Capítulo 9
Derek
Me cambié por un par de pantalones cortos y una playera antes de salir de mi oficina. -Estaré fuera por el resto del día.
Liam resopló. -Descubres que tu novio escribe pornografía y no puedes llegar a él lo suficientemente rápido.
Novio. Estoy seguro de que Stiles frunciría el ceño con esa palabra, pero pensé que encajaba perfectamente. Podía llamarlo así en mi cabeza. -Me aseguraré de saludar a los Mahealani y decirles que les mandas saludos.-Se estremeció. -Que tengas un buen día, Liam-sonreí.
-Seguro, seguro-murmuró mientras caminaba fuera del edificio.
Temprano, cuando fui a dejar a los niños, tuve oportunidad de conocer a Boster. Cuando Stiles lo llamó bestia, solamente estaba exagerando un poquito. Boster era más grande que Sophie. Pasé la primera parte de mi día diseñando los bocetos de su nueva casa. Después, tomé prestado la camioneta de Jordán y me detuve en la tienda de herramientas antes de ir a casa de Stiles.
Toqué el timbre, pero como era usual, nadie contestó. Eso no importaba ahora que tenía una llave, así que entré por mi cuenta. No escuché ningún ruido, así que me imaginé que estarían en la parte de atrás. Caminé a través de la casa y me congelé cuando vi a Stiles. Se arrastraba por el piso con una pistola de agua en las manos. Tenía rayas negras en su cara que lo hacían lucir tan rudo como si estuviera listo para una batalla o para jugar fútbol.
Aclaré mi garganta, causando que todo su cuerpo se encogiera. Entonces, se dio cuenta de que era yo. -¡Hale! ¡Me diste un susto de muerte!
Seguí viéndolo con una sonrisa divertida. -¿Qué diablos estás haciendo?
Hizo una mueca. -Esta es mi casa. No me juzgues.-Sus ojos se dilataron cuando escuchamos pisadas. -¡Abajo!-susurró urgentemente. Antes de que me diera cuenta, mis piernas habían sido jaladas. -Lo siento-susurró, escuchándome gemir.
-¿Qué diablos, Stilinski?- gruñí. Golpear el piso así de fuerte no había sido placentero.
-Quédate callado- siseó. -Te escucharán.
Seguimos agachados en el piso mientras los chicos nos buscaban. -¡Stiles!-canturreó Ethan. -¡Sal, sal de donde quiera que estés!
-¡Boster!-Ese era Leo. -Encuentren a papi, chico.
Stiles maldijo bajito. -Esos pequeños tramposos.-Antes de que pudiera escapar, Boster llego corriendo por el cuarto. Leo, Ethan y Sophie vinieron corriendo detrás de él, cada uno armado con su propia pistola de agua. Stiles trató de pelear de vuelta, pero eran demasiados. Como estaba junto a él, yo terminé igual de mojado.
-Aw-dijo Sophie. -Está vacía.-Jaló el gatillo de su pistola, pero no salió nada.
-Está bien, vamos a recargar-dijo Leo. -¡Hola, Derek!-Se fueron tan rápido como llegaron.
Volteé para ver a Stiles jadeando contra la pared. -Así que esto es lo que haces cuando estoy en el trabajo.
Sonrió, -A veces. ¿Qué estás haciendo aquí de todas formas? Llegaste temprano.
-Estoy aquí para construirte una casa para perro-contesté. -¿Quieres ayudar?
-Seguro-se encogió de hombros, acomodando parte de su cabello con su mano libre. -Voy a poner el tobogán de agua para mantener a los chicos ocupados. No me siento con ganas de ser disparado por una pistola de clavos otra vez.
-No estuvo tan mal la última vez. Pudiste pasar todo el día conmigo-lo molesté. Me puse de pie y lo jalé hasta ponerlo de pie junto a mi. -Voy a la camioneta por las cosas. Te veré en el patio trasero.-Podía decir en ese momento que iba a ser un día interesante.
Una vez que los niños estuvieron ocupados, Stiles se me unió en el patio. -¿Dónde me quieres?
-En la mesa de la cocina, pero ahora tenemos trabajo qué hacer-contesté.
-¿Puedo tomar prestada tu pistola de clavos?-preguntó inocentemente.
Inmediatamente sacudí mi cabeza. -Si alguien va a terminar clavado aquí...
Puso su mano en mi boca. -Trabajo qué hacer-me recordó.
Escuchar a los niños gritar y reír en el patio hizo un buen ambiente de trabajo. Hice la mayor parte del trabajo con la casa de perro. Stiles me informó que no quería meterse con un profesional. -Patrañas-me reí. -Solo quieres que yo haga todo el trabajo.
-Yo estoy pintando-me respondió con gesto de ofensa. Quería que combinara con la casa del árbol de Leo, así que estaba pintando el techo de azul.
Me puse de pie y enrollé mis brazos alrededor de su cintura desde atrás. Me incliné hacia adelante, por encima de su hombro, para que mi cara quedara junto a la suya. -¿Ya casi terminaste?
-Ya había terminado. Solamente estaba pretendiendo que trabajaba, para que así no me pidieras hacer nada-admitió.
-Es todo- gruñí. -Voy por una pistola de agua.
Se giró en mis brazos con una sonrisa maliciosa en su rostro. -Tráela, Derek.-Entonces, se escapó de mi agarre y corrió a la casa.
Ethan me trajo su pistola. -Buena suerte, papá.
-Gracias, hijo.-Puse mi cara de juego. -Griten si nos necesitan.-Entonces entré por la puerta trasera y me metí a la zona de guerra. Mantuve mi espalda contra la pared, arrastrándome por la casa como había visto hacer a los policías en muchas películas. Sabía que Stiles tenía ventaja. Estos eran sus dominios, así que él sabía todos los lugares para esconderse. Me deslicé por la sala hasta donde suponía que era su cuarto. La puerta estaba entreabierta y escuché distintos sonidos de alguien que se movía alrededor. Mi sonrisa creció conforme me acercaba. Lentamente, abrí la puerta, no sin antes caminar con mi dedo en el gatillo, listo para disparar.
-Quieto.-Demonios. La voz vino detrás de mí. -No te muevas o disparo-dijo Stiles en un tono sensato. -Pon tus manos donde pueda verlas.
Empecé a alzar mis brazos. -Relájate.-Entonces, recordé algo importante. Era solo una maldita pistola de agua. Me di la vuelta y empecé a disparar. Estaba tan sorprendido de responder al principio, así que logré darle unas buenas rociadas. Entonces, mi pistola se quedó sin agua.
Él sonrió. -Vacié sus pistolas mientras estabas descargando la camioneta. -Apuntó directamente hacia mí. -Parece que te quedaste sin municiones.
Arrojé la pistola vacía al suelo. -Tomaré las tuyas.
Stiles estuvo fuera del cuarto antes de que pudiera parpadear. Corrí tras de él, brincando sobre los obstáculos que me arrojaba en mi camino. Terminamos en la cocina, en cada lado de la mesa. Su cara estaba ruborizada por correr y reír. -Dijiste que me querías aquí-sonrió, mirando la mesa.
Mi mente inmediatamente fue hacia imágenes de Stiles en su espalda conmigo encima de él. De cualquier forma, un chorro de agua me trajo de vuelta. Mierda. Stiles sabía que si mencionaba eso, me iba a distraer. -Voy por ti.
Sonrió diabólicamente y empezó a correr otra vez, pero esta vez estuve preparado. Lo atrapé por la cintura y lo hice girar. -Bájame, Hale-dijo, peleando contra mí.
-No te escaparás de mí esta vez, Stiles. -Lo dejé caer en la parte de arriba de la mesa y me paré entre sus piernas. -Eres mío ahora-gruñí juguetonamente antes de atacar sus labios con los míos.
-Demonios-susurró contra mi boca, causando que me apartara brevemente.
-¿Qué?-pregunté, asegurándome de que nada estuviera mal mientras peleaba con la tentación de rasgar su playera sin mangas.
-Tiré mi pistola-suspiró. Entonces, sonrió y sujetó la parte de atrás de mi cabeza, atrayendo mis labios a los suyos. Enrollé mis brazos alrededor de él mientras Stiles sujetaba un puñado de mi cabello. Empecé a empujarlo sobre su espalda, pero él rompió el beso. -Espera-jadeó. -Nuestros hijos comen en esta mesa.
En ese momento, no me importó. -Te construiré una nueva.-Atrapé sus labios en otro beso, moviéndome hacia adelante, para que así se recostara. Una vez que estuvo sobre la superficie plana de la mesa, deslicé una mano debajo de su camiseta, sintiendo su suave piel debajo de ella.
-Derek-me apartó de nuevo.
-De verdad necesitas dejar de hacer eso-contesté, inclinándome hacia su boca nuevamente.
Él me detuvo. -Mira por la ventana.
-Stiles- gemí. -Me estás matando.-Apuntó hacia la ventana, así que me giré para ver qué era tan importante. Tres niños y un perro me veían de regreso. -Mierda-susurré. Me puse de pie a regañadientes, y ayudé a Stiles a bajar de la mesa. Tomé su mano con la mía, y caminamos hacia fuera para encararlos.
Leo fue el primero en hablar. -Papá- empezó seriamente. -Dijiste que no está permitido jugar en la mesa.
Me mordí la lengua para mantener a raya la risa por la mirada en su rostro. Por supuesto, después Ethan tenía que hablar, -Y, papá, dijiste que no se tacleaba a nadie.-Vi a Stiles mordiendo su labio inferior. -¿Qué vamos a hacer con ustedes dos?-preguntó.
-Llamar a la abuela-contesto Sophie y se fue, pasándonos corriendo, para ir adentro.
-Oh, no, no lo harás.-Atrapé a la risueña niña y la abalancé en mis brazos. Su traje de baño me dejó incluso más mojado, pero no me importó. -Ustedes tres no van a decirle a nadie lo que vieron.-Mi familia no dejarían pasar saber que casi pierdo el control con Stiles delante de mis hijos.
Había demasiada maldad en los ojos de los niños para mi gusto. Miré a Stiles y él asintió. -Tendremos que sobornarlos hasta que tengan planeado algún tipo de chantaje.
-¿Qué tenemos que hacer para que se queden quietos?-pregunté.
-Necesitamos discutir esto con Sophie-contestó Ethan. La puse abajo y corrió para unirse con los chicos en un grupo. Susurraban entre ellos y miraban sobre sus hombros hacia nosotros de vez en cuando. Sabía que podíamos amenazarlos, pero esto era más entretenido.
Después de lo que pareció una intensa discusión, se dieron la vuelta hacia nosotros. Me preparé para lo peor. -¿Podemos ir al zoológico?-preguntó Leo.
-Necesito discutir esto con Derek-dijo Stiles, molestándolos un poco mientras me jalaba lejos de ahí. -Podemos ir al zoológico, si tu quieres-susurró. -Solo asegúrate que no me convenzan de nada. Lo último que necesito es regresar a casa con una cebra como mascota o algo.
-Creo que el zoológico es una gran idea. Solamente les explicaremos que una cebra no entrará en la camioneta.-Me giré hacia los niños. -Deberán cambiarse de sus trajes de baño antes de irnos.-Ellos corrieron hacia la casa.
-¿Traes ropa extra contigo?-preguntó Stiles.
Asentí. -En la camioneta. ¿Por qué?-Miró hacia el tobogán y de regreso hacia mí. Sonreí y tomé su mano otra vez. Juntos, corrimos y nos dejamos caer en el plástico, deslizándonos rápidamente y chocando contra la pequeña alberca al final. -Esto va a dejar una marca.
-¿Qué sucede? ¿Te estás volviendo demasiado viejo para este tipo de cosas?-me molestó Stiles.
-Te mostraré qué tan viejo.-Lo tumbé y presioné mis labios contra los de él. Eran tan malditamente suaves.
-¿Stiles?-Demonios. Atrapado nuevamente. Sophie corrió hacia donde estábamos nosotros. -¿Podrías arreglar mi cabello?-preguntó dulcemente. Stiles me empujó ligeramente de él y se puso de pie. Quería jalarlo hacia abajo, pero tenía la suficiente decencia como para comportarme delante de mi pequeña de tres años. Sophie me sonrió. -Lo siento, papi.
Besé su mejilla sin mojarla. Entonces, Stiles tomó su mano y la llevó hacia dentro. Corrí a la camioneta para tomar mi maleta y entré a uno de los cuartos de invitados para secarme y cambiarme. Podía haber ido al cuarto de Stiles, pero sabía que era peligroso con nuestros hijos despiertos y en la casa.
Los chicos estaban sentados en el sofá viendo Animal Planet cuando entré. Ethan se movió un poco, para que así pudiera sentarme entre ellos. Atrapé a Leo sonriendo junto a mí. -¿Por qué estás sonriendo?-pregunté, sin poder contener mi propia sonrisa.
-Besaste a papá- contestó.
-¿Eso está bien para ti?-Sabía que mis hijos amaban a Stiles, pero no estaba cien por ciento seguro de cuánto le agradaba a Leo, sin importar cuán brillantemente estaba sonriendo. No pasaba tanto tiempo con él como me gustaría.
-Sí, señor-respondió rápidamente. -Necesitarás hablar con Pa de todas formas-añadió. -No te preocupes si saca su pistola. No te disparará.-Arrugó su nariz. -No creo.-Bueno, eso fue reconfortante.
Stiles vino con Sophie. -Estamos listos ahora.
Por suerte, el zoológico no estaba muy lleno. Sophie estaba montada en la espalda de Stiles con sus pequeños bracitos enrollados flojamente alrededor de su cuello. Yo estaba haciendo mi mayor esfuerzo por convencer a los chicos de que podía hablar con los animales.
-Dile a él que se acerque-dijo Ethan, retándome.
Suspiré y me giré hacia el simio. -Disculpe.-Escuché resoplar a Stiles. -¿Podría acercarse un poco, para que estos chicos puedan mirarlo mejor?-Me detuve por un momento. -Oh, ya veo.-Miré a Ethan y a Leo. -Ella no vendrá. Creo que heriste sus sentimientos cuando la llamaste un él.
Leo miró a Stiles. -¿Está mintiendo?
-¿Cómo voy a saberlo?-contestó con una cara seria. -Yo no hablo con animales.
-Si puedes hablar con animales, ¿por qué no lo habías hecho antes?-preguntó Ethan. Él creía que me tenía atrapado con eso.
-No me gusta presumir-contesté
Stiles intervino, -Ahora sé que está mintiendo.
Lo empujé con mi brazo. -Traidor.-Continuamos hacia la casa de los reptiles, donde Sophie vino conmigo. No le gustaban las serpientes, así que escondió su cara en mi cuello y me pidió que le dijera cuando terminara. Los chicos, sin embargo, pensaban que eran las cosas más geniales en el mundo. Vi mientras Leo se giraba hacia Stiles.
-No-fue todo lo que tuvo que decir. Él suspiró y siguió mirando. No pude evitar soltar una risita.
Una de mis partes favoritas fue la exhibición de murciélagos. Ethan y Leo sostuvieron las manos de Sophie ya que la caverna estaba bastante oscura. Pensé que era genial que ellos se llevaran tan bien. La mayoría de los chicos no querían salir con sus hermanitas, pero a ni Ethan a ni Leo parecía importarles. Mientras pensaba en todo esto, sentí una suave mano sujetar la mía. Miré hacia abajo para ver a Stiles mordiendo su labio. -Odio la oscuridad. Dile a alguien, y te mataré-susurró. Sonriendo, jalé mi mano libre para que pudiera enrollar mi brazo alrededor de sus hombros y jalarlo hacia mi lado. No iba a molestarlo por esta debilidad recién descubierta; simplemente iba a asegurarme de que visitáramos un montón de lugares oscuros de ahora en adelante.
Cerca de la hora de la cena, ordenamos algunas hamburguesas y perritos calientes y fuimos hacia un área de picnic. Estaba cerca del área donde podías acariciar a los animales, para que cuando los niños terminaran de comer, los dejáramos ir a ver a los animales. -Tal vez no regresemos a casa con una cebra, ¿pero cómo te sientes con una cabra?-pregunté.
Stiles sonrió, pero mantuvo sus ojos en los niños. -Sólo si se queda en tu casa. Mi perro casi le dobla el tamaño a un caballo.
-Tú nunca has estado en mi casa-me di cuenta. Era raro, ya que mis hijos prácticamente vivían en la suya. -Tienen que venir mañana. Cocinaré la cena para nosotros cinco, y tú y Leo pueden pasar la noche.
-No hay manera de que le deje a Liam el dominio de mi casa por una noche entera-dijo Stiles.
-Haré que Scott lo arreste por algo-ofrecí.
Stiles lo pensó por un momento antes de sonreír. -De acuerdo, pero dormiré en el cuarto de invitados.
Saqué mi labio inferior. -Pero mi cuarto es muchísimo mejor.
-Qué bueno, porque ahí es donde vas a dormir. Imagina si esos tres nos atrapan juntos en la cama. Necesitaríamos comprarles este zoológico para mantenerlos quietos-contestó.
-Puedo hacerme cargo-sonreí. Sabía que no había manera de que ganara en este momento, pero iba a intentar nuevamente cuando lo tuviera en mi casa.
Antes de que cerraran el lugar, tomamos el tren que paseaba por todo el zoológico. Los vagones eran lo suficientemente grandes como para que los cinco nos sentáramos junto. Sophie gateó hasta sentarse en mi regazo. -Tengo sueño, papi.
-Puedes dormirte. Papi te tiene.-Enrollé mis brazos alrededor de ella y besé la parte de arriba de su cabeza. Se revolvió en mi pecho y cayó rendida en menos de dos minutos. Los chicos ayudaron a escogerle un animal de peluche de la tienda de recuerdos antes de que nos fuéramos, ya que ella seguía inconsciente.
Camino a casa, pude escuchar a Leo susurrándole a Ethan. -Eso fue divertido. Siempre me pregunté cómo sería.
Ethan preguntó lo que yo quería saber. -¿Cómo sería qué?
-Tener a otro papá-respondió quedito.
-Es genial-dijo Ethan. -Pero quiero a otro papi también.-Le di una mirada Stiles, sabiendo que él podía escucharlos también. Tenía una sonrisa triste, así que me moví para sujetar su mano, llevándola a mi regazo. -Te presto a mi papá si tu me prestas al tuyo-ofreció Ethan.
-Trato-dijo Leo. Le di un apretón a la mano de Stiles, y él entrelazó nuestros dedos en respuesta.
Encaminé a Stiles a la puerta cuando llegamos a su casa. Leo estaba tan adormilado que fue directo hacia dentro después de darme un abrazo y dejarme besar la parte de arriba de su cabeza. -Te tengo algo.-Le dije a Stiles, ofreciéndole una bolsa de la tienda de regalos del zoológico.
Me miró escépticamente antes de tomar y sacar el animal de peluche. Sus labios se torcieron hasta que formó una sonrisa. -¿Hale, qué diablos es esto?-preguntó, viendo al lobo de peluche.
Sonreí. -Quería que tuvieras algo que te recordara a mí cuando estuvieras dormido sin mí. Siempre me llamas sourwolf, así que esto parecía encajar.
-Encaja perfectamente-sonrió. -Ahora ve a casa. Estoy cansado.
-No puedo-contesté. -No me has dado mi beso de las buenas noches todavía. Es un requisito ahora.
Enrolló sus brazos alrededor de mi cuello y se paró en los dedos de sus pies para un rápido, suave beso. -Gracias por el lobo.
Sonreí. -Cuando quieras.
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¡Waazaaa! xD
¿Qué les pareció él capítulo? UwU
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