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Intento # 104

Hace mucho tiempo JongDae había dicho en voz alta uno de sus secretos más importantes. Uno el cual quería mantener oculto, pero llegó un viernes por la noche, mucho cansancio lo invadía y su positivismo se encontraba vagando lejos de él. Empezó a recorrer los pasillos de la empresa a fin de descansar su mente de tantos murmullos, dibujaba con sus dedos las líneas paralelas que adornaban perfectamente las paredes, siguiendo ese camino tan largo hasta el final del corredor.

Volvió la vista a sus espaldas, la luz amarillenta del pasillo era lo único que brillaba, las puertas de cristal de las salas de ensayo se encontraban con seguro, no se encontraba ninguno de sus compañeros cerca ni mucho menos el personal. Miró al techo y recargó su espalda contra ella, bajando consecutivamente hasta tocar suelo. Estaba muy cansado, pero no por las miles de tareas que implicaba ser un Idol, estaba cansado de él mismo.

-Aguanta un poco más -se animó a decir.

Antes de creerse de nuevo su mentira, se sintió frustrado ¿por qué mentirse? Se preguntó. Miró de nuevo el extenso pasillo y por fin fue capaz de escuchar aquella voz pequeñita que susurraba en su oído palabras que JongDae se negaba a creer.

Él es mi motivo.

Su sonrisa brilla como la lluvia de estrellas en una noche oscura.

-Solo estoy cansado -con sus manos frotó su rostro, intentando borrar la confusión que en ese momento sufría.

Miéntete si eso es lo que quieres, pero si sus ojos te miran otro segundo más, caerás.

Definitivamente su mente estaba conspirando en su contra una y otra vez.

Había estado un tiempo indefinido discutiendo con su yo interno muchas razones por la cual estaba equivocado, muchas dudas y reproches se hacía a sí mismo, no estaba convencido de nada, incluso dudaba de su existencia.

Una luz cruzó frente a él, era un destello brillante, era como si un rayo de sol lo cegara, hundiéndolo en un pensamiento, una imagen aparecía frente a él.

Ahí esta MinSeok, con sus brazos extendidos a lo alto del cielo, se encontraba jugando con las aves que adornaban las nubes y les sonreía con emoción, de pronto su mirada ahora estaba clavada en la suya, podía verlo articular palabras, más éstas no producían ningún sonido, era como si fuera una invitación a correr hacia él y así lo hizo. Corrió tras de él, envolviendo sus torpes manos por la cintura del rubio mientras veía las adorables expresiones que producía. Era tan real, incluso podía jurar que era todo tan solido.

Sus miradas se conectaron, sin decir nada, JongDae anuló su mente y dijo algo que jamás pensó sentir tan fuerte como lo estaba sintiendo ahora.

-Me gustas, MinSeok -despertó de aquel sueño pasajero en el que cayó. Estaba en descontrol emocional, su frente mantenía una fina capa de sudor y su respiración ahora se encontraba agitada, como si hubiese corrido.

Fue un sueño, un bonito sueño que mantendría albergado en su memoria durante un largo plazo. Ahora sus palabras tomaban sentido, lo dijo lo suficientemente alto para que nunca más se pudieran borrar de su mente.

''Me gustas, MinSeok''

Ya habían pasado meses desde aquel sueño que lo visitaba en sus días más agitados, cuando con solo dejar su cabeza en la almohada entraba al mundo de los sueños, justo ahí aparecía de nuevo repitiéndose una y otra vez.

Chen puso un punto culminante en su vida, decidió que lo que sentía por su mejor amigo, debía decírselo, él nunca le ocultaba nada a MinSeok y esto que crecía diariamente tampoco quería ser un simple secreto. Pero había muchas trabas cada vez que quería confesarlo y en la mayoría de ellas, sus revoltosos compañeros de grupo iban incluidos, frustrando cada uno de sus más de ciento tres intentos.

Sí, JongDae llevaba la cuenta.

Ahora mismo, frente a su taza de café americano, su sonrisa gatuna brillaba, él no se daba cuenta de ello pues su mente recordaba cada uno de sus intentos, más el número cincuenta y uno: ChanYeol vs la aspiradora.

Ahí estaba MinSeok, leyendo las miles de cartas que le llegaban a diario por parte de los fans, Chen lo miraba en el umbral de la puerta, con los brazos cruzados frente a su pecho y la gorra hacia el frente para evitar que su rostro sonriente sea tan obvio, llevaba por lo menos quince minutos admirando la belleza natural del mayor, la forma en la que sus grandes ojos se cerraban al sonreír por sus grandes pómulos, sus dientes sobresalían en una tierna sonrisa que figuraba las mejillas de un hámster.

Chen encontró otra razón más para sumarle a su lista de razones por las cuales MinSeok me gusta. Por supuesto, JongDae es un chico ordenado y anota todo en su lista mental para nunca olvidarse de sí mismo y de los detalles más importantes de su felicidad.

La risa escandalosa lo sacó de su concentración, MinSeok reía tan fuerte y alto, seguro alguna de sus locas fans había hecho mención de lo sexy que es, las mejillas con un tono levemente rosa lo delataban cuando estaba extremadamente avergonzado por los cumplidos. Chen también sonrió, contagiado por la risa del mayor, dejando caer su gorra por accidente al piso haciendo sobresaltar a Xiumin.

-¡Chen! -el nombrado maldijo por lo bajo al tiempo que recuperaba la postura y le sonreía de lado-. A que no adivinas lo que me ha escrito una chica -agitó la hoja frente a su cara, volviendo a reír como al inicio.

-¿Dijo que eres un bollo muy bonito? -Alejó su hombro del marco de la puerta para empezar a caminar hacia el peli-rosa.

-No, eso ya me lo dijo más arriba de la carta -señaló el párrafo exacto-, dijo que me veo más lindo que una chica y que si me dejaba el cabello crecer seguro enamoro a todos, ¡qué locura! -pegó su mano a su estómago, quejándose del dolor por tanto reír.

Bueno, es cierto.

-Si te pongo una peluca, seguro y sí te hago ni novia -le guiñó un ojo y levantó su ceja repetidamente.

Xiumin golpeó su hombro, conteniendo la risa ante el chiste de Chen.

-¿Novia? En todo caso sería novio, mi entrepierna lo avala -cerró los ojos y empezó a asentir una y otra vez.

-Serías mi novio entonces -las palabras no le salieron con el tono sarcástico que esperaba, su voz se hizo suave y su mirada llena de anhelo delató un poco lo que sentía.

Oh, santa mierda.

-Nos veríamos bonitos juntos -Xiumin puso su dedo índice sobre su labio inferior, dándole a entender a Chen que lo estaba imaginando.

¿Será esta mi oportunidad?

-Contigo todo es bonito -Chen encontró la mirada de MinSeok, leyendo en su rostro la confusión-, porque solo con que tú estés a mi lado, no hay nada malo que le encuentre al mundo entero -rechazó las ganas de besar los tentadores labios de MinSeok con un tono rojizo invadiendo sus finos labios, mordió levemente los suyos para retraer sus dedos traviesos con la ambición de entrelazarse en las suaves manos de Xiumin.

Pero aquel chico peli-rosa le estaba complicando la abstinencia al abrir su boca de una manera provocativa y al no apartar la mirada en ningún momento.

-Supongo que esto te sonará raro, pero me... -la puerta se abrió de golpe, siendo azotada y provocando la exaltación de ambos, ChanYeol entró con las manos atadas con cinta adhesiva a una de las aspiradoras que se movía sin control-. No de nuevo...

-¡Hyung, KyungSoo me amarró a la aspiradora! ¡Ayúdame! -Lloriqueaba el pelinegro con un puchero en sus labios, bruscamente había ido a caer en medio de Chen y Xiumin.

Mientras Xiumin lo miraba divertido y ponía sus manos sobre el esbelto rostro del alto para limpiarle la cara, Chen escupía mentalmente todas las groserías en chino que le enseñó Lay la semana pasada.

-Estás bien idiota, Channie, cómo se te ocurre despertarlo así -Xiumin reía con la anécdota que ChanYeol le contaba mientras cortaba la cinta adhesiva que, un poco más y le dejaba las manos moradas.

-Kai dijo que sería buena idea jugarle una broma -tocaba sus manos ya castigadas, sintiendo dolor con solo rosarlas.

-Kai solo quiere ver el mundo arder -Xiumin se levantó en busca de una pomada dejando solos al par de pelinegros.

-Oye -Chen se levantó de su lugar, llamando la atención del alto-, ¿sabes que más puede arder?

-¿Qué?

-¡Esto! -Golpeó con un poco de fuerza la mano de ChanYeol para luego salir corriendo mientras oía los gritos de dolor.

¡Viva la venganza!

Todavía se encontraba sentado sobre la mesa de la cafetería de la empresa, su café ahora estaba frío como el clima allá afuera, veía a las personas pasar muy abrigadas, parejas tomadas de la mano mientras se sonreían el uno al otro, niños correr hacia el colegio, la típica vida cotidiana que hace mucho dejó de serlo para él.

Su sonrisa se desvaneció unos segundos, imaginando la vida normal que podría llevar fuera de este enorme imperio en el que vivía, pero no se arrepentía, la música era su vida entera y en ella encontró los pedazos que le hacía falta, los encontró en forma de amigos desastrosos y entre ellos, al chico más lindo que tuvo la suerte de conocer.

Entonces dejó de imaginar como sería su vida cotidiana para imaginar cómo sería su vida con todos esos pequeños detalles comunes al lado de él.

Sus mejillas se tornaron tibias, un rubor apareció en su rostro al recordar su intento número nueve: Navidad bajo las cobijas.

Ya era navidad y todos estaban tan alborotados jugando con la nieve que caía del techo, con una parrilla fuera y la música sonando, la risa invadía el lugar y el olor a comida los volvía aún más desastrosos.

Chen y BaekHyun continuaban escondiendo por todos lados los guantes de SeHun y ChanYeol, siendo perseguidos por el par en repetidas ocasiones, Xiumin y SuHo servían la mesa mientras JongIn, Lay y KyungSoo estaban en la fogata asando bombones en lo cual reían contando las cosas más chistosas del año.

Todo en completa armonía y sin el estrés fluían con buen ánimo, la comida estaba servida y los nueve asientos estaban ocupados, Xiumin ayudaba a traer las bebidas y Chen no podía apartar la vista del mantel blanco que lo cubría, con un divertido mensaje en el centro "el chef de la casa" escrito en inglés, se veía tan contento y la felicidad en su mirada lo contagiaba. Chen se puso de pie y fue a la cocina al mismo tiempo que Xiumin, el mayor no lo notó hasta que las manos de Chen se enroscaron en su cintura, su sonrisa de hámster iluminó la noche entera de JongDae.

-Oh, cuidado -dijo Chen, sosteniendo la botella de sidra sabor manzana como pretexto de mantener más el contacto.

-Gracias, Romeo -dejó en las manos del felino la botella y sostuvo él las cuatro copas que cabían en sus manos.

Los dos salieron de la cocina con una sonrisa de oreja a oreja, tomando asiento uno frente al otro, cruzando miradas cómplices de sus propios pensamientos.

Durante la velada, tomaban pequeños trozos de comida y la pasaban a la boca del otro, Chen amaba retacar las mejillas de MinSeok, dándole mucho más comida de la que cabía en su boca, formando unos cachetes más aglomerados y, al hacerlo reír, formaba una expresión infantil tan divertida que Chen tenía que atarse a la silla para no rodear y besarlo frente a todos.

Después de la cena, todos salieron a ver el cielo, ese día caería una lluvia de estrellas y Xiumin era el más emocionado de aquello tan hermoso. Llegó el momento, las estrellas empezaban a aparecer como efímeras luces resplandecientes, Xiumin abría su boca expresando su sorpresa mientras Chen solo podía ver a su estrella que se encontraba en la tierra, justo a su lado.

-Pide un deseo -susurró en el oído de MinSeok, observando como cerraba sus ojos y mostraba su sonrisa.

Esa noche Chen también pidió un deseo, uno muy fuerte y con la esperanza que se hiciera realidad.

Deseo que MinSeok también me ame como yo lo amo.

Minseok lo volteó a ver, como un niño pequeño, con las luces resplandecientes que emanaban por sí solas de su mirada, rápidamente tomando la mano de Chen y pegando su frente a su espalda, hizo una pregunta.

-¿Qué deseaste?

A ti.

-Es un secreto -aferró más su mano a la de él y esperó que el mensaje le llegara.

-Igual ni te iba a contar el mío -le sacó la lengua y continuó viendo al cielo hasta que la última estrella dejó de brillar.

La hora de dormir llegó y, gracias a la idea de SuHo, decidieron hacer una pijamada en el suelo, todos aceptaron y fueron por colchas y almohadas, Chen encontró espacio entre Lay ChanYeol para quedar justo a lado de Xiumin quien estaba con sus manos ocupadas en el cabello de Lay, molestando al chino entre risas.

-Chen, ayúdame a quitarle mi almohada a Lay -suplicó.

Lay se encontraba acostado a su lado, con la almohada blanca entre sus fuertes brazos y aguantando los jalones del mayor, riendo en ocasiones por los pucheros que hacía MinSeok.

-La soltará en cuanto duerma -afirmó Chen, metiéndose debajo de la cobija.

-Entonces tendremos que compartir almohada -Xiumin hizo la almohada un poco más a su izquierda para luego dejar caer su cabeza sobre ella.

Chen lo miró con el ceño fruncido, fingiendo molestia.

-Mi almohada es pequeña, tendré tu olor a manzana en mi nariz toda la noche -también dejó caer sobre la almohada su cabeza, el poco espacio los juntó mucho más, quedando Chen de lado y Xiumin lo suficientemente inclinado sobre la espalda de Lay para quedar casi de frente.

-Quien te manda a dormir junto a mí -dio un toque sobre la nariz de Chen, causándole un cosquilleo interno.

-Eres el que menos se mueve y además hueles rico -acarició con las yemas de sus dedos el contorno de su rostro.

-Ugh, tan melosos -ChanYeol se encontraba de espalda frente a ellos, con su mano sosteniendo su cabeza, mirando la escena.

-Cállate -dijeron al mismo tiempo.

-Bien, me daré media vuelta y molestaré a KyungSoo -en cuanto mencionó al menor de estatura, este le lanzó una mirada de advertencia-. ¡Miraré al techo entonces!

ChanYeol había renegado toda la noche y cuando Chen quiso decir algo más, su personita favorita había caído en el sueño, dejando en su rostro una enorme sonrisa, con solo poder verlo dormir, Chen consideró ésta como su mejor navidad.

-Te quiero, MinSeok -susurró antes de ser el último en caer dormido.

En ocasiones, cuando nadie estaba, Chen se sentaba a pensar sobre si todo era una señal para que no le confesara su amor a MinSeok. Porque fallar cuatro o cinco veces era una cosa, pero ya más de cien era como una señal que le decía que dejara de intentarlo, pero cuando MinSeok le sonreía solo a él justo en medio de miles de personas, su cerebro borraba cada error y lo convertía en una esperanza eterna.

Decidió por fin terminar con esa taza de café para ir a los dormitorios a despertar a las bestias también llamadas compañeros de grupo, Chen era experto en levantarlos sin salir ileso, no como BaekHyun que después de SeHun, tiraba la toalla y despertaba al señor de las tinieblas (aka KyungSoo) y este con solo respirar ponía a todos de pie en un santiamén.

Un golpe con la almohada sobre el rostro de SeHun encadenaba una serie de almohadazos en la cara del siguiente así hasta llegar a Xiumin el cual se salvaba porque Chen era el siguiente y se ponía en su lugar.

Lo que hace el amor.

Pensó segundos después de que Kai dejará caer la almohada sobre la cara de Xiumin.

Bueno, a veces llegaba tarde y no podía salvar al bollo de sus bromas.

Todos estaban sobre las sillas giratorias frente a la isla de la cocina, SuHo cocinaba y BaekHyun servía cereal, Lay preparaba bebida verde y Kai se caía de la silla por el sueño. Cada uno en sus actividades cotidianas.

La visita del mánager los terminó de despertar, poniendo alertas a todos antes de saludar al mayor.

-Buenos días, chicos -saludó informalmente el hombre de traje-. Veo que Chen los ha despertado a todos - en su rostro una efímera sonrisa apareció al ver al resto de los miembros con la almohada calcada en la cara viendo a Chen con odio.

-Hyung, lléveme con usted -Chen leyó los pensamientos siniestros de todos planeando la venganza.

-Qué bueno que lo mencionas -caminó hasta llegar al frente de la mesa, dejó sobre ella unos papeles-. El día de mañana tres de ustedes irán a la estación de radio y los otros seis a un estudio de modelaje -volteó la hoja a los ojos de todos.

En ellos resaltaba el nombre de cada uno, informando la actividad que tendrían. KyungSoo, Chen y ChanYeol harían la entrevista en la radio mientras los seis restantes harían la sesión de modelaje.

-El día de mañana -dirigió la vista al trío- van a promocionar las nuevas canciones sin decir los nombres, ya saben eso, pero quiero que todo salga bien, nos vemos pronto, chicos -se dio media vuelta para abandonar el lugar.

Los ojos curiosos de todos fueron directo a las hojas, checando primero los horarios; el trío tenía la presentación en la noche mientras que los otros seis empezarían desde la mañana.

-¡Sí! -ChanYeol levantó su puño, festejando-. Por fin una mañana sin tener que despertar temprano -KyungSoo y ChanYeol chocaron sus palmas haciendo un baile raro de emoción.

-Espero que los hagan jugar y se rompan algo -BaekHyun se cruzó de brazos, celoso.

-Digas lo que digas, yo no tendré que estar allí así que ¡Wujuu! -ChanYeol le sacó la lengua y hacía una expresión ridícula ante los demás.

Las horas pasaron corriendo entre ensayos y más ensayos, después de las seis de la tarde, los chicos bajaron al restauran adjunto a la empresa a comer. El lugar se llenaba de vida cuando las burlas y las risas ruidosas acaloraban el espacio tan personal de ellos, disfrutando cada momento.

Chen se encontraba pensativo, no hacía tanto bullicio como los otros, Xiumin que siempre se sienta a su lado lo notó, observando los movimientos calmados del pelinegro.

-¿Te ocurre algo? -Xiumin aprovechó el ruido para hablar.

Chen subió la vista, encontrándose con los grandes ojos curiosos del rubio.

-Te diré más tarde -forzó un poco la sonrisa. Sabía que MinSeok no estaría satisfecho con esa respuesta, pero sorprendentemente el mayor no le cuestionó nada.

Su mente divagaba por los extremos de su plato, reflejado en el jugo de su comida encontró tantas cosas sobre porqué siempre fallaban sus intentos; en cada uno de ellos siempre estaba alguien e interrumpían echando a perder todo el valor que reunía para poder confesarlo.

Esta vez no.

Las ideas fluyeron a su última oportunidad, ésta vez sería la buena, era un sí o sí para confesar todo lo que siente a Xiumin.

Sin interrupciones ni rodeos, lo diría tan fuerte y claro solo para él.

La fría noche llegó tan rápido como estaba yéndose, JongDae apreciaba la vista desde el segundo piso, sintiendo el aire despeinarle y la brisa congelando sus recuerdos. Uno en especial le vino a la mente y no, no era uno de sus cientos de intentos fallidos, sino más bien un recuerdo pequeño que significó algo grande.

Justo era en enero, cuando recientemente su corazón empezaba a palpitar más fuerte de lo normal, sus pensamientos intranquilos lo conducían siempre a la misma persona y no podía evitar querer verla a cada segundo.

Sus movimientos ahora eran más lentos y las coreografías subían de dificultad, frente al espejo continuaba calmando su mente atosigando su cuerpo de ejercicio en exceso, su frente sudaba demasiado y sus músculos empezaban a arder.

Un mal movimiento hizo que su rodilla izquierda terminara en el suelo, causándole un enorme dolor. No le importó cargar con ello por días con tal de no ser un problema más, desde la salida de los otros dos miembros, todos estaban tensos y con cada problema, la mente de todos se nublaba.

En medio de las prácticas, su rostro reflejaba su dolor que, inútilmente, intentaba esconder. MinSeok se encontraba a su costado, paró de bailar y tomó de la muñeca a Chen, sentándolo sobre la silla puso sus manos en forma de jarra a cada lado de su cintura.

-¡Hey! ¿Que haces? -Frunció el entrecejo, Chen no le pudo mantener la mirada y vio hacia abajo.

-Me he lastimado -confesó avergonzado.

-¿Y porque no dices nada? -Xiumin se puso de cuclillas, presionando con su mano la pierna dañada, examinando qué tanto dolor había estado aguantando.

-Temo que los demás me miren como una carga -volteó al otro, alejando la mano del mayor de su pierna.

-Sin importar cuanta vergüenza tengas, nunca calles tu dolor porque ese mismo dolor lo sentimos todos y yo estaré allí para curar cualquier herida, incluso las del corazón -una sonrisa cálida hizo que el corazón de Chen empezará a bombear demasiado rápido, Xiumin siempre provocaba esa reacción en él, haciéndole olvidar cualquier cosa-. Prométeme que siempre me dirás si algo te duele, ¿está bien?

Todo se sacudió dentro de JongDae, aquello los unió mucho más, volviéndose dependiente de Xiumin, aprovechó cada segundo para compartir cada fragmento de su vida con él, su amistad fue creciendo hasta que ambos parecían que no podían estar sin el otro. Y Chen de verdad no podría estar sin él, sin sus regaños y sus mimos, sin su sonrisa y su mirada, sin su MinSeok.

Recordar le hacía revivir cada unas de las razón por las cuales había caído en el amor, apretó sus labios y asintió a la nada, prometiéndose a sí mismo que el día de mañana, cada uno de sus recuerdos los transmitiría a la espera de que su corazón sea escuchado.

Sin desperdiciar tiempo se echó a correr al cuarto de Xiumin, tenía que decirle algo muy importante antes de que sea tarde. Corrió escaleras abajo y fue hasta la habitación más ordenada, tocó la puerta y esperó a que este le abriera.

-Chen -el cabello de MinSeok goteaba, señal de que apenas salía de bañar-, ¿qué ocupas?

-Por favor, enciende la radio justo a las seis treinta -no le dio tiempo a contestar pues se dio media vuelta hasta su habitación, tapando la mitad de su cara con su antebrazo.

Xiumin estaba confundido, pero aceptó la petición, aunque era más que claro que igual la iba a escuchar.

La mañana siguiente JongDae despertó más temprano que los demás, miró el reloj contando las horas que faltaba. Estaba inusualmente nervioso, su confianza siempre era su punto fuerte, pero hoy sentía una especie de sensación de pánico, muchas cosas pasaron por su mente durante toda la noche, entre ellas que MinSeok lo rechace.

Sacudió su cuerpo evitando esos pensamientos, justo iban entrando a la cocina SeHun y Lay, tan temprano empezaban con sus bromas, revolviendo el cabello de Chen y logrando que su nerviosismo desapareciera durante un pequeño lapso el cual desapareció en cuanto lo vio entrar, con el pantalón de la pijama un poco más abajo y una camisa de tirantes cubriendo sólo el abdomen.

-¿Tan temprano empezamos con el sensual cuerpo de Xiumin? Digo, no tengo problema pero ni son las diez de la mañana -Kai iba entrando a la cocina, observando como a Chen se le caía la baba-. ¿Una cubeta, joven?

Todos rieron fuerte mientras Chen fingía que también le daba risa. Sus miradas chocaron, Xiumin le sonrió y articuló un "Buenos días" con su típica expresión adorable.

Chen le guiñó un ojo y dobló sus codos sobre la mesa observándolo pasearse frente a él hasta llegar al refrigerador.

-Bien muchachos -SuHo entraba ya recién bañado a la cocina donde ya estaban todos-, hoy hay diferentes actividades para todos así que mucho ánimo, comamos y hay que prepararse.

-Ah, que bien se siente no tener nada que hacer hoy -ChanYeol flexionó sus brazos atrás de su cabeza, haciendo burla del tema.

-Ugh, los odio -Baek lo miró con rencor.

-A que no -levantó sus cejas.

-Mi corazón shipper es feliz con estos pequeños detalles -SeHun sonreía con satisfacción al recibir las miradas del ChanBaek llenas de enfado-. Ustedes son tan buen material.

Desde hace horas que los demás se habían marchado y relativamente el tiempo transcurría muy lento, Chen se encontraba perdido en su mente, como últimamente lo hacía, el par lo observaban extrañados de que no estuviera haciendo algo, pronto la camioneta llegaría a recogerlos, durante el viaje iban charlando y acordando que sí y no podían hacer.

Llegaron al pequeño estudio de radio el cual tenía dos locutores quienes, con una sonrisa, recibieron a los tres jóvenes.

-Qué gusto conocerlos, chicos -habló primero el de cabello cenizo-. Nos hubiera encantado traerlos a todos pero el presupuesto nomas nos alcanzó para tres -Junnue rompía la tensión con una divertida plática.

-No le hagan caso, es un gusto tenerlos aquí con nosotros -la chica de cabellos verde sonreía con emoción.

-¿Qué les parece si empezamos? -Los tres tomaron asiento.

ChanYeol y KyungSoo estaban siendo naturales al empezar la charla, pronto empezaría el programa.

-¡Buenas noches Seúl! Damos la bienvenida a nuestros invitados especiales.

Xiumin se encontraba frente a la cámara, su turno estaba por acabar, ya solo faltaban BaekHyun para terminar la sesión de fotos, cambiaba de pose y sonreía ante la cámara.

-Tan perfecto como siempre, MinSeok -el camarógrafo le tendió la mano para felicitarlo.

Xiumin aprovechó que su turno había acabado para tomar su celular, recordando a Chen la noche anterior, miró la hora y notó que ya era un poco tarde.

6:55 marcaba su reloj, rápidamente abrió la estación y conectó sus auriculares, llegó justo a tiempo, la hermosa voz de JongDae sonaba.

-Nos dijiste que tenías una canción que te gusta ¿no, Chen?

-Honestamente tengo muchas, pero una en particular me gusta mucho -Xiumin sonrió, Chen era como un reproductor, con tantas canciones almacenadas.

-¿Nos la cantarías? -Las voces de los dos siguientes miembros apoyaban la idea haciéndolo reír con un poco de vergüenza.

Chen aceptó volviendo a hablar, Xiumin subió el volumen sonriendo en cuanto su voz se escuchó tan fuerte y claro.

Mi corazón es un estéreo
Y late por ti, así que escucha con atención
Escucha mis pensamientos en cada nota

Hazme tu radio

Enciéndeme cuando te sientas mal Esta melodía esta hecha para ti Así que cántale a mi estéreo

Chen encontró el momento exacto para confesarlo, sabiendo que muchas personas lo oían, pero solo le importaba que el mensaje le llegara a una sola.

-Ésta canción es especial, la encontré en un día cualquiera, cuando me encontraba frente a una persona muy importante, su voz me atrapó y me robó el aliento -paró de hablar, sonriendo al recordar ese día-. Fue como si el mundo entero se hubiera silenciado y solo existiera ese sonido.

>Mi corazón se enamoró, su sonrisa me atrapó, encontré la razón del porqué no me sentía completo, verle es lo que me despierta cada día, en esa persona habita mi ilusiones y mis sentimientos, he querido decirlo, que mi corazón sea escuchado, más la vida es traviesa y ha puesto locuras en cada uno de mis intentos, hoy encontré esa oportunidad y deseo que pueda escucharme -hubo un silencio largo antes de terminar-, confesarte que te amo.

. . .

El destino coincidió el viaje, había terminado la radio y la sesión de fotos y ahora solo quedaba la noche, Chen se encontraba frente al patio a la espera de la llegada de MinSeok, rogaba internamente que esta vez sí saliera bien todo. Las puertas del garaje se abrieron, su corazón pálpito más rápido y, al darse la vuelta para enfrentar a su destino, el destino lo dejó caer de espaldas junto a una persona sobre él.

Su olor era inconfundible, decidió no abrir los ojos y disfrutar del abrazo que MinSeok le daba con todas sus fuerzas.

-¿Te llegó mi mensaje? -río fuerte.

-Creo que le llegó a toda la ciudad -Xiumin se alejó unos centímetros para poder verse a los ojos- y escuché tu corazón.

Espero les haya gustado y perdónenme si no fue tan bueno, es mi primer ChenMin, ¡qué nervios!
Dejé la traducción en español en multimedia por si quieren saber lo que sigue :) Me encantaría que me dijeran sus opiniones al respecto, por favor 💕 ¡Un beso y abrazo virtual para todos!

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