Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

⚘. ▎14

❝Te equivocaste, si estoy aquí para defenderla.❞
╰─────╮•╭─────╯


KIM HAENUL
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

Miércoles, 16 de octubre del 2019
16:28 hrs

—¿Quieres más gomitas? —ofrecí.

—Si, por favor —pidió el pelinegro.

Me encontraba junto a JungKook en su centro comercial ya que él había planeado tener nuevamente una "cita", si es que puedo llamarla así. Había pasado una semana desde el festival y debido al poco tiempo que tuvo el chico no pudimos reunirnos hasta hoy.

Estábamos sentados en el suelo del área de ropa, aquella dónde nos escondimos cuándo la aglomeración de chicas comenzó a seguirnos. Charlamos de temas triviales mientras compartíamos unas gomitas de colores, era increíble que en tan poco tiempo pudiera acostumbrarme a su presencia sin tener que pensar en el pasado. Aún no me sentía totalmente lista para revelar quién era en realidad a pesar de las millones de oportunidades que tuve, pues tenía miedo de su reacción.

—¿En qué piensas? —cuestionó con la boca llena.

—En nada...¡Yah~! Te comiste todo —refunfuñé al notar el paquete vacío.

—Lo siento~, deberías saber que tienes que estar pendiente a mí cuando de comida se trata —rió.

Y tanto que lo sé.

—No pude comer nada —abulté mis labios al mismo tiempo que cruzaba los brazos en el intento por verme molesta.

—Sabía que algo como esto sucedería, por eso...—metió la mano en el bolsillo de su sudadera— conseguí uno más —y sacó otro paquete de gomitas.

Rápidamente se lo arrebate escuchando su sonora y hermosa risa. Abrí la envoltura y metí unas gomitas en mi boca bajo la mirada del muchacho.

—¿Qué me miras? No te daré —advertí.

—Ya sé que no me darás —sonrió—. Veo que te gustan las cosas dulces como a mí.

—Amo los dulces.

—Entonces me amas a mí, ¿cierto? —preguntó con una adorable sonrisa en su rostro.

Y mis mejillas se prendieron de fuego. Evité su mirada y sonreí levemente, pues tenía un poco de razón...pero no lo aceptaría.

—Cállate —ordené.

—Pues yo sí te quiero —soltó de repente.

«¿Que demonios le haces a mi corazón, Jeon JungKook?»

—¡Yah~! —reí cubriendo mi rostro.

—Mírame a los ojos.

Negué con mi cabeza, pues lo que menos quería era observar esos ojos tan grandes y expresivos que tenía, esos ojos que lograban poner nervioso a cualquiera, especialmente a mí.

—Mírame, Olivia —pidió esta vez con un tono más serio.

Lentamente quité las manos de mis ojos para verlo, encontrándome con esa mirada que tanto admiraba en él; esa mirada con la que analizaba todo a su alrededor, y en la cual juraría haber visto una galaxia cuando ligeramente curvó sus labios en una sonrisa ladina. No me cansaba de decirlo: JungKook era realmente atractivo.

Evité su visión cuando sentí mis mejillas calentarse, y debido a esa acción escuché una risita de su parte. Se removió en su lugar en una posición más cómoda mientras se robaba una gomita del paquete en mis manos, ganándose una mirada fulminante de mi parte.

—Te dije que no podías cogerlas.

—¿O si no qué?

Rodeé mis ojos y seguí comiendo—No vale la pena.

—Mañana se realizará un evento de caridad en el colegio, no sé si escuchaste sobre eso.

—No, no sabía nada —me acomodé en mi lugar para observarlo mejor.

—Pues ya lo sabes, al igual que con el festival... seré el encargado —suspiró—. Lo bueno es que te tengo una sorpresa.

—¿Una sorpresa? ¿A mí? —cuestioné asombrada.

—Si, no te diré de que trata....solo sabrás que verás una nueva faceta de mi.


∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·

Jueves, 17 de octubre del 2019
10:12 hrs

—Así que hoy hay un evento.

—Por lo que conozco, si —respondí guardando las cosas en mi casillero.

—Con razón el patio está decorado —mencionó la pelirroja imitando mi acto—. Me pareció ver a un grupo de estudiantes dirigirse al lugar, ¿echamos un vistazo?

—Si, vamos.

Cerramos nuestros casilleros y caminos por los solitarios pasillos hasta llegar al patio, encontrando a todos los estudiantes rodeando algo o a más bien, a alguien. Pasamos entre la gente para tener una mejor vista de lo que sucedía, siendo testigo de como un conjunto de chicos vestidos de negro hacían aparición.

Estaban encapuchados y usaban unas mascarillas, dejando sus ojos al descubierto. De repente una música hizo presencia y el enérgico baile de esas personas no faltó. Comenzaron a mostrar sus pasos de baile, acompañado de patadas y volteretas en el aire, como si de taekwondo se tratase.

Eran realmente buenos, no se podía negar. En cuestión de segundos habían sorprendido a todos los presentes con solo unos pasos de baile, en especial aquel chico que se encontraba en el centro, el cuál realizó una vuelta en el aire sorprendiendo a muchos y dando por finalizado el acto.

Y desde ahí todo fue en cámara lenta. El muchacho quitó la capucha de su abrigo dejando a la vista su cabello negro y procedió a bajarse la mascarilla, mostrando así todo su rostro. En ese momento los gritos de todas las chicas se hicieron presentes, mientras que yo intentaba ocultar el sonrojo en mis mejillas, sentí su mirada sobre mí y junto a ella una sonrisa ladina.

Jeon JungKook se estaba refiriendo a esto cuando mencionó que vería una nueva faceta de él, pues no sabía que bailaba, y mucho menos que me era tan excelente. El chico hizo un saludo a todos y procedió a retirarse del lugar manteniendo su sonrisa en el rostro, mientras que yo me limitaba a observarlo.

—Vaya, no sabía que Jeon bailaba —comentó Rosé—. Se conoce que Park si, pero JungKook... wao.

—¿JiMin baila? —cuestioné sorprendida.

—Si, el chico es súper bueno —sonrió—. Veo que te has sonrojado —señaló en un tono burlón.

Automáticamente tapé mi rostro escuchando la risa de mi amiga.

—Cállate —exigí, pero como supuse...no fue así.




JEON JUNGKOOK
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

10:23 hrs

—¡Jeon JungKook, ven aquí! —vociferó el rubio desquiciado.

Corría por los grandes y vacíos pasillos del instituto huyendo de JiMin, el cuál tenía una expresión de enojo plasmada en su rostro. Y no me juzguen, realmente daba miedo.

Definitivamente, no debí poner ese chocolate en su envase de ramen.

Aún manteniendo mi paso, observé por encima de mi hombro notando que ya no había rastro del chico. Me detuve siendo consciente de cómo mi pecho subía y bajaba en el intento de regular mi respiración. Solté un agotador suspiro y volví a girar con el propósito de seguir con mi camino, claro, desconociendo lo que me esperaba.

—¡Maldita sea! —maldecí al ver a JiMin frente a mí, con esa clásica sonrisa escalofriante.

—Está vez no te escapas, jovencito.

Recibí ligeros golpes en el hombro y la espalda todos causados por Jimin, obviamente sin la fuerza suficiente para lastimarme, pero si con la necesaria para molestarme. En ese momento la voz de Nam hizo presencia.

—Di no a la violencia, enano.

—¿A quién le preguntas eso? —cuestionó JiMin.

—A ti, tonto —respondí acariciando mi hombro.

—A su lado los dos podemos ser enanos —explicó el rubio.

Simplemente rodeé los ojos intentando guardar los insultos hacia él en lo más profundo de mi alma. Aunque por otro lado, Namjoon tenía un rostro de “¿en serio?” que logró divertirme.

—Dejando eso de lado —continuó el castaño—, JungKook, estuviste genial ahí fuera.

No pude evitar que las comisuras de mis labios se alzaran ante sus palabras.

—Concuerdo con Nam, por primera vez.

Automáticamente posé mis brazos sobre los hombros de ambos muchachos.

—Pueden ser unos tontos, pero los aprecio —mostré mi cariño.

—Nosotros también te queremos, gusano —habló Jimin.

Reímos por el comentario del rubio y nos separamos lo suficiente para observarnos.

—Voy a dar una vuelta, necesito comprobar que todo vaya en marcha —anuncié.

—Está bien, jefe.

Riendo levemente tomé un camino distinto al de ellos. Me introduje por los solitarios pasillos, los cuáles llegaban a mi oficina como presidente del consejo estudiantil, sintiendo cada vez más cerca unos pasos.

El sonido de unos zapatos chocando contra el suelo con cada pisada era más y más notable, al principio no tenía ni idea de quién podría ser, pero lo comprobé al doblar por uno de los pasillos.

Realmente me impresionaba lo deslumbrante que podía ser su presencia, pues la chica era como una luz en la oscuridad. Siempre se veía bien, en especial ahora: usaba el uniforme, el cual consistía en una falda y corbata de cuadros azules, una camisa blanca y un blazer de color azul oscuro. Tenía unas medias negras que llegaban por encima de su rodilla y unas zapatillas de charol con la misma tonalidad. Su cabello como el azabache iba peinado, cayendo lacio hasta su cintura mientras que una boina de igual color que el blazer adornaba su cabeza. Ella no era de usar mucho maquillaje, lo había notado en el poco tiempo de nuestro conocimiento, pues hoy solo un rojo natural adornaba sus labios. En resumen: se veía hermosa.

Ella siempre lucía femenina, siempre intentaba verse bien aunque lo que hiciera no tuviera importancia, y eso era algo que admiraba en las chicas.

Una adorable sonrisa adornó sus labios justo en el momento en que me vio. A paso inseguro llegó a mí y no pude evitar sonreír al ver esa imagen tan tierna de ella.

—Hola —saludó tímida.

—Hola, Olivia —correspondí—. ¿A dónde te diriges?

Y ahí noté ese color carmesí elevar por sus mejillas, lo que me indicó que era hora de jugar un poco con su sistema nervioso.

—Mmmmm....bueno yo.....—balbuceó jugando con sus dedos— te estaba buscando —musitó para ella misma, pero pude escucharlo.

—¿Qué? No escuché —mentí notando su sonrisa nerviosa.

—Te estaba buscando —habló esta vez más alto.

—Oh, pues dime.

—Yo... quería decirte que...lo hiciste bien ahí fuera —murmuró—, en serio me sorprendiste —rió un poco.

—¿En serio te gustó? —cuestioné asombrado.

—Si, no me esperé que fueras tú —sonrió abiertamente—. En serio, estuvo genial.

Sus palabras lograron que esta vez el sonrojado y nervioso sea yo, pues tuvieron una gran influencia en mí.

—Bueno, mmmm.... gracias —reí.

—Awwww, estás rojito.

La pelinegra se acercó a mí y apretó mis mejillas con sus pequeñas manos enajenada de lo que su simple tacto podía propiciar en mí, logrando que mi sistema nervioso sea el afectado.

—Es impresionante como los papeles cambiaron ¿cierto? —se burló.

La risa juguetona que salió de sus labios hizo que mi corazón golpeara deliberadamente contra mí pecho.

«¿¡Que demonios te pasa, Jeon?!  Contrólate hombre.»

—Y...¿por qué no usas tú uniforme?

Cierto, me cambié antes de venir. Ahora solo usaba un pantalón de algodón color gris y una camisa blanca.

—Bueno, ¿quieres ir a la cafetería? —cuestioné haciendo el intento de cambiar de tema.

—Por supuesto.

—Genial, espera aquí, voy a buscar mi billetera.

Ella asintió y procedí a entrar a la oficina, la cuál se encontraba justo frente a nosotros. Tardé unos minutos ya que no encontraba mi billetera, para cuando lo hice y me dirigía a la salida escuché unas voces masculinas. Con lentitud observé desde adentro, notando como unos estudiantes molestaban a la muchacha.

—Jeon ya no está para defenderte, preciosa —habló el más alto.

Vi como Olivia se pegaba más a la pared con un notable miedo, y ese simple acto logró que la ira corriera por mis venas.

—Créeme, no volverás a pisar esta escuela luego de la paliza que te daremos —habló un segundo chico.

Cuando el primero en hablar estuvo a punto de chocar su puño en la mejilla de la chica yo me di a notar, deteniendo la acción con mi mano y fulminado al chico con mis ojos.

Te equivocaste, si estoy aquí para defenderla.

Sus amigos observaban con asombro y un poco de miedo, mientras que el desgraciado se divertía.

—Vaya, vaya, vaya, pero si es Jeon JungKook. ¿Vienes a salvar a tu novia? —jugó.

Olivia se había apartado y se dedicó a observar con miedo la situación. Yo por mi parte dejé que el enojo me consumiera, pegando al chico fuertemente contra la pared mientras lo agarraba del cuello de su camisa.

—Escúchame, pedazo de mierda —exigí con un tono demandante—: vuélvete a meter con ella....y me convertiré en tu peor pesadilla.

Al principio se mantuvo inexpresivo con sus ojos fijos sobre los míos, pero al cabo de varios segundos una risa grave se escapó de su garganta, misma que me estaba sacando de quicio.

—Ay Jeon....te propongo algo —sonrió con malicia—, cuando se acabe ese tonto evento de caridad nos vemos en el salón de taekwondo, tengamos una pelea.

Lo que salía de mis ojos era el mismísimo fuego luego de escuchar eso. «¿A qué estaba jugando ese imbécil?»

—Si tu ganas no volveré a molestarla, pero si yo gano... voy a ser su pesadilla —amenazó—. ¿Trato?

Realmente no sabía que hacer; no quería meterme en problemas, pero se trataba de Olivia. Había prometido defenderla, y yo estaba dispuesto a cumplir aquello.

Los ojos de la muchacha me pedían a gritos que no aceptara, sin embargo, era necesario.

—Trato —acepté dejando de sostener el cuello de su camisa.

Volvió a mostrar esa irritante sonrisa antes de pronunciar:

—Nos vemos, Jeon. Adiós linda.

Quería pegarle en ese feo rostro hasta matarlo, pero en cuanto sentí las cálidas y pequeñas manos de Olivia tomar las mías, algo en mí se disipó. Vi a WoonJin alejarse junto a su grupo de perritos falderos mientras que a su vez era la chica quién se posicionaba frente a mí.

—¿Por qué aceptaste? —preguntó un tanto molesta.

—Lo siento, Olivia, pero no iba a dejar que ese imbécil se saliera con la suya —demandé molesto.

Ella simplemente me observaba con una mueca que no pude descifrar.

—¿Estás bien? —me preocupé, observando que no tuviera ningún rasguño.

—Si, estoy bien, solo preocupada por lo que pueda pasar ahí —agachó la cabeza—. Es mi culpa.

—Hey, nena, no digas eso —acuñé su rostro entre mis manos—. No es tu culpa, es de esos imbéciles que te comenzaron a molestar —la tranquilicé—, y créeme, no va a pasar nada.

Con un poco de duda ella asintió con su cabeza, pero eso se esfumó cuando una ligera risita se escapó de sus labios, dejándome un poco confundido.

—Me da gracia que los llames “imbéciles”, no pensé que Jeon JungKook tuviera ese carácter.

Dejé salir una carcajada, apartando mis manos de su rostro para ir al encuentro de las suyas.

—Culpa a mi enojo.

Sonrió un poco y pronunció:

—Gracias por defenderme, Kook.

Sus palabras hicieron que una presión satisfactoria se posara en mi pecho, y ahí no dudé en realizar lo que tanto deseaba.

Posar mis labios en la piel cálida de su mejilla.



KIM HAENUL
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

14:35 hrs

Tenía miedo, mucho miedo.

El simple hecho de saber que JungKook pelearía por mi me estaba matando de los nervios. El momento había llegado, y yo no hallaba que hacer con el fin de detener esta idea loca.

Kook estaba poniéndose el casco de protección mientras el otro chico estaba en su posición. Rápidamente me acerqué hasta el pelinegro y tomé su brazo, indicándole que quería que se detuviera.

—Tranquila, estaré bien —acarició mi mejilla con su pulgar—. Escucha lo que te diré, en caso de que algo salga mal.... prométeme que vas a salir corriendo de aquí.

Mi vista se vio nublada ante sus palabras, asentí con delicadeza observando cómo se acercaba a ese chico. Y de repente los recuerdos de aquel día llegaron a mi mente.


“¡Jungkook!”. Grité desesperada al ver a mi amigo en el suelo.

El aludido se encontraba inconsciente en el suelo de aquel sótano, mientras yo pedía ayuda a gritos.

“¡Alguien que nos ayude por favor!”. Sollocé.

Tenía miedo, eso había sido mi culpa. Si no hubiera permitido que Kookie peleara con esos niños que me molestaban, nada de esto hubiera pasado. Él ni siquiera sabía que era el taekwondo y aún así se arriesgó a pelear por mí.

“Kookie, despierta”. Implore con mucho miedo y ansiedad.

De repente nuestras madres aparecieron viendo la escena con sus propios ojos. La progenitora de JungKook corrió a su hijo y lo cargó en brazos mientras corría hacia su auto.

“¿Haenul, que sucedió?”. Preguntó mi madre sin dejar de observar a Kook.

“Él peleó con unos niños para defenderme”. Lloré.

“Tranquila, cielo, él estará bien”.

Las miradas de aquellos chicos eran muy poderosas, parecían matarse entre ellos con las mismas. Ambos se encontraban muy sumergidos en lo que hacían, tanto que me asustaba. Comenzaron a dar los saltitos preparándose para atacar, siendo JungKook el primero en dar una patada fallida, lo que aprovechó WoonJin para propiciar una en su estómago.

Automáticamente Kook posó su mano en el lugar dañado y lo observó con esa mirada penetrante. WooJin dió unas cuantas patadas más, todas esquivadas por el pelinegro, el cual aprovechó entonces para dar una en su espalda baja.

Esta vez la queja fue de WoonJin, pero dicho no se quedó atrás, pues se puso en marcha y golpeó a JungKook en su estómago y cerca de su pierna, logrando que este cayera al suelo por el gran impacto.

—¡JungKook! —grité asustada.

El aludido se retorció en el suelo con una mueca de dolor, pero en ese momento posó sus ojos en mí dándome una mirada en la cual pude comprender el “todo estará bien”. Con mucho esfuerzo pudo levantarse, dando un golpe en el estómago del castaño.

Las miradas de esos dos eran realmente poderosas, y fue ahí donde todo pareció ir en cámara lenta.

JungKook dió un giro en el aire golpeando con su pie la cabeza de WoonJin, al mismo tiempo cuando este golpeó la cabeza de Kook, logrando que un grito saliera de mi boca cuando ambos cayeron al suelo.

≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪

Buenas~
¿Como se encuentran?
¿Que les pareció?
Muy pero muuuuy largo, lo sé 🙃 era necesario jaajjajaa.

Este capítulo quería que fuera más de ellos dos, necesitaba mostrar más a fondo la relación que mantienen nuestros protagonistas. Por cierto, por si no lo notaron, aquí hice referencia a uno de los videos de BTS World :D

Bueno, dejo esto por aquí y me voy. Tengan un lindo día!!
<3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro