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Capítulo 19

Derek

Liam le estuvo echando el mal de ojo a Stiles por el resto de la tarde. Obviamente, su odio hacia los ratones iba más al extremo de lo que me había imaginado. Stiles todavía no me había delatado como su cómplice, pero me tenía aguantando la respiración. De cualquier forma, cuidaría mis espaldas.

Después de que todos se fueron, Stiles quería tener algunas cosas hechas en su casa antes de venir. Ethan y Sophie quisieron quedarse con él, así que me imaginé que estaría solo por un rato. No me esperaba que Leo quisiera venirse conmigo. Por supuesto, Stiles dijo que estaba bien, y definitivamente no me importaba, así que los dos nos dirigimos a mi casa.

-Tu papá me dijo que ustedes platicaron hace un rato... acerca de tu otro padre biológico.-Desee que Stiles me hubiera dicho de lo que hablaron hace rato. Esto me ponía nervioso.

Leo arrugó su nariz. -Él no es mi papá. Él no me quiso.-Su voz era triste, pero se encogió de hombros como si no fuese la gran cosa.

Aparqué el coche a un lado. -Hey -dije suavemente, atrayendo su mirada hacia mí. -Él no te conoció. Si lo hubiera hecho, no habría manera de que él hubiera podido apartarse. A mi entender y parecer, él se lo pierde y yo me lo gano.

-¿Tú quieres ser mi papá?-preguntó como si no pudiera creérselo.

-Si puedo hablar con tu papá sobre ello-contesté. -¿Eso está bien para ti?

Sus ojos se iluminaron. -¡Sí!-Entonces empezó a divagar emocionadísimo. -¿Podemos ir a pescar? Papá intentó llevarme, pero él atrapó una anguila y brincó fuera del bote. Pa dijo que asustó a todos los peces. Fue divertido.

Solté una risita. -Estaré feliz de llevarte a pescar, pero por ahora lo mejor será que lleguemos a casa antes de que tu papá esté ahí. Pensará que te secuestré.

-¿Puedo conducir?-preguntó.

-Pregúntame de nuevo cuando puedas alcanzar los pedales-me comprometí.

Leo sonrió. -Tenía que preguntar. Papá hubiera dicho que no.

Si era lo suficientemente afortunado para ser su padre, sabía que me iba a mantener con pies de plomo. El chico era demasiado listo para su propio bien, pero no lo habría querido de otra forma.

Llegamos antes que Stiles, así que Leo tuvo la idea de que deberíamos hornear algo para cuando ellos llegaran. Afortunadamente, tenía una de esas mezclas de galletas de chocolate listas para hornear en la nevera. El producto final nos hizo parecer como chefs gourmet. Mientras Stiles no encontrara el papel de envoltura, no notaría la diferencia.

-Cariño, estamos en casa-canturreó Ethan mientras caminaban dentro de la casa.

Stiles estaba sosteniendo a Sophie, quien inhaló profundamente. -Huelo galletas.

Sonreí y besé a mi pequeña y a mi novio. -Leo y yo hemos estado esclavizándonos en la cocina toda la noche para hacerles estas a ustedes, chicos.

-¿En serio?-dijo Stiles. -Yo uso las que son listas para hornear.

Bueno, mierda. Suspiré. -Nosotros también.

Sonrió. -¿Esclavizándose, huh? ¿Qué? ¿No pudieron abrir el empaque?

-Yo hice esa parte-dijo Leo orgullosamente.

Nos sentamos alrededor de la mesa, comiendo galletas y bebiendo leche. Los chicos nos estuvieron contando todo sobre su estadía con Max y Talia. Éramos una maldita familia adorable. Eventualmente, enviamos a los chicos a lavarse y a la cama. Arrojé a Stiles sobre mi hombro, al estilo de hombre de las cavernas, y me dirigí a mi cuarto.

Por supuesto, él se quejó todo el camino. -Si no estuviera asustado de que me dejaras caer, te mordería el trasero.

Lo arrojé sobre mi cama. -No me habría importado de todas formas. -Trepé hasta quedar sobre él.

Escuchar la lluvia golpear la ventana, normalmente me haría dormir más fácilmente, pero teniendo a Stiles tumbado junto a mí, debió cancelar el efecto. No podía parar de tocarlo. Tenía que convencerlo de que durmiera con mi camisa otra vez. Ver mi nombre en su espalda me hacía cosas extrañas.

-Hale, te amo, ¿pero por qué diablos me estás manoseando?-preguntó, girándose.

-Lo siento-dije, acariciando su mejilla. -Pensé que estabas dormido.

-Lo estaba-sonrió. -Pero me imaginé que si ibas a tener suerte, quería estar despierto para ello.-Me incliné hacia abajo y lo callé de la mejor manera que sabía.

Hubo un ligero golpe en la puerta, que causó que nos separáramos. Stiles se sentó mientras yo iba a quitar el seguro a la puerta, agradeciendo a Dios de que Stiles insistiera en cambiar las sábanas antes de que nos fuéramos a dormir. Encontré a tres pequeñines en el pasillo.

Leo me vio, disculpándose. -Sophie estaba asustada de la tormenta.-Ethan asintió lo mejor que pudo. Sophie estaba a punto de caer dormida en su espalda. Había estado tan envuelto en Stiles que ni siquiera me di cuenta de la tormenta que caía afuera. Habría esperado esto de cualquier forma. Ethan y Sophie solo venían a mi cuarto en la noche cuando había una fea tormenta.

-Supongo que ya que Sophie está asustada-me moví a un lado para dejarles pasar. Tomé a Sophie de Ethan, para que pudiera moverse más fácil.

Los chicos se metieron de cada lado de Stiles. Él enrolló sus brazos a su alrededor. -No puedo creerles a ustedes dos, despertando a la pobre Sophie-dijo en broma.

Leo frunció el ceño. -¿Cómo supiste?

-Soy un papá -sonrió, besándolos en la parte de arriba de la cabeza. -Ustedes no deberían estar avergonzados por tener un poco de miedo. Todos le tienen miedo a algo. Miren a Derek, él le tiene miedo a Pa.

Juguetonamente, le puse una mala cara, y tumbé a Sophie a un lado de Leo antes de echarme junto a ella. -No le tengo miedo a él. Le tengo miedo a su arma.

Los chicos soltaron risitas y Sophie se dio la vuelta, arrojando su pequeño brazo sobre mí. Stiles sonrió, -De acuerdo, ustedes dos, a dormir. Espero que ninguno de los dos tiren patadas. -Cuando estuvieron completamente arropados y dormidos, miró por encima hacia mí y sonrió. -Supongo que encontramos otro beneficio de tener una cama grande.

-Te prometo que no lo hacen así de seguido. -No quería que Stiles se preocupara por tener niños en la cama con nosotros cada noche, asumiendo que pudiera tenerlo a él en mi cama cada noche.

-No me importa, ni ahora ni para entonces. En poco tiempo, pensarán que son demasiado mayores para esto, y probablemente nos lo perderemos -dijo, pasando ligeramente sus dedos a través del cabello de los chicos.

Me incliné para darle un beso de buenas noches. -Ve a dormir, trasero lindo-susurré.

-Buenas noches, amargado. -contestó.

A la mañana siguiente, levanté a todos. Era obvio que solo Ethan y yo éramos personas madrugadoras. Sophie encajaba bien con los Stilinski. Primero, íbamos a dejar a Ethan y a Leo a la escuela, y después dejaríamos a Sophie en el preescolar. Ninguno de ellos se veía dispuesto a hacerlo. Ayudé a los chicos a escoger sus ropas, mientras Stiles se hacía cargo de Sophie.

-Tienen que comportarse-les dijo Stiles. -Si no lo hacen, me harán quedar mal.

-Sé que los chicos serán buenos-dije confidencialmente. -Ninguno quiere ser enviado a la oficina de la Directora Hale. -Lidya amaba a morir a los niños, pero ella sabía cómo mantenerlos bajo control. Me imaginaba que tenía un montón de experiencia por todos sus años con Jordán.

Leo estaba un poquito nervioso, ya que era su primer día en una escuela nueva. Me arrodillé delante de él afuera, mientras Stiles llenaba su papelería. -Un montón de tus compañeros de equipo van a esta escuela, y tienes a Ethan para mostrarte cómo va todo. Estoy seguro de que serás uno de los chicos más geniales en la escuela dentro de poco tiempo.

-Gracias, Derek. -contestó.

-¿Listo para entrar?-preguntó Stiles, regresando. -Conocí a tu profesora, la Sra. Cheney. Es muy amable.

Él asintió. -Puedes darme un beso de despedida, si quieres.

El niño le hizo el día. Se agachó y besó su mejilla. -Te amo. Ten un buen día. -Se giró hacia Ethan e hizo lo mismo. -También te amo. Los veré esta tarde.

Nuestra siguiente parada era el preescolar de Sophie. Ella se sostuvo de nuestras manos mientras caminábamos al interior. No quería dejarnos al principio, pero luego su profesora, la Señorita Claire, la convenció de que iban a divertirse juntas. Estaba un poquito indecisa al principio, pero una vez que Claire le habló sobre galletas para la hora de la merienda, estuvo vendida.

-Tienes todo el día para ti solo. -dije mientras manejaba con Stiles de vuelta a casa. -¿Crees que serás capaz de manejarlo?

-Eso creo. Iré a mi casa a trabajar en mi novela. Mantén un ojo en Liam por mí, de todas formas. Si deja la oficina, llámame. -Era precavido, y no podía culparlo. Su hermano estaba dos cabezas más loco que él. Cualquier cosa podía pasar.

Lo besé bien y con fuerza antes de dejarlo para ir a trabajar. Desde que admitimos cómo nos sentíamos el uno por el otro, lo único que cambió había sido la parte física de nuestra relación. Stiles seguía siendo sarcástico. Yo seguía siendo un amargado. Si funcionaba para nosotros, ¿para qué cambiarlo?

Liam estaba sentado en su escritorio cuando entré. -¡Buenos días, Jefe! -sonrió. -¿Se divirtió durmiendo con mi hermano?

Dos podían jugar a este juego. -¿Te divertiste durmiendo con Scott?

-Touché.-Se veía aturdido e impresionado. -¿Cómo diablos supiste sobre eso?

Mierda. -¿Suerte, supongo?-Me miró de arriba a abajo. Traté de no lucir culpable. -Debería irme a trabajar.

De pronto, jadeó. -¡Estabas ahí también! ¿Es por eso que la puerta de mi armario estaba cerrada, verdad?

-Aguanta mis llamadas -le dije sobre mi hombro. No había manera en que me diera la vuelta. Había entrado en la lista negra de Liam.

Me encerré en mi oficina y me dispuse a trabajar. Ya que mis hermanos y yo éramos propietarios del lugar, no teníamos que hacer mucho por las construcciones actuales. Por supuesto, de vez en cuando lo hacíamos, ya que a todos nos gustaba construir cosas.

De vez en cuando echaba un vistazo para asegurarme de que Liam seguía ahí. Si se las arreglaba para escabullirse mientras yo estaba escondido en mi oficina, Stiles nunca me dejaría escuchar el final de eso. El hecho de que él me ponía las cosas difíciles era una de las cosas que amaba de Stiles.

Mi teléfono sonó, trayéndome de regreso de mis pensamientos. Revisé quién estaba llamando y una sonrisa atravesó instantáneamente mi cara. -Hola, trasero lindo.

-Hay alguien en mi casa.

-¿Qué?-Ya estaba fuera de mi silla y tomando mis llaves.

-No sé quién diablos es. No reconozco su voz, pero me conocen.

Me apresuré a mi auto. -Voy en camino. ¿En dónde estás ahora?

-Sentado en mi Jepp. Voy a huir si ellos salen.

Stiles se quedó en el teléfono conmigo hasta que estuve ahí. Cuando aparqué detrás de su camioneta, corrí hacia él y lo puse en mis brazos. -¿Estás seguro de que hay alguien?

-No tengo voces en mi cabeza, si es lo que estás preguntando -contestó. -Él dijo mi nombre, y entonces empezó a burlarse de mí. Es una jodida película de horror.

Lo primero que pensé fue que eran Peter y Paige, pero teníamos órdenes de restricción contra ellos. No podía ser Jackson, porque John lo corrió del pueblo. Yo no era el único al que le asustaba ser disparado. No estaba cien por ciento seguro de que Jackson lo lograra sin ser disparado. No te metas con el niñito de un hombre, especialmente del jefe de policía. -¿Qué quieres que haga? Debemos llamar a Scott.

Stiles sacudió su cabeza. -Creo que podemos arreglárnoslas. Solamente estoy histéric0 -admitió. -Cargo un bate de beisbol en mi camioneta justo ahora. Puedo usarlo. ¿Tú traes algo?-preguntó.

-Tengo un desmontador de llantas. -contesté, sacándolo de la camioneta. -¿Estás seguro de esto? ¿Qué pasa si él tiene una pistola o algo?

-Corres-dijo Stiles. -Pero creo que si tuviera un arma, ya me habría llegado.

Ese pensamiento hizo que mi sangre se helara. Podría matar a cualquiera que hiriera a mi Stiles. Ahora tenía una recién descubierta necesidad de atrapar al intruso. -Hagámoslo.

Cuando abrí la puerta, lo escuché. -Sal, Stiles, sal de donde sea que estés.

-Creo que está en mi habitación-susurró.

Nos deslizamos por el pasillo. Me aseguré de que Stiles permanecía detrás de mí; el asqueroso seguía llamándolo. Cuando llegamos a su cuarto, abrí la puerta de una patada y retrocedí. Las burlas se detuvieron. Apreté mi agarre en el desmontador e hice mi camino con precaución con Stiles justo detrás de mí.

-¡Ataca!

Stiles gritó y yo me empecé a balancear. Un maldito loro voló hacia abajo y se abalanzó sobre nosotros, yendo hacia el pasillo.

-¿Qué diablos?-grité. Estaba atónito porque ese maldito pájaro me había sacado un susto de muerte.

Stiles estaba en el piso, riéndose ahora. -Lo siento. Hicimos todo esto de James Bond sobre un loro.

-¡Vamos!-grité. -El bastardo sigue en la casa.

Se puso de pie, tratando de recomponerse. -Tienes razón. Necesitamos defender nuestros dominios.

Asentí. -Malditamente cierto.

-¡Stiles! ¡Stiles! Sal, sal de donde sea que estés.-La maldita cosa se estaba burlando de nosotros. No iba a dejar que siguiera con esto.

Hicimos nuestro camino por la casa otra vez; sólo que ahora, mantuvimos la mirada por encima de nosotros. Stiles negoció nuestro bate y desmontador por fundas para almohadas. Quería matarlo. Él quería atraparlo. Supongo que estaba sobreactuando un poquito.

-¡Mira!-gritó Stiles.

-¡Ataca!-El maldito pájaro se lanzó hacia mí otra vez. Me arrojé hacia eso con la funda para almohada, pero fallé, chocando con el sofá. Stiles trató de atraparlo, pero cayó sobre la mesita para café. -¡Stiles! -esto continuó por varios minutos. No podíamos atrapar a la maldita cosa.

-¿Cómo llegó hasta aquí?-pregunté.

La puerta se abrió y Theo entró. Silbó y sostuvo su brazo, cubierto por un guante. El loro voló por encima y aterrizó calmadamente sobre su brazo. -Buen trabajo, Venny-le sonrió a Stiles. -Eso es poco para una venganza.-Entonces, hizo su versión de una risa malévola.

-Gorda-dijo Venny.

-Tú, hijo de perra-gruñó Stiles.

-Hora de irnos, Venny. -Theo se fue, llevándose a la diabólica ave con él.

Stiles se arrastró hacia donde yo estaba tumbado en el piso. -Esa fue una buena-admitió.

-¿Cosas como esta te pasan a menudo?-pregunté.

-Mantienen la vida interesante. -Contestó. -Lamento haberte sacado del trabajo por esto.

Acomode su flequillo hacia arriba. -Nunca estoy demasiado ocupado para salvar a mi damisela en peligro.-bromeé.

Él resopló. -No pudiste arreglártelas con un maldito pájaro. Odiaría verte contra un dragón.

-Tampoco fuiste de mucha ayuda, aventándote a mesitas para café-contesté.

-¿Soy la damisela, recuerdas? ¡No se supone que tenga que ayudar!-sostuvo en broma. Estábamos llenos de mierda. Se tumbó junto a mí. -Tenemos que esperar un tiempo antes de tomar la revancha. Necesitamos darle una falsa sensación de seguridad.

Tenía el presentimiento de que estaríamos en sillas de ruedas y esta disputa seguiría en pie. Tomé su mano con la mía, entrelazando nuestros dedos mientras nos tumbamos en nuestras espaldas, mirando al techo. -Así de insano y aterrador como estuvo, tuve un ataque.

-Oh, gracias Dios. Tenía por seguro de que ibas a dejarme después de esto -dijo Stiles.

-De ninguna maldita manera-contesté. ¿Estaba loco? -No iré ninguna parte.-Gemí y me senté. -Excepto de vuelta al trabajo. Liam sabe que estuvimos en su armario, así que ahora los dos tenemos que cuidarnos las espaldas.

-Eso es bueno. Que te jueguen una broma es más divertido cuando tienes un compañero-sonrió.

Me puse de pie y lo ayudé a incorporarse en sus pies. -Te amo, trasero lindo.

Seguía frunciendo el ceño por ese apodo. -También te amo, Sourwolf.

Después de trabajar, me detuve en el hospital para una rápida visita con Max. Él me recibió en su oficina. -¿Qué puedo hacer por ti, hijo?

-Quiero casarme con Stiles. -solté.

-Sabía que eras un chico listo-contestó.

-¿No crees que es demasiado pronto para que se lo pregunte? No quiero echar a perder esto.-Había mucho de por medio. No solo era entre él y yo. Si lo perdía, perdería a Leo, e Ethan y Sophie iban a perder a su otro padre.

Max se recargó hacia delante, poniendo sus brazos en su escritorio. -Hijo, el tiempo no importa. Es diferente para todas las parejas. Si amas a Stiles, y quieres pasar tu vida con él, ¿entonces por qué esperar?

-Es solo que estoy nervioso-admití. -Quiero hacer las cosas bien esta vez.

-Lo harás-prometió.

-¿Por qué tienes tanta fe en mí?-pregunté.

-Stiles significa mucho para ti -contestó. -Ellos significan mucho para ti. No tengo duda en que harás todo lo que puedas para hacerlos felices, y sé que él haría lo mismo por ti.

Asentí. Por supuesto que lo sabía, pero que papá me lo confirmara me hizo sentir mucho más seguridad. Sabía qué era lo que tenía que hacer, y no buscaba ir por ello.

Iba tener que visitar a John.

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¡Hola a todos! :D
Una larga semana sin poder actualizar :( por suerte ya se acabaron mis exámenes.
Así que aquí está otro capítulo UwU ¿qué les pareció? :)

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