⚘. ▎37
❝Una satisfactoria calidez.❞
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AHN EUN BYUL
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14:03 hrs.
—Y bueno, ¿tienes algún plan para esta tarde?
—Mh no creo. Mis planes hoy son llegar a casa y dormir —respondí sin importancia—. ¿Y tú?
—Oh, yo me reuniré con... eh... un amigo, si —balbuceó mientras acomodaba un mechón de su cabello tras la oreja—. Así que nos veremos mañana, adiós Byul —hizo un ademán de despedida con su mano.
—Adiós Olivia.
Y sin más que decir ambas tomamos un camino diferente. Yo por mi parte decidí buscar entre mi bolso los audífonos para escuchar un poco de música, ya que realmente lo necesitaba. El transcurso hasta la parada de autobuses no era muy corto, y aquello era un punto a favor para mi paz y tranquilidad.
Tal vez se cuestionan porqué no hay un chófer que venga a buscarme, y la realidad es que si existe, pero siempre termino huyendo. En pocas palabras: salgo corriendo en cuanto los veo ¿La razón? Pues soy una chica algo rara.
La mayoría —para no decir que todos— de los estudiantes en este instituto eran ricos e hijos de papi; siempre les gustaba relucir sus "logros", y a mí en lo particular no me agradaba. Por otra parte, no me gustaba estar retenida a cosas que un ser humano podría hacer como lo es ir a tomar el autobús. ¿Odiaba a la prensa? Obvio. ¿Me importaba ser vista? Ni un poquito. ¿Amaba romper las reglas? Ese era mi as bajo la manga.
Y el día de hoy no era ninguna excepción. Por lo que aquí estaba: caminando por la larga calle que conectaba al instituto con la ciudad dispuesta a llegar a la parada.
Tomé mi celular y procedí a colocar ambos audífonos en mi oreja. Rápidamente apreté el botón de aleatorio para que cualquier canción sonara.
Stand Out Fit In de One Ok Rock fue la iniciadora de esta aventura. Una melodía pegajosa y con un mensaje alentador para las nuevas generaciones: mi favorita de aquella banda.
Mi cabeza de forma involuntaria se movía de un lado a otro al ritmo de la canción, de la misma forma que daba pequeños saltitos en mi lugar. El camino estaba completamente solitario, y eso era simplemente perfecto para mí.
De repente los sucesos de los últimos meses llegaron a mi cabeza, y entonces me cuestioné: «¿Cómo llegué a esto?»
Era una persona que llamaba demasiado la atención, no obstante, mi objetivo no era encontrar amigos o entrar en algún grupo social. Pero entonces... ¿cómo me hice parte de uno de los grupos más aclamados en el colegio?
Y entonces el recuerdo llegó a mi cabeza...
El salón de clases se encontraba en un completo ajetreo por culpa de los estudiantes. «¿Cuándo llegará la profesora? ¿Acaso no sabe la hora que es?».
Ese día, por cosas de la vida, había empezado un poco mal para mí. Estaba estresada y frustrada conmigo misma, por lo que sabía que en cualquier momento colapsaría. Y estar alrededor de todos mis compañeros no ayudaba.
En las grandes bocinas se proyectó el anuncio del baile de invierno, y la verdad no presté atención. Al cabo de los segundos, Jeon JungKook, el guapo presidente del consejo, entró al salón y derritió a básicamente todos.
Yo incluida.
El joven era un imán, no lo negaría. Super atractivo, inteligente, carismático y sumamente coqueto: todo el paquete. Había interactuado varias veces con él, razón por la que comprobaba su personalidad. Pero a pesar de todos esos aspectos no caía ante él. Muy guapo, si, pero no para mí.
Aunque si para otra chica.
Mi fascinante observación permitió que conociera los actos de Kim Olivia y Jeon JungKook a unos pocos metros de mí. Ambos estaban compartiendo pequeños papelitos junto a pícaras sonrisas.
El amor y sus cosas que jamás lograría comprender.
Luego lo vi acercarse a ella y murmurar algo no audible para mí, no obstante, por el sonrojo de ella supuse que era algo más...
Ustedes saben.
De repente la profesora hizo entrada. La miré vagamente y sin importarme ni un poquito, pero cuando sentí unos suspiros de varias chicas decidí prestar más atención, y creí que moriría.
«Vaya, vaya, vaya...»
"Mi nombre es Min YoonGi, espero que nos llevemos bien". Habló el chico de cabello rojo y ojos gatunos.
«Gatito lindo. ¡Grr!».
Las miradas de todas cayeron sobre el de cabello gris, quién al parecer estaba desinteresado en la situación hasta que su amigo —alias gatito lindo— golpeó su hombro.
"Soy Kim TaeHyung". Silencio incómodo. "¿Ya podemos sentarnos?"
«Este parece un amargado, me gusta más el otro. ¡Grr!».
Luego de eso indicaron a Jeon como su guía principal. Pero al parecer, el pelinegro guapo no estaba tan conforme con eso, y lo pude comprobar por sus expresiones faciales. Entonces, la profesora comentó algo que en su inicio no le tomé importancia, pero ante la mención de otra persona noté que sería interesante.
"Mh... ¿la señorita Kim Olivia está aquí?"
«Oh, ¿la conoce?».
"¿Olivia?"
La susodicha alzó su mano titubeando y aceptó a la propuesta de la maestra. Se acercó hasta el frente, y cuando la vi junto a ellos no pude evitar hablar.
Fierecilla impulsiva: activa.
"¿Por qué siempre la eligen a ella, oppa?". Cuestioné hacia el pelinegro sin estar consciente de mis palabras.
Automáticamente las miradas cayeron sobre mí, incluyendo la de JungKook.
Y de repente la idea de lanzarme desde un edificio no me pareció tan mala.
"Todos la eligen a ella, te tengo envidia, linda". Murmuré con un leve puchero.
Pero fui tan imbécil que continué.
La mayoría rió y pude notar como ella bajaba su cabeza con un poco de vergüenza. Por otro lado, Jeon fue tan descarado que sonrió y guiñó un ojo en mi dirección.
Mátenme ya.
«¿¡Por qué demonios dije eso en primer lugar!? ¿¡Era necesario!?».
Definitivamente me había vuelto loca ese día. Agh, incluso recordarlo era vergonzoso. ¡Mi cara se encontraba roja de repente!
Debido a tal suceso, ese día decidí disculparme con Olivia. Mis palabras no habían sido intencionales, sólo... fueron la vibra del momento, creo. Pero volviendo al tema: no se que demonios sucedió, ya que próximamente me encontraba junto a ese grupo de jóvenes disfrutando un almuerzo.
Claro, obviamente antes de que llegara el viejito.
Tampoco me cabía en la cabeza como es que ambos éramos pareja durante la obra. Sin duda no, me niego a imaginarlo. Y es que era una chica demasiado terca. ¡Pero no pueden juzgarme! De verdad que lo odio.
A los pocos minutos mis pensamientos se detuvieron cuando me vi en la parada. Apoyé mi trasero sobre una de las bancas y procedí a observar la hora en mi celular. Aún faltaban diez minutos para que llegara el autobús. Y gracias a la vida el lugar estaba solitario.
Veía algunos transportes pasar por las transitadas calles, sin embargo, era incapaz de escucharlos debido a los aparatos en mis oídos. Las canciones habían cambiado de manera sucesiva, pero hasta el momento no habían perdido su toque pegajoso.
Me encontraba relajada, concentrada, y pudiera haber durado más de no ser por la presencia de alguien a mi lado.
Alguien que tuvo el atrevimiento de quitarme un auricular.
Rápidamente observé a mi costado y pude apreciar a una de las personas que anteriormente reinaban mis pensamientos, motivo por el cual resoplé con notable fastidio.
Esto tiene que ser una jodida broma.
—Estoy empezando a considerar que eres un acosador, Kim TaeHyung —murmuré arrebatando mi auricular de su mano antes de que se lo colocara en la oreja.
Sus ojos se mantuvieron en mí durante tal acto. Yo realmente esperé que no siguiera molestando, pero cuando volvió a quitarme el aparato lancé una maldición.
—¡Yah~!
—Vengo a tomar el autobús, no te estoy siguiendo —dijo en un todo despreocupado
—Ajá, haré como que creo eso —rodeé los ojos—. En serio, ¿qué haces acá?
Ante mi insistencia dejó salir un suspiro y por consiguiente pasó la mano por su alborotado cabello.
—Somos una pareja en la obra, ¿lo recuerdas? Debemos practicar —tomó una postura seria—. ¡Ah! Y por supuesto: llevarnos un poco mejor.
—¿Hmm?
Ante sus palabras no pude evitar mostrar una expresión confundida, y aquello fue su invitación para continuar.
—Empezamos con el pie incorrecto, ¿no crees que deberíamos aceptar nuestras diferencias y progresar?
En sus ojos podía notarse algo de fastidio y probablemente poco deseo. Aquello sólo me estaba provocando ganas de reír.
Traté de verme seria luego de eso, y al cabo de los segundos hice una ligera mueca con mis labios. Tanteé la cabeza hacia un lado y procedí a enfocar sus ojos expresivos.
—Es una buena idea pero... —abulté un poco mis labios mientras me inclinaba más a su cuerpo—, yo no quiero llevarme bien contigo.
TaeHyung soltó una risa seca y por consiguiente rodó los ojos. Yo sonreí triunfante y aproveché su desconcentración para quitarle nuevamente el audífono, esta vez guardándolo en mi bolso junto al otro.
—Tú... —hizo una pausa antes de voltear su rostro nuevamente para verme—, de verdad que eres increíble.
—Soy consciente de eso, bombón —guiñé un ojo divertida.
No me dió tiempo a analizar su reacción, ya que en cuanto divisé el autobús llegar me levanté para recoger mis cosas, sin embargo, no contaba con que TaeHyung imitaría mi acción.
Y entonces la realización de lo que eso significaba me golpeó muy fuerte.
—¿En serio viajarás en autobús? —cuestioné esperanzada de una negativa como respuesta.
—Si, lamentablemente rechacé a mi chófer y no me apetece tomar un taxi -limitó a decir para luego de forma inesperada tomar mi mano—. Vamos.
Con sutileza me jaló hasta llegar a la puerta del autobús, y como el caballero que es —nótese el sarcasmo— me dejó subir primero. Estando dentro noté que el trasporte se encontraba casi vacío: solo había una pareja y unas señoras de avanzada edad. Caminé hasta llegar a uno de los asientos finales y Tae hizo lo mismo, sentándose uno más adelante de mí.
Él acomodó su mochila sobre sus piernas para después posar su brazo en el respaldar del asiento y observarme fijamente. Yo por mi parte intenté apreciar el recorrido por la ventana, pero tener sus ojos clavados encima no ayudaba.
—¿Qué miras tanto?
—Nada en específico...
—Deja de hacerlo, me pones nerviosa.
Lo escuché soltar una risa nasal luego de mi comentario, y no pude evitar la sonrisa que se posó en mis labios.
—¿En dónde te quedarás? —cambió el tema al cabo de los segundos.
—Cerca de la cafetería donde nos vimos aquel día. Me veré con mi madre.
El muchacho asintió con debilidad y clavó sus ojos sobre sus manos. En ese momento quise preguntar lo mismo, pero...¿estaría bien?
Demonios, ¿qué estoy pensando?
—¿Dónde te quedarás tú? —me animé a cuestionar
Vi como sus comisuras se alzaron levemente.
—Dos paradas después, cerca de casa de YoonGi.
Murmuré un "ah" casi inaudible en forma de aceptación. Volví a posar mis ojos sobre la ventana, pero nuevamente Kim TaeHyung llamó mi atención.
—Tengo curiosidad de algo... —se acomodó de mejor forma en su lugar—. ¿En qué gastaste el dinero de aquel día?
Su pregunta me hizo soltar una risita. Rápidamente alcé mi brazo para que pudiera notar las pulseras en mi muñeca.
—Compré esta de aquí —señalé y lo que próximamente vi me dejó helada.
Taehyung estaba mostrando una expresión... ¿enternecida?
—¿La princesa y el sapo? —inquirió jocoso.
—Yeah —acepté emocionada—. ¿No es bonito?
El brazalete constaba de unos adornos correspondientes a la película que colgaban desde la parte plateada. Sin duda, toda una belleza.
—Lo es. ¿Te gustan las películas de Disney?
—Gustarme es poco. Yo las adoro —afirmé como una niña pequeña.
Tae soltó una carcajada ante eso y acto seguido apoyó su barbilla en la palma de su mano.
—Tierna.
De repente sentí todo mi cuerpo volverse ligero y una sensación calurosa posarse en mis mejillas. ¿Estaba sonrojada? No sabía, pero los fuertes latidos de mi corazón no eran algo bueno.
Débilmente formé una sonrisa en mi rostro y sentí una opresión en mi pecho.
Era una calidez.
Una satisfactoria calidez...
JEON JUNGKOOK
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16:24 hrs.
Un suspiro cansado salió de mis labios luego de revisar la pila de papeles encima de mi escritorio y por décimo quinta vez en el día maldije por lo bajo. Pasé la mano por mi cabello, despeinándolo en el proceso y procedí a acomodar los lentes sobre el puente de mi nariz, listo para comenzar a firmar la gran cantidad de hojas.
Mientras tanto, el castaño frente a mí observaba los actos con curiosidad.
—¿No crees que deberías tomarte un descanso?
—Ya lo hice y no me propició nada, debo terminar esto antes del miércoles.
—Te quedan dos días, Jeon.
—Y me falta toda esa cantidad de papeles —señalé a un costado de mi buró para que notara la otra gran pila.
—Lo harás a tiempo, no te preocupes —cruzó sus piernas y echó su cuerpo hacia atrás, acomodándose en el respaldar de la silla.
—Eso intento.
Nuevamente un silencio no muy duradero reinó, mismo que fue roto por él en efímeros segundos.
—¿Qué es todo eso si se puede saber?
Lancé una risa irónica al aire mientras me hacía esa misma pregunta.
—Las propuestas de la universidad. El director fue tan holgazán que envió hacia mí la mayor parte de los papeles.
—Se salva que es amigo de tus papás, si no ya estuviera despedido.
—En efecto, mi estimado NamJoon —sonreí con sorna.
—¿Ya pensaste que carrera elegir?
De repente la sonrisa en mi rostro se desvaneció. La pregunta me había tensado de manera inesperada y no me aferré en ocultar la razón.
—No estoy totalmente seguro... —vacilé con la cabeza, dejando los papeles a un lado por un instante—. Mis padres saben que amo la música, pero al mismo tiempo me siento atraído por los negocios, y ya se confirmó que me haré cargo de la empresa en diciembre.
—¿Has considerado estudiar ambas? —quiso saber con sus ojos entre cerrados.
—Si... pero como mencioné, aún no estoy seguro... —rasqué un poco mi oreja mientras lo veía asentir con notable calma.
»¿Y que me dices tú? ¿Tomarás posesión de la empresa?
—Si, lo haré un mes antes que tú —se estiró un poco en su asiento y colocó las manos sobre el buró—. Es increíble cómo estaremos a punto de ser mayores de edad.
—Es cierto -volví a acomodar mis lentes—. El tiempo pasó rápido.
Lo oí musitar un "mjum" débil al mismo tiempo en que lo vi jugar con un adorno de la mesa.
—No lo rompas —advertí entre risas.
Soltó una carcajada que prontamente se fue debilitando.
—Hoy a faltado JiMin.
—Noté eso... —suspiré con cansancio mientras echaba la cabeza hacia atrás—. Sólo espero que nada malo haya pasado.
—Secundo eso. Últimamente ha estado muy estresado y no puedo evitar preocuparme —frunció un poco su ceño.
Y la mención de eso me provocó un horrible mal presentimiento.
—¿Te parece bien ir a su casa hoy?
—Si, podríamos ir a verlo —acepté alzando un poco los ojos.
Otra vez hubo un silencio para nada incómodo, pero que lograba inquietarnos debido a la tranquilidad del colegio.
No había nadie.
Escuché como respiró profundo.
—Por cierto, ya lo estaba olvidando. ¿Qué hicieron tú y Olivia hace unas horas?
Lamentablemente la vida no estaba de mi lado y me delató con un gran sonrojo.
Demonios.
De solo recordar sus labios sobre los míos ya me sentía en el cielo. Ella era como una adicción. Mi adicción.
—Nada interesante... —muy vago mi intento de mentir.
—Ajá, ¿qué hay del rubor en tu cara?
—No paso nada.
—¡No intentes mentirme, jovencito! —ordenó con diversión.
Ante esta pequeña discusión no pude evitar reír. Levemente eché mi cabeza hacia atrás mientras soltaba carcajadas llenas de sinceridad y alegría. Mis cachetes estaban doliendo por el calor y también por la enorme sonrisa que al parecer no saldría.
—No pasó nada —volví a negar.
—¡Yah~! ¡Acaba de contarme que sucedió! ¿Acaso la besaste?
Su última frase fue en forma de broma, sin embargo, el recuerdo pasó por mi mente nuevamente y me delató con una sonrisa de costado.
Entonces la cara de NamJoon se transformó.
—¿¡Se besaron de verdad!?
—¡Cállate! No hagas ruido.
—¡Cuéntame que sucedió! —pidió en un tono más bajo.
Abrí mi boca dispuesto a refunfuñar, pero entonces la pantalla encendida de mi celular y el tono de llamada lograron interrumpir todo. Algo confundido llevé mi rostro hacia el aparato a pocos centímetros* viendo el contacto de mi mamá resaltar.
—Ahora mantente callado, es mi madre —demandé.
Lo vi hacer un "okey" con sus manos y entonces procedí a atender la llamada.
—¿Aló?
—¿Hijo? ¿Donde estás? —sonó algo agitada.
—Eh... aún en el colegio junto a Nam —miré al susodicho—. Estoy rellenando unos papeles...
—Les acabamos de dar permiso para que salgan de la escuela y vengan al hospital de los Park, es urgente.
—¿Qué? Espera —me levanté abruptamente del asiento, sintiendo una horrible sensación en mi pecho—. ¿Mamá? ¿Que pasó?
—Solo vengan...
—¿Están todos bien? Por favor dime algo... —la desesperación en mi voz era mucho más que notable.
Y entonces, me enteré de lo peor.
—Es JiMin, ha vuelto a tener una crisis.
Aquellas palabras me cayeron encima como un balde de agua fría. Mi respiración quedó detenida ante eso y los latidos de mi corazón comenzaron a bombear con frenesí y miedo.
Un mal miedo.
Tragué saliva con dificultad y procedí a contestar.
—Estaremos ahí en veinte minutos.
Y sin más colgué la llamada intentando recobrar el aliento. NamJoon se acercó preocupado, no tuvo que decir nada para hacerme saber su pregunta, así que no me tardé en hablar.
—Es JiMin... Sucedió de nuevo.
∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·
16:43 hrs.
Mi respiración se encontraba agitada justo como mi garganta tenía una sensación seca, producto del esfuerzo físico que mi cuerpo acababa de ejercer. Tenía las piernas cansadas y una ligera opresión en el pecho, pero todas estas sensaciones pasaron a segundo plano cuando vi a mis progenitores sentados en una de las bancas de espera.
—¡Mamá! ¡Papá! —llamé mientras corría hacia ellos.
Al notar mi presencia y la del castaño se levantaron de los asientos dispuestos a llegar a nosotros. Los brazos de mamá rápidamente enrollaron mi cuerpo de la misma forma que yo lo hice con ella.
—¿Qué pasó? ¿En donde está? —cuestionó Nam a sus papás* quienes habían aparecido al instante.
—Tuvo un ataque repentino antes de salir al colegio. Pero no sé preocupen, ahora mismo se encuentra bien —explicó mi padre con algo de tranquilidad.
—Está descansando en su habitación —aclaró la señora Kim.
—¿Y sus padres...?
—Están hablando con el médico —interrumpió mamá mientras señalaba a un costado.
Y efectivamente, estaban los padres de JiMin hablando con el doctor. Mi progenitora propició algunas caricias en mis mejillas para intentar relajarme, y a pesar de que funcionaba, me hizo sentir una opresión en el pecho debido a sus actos.
Al cabo de los segundos aquella familia se acercó hacia nosotros con una débil y algo abrumada sonrisa.
—¿Qué dijeron? —cuestioné con preocupación.
—Él está un poco cansado por lo sucedido, por lo que necesita descansar y estar bajo observación en las próximas 24 horas —explicó el señor Park.
—Nosotros podemos quedarnos aquí en la noche —propuse y mis padres sin dudarlo asintieron.
—Lamentablemente nosotros tenemos una reunión en una hora, pero mañana temprano podemos estar aquí —mencionó el padre de Nam con un semblante serio.
—Muchísimas gracias a ustedes por su apoyo en este momento —dijo la madre del rubio por primera vez, teniendo sus ojos notablemente cristalizados y la voz entrecortada—. Y no se preocupen con los horarios, todo está bien.
»JiMinnie quería verlos a ustedes dos —nos señaló a mí y al castaño—. Fue lo primero que dijo al estar aquí.
Aquello no fue más que una invitación para que ambos fuéramos a su habitación. Luego de unos comentarios e indicaciones por parte de los doctores, NamJoon y yo nos encontrábamos justo frente a la puerta de aquel lugar.
Yo era quien sostenía el pomo a punto de girarlo, pero entonces —y para mí sorpresa— las manos me estaban temblando hasta el punto de que era casi imposible disimularlo.
Y por primera vez en mi vida comencé a dudar o en su defecto, a sentir miedo de lo que estuviera en esa habitación.
—Jeon, no lo sobrepienses, prometimos estar a su lado sin importar las circunstancias —habló el castaño detrás de mí, y eso me hizo volver a la realidad.
—Lo sé, es solo que... —me detuve un momento para suspirar—, no quiero verlo mal.
—Yo tampoco, y por ese motivo debemos entrar...
Analicé las palabras del castaño por apenas unos segundos y luego de soltar un suspiro, abrí la puerta aún temeroso por lo que pudiera encontrar dentro.
Sin embargo, lo que vi fue totalmente diferente a como lo imaginé.
Él se veía... normal.
Su cuerpo estaba en posición de indio sobre la camilla blanca mientras tenía su mirada fija en la TV. El chico se encontraba masticando lo que podría suponer como una manzana al mismo tiempo en que movía vagamente sus brazos al ritmo de Fancy, canción interpretada por el grupo femenino Twice.
El aspecto que portaba lo hacía ver muy adorable: unos pantalones blancos holgados junto a una sudadera del mismo color, teniendo en sus brazos el peluche de un cachorro con sudadera amarilla. Demasiado él.
En cuanto nos vio entrar no tardó en detener sus acciones y sonreír ampliamente.
—Vaya, llegaron los gusanitos.
Estaba tan... normal.
Pero entonces... ¿cómo era posible que de un momento a otro...?
De solo pensarlo me daba un escalofrío.
—Hola rubio —saludó Nam sentándose en una de las sillas mientras JiMin apagaba el televisor.
—¿Cómo te sientes? —pregunté luego de copiar la acción del castaño.
—Mh...un poco cansado, pero son los efectos de los episodios —habló con normalidad—. ¿Y ustedes? ¿Algún chisme del colegio?
—JungKook besó a Olivia...
—¿¡Qué!?
—¡Kim NamJoon! Por dios....
—Kook, da detalles —el rubio abrió demasiado sus ojos.
—¡Eso no es importante ahora! —refunfuñé—. Luego les cuento mejor.
—Aguafiestas, ¿no ves que estoy aburrido? Y así será hasta mañana... —JiMin se cruzó de brazos y abultó los labios.
Una técnica de convencimiento que ya no era eficaz en mí.
Por unos segundos que parecieron interminables reinó un incómodo silencio. Durante ese tiempo miré al castaño notando que probablemente deseaba cuestionar lo mismo que yo, pero ninguno de los dos se atrevía a hacerlo sabiendo la situación.
En ese momento JiMin nos observó a ambos constantemente, pasando su mirada de uno a otro, hasta que sonrió débilmente.
—Si quieren preguntar cómo pasó todo no sientan pena —declaró con la mirada fija en el techo.
Ambos lo observamos tras sus palabras, y él, al notar que no hablaríamos, decidió iniciar.
—Fue como las veces anteriores, sólo que más intenso... —hizo una ligera pausa—. Estaba frente al espejo hablando con mi supuesto "yo", y como siempre... logró dominarme para que hiciera todas esas cosas...
Con cada palabra del relato sentía mi corazón volverse más pequeño. Eso era... era irreal. Y dolía saber que alguien tan bueno como JiMin vivía tales adversidades.
—¿A qué te refieres con que fue más intenso?
—Sentí que duró más de lo normal y que... —volvió a hacer una pausa en la respuesta para Nam— mi comportamiento estuvo más fuerte.
Luego de eso la sala entró en otro silencio dónde no sabíamos que comentar para romperlo. El rubio tenía su mirada fija en el peluche amarillo, y entonces el bombillo a un lado de mi cabeza se encendió.
—¿Sabías que ese cachorro se parece a tí? —señalé con una ligera sonrisa.
Automáticamente JiMin posó sus ojos sobre los míos teniendo una expresión de confusión.
—¿Mh?
—Cuando te veo lo primero que imagino es un lindo cachorrito —amplié mi sonrisa—. A tí te gusta el color amarillo, y justamente en tu clóset hay un montón de sudaderas con ese color.
—Así que se parecen —secundó NamJoon teniendo el mismo objetivo que yo.
—Bueno, ahora viendo —observó un poco la parte trasera del peluche—, está usando unos boxers rojos... ¡igual que yo! —JiMin despegó sus caderas de la cama y alzó un poco su pantalón para mostrarnos que, efectivamente, su ropa interior era roja.
Lancé una risa reprimida junto al castaño por las ocurrencias del rubio.
—Ponle como nombre Chimmy —sugerí con diversión.
—Uy, me gusta eso —alzó sus comisuras en una amplia sonrisa.
De repente la puerta de la habitación fue abierta dejando entrar al doctor y dos enfermeros, quienes al vernos disfrutando con JiMin sonrieron genuinamente.
—Perdón por interrumpir —el señor hizo una reverencia—, pero el joven Park necesita ser conectado a un monitor para estar pendientes de su ritmo cardíaco.
El muchacho no puso objeción ante eso ya que sabía los factores de riesgo durante las próximas 24 horas.
Después de eso continuamos charlando sobre algunos temas de interés común hasta que Namjoon tuvo que retirarse con su familia. Con eso la familia Park y yo comenzamos a ajustar un horario para cuidar del rubio, ya que había dejado en claro que no lo dejaría solo.
Al final, me tocó estar junto a él en el horario de la madrugada mientras sus padres tenían una reunión con el médico.
Aproveché el tiempo libre antes de la noche para darme una ducha en otras habitaciones del hospital. Ya saben: los privilegios de conocer a los dueños. Y durante ese tiempo solo podía pensar en mí amigo.
Lo que JiMin tenía no era algo leve, por el contrario, era riesgoso no solo para el mismo, sino también para quienes estuvieran a su alrededor.
¿Sentía miedo? No con exactitud, pero no era la primera vez que necesitaba estar alerta a cualquier movimiento de su parte. Prometí junto a NamJoon estar junto a él sin importar las adversidades.
Y eso era algo que siempre iba a cumplir.
∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·
Martes, 14 de enero del 2020
04:02 hrs.
El sonido de algo caer me provocó abrir los ojos de forma abrupta de igual manera que mi cuerpo dió un respingo. Aún adormecido observé a todos lados en el intento de definir algo, y poco a poco caí en cuenta de que estaba en una habitación de hospital.
Acomodé mi cuerpo encima del sofá dónde descansaba y por consiguiente pasé una mano por mi ahora despeinado cabello. El lugar estaría completamente oscuro de no ser por la poca luz que entraba desde la abertura de la puerta del baño. Mi ceño se frunció notablemente y procedí a mirar la hora en el celular: 4:00 AM.
Mi mirada recayó en la cama frente a mí notando como las sábanas estaban revueltas, pero no había nadie bajo ellas. Por instinto fijé mis ojos en la puerta del baño, y ahí caí en cuenta de que el sonido que logró despertarme provenía de ahí.
Entonces recordé al rubio...
Y el miedo se apoderó de mí.
Con lentitud y sin hacer ruido me levanté del sofá para acercarme hasta ese lugar. En el corto trascurso tomé el aparato para llamar a los médicos entre mi mano y, aún con temor, empujé un poco la puerta.
Lo primero que vi fue la cabellera rubia de JiMin frente al lavabo. Abriendo un poco más noté como sus hombros se alzaban constantemente como producto de su agitada respiración, y cuando vi sus ojos negros verse a sí mismo en el espejo todo mi cuerpo entró en un estado de alerta.
Sin perder tiempo apreté el botón que atraería a los médicos y me acerqué más al chico.
—JiMin...
—Vete de aquí, Jeon —ordenó con la voz mucho más gruesa y escalofriante.
Joder, esto tiene que ser una broma.
—Hey, escúchame un momento, ¿sí? —pedí con debilidad.
&JungKook, de verdad que no quiero lastimarte, por favor aléjate —volvió a ordenar sin quitar sus ojos del espejo.
—JiMin...
—Alejate de mí.
Por primera vez en el momento me observó a los ojos, y entonces me sentí decaer. Una oleada de nervios o en su defecto, miedo, logró apoderarse de mí. De manera involuntaria di un paso hacia atrás volviendo a la habitación, pero esta vez bajo la penetrante mirada de Park.
Él comenzó a acercarse sin decir absolutamente nada mientras yo sentía que con cada paso mi estatura disminuía. La luz proveniente del baño ahora estaba iluminando de mejor forma la habitación, eso era un punto a favor y en contra para ambos.
—No me iré, no te dejaré con todos esos demonios —aseguré con la voz entrecortada, viendo cómo cada vez estaba más cerca—. JiMin, vuelve, no dejes que te consuma, no eres tú...
—¡Por esa misma razón quiero que te vayas!
De repente sentí mi espalda chocar fuertemente contra la pared debido al empujón que recibí. El dolor me estaba molestando, pero todo eso pasó a segundo plano cuando sin ni siquiera predecirlo, JiMin aferró sus manos en mi cuello y propició un leve apretón obligándome a ver sus orbes oscuros.
—Este soy yo; este es el verdadero JiMin, ¡y tú lo sabes!
Sus gritos se estaban volviendo descontrolados, y aquello no me estaba ayudando en nada, por el contrario, aumentaba mi miedo. No obstante, debía mantener la calma; JiMin no estaba en sus cinco sentidos, por lo que no era su culpa.
Solo debía ser paciente hasta que llegaran los doctores.
—JiMin, escucha mi voz.
El negó sin dudar, volviendo sus ojos más oscuros de lo normal y su expresión más dura y seria.
—Cállate si no quieres salir lastimado.
—JiMin, soy yo, por favor, reconoce mi voz...
Algunas lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas ante esta situación. Sabía de lo que JiMin era capaz cuando se encontraba teniendo una crisis, por esa misma razón estaba aterrado. Ya no podía ocultar aquel sentimiento, y mucho más cuando sentí el primer impacto de su puño sobre mi mejilla.
—Eres un hijo de puta. ¡Cállate de una buena vez!
«Cálmate Jeon», me repetía constantemente. Actuar con violencia solo empeoraría su estado, y mi única solución ahora era intentar calmarlo.
—No me callaré hasta que regreses —escupí con sinceridad.
Y de nuevo me propició un buen golpe en la mejilla. Esta vez sentí el sabor metálico de la sangre en mi boca, ¿tan fuerte se ha vuelto? Su agarre en mi cuello comenzó a ser más seguro, y para ese entonces respirar se volvía una necesidad. De repente lo ví quitar una mano, la llama de esperanza se prendió, pero esta fue arrebatada cuando lo noté agarrar una aguja de la mesa y dirigirla hacia mi.
—Te dije que cerraras la boca, Jeon, ahora te castigaré por no hacerme caso...
Era un hecho: estaba totalmente atrapado.
Mis ojos se cerraron con fuerza esperando a su acto, pero entonces el sonido de la puerta abrirse lo interrumpió.
—¡Park JiMin!
Un grupo de enfermeros y doctores entraron a la habitación y alejaron a JiMin de mí en cuanto fueron capaces de analizar la situación. Para ese momento ya no era capaz de sostener mi propio peso, razón por la que me dejé caer de rodillas al suelo en lo que intentaba recobrar el aliento.
Alcé un poco mi vista para verlo recostado en el suelo soltando gruñidos para zafarse de los doctores. Miré hacia la puerta notando a los padres de JiMin y a los míos llorar por la imagen del rubio. Hasta yo dejé de contenerme y lloré.
Al cabo de los segundos JiMin pareció calmarse, y poco a poco la oscuridad de sus ojos se disipó. Ya había acabado. Él estaba algo confundido y asustado, pero cuando me vió a los ojos su rostro poseyó una expresión de terror y por supuesto, remordimiento.
Sus ojos se llenaron de lágrimas al instante.
—JungKook...
Intenté mostrarle una sonrisa en respuesta de "estoy bien", pero no logró convencerlo.
—Mierda, de verdad lo siento JungKook, yo no quería... —lloró fuerte, demasiado, y eso solo me rompió más.
Los doctores decidieron que era mejor que todos saliéramos de ahí y que lo dejáramos solo. No pusimos objeción, ya que probablemente eso fuera lo mejor para él.
En este momento, luego de tres horas, me encontraba junto a mis padres y los suyos dentro de la oficina del doctor. Los señores Park se había disculpado millones de veces por lo sucedido, y millones de veces había respondido que todo se encontraba bien.
Mi madre había curado un poco el moretón de mi mejilla y también la herida del labio. El shock ya había cesado de mi cuerpo, ahora solo quedaba la preocupación por el rubio.
—Como pudieron ver, su hijo tuvo dos crisis en menos de 24 horas y cabe destacar que no es algo bueno —dijo el doctor hacia todos los presentes—. Si bien con la edad deben ir disminuyendo, JiMin aún se encuentra en el paso de adolescente a adulto, por lo que esto influye en posibles episodios.
—¿Hay manera de calmarlo? —quiso saber la señora Park.
—Si, por supuesto que la hay. La mejor manera de hacerlo es aumentando las sesiones de terapia a dos por semana e infringiendo en el paciente un nuevo medicamento diario para la prevención de esos ataques.
»La enfermedad de JiMin no tiene solución más que esto —dijo en un tono bajo—, y lamentablemente es hereditaria.... por lo que es muy poco probable su cesación en los próximos años...
Ya no podía escuchar más, por ese motivo me levanté de asiento y salí hacia el pasillo del hospital bajo los llamados de mi madre.
Necesitaba respirar aire puro.
A los pocos minutos me encontraba en la entrada del gran lugar, y en cuanto divisé un banco no tarde en sentarme para relajar a mi cuerpo.
Lo único que quería en este momento era un abrazo de ella. Sería lo único que podría ayudarme.
Tomé el celular entre mis manos dudando sobre si estaría despierta o no, pero todo eso se desvaneció cuando escuché su alegre tono del otro lado de la línea.
—Buenos días, JungKook.
—Olivia...
Ante el sonido de mi voz entrecortada ella se quedó en silencio.
—Te necesito aquí.... —pedí con las lágrimas recorriendo mis mejillas.
—¿JungKook? ¿Qué...?
—¿Puedes venir al hospital de los Park antes de llegar a la escuela? Por favor.
—Estaré ahí en 20 minutos, tranquilo.
La llamada terminó de forma automática dejándome un dolor en el pecho que no era capaz de describir. Toda la situación me tenía agobiado, demasiado para poder soportarla.
JiMin no se merecía nada de esto, no lo hacía...
El simple hecho de recordar su comportamiento me hacía querer llorar. Por dios, dolía mucho.
Al cabo de los 20 minutos vi a Olivia bajar de un auto y correr hacia mí. Tan puntual como siempre. Mis pensamientos pasaron a segundo plano cuando estuvo alarmada frente a mí.
—¡JungKook! ¿Qué te sucedió? ¿Por qué...?
No dejé que continuara, simplemente la enrollé entre mis brazos mientras dejaba caer todas las lágrimas retenidas. Ella sin pensarlo dos veces correspondió a mi acto dejando suaves caricias en mi pelo.
—¿Qué pasa, Kook? —volvió a cuestionar luego de los segundos.
Aún llorando y algo agitado me separé de su cuerpo para poder verla.
—Demonios, le prometí que no diría nada a nadie, pero...
»Es JiMin.... —el nudo en la garganta volvió a aparecer ante la expresión desconcertada de ella—. Sufrió una crisis de su trastorno explosivo intermitente y..., Olivia —sollocé—, él no está bien...
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GATHER 'ROUND NOW LOOK AT ME!
*baila como Shakira y se rompe un hueso*
Buenos días, tardes o noches dependiendo de su país~. ¿Cómo están cositas bellas? Yo colapsando, gritando y llorando por un coreano guapo de apellido Jeon y nombre Jungkook.
Pregunta: ¿soy la única que no para de escuchar Dreamers? Literal, es puro arte. La canción es arte. La presentación es arte. El MV es arte. ¡Jungkook es arte! Les juro que cada día me enamoro más.
También está a RM con el próximo lanzamiento de Indigo. ¿Que clase de descanso es este?
Ya pero, ahora que me liberé voy con lo usual. ¿Que les pareció el capítulo?
¿Ganas de ver más sobre el TaeByul?
¿Quieren llorar por Jimin? Yo lloré hace un momento mientras editaba, les pido que no odien al bebé, no es su culpa 😭 Ya veremos más en el próximo capítulo, ustedes saben que se viene.
En el capítulo anterior iba a aclararlo pero lo olvidé XD. Cómo estamos llegando a fin de año, cumple de Jin, mi escuela casi inicia y también estamos cerca de los 2K de vistas, pues estoy preparando proyectos. Por tal motivo voy a necesitar un poquito de tiempo y así planear todo con más calma. No me demoraré en realidad, así que esperenme pacientemente 🤭
Mucho texto por hoy~ por lo que me voy por ahí a seguir cantando con JK 👀
Cuídense bien, descansen y coman pliis.
L@s quiero mucho <3
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