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02


SHUSHUA MIRABA LA HORA EN SU TELÉFONO, realmente faltaban cinco minutos para que el uber llegará y la llevará a su destino, la famosa cafetería con temática de videojuegos que Lizzie había elegido como "itinerario", claramente había obviado utilizar cualquier prenda que tuviera algún estampado o alusión a algún juego porque básicamente había querido ir lo más bonita y "básica" posible, yendo por tonos violetas —a excepción de unos guantes, porque le habían parecido demasiado—.

Tampoco había desayunado porque había despertado tarde, más que nada, había invertido parte de su noche en investigar un poco más sobre Kun y su equipo, llegando a la conclusión de que simplemente Liz quería aplastarla como a una hormiga... bueno, un poco exagerado, pero no le veía una razón para tener que enlazarse con un jugador en todo sentido de la palabra.

—Bien, es hora...—suspiró echándose de su perfume y abandonó su departamento, bajando por el ascensor y dirigirse al auto.

Confirmó claramente la reserva luego del mensaje de texto que le había llegado apenas se había subido al auto, sonriendo porque todo iba bien y si no se equivocaba, con el tráfico que había, llegaría con diez minutos de antelación, en definitiva, una maravilla.

La música de la radio le hizo tranquilizarse, más allá de que The Smiths estuviera reproduciéndose con una de sus célebres canciones, sino que, pareciera ser una señal del destino para decirle que todo saldría bien... o bueno, eso quería creer.

—Uy... ¿jovencita, no traes paraguas?—preguntó el hombre curioso.

—¿Paraguas?, no, realmente no creo necesitarlo—se encogió de hombros— el clima de hoy va a estar estupendo

—Bueno, yo le digo que si puede, compre uno—recomendó— con esas nubes, va a llover hoy.

—No va a llover...

MIRO SU RELOJ DE MUÑECA TOUS, suspirando al notar que Kun estaba tardando mucho más de los veinte minutos que habían comenzado a correr desde que había llegado junto al comienzo de la hora de la supuesta "cita", incluso, estuvo diciéndole a los meseros que estaba esperando a alguien y que ya pediría.

—Esto es ridículo, sumamente ridículo—bufó, tomando el control de xbox sobre la mesa y elegir Mortal Combat X— voy a pedir una hamburguesa y a patearle el trasero, y luego, me iré a casa—se habló a si misma.

Kun claramente había tardado, mucho más de lo que realmente tenía planeado demorar pero no era su culpa, o bueno, quizás lo era al momento de hacer muchas cosas hasta que lo recordó, tomando un taxi porque le daba pereza conducir. El lugar elegido le había parecido algo peculiar, sobre todo, porque creía que la supuesta chica se estaba esforzando para formar aunque sea el "vínculo" que debían tener y le hacía perder la paciencia, sobre todo, porque debía seguir fingiendo ser una bolita de amor inofensiva cuando claramente era un hombre bastante serio.

Bajó despreocupado y con las manos en sus bolsillos de los jeans, echándose un vistazo rápido en el reflejo del cristal, su ropa no era más que unos pantalones de mezclilla combinados con una playera negra lisa junto a sus zapatillas... si, algo básico y para nada llamativo, por lo que, al momento de entrar, una mesera lo interceptó.

—Buenas tardes, ¿tiene reserva o...

—Si, a nombre de...—sacó su teléfono y entró a wechat, leyendo el nombre— ¿Peach?

—Oh, acompáñeme por favor—sonrió la chica— su acompañante lleva casi media hora esperándolo...—anunció mientras comenzaba a caminar— ¿mucho tráfico?

—Bastante—respondió de manera vaga, siguiéndole sin tomarle mucha importancia.

La mujer se detuvo frente a una sala y abrió la puerta— Lo especial de estas salas es que cuenta con la variedad de consolas que ofrecemos pero actualmente, lo único que esta funcionando es la xbox por petición de la persona que ha reservado—anunció— también tiene un catálogo amplio de juegos que pueden elegir, casi en su totalidad son para multijugadores, a excepción de algunos—y luego le sonrió — puede entrar, en seguida iré a tomar el pedido

—Muchas gracias—sonrió el coreano y puso un pie para entrar.

—Maldito hijo de perra, ¿crees qué puedes hacerme un fatality así como así?—la voz femenina cargada de rabia hicieron a Kun activar sus sentidos.

Bufó al notar un gran plasma que lo separaba de ella, más que nada, porque había un gran mueble con lo que supuso que eran las consolas junto a decoración de figuras de colección y cosas así, incluso, la sala estaba decorada con pinturas de Street Fighter.

—Lamento la tardanza—anunció acercándose para rodear el mueble.

—Tranquilo, no es como que realmente fueras citado a las dos de la tarde—el sarcasmo lo hizo fruncir los labios.

Y al momento de querer discutir, la vió ahí sentada con el el control en sus manos y un rostro de disgusto y en la pantalla, a Kitana con la cabeza de Liu Kang luego de hacer un fatality... claramente provocándole un escalofrío.

—Shushua...—dijo su nombre.

—La misma—rodó los ojos— ¿vas a sentarte o vas a quedarte ahí?

—Lo siento mucho—sonrió avergonzado y se sentó junto a ella— es que tuve una mañana ocupada y bueno, también sabes como es el tráfico aquí y...

—¿Y no pudiste enviar siquiera un mensaje o llamar?—alzó una ceja— digo, yo también tuve miles de cosas de hacer y aquí estoy—dijo con indignación— si no te lo ibas a tomar en serio, ni siquiera hubieses venido.

Kun hizo un puchero y tomó el otro control, encendiéndolo simplemente para refugiarse en algo, se sentía mal, como un cachorro siendo regañado por su dueño por haber roto sus calcetines preferidos.

—En serio fue un percance, no volverá a pasar...—pidió disculpas— noona.

—¿N- qué?

Noona, eres mayor que yo por dos años... —sonrió con sus mejillas rojas, tratando de cambiar el ambiente— ¿puedo llamarte así, verdad?, son honoríficos que...

—Si, como sea—hizo un ademán quitándole importancia y la mesera llegó con la carta.

Les dejó a ambos el menú y sacó una libreta, tomando el lápiz que tenía tras su oreja y sonrió, esperando pacientemente.

—Quiero una hamburguesa detective pikachu con las papas fritas y...—Lee habló mientras leía la carta— el cóctel de Kirby sin alcohol.

—¿Y su novio, que va a pedir?

—No somos novios—corrigió la fémina, acomodando su cabello.

—Yo quiero lo mismo, pero en vez de un kirby, quiero un jugo de granada—sonrió tomando ambos menus y devolverlo.

—Bien, el tiempo de espera de la comida es de quince a veinte minutos—anunció— cualquier cosa, pueden presionar el botón que tienen aquí—apuntó la mesera a un pequeño fantasma de Mario— solo lo bajan y ya, que disfruten de una buena estadía.

Y luego de una reverencia, la chica se fue, dejando a ambos jóvenes solos.

—¿Quieres jugar a las 20 preguntas?—Kun preguntó ansioso.

—Cierra la boca.

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