⚘. ▎47
❝Enamorados de alguien imposible.❞
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KIM HAENUL
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13:25 hrs
—Listos... ¡Acción!
Sólo costó de breves segundos antes de que la pegadiza melodía comenzara a hacerse presente por todo el lugar. De manera instantánea las luces que venían del techo se posicionaron sobre el grupo de chicos en el escenario, enfocando las espaldas de cada uno mientras de a poco iniciaban sus ágiles movimientos.
La aguda pero melodiosa voz de JiMinnie fue el dulce entrante de la presentación. Él, junto al par de HoSeok y JungKook, se unieron como uno para deslizarse de una buena manera sobre la madera del escenario. Mis ojos se movían rápidos para poder ver a cada uno intentando admirarlos en su totalidad, pero era claramente cierto que dichos estaban fijos sobre una sola persona.
Para ser más específica, sobre un joven pelinegro.
Cuando el rubio terminó su verso fue el momento del peligris. Este se unió con su profunda voz que sin duda logró impresionarme. Era demasiado seductora.
Pero a pesar de eso, no pude sacar mi mirada de Jeon JungKook.
El atuendo predeterminado para el chico era sencillo. Constaba de una camiseta con rayas ajustada a su torso que era vagamente cubierta por un saco negro. Tenía un pantalón de mezclilla que, para mi horrible cordura, estaba demasiado apretado a sus tonificadas piernas, tanto que dejaba a la vista lo bien estructuradas que podían ser. Y por otro lado, su pies se encontraban modelando unos elegantes zapatos color negro, complementando de esa forma con el increíble atuendo.
No obstante, aquello no fue lo que inicialmente llamó mi atención, sino sus tan decididos movimientos. Para ese punto Jeon se encontraba meneando sus hombros de un lado a otro al mismo tiempo que movía sus pies, sin quitar su intensa mirada de mí.
El muy desgraciado esbozó una sonrisa de costado en lo que guiñaba un ojo en mi dirección y acto seguido enviaba un beso volador.
Con eso mi corazón dejó de latir.
Desde lejos notó como la timidez se internaba en mi cuerpo, y aquello sólo provocó que su sonrisa se enganchara el doble.
Próximamente su verso llegó, y sin dejar de observarme cantó:
“Escucha, mi amor. Estoy volando alto por el cielo, con las dos alas que tú me diste”.
Con eso algo en el interior de mi cuerpo latió emocionado. ¿Acaso no era consciente de la locura que provoca?
Pasaron los instantes con la presentación, y a cada segundo me seguía impresionando con ellos. ¡Eran realmente increíbles en el canto y baile!
Yo ni siquiera podía mover el esqueleto.
Cuando el pelirrojo rapeó su intenso pero hermoso verso todas quedamos asombradas y embobadas. ¿Es este el talento oculto de Min YoonGi? Porque si tuviera la oportunidad ya estaría llamando a una disquera para que lo contrataran.
Nuevamente el coro hizo presencia, y junto a ello mis ganas de analizar el fragmento con la hermosa voz de JungKook al fondo.
“Oh, cielos, oh, cielos. Me elevaste muy rápido. Quiero estar contigo para todo”.
Yo realmente era afortunada de tenerlo. No había dudas de aquello. Simplemente ver su sonrisa cada vez que cantaba un verso con sus ojos penetrando en cada célula de mi interior..., era como si toda mi alma llegara al cielo.
Para cuándo el verso de NamJoon terminó, HoSeok hizo el honor de lanzar una rosa hacia arriba que prontamente cayó a unos metros de ellos. El último coro hizo entrada, donde cada uno de ellos mostraron sus impresionantes deslices y voces, complementando así en una perfecta melodía.
JungKook se posicionó en el centro para el final cantando una de las frases finales.
“El amor no es más fuerte...”
Antes de cantar el esperado final, corrió hacia donde la rosa descansaba y la tomó entre sus largos dedos, para entonces formular dulcemente el verdadero significado de la canción.
“...Que un chico con amor.”
Ysin más sostuvo la rosa entre sus labios dejando por último una tierna mirada en sus resplandecientes ojos.
—¡Eso fue maravilloso! Dios, que orgullosa me siento de todos —la instructora Song limpió una pequeñita lágrima que cayó por su mejilla.
—¿Lo hicimos bien? —inquirió un impresionado HoSeok, quien aún tenía su respiración algo cortada.
—La palabra bien no alcanza para definir esto —los señaló a todos—. Me siento alegre de haber escogido a un elenco tan bueno para esta obra. Son perfectos.
—Ay, muchas gracias —dijo el rubio conmovido mientras hacía una reverencia, acción que imitaron los demás.
—La canción es muy buena —aceptó Byul a mi lado.
—¿Verdad que sí? Es muy romántica, concuerda excelentemente con las escenas —añadió mi amiga pelirroja.
—Y esperen a ver la de ustedes —la mujer dió unos saltos algo emocionada.
—Pero no sabemos bailar como ellos, al menos no a su nivel —Lalisa dijo lo obvio con un poco de timidez.
—No necesitarán bailar, tranquilas por eso —relajó mientras formulaba una sonrisa—. Antes de irse les daré la letra para que vayan practicando.
—De acuerdo, profesora —sonreí con ternura.
—Bien, ahora ensayaremos una escena de JungKook, Olivia, JiMin, NamJoon, TaeHyung y HoSeok —enumeró—. Luego iremos con los dos antagonistas y por último..., uhm, me gustaría ver a Byul y Tae.
Sentí a la castaña maldecir por lo bajo al escuchar lo último. Era un buen momento para preguntar qué demonios sucedía entre ellos dos, sin embargo, todos fuimos llamados por la maestra a subir sobre la plataforma para iniciar el ensayo, quedando sin poder saber nada.
Al menos por ahora.
Con rapidez caminé hacia el lugar mencionado mientras leía algunos de los diálogos. Estaba tan enajenada en mis acciones que no fui consciente del momento en que alguien más se unió a mi lado, asustando un poco a mi sistema cuando murmuró en mi oído.
—Hola.
Como acto de reflejo giré hacia atrás para encarar a esa persona de voz grave, ocasionándole una carcajada.
—Me asustaste, TaeHyung —posé una mano sobre mi pecho.
—Perdón —sonrió—. Quería preguntarte algo.
Ante eso mi ceño se frunció. —Oh, dime.
—Estoy teniendo un poco de problemas con el último contenido que se dió en matemáticas —rascó la parte trasera de su cabeza, algo tímido—, y quería preguntarte si este fin de semana podías ayudarme con un pequeño repaso.
Aquella cuestión bañada de vergüenza por su parte me estrujó el corazón. Tae podía ser muy adorable cuando se lo proponía a pesar de tener un carácter difícil de comprender.
—Mh... —vacilé un poco mientras trataba de recordar alguna labor para tal día, lo cual era inexistente—. Si, si puedo, estoy totalmente libre.
Y la sonrisa que se formuló en sus labios me trasmitió pura alegría. Sin aviso previo me alzó en sus brazos y dió varias vueltas en su lugar, haciéndome reír y chillar por lo bajo. Luego de bajarme ante mis quejas, me impresionó con un beso en la mejilla.
«¿Qué...?»
—Muchas gracias, Olivia —se alejó un poco.
—No es nada, chico desconocido —bromeé dulcemente.
—Hace tiempo que no me llamabas así, hongo —sonrió ladino.
—Deja de llamarme hongo —advertí con mi dedo.
—Pareces a uno. ¡No me pegues!
—Advertido estuviste.
Él rió un poco mientras acariciaba su hombro, sin embargo, su sonrisa se disipó un poco. —Creo que tu novio está algo celoso.
Miré por el rabillo del ojo a JungKook, quién tenía su mirada sobre nosotros y los puños algo apretados.
Volví a incorporarme frente a Tae, tratando de ignorar los espasmos que me provocaba verlo de esa manera tan irresistible; cuando JungKook se ponía celoso era demasiado atractivo y a la vez, un poco aterrador.
El de cabello gris se dió cuenta de la incomodidad, por lo que trató de cambiar de tema.
—¿De qué es esa libreta? —señaló lo que tenía en mano.
—Oh, es de Historia, la tengo aquí para... ¡Hey! —reí.
Tae arrebató el cuaderno de mis manos con una sonrisa burlona y se alejó un poco.
—Ya, Tae, devuélvemelo —pedí mientras me ponía de puntitas.
Era muy alto, no alcanzaba.
—Dejame leerlo, dulzura. No hice mi tarea y tú eres la única que puede ayudarme —dijo con aquel tono burlón que tanto lo caracterizaba.
Suspiré profundamente porque sabía que no sería tarea fácil.
«Agh, este chico.»
AHN EUN BYUL
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13:46 hrs
Miré lentamente el auditorio donde todos nos encontrábamos practicando la obra, escuchando como único las voces y risas de mis fieles compañeros. Todo estaba tranquilo y en un agradable ambiente, sin embargo, había algo en mí que lo impedía.
A veces me preguntaba en que pensé cuando acepté participar en la obra. No me arrepentía, de eso nunca, pero... esa sensación de que pude haber evitado mucho me estaba molestando hasta el límite. Era desagradable.
Y este momento era el peor para mí porque casualmente se trataba del instante del día en dónde debía convivir con ese odioso peligris. Desde lo sucedido en aquel ensayo juntos había hecho todo lo posible para evitarlo. Era muy consciente de que ese maldito beso cambió algo en mí, pero me negaba a aceptarlo; no tenía, no quería y mucho menos debía.
Y hablando del rey de Roma, quién asoma su corona.
A unos cuantos metros de distancia, lo ví acercarse a Olivia y decirle algo. Al parecer la respuesta de ella lo emocionó mucho ya que lo próximo que presencié fue a Tae abrazarla y levantarla para dar unas cuantas vueltas con ella en brazos.
Después la bajó y dejó un casto beso en su mejilla de “fresita”. No la llamaba así porque fuera de esas chicas odiosas y arrogantes, claro que no, sino que investigué que la fresa tiene un significado de pureza y otras cosas buenas que no recordaba.
En conclusión, representaba muy bien a Olivia.
Como acto seguido lo ví entablar una pequeña conversación con ella mientras esperaban a que los demás se incorporaran al escenario. Pocos segundos después ella sacó su cuaderno para mostrárselo, e impresionantemente él se lo arrebató de las manos y lo alzó para que no pudiera tomarlo.
Cómo estaba sentada cerca de la plataforma tuve la oportunidad de escuchar un poco de sus palabras.
—Ya, Tae, devuélvemelo —pidió Olivia mientras se alzaba de puntas para alcanzar aquel objeto.
—Dejame leerlo, dulzura. No hice mi tarea y tú eres la única que puede ayudarme —habló con su clásico tono burlón.
Pero hubo algo que no me gustó.
«“Dulzura”.»
Realmente ridículo.
Volteé a ver a JungKook, quién se encontraba buscando algo en su mochila a pocos asientos de mí, y como lo supuse, tenía la mandíbula tensa y su intensa mirada hacia Tae. Estaba segura que si las miradas mataran, el viejito ya estaría treinta metros bajo tierra.
La Byul de antes habría disfrutado esa escena que parecía sacado de un drama juvenil, sin embargo, no sentía ninguna emoción más que una pequeñita presión en el pecho.
«Él... realmente estaba enamorado de ella.»
Su mirada lo decía todo y eso me disgustaba un poco, pero por otra parte lo entendía. ¿Quién no se enamoraría de ella? Si el príncipe del colegio había caído ante sus encantos, ¿que podía esperarse de un simple mortal como Tae?
Decidí salir de allí para no seguir viéndolos, tenía que hacer algo para eliminar todos esos sentimientos, porque una Anh no debía ser débil ante ellos, jamás.
Subí a la azotea del instituto para despejar mi mente y tomar un poco de aire fresco. Apoyé mis brazos en el barandal y admiré el silencio que reinaba mientras disfrutaba de la vista.
Muy tranquilizador.
Aunque aquello se disipó demasiado rápido cuando una presencia apareció a mi lado e imitó la misma pose que yo.
—¿Por qué saliste de esa forma del auditorio? —preguntó el rubio en un tono suave.
—Quería un poco de aire fresco, es sofocante tener que ensayar la maldita obra una y otra vez.
—¿Estás segura de que no fue por lo que pasó hace un momento entre Tae y Olivia? —inquirió con un poco de burla en su voz.
—¿De qué hablas? No entiendo a qué te refieres —fingí estar loca, mirando sus ojos mientras alzaba un poco una ceja.
—Debo felicitarte, eres experta en ocultar tus emociones, pero si prestas mucha atención podrás ver lo que yo ví —aseguró con orgullo.
—Eso quiere decir que estabas mirándome. ¿Por qué? ¿Te gusto? —me acerqué lentamente a él con una sonrisa de medio lado, a lo que retrocedió con una expresión de sorpresa. La cara de JiMin era todo un poema, y sin poder evitarlo solté una carcajada.
>> Es una broma —dije entre risas , logrando que al instante pudiera ver una expresión de alivio en su rostro.
—No vuelvas a hacer eso, casi me da un paro cardíaco.
Ambos reímos con fuerza por un momento, pero el silencio volvió a reinar unos segundos antes de que él volviera a tomar la palabra. —¿Sabes? Creo que tú y yo nos llevaríamos bien, de alguna forma somos iguales, hablo de que estamos enamorados de alguien imposible.
—¿Es tu forma de pedirme que sea tu novia? —me burlé.
—¡Yah~! Esto es serio.
—De acuerdo, no te preocupes, lo que sea que hayas visto no significa nada. Soy Anh Eun Byul y no tengo tiempo para mortificarme por algo tan pequeño como esto —hablé decidida.
—Me encanta esa actitud. Entonces, pequeña novia, deberíamos regresar —indicó con una sonrisa que hacía desaparecer sus ojos, empezando a caminar y dejándome sin la oportunidad de defenderme.
—¡Oye! Aún no he aceptado. —Corrí hacia él y de un salto rodeé sus hombros con mi brazo—. Debes trabajar duro para conseguir un “si” de mi parte —demandé, a lo que JiMin sólo atinó a reír como yo.
Estaba segura de que por fin había conseguido un verdadero amigo y me sentía demasiado feliz por ello, tanto que olvidé el incidente anterior.
Al menos por un rato.
∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·
14:05 hrs
Metí un puñado de las papitas que tenía en mis manos a mi boca, frunciendo mi ceño ante el delicioso sabor que mis palpitas gustativas fueron capaces de percibir.
Muy rico.
La profesora nos había dado unos minutos de descanso para que pudiéramos comer en la cafetería vacía del colegio antes de retomar el ensayo. Éramos los únicos estudiantes en el lugar, puesto que todos los demás ya se habían ido a sus respectivas casas, dejando a mí y a mis compañeros practicar con más facilidad.
Me encontraba bastante tranquila luego de lo acontecido. Para ese instante me veía sentada a unos pocos asientos de los demás, pudiendo escuchar algo de sus conversaciones. Si mal no entendía estaban bromeando sobre la parejita que JungKook y Olivia hacían en la obra, dicha que se encontraba a unos cuantos metros practicando todo lo meloso.
Ambos eran muy lindos, amaba su relación.
Me sentía en calma con sólo verlos reír y disfrutar, pero aquella tranquilidad dónde me encontraba quedó esfumada cuando alguien se sentó a mi lado y me arrebató mi comida.
—¡Devuélvemelo! —le pedí al odioso peligris que no paraba de joderme la existencia.
—No quiero —respondió, sacando su lengua infantilmente.
«Maldito,»
—Hazlo si no quieres que te patee el trasero —amenacé con seriedad.
—De acuerdo, de acuerdo. No es para tanto, no te enojes, dulzura —se burló aquel viejito odioso con una sonrisa de medio lado.
No supe porqué, pero que me llamara por aquel apodo causó que mi irritación fuera al límite. Últimamente todo lo que este peligris hacía me abrumaba; antes me divertía pelear con él, sin embargo, ahora sólo quería patearlo lejos de mí. Sentía un profundo disgusto hacia él, pero no sabía porqué.
Y esa palabra..., esa maldita palabra llevó mi enojo hasta lo más alto. ¿Cómo es que habiendo tantos vocablos, él escogió precisamente ese apodo para mí?
«“Dulzura”», lo odiaba con todo mi ser. No sabía si lo hacía a propósito para molestarme, pero una cosa era segura; no le daría el gusto de verme celosa.
Nunca.
—Mi querido viejito —enfaticé, forzando una gran sonrisa—, por supuesto que no estoy enojada. Ahora, si me disculpas ,tengo cosas más importantes que hacer. ¡Pequeño novio!
JiMin estaba justo a unos metros de nosotros, por lo que al oírme volteó a vernos con una sonrisa divertida. Lo observamos venir hacia donde estábamos, pero entonces me percaté de algo: Tae tenía los puños apretados y presionaba la mandíbula con fuerza.
«Interesante...»
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¡Segundo especial de San Valentín publicado! Hoy sí, muchas felicidades a tod@s en el día del amor (◍•ᴗ•◍).
¿Qué les pareció? Estuvo un poquito más corto a comparación a los otros.
Las ideas de este capítulo las aportó una personita muy importante para mí, ella sabe quién es, por lo que te agradezco un montón y espero que hayas disfrutado de esto 🤧✨.
Por cierto... llego de la escuela y lo primero que veo es que ¡MIN YOONGI HARÁ UN JODIDO TOUR! ¡AÚN NO LO PROCESO!
Y aquí es cuando me pregunto porqué no nací en alguno de esos países.
Ah, mucho texto. Me voy, estén atent@s porque...
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