Bucky me miró con lágrimas en los ojos. Sabía que la culpa recorria su cuerpo y de alguna manera yo también sentía lo mismo que él. Se sentó con los papeles que le había entregado en la mano, pasó una mano por su rostro y por un momento me culpé por haberle confesado lo que llevaba años guardando.

—Yo la maté —dijo aguantandose las ganas de llorar. Negué pero su sollozo me rompió completamente —. Juré protegerla y terminé acabando con su vida, Steve. ¿Qué clase de amigo soy?

—No fue tú culpa. No lo hiciste consciente —me senté a su lado. Dejé una mano sobre su hombro tratando de darle algún tipo de apoyo.

Bucky se levantó y miró por la puerta. Se limpió rápidamente las lágrimas que habían logrado salir. Me levanté y miré cualquier cosa pero me negaba a mirar su rostro porque estaba seguro que me rompería otra vez.

— ¿Él no lo sabe? —preguntó mirando la fotografía.

—No, no podemos decirselo.

Bucky me miró algo sorprendido. Natasha entró a la habitación y entendió rápidamente todo lo que sucedía. Le regaló un leve sonrisa a Bucky antes de tomar la carpeta de sus manos.

—Tony se volvería loco si se lo dijeran. A veces es bueno guardar secretos, Bucky. Por más que duela.

—Es su madre —dijo incrédulo.

Me sentí tan culpable cómo la vez que me despedí de ella.

—Tony sería capaz de matarte. Y lo conocemos lo bastante bien para saber que después de acabar contigo, se arrepentirá. ¿Y sabes por qué? Porque lo crió una mujer realmente admirable —señaló Nat. Bucky bajó la mirada y se retiró de la habitación sin decir una palabra —. Tuviste que haber sido un poco más suave en decírselo, está recién tratando de reintegrarse, Steve.

—De alguna manera lo descubriría.

[. . . .]

La habitación fue abierta de manera abrupta, me asusté al pensar que algo había sucedido para que entraran de esa manera pero al ver a Tony me relajé.

—Lo sabías —dijo molesto. Me levanté con el corazón palpitando con rapidez —. ¡Di algo maldita sea Rogers! —gritó.

Traté de ver algún rastro de sangre en su ropa, estaba seguro que Bucky le había confesado lo sucedido. Y por un momento pensé lo peor.

— ¿Qué debería saber? —pregunté. Era cínico al preguntarlo, lo sabía. Pero, antes de cualquier amistad con alguno de los Vengadores, estaba Bucky. Tony rió con falsedad y se acercó, me preparé en caso de un golpe pero nada llego.

— ¿Lo disfrutaste? ¿O sólo lo hiciste para pasar el rato?

Por un momento no supe a que se refería. Lo miré incrédulo pero Tony no se inmutó ningún momento, es más, podía ver el enojo crecer en sus ojos.

—No sé de qué hablas, Tony.

—Oh, el gran Steve Rogers no sabe de lo que hablo. Tal vez esto refresque tú memoria —dijo lanzando algunas cosas sobre la mesa.

Me senté y tomé algunas de las cosas que había lanzado. Eran cartas y fotografías algo antiguas, y por un momento me sumergí en la nostalgia. Tony estaba de brazos cruzados esperando que dijera algo pero estaba tan ensimismado en mi mundo que no le tomé importancia. La foto que más me llamó la atención fue de ella junto a un bebé, supuse que era Tony, y por un momento deseé haber compartido ese momento con ella.

Fotografías de ella y yo, la mayoría eran después del suero ya que la mayoría de antes las tenía guardadas en uno de los cajones bajo llave, era un recuerdo que me gustaba mantener oculto. Había también un diario con sus memorias, algunas tenían cosas de nuestras incontables citas, sus pensamientos, todo fue brucamente terminado el día en el cual se supone que morí.

Miré a Tony y el enojo aún seguía presente. No podía culparlo, pensaba que su madre y yo habíamos tenido algo cuando se supone que ella y su padre se habían conocido.

—Fue antes del suero —dije. Él tenía que saber por lo menos nuestra parte de la historia.

[. . . . ]

—La amaste, y tal vez más de lo que papá la logró amar —dijo mirando por la ventana —. ¿Sabes? Siempre me pregunté por que mi querida madre tenía esa mirada tan melancólica en su rostro cuando lo tenía todo —rió con suavidad —. Supongo que por más que quiso a mí padre nunca tuvo lo que tenía contigo. Mí padre no logró llenar el vacío que dejaste en su corazón, y de alguna manera ella tampoco logró llenar lo que papá quería. Pero a pesar de no estar en un matrimonio feliz, hizo que mi infancia fuera fantástica —me miró —, me amó más que su propia vida, llenó los vacíos que papá dejó. Hizo que fuera un mejor hombre de lo que papá pudo haber sido y nunca me cansaré de agradecérselo.

—Anthony era un nombre que teníamos para nuestros futuros hijos —confesé con un sonrojo. Tony rodó los ojos con una leve sonrisa —. Al igual que James, Margaret, Sarah...

—Pudiste haber sido mí padre, Rogers —se burló Tony.

Reí.

—Puedo asegurarte que no hubieses tenido tanto dinero.

Tony me miró.

—No, pero tal vez nunca me hubiera hecho falta un papá —confesó —. Y mamá hubiera sido realmente feliz. Lo cual siempre fue mi meta.

—La hiciste feliz, Tony. Estoy seguro que ella está orgullosa de ti —dije dejando un mano sobre su hombro.

—Sí, cómo tú, Rogers —me miró y repitió la misma acción que yo.

Ambos nos miramos. Y guardamos el recuerdo de haber sido un apetice de felicidad en la vida de ella, y por un momento me sentí en paz que Tony conociera parte de la vida de su madre desde mí punto de vista.

—Quédate con los recuerdos, Steve —dijo soltando mi hombro y saliendo de la habitación.

—Gracias, Tony —agradecí mirando las cosas sobre el escritorio. Tony miró sobre su hombro con una sonrisa.

—Sí, gracias por hacerla feliz.

Dijo antes de salir. Sonreí aguantando las ganas de llorar por haber escondido la muerte de su madre. Pero tenía que guardarlo, ella no me perdonaría que Bucky y Tony se enemistaran. Era un secreto que moriría conmigo.