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⚘. ▎17

❝¿Hasta cuándo será así?.❞
╰─────╮•╭─────╯

—¿Tú? —espetó.

—Chico desconocido —murmuré.

El ambiente que alguna vez fue cómodo...se desvaneció. Los mayores nos miraban totalmente confundidos, buscando una explicación a nuestras palabras.

—Eh...¿ustedes ya se conocían? —cuestionó mi hermana.

Iba a mentir diciendo que no, pero recordé que a mí lado se encontraba Jin: una persona capaz de darse cuenta de esas cosas debido a su trabajo. Tragué saliva con dificultad y respondí:

—Algo así... nos conocimos en el festival.

—¡Oh! —se sorprendieron— entonces no es necesario la presentación, vamos a entrar —habló JiSoo.

¿Que hice en mi vida pasada para merecer esto? Dios me odia, ya lo tenía claro, pero esto era la confirmación absoluta a los hechos.

Los adultos entraron al lujoso restaurante mientras el peligris y yo ni siquiera movíamos un hueso de nuestro cuerpo, hasta que él se dignó a hablar.

—Vaya, el mundo es muy pequeño, ¿no crees? —se burló.

—Cierra la boca, Kim.

Con un poco de enojo y nerviosismo entre al lugar, sentándome junto a mi hermana. Pero para mi sorpresa, el único asiento disponible para el muchacho estaba a mi lado, significando solo una cosa.

«¡Tierra, trágame ya!»

—Olivia, ¿cómo te va en el colegio? —interrogó JiSoo.

—Bien, todo está genial...—los nervios se notaron en mis palabras.

—¿Te costó acostumbrarte nuevamente a Corea? —esta vez la pregunta fue de Jin.

—No, fue fácil, no he perdido el alma de aquí —reí—, también en New York practicaba el idioma y me mantenía informada sobre los sucesos que ocurrían, las costumbres y...todo.

El chico sonrió gustoso por mi respuesta.

—Eso es algo genial, yo también viví tiempo fuera de Corea y al contrario de tí no hice nada de eso ;bueno, en ese momento era solo un imbécil —añadió.

—Eres...en realidad —susurró Taehyung por lo bajo.

Quise reír, pero me contuve al notar que Jin lo había escuchado, regalándole una mirada reprobatoria al peligris.

—Asi que, Tae ¿cómo te va a ti? —cuestionó el castaño al susodicho.

—...¿Normal? Supongo —limitó a decir.

Esto será más difícil de lo que imaginé.

—Ambos estudian en el mismo año, ¿sabían?

—Lo supuse —respondí a mi hermana.

De repente la mesera se acercó a nuestra mesa para pedir las órdenes, interrumpiendo la incómoda conversación que se mantenía. Aún me encontraba con los pelos de punta, pues en ningún momento imaginé que justamente él sería esa persona con la cuál debía que socializar, y no negaría que eso me ponía extremadamente nerviosa.

El tiempo pasó rápido y la cena transcurrió normal. Todos entablaron conversación aunque también existieron sus momentos vergonzosos, la mayoría causados por Taehyung a quien realmente no le importaba nada.

Nos encontrábamos saliendo del lugar, logrando que mi mente pensará que este sería el final, pero como dije anteriormente: la vida me odia.

—¿Por qué no van a caminar un poco? —aconsejó mi hermana.

Rápidamente observé al peligris a mi lado, el cuál tenía la misma cara indiferente de siempre. Iba a negarme a la idea, pero me lo impidieron.

—Es una excelente idea, vayan, nosotros estaremos aquí —avisó JiSoo.

Y así es como había terminado caminando en silencio por un parque solitario con el “chico desconocido”. ¿Cómo era posible que esa persona tan irrelevante en mi vida se convirtiera en una parte importante de esta? No lo sabía, pero había sucedido.

Ambos no habíamos pronunciado una palabra en todo camino, así mismo como no nos habíamos mirado a los ojos. El ambiente tenso era notable, no se podía negar, y eso me causaba más desesperación.

—Nunca pensé que tú serías el hermano de JiSoo —aclaré, decidiendo romper el hielo.

—Y yo tampoco pensé que tú serías la hermana se su mejor amiga —atacó.

—El mundo es muy pequeño.

El chico sonrió socarrón y se dignó a mirarme.

—O el destino está de nuestro lado, dulzura —se burló.

Rodeé los ojos y formé una leve sonrisa en mi rostro, manteniendo la mirada al frente.

—Sabes que no debes hacer esto.

Conocía a lo que refería, razón por la cuál suspiré y lo observé de reojo, admirando su hermoso y masculino perfil.

—Sinceramente....yo no estoy muy ansiosa de hacerlo —reí admitiendo—, pero lo intentaré.

—Entonces haré todo lo posible para que no puedas ni intentarlo.

Esta vez lo encaré mientras alzaba una de mis cejas, logrando que él mostrara esa sonrisa tan irritante.

—¿Hay alguna razón?

—Solo no quiero ayuda de nadie —respondió sin importancia.

Terco.

Me limité a asentir continuando con mi paso. Realmente no sabía que hacer para “ayudarlo” si se pondría con esa actitud, sin embargo, no perdía las esperanzas con respecto a ello.

—Así que eres Kim TaeHyung —mencioné llamando su atención—, lindo nombre.

—Ya lo sé, dulzura —mostró su ego.

—Aunque me gustaba más “chico desconocido”.

TaeHyung mostró una mueca de asco sacándome una carcajada, al parecer era fácil molestarlo.

—Te dije que ese apodo apesta, es horrible...¡Auch!

Se quejó exageradamente cuándo golpeé su brazo, mirándome con sus ojos más abiertos de lo usual.

—No apesta, realmente te identifica —aclaré.

—Ajá....¡hasta hace unas tres horas! —vociferó mientras acariciaba su brazo.

—Ya basta, ni que te haya golpeado tan fuerte —reí adelantando mi paso.

—¡Claro que sí! Estoy seguro de que mañana lo tendré con un moretón.

—Con esto te das cuenta que el apodo “dulzura” no se aplica todo el tiempo en mí —comenté triunfante.

—Te denunciaré por acoso.

—Hazlo, chico desconocido.

—Con gusto, hongo.

Paré en seco por lo último que dijo, girando sobre mi eje para encararlo con una mirada de muerte.

—¿Cómo me has llamado?

—Hongo.

Golpeé su brazo nuevamente, ganandome una mirada desconcertada del chico y luego de eso unos gritos.

—¿¡Por qué me golpeas ahora!?

—¡Por haberme llamado hongo!

—Te pareces a uno, por eso te...

No terminó de hablar ya que recibió otro golpe de mi parte, y luego de ese muchos más, obviamente sin la fuerza necesaria para lastimarlo. Mientras me dedicaba a eso él reía levemente disfrutando verme enojada, pero ese sentimiento fue reemplazado por el nerviosismo cuando sus fuertes manos tomaron mis muñecas, logrando que nuestros rostros quedaran un poco cerca y no pudiera moverme.

—¿Qué haces? —cuestioné con un ligero temblor en mi voz.

«¿Por qué me estoy poniendo roja?»

—Vaya, pero que nerviosa estás —se burló—, sin duda sigues siendo dulce.

Fruncí mi ceño tratando de verme enojada: acción imposible. A él le pareció gracioso, y como siempre siguió burlándose.

—Terminaré asesinándote cuando te vuelva ver —avisé.

—Mh...ya lo veremos —jugó soltando mis muñecas.

Solté un suspiro agotador sabiendo que este muchacho sería muy difícil de tratar. Taehyung observó el reloj en su muñeca, sorprendiéndose en la acción.

—Es tarde, volvamos.

Comenzamos a caminar de vuelta al restaurante. El camino volvió a ser silencioso, pero no incómodo; al contrario, sentí una calidez a diferencia de unos minutos atrás. Me había acostumbrado a su presencia a pesar de que no lo soportaba en algunos momentos, y por un momento tuve la esperanza...de que todo estaría bien.

Minutos después llegamos con los mayores, despidiéndome amablemente para dirigirme al auto con mi hermana, no sin antes escuchar la voz de TaeHyung decir:

—Nos vemos, dulzura.

Reí levemente mientras entraba al auto donde Carlos nos esperaba, y ahí supe lo que vendría.

—¿Cómo te fue? ¿Hablaron? —interrogó Jennie con desespero.

—No empieces —reí—, si hablamos un poco.

—...¿Y?

—Es un insoportable —volví a reír—, espero no terminar en la cárcel por asesinato.

—Solo ten paciencia con él —rió—. Tae es un buen chico, solo que... diferente.

—Lo se —suspiré—, tiene una personalidad única.

—¿Y cómo es eso de que ambos se conocían? —preguntó curiosa e impresionada.

—Si, increíble pero cierto. Fue en el festival, tuvimos una casual conversación y luego no nos volvimos a ver, hasta hoy.

Bueno, no hay que contar todos los detalles, ¿o sí?

—¿Sabías que era él?

—No, por eso estaba tan sorprendida cuando lo vi.

—Vaya, entonces creo que te será más fácil, corderito.

—Si....eso espero —murmuré observando por la ventana.


LALISA MANOBAN
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Domingo, 20 de octubre del 2019
18:37 hrs

—¡Jeon EunWoo, ven aquí! —vociferó el pelinegro.

—¡No! Señorita Lisa, ayúdeme —pidió el pequeño.

Comencé a reír cuando el hermano de Kook se escondió detrás mío. Rápidamente me dediqué a protegerlo entre mis brazos mientras soltaba pequeñas risitas.

—Lisa, no lo defiendas —pidió JungKook.

—¿Como no voy a proteger a esta ternura?

—Ternura mi trasero, él es un diablo.

Solté una fuerte carcajada ante las palabras de mi amigo, viendo cómo este corría hacia su hermano y le comenzaba a hacer cosquillas.

—¡Hyung! No, por favor —el pequeño comenzó a reír.

—Esto es para que no vuelvas a poner picante en la leche de plátano —advirtió JungKook, evitando no reír.

—Para o le comento a Lisa sobre tu novia.

Rápidamente el Jeon mayor se detuvo, manteniendo una expresión de sorprendido en el rostro mientras yo solo procesaba la información.

—Cierra la boquita.

—¡Lisa! Mi hyung tiene novia.

—Ahora si, corre jovencito —advirtió JungKook.

EunWoo salió como una flecha por la puerta de la habitación, cosa que aprovechó JungKook para cerrarla. Cuándo se giró a mí pude notar esa sonrisa inocente, y ahí fui consciente de su significado.

—¿Cómo es eso de que tienes novia? —bromeé—. El día que tengas una se ganará mis respetos por aguantarte.

JungKook rió nervioso antes de acostarse en el espacio vacío en la cama. Con timidez me observó y procedió a explicar.

—Ayer quise salir un rato con Olivia, pero EunWoo formó un berrinche aquí mismo porque quería ir y bueno, la conoció.

Asentí aguantando una risa, pues conocía esos berrinches y como colmaban la paciencia de JungKook.

—¿Se portó bien? —cuestioné.

—¿En serio me estás preguntando eso? —puso los ojos grandes—. Lo quería matar ahí mismo.

Esta vez no me contuve y reí fuerte bajo la molesta mirada de él.

—Se puso a preguntar cosas incómodas, y también a decir cosas incómodas —aclaró.

—Es por eso que no debes llevar a EunWoo contigo —concluí riendo.

En su habitación hubo un silencio para nada incómodo, antes de que él hablara.

—¿Irás al gimnasio con nosotros?

—¿Y estar con un trío de adolescentes hormonales? No, gracias.

JungKook comenzó a reír por mis palabras para luego acomodarse en una posición adecuada y así observarme.

—¿Entonces que harás en una noche de domingo?

—Estar en mi habitación viendo maratones de series en Netflix mientras rompo mi dieta por un día; ya sabes, lo contrario a pensamientos indecorosos como los tendrán ustedes.

—¡Yah~! ¿Cómo que pensamientos indecorosos?

—Claro, no serán los únicos en ese gimnasio, JungKook —reí—. Habrán chicas, chicas con mucha carne y no dudo en que mirarán.

El aludido posó su mano en su pecho fingiendo estar ofendido y con mucho dramatismo pronunció:

—Lisa, yo no soy un pervertido.

—¿Te doy el Óscar? —jugué.

—... Ya no te quiero —se cruzó de brazos e hizo un puchero.

Reí levemente y golpeé su hombro en forma de juego.

—Si me quieres, feto —le saqué la lengua—, se que no eres un pervertido, o bueno, no uno tan grande comparándote con los a demás.

JungKook bufó y volvió a posar sus ojos sobre los míos, mirándome con curiosidad.

—Así que estarás en tu casa —murmuró lo suficiente alto para que pudiera escucharlo.

Asentí con mi cabeza mostrando una sonrisa incómoda, y por la forma en la que frunció sus cejas supe que iba a preguntar.

—¿Tus padres estarán, Lisa?

Ante esa pregunta simplemente me dediqué a evitar su mirada posando mis grandes ojos en el techo mientras buscaba algo que responder. Mis manos comenzaron a jugar con el anillo en mi dedo, acción que fue detenida por Kook al posar sus manos sobre las mías.

En su mirada existía una confianza tan grande que me convenció para responder.

—Si....—limité.

—Es raro que quieras estar en casa con ellos ahí.

—Lo se, pero como siempre...me mantendré al margen.

JungKook asintió con una mueca que no pude descifrar. De repente la puerta de su habitación fue abierta, dejando ver a la madre del chico.

—JungJook, tus amigos ya llegaron —avisó con una sonrisa.

—Ahora mismo bajo —dijo con la mayor calidez del mundo.

A pesar de tener sus percances, siempre ambos volvían a tener ese amor de madre e hijo, ese amor que tanto yo anhelaba.

—Creo que ya me iré, y tú también debes —reí levantándome de la cama.

Kook imitó mi acción y mostró su más honesta sonrisa. Ambos bajamos hasta la planta baja, encontrado a NamJoon y JiMin con un look muy deportivo.

—Hola, tontos —saludé, dirigiéndome a la entrada.

—Hola, rubia indeseable —habló JiMin.

NamJoon rodó los ojos y mostró una sonrisa en mi dirección: sin duda era más respetuoso. JungKook se acercó a mí depositó un beso en mi mejilla, para luego pronunciar:

—Si me necesitas...iré.

Asentí para luego girar sobre mis talones, no sin antes hacer un ademán de despedida.

Entré al auto que me llevaría a casa, colocando los audífonos en mis oídos mientras concentraba la vista en las calles de Seul; aquellas que solo eran alumbradas por las luces de los grandes edificios.

Cuando llegué a mi hogar dirigí mis pasos sin decir nada hasta mi habitación, pues básicamente no había nadie. Unas horas después sentí el sonido de un auto llegar, por lo que con disimulo observé a través de la ventana, viendo a mis progenitores salir del transporte con aquel aspecto misterioso que siempre tenían.

Rápidamente solté el libro que mis manos cargaban, apagando las luces y adentrándome en mi cama fingiendo estar dormida. Como lo supuse, unos minutos después la puerta de mi habitación se abrió, dejando entrar la luz del pasillo y mostrando la silueta de mi madre. Estuvo un momento así hasta que vi como la puerta volvía a cerrarse, cosa por la cual suspiré aliviada.

«¿Hasta cuando será así?»

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Holi :D
¿Como se encuentran chikis?
¿Les gustó el cap?
¿Que creen que le sucede a nuestra amada Lisa? 🤔

Creo que a partir de ahora las cosas se pondrán buenas 😂
Razón por la que debo prepararme psicológicamente.

Y con esto me voy, tengan un lindo día!
Se les quiere mucho :3

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