Capítulo 15: El Escape de Malcolm Stewart
Después de que Evan y Christopher se conocieran, el lazo que habían creado era muy fuerte.
Jamás en su vida imaginaron que planearían el escape de una de las personas que más habían marcado historia. Stewartville siempre sería el suburbio conocido por las atroces muertes tomadas en manos de Malcolm.
Ni siquiera imaginaban que compartían sangre con una persona más.
—¿Estás seguro de que funcionará? —preguntó Evan.
—Confía en mi hermanito. Tiene que salir todo bajo las condiciones que forzaremos.
—Está bien.
Christopher había tenido la idea de ir los dos a visitar a su padre por primera vez, pero pedirían amablemente que les cedieran la habitación para familiares. El psiquiátrico había sido muy cauteloso con las visitas que recibía Malcolm, además su especialista se había alegrado de que tuviera alguien que fuera a verlo.
Sin embargo, el ceder una habitación familiar para alguien que había causado grandes disturbios, realmente era complicado.
Ambos habían estudiado el edificio durante una semana. Puertas, ventanas, pasillos y en especial, los ductos de ventilación. Por ahí se encargarían de que Malcolm viajara con tal de salir.
Al llegar al psiquiátrico aguardaron en la sala de espera a que una de las enfermeras los atendiera. Pasaron diez minutos y una señorita se acercó a ellos pidiéndoles que llenaran el formulario de visita.
Evan se quedó en su sitio llenando la papeleta, mientras que Christopher se levantó para acercarse a la enfermera y extenderle su petición.
—Disculpe...
—¿Qué sucede joven? ¿En qué puedo ayudarlo?
—Es que, mi hermano y yo queremos saber si se podría dar la oportunidad de que la visita de hoy sea en una de las habitaciones familiares.
—¿A qué paciente visita?
—El paciente A-B009.
La enfermera buscó en su máquina el registro de ese paciente. Al ver el nombre de quien se trataba, se quedó sin habla. Por un momento sintió que tenía que negarles el acceso a ese privilegio, pero decidió consultarle al psiquiatra encargado de ese caso.
—Me permite cinco minutitos, por favor.
—Claro —respondió Christopher fingiendo una cara de tristeza.
—¿Qué sucede? —preguntó Evan en cuanto su hermano tomó asiento de nuevo.
—No lo sé. Su expresión al teclear el número de paciente cambió en cuanto la pantalla cargó. Nuestro padre tiene una reputación muy jodida.
—¿Crees que funcione?
—Funcionará. Sabes que ha fingido perfectamente su "recuperación", así que seguro nos darán la oportunidad.
Dejaron de hablar en cuanto vieron al especialista de su padre salir con la enfermera que los había atendido. Se acercó hacia ellos y les preguntó si era verdad que querían la habitación familiar con su padre. Evan mostró ternura en su rostro en cuanto dijo que lo único que quería, era que pasaran una tarde en familia por un poco más de tiempo del habitual.
—Enfermera, deles el pase especial para que vean a su padre.
—Sí... doctor —contestó dudando de si estaba haciendo lo correcto.
—Gracias, en verdad se lo agradecemos.
—He visto cambios positivos en Malcolm gracias a sus visitas. Así que, es lo menos que puedo hacer por él y por ustedes.
—Ha hecho bastante —dijo Evan conmovido.
—Sé que Malcolm es una buena persona, solo tuvo épocas en las que los disparadores que vivió, lo llevaron a tan atroces acontecimientos.
—Lo mismo pensamos nosotros.
La enfermera interrumpió su plática dándole a Christopher el pase para su visita familiar. Ambos avanzaron a lado del psiquiatra, y cruzaron hacia el pasillo que daba ingreso al hospital.
El especialista los llevó a una zona que ellos conocían perfectamente por los planos. Su plan estaba marchando tal y cómo lo habían ideado.
Atravesaron por un pasillo lleno de habitaciones de los pacientes. Christopher se mantuvo con la vista en frente, pero Evan tuvo curiosidad y volteaba a ver de vez en cuando algunas de ellas.
Se detuvo en una en particular donde había tres jóvenes que rondaban entre la misma edad que él. Christopher se dio cuenta de ello y el psiquiatra detuvo su caminata.
—¿Sucede algo? —preguntó el doctor amablemente.
—¿Quiénes son ellos? ¿Por qué están juntos?
—Son conocimos como La Tríada Maldita. Son tres amigos que asesinaron a aproximadamente a veinte familias en todos los suburbios vecinos al de nosotros. Afortunadamente lograron atraparlos, pero fueron enviados temporalmente a este sitio. Esperamos la aprobación para trasladarlos a prisión porque no han mejorada ni un poco.
Continuaron avanzando y Evan no dejó de pensar en ellos tres hasta que llegaron a la habitación donde verían a su padre. El psiquiatra con su tarjeta de acceso colgada de su bata, desbloqueó la habitación y les cedió el paso a los hermanos. En cuanto cruzaron la puerta Evan logró quitarle la tarjeta al doctor y la ocultó rápidamente.
—En unos minutos traerán a Malcolm. Los veo a la salida, ¿entendido?
—Sí, muchas gracias —respondió Evan amablemente, mientras se retiraba el especialista.
—¿Estás loco? ¿Qué piensas hacer?
—Divertirme.
—Si nos atrapan juro que me la vas a pagar.
—Oye tranquilo hermano mayor, todo estará bien.
Aguardaron a que trajeran a su padre.
En cuanto entraron enfermeros en compañía de Malcolm, lo soltaron despojándolo de la bata que lo mantenía amarrado. Al ver a sus hijos los abrazó fuertemente y una enfermera por un momento sintió lástima de él.
Se retiraron para dejarlos a solas, teniendo la seguridad de que no podría escapar de ese lugar.
Comenzaron a platicar para dejar pasar cierto tiempo considerable. No podían hacer todo en el momento en que los dejaran a solas. Tenían que ser cuidadosos.
—¿Está todo listo? —preguntó Malcolm finalmente.
—Sí, solo es cuestión de que me dejen empujar el pequeño muro falso que une a los ductos de ventilación.
—Está bien Christopher, hazlo.
—Yo volveré en un momento —dijo Evan levantándose de su asiento y sacando la tarjeta del doctor. Se acercó a la puerta y en seguida se abrió.
—Eres un idiota —soltó su hermano. Malcolm confundido no supo qué decir, solo observó a su hijo salir.
Evan atravesó el pasillo rápidamente. Cuidó de que nadie lo viera en el pasillo que hacía una perpendicular de donde él estaba. Avanzó hacia la habitación de sus futuros amigos y con la tarjeta abrió la puerta.
—Hola malnacidos, ¿quieren unirse a una aventura? —preguntó con una sonrisa sínica en su rostro.
—¿Quién eres tú? —preguntó la chica de pelo pelirrojo que estaba frente a los otros dos.
—Eso no importa ahora. Volveré a preguntarles, ¿quieren salir de aquí y regresar a sus andadas?
Los tres se vieron por un instante y sin demorar mucho asintieron. Fueron detrás de Evan hasta que llegaron a la habitación en donde todo terminaría tal y como lo habían soñado.
Christopher ya había logrado quitar el muro falso, por lo que comenzó a decirle a Malcolm las instrucciones de las direcciones que debía tomar a través de los ductos. También les dijo paso a paso a los nuevos amigos de su hermano.
—¿Y ustedes?
—Tenemos que quedarnos aquí, fingiendo un atraco por parte tuya.
—Excelente, entonces nos vemos fuera.
—Sí, rápido. Tienen el tiempo sobre de ustedes, así que será mejor que muevan sus traseros.
Los cuatro comenzaron a subir a los ductos hasta que finalmente se fueron de la habitación.
Los dos hermanos se quedaron sentados por quince minutos. Christopher le indico a Evan que era hora de iniciar la fase final de su plan. Sin decir nada supo lo que tenía que hacer.
Noqueó a Christopher dejándolo en el suelo. Comenzó a golpear la puerta desesperadamente intentado captar la atención de alguien que estuviera merodeando, pero fue inútil.
A pesar de ello, Evan estaba satisfecho porque les estaban dando más tiempo del que habían planeado. Su padre sería libre de una vez por todas y, un pequeño grupo de amigos más estarían con él agradecidos de por vida.
Después de diez minutos, abrieron la puerta en seguida y el cayó hacia atrás. Con lágrimas en los ojos gritó que había escapado, que rápido fueran por ayuda para su hermano.
Los enfermeros que habían llegado salieron disparados hacia una pared y jalaron una alarma de emergencia. Las sirenas comenzaron a sonar en cada rincón del hospital y la gente comenzó a dispersarse por todos lados.
Christopher fue recobrando la conciencia. Con ayuda de Evan y un enfermero, salieron del área en donde se encontraban. Entre gritos de los enfermos mentales y los gritos de los especialistas, sonreían maliciosamente por haber logrado su cometido.
Malcolm había escapado.
Malcolm volvía a ser libre.
¡Hola!
Este es uno de mis capítulos favoritos. Espero lo hayan disfrutado bastante, comenteeeeeeen. No sean tímidos y háganme saber su opinión. :D
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