hasta que de repente fueron mis labios su principal punto de atención. Estuve nerviosa al inicio, al menos hasta que yo misma quise besarlo, pero no tuve tiempo cuando él fue quien dejó un simple beso en mis labios.

Un sólo toque, miles de mariposas en mi estómago.

Los latidos de mi corazón se quedaron detenidos al instante, y volvieron a cobrar vida gracias a su sonrisa.

—Byul... no te voy a negar que estoy muy confundido con todo —aceptó—. Mis sentimientos están alocados entre muchas cosas ahora, que no sé qué hacer. Por tal motivo, me gustaría tener un tiempo para analizarlo todo... y tener las cosas claras.

Sus suaves y largos dedos se deslizaron por el hueso de mi mandíbula, dejando dulces toques en mi mejilla que me provocaban querer fundirme en su calor, asimismo como su voz me hacía querer escucharlo por siempre.

Era una maravilla.

Y todo se volvió una locura a mi alrededor al escuchar lo último que tenía para decir.

Estaba en problemas con mi corazón y mente, eso era seguro.

—Y por eso quería preguntarte, si se da la oportunidad... ¿me permitirías intentarlo contigo?

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Holi, ¿cómo... * le pegan *
Me tardé unos días, sorry. Odio esta etapa de parciales jsdiksdkskd 😣.

Ya pero, ¿cómo están? ¿todo bien? ¿Qué les pareció este capítulo? A ver, ya vimos que Jin y Olivia regresan a la acción, ¿alguna idea de lo que puede ir sucediendo?
Y sobre Tae y Eun Byul, por favor, ¿¡Quién más quiere casarlos!? Yo levanto la mano 🙋🏻‍♀️.

Les aviso desde ahorita antes de que lo olvide: el próximo capítulo se viene fuerte y con demasiadas respuestas, mucho más cuando tuve que dividirlo en dos. Estoy tratando de terminar la segunda parte, por lo que en cuanto esté terminado y adelante otro más, les traigo actualización doble UwU.

Ahora si, me voy. Cuídense mucho y tomen awita. L@s amo ( ◜‿◝ )♡.

Psdt: Mucho amor a “On The Street”. Voy a extrañar a HoSeok, * c va a llorar *

Psdt 2: Happy Birthday YoonGi y feliz día de la mujer (atrasado, sorry XD)

Psdt 3: ¿Quién está gritando por las fotos del álbum de JiMin? 🙋🏻‍♀️

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