⚘. ▎31
❝¡Todo es mi culpa!❞
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KIM HAENUL
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Martes, 7 de enero de 2020
07:29 hrs.
—Agh, ¿qué cosa podrías llevar, Olivia?
Haciendo esa pregunta a mí misma continué buscando por los cajones y el armario algo “significativo” que pudiera llevar a la próxima clase de ética. No sabía que pensó la maestra al dictar aquel pequeño trabajo donde todos los estudiantes que cursaban la asignatura teníamos que llevar algo valioso con lo cual nos sintiéramos identificados y hablar sobre ello frente a la clase. Era algo...¿innecesario? Si, pero no podía negarme, solo debía encontrar algo y presentarlo.
Pero el problema era: ¿Qué es ese algo? ¿Y dónde está?
Me salvaba el hecho de que ese proyecto era para el día de mañana y al menos tenía más tiempo para buscarlo.
Terminé de arreglar mi cabello y uniforme para proceder a bajar al comedor donde mis padres desayunaban cómodamente. Mamá leía el periódico mientras bebía de su taza de té y papá revisaba unos papeles que posiblemente se trataban de la empresa.
—Buenos días hija —saludó mi progenitora al verme.
—Buenos días mamá, ¿sobre qué lees? —estiré un poco mi cabeza para ver sobre el papel.
—Cosas de trabajo —suspiró agotada—. Hoy tenemos algunas reuniones importantes, puede que lleguemos algo tarde.
Asentí frenéticamente mientras dejaba salir una sonrisa. Tomé los cubiertos sobre la mesa y comencé a digerir mi desayuno, el cuál por su sabor suponía que fue hecho por mamá.
El ambiente era cómodo pero demasiado silencioso, el único sonido existente era el de nuestros cubiertos contra los platos. Durante ese lapso de tiempo mi cabeza inició con sus locos pensamientos y recuerdos, decidí no tomarles mucha importancia, no obstante, hubo uno que me hizo detener.
«Se que no puedes contar con tus padres para ésto, pero necesitaré que aunque sea saques algún tipo de información; no importa si es pequeña o grande. Al final, los datos más insignificantes tendrán importancia.»
Las palabras de Jin resonaron en mi cabeza como si de un eco se tratase. Mis manos comenzaron a temblar disimuladamente al igual que mi respiración se volvía entrecortada. Alcé un poco mis ojos para ver a mamá y papá sumisos en sus acciones, era el instante perfecto. Nerviosa hice un carraspeo con mi garganta para llamar su atención y así poder hablar.
—Mami, papi... ¿puedo hacerles una pregunta?
—Si cariño, ¿sucede algo? —quiso saber mi padre con preocupación.
—No, no —reí—. Es solo que... recordé algo y me siento curiosa —jugué con los tenedores antes de suspirar—. ¿Recuerdan aquella horquilla con forma de rosa que usaba de pequeña?
«Por favor, cooperen»
Mis padres se observaron entre sí con un poco de rareza para luego asentir, cosa que me invitó a continuar.
—Bueno... solo me gustaría saber de dónde provino aquella cosa tan hermosa.
—Si mal no recuerdo... —mamá acarició su mentón con sus dedos pulgar e índice— fue un regalo de unos antiguos amigos.
—Wao —demostré falso asombro—. Deben ser ricos, esa prenda parecía valer un mineral.
Mis comentarios sonaban completamente normales, era imposible que alguno se diera cuenta.
—Es cierto —afirmó papá—. Oh, deberías ir saliendo, Olivia.
Dudosa observé la hora en mi celular, mala idea. Sin aviso alguno me levanté del asiento y bese las mejillas de mis padres.
—¡Llego tarde! Adiós —grité mientras alcanzaba mi mochila.
La estruendosa risa de mamá fue lo último que escuché antes de salir de mi casa y acercarme al auto donde Carlos me esperaba.
—Buenos días, Olivia.
—Buenos días, Carlos, ¿podríamos apurarnos? Estoy llegando tarde.
—Perfecto señorita, llegaremos justo a tiempo.
Mi chófer arrancó al instante y comenzó su camino al colegio. Mientras tanto tomé mi celular y revisé algunos mensajes para matar el tiempo. Sin embargo, esa acción se vio detenida por un pensamiento que me había mantenido curiosa por todo el día anterior.
TaeHyung había faltado al colegio y YoonGi se veía muy raro. Sentía que algo sucedía, pero por más que pensaba no se me ocurría nada coherente. Sólo podía imaginar que festejaba con su familia debido al cumpleaños de su hermana, pero la extraña sensación de que era algo diferente me estaba asfixiando.
Sin ni siquiera darme cuenta el auto se detuvo frente al instituto. Sacudiendo un poco mi cabeza para entrar a la realidad me despedí de Carlos y salí de ahí.
No habían muchos estudiantes en la entrada como el día anterior, sólo algunos que charlaban de temas variados. Apurada me adentré en el lugar y dirigí mis pasos a los casilleros. Extrañamente muchas de las chicas miraban embobadas algo desconocido para mí, pero que debido al ajetreo no pude prestar atención.
Saqué las cosas necesarias para la primera clases y cerré mi casillero dispuesta a llegar al salón sin prevenir que una voz me sacara de mis pensamientos.
—Olivia. Buenos días —saludó con aquella radiante sonrisa mientras yo simplemente lo observaba confundida.
—¿SeokJin?
—El único y original —puso una expresión coqueta.
Aquello me causó una carcajada. Ahora entendía porqué a las muchachas les salían corazones por los ojos.
—¿Qué haces aquí? —cuestioné mientras iniciaba a caminar junto a él.
—Vengo a hacer una investigación, pero que quede entre nosotros... —se acercó un poco a mí oído— es por lo que me contaste.
Mis bellos se erizaron por la mención de ese hecho. No negaría que me encontraba bastante paranoica, ya que incluso cuando me encontraba sola observaba a todos lados
—¿Y qué excusa utilizaste para cubrir eso?
—Solo mencioné que haría una inspección, nada fuera de lo común...
—¡Olivia!
Giré sobre mi eje para observar al causante de ese grito. Una inconsciente sonrisa se formó en mis comisuras cuando el pelinegro se acercó a nosotros bastante emocionado. Escuché el suspiro de Jin a mi lado, cosa que me hizo girar a verlo.
—Veamos que puedo saber de tí, Jeon JungKook...
—Buenos días —saludó el aludido con una enorme sonrisa.
—Buenos días, Kook.
Las mejillas del chico se tiñeron de un color carmesí repentinamente. Sin embargo, toda su expresión cambió cuando vio a Jin con más detenimiento.
—Señor Kim SeokJin. Es un placer tenerlo aquí.
—El gusto es mío —correspondió al saludo con una gran sonrisa—. Hoy haré una pequeña inspección, espero que no moleste en las actividades escolares.
—No sucede nada. Usted haga su trabajo —JungJook soltó una leve risita antes de posar sus ojos en mí y luego en el castaño—. ¿Se conocen?
—Ajá, soy un amigo de la familia —aclaró mientras pasaba un brazo por mi hombro.
La mandíbula de JungKook se tensó un poco, pero la sonrisa en su rostro no paró de existir. Hizo una pequeña “o” con sus labios mientras asentía levemente.
—Eso es genial. Bueno, lamento decir que ya debemos entrar a clases, así que —me observó nervioso—, Olivia.
—Ya voy —volví a sonreír antes de incorporarme frente a Jin.
—Ve, nos veremos por ahí.
El castaño esbozó una sonrisa de costado y alzó sus dedos pulgares en forma de apoyo, yéndose por los pasillos en cuestión de segundos.
Mientras veía su espalda alejarse sentí como sostenían mi mano con delicadeza. Posé mis ojos en JungKook, notando el precioso brillo de sus orbes mientras un ardiente sonrojo se formaba en mis mejillas. Quise ocultar el rostro para que no pudiera notarlo, pero el chico se apresuró y puso su mano libre en mi mejilla derecha.
Su tacto era tan suave y cálido que me hizo llegar a otro universo. Totalmente enajenada me hundí más a su mano, intentando obtener más contacto del que ya existía.
El efecto de JungKook.
Soltando una adorable risita quitó aquella parte de su anatomía de mi mejilla y la posicionó en mi cabello para acariciarlo levemente.
—Vamos.
Asentí a su propuesta y lo seguí por todo el pasillo hasta llegar a nuestro salón. La mayoría de los estudiantes estaban ahí conversando o jugando en grupos. Sin prestarle atención a ellos me senté en mi puesto y comencé a organizar todo para cuando llegara el profesor.
Una vez que el hombre de treinta y nueve años entró al salón todo se volvió silencioso. Los alumnos se colocaron en sus respectivos asientos y mantuvieron la tranquilidad al conocer el carácter pesado de nuestro superior.
La clase inició con normalidad. Como en todo salón de clase existían quienes prestaban atención y quiénes simplemente querían acostarse a dormir. Traté de comportarme como la primera, pero un papelito sobre mi cuaderno me hizo perder la concentración.
¿Alguna vez te han dicho lo hermosa que eres sonrojada?
Una tonta sonrisa se formó en mis labios luego de leer aquello. Negando con la cabeza tomé mi lapicero y escribí una respueta.
¿Qué tu crees, Jeon?
¿Estaba jugando con fuego? Si, probablemente, pero no me importaba.
Sabes, quiero invitarte a salir. Hace mucho no tenemos una tarde solo para nosotros. (♡ω♡)
¿Qué te parece?
Mi pobre corazón se volvió loco cuando procesé la información existente en el papel. Soltando un tembloroso suspiro contesté a la respuesta, y con mi cuerpo en un estado de frenesí le entregué el papelito.
Me parece una maravillosa idea, joven Jeon :3
Solo diga cuando y dónde.
Por el rabillo del ojo noté como JungKook sonreía abiertamente. Conectó nuestras miradas por unos instantes antes de acercarse a mí lado y susurrar:
—Nos vemos en la entrada del instituto a las tres en punto. Esperaré su estancia, señorita Kim.
∙· • • • ❀ • • • ∙ ·
12:56 hrs.
—Bueno chicos, antes que todo quiero agradecerles por estar aquí. Me alegra mucho que hayan aceptado la propuesta de participar en la obra. Viendo sus cualidades en la actuación son los perfectos para interpretar a cada personaje. Les prometo que esta experiencia será divertida.
Una pequeña ronda de aplausos por parte de nosotros hizo presencia. La profesora del taller de teatro nos regaló una sonrisa antes de girar sobre sus talones y sostener una carpeta.
—¿Sobre qué tratará la obra? —preguntó Rosé luego de alzar su mano.
—Es una excelente pregunta, señorita Park. Respondiendo a ella puedo decir que la idea ha sido creada por mí luego de un largo proceso —explicó con serenidad—. La obra de primavera habla sobre un gran grupo de amigos, los cuales serían ustedes, que cuentan a través de los escenarios la belleza de la juventud, pero también esa parte oscura y lamentable. Existirán algunos romances, conflictos interiores y exteriores, más otras cosas.
»Ayer decidí que Olivia y JungKook serían los protagonistas: una pareja de amigos cariñosos que al cabo del tiempo atraviesan esa barrera.
La señora Song se acercó a nosotros y nos entregó las hojas con los respectivos guiones. Algunas risitas tímidas por parte de los demás se escucharon y eso fue suficiente para que un sonrojo se posara en mis mejillas.
—Esto es obra del destino.
Alzando mi vista hacia Nam le regalé una mirada fulminante, dicha que fue correspondida con una dulce sonrisa.
—La pareja secundaria estaría interpretada por Eun Byul y TaeHyung...
—Espera, ¿qué?
Todos los presentes en el lugar reímos como locos por las confundidas expresiones de la castaña. Pero al contrario de ella, Tae se encontraba demasiado tranquilo, ni siquiera había hablado en toda la tarde. Estaba demasiado apagado, mucho más de lo usual, y aquello me preocupó.
—Lo que escuchan. Ustedes dos actúan de maravilla, realmente necesitan ese papel. Ambos son una dulce pareja que debido a varios problemas se ven obligados a separarse.
Luego de entregarle las hojas a ambos optó por mencionar los demás personajes.
—Señorita Manoban, usted hará el personaje de la hermana de Olivia. Una joven tranquila y amigable, pero que lamentablemente no tiene una buena conexión con su hermana debido a sucesos pasados.
La rubia asintió emocionada mientras ojeaba dentro de la pequeña carpeta en sus manos.
—¿Hay algún personaje malo?
—Si, JiMin, en realidad hay dos —la mujer sonrió—. Serán interpretados por YoonGi y Rosé.
Una ola de chiflidos de escaparon de los labios de los chicos mientras los pelirrojos se observaban algo emocionados.
—Quien diría: la dulce Rosé siendo la mala —bromeó una juguetona Byul.
—Ustedes dos desean tener venganza contra la pareja principal, ya que ésta les arrebató lo más preciado para ustedes.
—A su amor, ¿no es así?
—Afirmativo, joven Jung —la mujer se incorporó hacia el aludido—. Usted y NamJoon serán los chicos populares del colegio que mantienen una excelente relación con JungKook, pero que también ayudarán en esos momentos de tensión durante la obra.
>> Y tú, JiMin, serás el mejor amigo de Olivia y el chico que siente un amor no correspondido por la antagonista.
Las expresiones relajadas de JiMin cambiaron totalmente luego de eso. Noté como su facciones se tensaron, pero haciendo una excelente actuación sonrió y tomó las hojas.
—Revisando los diálogos puedo notar que esta obra será muy buena. La felicito, profesora, ha hecho un buen trabajo —halagó el pelinegro a mi lado.
—Gracias a ustedes nuevamente por participar. A partir de mañana comenzaremos los ensayos ya que no falta mucho para la obra —anunció mientas veía su reloj—. Ahora debo ir a una reunión con los profesores, quédense aquí y debatan abiertamente sobre sus papeles, ¿están de acuerdo?
Afirmamos al unísono.
Una vez que la maestra salió del salón nos sentamos en grupos y comenzamos a hablar sobre las escenas. Yo me encontraba junto a las chicas riendo y dando algunos pequeños gritos por la emoción de lo que veíamos. Sin duda esta obra sería interesante.
—Esperen, aquí hay un beso —señalé sobre la carpeta de Byul.
Con las emociones a flor de piel leímos la escena, y fue inevitable no gritar ante la imagen mental.
—Esto es horrible, ¿por qué con él? —refunfuñó la castaña.
Soltando una risita observé al peligris, quién actualmente hablaba con YoonGi en una parte más alejada. Se veía algo...¿molesto? No sabía descifrar las expresiones en su rostro, pero si podía suponer que no era algo bueno.
—El destino está de tu lado al parecer —bromeó Lalisa con un sugestivo movimiento de cejas.
—El destino está al lado de Olivia en realidad —destacó Byul—. Demonios, te ha tocado ser la pareja de un bombón asesino.
Y sin más estallé en risas al escuchar eso. Las demás rieron levemente para que los chicos no notaran nada.
—Es cierto, aún estoy esperando un beso de ustedes dos.
—Ya —protesté mientras fulminaba a Rosé.
Iba a decir algo más, pero las voces de YoonGi y TaeHyung lograron interrumpir el momento.
—¿Es en serio, TaeHyung? —habló YoonGi luego de soltar una sarcástica carcajada—. Te estás comportando como un idiota.
—No, no es así y lo sabes, YoonGi.
—¿Cuando piensas superarlo? ¿Eh? Por lo que veo estarás toda tu vida así, pero tienes que comprender que ella ya no está.
—Basta —pidió el peligris algo frustrado—. No quiero escucharte...
—Tienes que escuchar y comprender la verdad, Kim, ¡ella ya no está!
—¿¡Crees que no lo sé, imbécil!?
—Oigan, cálmense por favor. Vamos a tranquilizarnos...
—No te metas en esto, HoSeok.
El aludido retrocedió un poco luego de la advertencia de YoonGi. Todos nos habíamos levantado para intentar comprender que estaba sucediendo.
—Todo esto es culpa de ustedes, yo no...
—Su pérdida fue culpa tuya, TaeHyung —los ojos de YoonGi se cristalizaron un poco y su voz se cortó—. Fue culpa de ambos. Si tu no hubieras sido un egoísta e idiota tal vez ella pudiera haberse salvado, pero no, ella decidió hacerte feliz; quería verte sonreír. Y ella tuvo la culpa por nunca prepararte para la verdad, pero aún así —rió débilmente—, te estás volviendo un imbécil sin razón alguna.
—No, no es verdad... —Tae retrocedió unos pasos—. Por favor, detente.
—¡Tu vida debe continuar! Con ella y sin ella, ¡deja de ser un maldito amargado y cumple tu promesa de ser feliz!
Y desde ahí todo sucedió en cámara lenta. TaeHyung comenzó a dar zancadas hasta YoonGi con la intención de golpearlo, pero los chicos fueron más rápidos y detuvieron las desgracias.
—Hey, hey, hey. Tranquilos, ya.
JungKook agarró a TaeHyung por detrás, sin embargo, este último se soltó con brusquedad y salió del lugar rápidamente. No despegué mi vista de él, se veía muy afligido.
—¿Qué demonios fue todo esto? —quise saber visiblemente confundida.
—Preguntale a él, tal vez sea momento de que te cuente la verdad —escupió Min con su ceño fruncido.
Observando la puerta por dónde Tae había salido tragué saliva, y cuando iba a comenzar mi paso una mano en mi muñeca me detuvo. Giré un poco para encontrar a JungKook algo preocupado y confundido, pero antes de decir algo él tomó la palabra.
—Ten cuidado, por favor.
El tono de su voz me tranquilizó un poco. Haciendo una leve mueca con mis labios asentí y bajé del escenario con el fin de buscarlo.
Una vez fuera del teatro comencé a caminar por los pasillos del instituto. Pero raramente no había ningún rastro de él.
—¡TaeHyung! Oye, ¡Tae!
Grité su nombre desesperadas veces, pero nuevamente, nada. Había buscado por toda la escuela, ¿dónde se había metido? ¿y por qué salió del lugar de esa manera?
Soltando un exasperado y cansado suspiro opté por dirigirme al último lugar sin revisar del colegio: la azotea.
A grandes y seguros pasos llegué a mi paradero. Con cautela abrí la puerta sintiendo una congelada ráfaga de viento chocar contra mi cuerpo. Una vez que estuve ahí busqué con la vista al muchacho, frunciendo mi ceño cuando lo noté estático en su lugar y con la vista hacia el exterior.
Tenía como objetivo acercarme, pero fui detenida cuando su gruesa voz resonó en los alrededores.
—Vete de aquí, Olivia.
—Solo quiero saber cómo estás y...
—No tienes que saberlo. Vete —demandó aún sin verme.
—¿Qué te pasa? ¿Por qué peleaban tú y YoonGi?
—No te interesa...
—¡Basta Tae! ¡Quiero ayudarte! Pero no puedo cuando te cierras de esa manera. Habla conmigo, ¿a qué se refería YoonGi cuando dijo que fue tu culpa?
—Basta...
—¿Por qué estás tan sensible?
—Olivia...
—¿Por qué...?
—¡CALLATE DE UNA BUENA VEZ!
Su desesperado grito me hizo retroceder unos pasos. Ahogué un grito debido a la impresión del momento sintiendo mi corazón latir sin freno alguno. Con temor observé a los ojos de Tae, y eso fue suficiente para percibir una horrible corriente eléctrica por mi columna. En sus orbes solo había oscuridad, miedo, desesperación.
—¿Acaso no te das cuenta? Por culpa del amor terminé lastimado —habló con exclamación—. Por culpa de ese estúpido sentimiento perdí a una persona más que importante en mi vida. ¡Todo es mi culpa!
—Tae...
—No hables, no tienes derecho a opinar en esto. Al final eres igual a ella: tan hipócrita y egoísta. Eres una maldita...
Luego de esas palabras un sonido seco fue lo único escuchado. Había abofeteado a TaeHyung por la impotencia que corría en mis venas. Y me arrepentí al instante. Su cara estaba girada hacia un lado mientras una mueca sarcástica la adornaba.
—Atrevete a decir eso nuevamente. ¡Vamos! Anda, dilo —pedí con las lágrimas en los ojos—: acabas de decir que me parezco a esa chica, ¿sabes lo que eso significa?
Él lo sabía, y lo pude comprobar cuando su rostro se contrajo en furia. No sabía a qué se debía esto, pero sin duda no era nada bueno.
No obstante, entre todos los escenarios que pasaron por mi mente, ninguno se pareció a lo que estaba a punto de suceder. TaeHyung me observó fijamente a los ojos, lleno de enojo y notable tristeza. Sin previo aviso su brazo se levantó lo suficiente para coger impulso, y sin ningún tipo de aviso lo quiso dirigir a mi rostro. No podía actuar con elocuencia, por lo que simplemente cerré mis ojos en la espera del impacto.
Pero nunca llegó.
Al contrario, a mi lado se escuchó un fuerte estruendo que me provocó abrir los ojos con notable sorpresa.
TaeHyung golpeó unas cuantas veces la pared mientras descargaba una parte de sus sentimientos. Mis ojos se cristalizaron ante la imagen tan dolorosa de él. Sus manos estaban lastimadas, había sangre en sus nudillos, pero sabía que aquel dolor no era nada comparado con aquello que existía en su interior. Al ver que no se detenía posé mis manos sobre sus hombros para que reaccionara, y cuando lo hizo... lloró.
—Ven aquí.
Atraje al chico a mi cuerpo en un fuerte abrazo mientras dejaba algunas caricias en su cabello. TaeHyung correspondió al instante sin dejar de sollozar; estaba soltando todo su dolor en aquellas múltiples lágrimas.
Se encontraba demasiado alterado.
—Lo siento, lo siento tanto Olivia.
—Shhh, no pasa nada, tranquilo —acaricié su cabellera—. ¿Quieres decirme que sucede?
Al comienzo no respondió, pero unos segundos después lo sentí mover su cabecita en un leve asentimiento. Aún afligido se separó para observarme. Sus ojos dejaron de mostrar furia para pasar a poseer otro tipo de sentimiento.
—¿Me odiarás luego de que hable?
No podía sostener su mirada, era demasiado triste y dolorosa. Tampoco estaba segura de poder aguantar lo que contaría, pero hasta el momento yo era su mayor consuelo, por lo que sin dudar sonreí levemente y murmuré:
—No lo haré Tae, es una promesa.
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Hola ( ◜‿◝ )♡
¿Me extrañaron?
¿Como están mis bonit@s?
¿Que les pareció el capítulo de hoy?
¿Dudas? ¿Teorías? ¿Encontraron algunas respuestas a sus preguntas? 👀
Y también pido perdón por próximo cap :'D
Les pagaré una terapia cuando esto termine, i promise jaja.
Creo que ya no hay más nada que decir 🤭 ¡Espero que su inicio de semana sea bueno!
Cuídense, coman y descansen bien, tomen awita y ámense <3
I love u~.
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