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Parte única.

— ¡Llevemos fresas! —exclamó Doyoung, mientras Jaehyun iba con el carrito.

— Está bien mi amor, puedes llevarlas. —sus ojitos se achinaron más de lo normal y esbozó una sonrisa.

— Gracias Jae~ —metió el paquete para luego seguir caminando entre las góndolas.

Mientras tanto Doyoung no era consciente de las miradas que recibía, todas ellas denotando atracción, lujuria y deseo. Jaehyun, quien sí era consciente de eso, chocaba su lengua contra la parte inferior de su mejilla y se decía palabras de ánimo para no comenzar a masacrar gente o patear a algún anciano que se cruzara en su camino.

— Compremos rápido y vámonos de aquí. —bufó.

— ¿Por quéeee? Tenemos tiempo para comprar.

— Te miran demasiado y no me gusta.

— Los ojos son para mirar, Jae. —respondió sin malicia, no captando que lo miraban como un pedazo de carne fresca. Incluso las chicas.

— ¿Me das un besito? —le hizo pucheros y Doyoung sonrió, poniéndose de puntitas para besarlo.

Las manos de Jung se pasearon por su cintura y lo atrajeron más hacia su cuerpo, intensificando el beso. Casi un minuto después lo soltó, estaba todo sonrojado y el empresario estaba feliz porque los presentes ya habían visto que Doyoung era suyo. Ahora podía caminar en paz.

— N-No hagas eso... Nos quedan mirando mucho... —le reclamó aún sonrojado.

— Los ojos están para mirar, bebé. —éste le dió un leve empujoncito.

— Eres malvado. —se acomodó su chaqueta de jean— ¿Qué más nos falta?

— Poner mi banana en tu ensalada de frutas.

— ¿Eh?... Ya, estoy seguro de que no hay cereales en tu casa. —siguió caminando esta vez llevándose el carrito y Jaehyun sonrió.

Doyoung seguía siendo la misma cosita tierna e inocente que conoció hace dos años.

— Amor... Ya llené el carrito, vamos a hacer la fila para pagar.

La cola avanzó rápidamente por lo que terminaron rápido y salieron enseguida del supermercado.

— ¿Quieres pasar por un helado? —preguntó el mayor cuando ya estuvieron dentro de la camioneta.

— ¡Siiii~! Quiero de fresa... O mejor vainilla... —hizo un gesto pensativo— En la heladería decido.

Jaehyun puso el vehículo en marcha y cuando miró casualmente hacia el volante, su pecho se llenó de una sensación cálida al ver los distintos stickers de animalitos 'kawaiis' pegados alrededor del mismo. Habían conejitos, ositos y gatitos.

— ¿Y éstas pegatinas, bebé? —preguntó haciéndose el desentendido.

— Estaban lindas... Y tu camioneta muy fúnebre... Ahora se ve más linda.

— Claro que lo hace, amor.

— Jae, te amo. —soltó mirando fijamente a su novio.

— Yo te amo más, Dodo. —volteó a verlo con una sonrisa de oreja a oreja.

Unos semáforos después ya estaban en la heladería. Bajaron de la camioneta y le pusieron alarma ala misma para poder ir a ordenar.

— De fresa para mi, por fi. —sonrió el menor. La chica se carcajeó ante el tierno chico y luego le preguntó a Jaehyun.

«¿Tan viejo estoy que la gente me trata de usted? Solo tengo treinta años.»

— De naranja, por favor. —la chica asintió y fue a preparar los helados.

Esperaron en la barra hasta que sus helados estuvieron listos y luego fueron a sentarse a una de las mesas del local.

Doyoung comenzó a degustar lentamente su helado, haciendo muecas un tanto sugestivas mientras degustaba el mismo. Jaehyun quería terminarse el helado rápido e irse a la mierda porque no quería que media heladería lo viera con una erección.

— ¿Q-Quieres terminar tu helado en la camioneta, cielo? —preguntó sonriente.

— Uhm, está bien. —asintió y comenzó a pararse de su silla.

Apenas ambos estuvieron en la camioneta, Jaehyun suspiró del alivio de pasar vergüenza mientras que Doyoung seguía comiendo su helado. Cabe destacar que es de comer lentamente, no atragantarse como puerco.

— ¿Vamos a tu casa?

— Sí.

— ¿Quieres un poco? —le estiró el helado de fresa y Jaehyun tomó un poco con sus labios.

A pesar de que no le gustaba el helado de fresa o cualquier otro sabor salvo el de naranja, si Doyoung le ofrecía ¿Por qué no?

— Voy a mi habitación a cambiarme, Dodo. —avisó apenas estuvieron dentro de la casa, saliendo escaleras arriba por prendas más cómodas.

El cielo ya estaba oscurecido debido a que era invierno y a las ocho ya estaba todo oscuro.

Minutos después Doyoung decidió ir a buscar a su novio porque se estaba tardando mucho y él quería ver alguna película juntos.

— Voy a pasar... —murmuró, adentrándose a su habitación— Ay... —murmuró sonrojado, dándose la vuelta y tapándose los ojos— P-Ponte ropa, Jae, estás d-desnudo.

— No quiero. —respondió con una sonrisa, acercándose al pequeño cuerpo de su novio. Metió sus manos debajo de la camiseta blanca que Doyoung traía y comenzó a pasar sus manos por toda su piel, sintiendo la piel del mismo erizarse ante el tacto.

En un simple movimiento lo giró y dejó empotrado contra la pared, atacando sus labios de forma brusca y necesitada; así entre besos se lo llevó hasta la cama y lo arrojó en la misma sin tanta delicadeza, posándose rápidamente encima de él.

— Hey, n-no... —murmuró sintiendo los labios en su cuello.

— Me haz provocado todo el día, mereces un castigo.

Sin esperar más, se deshizo de su camiseta y la arrojó por allí, dejando la lechosa piel de su pecho al descubierto, pasando sus cálidas manos por el mismo. Atacó su cuello sin pensarlo dos veces, dejando varias marcas color rojo que tardarían bastante en borrarse, siguió haciéndolos hasta las clavículas y parte de su pecho.

Un tirón y los pantalones de Doyoung volaron hacia el suelo, junto con su ropa interior. Jaehyun no tenía delicadeza a la hora de desvestirlo, mientras más rápido era mejor.

Nuevamente posó sus labios en el pecho del pelinegro y comenzó a bajar hasta llegar debajo del ombligo, dejando a su novio temblar bajo el roce. Lentamente, se fue acercando al ahora semi-despierto miembro de Doyoung, comenzando a mover una de sus manos alrededor del mismo.

— A-Ah... Jae~ —las manos de Doyoung se aferraron a las sábanas con fuerza cuando Jaehyun se llevó su miembro a la boca y comenzó a chuparlo. Sus gemidos comenzaron a hacerse más presentes a medida que la boca de su novio seguía succionando con fuerza su falo, haciéndole retorcer del placer.

Emitió un quejido cuando la boca de Jaehyun se apartó de su erección más volvió a gemir cuando sintió la cálida lengua de su novio rozar su entrada por fuera, jugando con él.

— J-Jaehyun...

— ¿Qué sucede, mi amor?

— Por favor... —jadeó— M-Más...

El mayor soltó una risita y elevó las caderas de Doyoung, llevándose sus piernas a los hombros y comenzando con su trabajo, introduciendo su lengua en la estrecha entrada del pelinegro.

Soltaba gemidos sin pudor alguno ya que Jaehyun le decía que no era necesario que callase su preciosa voz en casa, tenía sus ojos cerrados y su cuerpo comenzaba a ponerse aún más caliente.

— A-Aah~

Segundos después el castaño bajó su anatomía y volvió a quejarse por ello, hasta que dos dedos arremetieron contra su entrada, dejó escapar un ensordecedor gemido en lo que Jaehyun comenzaba a moverlos rápidamente, estaba siendo más rudo.

Tres dedos embestían y llegaban a rozar ligeramente su punto dulce mientras los labios de Jaehyun devoraban los suyos de forma salvaje. Ahogaba gemidos en su boca y podía sentir las esquinas de sus ojos llenarse de lágrimas que estaban lejos de ser de dolor.

— ¿Se siente bien, bebé? —la respiración de Jaehyun estaba en su oreja.

— Nggn-ah s-sí... —gimió— Q-Quiero más...

Cuando iba a decir algo fue interrumpido nuevamente por su novio, que lo giró rápidamente dejándolo boca abajo y con el trasero arriba sobre la cama. Cerró fuertemente los ojos cuando sintió la húmeda punta del hinchado miembro de su novio rozar sus nalgas.

Jadeó y pudo jurar que escuchó leves risitas de parte de su novio, porque Jaehyun al verlo en ese estado desbordaba en felicidad, tenerlo así, necesitado y sólo por él.

— Jae... —el miembro de su novio se fue adentrando dentro de su aún apretado interior, haciéndole arquear levemente la espalda.

— Te sientes tan bien, joder... —se quedó quieto unos minutos para que Doyoung se acostumbrase.

Lentamente comenzó a moverse, deleitándose con la vista de la fina espalda de su pequeño novio mientras le robaba pequeños gemidos. Gruñó varias veces ante el placer que le generaba la estrechez del pelinegro, conteniéndose para no romperlo ahí mismo, no se perdonaría eso.

— Mmnh-Ah~ —algunos de los sonidos de su boca eran apaciguados por la almohada bajo su cara— Más rápido, p-por favor...

Las manos de Jung se movieron para toquetearlo, frotando lentamente sus pezones mientras comenzaba a moverse más rápido, bajó hasta su espalda donde repartió varios besos y dejó algunas marcas. Doyoung realmente lo había frustrado todo el día con su inocencia y ahora debía descargarse.

Tomó las pálidas caderas del pelinegro para luego comenzar a arremeter con más fuerza su agujero, hipnotizado por la forma en la que a Doyoung se le escapaba su nombre en cada embestida que daba.

Pronto pasó sus manos por el pecho de su novio, levantándolo mientras seguía enterrándose en él. Las manos de Doyoung se aferraron como pudo a sus anchos hombros mientras gemía el nombre de Jaehyun, que golpeaba salvajemente su punto dulce, sentía sus ojos acuosos debido al placer.

— Jae~ —los labios del mencionado atacaron nuevamente el sensible cuello del pelinegro, dejando quizá dos o tres marcas más.

Introdujo dos de sus dedos en la boca de Doyoung, que lo recibió gustoso y movió su lengua alrededor de ellos como su novio le había explicado anteriormente.

Ambos sentían el orgasmo cerca, sin embargo no estaba en los planes del empresario terminar ahí.

— ¡Ah! —gritó Doyoung cuando ya no cupo más placer en su cuerpo y terminó manchando un poco su abdomen y las sábanas. Jaehyun le siguió segundos después, dejando toda su semilla en su interior.

Ahora Doyoung se encontraba nuevamente debajo de Jaehyun, sólo que frente a frente, dejándolo completamente avergonzado por el desastre que estaba hecho.

— J-Jaehyun. —soltó el menor al ser nuevamente embestido por su novio.

El castaño tomó las piernas de Doyoung, separándolas por completo y dejándole vergonzosamente expuesto. Sin contar que sólo le daba de lleno en su próstata y sus gemidos se habían vuelto muy agudos.

— Y-Ya no más... A-Ah... —gimió, sintiendo que ya no podía con tanto.

Jaehyun lo ignoró para seguir chocando contra el exquisito trasero que su novio se cargaba, admirando el desastre que había hecho. Doyoung tenía los labios entreabiertos en lo que soltaba algunos balbuceos y varios sollozos que estaban demasiado lejos de ser de dolor. Algunas lágrimas caían de sus ojos y un hilo de saliva se escapaba de su boca, escurriéndose por la comisura de suslabios.

— Jae... —el nombrado juntó sus labios en un beso desesperado, introduciendo su lengua en lacavidad bucal contraria y explorándola como tantas veces lo había hecho.

— Eres hermoso Doyoung, te amo. —murmuró sobre los labios ajenos mientras seguía embistiéndolo.

— Yo t-te amo m-más-Ah~ —se aferró a su espalda, dejando varias líneas color rojo.

Jaehyun arremetió cinco veces más y fue suficiente para alcanzar el segundo orgasmo, los labios de Doyoung soltaron su nombre y un fuerte gemido.

Salió lentamente de él y apreció el como su esencia escurría entre las piernas del menor, también las marcas que había dejado por todo su cuerpo incluido el interior de sus muslos.

Doyoung se abrazó a él como un pequeño koala y Jaehyun correspondió pasando su brazo por la delgada cintura que su novio poseía.

— ¿Te sientes bien?

— Sí. —suspiró cansado— Buenas noches, Jae. —murmuró contra el pecho desnudo del mayor.

— Buenas noches, mi amor. —respondió y comenzó a acariciar suavemente los cabellos de Doyoung en lo que se quedaba dormido.

Porque Doyoung seguía siendo una cosita hermosa e inocente y Jaehyun un maldito pervertido, pero más allá de eso, el amor que se tenían era inmenso y eso era lo que importaba.

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