⚘. ▎35 Pt:1
❝Una palpable necesidad.❞
╰─────╮•╭─────╯
KIM TAEHYUNG
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Sábado, 11 de enero del 2020
15:34 hrs
«Jodido imbécil.»
Fue lo único que pensé al releer la conversación que anteriormente había tenido con SeokJin. Y es que....¿cómo podía soportarlo?
Tonto
¿Por qué demoras tanto?
3:29 PM
Oh, lo siento TaeTae, estoy enamorando a tu hermana :D
3:29 PM
Desgraciado.
3:29 PM
😝
3:30 PM
Viejo
3:30 PM
Ajá, y por ese motivo no debes insultarme, niño insolente.
3:31 PM
Te pegaré en cuanto aparezcas.
3:31 PM
Okey~. Te veo esperando unos 10 años para eso jovencito.
3:32 PM
Dejé salir un suspiro de fastidio cuando por décimo quita vez leí los mensajes, esta vez apagando mi celular para dejarlo sobre la mesa frente a mí. Agité mi cabello sin nada de sutileza cuando pase mi mano por ahí y por consiguiente observé el lugar a mi alrededor.
La cafetería donde casi impacientemente esperaba a SeokJin estaba visiblemente llena, sin embargo, el silencio predominaba; lo único que podía escucharse eran las bajas voces de los clientes y el sonido de los platos y tazas al ser manejados por los meseros. El local estaba en una parte transitada de Seul rodeada de edificaciones y tiendas, por lo que éste espacio era muy habitado por los ciudadanos.
El motivo de mi presencia aquí se debía al idiota, alias Kim SeokJin. Había prometido acompañarme a una junta con mi familia en un lugar cerca, pero el muchacho se estaba tardando una eternidad en llegar, y eso no me agradaba.
Buscando calmar mi palpable aburrimiento tomé una servilleta de la mesa junto a un bolígrafo de mi saco para proceder a dejar algunos garabatos. Me mantuve unos segundos así: concentrado y adorado en mis acciones hasta que sentí la campanilla de la puerta sonar indicando que alguien nuevo había llegado. Por inercia alcé mis ojos esperando dar con el castaño, pero por el contrario, encontré a alguien peor.
«Vamos, ¿acaso mi día no puede ser más horrible?»
Cuando los ojos de Eun Byul captaron los míos dejé salir un agotador suspiro al mismo tiempo que rodaba mi vista. Arrugando la servilleta entre mis manos y procediendo a guardar la pluma en su antiguo lugar me puse recto en el asiento esperando a que ella llegará a mi lado, y cuando lo hizo no tardé en hablar. —¿Qué haces aquí?
—No, ¿qué tú haces aquí? —frunció su ceño notablemente—. ¿Me estás siguiendo?
—Eso debería preguntar yo que estoy aquí antes —arqueé una ceja.
Byul bufó. —Vine a comer algo, esta cafetería es mi favorita.
—Y yo vine a encontrarme con un amigo, así que no molestes.
Nuevamente me mostré indiferente ante ella. Por el rabillo del ojo la ví abrir su boca para decir algo, pero al notar que no tenía ningún comentario al respecto simplemente la cerró.
—Yo....me sentaré por ahí —señaló con su dedo.
Musité un “yeah” casi inaudible luego de tomar mi celular y prestar atención en él. Por unos segundos no la sentí cerca, suponía entonces que ya se había alejado de mí. Perfecto.
—Oye viejito....
Di un respingo al escuchar su voz tras mi presencia. De manera automática giré mi cabeza para verla.
—¿Qué quieres ahora? —soné fastidioso.
—No hay ningún lugar para sentarse.... —vaciló un poco—, así que me voy.
La observé sin ninguna expresión nuevamente. —Okey.
Y sin más volví a mis actos anteriores. De manera disimulada formulé una sonrisa socarrona, ya que jugar con el orgullo de Eun Byul realmente era interesante.
Decidida —y titubeante al mismo tiempo— comenzó a caminar hacia la salida. Por pequeños segundos miraba hacia atrás, pero en ningún momento comentó algo.
«Agh, esta chica.»
—Eun Byul...
Con mi llamado, la castaña giró sobre su eje y expectante me observó. Pisoteando mi propio orgullo hice un débil movimiento con mi cabeza indicándole que se acercara, y podía jurar que un brillo en sus ojos apareció. Como niña pequeña corrió hacia mí y me mostró su radiante sonrisa.
Esa hermosa sonrisa.
—¿Que pasó, “viejito”?
Por más que intentaba ocultar su emoción, era algo imposible. Sus labios estaban presionados, dando a entender que no quería sonreír. Al igual que mantenía las manos ocultas, aquellas que de seguro estaban demasiado inquietas.
—Primero que todo: no me llames así —advertí sin una pizca de compasión—. Y segundo: prométeme que no molestarás.
La joven castaña asintió frenéticamente con su cabecita y sin ni siquiera darme tiempo para comentar algo más, se sentó en el asiento frente a mí. Emocionada dejó su bolso sobre la mesa y acto seguido apoyó su mentón en la palma de su mano.
Cerré mis ojos lentamente soltando un profundo suspiro. Definitivamente debía tomar calma con ella.
Pedí a un camarero para tomar nuestras órdenes. Yo por mi parte deseé dos capuchinos para mí y al invitado que próximamente llegaría. Mientras ella pidió una hamburguesa con doble queso y una malteada.
—¿Tanta hambre tienes? —bromeé.
—Callate, TaeHyung, no tienes idea de cómo ha sido mi mañana —abultó sus labios en un adorable puchero.
Quería continuar con mi juego, pero el sonido de la campanilla indicando un nuevo cliente hizo que mi atención se enfocara en la puerta. Y como lo supuse, Kim SeokJin entraba por aquel lugar llenándolo de brillo y esplendor.
Ja, idiota.
Estaba observando sus ridiculeces tranquilamente hasta que un impacto sobre la mesa hizo que viera a la castaña.
—¿¡Eres amigo de Kim SeokJin!? —cuestionó en un tono bajo, totalmente impresionada.
—No solo su amigo, sino también su cuñado.
Ante esa respuesta pude ver cómo su mandíbula caía sobre la mesa. Abrió tanto la boca que me impresionó. —Oh my...¡es SeokJin! —declaró lo obvio—. Es él detective más famoso y guapo de todo el país.
Por sus ojos estaban saliendo corazones y brillos, que a pesar de que deseé ignorarlos, algo en mi cerebro falló y me provocó enojo.
—Hey, Tae —saludó Jin desde lo lejos.
—Hasta su voz es atractiva... —murmuró ella encogiéndose en su lugar con cada paso que mi amigo daba.
—Perdón por llegar tarde, el tráfico en Seul es un asco estos días —rió débil antes de notar a la joven—. Oh, hola señorita.
Eun dejó escapar una risita nerviosa con eso. ¿En serio se comportará así toda la tarde?
—Buenas tardes señor —reverenció con su cabeza mientras Jin se sentaba a mi lado.
—Vaya, ¿es tu novia Tae? —inquirió el desgraciado con notable diversión.
—No, no lo es y jamás lo será —al decir eso miré a la chica con los ojos entre cerrados.
—Exacto, por ahora estoy soltera —comentó ella de manera inocente, pero aquí todos sabíamos que tras aquello había otro significado.
Agh, es una bruja.
—Oh... —Jin mostró una sonrisa de costado—, supongo que eso es bueno entonces.
La castaña sonrió con timidez al mismo tiempo que una tonalidad rosada se formaba en sus mejillas. «Agh, ¿en serio?» Otra tonta que cae en los nulos encantos de Jin. Disimuladamente golpeé el interior de mi mejilla con la lengua mientras apretaba mis manos por debajo de la mesa, está situación realmente....esperen....¿¡Por qué me siento enojado!?
—Aquí tienen sus pedidos —la voz del mesero sonando a nuestro lado me sacó del trance donde estaba.
Agradecimos levemente y luego de que el señor se fuera continuaron la conversación.
—Gracias por pedir en mi nombre, Tae —sonrió el mayor.
Nuevamente musité un “yeah” sin ánimos. ¿Pero qué demonios era esto?
—Así que; ¿cuál es tu nombre señorita?
—Ahn Eun Byul, es un gusto.
—El gusto es mío. Soy Kim SeokJin: detective modelo en Corea —al decir eso sacó de su saco negro una tarjeta de presentación y sin dudarlo se la tendió a la joven.
Byul soltó una risa nasal y procedió a sonreír. —Lo sé. Usted trabajó en un juicio con mis padres, los abogados Ahn.
Ante la mención de aquel hecho, Jin pareció entrar en shock. Sus ojos se abrieron hasta el tope de la misma manera que su mandíbula cayó al suelo.
—¿Eres la hija de los Ahn? —la fémina asintió frenéticamente con su cabecita— ¡Wao, daebak! El mundo es muy pequeño. Trabajar con tus papás fue una excelente experiencia, ciertamente.
«Oh, ¡que interesante se ha vuelto esta conversación!» pensé, y nótese el sarcasmo.
—Y cambiando el tema, ¿qué relación tienes con mi lindo cuñado?
Y aquí el karma haciéndome pagar por mi pésima actitud.
Arqueé una de mis cejas hacia SeokJin intentando averiguar el porqué de su pregunta, pero no encontré nada más que burla. Curioso por la respuesta miré a la joven, quién en ese mismo instante limpiaba una mancha de sus labios con una servilleta mientras me observaba igual de divertida.
Ay no.
—Bueno..., somos compañeros en la escuela —comentó mientras dejaba el papel sobre la mesa—, aunque probablemente yo sea algo más para él.
El “uhhh” de Jin no pasó desapercibido para mis oídos. Fastidiado por mi propia situación dejé salir un risa nasal para volver a mirarla.
—Realmente te odio.
—Yo más, querido viejito —arrugó su nariz mientras sonreía.
Pude escuchar de manera automática la escandalosa risa del castaño a mí lado. ¿Tanto se divierte? Sin ningún tipo de expresión facial lo miré esperando a que dejara de reírse como limpia vidrios y hablara.
—Bien, creo que ya conozco su relación —bromeó.
—Ella es exactamente igual a mí —ataqué.
—Si, pero a diferencia de tí es más adorable.
Contraataque.
—¿En que lado estás? —cuestioné con molestia.
—En el suyo, obvio.
La gran discusión continúo por unos cuantos minutos más; Byul se unió en varios momentos para molestarme el doble, y no negaría que lo estaba logrando. Después de aquello ambos castaños mantuvieron una plática variada, tocando temas desde los gustos, escuela, trabajo y la cereza del postre: yo.
A los treinta minutos aproximadamente, Jin posó su mano en mi hombro para llamar mi atención mientras observaba su reloj.
—Ya debemos irnos a la junta —avisó—, así que...oh —fue interrumpido por el sonido de su celular.
>> Iré saliendo para atender la llamada, paga la cuenta, te esperaré fuera —se dirigió a la joven—. Señorita fue un gusto conocerla, espero verla pronto. Nos vemos.
Y sin más que decir se levantó del asiento y procedió a salir del lugar. Un silencio incómodo nos inundó a mí y a Eun Byul, pero en cuanto la vi sacar algo de su bolso fruncí el ceño.
—¿Qué haces?
—Pagaré mi comida, no quiero ser una molestia...
Inesperadamente su respuesta me hizo sonreír. Mordí mi labio inferior con diversión para luego tomar mi billetera y de ahí sacar el dinero necesario, e incluso más. Cuando tendí el billete frente a ella vi sus orbes abrirse con totalidad y como sus labios formaron una pequeña "o".
—Yo invito esta vez —alcé un poco mis comisuras.
—Oye....
—Shh, no digas nada —posé mi dedo índice en mis labios para formar un gesto de silencio y posteriormente me levanté de la silla—. Quédate con el cambio y has lo que quieras con él. Nos vemos.
Hice un débil ademán con mi mano y sin perder más tiempo salí de la cafetería. SeokJin me esperaba afuera con su celular en la mano, y al verme sonrió leve.
Ambod emprendimos un camino silencioso por las transitadas calles de Seul, hasta que la voz del contrario invadió mi tranquilidad.
—Ella es muy bonita.
Ante eso lo observé curioso; en sus ojos había un ligero brillo y en sus labios existía una pícara sonrisa. No sabía que responder al respecto, por ese motivo el decidió continuar.
—¿Te gusta?
—No.....para nada....
Se supone que mis palabras saldrían decididas y sin titubeos, pero...¿por qué mi tono de voz se volvió tembloroso?
El mayor dejó salir un suspiro, y acto seguido palmeó mi hombro. —Ay Tae, ya veremos si dentro de un tiempo continuas opinando lo mismo.
KIM HAENUL
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19:24 hrs
Esto no es bueno.
Sin duda no lo era. Maldecía internamente al día en que esos señores reaparecieron; si eso no hubiera pasado, esas malas vibras en mi interior no existirían.
La cena era hoy.
¿Cómo me sentía al respecto? Pues asustada, nerviosa, ansiosa, desesperada y con un sinfín de emociones más. Una parte de mi quería entrar en esa casa e investigar todo lo que estuviera a mi alcance, pero por otro lado, existía esa parte que quería ocultarse y mantenerse prudente ante todo. Pues en este instante eran ambas quienes me controlaban.
Estaba en la entrada de la mansión esperando a mis progenitores para salir. Había optado por usar un vestido gris con puntitos blancos que llegaba hasta mis muslos y que poseía tirantes, pero debido a la temporada de frío decidí que debajo de este era mejor llevar un abrigo color blanco de tela fina. Mis piernas eran cubiertas por unas medias negras que me protegían del clima mientras que mis pies modelaban unos tacones negros con decoraciones en plateado.
Minutos después dónde solamente me veía caminando de un lado a otro, noté a mis padres y mi hermana salir de la casa; se veían igual de elegantes para la ocasión. Cuando ambos estuvieron cerca de mí quise hablar.
—¿En serio es necesario ir?
—Claro que sí, Olivia —aclaró mamá—. Ven, entra al auto.
El señor Carlos sostenía la puerta del vehículo dejando que mis familiares entraran en él. Cuando solamente yo quedé fuera, mi chófer me observó con una expresión confusa y expectante, esperando que de una vez por todas me acercara. Titubeando giré mi cabeza hacia la casa, como si de repente sintiera que nunca volvería, y por consiguiente solté un suspiro para adentrarme en el auto.
Instantes después nos habíamos puesto en marcha hacia la mansión de los Manoban. Demonios, incluso nombrarlos me daba escalofríos.
Durante el viaje opté por mirar a través de la ventana las calles de Seul. Habían muchas personas caminando, pero que debido a las sombrillas que traían sus rostros no eran visibles. El día de hoy había iniciado con lluvia; mostrándose triste, agotado y con un horrible presentimiento para mí. A las 7:30 PM el Sol se había escondido en su mayoría, sólo quedaban esos rayos que alumbraban una parte de la ciudad acompañados de las brillantes luces de las edificaciones.
En la ventana del coche se podían ver pequeñas gotitas de agua caer. Eso me hizo sonreír con debilidad antes de levantar mi mano y “tocarlas” desde el otro lado.
Pero aún así, nada podía sacar de mi cabeza a esa familia.
«Agh, sin duda necesito despejar mi mente con....»
Y lo recordé. Recordé el acontecimiento del día anterior junto al chico pelinegro. Y con ello una oleada de calor invadió mis mejillas, pecho y posiblemente cada parte de mi cuerpo.
Sus labios, maldición, sus labios sobre los míos se sintieron demasiado buenos para mi poca cordura. Las millones de sensaciones que sentí con ese toque fueron totalmente desgarradoras, tanto que me mantuvieron flotando por todo el día. Quería gritar, llorar, sonreír, reír y patalear por JungKook; solamente por él.
Inconscientemente mordí mi labio inferior intentando ocultar la gran sonrisa en mis labios al mismo tiempo que me obligaba a dejar de pensar en eso. Pero era algo imposible; saber que Jeon había tomado mi primer beso era algo simplemente maravilloso y emocionante para mí.
Y saber que siempre lo guardé para él era mucho mejor.
Mi objetivo era seguir apreciando al pelinegro con mucha tranquilidad, pero cuando sentí el auto detenerse todos mis sentidos se agudizaron. Las malas sensaciones volvieron a mí con mayor intensidad que hace un rato, sin embargo, se intensificaron al escuchar las palabras de Carlos.
—Hemos llegado.
Hemos llegado....
Mis puños se cerraron con muchísima fuerza al costado de mis muslos, de la misma manera que comenzaba a mover los pies con inquietud. Mi respiración se volvió irregular; el sube y baja de mi pecho era constante. En mi garganta se formó un nudo imposible de deshacer y mi estómago sufrió un repentino revoltijo.
En fin: me encontraba asustada.
—Vamos corderito —llamó Jennie con dulce voz.
Desconcertada la miré y asentí. —Si...
Lentamente salí del auto teniendo la ayuda de mi papá. De manera automática observé la gran casa frente a mí, y al hacerlo realmente me impresione.
Dicha era el doble de grande que la mía. Tenía una fachada elegante y antigua, como si de un palacio se tratase. En la parte delantera habían unos escalones que llegaban hacia la entrada principal completamente adornada por ventanales y bellas lámparas. Las paredes color beige se veían pulidas y nuevas, demasiado para mi gusto. A los costados habían muchos árboles y arbustos bonitos que sin duda le daban un mejor ambiente al lugar.
Pero a pesar de eso, seguía sintiendo las malas vibras.
Sin ni siquiera dar un paso vimos como de la puerta principal salían el señor y señora Manoban acompañados de algunos empleados. Por sus expresiones se veían alegres, sin embargo, conocía a la perfección que aquello era solo una horrible máscara para ocultar su verdadera identidad. Algo temerosa me oculté tras la figura de papá esperando a que esas personas nos invitaran a pasar.
—Buenas noches familia Kim, es un placer tenerlos aquí.
«Esa voz... es la misma del sueño...»
Alcé mi rostro decidida a verlos, pero en cuanto lo hice me quedé atrapada en la penetrante mirada del señor Manoban, y aquello solo me hizo ahogar un inconsciente grito. Sus ojos esta vez no ocultaban nada, por el contrario, mostraban en toda su expresión la oscuridad que rodeaba su nombre.
—El placer es nuestro —respondió mi madre ayudándome a salir del trance.
—Vengan, pasen a la casa. Son bienvenidos.
Era aquí cuando deseaba que la tierra me tragara.
Ví a mi familia caminar lentamente por las escaleras con algunos titubeos, yo realmente no me quedé atrás. Apresurando mi paso llegué a lado de mi padre para enrollar mis brazos alrededor del suyo en busca de protección, y cuando notó eso no dudó en acariciar mi cabeza con su mano libre.
Y para dar inicio a la tortura, entramos a la casa. Al instante en que puse un pie dentro sentí algo incrustarse en mi pecho, pero entonces supe que ya me encontraba en la boca del lobo; era momento de ponerme en función a la investigación, y eso incluía no poner de manifiesto mis emociones con algún tipo de expresiones.
Justo delante de nosotros iban los Manoban, viéndose rectos y misteriosos todo el tiempo. Primero llegamos a la sala principal; un lugar circular con gran amplitud que en los costados poseía dos escaleras, las cuales se unían en la parte posterior hacia otro de los pisos; mientras que en el centro había una linda mesa con flores, y sobre de esta colgaba del techo un gran y elegante candelabro.
Luego de eso nos adentramos en un largo pasillo que por un momento pensé que no tenía fin. Durante el camino se podían ver algunos cuadros en las paredes; la mayoría eran pinturas clásicas, otras eran fotografías de personas desconocidas para mí y muchas cosas más. Noté pocos muebles en ese pasillo, pero todos esos eran modelos antiguos y con una extremada calidad. También era necesario destacar la limpieza impecable del lugar, ya que básicamente no se veía ni un poco de polvo.
Un momento después me ví entrando por una gran puerta que llegaba al comedor. Ahí confirmé que se trataba de una casa con aspectos antiguos; porque los muebles, lámparas, decoraciones y más eran algo que en la actualidad no solía verse. Inspeccioné vagamente por los alrededores antes de fijar mi completa atención en la enorme mesa del centro, la cual iba desde un extremo a otro con varios asientos a los lados.
—Pueden sentarse mientras esperamos la comida.
Mi familia obedeció a la petición de la señora Manoban. Disimulé un poco para que no notaran mi intranquilidad, pero aquello me estaba costando demasiado. En cuanto me senté en el asiento entre mamá y mi hermana bajé la cabeza, ya que realmente no quería ver los rostros de esas personas.
Había un silencio incómodo, demasiado para poder soportarlo. Mi mano que se encontraba oculta de los demás comenzó a agarrar con extremada fuerza la tela de mi vestido, como si con esto pudiera calmar mi palpable irritación. Mi objetivo era no alzar los ojos, pero cuando sentí un par de pasos acercándose a nosotros me fue inevitable.
—Oh, buenas noches señores Kim. Perdón por el atraso —reverenció la rubia.
La presencia de Lisa en el salón realmente alivió la horrible tensión entre los presentes. Ella se veía muy bonita; usaba un vestido blanco pegado a su delgado cuerpo mientras sus zapatos constaban de unos tacones con la misma tonalidad. Tenía el cabello suelto dejándolo que cayera por su espalda y su flequillo se encontraba acomodado. La muchacha poseía poco maquillaje, solo un poco de rubor, delineado y una tonalidad natural para sus voluptuosos labios.
En cuanto me vio hizo una pequeña mueca acercada a una sonrisa con sus labios. Procedí a hacer lo mismo instantes después, viendo cómo lentamente se sentaba frente a nosotros. Ella no dijo nada durante ese rato, sin embargo, sus gestos y expresiones inquietas me hacían cuestionarme si verdaderamente ella estaba cómoda aquí.
Minutos después del tortuoso silencio los adultos procedieron a iniciar una charla casual; preguntando sobre su día a día, trabajo y temas más empresariales a los que realmente no estaba prestando atención. Todos mis sentidos estaban enfocados en las cosas y movimientos que cualquier maniático podría hacer.
Porque sí, no negaría que los Manoban me parecían unos locos.
Un momento después las sirvientas de la casa trajeron la comida. Se veía y olía muy deliciosa, tenía que aceptar los buenos gustos de esas personas. Algunas de las empleadas se quedaron cerca para supervisar algún deseo de sus superiores, de la misma manera que algunos hombres nos acompañaban, podía suponer que se trataba de seguridad.
Los alimentos me estaban tentando, no obstante, como toda joven inteligente no dí un bocado a la primera. ¿Y si la comida estaba envenenada? ¿Esta cena verdaderamente era un secuestro o movimiento del villano? No sabía, por eso debía ser cuidadosa. Esperé a que la otra familia comiera algo, y luego de confirmar que no había peligro decidí empezar a comer.
Los sonidos de los cubiertos contra el plato era lo único escuchado. Habían vagas conversaciones entre ambas familias que no me parecían muy profundas como para captar algo, y aquello sólo estaba aumentando mi ansiedad. Le estaba implorando a la vida que por favor no se dirigieran a mí, pero como siempre.... estaba destinada a las desgracias.
—Así qué... Olivia —habló el hombre—, ¿cómo te va en el colegio?
Mierda, ¿cómo se supone que hable sin balbucear?
Me mantuve en silencio y en total detenimiento por unos segundos, los cuales fueron interminables para mí. Sentía la necesidad de hablar, de responder de una vez por todas para alejar su intensa mirada de mí, pero nada salía de mi boca.
Tuve que imponerme decir algo, debía hacerlo. Así que luego de respirar hondo respondí con un simple: —Bien...
Metí un bocado de carne a mi boca rápidamente, aún sin alzar la mirada para verlo. Por el rabillo del ojo ví como dejó los cubiertos a un lado y limpiaba su boca con la servilleta antes de volver a hablar.
—¿Alguna materia complicada?
Nuevamente se me hizo difícil responder, pero no podía mostrarme frágil, no ahora. Así que con lentitud y muy dudosa alcé mis ojos para verlo, dando al instante con aquellos orbes tan peligrosos...
—Creo que..., química... —murmuré.
—Oh, Lili es muy buena en esa asignatura, ¿verdad hija mía?
Mis ojos se encontraron con los de la mencionada al instante. «¿Lili? ¿es ese su apodo?» La muchacha asintió decidida ante las palabras de su progenitor.
—Si necesitas ayuda, ella podrá ayudarte —comentó el hombre completamente sonriente.
—Si...
Me estaba volviendo loca en este lugar, por ese mismo motivo la necesidad de salir de aquí era cada vez más fuerte. Ya no era un deseo...sino una palpable necesidad.
—Es muy tímida, ¿no lo creen? —inquirió la señora Manoban con falsa ternura.
—Si...ella siempre ha sido reservada —aclaró mi madre manteniendo la vista en la comida.
—También creo que se debe a la falta de confianza. Durante nuestro acuerdo hace unos años no la conocimos...
Algo hizo click en mi cabeza cuando escuché eso. Mi momento ha llegado. Agudicé todos mis sentidos para prestar la atención necesaria a esta conversación interesante.
—Ella estaba algo enferma, y tampoco deseábamos que entrara en el mundo de los negocios a temprana edad.
Si bien la excusa de mi padre no era falsa, todo era completamente cierto. Sin embargo, sabía que detrás de eso se ocultaba algo mayor. Probablemente la verdad a todo esto...
Por décimo quinta vez en la noche observé a la rubia frente a mí. Ella estaba muy callada, como si temiera causar algo con el sonido de su dulce voz. Se concentraba únicamente en comer, pero a diferencia de hace unos minutos, ella estaba algo encogida en su lugar.
¿Estaba..... estaba teniendo miedo?
Esa duda me volvió curiosa, por lo que volví a inspeccionar alrededor. Di con la cara de cada empleado y guardia, así sucesivamente hasta llegar a una que sin duda me impresionó.
Había un joven observándome fijamente.
Teniendo en sus ojos una notable oscuridad....y también una sensación que ya conocía a la perfección....
Y en ese mismo instante.....solo pude escuchar el sonido de las manillas del reloj con demasiada fuerza.
Una horrible sensación de pánico y propio miedo invadió cada célula de mi piel, haciéndome estremecer y cerrar los ojos con una gran cantidad de fuerza. Agarré fuertemente los cubiertos entre mis manos soltando disimuladamente unos suspiros ajetreados debido a la falta de respiración, y por consiguiente volví a abrir los ojos para dar con su intensa mirada.
El joven tenía el cabello largo y de una tonalidad rubia. Poseía un elegante esmoquín que le daba una faceta seria e impresionante, tanto que me daba escalofríos. Sus facciones se veían juveniles; no era un chico tan joven, pero tampoco demasiado adulto. Los rasgos de su rostro eran asiáticos, y no negaría que también era atractivo, pero había algo en él que me estaba creando ganas de gritar, y aquello era su mirada.
Su tan profunda mirada.
Aquella que desde hace meses atrás me está poseyendo en los pasillos del colegio.
Lo ví toser disimuladamente para llamar la atención de los adultos, y cuando los Manoban pudieron notarlo sonrieron ampliamente.
—Oh, está aquí. Venga, lo presentaré ante los socios —llamó el señor Manoban.
>> Familia Kim, él es Kang JaeHyun: mi mano derecha.
«Y probablemente un loco asesino.» pensé.
Por la forma en que lo habían presentado parecía alguien importante para ellos, eso no me gustaba. Intenté evitar sus ojos, pero el muy desgraciados no paraba de verme.
—Lo recuerdo, trabajaba con ustedes cuando hicimos el contrato —habló mi padre con seriedad.
Sus orbes continuaron sobre mí haciéndome perder la cordura al cabo de los pocos segundos.
Es suficiente.
—Permiso, creo que debo ir al baño....
Mi voz y el sonido de la silla siendo arrastrada captó la completa atención de los presentes. Si antes estaba observada, pues ahora era peor. Todos me miraron sin expresión alguna, excepto el señor Manoban, quien pretendía parecer confundido pero en sus ojos se reflejaba algún tipo de emoción.
—Claro, ¿necesitas a alguien para...?
—No se preocupe, señor —sonreí falsamente—, encontraré el baño con ayuda de alguna empleada. Ahora, con permiso....
No esperé más para salir del gran comedor abriendo una de las grandes puertas que me llevaba al enorme pasillo ya transitado. Cuando verifiqué estar sola por el lugar inicié una caminata que tenía como único fin investigar todo lo posible, y de esa forma, aportar lo necesario a la investigación.
Pero mientras más avanzaba, más me cuestionaba por donde iniciar. No tenía todo el tiempo del mundo, y ese aspecto era el principal riesgo. Por otro lado, la casa era enorme; en cualquier lugar podría encontrarse una clave o pista. Así que teniendo ambas cosas en mente traté de ser observadora y captar lo inevitable.
Atravesando por el pasillo llegué a una amplia sala de estar, y en cuanto la vi mi mandíbula cayó. ¡Era hermosa! Toda la decoración era antigua, incluso los colores oscuros y claros combinaban para crear un maravilloso entorno. En el centro habían unos muebles color marrón de estilo elegante, y frente a ellos había una pequeña mesita de cristal. Alrededor de esos sofás se encontraba un juego de mueblería hermoso: desde grandes libreros y mesas, hasta un gran piano y estatua pequeña.
Inspeccioné todo. Y durante mis actos pude concluir que esta familia sobrepasaba a la mía en todos los aspectos. Los Manoban eran poderosos, demasiado, y aquello no era bueno en realidad. La espina que me daban era muy mala, ni siquiera sabía el porqué, por ese motivo era que me encontraba haciendo esto.
Luego de memorizar cada cosa en mi mente —por si en otro momento lo necesitaba— decidí salir de ahí. Volví a atravesar el pasillo, y mientras más caminaba un olor a jazmines inundaba mis fosas nasales.
¿Será algún aromatizante?
No tomando mucha importancia a eso continué hasta que llegue a una puerta. Cuidadosamente tomé el pomo y giré dejando que lentamente se abriera. A simple vista vi demasiados estantes, y supuse al instante que se trataba de una biblioteca.
Un "wao" casi inaudible salió de mis labios cuando la gran puerta se abrió por completo. Algo entusiasmada entré al lugar y comencé a observar a todos lados, corriendo y dando pequeños saltos.
La biblioteca era enorme. Montones y montones de libros en inmensos estantes con algunos muebles en los costados para sentarse y leer cómodamente. Sin embargo, lo más hermoso e impresionante era la iluminación proveniente de los vitrales. Dependiendo del color era como se reflejaban, para al final, mostrar en el suelo la silueta de una hermosa flor.
Un jazmín.
Sin perder mi objetivo principal, continué detallando los rincones, y durante mi paso noté algo en el costado de los estantes. Había un símbolo, algo parecido a un logo que mostraba a tres hombres sosteniendo unas trompetas...
Esperen....«¿dónde he visto eso?»
Para rectificar miré al costado de cada mueble, confirmando claramente que aquel logo significaba algo importante. Sin perder tiempo saqué mi celular del pequeño bolso y tomé una foto del símbolo para mostrársela a SeokJin luego. Algo curiosa observé cuanto tiempo había pasado, y demonios, tenía que volver ya.
Siendo veloz salí del local y continué caminando por los pasillos dispuesta a llegar al comedor. Mientras eso, presté atención a los cuadros que adornaban las paredes. Algunos eran retratos de la familia Manoban, estando personas que no conocía y otras que sí. Por otro lado teníamos algunas pinturas clásicas que conocía claramente, y me pareció peculiar, ya que mi familia era muy amante del arte, así como....
Un momento. Aquí hay algo....
Esto era demasiada casualidad, y mucho más en un caso como este. Mis padres eran fieles amantes de arte clásico; en casa teníamos millones de cuadros con pinturas, todos los pasillos estaban adornados con alguno que otro cuadro, y aquí...era exactamente igual.
Las mismas pinturas puestas en el mismo orden.
Y para ese entonces recordé a los Jeon: ellos igual eran amantes de la pintura, y en su vivienda en Busan tenían algunos retratos clásicos...
Para ese instante yo sólo podía preguntarme algo: ¿y si esto no es una coincidencia?
Y ahí recordé donde había visto el logo.
¡Pues claro! La fuente del último sueño: habían tres hombres sosteniendo unas trompetas. ¿Será que cada uno representa a las familias?
La casa del sueño. Por su aspecto externo era una enorme mansión en un pequeño pueblo, ¿y si los que vivían ahí eran los propietarios del lugar? Las tres familias que se representan en la fuente: Jeon, Kim y Manoban, ¿acaso serán dueños de ese lugar?
Pero las preguntas más importantes: ¿Las tres familias se conocían? Y de ser así.....¿que sucedió?
Necesitaba continuar indagando, era una jodida necesidad. Pero antes de que pudiera pensar más.....una puerta desconocida apareció frente a mí.
Más bien: unas grandes puertas.
Parecía la entrada a un sótano debido al lugar y el aspecto que tenía. Curiosa me acerqué e intenté abrir la puerta, pero inesperadamente estaba cerrado con llave.
Y ya saben: cuando algo está cerrado con llave, significa peligro.
De repente tuve la sensación de que ahí había algo, algo que yo necesitaba ver y tocar. Por ese motivo rebusque alrededor de la puerta algún compartimiento donde la llave pudiera estar, sin embargo, todas mis acciones se vieron interrumpidas cuando alguien hablo a mis espaldas.
—Olivia, ¿qué haces aquí?
≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪
Buenas noches 😪
¡Personitas bellas! Las extrañé un montón T_T hay mucho que contar.
Antes que todo, ¿Cómo están?
¿Que les ha parecido el capítulo?
Estuvo intenso, lo sé jaja.
¿Cómo van sus teorías? ¿Logré romperles el cerebro?
¿Algo que decir sobre los locos maniáticos?
¿alguna idea de quién capturó a Olivia?👀
Okey, lo digo mucho pero siempre siento la necesidad de disculparme con ustedes por la tardanza. Está semana....no fue muy buena, la verdad. Tuve los últimos exámenes, y eso vino de la mano junto a otros problemas personales que ni mencionaré. Pero en fin, tengo una buena noticia, y es que ya todo terminó: a partir de hoy tendré unas semanitas libres y aprovecharé para adelantar esto y otros proyectos UwU.
Aún así, pido una disculpa, por eso tienen cap largo :'D
Cómo pueden ver esta actualización tiene otra parte, la cual intentaré adelantar rápido para subirla en estos días. Son dos capítulos llenos de contenido, así que espero no agobiarlas. Y dato curioso, escribí esto escuchando Animals de Marron 5 (la letra no combina en su totalidad, pero si sirve)
Ahora sí, creo que ya mencioné todo lo necesario. Así que, me voy a mi rincón mientras leo sus comentarios XD.
Cuídense mucho bebus, descansen y coman bien. Y por supuesto, les deseo una linda noche <3
I love u allí💜✨
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