❝¿Acaso conoces a JungKook?❞
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—Una chica como tú no debería estar aquí.

Decir que mi cuerpo estaba tenso no era suficiente para describir el temblor que se esparció desde mis rodillas a través de cada hueso de mi anatomía. Estaba congelada, no reaccionaba y mucho menos respiraba con facilidad. Esa voz se había escuchado tan gruesa y profunda que por un momento me encontraba asustada. Luego de tragar saliva giré lentamente hacia atrás, percatándome de la presencia del chico que anteriormente había hablado. Su cabello era gris y no tan largo, estaba usando un uniforme distinto al nuestro haciéndome comprender que era del instituto invitado; sus ojos estaban usando una lentillas de color azul, tenía la nariz fina y pequeña, así como sus labios eran gruesos y rectangulares, los cuales estaban gustando del chupetín que traía en manos.

El chico era extremadamente guapo, pero eso no quitaba el hecho de que su mirada neutra sobre mí me ponía nerviosa. Traté de verme más confiada, así que con la poca valentía que poseía cuestioné:

—¿Quién eres?

El chico desconocido hizo una sonrisa ladina, como si eso le hiciera gracia.

—No creo que te interese saberlo —dijo sin más.

«Vaya...»

—Pues fíjate que sí, si me interesa —traté de mostrarme seria.

—Pero yo no te lo diré.

—Que descortés —me crucé de brazos haciendo el intento de dominio.

—No intentes verte seria, se nota a kilómetros que estás temblando —soltó una grave carcajada.

Mis mejillas se tornaron de un color carmesí, no solo por lo que dijo... sino también por esa risa tan atractiva.

«Hae, es un odioso, ya basta de pensar eso.»

—Bueno, después de este momento vergonzoso tu voz me asustó —reí con nerviosismo.

—¿Por qué vergonzoso? Es solo un momento íntimo entre dos personas, momento íntimo por el que todo ser humano pasa.

La manera tan natural en la que comentó eso hizo que mis mejillas se calentaran mucho más. Aquello no pasó desapercibido para él, quién mostró una sonrisa de costado al instante.

—¿Qué pasa? No me digas que lo imaginaste —se burló de la situación.

—¡Yah~!

Soltó otra sonora carcajada.

—No te enojes, dulzura, ¿o debería llamarte Olivia? —se preguntó a sí mismo con su dedo índice y pulgar en la barbilla.

—¿Cómo sabes mi nombre? —interrogué notablemente confundida.

—Eres una chaebols extremadamente famosa, ¿qué esperabas? —respondió con obviedad.

Solté un suspiro como forma de relajación justo al momento en que la puerta del baño fue abierta y la pareja salió. Ellos al vernos solamente se quedaron neutros y un poco enojados, tal vez porque habíamos sido su interrupción en ese momento íntimo. Bajé mi cabeza como acto de reflejo intentando ocultar la vergüenza, mientras el peligris solo sonreía con sorna.

Una vez que la pareja se fue áaáaaaano pudo contener una risa entre dientes.

—Eres increíble.

—Ya lo sabía,ápero gracias por el cumplido —fanfarroneó.

—Vaya, tu ego es demasiado alto.

Sin dudarlo asintió.

En ese momento recordé a Rosé. La chica me estaba esperando en la cafetería, por lo que ya debía irme aunque no era lo que quisiera.

—Tengo a mi amiga esperándome en la cafetería, debo irme —sonreí—. Fue un gusto conocerte... chico desconocido, odioso y arrogante.

Su estruendosa risa inundó mis oídos provocando que una calidez se incrustara en mi pecho.

—Adiós, dulzura, también fue un gusto conocerte —metió el chupetín a su boca—. Espero que esto te haya servido de experiencia.

Negué divertida con mi cabeza mientras empezaba a retroceder.

—Idiota.

Con una amplia sonrisa en mis labios avancé por los pasillos hasta llegar a la cafetería con pocos estudiantes. Con la vista a la larga divisé la cabellera roja de mi amiga, y al acercarme decidí darle un pequeño susto.

—¡Boo!

—¡Olivia! ¡Por dios!

Reí fuertemente por su pequeña rabieta.

—Aigo~, lo siento —hice un puchero.

—¿Por qué demoraste tanto? —interrogó la muchacha con suma curiosidad.

—Fui al baño.

Y no mentía.

En los primeros minutos mantuvimos una conversación sobre el festival, hablando de lo bien que había quedado y también con respecto a cosas relacionadas. Fue cuestión de un momento para que en nuestro campo de visión aparecieran JiMin y JungKook, logrando que por la cabeza de mi amiga se atravesara una idea loca.

Rosé posó su mirada en mí y sonrío con picardía.

—Oigan jovencitos.

Y ahí sentí ganas de asesinarla. JungKook y JiMin nos observaron desde el otro extremo de la cafetería con una ligera sonrisa en sus rostros. Rosé hizo un ademán para que se acercaran, cosa que no tardaron en realizar.

Acercándose lentamente, cada vez más cerca, y más cerca.

—¿Por qué los llamaste? —protesté en voz baja.

—Déjame esto a mí —susurró.

—Hola chicas —saludó el rubio con una radiante sonrisa.

—Hola —respondimos al unísono.

—¿Nos sentamos? —cuestionó JungKook, cosa por la que asentí.

La pelirroja apartó un lugar a su lado en el cuál se sentó el rubio y justo a mi lado se sentó... Jeon.

—El festival estuvo increíble —mencionó Rosé bebiendo de su soda.

—¿Eso creen? —preguntó Kook.

—Si, hiciste un buen trabajo —apoyé al muchacho.

Sonrió abiertamente a esas palabras de apoyo.

—Cada año te esfuerzas más para el festival, y cada año es mejor —comentó JiMin.

—Aprecio eso.

—Bueno, cuéntenme de sus vidas —ofreció el rubio a nosotras dos.

—¿Qué quieres que contemos?

—No sé: sus gustos, comidas preferidas, comidas desagradables, dulces que más les gustan, etc.

—¿Todo es comida? —cuestionó un Jungkook burlón alzando una de sus cejas.

—Usted se calla —exigió al rubio.

Estuvimos charlando de cosas triviales en todo ese rato. JiMin desde mi punto de vista era ese típico amigo que se le ocurrían muchas cosas en cuestión de segundos, semejante a Kook, pero este no llegaba al nivel del rubio.

En esos minutos no pude evitar observar al pelinegro, pues hoy se veía más que hermoso; su cabello negro como la noche estaba alborotado, sus labios se veían más tentadores de lo normal y sus grandes ojos parecían contener una galaxia, todo eso junto a lo bien que se notaba con ese uniforme.

—¿Que miras jovencita? ¿Estoy guapo? —preguntó JungKook repentinamente, sacándome de mis pensamientos.

«Qué vergüenza.»

—Eh...yo...

Su sonora risa se escuchó ante mis balbuceos, pero no fue notada por nuestros compañeros. Quería que la tierra me tragara en ese instante, podía jurar que tenía fuego en las mejillas.

—Olivia, ¿por qué eres tan hermosa? —preguntó el muchacho apartando algunos mechones de mi cabello.

Me quedé estática en mi lugar sin poder respirar, los latidos de mi corazón eran tan fuertes que incluso podía escucharlos, sin dejar de mencionar que la respiración se me cortaba.

—No hagas bromas así —reí nerviosa.

Sin embargo, ante la mirada seria de JungKook, mi corazón se descontroló.

—No bromeo, en serio eres hermosa.

∙ · • • • ❀ • • • ∙ ·

13:44 hrs.

—Hola mamá, hola papá.

—Oh, ya llegaste. Hola Rosé —saludó mamá a la pelirroja a mi lado.

—Buenas tardes, señor y señora Kim —hizo una reverencia con su cabeza.

—Estaremos en nuestra habitación —avisé.

Subimos rápidamente por las escaleras hasta llegar a mi habitación. Una vez estando  dentro lancé mi cuerpo sobre la preciada cama, provocando las risas de mi amiga.

—Hoy ha sido un largo día —mencionó Rosé sentándose en una silla.

—Y muy interesante.

—Obvio que lo fue, tu coqueteo con JungKook fue la cereza del postre.

—No coqueteamos —mentí.

—Claro, y yo soy Angelina Jolie.

Reí por eso.

—No tienes derecho a hablar, tu igual coqueteabas con JiMin —ataqué dando justo en el blanco.

Las adorables mejillas de Rosé se tiñeron de un color carmesí, dándome la oportunidad de bromear un poco con eso.

—No diré nada al respecto —se limitó a decir.

—Claro.

Reí por un instante, desconociendo el final de este encuentro, hasta que las palabras de Rose me hacen estremecer.

—Olivia...¿acaso conoces a Jungkook? —cuestionó con la mirada fija en un punto de mi habitación.

«Mierda, debí haber quitado el cuadro.»

Mi corazón pareció detenerse en el momento en que la pelirroja formuló aquella pregunta, los colores de mi piel se desvanecieron y sentí como mis manos y mandíbula comenzaron a temblar.

—Olivia, el chico de esa foto es JungKook —señaló la fotografía en la mesa—. ¿Lo conociste?

«Ya no hay vuelta atrás, debo decirlo.»

—Si... es él —agaché la cabeza en el vago intento de detener el nudo que se formaba en mi garganta.

—¿Qué? —cuestionó atónita.

—Rosé...te voy a contar algo, pero debes prometer que se quedará entre tú y yo.

La chica con mucha confusión asintió con la cabeza, dándome la seguridad que necesitaba.

—Cuenta conmigo —se acercó a mí lado sobre la cama y me observó atentamente.

Respiré con dificultad y procedí a contar todo lo sucedido. No se cuanto tiempo había pasado... pero estaba segura de que lo suficiente como para contar todo de principio a fin, omitiendo algunas cosas que no tienen tanta importancia. En ningún momento Rosé interrumpió, solo se quedó callada con la mirada puesta sobre mis ojos, escuchando atentamente todo lo que tenía que decir.

—Y listo, eso es todo —finalicé con un agotador suspiro.

Rosé estuvo procesando mi información durante unos segundos hasta que movió los labios para pronunciar lo siguiente.

—Ahora lo entiendo todo, por eso es que siempre sentí una conexión entre los dos, por eso JungKook viaja a Busan cada año, por eso tus ojos se iluminan cada vez que lo ves.

Asentí evitando su mirada, la cual en este momento no tenía otra emoción que no fuera melancolía.

—Perdón por no haberte contado esto, es un tema delicado.

Al decir eso ella negó con su cabeza y tomó mi mano entre las suyas.

—Olivia, te entiendo, y no te tienes que perdonar por no haberme contado —me regaló una sonrisa—. Soy tu amiga y puedes confiar en mí para lo que sea, no le diré a nadie de esto, es una promesa.

La seguridad en sus palabras hizo que sonriera levemente.

—Gracias por escucharme, Rosé. Ahora te será difícil saber que tengo dos nombres.

Ella rió fuertemente.

—Te seguiré tratando como Olivia.

Ambas sonreímos y continuamos charlando durante el resto de la tarde, olvidando por un momento lo que había sucedido anteriormente.

"CHICO DESCONOCIDO"
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13:56 hrs.

«Horrible festival, por tu culpa no pude tener un día tranquilo.»

Pensó mi cabeza —teniendo la razón— una vez salí de aquel instituto dónde había pasado todo el día. Hoy quería tener un día como cualquier otro; ir a clase, quedarme dormido, obtener un regaño de mis profesores, ir a otra clase, quedarme dormido y así sucesivamente.

Pero no, a la escuela más famosa del país se le ocurrió celebrar aquel estúpido festival anual, donde mi precioso colegio —nótese el sarcasmo— fue invitado, y junto a él, yo.

Odiaba esto, lo odiaba con todo mi ser; odiaba estar rodeado de gente, odiaba socializar con la gente, odiaba ver todo lleno de colores.

En fin: lo odiaba todo.

Desde el inicio del día me sentía frustrado, con ganas de abrir un agujero en la tierra y que esta me tragara, pero algo hizo que aquel pensamiento se disipara un poco.

Aquella muchacha de cabello negro como el azabache logró sacarme una sonrisa. Lucía tan adorable e inocente que no pude contener las ganas de molestarla luego de su avergonzado momento. La conocía, pues era una chaebols famosa en Corea del Sur, pero siempre pensé que sería como las demás; ingenua, patética, odiosa y arrogante. Si bien estuve equivocado con eso, ella era todo lo contrario a esos adjetivos.

Sin embargo, a pesar de que mi encuentro con ella logró alegrarme el día, no fue lo suficiente. Las horas que quedaban fueron muy aburridas, tanto que ni siquiera mi mejor amigo fue capaz de sacarme una miserable sonrisa, cosa que intentaba en ese momento.

—Hoy estás amargado —declaró lo obvio.

—Como todos los días del año —argumenté con sorna.

Mi amigo mostró su sonrisa de goma de mascar y entró seguido de mí al auto que nos llevaría a casa.

—En tu mirada se nota algo diferente, como si estuvieras pensando en algo muy detalladamente.

Reí ante las palabras del muchacho, posando mis ojos sobre los suyos.

—Es que así es.

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Buenas, buenas.
¿Como se encuentran?
¿Les gustó?
¿Qué piensan de "El chico desconocido"? ¿Tienen una idea de quién podría ser? Las estaré leyendo 👀
Aviso de ante mano que el próximo cap estará largo, muy largo, así que anticipenlo!

Con esto me voy silenciosamente, que tengan un buen día!
Se les quiere <3