Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

⚘. ▎39


❝Perdóname por no salvarnos.❞
╰─────╮•╭─────╯

KIM HAENUL
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

Jueves, 16 de enero del 2020
07:59 hrs

—¿Quieres un dulce?

—No, gracias —negué con una media sonrisa en mis labios.

Posé mi mirada hacia el exterior del coche admirando las hermosas y ajetreadas calles de Seul. El horario mañanero sin duda era tedioso para todos los ciudadanos, y aunque como estudiante no podía comprobarlo en su totalidad, era consciente de que la vida en Corea se basaba mayoritariamente en trabajo.

El sonido de una envoltura siendo abierta capturó nuevamente mi atención hacia el interior del coche o para ser más específica, a mi acompañante. Analicé los movimientos de su mano mientras abría el chocolate, para luego ver como introducía dicho dulce a su boca con una expresión alegre.

Eso me hizo sonreír abiertamente.

—Te vas a enfermar con diabetes, HoSeok.

El susodicho posó sus ojos sobre los míos, teniendo sus mejillas llenas debido a lo que masticaba y haciendo unos leves sonidos con su boca. ¡Tierno!

Mh... si no me he enfermado en 10 años significa que tampoco lo haré en los próximos —limpió sus dedos y las comisuras de sus labios con una servilleta—. Además, sabes que nada en este mundo podría quitarme la obsesión con los dulces.

Solté una risotada ante tal comentario. —Lo sé Hobi, soy consciente de ello.

Repentinamente el auto se detuvo, cosa que nos incitó a mí y al pelinaranja a observar al exterior, notando que ya nos encontrábamos en el colegio.

—Tengan un excelente día, jóvenes.

—Gracias señor Carlos —dijimos al unísono mientras salíamos del coche.

Estando afuera iniciamos una caminata hacia la entrada del instituto. Los estudiantes que se encontraban en los alrededores nos miraban como si fuéramos algo extraño, pero eso ya era costumbre desde que habíamos llegado aquí; en este lugar predominaban mucho los estereotipos.

Ambos estuvimos en silencio por unos instantes hasta que Hoseok decidió romper la burbuja incómoda que nos rodeaba con un tema de conversación que a me provocaba fuertes latidos.

—¿Qué tal te va con el príncipe encantado? ¿Ya te pidió ser su princesa? —bromeó con una sonrisa pícara en sus labios, y ante tal insinuación sólo pude evitar su rostro en el vago intento de ocultar el sonrojo de mis mejillas.

—Creo que fue mala idea contarte sobre mi pasado.

—Oh, querida amiga, créeme que sí —pasó uno de sus brazos alrededor de mis hombros haciéndome reír con fuerza.

>> Ya pero, siendo serio, cuéntame qué ha sucedido con ustedes en los últimos días —pellizcó mi mejilla—. Han estado ultra cariñosos.

—No ha sucedido mucho.... —murmuré con la cabeza gacha y una sonrisa en los labios.

—Ay ajá, ¿crees que voy a confiar en tus palabras cuando tienes una cara de adolescente hormonal enamorada?

—¡Yah~! ¡Deja de avergonzarme! —escuché su estruendosa risa a mi lado debido al comportamiento que yo estaba demostrando—. Todo está saliendo bien, eso es todo.

—Quiero detalles.

—Pero...agh —puse la palma de mi mano en la frente para luego hacerla descender por toda mi cara en forma de frustración—. Te odio.

—Mjum... continúa, y no me hagas esa cara de perrito indefenso —advirtió ante el intento de puchero.

Bufé con fastidio. —Simplemente nuestra relación está más reforzada. Como si... no fuéramos sólo unos amigos...

—Su relación siempre ha sido así, incluso desde niños —declaró mientras metía las manos en sus bolsillos—. Pero es ahora cuando están dejándolo en claro.

—Si, eso parece.

—¿Y ya hubo beso?

—¡HoSeok-ah! —el pelinaranja rompió en carcajadas ante la expresión de mi rostro.

—El tono rojizo de tus cachetes me afirma la pregunta —sonrió de forma socarrona—. ¿Besa bien?

Por dios~, ya basta~ —lloriquié luego de cubrir mi cara con mis pequeñas manos.

—Aunque sea respóndeme esa pregunta —pidió al detenerse frente a mí.

—De acuerdo.... —suspiré profundo—. Si lo hace, listo.

Pasé por su lado con rapidez dispuesta a entrar al instituto. Escuché su risa a mis espaldas y como corría para alcanzarme.

—Está bien, ya no te molesto —volvió a detenerme cuando se posicionó frente a mí—. Sólo una pregunta más.

Lo miré fijamente a los ojos dando una advertencia como: “me vuelves a avergonzar y te pego”. Él, al verme asentir con la cabeza, decidió soltar una pregunta que en ese instante no sabía responder.

—¿Cuándo le dirás la verdad?

Maldición.

Estaba claro que no había olvidado eso, por el contrario, aquello me perseguía día y noche y hacia todos lados. Yo realmente me odiaba a mi misma por ser tan malditamente cobarde, y también por no saber que responder ante semejante pregunta.

—No lo sé, yo...

—¿De qué verdad hablan?

Inspiré aire con sorpresa al mismo tiempo que mi cuerpo daba un respingo. Algo asustada giré abruptamente sobre mis talones para encarar al joven pelinegro, quién en ese instante nos observaba con curiosidad.

«Joder, piensa Hae, piensa.»

Eh...bueno yo....

—Es sobre un regalo para su hermana —interrumpió Hope volviendo a enrollar su brazo por encima de mi hombro—. Pronto se acerca su cumpleaños y estamos planeando una sorpresa.

JungKook abrió su boquita con impresión viéndose demasiado adorable con el acto para luego asentir repetidas veces con su cabeza mostrándose complacido.

«Gracias Hoseok. ¡Gracias!»

—Eso es genial —rió mientras enseñaba sus dientes de conejito —. ¿Cómo les va la mañana?

—Bastante tranquila, ¿un dulce? —ofreció mi amigo al sacar una envoltura de su bolsillo.

JungKook asintió como niño pequeño y sin pensarlo dos veces tomó el caramelo de chocolate entre sus manos. Mis ojos siguieron cada uno de sus movimientos hasta que introdujo el dulce en su boca, y ante la imagen suya masticando como si estuviera enojado simplemente puse sonreír.

Sin embargo, mi concentración en él se desvaneció al escuchar unos gritos de chicas. Y por tal motivo observé a la entrada dando con el muchacho de cabello rubio.

JiMin entraba por las grandes puertas de instituto como todo un modelo. Pasó la mano por su cabello esponjoso mientras pasaba su lengua por su labio inferior, actos que dejaron a todas las chicas babeando. Esto parecería una película si existiera alguna canción en el fondo.

Habían pasado dos días desde que visitamos al joven en el hospital, y luego de eso no se había presentado al colegio por órdenes del doctor. Razón que influyó para que muchas aquí lo extrañaran.

—Buenos días personitas —llegó a nuestro lado como si de un rayo solar se tratase—. ¿Cómo les va la vida de estudiantes? ¿Alguien que desee matar? Me avisan para alejarme.

Y ahí estaba el Park que todos conocemos.

—Ahora mismo sólo quiero matar al director —escupió JungKook a mi lado durante el camino hacia nuestro salón.

—¿Te ha dejado más trabajo? —cuestioné.

Mjum.

—Te acompaño a matarlo, Jeon, así le dejo en claro que no puede sobre cargar a mi gusanito.

Él pelinegro rió ante eso. —Con gusto, mi querido amigo.

—¿Y cómo te estás sintiendo, JiMin? —quiso saber HoSeok mientras pasaba su otro brazo por el hombro del rubio.

—Siendo sincero, estoy bastante relajado —sonrió—. Fue muy fuerte lo que pasó, pero poco a poco debo mejorar.

—Eso es maravilloso, JiMinnie —aplaudí con mis manitas.

—Si, lo es. Gracias a tí, pequeña Olivia —arrugó su nariz tiernamente luego de decir eso.

El sonido del celular de Kook capturó la atención de todos, y mucho más al verlo maldecir por lo bajo.

—Maldito hijo de....

—Cuidadito Jeon~ —advirtió el rubio antes de que completara la frase.

—Debo ir a mi oficina, nos vemos al rato, chicos —avisó a los dos muchachos a mi lado para luego pararse frente a mí. Se acercó un poco a mi rostro para dejar un suave beso en mi mejilla, y en esa posición tan cercana aprovechó para murmurar en mi oído—. Tú y yo debemos hablar más tarde, mi hermosa princesa.

Sus palabras tocaron un punto de mi corazón que hacía latir a dicho con extremada fuerza. Inspiré aire con algo de dificultad ya que su cercanía lograba ponerme nerviosa, y en cuanto se alejó lo suficiente para verme no pude evitar el color rojo de mis cachetes. JungKook dió media vuelta y comenzó a caminar por los pasillos hasta desaparecer mientras que a mi lado los otros dos chicos simplemente sonreían.

Y entonces visualicé una burla de su parte antes de que actuaran.

—Consigan una habitación la próxima vez —bromeó Park, causando la carcajada del pelinaranja y un bochorno más grande por mi parte.

Evité enfocar sus rostros en todo el camino hasta el salón con el corazón latiendo a millón. Sin embargo, aquella sensación agradable hubiera podido durar más de no ser por lo que percibí en el transcurso....

Unos ojos en mi espalda.

Giré mi cabeza hacia atrás con el fin de capturar a quién ya conocía, pero justo como las otras veces, no podía verlo. Lo sentía cerca, incluso más que la última vez; era como si estuviera frente a mis ojos sin ningún tipo de máscaras, pero que al mismo tiempo se escondiera entre la multitud.

Algo me había quedado claro desde último encuentro con SeokJin, y era que el miedo no podía dominarme más en situaciones como estas...

... Era el momento de enfrentar al depredador aún así yo fuera la apetitosa presa.

«Vamos, acércate a mí y veremos quién gana este estúpido juego.»

∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·

10:34 hrs

—¡Odio los exámenes sorpresas! ¡Odio al profesor!

—Solo falta que digas que odias a Jeon —jugó JiMinnie—. Ten consideración, Eun Byul, el gusanito hace lo que puede.

—¡Yah! No es mi culpa que el profesor de historia sea tan amargado para ponernos exámenes sorpresas —refunfuñó el chico con un tono dramático mientras cubría su cara con ambas manos.

—Pobre Kook, está cayendo en la desesperación.

—Ni lo digas, Rosita. La vida como presidente del consejo me consume —volvió a hablar aún en la misma posición.

—No te preocupes, es el último año —animé mientras palmeaba su hombro—. Luego de terminarlo ya no tendrás que ver todas esas caras.

—Oh, créeme que eso me alegra —rió—. Solo dejaré todo organizado para el próximo presidente.

—¿Se imaginan a Byul como presidenta?

—Sería el fin del mundo, Nam —bromeé, recibiendo una mala mirada por parte de la castaña.

—El fin de las camisas, mejor dicho.

—Por dios, ¿acaso no pueden superar ese día? —pidió con fastidio.

—¡Casi muero!

—No exageres, NamJoon.

—JiMin, ¿acaso no es cierto que casi muero? —cuestionó el castaño hacia el aludido.

—¿Y me lo preguntas a mí? Yo solamente estaba buscando unas palomitas para disfrutar el show.

Las ocurrencias del rubio lograban hacernos reír a todos sin excepción alguna. Amaba estos horarios del día donde podíamos compartir nuestros momentos juntos; era muy reconfortante para mí de la misma forma que me propiciaba las energías suficientes para salir adelante.

—Recuerdo ese día como si fuera ayer —opinó Lalisa por primera vez en el almuerzo—. La cara de Nam fue muy legendaria.

—Yo sigo sin creer como capturaste la foto del momento.

—Eso es fácil, Kook. Simplemente puse pausa al vídeo y luego tomé captura de pantalla —alzó sus hombros con desinterés.

—La única cosa que amo de esta chica.

—Oh, gracias JiMinnie —Lisa acarició el cabello rubio del chico luego de tales palabras.

—Por cierto, ¿estás ocupado esta tarde, JungKook? —quiso saber HoSeok mientras bebía de su soda.

—Mh...tal vez sí —dudó un poco para luego posar sus ojos sobre los míos—. Quería pasar la tarde con Olivia y...

—Espera, ¿no íbamos a salir esta tarde? —inquirió esa gruesa voz a mi lado izquierdo.

Y por décimo quinta vez en mi vida quise asesinarme por ser tan torpe.

—¿Qué? No TaeHyung, ella saldría conmigo hoy —defendió JungKook con un poco de enojo.

—Bueno, Olivia y yo llevamos planeando lo mismo desde hace unas semanas.

Sus voces a cada lado me estaban abrumando. En busca de ayuda observé a JiMin y Byul frente a mí, quienes al notar mis intenciones comenzaron a murmurar cosas entre ellos.

—¡Ya! Deténgase de una vez, malditos niños —vociferó JiMin—. Y no se asusten, no estoy teniendo una crisis. Simplemente quiero silencio total en lo que Eun y yo planeamos algo, ¿okey?

No pusieron objeción ante eso, por lo que de forma automática toda nuestra mesa quedó en completo silencio. Todos los presentes observamos a los dos jóvenes con confusión en espera de algún comentario, y en cuanto dichos se incorporaron frente a nosotros... me esperé lo peor.

—Tenemos una idea —dijo la castaña con notable emoción.

—Pues iluminen el ambiente, por favor —supliqué con agotamiento.

—La cancha de béisbol está vacía en estos turnos —JimMn observó el reloj en su muñeca—. Así que, ¿les gustaría jugar?

—¿Y qué tiene que ver esto con lo que sucede? —preguntó TaeHyung.

Y ante las miradas pícaras del rubio y Eun Byul... yo solo lo supe.

—JungKook y Tae jugarán un partido; quién gane será el primero en salir con Olivia.

Esa propuesta provocó que todos se observaran entre sí mismos con expresiones neutras y sorprendidas a su vez. Yo no supe que demonios sucedió; solo fui consciente de que en apenas unos minutos, todos nosotros nos encontrábamos en la cancha de béisbol para presenciar el partido entre JungKook y TaeHyung.

Dichos que estaban parados en el medio del campo con sus ojos conectados en una intensa incomodidad.

—Esto no es buena idea —murmuré.

—Venga ya, esto es muy divertido —animó Eun a mi lado—. Además, ten en cuenta que de esta forma te quitarás una gran decisión de encima. ¡Hay que pensar positivo, mi querida Olivia!

Reí sonoramente ante sus ocurrencias que como siempre, tenían demasiado sentido.

Bueno, tal vez no sea tan mala idea después de todo.

Desde mi punto de vista —que eran las gradas— no tenía mucho acceso a sus conversaciones; solo era consciente de que si las miradas matasen, ya los dos estarían veinte metros bajo tierra. Ambos chicos compartieron palabras justo antes de jugar piedra, papel o tijeras para así elegir sus puestos. Por la sonrisa socarrona en el rostro de Jeon supuse que había ganado este pre-juego, y al verlo dirigirse hacia el centro con la pelota en la mano logré comprobarlo.

Tae giró sobre su eje con la misma sonrisa mientras se agachaba en el suelo para tomar el bate. Tomó posición más cerca de nosotros con el fin de preparar los músculos de sus hombros y brazos para realizar sus movimientos, pero antes de que el partido diera inicio, el rubio quiso dar unas alentadoras palabras.

—¡Mucha suerte tortolitos! Que gane el mejor~ —y sin más hizo sonar el silbato.

El partido daba inicio.

Si bien esto no duraría mucho. Imaginaba que serían apenas unos minutos, ya que tampoco teníamos mucho tiempo; estábamos infiltrados en este lugar cuando deberíamos estar teniendo una clase de literatura.

Los dos eran jodidamente buenos en este deporte. Ninguno se dejaba ganar, estaba reñido. Ambos parecían estar en su propio mundo sin escuchar los ánimos de los demás, y yo simplemente me sentía como la protagonista de alguna película famosa.

High School Musical 2 era lo que venía a mi mente en esa situación, para ser más específica con I Don't Dance como canción de fondo.

—¡Vamos JungKook oppa! ¡Tú puedes!

Solté una risotada. —¿Y por qué no animas a Tae?

—Porque es un viejo —alzó sus hombros con desinterés.

Eun Byul siendo Eun Byul las 24 horas del día.

Negué con mi cabeza en forma de burla mientras volvía a enfocar mi vista sobre los dos jóvenes en esa cancha, siendo JungKook quién capturaba mi atención en ese momento. Su cabello estaba desordenado debido a los bruscos movimientos, así como su camisa de uniforme estaba desaliñada; pero aquello no hacía que su atractivo disminuyera, por el contrario, lo aumentaba.

Y me sentí fallecer ante el guiño que lanzó en mi dirección.

Los lanzamientos por parte del pelinegro se hacían eternos a pesar de que apenas habían pasado unos minutos. La emoción era muy palpable entre todos; estábamos expectantes sobre lo que podría suceder, sin embargo, aquello terminó en apenas un chasquido de dedos inadvertido.

Los gritos por parte de todos resonaron en esa gran cancha como ecos. Las chicas y los muchachos corrieron hacia el ganador para celebrarlo mientras yo simplemente aplaudía desde la distancia. Sentía que era lo único que podía hacer ante tal debate, porque si, consideraba esa situación como un jodido debate mental.

Mi mirada cayó encima del joven que había perdido, y yo realmente tuve que contener las ganas de reír ante su expresión tan enojada. Aunque no podía negar que admirarla desde la distancia era un completo paraíso. Sus ojos se encontraban oscuros y casi inexpresivos, el entrecejo estaba fruncido, tenía la mandíbula perfectamente marcada y su lengua golpeaba constantemente el interior de su mejilla.

Condenadamente atractivo.

Y estaba segura de que con estas descripciones ustedes serían conscientes del resultado en este partido.

TaeHyung: 1
JungKook: 0

Una espléndida victoria para el peligris, y una horrible pérdida para Jeon.

Pero...¿qué lugar ocupaba yo entre los lugares de este par?

∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·

11:21 hrs

—Jeon, oye....

No pude terminar el llamado debido a que la mano del susodicho agarró mi muñeca y acto seguido me jaló por todo el pasillo del instituto. Aquel acto fue tan repentino que, cuando llegué a reaccionar, sólo pude quedar confundida; no obstante, decidí mantenerme callada y tranquila para esperar a sus próximos movimientos.

Su agarre era sutil y delicado, pero al mismo tiempo demandante y con una pizca de fuerza. Los músculos de su espalda estaban tensos y notablemente marcados encima de la tela de su camisa. Su rostro se encontraba igual de tensado; siendo su mandíbula una perfecta L y sus ojos un completo ardor.

Y con eso confirmé que JungKook estaba muy molesto, demasiado.

A los pocos segundos me vi justo frente a la puerta de un salón que JungKook se tomó el trabajo de inspeccionar, y en cuanto notó que se encontraba vacío, abrió la puerta con rapidez para dejarnos entrar. Me soltó sin nada de sutileza al estar ahí dentro y en cuanto giré para encararlo dispuesta a cuestionarle el porqué de su comportamiento, fui detenida por él mismo, quién con algo de fuerza me estampó a la pared y atrapó mis labios entre los suyos.

Oh, vaya.

A diferencia de otras veces, el beso no fue delicado; por el contrario, actuó con más ímpetu y fuerza para llevarme al jodido cielo.

Intenté seguirle el ritmo, pero era algo complicado. Las manos de JungKook que en un principio sostenían mi rostro, atravesaron mi cuello y brazos hasta llegar a mi cintura, dónde afianzó el agarre y me atrajo a más a su musculatura. Mis pequeñas manos se posicionaron sobre sus hombros y ahí decidí dejar unas pequeñas caricias como acto tranquilizador a la fiera que tenía adentro.

Cuando el aire se volvió una necesidad para ambos optó por separarse y observarme con esos ojos expresivos. La cercanía de nuestros rostros permitía que los cálidos alientos provenientes de nuestras bocas chocaran entre sí, y aquello simplemente me estaba volviendo loca.

—No vayas con él —demandó en un tono prepotente y bajo al cabo de los segundos.

Entrecerré mis ojos un poco confundida. —¿Mh?

—No te quiero con él.

Y nuevamente estampó su boca sobre la mía, esta vez tomando posesión de mi cavidad bucal con su ágil e intrépida lengua. En ese momento un escalofrío recorrió toda mi espina dorsal al mismo tiempo que mi corazón se volvía completamente loco. Esto es....madre mía.

No sabía cómo reaccionar o corresponder a sus actos tan repentinos, por lo que solamente me concentré en cerrar los ojos y disfrutar de la satisfacción que me propiciaba tenerlo de esa forma.

Jeon debería darme un aviso antes.

Con lentitud frenó el roce de nuestros labios, provocando ese obsceno sonido en cuanto tomó distancia. Acuñó mi cara entre sus grandes manos justo en el momento en que unía nuestras frentes y narices.

—Quédate conmigo —murmuró en un tono ronco mientras dejaba castos besos sobre mis labios, esta vez yéndose un poco más a mi mejilla—. Te necesito aquí conmigo....

Sus palabras tan profundas llegaron a mi pecho haciéndolo bombear con suma fuerza al mismo tiempo que mi sistema nervioso comenzaba a reaccionar como debía. Tenerlo tan cerca y en esta posición tan... comprometedora lograba que no pudiera controlar a mi cuerpo; y a eso se debía mi respiración y manos inquietas.

Jeon estaba jugando sucio, era consciente de eso. Trataba de persuadir a mi mente con esta imagen suya, pero lo que él mismo no sabía, era que sus trampas ya no funcionaban en mí.

Las cosas de conocerlo a la perfección.

Estas acciones eran simplemente los celos del pelinegro plasmados en una visualización tentadora para mí como espectadora. Y no negaría que eso me fascinaba: romántico, atrevido, sumamente coqueto, la combinación perfecta para hacerme caer en un abismo sin fin; sin dejar de mencionar que el puchero en sus labios le daba este toque adorable.

Muy manipulable que era, pero no. Esta vez no ganaría.

Sus belfos volvieron al encuentro con los míos en un roce más dulce y a su vez seductor, enterrando delicadamente sus dientes en mi labio inferior para luego jalarlo con lentitud. Maldición, si continuaba terminaría cediendo, y aquello no era lo que buscaba. Por eso, en cuanto lo vi querer repetir tal acción, me apresuré en colocar mi dedo índice sobre sus comisuras para de esa forma detenerlo.

Su rostro dejó de tener esa tranquilidad instantáneamente para sustituirla por una confusión notable, teniendo su entrecejo fruncido y los labios en una pequeña mueca. Yo sonreí de costado al mismo tiempo que ladeaba un poco mi cabeza hacia la izquierda, para entonces comenzar a acariciar su mejilla con mi diestra. —No voy a caer, príncipe conejo.

Y con esas simples palabras fui consciente de como nuestras posiciones cambiaban.... literalmente. Jeon se apresuró en abrazarme fuerte contra su pecho haciendo que mi espalda quedara libre de la pared; ese acto me tomó tan desprevenida que simplemente pude reír. Correspondí a su cariñoso comportamiento enrollando mis brazos por su delgada cintura como intento de calmar a esa fiera que verdaderamente tenía dentro.

—No vayas.

Esa gran fiera.

Volví a reír enternecida debido a sus acciones. Lentamente me alejé un poco dispuesta a mirarlo, y en cuanto noté la expresión de su rostro mostrando lo enojado que estaba, sólo arrugue mi nariz en respuesta.

—Que celoso~.

—¡Si lo soy!  

—Ajá, ¿y puedo saber por qué? —jugué al crear una curvatura en mis labios.

—¡No quiero que estés con él! —creó un berrinche en su lugar—. Empezarán hablando, luego él te invitará algo de comer y tú muy amablemente aceptarás. Cuando te vaya a dar el aperitivo, accidentalmente sus manos rozan y a partir de ahí comienza una historia de amor hasta que se casen y tengan ocho hijos...

Para ese instante mi risa era demasiado fuerte y ese motivo solo hacía que el puchero en el rostro de Kook aumentara. El muchacho había inventado toda una novela en apenas un minuto con solamente la idea de una salida amistosa.

Realmente es increíble.

Enternecida por sus celos tan lindos y adorables, acuñe su cara entre mis manos para dejar algunos besitos que impresionantemente lograron relajar un poco su tensión. Curve mis labios en una media sonrisa mientras me acercaba más a su musculatura para reposar ambas manos en la parte trasera de su cabeza. JungKook como acto de respuesta llevó sus dos manos a mi cintura, y ahí quiso dejar algunas caricias.

Sin romper el contacto de nuestros ojos opté por hablar. —Prometo que no tomaré la mano de Tae, así que tranquilo.

Mi comentario lo hizo soltar una risita nasal que próxima e inesperadamente se convirtió en una completamente socarrona. «Dios, no puedo.»

—Más te vale, señorita Kim —murmuró sobre mis labios provocando que nuestros propios alientos chocarán entre sí. Acto seguido, dejó un suave beso en mi boca para luego llevarlos a un lado de mi mejilla.

Cuando hacía esas cosas lograba sentirme muy pequeña pero a su vez lo suficientemente segura para actuar a su favor. Era algo raro y que gratamente me encantaba.

—Te quiero mucho... —murmuró repentinamente.

Y esa frase fue suficiente para llevarme al jodido cielo.

No sabía como responder a pesar de que la afirmación a sus palabras estaba asegurada, ya que para mi desgracia, un pensamiento surcó en mi mente.

Un pensamiento que por más que lo ignorara, siempre me haría sentir culpable de todo.

«Jeon...»

Yo también te quiero.

«... perdóname por no salvarnos.»


∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·

14:53 hrs

—¡Mh! Esto es delicioso —aprobó el muchacho a mi lado.

—¿Verdad que sí? —inquirí emocionada—. Es uno de los mejores helados en la ciudad.

—Dios, llevo años viviendo en Seul y no puedo creer que jamás haya descubierto esto —observó fijamente el cono de la helado que sus manos sostenían.

—Yo lo descubrí con mi hermana hace unas semanas, y desde entonces no pierdo el tiempo en venir —reí fuertemente cuando la nariz del peligris quedó manchada por el helado.

Le entendí una servilleta que tenía en mano, la cual muy agusto y avergonzado aceptó. TaeHyung y yo habíamos salido del colegio directamente hacia nuestra salida debido a que el primero se encontraría ocupado durante el horario nocturno. Las calles de la capital estaban repletas de gente como siempre, razones por las cuales ambos debíamos tener precaución.

La prensa puede estar en todos lados.

El primer lugar visitado fue una heladería famosa de Seul donde como opinión personal, se encontraban los helados más ricos del mundo. Para una amante de dicho postre como yo, este tipo de lugares eran un paraíso. Y al parecer no era la única, ya que Tae estaba completamente fascinado con los diversos sabores.

—Oh, por cierto —dije con la boca llena—. Nunca me había tomado el tiempo de preguntarte que deseas estudiar. Ya estamos en último año —recordé.

—Es verdad —vaciló un poco con su cabeza—. Por el momento quiero estudiar administración de empresas, de esa forma podré trabajar con mis padres en un futuro. Pero también —hizo una pequeña pausa para mordisquear su cono— la música me atrae mucho, así que probablemente tome algunos cursos.

—Vaya, eso es muy bueno, TaeTae —palmeé su hombro con orgullo.

—¿Y tú? ¿Qué te gustaría estudiar? —cuestionó lo mismo.

—Bueno...yo... —me mantuve en silencio por unos segundos hasta que dejé más en claro mis pensamientos—, hasta el momento la administración de empresas ocupa el primer lugar. Sin embargo, desde pequeña me ha encantado escribir; así que cómo tú, tal vez considere tomar algunos cursos.

—Uy, no sabía estás cosas sobre tí—me golpeó con su codo en forma juguetona.

—¿Sabes? Deberíamos hablar libremente sobre nosotros —propuse mientras tenía la mirada hacia el frente, pero al notar que el muchacho no dijo nada decidí poner mi atención en él—. O sea, hablar con más profundidad sobre secretos y eso.

TaeHyung abrió su boca con impresión mientras asentía débilmente. —Tengo demasiados secretos ocultos, probablemente no terminemos ni mañana si empezamos a hablar.

—No eres el único —lo observé divertida—. Yo igual tengo muchos secretos.

En mi rostro estaba plasmada una sonrisa sincera y llena de felicidad, porque eso era lo que sentía: felicidad y un gran alivio.

Sin embargo, todo eso se desvaneció al escuchar sus próximas palabras.

—Como ese donde conoces a JungKook desde hace 10 años...

≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪


Hey batter batter, hey batter batter, swing~
*Se le sale lo High School Musical*

Buenas nochesssss por aquí :D
¿Cómo están mis chikis?
Cuéntenme¿que les pareció el capítulo? ¿Quieren un JK celoso como yo? ¿O a dos gatos guapos detrás? Jjajjs.
Ya vemos que Tae conoce el secreto de Olivia, ¿que sucederá a partir de ahora? Preguntas que les dejo de tarea XD.

Ahorita sí, me voy corriendo jjaja. Tengan una bonita velada o día dependiendo de la hora en que leas. Descansen y coman bien, los amito un montón.
Bye bye <3

Psdt: de verdad que me inspire en esa escena de High School Musical 2 para el capítulo XD.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro