Stigma
Mi piel dolía.
Cada parte, cada músculo, cada centímetro. Eran incontables punzadas de dolor las que sentía.
Mi cuerpo era zarandeado, sujetado, azotado, golpeado y masacrado. Estaba recibiendo la peor golpiza de mi vida, pero no podía estar más alejado de la realidad.
Con cada patada o puñetazo, me perdía más y más en las infinidades de mi memoria, tratando de enfocarme en el vago recuerdo de un rostro.
Eso era lo que me mantenía aún atado al mundo, su sonrisa pequeña, sus labios delgados, su nariz de botón, aquel estilizado cuerpo y aquella pequeña cicatriz en su ceja.
Oh, aquella cicatriz.
Aquella que se hizo el día que nos conocimos.
Era un día duro de combate, de esos que resultaban con sangre por todas partes; enemigos y aliados esparcidos en la inmensidad del campo, con miles y miles de cadáveres esperando para tener una sepultura.
En aquel momento mientras mi respiración comenzaba a entrecortarse y mis ojos enfocaban metódicamente el atardecer, preparándome para mi último suspiro, fue su figura contrastando con los colores vivaces del cielo.
Al reconocerme, viendo mi uniforme escurriendo con el líquido rojizo, por alguna razón sus manos habilidosas olvidaron cómo sujetar su arma.
Él era el enemigo, su deber era asesinarme en vez de mirarme con ojos de compasión. Somos contrincantes por naturaleza. Pero él ignoró cualquier signo de alarma y me refugió en sus brazos, protegiendo mi vida aun a costa de la suya.
Aunque la guerra no estuviese ni cerca de terminar.
Ambos, entre lamentos y quejidos avanzamos sujetandonos y apoyándonos mutuamente. Rogando en silencio el no caer en la desesperación por nuestra situación.
Aún si me concentró bien, puedo sentir su aroma colandose por mi nariz, ese tinte azucarado empalagoso, mezclado con sangre ajena y propia espolvoreada en su frágil cuerpo.
Sin embargo, algo de lo que más atesoro, es verle su frente goteando luego de caer en una de las trampas que los suyos habían creado. Yo estaba herido, mucho más que él, pero su valor y compromiso conmigo fue lo que me hizo sacarlo con mis últimas fuerzas, antes de caer desmayado con su figura abrazando la mía.
Si lo pienso, nunca le pregunté porqué no me mató cuando podía. Yo era su mayor amenaza, aun estando a punto de morir y sin mi arma. Pero él no me dio ningún motivo para desconfiar, mucho menos al despertar y ver mis heridas con ungüento y vendas.
Eso parece tan lejano.
Haberlo conocido fue como el paraíso. Nunca podré tener la oportunidad de estar en ese lugar pero por como lo describen, por como dicen que es... Por lo que me hace sentir ese hermoso hombre, puedo decir que él fue mí paraíso.
Me es imposible reprimirme en pensar en sus ojos rojos, sus facciones blancas tan etéreas, su rostro tan hermoso, su sonrisa tan única, su tacto tan suave, su mirada tan cálida, sus labios tan…
Ahh... No sé cómo logró tenerme de un momento para otro entre sus manos. Solo una mirada bastó para que iniciara nuestro trágico pecado.
Dos clanes en una mortífera pelea y un amor mutuamente despreciado.
—Kim Taehyung — Su voz sonó a mi derecha luego de dar un portazo. No podía abrir los ojos de lo hinchados que estaban, pero su aroma llenó mis fosas nasales provocando las náuseas que la golpiza no me dieron.
Mis oídos agudos captaron como con sus zapatos de piel se acercaban a mi. Cada paso siendo un sonido sólido contra el suelo. Su presencia dándome un escalofrío.
—Levantenlo — Ordenó a los hombres que me habían estado destruyendo por quien sabe cuanto tiempo.
Su mano gélida acarició mi rostro con sumo cuidado, como si estuviera acariciandome las heridas.
—Es una lastima Taehyung, hubieras sido un magnífico ejemplar. Un lobo fuerte, con más templanza de la habitual y con una voluntad de acero — Detuvo sus toques para acercarse más a mi rostro. Era imposible que su, ahora, asfixiante aroma no me mareara. Ese toque dulzón empalagoso que le rogaba a mi lobo por amor. — Si tú no fueras tan orgulloso y descarado, posiblemente estuvieras con mi familia organizando los preparativos para nuestra boda. Porque puedo asegurar —Siseo muy cerca a mi oído — Que lo hiciste por venganza.
Y como si fuese su intención lastimarme más, sujeto mi mandíbula y mantuvo mi rostro estático al darme un beso en la punta de la nariz.
—Pero decidiste traicionarme. — Susurro contra mi rostro—Traicionar tú manada, traicionar tu familia y hasta tu propia naturaleza. ¿Y todo porqué? — Hizo más presión en el hueso, sacándome de inmediato un quejido que murió en mi garganta. —Por ese maldito omega Min YoonGi.
Mis ojos se aguaron inconscientemente al recordar a Yoongi, él posiblemente la esté pasando peor que yo.
—Murió diciendo tu nombre— Soltando mi rostro como un latigazo, rio escandalosamente con esa risa que deteste desde el primer día. — Su última palabra fue tú nombre.
El nudo en mi garganta creció y mi pecho dolió, el ruido ensordecedor que comencé a escuchar de su retumbar y las palpitaciones veloces. Se volvió un caos mi mente y fue así como lentamente mi parte humana cedió, dándole todo el control a mi alfa.
---------------
Estaba oscuro, mi piel seguía ardiendo pero no era tanto. Estaba sentado, con las manos pegadas a la mesa por los grilletes fríos que me cortaban la piel.
La sensación amenazante del ambiente, era en extremo perceptible. Sobre todo para mi, luego de haber dejado salir mi alfa, mis sentidos eran más profundos y salvajes, completamente alerta.
—Él la mató — Dijo alguien a mi espalda, como si estuviera susurrando, pero la desesperación en su voz le había obligado a levantar el tono — Se soltó de los amarres y le desgarró el cuello a mordiscos.
—Pero era una alfa de alto nivel, ¿cómo es eso posible? — Otra voz femenina fue la que respondió y pude reconocerla de inmediato. Si Seo SooJin estaba presente para el juicio, era casi imposible salir favorecido. Era la declaración de que al terminar debía cumplir mi castigo definitivo.
—No lo sé, pero esto se está saliendo de control.— La primera persona siguió hablando, pero modulando mejor su voz, siendo imposible para mi no escucharla porque mi atención estaba complemetne centrada en eso que decían —Ese omega se sigue resistiendo, su cachorro es fuerte.
—¿Ca-cachorro?
Sabía que hablaban de YoonGi, en un clan de purasangre alfa como el mio, quienes competian por territorio contra el clan omega, la mantención de su raza en nuestros muros era simplemente irracional.
Pero Yoongi no estaba embarazado…. Eso era un simple mito. Y por lo que dijo SeJeong, él había muerto.
No, Yoongi no…
Los murmullos inundaron mi alrededor. Podía escuchar todas esas personas diciendo cosas sobre mi o YoonGi, acerca de nuestra relación y lo pecaminoso de nuestros actos.
Mi mente se sumergió así misma en un fondo de dolor y resentimiento.
Si no me hubiese enamorado de YoonGi, ni su vida ni la mía habrían tomado el rumbo que tomaron. Yo nunca debí arrastrado a esto, yo….
— Quitenle el manto.
Mis ojos se demoraron un poco para acostumbrarse a la luz. Podía abrir casi todo el derecho, pero el izquierdo quedaba a la mitad y era un poco borroso. Por lo que seguramente habían pasado unos días de mi encuentro con SeJeong.
Me sorprendió que estuvieran todos los líderes de la manda mirandome fijamente desde la mesa de juzgamiento. La tribu a mis lados temblaban de miedo ante lo imponentes que se veían de cerca, con sus miradas escalofriantemente negras y rasgos casi animales.
Estaba seguro qué sería una fecha para recordar.
—El juicio para el Alfa de nivel Dominante, ministerio Kim. Kim Taehyung, da inicio. — El líder habló en un rugido para los presentes acallandolos al instante, mis instintos como el de los demás, obligándome a mostrarle respeto.
— Las pruebas son contundentes. —Siguió , enfocándose en mi directamente, calando profundo en mi mente— Fue encontrado en el extremo sureste del refugio de alfas de baja clase con un Omega.
Los murmullos no se dieron espera, la mayoría de mi clan tenía un repudio arraigado a los omegas innato, los consideraban inferiores por múltiples razones.
Yo también lo hacía, antes de conocer a YoonGi.
—El traidor y su amante fueron apresados y traídos a juicio, en donde les comunicamos que el omega en cuestión, se encontraba en semanas de gestación del alfa presente. Una abominación total. — El desprecio en su mirada era solo una atenuación a lo que todos los líderes pensaban de mí, mucho menos de lo que me irradiaban los de la manada.
El revuelo en la sala me descolocó, todos los alfas comenzaron a expeler sus hormonas tóxicas hacia mi y las alfas a escupir en mi dirección.
Pero se todo lo que ocurría mis pensamientos solo se centraban en que Yoongi estaba en cinta y jamás me lo dijo.
—¡Silencio! — Kim Namjoon, líder de mi ministerio rugió.
—Luego de mantener en custodia al alfa Kim, sus delitos escalaron a un nuevo nivel. Él usó su dominatio sobre la Alfa de Nivel Supus, ministerio Kim, Kim Se Jeong y la asesinó. Con ello, rompió toda oportunidad de indulgencia. Así que convocó a los líderes de cada ministerio a que alcen su voz y digan su veredicto.
—Ministerio Park lo encuentra culpable.
—Ministerio Bae lo encuentra culpable.
—Ministerio Lee lo encuentra culpable.
—Ministerio Chung lo encuentra culpable.
—El Ministerio Kim — Namjoon bajo su mirada y apretó muy fuerte sus ropas— Lo encuentra culpable.
La celebración de la manada se ensordecio cuando Namjoon y yo nos miramos a los ojos, solo existiendo y respirando juntos, como siempre había sido.
—Teniendo unanimidad de decisión, es innegable su sentencia. Se le dará muerte en la horca. —Namjoon boqueo y su arrepentimiento estrujó mi corazón. Él era mi hermano, mi hermano de sangre, aun cuando él había descubierto mi romance hace unos meses, no me había delatado y me estuvó cuidando, ahora era él quien ponía la soga en mi cuello.
No era justo para él.
Pero lo entendía, al igual que yo. No era nuestra culpa que mi manada o la de Yoongi fueran tan estúpidos para no ver lo innegable. Los alfa y omega nacieron para ser un complemento, no rivales.
—Mañana— El líder se levantó de su asiento y vocifero fuerte y claro— Al medio día, todos los que dicen pertenecer a la manada de Alfa, deberán presentarse en el panteón y ser testigos de las consecuencias de la traición.
—Si un alfa traiciona a su manada, no merece la vida.
—Si un alfa traiciona a su manada, no merece la vida— Los presentes recitarón luego de la voz del líder, lo que se nos había enseñado desde nuestro nacimiento. —Si un alfa traiciona a su manada, no merece la vida.
Así fue sellada mi condena.
-------------
Era pasada la medianoche, cuando alguien entró a mi celda. Entre borrones, de lo soñoliento que estaba luego de 3 dias sin dormir, capté una luz desde el pasillo extremo del calabozo y un muy acelerado Namjoon que me hablaba.
—Vamos Taehyung, no hay mucho tiempo. Se donde tienen a Yoongi, te llevaré a verlo.
Mi cuerpo en las precarias condiciones hizo lo posible por mantenerse en pie, pero fue Namjoon quien me ayudó a levantarme y a correr por el paraje trasero del lugar que usábamos como reclusorio.
La luna era la única que iluminaba nuestro tormentoso camino. Serpenteabamos entre los linderos de las cabañas y nos escondíamos de los pocos habitantes a esas horas.
Me hubiese detenido un poco a contemplarla, pero entre el afán del momento y mi necesidad por Yoongi, me privaron de la que sería la última vista de la luna en mi vida.
Namjoon me había cubierto con su abrigo más grande para disimular mi olor, pero entre jadeos, sabía que sería cuestión de tiempo para que alguien nos descubriera.
Mi rostro desfigurado, mi cuerpo lleno de moretones y el dolor constante en mi brazo izquierdo que seguramente sería por una fractura, no hacían que perdiera mi objetivo.
Llegaría a mi omega.
—Detente— Namjoon me jalo del gran abrigo y me arrastró al borde extremo de la última cabaña.
Sin notarlo, con el simple pensamiento de mi omega y con su olor dulzón abrazandome, mi caminar se había vuelto recto y decido. Estaba tan cerca de él que mi boca se hacía agua.
El último tramo lo pasamos con dificultad, nos adentramos en una cueva subterránea construida hace mucho. Está era lo suficientemente profunda para que quien fuese metido no pudiese escapar o quien intentase sacar algo, muriera en el intento si no conocía las trampas.
Yo no lo conocía, pero Namjoon al ser el líder del ministerio, si.
—¿Hay alguien ahí? — La voz temerosa de Yoongi retumbó por las paredes de piedra apenas entramos, siendo seguida por el murmullo de eco que moría contra mi cuerpo. —Por favor, ayúdeme.
Mis pasos dudaban, pero el agarre firme de Namjoon me daba la seguridad que huía de mí como una estampida.
—Mi amor soy yo— No entendía cómo era capaz de hablar, porque además del nudo en mi garganta, los golpes recibidos en mi cuello y los amarres, ponían rasposa y dolorosa mi voz— Estoy aquí.
—Tae, Tae, ¿Eres tú? — Yoongi no podía verme, ni yo a él, pero sentía su calor embriagarme con solo su voz. ¿Es que acaso era consciente de lo que me provocaba?.
—Si mi amor, aquí estoy — Namjoon tocó mi hombro y me indicó el sendero.
—Esperaré aquí, despidete de él. No puedo liberarte porque sabrán que fui yo. Pero esto es algo que merecen. Cierren este ciclo.
Mis ojos se aguaron y sin pensarlo abrace a mi hermano. Se había puesto en riesgo solo por mi, no solo sería mi despedida de Yoongi, también seria con Namjoon.
—No alcanzas ni a imaginar cuan agradecido estoy contigo, por esto, por mi vida en general. La luna me concedió el mejor hermano de la vida. —Namjoon sollozo aun en mi hombro y me empujo de nuevo al sendero, evitando mi mirada. —Anda, no tienes mucho tiempo.
El camino desde donde Namjoon me dejo a mi omega, era relativamente corto.
—Tae— Yoongi asomo su mano por la pequeña reja que le privaba de la libertad y con la luz colandose por un hueco en el techo de la estructura, mis ojos sólo pudieron ver con horror como le habían maltratado.
Él se había llevado la peor parte. Pero aun sonreía para mi. Mi corazón corría lo que mis piernas adoloridas no podían, pero aun así me acerque tanto que podía estar al alcance de su mano.
—Somos un desastre Tae— Rio acariciando mi rostro con delicadeza, pasando sus dedos por toda mi mejilla hasta rozar con la punta mis labios. — ¿Qué tan malo es que crea que te ves sexy?
Reí, lo que no había hecho en días, solo Yoongi sabía cómo hacerlo. Como lo amaba.
—Sería muy impropio de ti que no lo dijeras. Sé que te cautive con mis heridas desde el primer día que nos vimos. Soy sexy herido.
YoonGi miró de soslayo, perdiendo la sonrisa y cambiandola por sus labios fruncidos.
— Tengo algo que decirte, Tae— Su intento de sonrisa se desvaneció en el aire, siendo reemplazado por una mueca entre la tristeza y amargura — Yo no he sido completamente sincero contigo y no tiene sentido seguirlo ocultando. — Suspiró, aún acariciando mi rostro con sus manos sucias — El día que nos conocimos no fue un accidente. Cuando te vi, no vi un hombre o un alfa, vi una oportunidad. Me prometí a mi mismo que yo sería quien culminariá la guerra, que sin importar cómo lo conseguiría. Mi raza iba a ganar, porque yo encontraría los puntos débiles de los alfas y lo usaría para acabarlos.
Mi cara de estupefacción fue todo, lentamente me aleje de su tacto y sentí frío en la zona que hace segundos el sostenía.
Sabía que había una razón para ayudarme, pero llegar tan lejos….¿ Tantas cosas vividas juntos para que resultarán de esta manera?. Debía ser una broma, una jodida broma por parte del destino.¿ Es que no tener padres y ser ingenuo, no era castigo suficiente?
—Me mentiste — Le encare, sintiendo la sangre de mi cuerpo correr como un río desbordado, un río de lava que consumía todo y arrastraba llamarádas de odio. Vi como sus ojos se aguaron y bajaba su mirada al suelo, abrazando por instinto su un poco abultado vientre.
Asintió mientras las lágrimas se abarrotaban en sus ojos y caían desperdigadas por su rostro.
—Traicione a mi familia, traicione a mi manada, traicione mi raza, mi naturaleza. ¿Y PORQUÉ? ¡¿PORQUÉ?! — Aun con el nudo en la garganta, grité, la histeria siendo incontrolable, expeliendo sin cuidado mi sustancia tóxica — Un maldito clase baja, un omega.
Mis ojos se tiñeron de blanco, el alfa en mi manifestándose al sentirse burlado.
—Había estado escondiendo esto— Sus ojos rojos, llenos de miedo por mi aura se fijaron en mi cuello. Complemente a mi merced por mi olor— Pero lo admito para enterrarlo— Dijo bajito antes de seguir el camino basta encontrar mis ojos — ¡Pero no puedo aguantarlo más!.
Sollozo y cubrió con su mano su boca.
—Esto duele, Tae, duele mucho. Mis heridas sanaran, pero mi corazón…
—¿Tú corazón? —Le escupí — ¿Cuál corazón?.
—El que siento que se me desgarra, Taehyung, el que me hace considerar el que no voy a poder soportarlo. Antes simplemente era fácil de manejar. No te conocía, no te quería, no te amaba. Ahora siento que me ahogo si no estas conmigo, no paro de llorar porque lo que hice está mal. Realmente lo siento.
—No te creo— Susurre apretando mis puños y golpeando uno contra la reja, lo que provocó que se asustara— Cada palabra que dices, me hieres más. Incrustas un vidrio justo aquí, a la altura de mi corazón y me desgarras— Mi garganta dolía de tanto contenerme, pero sus ojos acuosos y desbordantes solo me enfurecian más. — Porqué yo creí que te protegía, que debía ser un alfa que pudiese cuidar desde la flor más delicada hasta a un omega en contra de mi manada.
Yoongi perdió el equilibrio y cayó sobre sus rodillas, descubriendo la bolita de vientre que tenía y que por primera vez, era capaz de apreciar por completo.
Él se cubrió con las ropas deshechas qué tenía y me miró desde abajo.
—Para de llorar — Le ordené — Y dime algo — Me agache a su altura para verle por completo el rostro mientras le preguntaba —¿Te burlabas de mi con tus amigos omega? ¿Les entretenias con las historias que te contaba?. — Sus sollozos aumentaron en volumen, mientras volteaba el rostro para evitar mirarme. — Solo dime que les decías que los alfas somos estúpidos y cobardes. Porqué solo uno estúpido y cobarde puede enamorase de un omega mentiroso y despreciable como tú.
—No es así—Me respondió juntando sus manos y apoyándolas en el suelo, casi haciendo una reverencia ante mi— Todo era fácil, no se suponía que las cosas salieran de esta forma. ¿Porqué me hiciste esto Kim Taehyung? —Su pregunta sonó como una suave quejido— Si no me hubiera enamorado de ti, yo...
—¡Ja!— Es que el descaro que mantenía Yoongi a estas alturas me desconcertaba muchísimo — ¿Tú?, ¿Tú qué?, ¿Qué hubieras hecho?. Habrías recolectado la información que necesitabas, hubieras organizado una toma y finalmente acabarías con toda mi manada. Incluyéndome.
—Sé que no estoy en posición de poderte decir algo sin que te enfurezca más, pero debo ser sincero, Taehyung. Al principio solo le informe a un omega de mi completa confianza sobre la estructura de la manada, luego, los regentes se dieron cuenta y ellos comenzaron a pedirme la información, fue en ese momento en el que note que con cada cosa dicha, ellos se enojaban más conmigo. Tú solo me mostrabas cosas buenas y maravillosas, tanto de ti como de tú mundo. No me di cuenta en qué momento comencé a disfrutarlo también, aun entre las sombras…. Yo-yo también lo disfrutaba.
—Tus excusas, como tu palabrería me sabe a mentira ahora mismo.
—Tae, yo…
—Yo cometí traición— Agarre con fuerza mi cabello y hale de el como muestra de frustración— Creí en tus engaños e involucre a más personas. ¿Recuerdas a mi hermano? Yo lo incluí en tu juego pensando que no podría salir herido, pero resulta que también está en peligro…Todo porque tú fuiste un topo, todo este tiempo. — Rechine los dientes y le sometí con mi olor — Porque aún si me voy a la tumba con el secreto, es algo que no podrá ocultarse por mucho…. porque ya informaste de él ¿verdad? — Yoongi trato de negarlo, pero su omega respondía ante mi.
—¿Qué más puedo decir Min YoonGi?. No acabaste mi manada, pero si conmigo y mi familia. Deberías sentirte alegre, cumpliste tu cometido.
—Lo siento Tae, de verdad, lo siento muchísimo
Yoongi se arrastró hasta quedar completamente pegado a las rejas y sin ningún titubeo, sujetó mi mano muy fuerte y la acercó a su cuerpo por entre la reja e hizo que con la yema de mis dedos pudiese rozar lo que sería la consumación de un amor inexistente.
—Esta es mi verdad Taehyung — Yoongi inhalo y sostuvo con más fuerza mi mano— Esto que llevo dentro de mi, es lo que yo considero un milagro. Aun cuando dicen que es una abominación o un pecado...no existe nada más puro. Te amo Kim Taehyung, con cada célula de mi cuerpo y lo haré hasta el fin de mis días.
— Y cargaras con mi muerte también— Dije regresando mi mano muy bruscamente y levantándome del suelo. También tomando una decisión. —Déjame pagar por mis pecados. —Le miré, antes de abrir la reja con solo la voluntad de mi alfa, adentrandome abrutamente en la celda putrefacta— Para que tu comiences a pagar los tuyos.
Le acorrale y descubrí su cuello, su aroma intensificandose por el miedo.
—Tae, no lo hagas, me matarás. — Yoongi rogó al ver mis intenciones, pataleando en un intento de apartarme.
— Seré benevolente contigo Yoongi, te liberaré al morir. Sabés que ellos te harán cosas peores y al cachorro también, así que si mueres, todo quedará saldado. — Él derramó sus últimas lágrimas antes de ponerse de rodillas y retirar por completo el manto roto que le cubría, mostrándome su cuello.
—Hazlo, lo merezco, te fallé desde el primer momento. — Aun sin mirarme, busco mi mano en el suelo y la sostuvo con toda la fuerza — Marcame y deja que mi cachorro y yo, podamos descansar. Porque quiero morir si tu no estas, no quiero que mi cachorro —Se atraganto, tal vez pensando bien sus palabras —esté que hicimos con amor —Me miró con los ojos duros, como si me recriminará—Porque si Taehyung, fue con amor de ambos — Se puso la mano sobre el vientre y apretó la tela que lo cubría —no quiero que sufra.
—Hago esto en nombre del amor que te profese, en nombre de mi cachorro, en nombre de….
—Hazlo ya, por favor. — Yoongi volteó su rostro acallandome. Su postura era suplicante, así que cerró los ojos en espera de mi mordida.
—Lamento mucho nuestro final, espero encontrarte en otra vida y en otras circunstancias— Cerré mis ojos y encaje los dientes fuertemente en esa zona blanquecina. Mi boca comenzó a llenarse rápidamente de sangre y un quejido del omega fue lo que alarmó a mi alfa.
Me separé asustado al ver que sus emociones me abrumaban. Mi visión borrosa pudo captar como ponía la mano en su cuello y hacía presión.
—Lo sientes ¿verdad? — Me pregunto, tal vez igual de sobrellevado que yo — Es extraño.
—Tal vez lo sea, pero no durará mucho. Si la leyenda es cierta, mañana al medio día morirás al igual que yo.
—Tae— El omega intentó tocarme, pero solo recibió un golpe sutil en su mano que lo apartaba.
—No me toques, lo hice por el cachorro, no merece vivir o nacer en un lugar que pronto será destruido.
—Sé que no lo merezco, pero lo siento mucho— El lazo que ahora podía sentir me indicaba que estaba siendo sincero al igual que sus sentimientos por mi. Tal vez lo mordí porque realmente lo amo después de todo.
—Lo sé, pero ya no hay nada que hacer. Esto lo provocamos juntos y así mismo lo terminaremos. —Me levanté con cuidado y salí de la celda para volverla a cerrar. Yoongi, aun cubriendo la mordida con su mano, me sonrió por última vez.
—Gracias, Tae, te amo.
Asentí y salí de allí, encontrando a Namjoon aguardando por mi, muy alerta.
— Lo mordí, pero necesito que me prometas que si no muere después de que yo lo haga, debes matarlo. — Namjoon me miró fijo y apretando sus ropas, como cada vez que debía tomar una decisión difícil, asintió.
—Como desees hermano.
Volvimos por nuestros pasos hasta llegar a mi propia celda y cuando ya estaba tras las rejas, pude animarme a decirle.
—Yoongi fue un topo, los omega le usaron para sacar información de nosotros, no sé qué tanto saben pero deben estar alerta. Dile al líder que debemos reforzar todos los puntos débiles y proteger nuestra manada.
—Pero….
—Lo siento Nam, de verdad lo siento — Lloré yo mismo, por decir en voz alta a la segunda persona además de mi que confiaba plenamente en Yoongi.
— Yo también lamento que todo saliera así.
— Nam, eres un gran líder se que todo estará bien cuando ya no esté, pero cuida de ti mismo y ama. Ama por ambos.
Namjoon me abrazo con las rejas de por medio y lloro un poco más fuerte que antes.
—Lo prometo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro