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❝Es imposible que tengas rivales, Jeon.❞
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Miércoles, 8 de enero del 2020
06:50 hrs


Miedo y oscuridad.

Era lo que aquella casa a lo lejos me propiciaba con solamente verla. Desde el lugar donde me encontraba no era tan visible, ya que un montón de árboles en su frente no permitían la simple vista, pero esto no evitaba que me sintiera de esa forma.

La fuente en el centro del pueblo —y aquella dónde me localizaba— era demasiado hermosa; en el medio tenía una columna que daba paso a tres hombres en la parte superior, estos sostenían unas trompetas y de ahí salían los elegantes chorros de agua. Alrededor de la columna predominaba un agua cristalina que dejaba ver en el fondo algunos dibujos abstractos, de la misma forma que el muro que limitaba el líquido los poseía.

Rodeando esa escultura los transeúntes pasaban realizando distintas acciones cotidianas; algunos hacían sus compras de lo indispensable, otros platicaban y reían, mientras que algunos niños corrían por las calles. Parecían habitar pocas personas ya que el ambiente era demasiado pacífico.

Nuevamente usaba el mismo atuendo del sueño anterior. Mi cabello realizaba una danza en el aire debido a las corrientes de viento que existían al igual que mi vestido.

Algo confusa comencé a observar a todos lados buscando algo interesante para ver. Esto era un sueño absurdo, o eso pensaba hasta que algo captó mi atención.

Una pareja vestida completamente de negro se dirigía a la entrada de esa casa. Siendo pacientes esperaron a que los grandes portones que daban a un camino se abrieran. Con mi ceño fruncido intenté descifrar quienes eran, procediendo a caminar un poco en su dirección pero deteniéndome cuando las puertas se abrieron.

Ambos iban a iniciar su paso, pero antes...se giraron un poco hacía mí y me observaron con detenimiento.

Ahí mi corazón saltó hasta mi boca y unas desagradables ganas de vomitar me invadieron, acompañado de la gran corriente eléctrica que atravesó mi columna vertebral.

Repentinamente todo se volvió oscuro en mi campo de visión, y lo único que pude escuchar fueron las palabras de una voz masculina que me decía:

«Encuentra la verdad....antes de que yo te encuentre a ti, Haenul

Mis ojos se abrieron bruscamente viendo primeramente el techo sobre mí. Sin perder el control giré mi cabeza hacia un lado para ver la hora en el reloj; 6:50 AM.

Pasé mi mano derecha por mi frente quitando la ligera capa de sudor que ahí existía. Me había levantado minutos antes que la alarma. Lentamente me senté en la cama para procesar toda la información y más importante, despertarme por completo.

Aunque con semejante sueño todo rastro de somnolencia había desaparecido.

De mi mente no salían aquellas dos personas y las palabras al final. ¿Qué querían decir? Los ojos de aquella pareja estaban cubiertos con gafas de sol, por lo que no pude identificar sus rostros en esos míseros segundos. Sin embargo, percibí su mirada, y con ello el pensamiento de haberla sentido antes se hizo presente. Y esa voz; juraría que la conocía de algún lado, eso estaba claro.

Decidí darme una ducha para refrescar mi mente. Era demasiado temprano para estar confusa, así que mejor me concentraría en el inicio de este nuevo día.

Mientras dejaba que la fría agua limpiara y relajara mi cuerpo algunos pensamientos pasaron por mi mente, especialmente lo relacionado con TaeHyung. El día anterior había sido muy fuerte, cuando me contó gran parte de lo sucedido simplemente pude quedarme en un estado de shock. Había imaginado millones de escenarios de la razón por la que Tae era así, pero nunca imaginé algo así de doloroso. Por lo que había resumido en su relato: el verdadero Kim TaeHyung era dulce y carismático, pero luego de enamorarse y sufrir aquel engaño sobre algo tan importante se volvió en lo opuesto con el fin de recibir odio. Ahora podía entender muchos de sus comportamientos; el día en la feria recordó a la chica, en su cumpleaños también lo hizo, la obra le trajo memorias, e incluso yo le recordaba a ella. La situación era mucho más complicada de lo que esperaba, pero me sentía bien de qué confiara en mí para contarme algo como eso.

Rato después estuve lista para salir a mi instituto. Ya había abierto la puerta de mi habitación cuando recordé lo que tenía que llevar a la clase de ética. Velozmente me acerqué a la cama y sostuve entre mis brazos el koala de peluche que había elegido para aquello.

Luego de una estresante búsqueda encontré ese muñeco azul que HoSeok me había regalado mientras estaba ingresada en el hospital. Tenía muy buenos recuerdos sobre ese día, y mucho más ya que fue ahí donde Hope y yo nos volvimos lo suficientemente cercanos.

Cuando estuve fuera de mi pieza solté un alargado suspiro y mostré mi mayor sonrisa. Esperaba ansiosamente que el día de hoy fuera mejor.

Pero claro, la suerte no suele ser mi aliada.

∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·

10:20 hrs

—Adelante chicos, es momento de escuchar sus trabajos. ¿Quién gusta ser el primero?

La profesora de ética estaba muy emocionada con esto. Luego de su comentario demostró una radiante sonrisa que logró contagiarnos a todos.

Habíamos salido al patio de la escuela para que nuestras pequeñas exposiciones fueran más agradables. Y era eficiente; estar al aire libre realmente relajaba a la mente.

Uno de nuestros compañeros levantó la mano recibiendo la invitación de la profesora para pasar al frente y exponer su objeto. De la misma forma, todos fuimos pasando poco a poco hasta llegar al turno de JungKook. Me encontraba curiosa sobre que había traído.

—Buenos días, mi nombre es Jeon JungKook y hoy me encantaría presentar algo demasiado significativo para mí —mostró su tierna sonrisa de conejito mientras escondía su objeto detrás de él, a simple vista parecía no ser pequeño—. Cabe destacar que tuve que mandarlo a traer desde mi antigua casa en Busan así que...

Muchos de nosotros soltamos unas risitas por su dulce carisma. Incluso la profesora de encontraba sonriendo.

—Jeon, acaba de mostrarlo~ —molestó un caprichoso JiMin de manera burlona.

—Shhh, déjame eliminar mis nervios, dios —lo vi cerrar sus ojos con fuerza para luego suspirar y hablar más seguro—. Esta es mi cosa significativa.

Y sin más preámbulos saco de su espalda un estuche negro dónde supuestamente debía haber una guitarra. Bajo los murmullos y atentas miradas de todos lo abrió y saco la guitarra de madera clara, y en ese momento me sentí fallecer.

«No puede ser...»

—¿Saben? —continuó— desde que soy pequeño me gustaba cantar. Lo hacía un poco mal, si, pero un niño nunca tienes preocupaciones —sonrió tiernamente—. Mi padre al ver ese interés en mí decidió regalarme su antigua guitarra. Recuerdo ese día como si fuera ayer, y mucho más todos esos recuerdos con ella.

—¿Has compuesto canciones?

—Si, tengo algunas —rió luego de contestar la pregunta de la profesora.

—¿Y qué con esa frase en la parte trasera?

Jungkook fijó su vista en el lugar señalado por uno de mis compañeros y sonrió con nostalgia. Lentamente dejó ver aquellas palabras, y yo me arrepentí de haber leído.

Still With You.

Mi corazón sintió un fuerte apretón con eso. Las inmensas ganas de llorar se hicieron presentes, y en serio quería hacerlo. Pero mucho más deseaba correr hacia él y decirle de una vez todo; quería hacerlo, lo necesitaba, pero cada vez que lo pensaba el miedo de perderlo volvía a aparecer.

Su débil risa me hizo volver a prestarle atención. En sus ojos había un brillo nostálgico, pero que ocultó muy bien con su sonrisa.

—Es algo demasiado importante para mí.

Y con eso finalizó su exposición. Una ronda de aplausos fue dada por nosotros hacia el pelinegro. Este último sonrió débilmente y volvió a su antiguo lugar.

—Señorita Kim, ¿le gustaría ser la próxima?

Asentí algo nerviosa mientras me posaba al frente de todos mis compañeros. Ser el centro de atención nunca había sido mi mayor deseo, y desde que tengo uso de razón siempre me ponía extremadamente nerviosa; y aquí el porqué del notable temblor en mis manos. Escondiendo el peluche tras mi espalda dejé salir un suspiro y me preparé para hablar.

—Buenos días, mi nombre es Kim Olivia y hoy quiero contarles una historia sobre el objeto que he traído hoy.

Mi voz salió un poco temblorosa, pero impresionantemente me sentía con más seguridad, por lo que no desperdicie esa realización y mostré el muñeco a todos. Disimuladamente observé al pelinaranja, quién yacía sentado sobre es césped y me observaba con melancolía. Luego de regalarle una sonrisa opté por continuar.

—Cuando me mudé a New York hace mucho tiempo atrás pensé que mi estancia ahí sería horrible. Estar en otro continente lejos del tuyo con diferentes culturas, costumbres, idioma, comidas y mucho más era muy difícil. Durante los primeros años no establecí ningún tipo de relación con nadie; era muy tímida y me daba miedo ser rechazada por los demás. Pero todo esto hasta que conocí a uno de mis mejores amigos.

En ese momento observé a HoSeok sin discreción alguna y volví a sonreír.

—Él era alguien parecido a mí; no era bueno socializando y solía ser demasiado penoso. Ambos comenzamos a hablar sin poseer una verdadera amistad hasta que algunas circunstancias lograron eso —suspiré agotada al recordarlo—. Pasé por muy malos momentos donde simplemente deseé desaparecer, pero él estuvo ahí para mí. En uno de esos días me regaló este peluche, diciéndome que cada vez que estuviera triste lo abrazara para así animarme. Desde ese instante nació una bonita y duradera amistad de la cual nunca podré estar arrepentida. Les presento al Koya, mi preciado peluche.

Al terminar con mi corta exposición pude respirar con más tranquilidad. Mis compañeros aplaudieron y soltaron algunos chiflidos provocando visiblemente me sonrojara. Pasando un mechón de mi cabello tras la oreja pude ver cómo HoSeok se levantaba de su lugar y acto seguido me abrazara fuertemente. Unas risitas se escaparon de mis labios ante su acto de cariño y sin dudarlo correspondí.

—Te quiero~ —murmuró con ternura al separarse un poco

—Y yo más a tí, mi solecito.

Alcé mi mano para alcanzar su cabello y despeinarlo. Él hizo un adorable puchero para luego sonreír como niño pequeño.

—Hermosa anécdota, Olivia, me ha gustado mucho. Ahora, ¿próximo?

Ésta vez HoSeok y yo nos quedamos parados en una esquina para visualizar mejor la próxima exposición. Lalisa se levantó del suelo y se paró frente a todos luego de comentarle algo a la profesora.

Al igual que los demás estudiantes ella escondía su objeto detrás, y a simple vista parecía algo pequeño. Acomodando un poco su cabellera rubia sonrió sin mostrar sus dientes e inició a hablar.

—Buenos días, soy Lalisa Manoban y ahora deseo poder comentar sobre mi artículo de hoy —hizo una pequeña pausa para sacar una cajita negra que se volvió el centro de atención para todos—. Antes de nacer mis padres mandaron a fabricar una especie de prenda única en el mundo con la cual pudiera estar identificada. La usé durante toda mi niñez, se había vuelto algo muy especial para mí; nunca podía salir de casa sin ella ya que lo sentía como mi amuleto de la suerte. Pero un día durante unos arreglos de la casa terminó perdida en algún lugar —sonrió débilmente—. Y hace unas semanas mientras hacía una limpieza en mi habitación la encontré, cosa que me hizo demasiado feliz y por eso opté en traerla a la clase.

Sin más rodeos abrió la pequeña caja y automáticamente un brillo se hizo presente. Lisa sacó de ahí una prenda que a simple vista no pude captar, pero cuando mi vista se agudizó....una horrible sensación inundó mi cuerpo.

No, no puede ser.

Bruscamente mi estado de ánimo cambio. De repente dejé de sentirme aliviada para comenzar a sentir la ansiedad recorrer mis venas. Un nudo en la boca de mi estómago me provocaron muchas ganas de vomitar; y estaba considerando hacerlo. Mi respiración se volvió irregular y cortada al mismo tiempo que todo mi cuerpo daba ligeros temblores.

—¿Olivia? ¿Estás bien?

La voz de HoSeok se sintió muy lejana a pesar de que se encontraba justo detrás de mí. Me sentía fría, por mi piel caían gotas de sudor y podía jurar que me encontraba pálida. Con la vista nublada pude ver cómo todos posaron su atención en mí y llamaban mi nombre desesperadas veces, pero no tenía el control sobre mi misma. La neblina cesó para dar paso a una exasperante oscuridad, teniendo como único recuerdo el objeto:

La misma horquilla que usaba de pequeña.


JEON JUNGKOOK
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—¡Olivia! —llamé con visible preocupación.

Caminé rápidamente hacia ella con una horrible presión en mi pecho. La pelinegra yacía desmayada entre los brazos de HoSeok, éste último la sostenía con fuerza para luego cargarla como princesa.

—Jeon y Jung vayan a la enfermería con ella —ordenó la profesora en un preocupado tono.

Todos estaban confundidos por lo sucedido; Olivia se veía muy bien hace apenas unos minutos, que perdiera la consciencia repentinamente sin duda nos había tomado desprevenidos.

Asintiendo a esas palabras, HoSeok y yo procedimos a correr a la enfermería. En el camino no paré de observarla ya que realmente se veía mal. ¿Qué demonios había sucedido ahí? Era algo que me tenía muy curioso y preocupado.

—¡Necesitamos ayuda! —gritó HoSeok cuando llegamos a nuestro paradero.

Las enfermeras no tardaron en venir en cuanto escucharon el llamado. Juntos ayudamos a poner a Olivia sobre una camilla mientras las demás se acercaban con algunos utensilios para comenzar a examinarla. Una de las señoras con aproximadamente 50 años caminó hacia nosotros luego de mirar a la pelinegra.

—¿Qué fue lo sucedido? —inquirió la mujer tomando entre sus manos una hoja y lápiz.

—Estábamos en clase de ética; ella hizo su exposición con tranquilidad y minutos después se desmayó.

Mi explicación fue algo vaga, pero en ese mismo momento mi cabeza estaba totalmente concentrada en la salud de ella. Sentía miedo, no sabía específicamente porqué, solo aseguraba que no era por algo bueno.

—Al parecer la joven Kim tuvo una fatiga, ¿la razón? Puede ser variada; depende de la situación del paciente. Lo mejor es esperar a que despierte y que ella misma hable. Por ahora necesita descansar, es lo mejor para su cuerpo —soltó un alargado suspiro para luego alzar débilmente sus comisuras—. Pueden quedarse aquí si desean, ahí hay unas silla.

Luego de escuchar algunas indicaciones por parte de la fémina decidió dejarnos solos para cumplir con otras tareas. El ambiente se volvió silencioso y un poco incómodo, el único sonido escuchado eran nuestras respiraciones agitadas. Me senté en una silla justo al lado de la joven y dejé que mi cuerpo reposara en el respaldar, pasé una mano por mi cabello para intentar relajarme y liberar todas las tensiones, pero se me estaba haciendo difícil. Volví a mirar a la pelinegra con detenimiento notando como su piel volvía lentamente a la normalidad.

—¿Qué crees que pasó? —le pregunté al pelinaranja después de unos minutos.

—No lo sé...hasta ahora solo puedo creer en las palabras de la enfermera...

Se veía un poco tenso, pero podía suponer que se trataba por al estado de su amiga.

—Llamaré a sus padres para que vengan a recogerla, ahora vuelvo —avisó antes de salir del lugar, dejándome solo con ella.

Posé mis ojos sobre la chica por enésima vez desde que llegamos. Me sentía extraño y no quería creer que se trataba de ella, pero una mala vibra me estaba molestando. Delicadamente tomé su pequeña mano y entrelacé nuestros dedos a pesar de que ella no se encontraba consciente. Se sentía suave y un poco fría, pero al cabo de los segundos entró en calor gracias a mi tacto.

Olivia estaba frágil, sentía la necesidad de encerrarla en una burbuja para que nada malo le pasara. Quería protegerla, sin embargo, no era algo posible.

Cuidadoso me acerqué un poco más a la camilla y con mi mano libre saqué algunos cabellos rebeldes de su rostro. A pesar de estar en un mal estado seguía viéndose hermosa, demasiado para mí. Delicadamente presioné mis labios en su mejilla dejando un casto beso. Hice un pequeña mueca con las comisuras y continué apreciando cada detalle de su perfecto perfil.

Segundos después HoSeok entró a la habitación con su celular en la mano, y lo primero que notó fueron nuestras manos entrelazadas, cosa por la cual frunció un poco el ceño.

—¿Pudiste comunicarte con los Kim? —pregunté para sacarlo del trance al que había entrado.

El pelinaranja asintió lentamente mientras se acercaba un poco más a mí. —Están de camino.

Moví mi cabeza de arriba a abajo y volví a mi acto actual, pero esta vez admirando la imagen de nuestras manos juntas. Sus dedos pequeños se veían muy adorables entre mis manos grandes; necesitaba un foto de esto, eso era seguro.

El carraspeo de la garganta de HoSeok llamó mi atención. Curioso lo observé esperando que dijera algo más.

—¿Mh?

—JungKook....¿puedo hacerte una pregunta?

El tono bajo de su voz hizo que creara muchas ideas para nada buenas sobre esa pregunta. Por alguna extraña razón estaba nervioso y ni siquiera sabía de qué trataba, sin embargo, la seriedad de Hope me dió un escalofrío.

—Si...

«Hasta mi voz sale en un balbuceo, genial Jeon.»

Lo vi tragar saliva con dificultad mientras evitaba mi mirada. Perfecto, si antes tenía nervios ahora me estaba muriendo de miedo. Jugando con sus dedos posó sus ojos en nuestras manos y acto seguido sobre los míos.

—¿Te gusta Olivia?

Oh, vaya...

Vale, no mentiré que lo suponía, pero aún así me había tomado desprevenido. Bajé la mirada hacia nuestras manos para evitar que viera el vergonzoso sonrojo en mis mejillas; misión imposible. Podía jurar que mi corazón estaba a punto de atravesar mi pecho, los latidos eran muy fuertes. Levanté mi cabeza para encararlo, y al verlo alzando una ceja en espera de la respuesta comprobé que no valía la pena negarlo.

—Si, ella me gusta...

Joder, se sentía tan bien decirlo.

Estaba esperando una mala reacción de su parte, pero al verlo alzar las comisuras de sus labios y observar a la pelinegra sentí como el alma volvía a mí cuerpo.

—Ya lo sabía, solo necesitaba confirmarlo —rió un poco mientras acariciaba el cabello de la chica.

Mis ojos se abrieron demasiado luego de escuchar aquello. Las expresiones de mi rostro demostrando confusión e impresión le provocaron a HoSeok una estruendosa carcajada.

—¿Tan obvio soy? —unas pequeñas risitas se escaparon de mis labios mientras hablaba.

—Oh, yeah. Eres demasiado obvio, JungKookie. No entiendo cómo Olivia no lo ha notado —me regaló una radiante sonrisa.

Observé a la fémina con una pequeña sonrisa y mi rostro más rojo que un tomate. Quería mencionar algo, pero las palabras de HoSeok me hicieron detener.

—¿Sabes? Olivia es como una hermana para mí. La quiero muchísimo, como amigo —aclaró esto último con una divertida sonrisa—, y por ésto me prometí protegerla ante cualquier cosa. JungKook, sea lo que sea que hagas...por favor no la lastimes...

>> Eres un chico bueno, de eso no tengo dudas, pero si llega a llorar por tí yo mismo iré a golpearte. Estas advertido.

Cuando lo vi señalar un dedo a mí dirección con esa expresión seria asentí frenéticamente y alcé una de mis manos como si fuera a hacer un juramento.

—Prometo no lastimarla. Y de ser así te doy todo el permiso del mundo para que vengas a destruir mi rostro.

Ante esas palabras el pelinaranja dejó salir una risa nasal mientras negaba con su cabeza.

—Y por otro lado, ¿eres un rival para mí? —bromeé.

HoSeok alzó una ceja en mi dirección y negó rápidamente con su cabeza para volver a reír.

—En esto es imposible que tengas rivales, Jeon.

—¿Por qué lo dices?

Se mantuvo en silencio unos segundos antes de verme a los ojos y sonreír sin mostrar sus dientes.

—No es nada.

Íbamos a continuar charlando, pero un movimiento en mi mano hizo que prestara mi atención en la joven. Los ojos de Olivia se estaban abriendo lentamente mientras intentaba moverse un poco. Hope y yo nos vimos por un instante antes de que el primero hablara.

—Buscaré a la enfermera.

KIM HAENUL
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11:02 hrs

Una poca luz se fue adentrando a mis ojos cuando pude abrirlos. Las siluetas de dos chicos eran borrosas para mí al igual que los sonidos se escuchaban a los lejos. Mi conocimiento estaba volviendo poco a poco. Sentía un punzante dolor en mi cabeza que me hacía querer cerrar los ojos nuevamente, sin embargo, uno de los chicos estaba tomando mi mano y acariciando mi rostro con suavidad.

—Olivia, ¿me escuchas?

Su voz la pude reconocer claramente. No me sentía con fuerzas para decir nada, apenas estaba saliendo del trance al que había entrado. Cuando mi vista comenzó a ser estable pude verlo; su cabello largo caía sobre su frente cubriendo sus grandes orbes que demostraban preocupación.

—JungKook.... —un murmuro fue lo que salió de mis labios.

—Shh, no digas nada. Estoy aquí contigo, todo estará bien —su sereno tono lograba tranquilizarme.

Instantes después las enfermeras llegaron. Con cautela me ayudaron a sentarme para así examinarme de una mejor forma. Hicieron algunas preguntas sobre el porqué de mi desmayo, sin embargo, no podía contar la verdad, por lo que simplemente me limité a decir que estaba muy nerviosa por la exposición y que tuve un fuerte dolor de cabeza.

No era tan alejado de lo cierto; tuve una fuerte carga de emociones en ese momento y aquello —acompañado de la impresión— me provocó un fatiga.

—Jóvenes, es mejor esperar a que lleguen sus padres. Por ahora dejemos sola a la señorita.

—Espere....¿puedo quedarme un momento? Quiero hablar sobre algo —pidió el pelinaranja a la enfermera.

Ella dudó un poco, pero al final terminó accediendo. JungKook se detuvo un momento para tocar el hombro de HoSeok y acto seguido acarició mi cabeza.

—Estaré afuera, si me necesitan solo llámenme.

Y así el local quedó solamente para nosotros. Podía suponer sobre que quería hablar HoSeok, debido a eso me encontraba muy tensa, sin embargo debía ocultarlo de la mejor manera.

Las circunstancias que me habían llevado a tal situación no eran fáciles de manejar. El tema implicaba parte de la investigación, y como dijo SeokJin: era algo que debíamos mantener oculto.

—¿Qué sucedió ahí? Pero esta vez dime la verdad.

Su tono de voz fue demandante pero sin perder ese toque de tranquilidad. Aún así mi interior sufrió un montón de descargas eléctricas, debía ser cuidadosa y no decir nada que pudiera perjudicarme.

—No mentí Hoseok. En serio estaba muy nerviosa, y esa sobrecarga de emociones no fue buena para mí.

Él asintió algo dudoso sin dejar de observarme.

—¿Tomaste tus medicamentos?

—Si, desde aquel día no me he descuidado más.

—¿Has tenido consultas con tu doctor?

—Hace unas semanas tuve una, dijo que todo estaba bien —declaré con seguridad, pero al ver que a diferencia de mi HoSeok desconfiaba decidí tomar su mano y sonreír—. Oye, no sucede nada, fue un simple desmayo.

—¿Estás segura de eso?

Estaba preocupado, podía entenderlo, por esa razón le regalé una genuina sonrisa para que notara mi buen estado.

—Si Hope, estoy bien.

El muchacho alzó un poco sus comisuras y se acercó hasta mi para abrazarme. Soltando una risita correspondí a su dulce acto.

—¿Hija?

La voz de mi madre me sobresalto al instante. ¿En que momento había llegado? Sin aviso alguno se acercó hacia mí y comenzó a examinar mi rostro.

—¿Mamá?

—Ay pequeña —ella enrolló mi cuerpo entre sus brazos con mucha fuerza—. Me asusté demasiado cuando HoSeok llamó, ¿te encuentras bien?

—Un poco mejor ahora —sonreí débilmente.

—Tu padre está afuera conversando con las enfermeras, nos iremos ahora.

Durante unos minutos mi progenitora ayudo a levantarme y salir al exterior donde mi papá estaba. Este al verme corrió hacia mí y me dió un fuerte abrazo.

—Ya todo está bien, Olivia.

Sus labios se posaron en mi coronilla, dejando ahí un dulce beso que me hizo sonreír. Unos pasos ajetreados me hicieron girar sobre mi eje para así ver a JungKook correr con mi mochila entre sus manos.

—Aquí están sus cosas, señores Kim.

—Muchas gracias a ambos por cuidar a nuestra hija, en serio se los agradezco.

—No es nada señora Kim, si necesitan algo pueden contar con nosotros —habló JungKook con mucha amabilidad.

Este se dirigió a mí y me regaló una sonrisa antes de acercarse para besar mi frente.

—Cuidate, princesa —murmuró únicamente para mí.

Sin poder evitarlo un sonrojo se implantó en mis mejillas. ¿Como demonios él era capaz de crear eso en situaciones como estas? Alejándome poco a poco sonreí y asentí mientras formulaba un “lo haré” que claramente pudo entender.

Instantes después mis padres y yo nos encontrábamos en la entrada del instituto. Íbamos tranquilos durante el camino al auto, pero aquella tranquilidad se esfumó con la simple aparición de dos personas.

—Oh, señores Kim. Es un placer verlos.

Detuve mi caminar instantáneamente al escuchar eso. Mamá y papá miraban atentamente a esa familia tan tenebrosa para mí mientras yo no era capaz de alzar la cabeza.

—Igualmente, ¿que los trae por aquí? —quiso saber mi padre.

—Vinimos a resolver unos asuntos, ¿y ustedes?

—Olivia no se encontraba bien por lo que vinimos a buscarla.

—Oh, espero que se mejore pronto.

Las sonrisas del señor Manoban realmente me daban escalofríos. Podía verlas por el rabillo del ojo, y juraba que cuando habló en mi dirección un sistema de alerta se encendió en mi interior.

—¿Saben?, mi esposo y yo estuvimos pensando en hacer una cena entre ambas familias. Con esto podíamos ponernos al día sobre nuestras vidas durante todos estos años, ¿que les parece?

No, por favor no.

Lo que menos quería era estar encerrada junto a esa familia. Sentía que no podía con eso. Tenebrosa examiné las expresiones de mis progenitores; nunca los había visto tan tensos.

—Eh.... nosotros....

—Es una excelente idea, ¿no lo creen? Además, sería una oportunidad para que ambas niñas creen vínculos. Así que, ¿que dicen?

Mi padre observó a mamá luego de esa interrupción. Entre ellos se dijeron algo a través de las miradas para luego incorporarse frente a la otra familia.

—Está bien, aceptamos.

Genial, debería morirme antes de que eso suceda.

—Entonces todo perfecto —la señora sonrió—. Esta semana podrá suceder. Ahora debemos irnos.

—Tengan un buen día.

Y sin esperar respuesta ambos señores se fueron. Mis padres se quedaron quietos en su lugar sin decir o hacer nada, mientras yo por mi parte me hundía entre todos los pensamientos de mi mente.

Sabía que esa cena sería algo malo, mi instinto de alarma me hacía percibirlo. No quería ir, sin embargo, el hecho de que tal vez pudiera servir en la investigación me daba un sentimiento de curiosidad.

Pero entre todos los pensamientos de mi mente, uno en específico me estaba molestando, y era la visualización de algo que hasta el momento me daba escalofríos.

Sus miradas...¿Por qué siento que las he visto antes?

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¡Hola! Ha llegado su salvación :D
Okno, mis entradas son pésimas.
¿Como están mis bonit@s?
¿Me extrañaron?
¿Que les pareció el capítulo de hoy?
¿He alimentado su cerebro con teorías?👀

Saben, iba a actualizar en el cumple de Jimin, pero la escuela me dejó sin tiempo y ni siquiera pude editar el cap jaja.

Y ahora, yendo a un tema que me interesa, ¿Vieron el concierto? XD. La impotencia que sentí anoche fue demasiada, literal.
Vi el inicio en naver, pero como todos saben las apps se cayeron jaajajs. Y ya saben: links ilegales. Cuando comencé con la retransmisión en la cadena televisiva estaba todo bien: buena calidad y comodidad, pero lo malo eran los malditos anuncios. En fin: no pasaron ni diez minutos y me quedé sin internet 😂
Por lo que básicamente no vi mucho.
¿Ustedes pudieron disfrutar?

Bueno, ya me voy~~
¡Cuídense mucho! Tomen awita y descansen bien. Se les quiere un montón <3

Psdt 1: Happy birthday Jimin (atrasado)
Psdt 2: JUNGKOOK CON LENTES TE REZO (ojalá hubieran cumpleaños todos los días)
Psdt 3: Coreografía de Run BTS se te reza 🛐✨
Psdt 4: ya me voy XD

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