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Sempiterno.❞
╰─────╮•╭─────╯

Martes, 21 de enero del 2020
10:18 hrs

PARK CHAEYONG
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Un suspiro atravesó mi boca mientras agilizaba el andar por los pasillos del instituto. Con rapidez y para evitar un evento desafortunado agarré mejor la pila de hojas que sostenía y que debía llevar hacia la biblioteca.

Estaba haciéndole el favor a una de las secretarias en entregarle unos papeles a la señora Lee, sin embargo, no era consciente de que sería una gran cantidad.

No podía con ellos.

Mis brazos estaban sufriendo por el peso, pero no había encontrado a nadie de confianza a quien pudiera pedirle un poco de ayuda. Los pasillos no estaban tan vacíos, era el horario de receso y por ende, estarían caminando estudiantes de aquí para allá.

En mi mente no pensaba otra cosa más que llegar a la biblioteca, no obstante, aquello dió un cambio brusco cuando en mi campo de visión —casi imposibilitado por los papeles— apareció un grupo de chicos que conocía. NamJoon, TaeHyung, HoSeok y JiMin estaban en el patio a un costado del lugar por donde yo caminaba, conversando y riendo sobre un tema que desconocía. Sonreí inconscientemente al verlos felices, sin embargo, eso se aligeró un poco cuando enfoqué al rubio con más detenimiento.

La amplia curvatura alegre en los labios de Park me hicieron pensar en lo mucho que aún lo quería. Realmente había sido difícil verlo ese día en el hospital con ese estado y diciendo tales palabras que podía comprender y a su vez me bajaban el ánimo. Una sonrisa mediana adornó mis labios ante el pensamiento de que ahora estaba feliz; esa deslumbrante imagen de siempre me ponía contenta y al mismo tiempo, a considerar cada una de sus palabras.

Él había dejado en claro que estaría más tranquilo si nada entre nosotros sucedía, y a pesar de que para mí ser consciente de su trastorno no era un miedo por el cual alejarme, entendía que se sintiera de tal forma.

Al final no podía hacer más nada que estar a su lado... como siempre había sido.

Di todo por su bienestar, con pequeñas cosas, pero lo hice. Me dispuse a observar su belleza desde la lejanía ya que no tenía el valor para confesarme. Lo abracé en los recuerdos perdidos de mi mente, así como soñé con el cálido tacto de sus manos en esas noches de frialdad. Lo amé con todo mi ser, y al final... quedó ahí.

Ahora yo, a pesar de que resultaría un trabajo difícil..., estaba dispuesta a alejar esos latidos.

—Es hora de dejarte ir, JiMin —murmuré en un hilo de voz, aún manteniendo la vista sobre él y notando como una lágrima traicionera se escapaba de mi ojo.

Alzando uno de mis hombros y acercando mi cara a dicho limpié esa gota de dolor, no tardando en avanzar el paso para doblar en un pasillo y alejarme de ahí.

Y justamente a unos metros estaba YoonGi, quien veía curioso la pila de hojas en mis manos.

Caminé un poco más hasta llegar a su encuentro y sin ni siquiera decir nada supo sobre mi sufrimiento con el peso de las hojas.

—Dame ahí, ¿a dónde llevas todo esto? —preguntó mientras tomaba más de la mitad de las hojas.

—A la biblioteca. La señora Lee lo necesita —indiqué entre risas tímidas.

—¿Pero cómo van a darte todo esto? —inquirió con incredulidad—. ¿No ven que eres una flor muy frágil?

No pude evitar sonrojarme ante esas palabras.

—¡Yah~! Soy fuerte, mira mi brazo —señalé la diminuta masa muscular que tenía en ese lugar, haciendo que Min riera.

—Está bien, de acuerdo —alzó sus cejas en un sugestivo movimiento, pero que rápidamente se desvaneció al tomar más seriedad—. ¿Te encuentras bien?

A pesar de que su pregunta fue sutil y sin otras intenciones a simple vista, empecé a pensar en si conocía lo que había pasado minutos atrás.

Simplemente sonreí débilmente. —Mjum, estoy bien.

—¿Estás segura de eso? —insistió con suavidad, como si estuviera buscando algún tipo de confianza. Ante eso me mostré insegura y en silencio, cosa que lo invitó a hablar nuevamente—. Vi lo que pasó, y también sé lo que pasó.

Con eso fue todo. Solté una risa nasal y seca mientras bajaba mi rostro al suelo.

Estaré bien, pronto lo estaré —aseguré con mis ojos sobre los suyos y una certeza que podía sentir.

YoonGi me regaló una consoladora sonrisa. —Aquí estoy si necesitas apoyo, me tienes para lo que sea. ¿De acuerdo?

Una bonita presión se incrustó en mi pecho ocasionando que asistiera con mi cabeza y sonriera más alegremente.

—Gracias, YoonGi.

KIM HAENUL
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Mi ceño se frunció un poco mientras leía el último ejercicio de mi cuaderno. No estaba entendiendo el enfoque de la pregunta realizada, por lo que mucho menos podía comprender el cálculo que debía llevar a cabo.

Sin duda la química y yo no podíamos estar en el mismo espacio.

Entre todo mi dilema y la búsqueda en las clases anteriores de alguna explicación para la actividad, sentí una mano tocar mi hombro. Giré mi cabeza hacia la izquierda para así ver al pelinegro a mi lado, mismo que tenía en su hermosa carita una expresión tímida.

—¿Puedes pasarme un bolígrafo? El mío se ha quedado sin tinta —inquirió entre murmullos mientras mostraba un puchero en sus labios.

Ante eso reí suavemente y asentí. Tomé de mi pupitre el objetivo pedido y lo tendí hacia él, logrando una sonrisa complacida y muy alegre de su parte. Sus cachetes se alzaron, los ojos los tuvo brillosos y su nariz se arrugó con ternura.

«Muy lindo~», pensé.

—Gracias, princesita —guiñó un ojo, cosa que me hizo sonrojar y evitar su mirada—. ¿Tienes dificultad con el último ejercicio?

Y como si fuera adivino, lo supo. Aunque por mis expresiones faciales era más que obvio. Volví a observarlo, no tardando en asentir.

—Si, está un poco... complicado —fruncí mis labios.

Mh... —el pelinegro se acercó a mi lado para ver lo poco que había formado de la respuesta, tomando su tiempo en analizar y dejándome inhalar el exquisito aroma de su perfume—. Creo que sólo debes hallar esto de acá y luego calcular, prueba de esa forma.

No dudé ni un segundo en realizar lo recomendado, pues era consciente de que Jeon se convertía en un Dios cuando de esto se trataba. Mientras escribía sobre la hoja él siguió hablando.

—Por cierto, la tarde de mañana estará cien por ciento libre, ¿te gustaría salir? —preguntó inocente y con una delirante pizca de esperanza.

La sutil cuestión me hizo enfocar su mirada, alzando una ceja y mostrándome divertida. —¿Y a dónde iríamos?

—Bueno... —por la forma en que sus labios se alzaron con picardía, supe que estaba dispuesto a continuar el juego—, había pensado en un parque de diversiones, ¿te parece?

—No sé, Jeon —bromeé, tentando una curvatura en mis labios.

—Vamos —mordió su labio inferior juguetonamente—, ¿permitirás que este sexy y hermoso príncipe conejito invite a su princesa coneja a una cita? ¿Uhm?

Los adjetivos utilizados para describirse a sí mismo ocasionaron que una carcajada silenciosa se escapara de mi boca, razón por la que tuve que cubrirla sin dejar de sonreír. Jeon por su parte estaba muy divertido con la situación, tratando de contenerse una enorme risotada al mismo tiempo que acomodaba el mentón sobre su palma para admirarme mejor.

Luego de reír me posicioné recta y en seriedad para continuar el juego de ambos.

—¿Y desde cuándo eres sexy? —pregunté como si no lo supiera con claridad.

—Mh... "you look hot when you're angry". ¿Acaso crees que eso se puede olvidar? —el tono burlesco de su voz predominó.

Yo sólo pude sonrojarme y contener una sonrisa el doble de emocionada.

—Ya veo que lo memorizaste.

—Es imposible no hacerlo, nena.

—Yah~ —cubrí parte de mi cara para que no notara mi carita roja—. De acuerdo, si saldré contigo —respondí al fin.

No obtuve una respuesta hablada de su parte, pues al instante dónde sentí sus labios reposar suavemente en mi mejilla, algo en mi interior se descontroló. Miré a los lados en búsqueda de alguien que hubiera visto, pero todos estaban muy enajenados en los ejercicios. Miré a JungKook con timidez mientras él me regalaba una de sus más sinceras sonrisas.

—Te quiero mucho —confesó repentinamente cuando el maestro llegó y todo tuvo que entrar en silencio.

Esas palabras fueron suficientes para que mi corazón latiera desbocado.

—Te quiero más —susurré aún sonrojada, evitando su mirada y concentrándome en terminar el ejercicio antes de que el profesor revisara.

No había pasado ni un minuto cuando un pequeño papelito cayó sobre mi cuaderno, sabía de quién se trataba y por tal motivo no tardé en abrirlo, sonriendo como estúpida al leer el contenido y recordando nuestros primeros encuentros.

¿Ya te han dicho lo hermosa que eres sonrojada? (っ˘з(˘⌣˘ )

Guardé el papelito en mi mano y alcé la cabeza en el intento de disimular, pero me estaba costando trabajo. Lo único que pasaba por mi mente fue ese día dónde se convirtió en mi guía y me llevó por todo el colegio, diciéndome eso por primera vez luego de diez años.

Lancé la bolita hecha en mis manos hacia dónde estaba, dándole en la cabecita y provocándole una risa.

—Si, tonto.

Él sólo guiñó un ojo y posó su vista sobre su cuaderno, haciéndome negar divertida para entonces volver a concentrarme.

∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·

13:27 hrs

Releí por décimo quinta vez aquella línea que en apenas minutos debía ensayar junto al pelinegro, tratando de obtener el tono perfecto a la hora de pronunciarla.

«“¿Cómo puedes amarme cuando te causo tantos problemas”». Se suponía que eso debía decirse de manera burlona, curiosa y con un toque melancólico. Sin embargo, no podía lograrlo ya que inconscientemente mis ojos viajaban hacia el diálogo que venía luego, razón por la que simplemente sonreía como tonta.

«“Los problemas siempre los he tenido, eres tú quien ha venido a remediarlos, mi hermosa princesa”».

Joder, hasta en la obra Jeon era capaz de hacerme gritar.

Era el último turno en la escuela, por lo que probablemente hubieran pocos estudiantes en el lugar. El salón de teatro estaba únicamente con las presencias de mis amigos y la señora Song, quiénes estaban ensayando sus respectivas partes antes de empezar a actuar.

Ahora tocaba una escena entre JungKook y yo. Escena romántica, cabe destacar, y aunque en este instante ambos fuéramos pareja... seguía poniéndome tímida frente a los demás. Continuando con la actuación, luego de toda esa cursilería por parte de ambos, somos interrumpidos por mi hermana en dicha obra, papel que representa Lisa. Ahí mantengo una pequeña discusión con ella sobre algunos problemas familiares, y de esa manera termina para darle paso a los demás.

Volví a revisar los diálogos una última vez para no crear nervios en mi cuerpo. En ese pequeño tiempo me dediqué a observar a cada uno de mis fieles compañeros, sonriendo con sinceridad al ver esas expresiones alegres en su rostro.

Así debía ser todo el tiempo.

De repente mis ojos viajaron hacia una parejita que últimamente me daba mucho en que pensar, pero que en ese justo momento me confundía. Byul y Tae se encontraban uno frente al otro con expresiones serias y desconcertadas, como si sobre ellos existiera una tensión tan intensa e imposible de romper.

Hasta yo podía sentirla.

Fue ahí cuando Byul observó en mi dirección, y por la forma en que sus ojos brillaron supe que de alguna forma había encontrado la salida de su lado. Intercambiando varias palabras se alejó del peligris, no tardando en incorporarse a mi lado con la cabeza gacha.

—¿Estás bien? —quise saber con un poco de preocupación, tratando de enfocar sus ojos.

Ella sólo asintió con su cabecita. —Sí, sólo estoy un poco desanimada. No te preocupes.

Estaba mintiendo de una forma u otra. Su desánimo era obvio, pero las razones no quedaban claras sobre la mesa. En el último ensayo realizado el día anterior se vió esa misma tensión e indiferencia por parte de Eun hacia TaeHyung, como si estuviera conformando una barrera para no acercarse a él; algo muy diferente a comparación con sus inicios. Antes los dos se buscaban entre sí y peleaban por cualquier estupidez, pero ahora... estaban apagados.

La única conclusión era que algo había sucedido, pero no quería ser insistente y preguntar tanto al respecto si no se sentía lo suficientemente cómoda para responder.

Y casualmente en ese instante fui llamada por la profesora Song para comenzar el ensayo.

—Jeon, ven tú también.

Así mismo como yo, el susodicho se levantó del suelo de madera y de acercó hasta el centro donde me encontraba, regalándome una pequeña sonrisa reconfortante y mirando superficialmente sus diálogos.

—Recuerden lo que hablamos sobre soltarse a la hora de interactuar en una escena de romance —señaló—. Ambos tienen la chispa, sólo déjense llevar y olviden que sus amigos están aquí, ¿de acuerdo?

Él y yo asentimos sin dudar.

—Bien, cuándo estén listos pueden iniciar —y sin más bajó del escenario para sentarse junto a los demás.

Suspiré levemente en búsqueda del alivio a mis nervios, admirando el brillo en los ojos de JungKook que me daban la confianza suficiente para iniciar con la escena.

Eso era todo.

Verdaderamente voy a golpearte, ¿sabes todo lo que implicó meterte en esa pelea con aquel idiota? Por supuesto, una expulsión por una semana —reproché entre dientes.

Ese idiota se merecía más que eso por aprovecharse de tí. Eres mi mejor amiga, mi confidente y mi alma gemela —sonrió de lado—. ¿Cómo no iba a darte el respeto que te mereces?

Agh, eres un tonto, pero aún así no dejo de quererte —golpeé su hombro con diversión.

La actuación por parte de ambos continuó durante varios minutos, tiempo dónde todo fluyó con naturalidad y un extremado ambiente cálido. Era un momento cariñoso entre dos mejores amigos que, poco a poco, iban rompiendo esa barrera para dar paso a algo más, no siendo cien por ciento conscientes de ello.

Mis amigos y la instructora Song veían desde los asientos cada acto que realizábamos con una sonrisa que nos invitaba a continuar. De verdad, todo estaba yendo de lo mejor.

Y ahora venía mi parte favorita y también, aquella dónde todo mi cuerpo entraba en frenesí.

Lo nuestro es un sempiterno, SuJin —pellizcó mi nariz mientras enrollaba sus brazos en mi espalda para darme un abrazo.

¿Sabes el significado de esa palabra? —mi voz sonó algo rara por su agarre, siendo ese el objetivo.

Él asintió con su cabecita mientras esbozaba una sonrisa. —Significa algo que durará siempre; que, habiendo tenido principio, no tendrá fin.

>> Por eso, el amor que siento por tí es sempiterno.

Con aquello fue suficiente para que todo en mi interior se volviera loco. En ese momento tuve que realizar acciones tímidas y algo avergonzadas, mismas que se reflejaron con naturalidad porque verdaderamente era lo que estaba sintiendo.

Me alejé un poco de su musculatura y sonreí sin mostrar mis dientes, tratando de mantenerme seria ante la cercanía y también porque de esa manera era la expresión del personaje.

¿Cómo puedes amarme cuando te causo tantos problemas? —enuncié la frase que había priorizado anteriormente, logrando el contraste que necesitaba.

Y muriendo ante sus palabras.

—Los problemas siempre los he tenido, eres tú quien ha venido a remediarlos, mi hermosa princesa.

Con aquello sólo pude sonrojarme y reflejar la timidez propia de mí, que de igual manera fluía con naturalidad al ser las verdaderas emociones del personaje. JungKook simplemente sonrió y acercó su mano a mi rostro para acariciar mis pómulos, logrando que pareciera un gatito al fundirme en su calor.

Para ese entonces las expresiones de los demás eran enternecidas y llenas de amorío. Eso podía sentirse en el ambiente, sin embargo, todo pasó por la borda cuando la otra parte de la escena llegó.

SuJin..., eh..., perdón por interrumpir, pero necesito hablar contigo a solas —expresó Lalisa, quién en la obra tenía como nombre: MinSook Lee.

Observé al muchacho frente a mí con una sutil mueca en los labios, dándole a comprender con aquella expresión que debía irse. Él asintió como parte de su guión y, haciendo un gesto de saludo hacia la rubia, se retiró por completo del escenario.

Su parte había concluido, mientras lo mío apenas estaba iniciando.

Giré sobre mis talones y encaré a la fémina, mostrándome con un semblante tranquilo y despreocupado. —¿Qué sucedió?

¿Qué fue lo que escuchaste esa noche? —cuestionó abrupta y desesperadamente.

Vaya, te lanzas por el anzuelo muy rápido, Sook —soné irónica, cómo debía ser.

Para dar más contexto a la situación, ambas hermanas tenían una relación... complicada de sobrellevar. Las dos tenían una amplia diferencia: mi personaje solía ser más cálido, mientras que el suyo era más frío y reservado; tanto que, por ese mismo motivo, las cosas salían muy mal entre ambas.

MinSook Lee era considerada un personaje confuso, incomprendido y sin identidad clara. Para SuJin era complicado entenderla, ya que siempre veía una falta de atención por parte de su hermana, la cual se trataba de un escudo para protegerse a sí misma o más bien, a sus sentimientos.

Porque la verdad de Sook no era nada más y nada menos que su adopción, misma que intentaba ocultarle a SuJin para no perder el cariño de la mencionada. Podía ser confuso, sin embargo, era comprensible.

La actuación prosiguió unos instantes más, cobrando fuerza con el pasar de los segundos.

—¿¡Por qué estás insistiendo tanto!? ¿Qué se supone que debía escuchar? —espeté con enojo y un temblor alterado en mi cuerpo.

Ella guardó silencio. —Nada, sólo... olvídalo y también ignora lo que acaba de pasar.

Estaba dispuesta a tomar otro rumbo e irse de ahí, pero la interrumpí como parte del guión con una frase que incluso me dolía.

Siempre haces esto, siempre ignoras las cosas que pasan y olvidas que tienes una persona que puede ayudarte —la miré fijamente a sus ojos, creando una capa de lágrimas sobre ellos—. Pero si no dejas que te comprenda, si no abres tus sentimientos..., no puedo hacer nada, MinSook.

—Y es mejor que así sea —respondió tajante.

—¿Por qué eres así? Tan frívola y seca, ¿por qué? —cuestioné, avanzando a su lado mientras las primeras gotas saladas caían por mi rostro—. ¿Qué he hecho? ¿El problema soy yo? ¿He sido una mala hermana?

>> ¿Qué sucede, Sook? Por favor, confía en mí por una vez y olvidemos las diferencias —pedí o más bien, rogué frente a ella, creando de esa forma una tensión melancólica.

Joder, estaba sintiendo está escena como si fuera algo real.

Sin embargo, todo aquello se cortó ante algo inesperado.

¿Han visto como en las películas suele llegar un momento de suspenso donde cosas que jamás se imaginaron llegan a suceder? Así como algo sumamente inesperado y que llega a arruinar todo. Bueno, ese tipo de cosas fueron las que ocurrieron en apenas cuestión de segundos.

Realmente nunca podría saberse el futuro y las cosas que llegan a suceder en el mismo. Nadie nunca estaría preparado para un suceso, incluso sabiendo sobre dicho; por lo que mucho menos si es algo así de repentino. Cuando eso sucede, es como si el tiempo obtuviera lentitud y los sonidos se escucharan lejanos, era así.

Y de esa misma manera ocurrió.

El reloj se detuvo, el sonido del palpitar en mi corazón pude escucharlo tras mi oreja y un grito lleno de pánico fue lo que inundó el lugar, unido con el fuerte estruendo a pocos metros.

Mi boca y mis ojos se abrieron en su totalidad mientras que mi cuerpo tembló con ansiedad y miedo. Maldición. Me mantuve estática con la mirada sobre aquello que nos asustó a todos, no entendiendo nada .

Lalisa, quién había sido la persona que gritó, estaba hiperventilando y al punto del colapso, y podía entenderla ya que estuvo a nada de salir gravemente lastimada.

Un saco enorme había caído desde la parte superior del escenario sin ningún tipo de aviso, quedando a centímetros de la rubia y yo.

«Joder, ¿qué es esto?».

La chica me observó con sus ojos empañados en lágrimas, cosa por la que no tardé en abrazarla con fuerza y acariciar su cabello.

—Tranquila, hey, tranquila. Todo está bien, respira —intenté calmarla.

Aunque probablemente yo estuviera peor.

No sabía porqué, pero estaba a nada de un ataque de pánico.

La señora Song y mis amigos corrieron rápidamente a nuestro encuentro con las mismas expresiones asustadas y confusas.

—¿Están bien? —inquirió la mayor en el intento de calmarnos.

—Sí, no..., no obtuvimos un daño —aclaré en un bajo tono.

—Vengan, siéntense y beban agua.

Hicimos lo pedido, bajando del escenario y obteniendo la ayuda que nos brindaban. Entre las dos, era Lisa quién más la necesitaba. Estaba muy alterada, tanto que incluso respirar le parecía un reto, razón por la cual tuvieron que darle oxígeno con una bolsa.

Había sido muy rápido.

No estaba prestando mucha atención a mi alrededor, mi mente seguía en shock y enajenada de la realidad. Fue así hasta que vi una figura frente a mí, haciéndome espabilar.

—¿Te encuentras bien? —inquirió él en un tono de voz suave.

—Sí, estoy bien —murmuré.

JungKook dejó una caricia en mi mejilla derecha con su mano, procediendo a abrazarme unos segundos después. —Me asusté mucho.

Suspiré con agotamiento.

En ese momento decidí examinar el saco que había caído y la altura existente.

Sí que era mucha.

En el medio del escenario yacía dicho saco con un poco de polvo sobresaliente y la larga cuerda caída. El suelo de madera no se había roto de milagro, pues el impacto había sido demasiado fuerte.

Y a pesar de esa información, yo sentía que algo no cuadraba.

Me alejé un poco de Kook y le sonreí con debilidad. —Estoy bien, no te preocupes. Ahora si me disculpas, necesito ver esas cuerdas.

—De acuerdo —asintió, volviendo con lentitud hacia Lisa para tratar de ayudarla.

No perdiendo el tiempo me levanté y caminé insegura por el escenario, entrando al lugar que podía encontrarse en el costado y en el cual se manejaban las luces y el telón. Con la vista busqué las cuerdas que se conectaban a esos grandes sacos, dando victoriosamente con ellas y siendo consciente del desastre.

Efectivamente, una de las cuerdas estaba rota.

Su corte era... limpio y perfecto, tanto que te hacía dudar al no conocer la situación. Pero aquí estaba yo, quién si era consciente de las cosas que estaban pasando.

Por supuesto que sí.

Tal vez muchos no lo notarían, pero examinando el corte podías darte cuenta de mucho. Primeramente había que tener en cuenta el hecho de que esas cuerdas eran nuevas y recién puestas, aquello lo sabía por información de la señora Song. Y como segundo, había que ser tonto para no notar que la cuerda estaba impecablemente cortada. Si hubiera sido por la vejez de los hilos, dichos se verían sobresalientes en los costados; sin embargo, el corte estaba terso y a la perfección, dando a comprender que habían utilizado un arma para hacerlo.

Estaba más que claro que esto había sido intencional.

«Joder...»

Comencé a sentirme ansiosa por el simple hecho de saber que alguien estaba aquí; en este mismo lugar, en la misma situación, respirando el mismo aire que todos nosotros y probablemente, en espera a que algo sucediera.

Decidí salir de ahí e incorporarme junto a los demás, notando que la rubia ya se encontraba más tranquila. Eso me alivió también. Me quedé parada cerca de ellos, observando todo.

El sonido de un mensaje llegando a mi celular capturó toda mi atención. Rápidamente lo saqué de mi blazer y prendí la pantalla, notando que se trataba de un número desconocido.

Con eso mis sentidos se agudizaron, así mismo como una presión incrustó mi pecho. Tenía claro de quién se trataba.

Y pude comprobarlo al leer el mensaje.

«Hijo de puta.»

Mi corazón latió desbocado, razón por la cuál observé disimuladamente a todos lados en búsqueda de esa persona, volviendo a posar mis ojos en la pantalla y releyendo dicho texto.

Número desconocido.

Linda discusión, ¿no es así?
Me pregunto si sería de esa forma en la vida real.
13:46


De verdad, estaba a punto de volverme loca. Miré a todos lados en búsqueda de su presencia, pero nada. Por lo que no dudé en enviar un mensaje.


¿Dónde mierda estás?
13:48


Ni siquiera sabía de donde obtuve tanta valentía, pero ahora eso no importaba. Tenía que concentrarme en él, era hora de enfrentarlo y demostrar que el miedo no me consumiría.

O al menos intentaría que no.

Podía sentirlo. Yo de verdad lo sentía aquí, observándome sin pudor alguno y complaciéndose a sí mismo al tenerme en este estado, y aquello me mortificaba. Me cercioré de que los chicos no eran conscientes de mi desesperación, sin embargo, Lisa me veía como si supiera lo que pasaba.

Ella igual lo sentía. Joder, esto era de locos.

Y en eso, un mensaje llegó a mi celular. Un mensaje que me hizo fruncir el ceño.


Mira hacia arriba.
13:50


Así como lo pidió, así mismo lo hice. Miré hacia la parte superior de los asientos, examinando por todos lados y de esquina a esquina en el intento de verlo. Al inicio no pude, no aparecía en mi campo de visión y ya estaba comenzando a dudar. Sin embargo, fue sólo cuestión de segundos para que...

... Él apareciera.

Una silueta casi invisible que no era vista por la oscuridad de la segunda planta, pero que con sólo divisarla me sentía asustada y en peligro. Estaba a su merced, estaba en las garras de ese imbécil.

No separé mis ojos de los suyos, mismos que no se veían, pero que podía sentir. Él sonrió con amplitud y de manera terrorífica, eso pude verlo; incluso llegué a compararlo con el gato de Alicia en el país de las maravillas, ese al cual sólo podían verle los dientes.

Era igualito.

Un mensaje llegó, haciéndome bajar la mirada nuevamente al celular y leer.


Que inicien los verdaderos juegos.
13:51


Y cuando volví a alzar los ojos, ya no estaba.

Se había ido luego de realizar un acto que sólo servía como atracción y miedo a las víctimas, un acto que no significaba nada si era comparado con la realidad.

Porque a partir de ese momento todo estaba hecho, sólo era cuestión de que yo misma diera los últimos pasos para entonces llegar al clímax...

... Dónde ya nada tendría sentido, y luchar, se convertiría en un horrible reto.

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Hola, ¿Cómo están? *bosteza*.
¿Qué les pareció este cap? ¿Tienen teorías? ¿Mh? ¿Ganas de un romance con Jeon así como yo? ¿Alguna opinión sobre Rosita? 👀

Me tardé en actualizar, sorry, la semana estuvo algo ajetreada. ¿Cómo estuvo su semana? Cuénteme.

Llevo varios capítulos dónde olvidó mostrarles al Idol que interpreta a JaeHyun 😂 Pero aquí va. Hyunjin de Stray Kids es a quién imagino. Y ojito: recuerden que es ficción, no tengo odio hacia ningún Idol, sólo es una base para su personaje.

Ya pero, creo que ya no olvidó nada jaja. Así que, cuídense mucho y descansen; por supuesto, también coman y tomen awita. L@s quiero mucho ( ◜‿◝ )♡
Bye!

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