No es lo que pensé #1
Después 3 años de haber vuelto a BeaconHills y todos los sucesos que vivió junto a los adolescentes, Derek decidió reparar la mansión Hale para poder albergar la manada, o al menos tener un lugar mucho más cómodo para entrenar que el Loft, que también sería un segundo hogar para ellos. Puede que ya no sea el Alfa, pero es parte de la manada y, aunque no lo diga en voz alta, son una familia. Y la familia necesita un hogar.
Antes, su manada era toda la familia Hale y el hogar de éstos siempre fue la mansión, por siglos acompañando a la familia de generación en generación. Y ahora era el turno de la manada McCall de ser la nueva generación en la historia de la mansión. Puede que fuera un mal recuerdo pero Stiles le hizo cambiar de opinión, le hizo hablar de todos sus buenos momentos en aquella casa, las cenas familiares y reuniones para las fiestas, los cumpleaños, de la historia que su madre le contaba de sus ancestros: cada una de las experiencias vividas le habían dejado una enseñanza. Todos esos momentos era los buenos recuerdos que debía llevar en su corazón al ver la casa, y sobretodo que tenía que pensar en aquellos que vivirán con la manada cuando la casa esté lista.
Una lágrima había caía por la mejilla de Derek, nunca había hablado con nadie con respecto a su vida y su familia después del incendio. Stiles no le obligó pero el sentir el apretón del castaño en sus manos, su mirada llena de cariño y compasión, le hizo derribar aquella muralla y compartir todo con el menor. Nunca le interrumpió, le sonreía, se reía con él con cada relato que el mayor recordaba de su familia o lo miraba con toda la atención como si le contara el cuento más asombroso que jamás hubiera oído.
Pero aquellas lágrimas eran por solo una imagen que apareció en su cabeza, de la manada toda junta en el día de Nochebuena, cenando y riendo. Compartiendo historias frente a la chimenea, mientras tomaban una taza de chocolate caliente y comían galletas navideñas. Sentía el calor de la familia con solo imaginarlo, las lágrimas caían por su rostro con cada imagen que su mente comenzaba a plantear del futuro.
-Toda la manada junta seremos una familia feliz-le dijo Stiles besando las lágrimas que caían por su mejilla para luego besarle la frente-. Verás cómo se vuelve a llenar de buenos recuerdos-le decía mientras le acariciaba el rostro, juntando sus frentes-. Ya no habrá más dolor. -Su voz se quebró y dejó que una lágrima cayera que el mayor limpió con su pulgar.
-Gracias. -Sólo fue un suave susurro al igual que el pequeño y dulce beso que le dejó al castaño en los labios-. Gracias. -Volvía repetir una y otra vez repartiendo pequeños besos por todo el rostro del menor, quien no podía evitar reírse antes las caricias del mayor-. Gracias por... estar conmigo.-
-Siempre voy a estar contigo...-dijo Stiles con los ojos aún cerrados, disfrutando de las caricias de su novio. Derek abrazó con fuerza el cuerpo del menor. Quizás el destino se burló de él años atrás, pero ahora pertenece a una manada que a pesar de no ser perfecta, se tienen cariño, además tiene el novio perfecto, su amante, su amigo pero sobretodo, su compañero-. Además, la mansión...-comenzó el castaño apartándose un poco para ver el rostro de Derek, el cual tenía lo miraba con una tierna sonrisa que hizo al menor sonrojarse-. Será el mejor hogar para nuestros cachorros-
La sonrisa Derek creció más, contagiando a Stiles quien aún tenía el rubor en su rostro, el mayor siempre le hacía sonrojar y encima lo disfrutaba, aunque a él no le importaba ponerse rojo como un tomate, si con eso pudiera ver la bella sonrisa del lobo-. Te quiero pequeño -le dijo Derek dándole un tierno y dulce beso. Uno que formará parte de los buenos recuerdos de la nueva mansión.
Y ahí se encontraba, en la mansión junto a la manada, empezando el plan de refacción. Lo primero en la lista era: limpiar. Es cierto que había vivido un tiempo ahí cuando volvió al pueblo pero cuando se mudó a Loft, la mansión quedó totalmente abandonada de cuidados.
Hojas, ramas y más mugre era lo que abundaba por toda la casa, y ni hablar del polvo y las telarañas. Muchas escobas y aspiradores fueron lo que se necesitó para que en cinco días estuviera completamente limpia, sin ningún animal viviendo, como los murciélagos o las ardillas que habían encontrado en los cuartos de arriba.
Lydia dejó a media manada sorda al gritar por el susto cuando los murciélagos pasaron volando por su cabeza. Kira preguntó si se podía quedar con una ardilla y Malia que si se podían comer. Nadie les respondió.
Juntos, se quedaron para completar el anochecer como idea de Lydia. El sol sólo desaparecía dejando detrás un cielo bañado de tonalidades anaranjadas que eran tragadas por azul profundo casi negro de no ser por las estrellas haciendo acto de presencia
Bajo la luz de la fogata que habían armado en el patio delantero cenaron, mientras se contaban historias de terror, las cuáles lo único que les hacía era reír. Después de todo, sus vidas estaban rodeadas de cosas sobrenaturales,por lo que habían perdido miedo a muchas cosas. Excepto por la historia de Lydia, la pelirroja se las había ingeniado para crear una historia con las voces que supuestamente estaba "escuchando".
Stiles, asustado, se apretó contra el cuerpo de Derek, quien no pudo evitar reír por lo bajo. Stiles lo fulminó con la mirada y el mayor lo acercó a su cuerpo abrazándolo por la cintura-. Yo te protejo-le susurró al oído para dejarle un beso en la sien.
Los días iban pasando tranquilos, lo cual era un alivio para la manada, porque los más jóvenes podían concentrarse en los estudios y luego todos junto ayudar en lo que podían en la refacción de la mansión.
La estructura de la misma había resistido las llamas, por lo que les ahorró un gran trabajo a todos, sobre todo a Derek, quien a pesar de ser Arquitecto, no quería empezar todo de nuevo. Y sí, tenía un jodido título que demostraba sus estudios y que no era un vago. Después del incendio y el alejarse de Beacon para irse a vivir a New York, Laura le insistió seguir con los estudios, que sería fundamental ya que ahora estaban completamente solos.
El hecho de nunca haberlo dicho era porque recordaba aquellos momentos de soledad, alejados de su hogar lleno de recuerdos dolorosos. Fuera donde fuera, su alma se sentía solitaria y culpable; aun con la compañía de su hermana, no podía quitar la amargura que acompañaba su vida. Su vida universitaria no fue más que vida puesta en modo automático, siendo el único objetivo graduarse, por Laura y por él.
Obviamente no se lo pudo ocultar a Stiles, después de todo eran pareja y conocían sobre la vida del otro por ello,y cabe agregar que el castaño tenía una curiosidad enorme por toda la historia del moreno. Le causaba ternura ver a Stiles como un niño pequeño, con los ojos brillantes, como un crío deseando saber acerca de su héroe favorito.
-¡¿ERES ARQUITECTO?! -Derek no pudo evitar reír ante la sorpresa del castaño por loque solo asintió y le dejó un beso en la nariz. El castaño abrió la boca para preguntar pero no se animaba.
-Pregunta-exigió Derek divertido.
-¿Tienes el título, no?-El mayor asintió y Stiles se acercó más a con los ojos brillando de emoción-. ¿Puedo verlo?
El mayor solo resopló y se levantó de la cama donde se encontraban acurrucados y fue a su biblioteca personal, volviendo con un rollo de papel y su libreta académica. El menor se los arrebató con el ceño fruncido y desenrolló el título.
-¿Qué eres bruto o qué? ¡Esto hay que encuadrarlo! No tenerlo como si fuera un rollo de papel higiénico-espetó enojado, haciendo un puchero que a Derek se le antojó besar-. ¿¡TE TRAGABAS LOS LIBROS?!-Subió su tono al ver las notas de Derek. El mayor se rio fuerte haciendo al menor suspirar y que su corazón empezara a latir con fuerza, le encantaba escuchar la risa de Derek.
-Quería graduarme sin problemas-le dijo suavemente mientras atraía al menor a sus brazos y se recostaban nuevamente.
-¿Te era difícil, no?-Sabía que no se refería al estudio. Stiles muchas veces le sorprendía cómo le llegaba a conocer sin habérselo contado. Aún no podía creer que semejante persona fuera su pareja. Y aunque se tuviera que abrir y dejar salir el dolor, todavía le era difícil por lo que solo asintió-. Arquitecto Derek Hale... -susurró Stiles, como si tratara de asimilarlo-. Me gusta.
Lo beso en la coronilla mientras le acariciaba suavemente en la cintura. Sabía que las preguntas no habían parado y que el que el castaño quería elegir las palabras correctas para no incomodarlo.El mayor apreciaba ese gesto y por eso respondería todas las preguntas de su curioso humano.
-Cuando vivías en ahí... ¿Estuviste con...-Simplemente se calló avergonzado y Derek sabía a lo que se refería. Si había estado con alguien, íntimamente. Y si, lo había estado pero no habían significado nada, siempre eran simple desahogos.
-Nadie como tú -le susurró al oído, acariciando el rostro y besándole la mejilla.
Conocía la inseguridad del menor y nunca le importaría repetirlo todas las veces que fuera necesario, que él era único. Que el destino le había escogido la pareja más increíble y que había llegado en el momento justo para sanar sus heridas.
El recuerdo terminó cuando justo había acabado de pintar el cuarto. Suspirando, miró a su alrededor, viendo las paredes del blanco del que sería el cuarto que compartiría con Stiles. Y si, compartirían cuarto y nadie se lo iba a negar; al que se atreviera, le arrancaría la garganta con sus dientes, nadie impediría que SU Stiles durmiera con él (nadie iba a alejar a Su Stiles de su lado). A no ser por el Sheriff, aunque eso ya era otro tema.
El lobo llamó a su novio que seguro que estaría leyendo o investigando algo sobrenatural. Los pasos que le siguieron a un "voy"solo anunciaron la llegada del castaño, quien enseguida se enrojeció al ver el torso desnudo de Derek.
El mayor sonrió ladinamente ante la reacción del menor, podía oír cómo su corazón se aceleraba, se había quitado la camiseta porque estaba muerto de calor y estaba pintando desde temprano.
-Ven. -Derek tomó las manos del castaño y lo hizo entrar al cuarto, prácticamente no había nada de asombroso pero él mismo estaba como si nunca hubiera pasado nada-. Ésta será Nuestra habitación-le dijo suavemente poniendo todo el cariño en la palabra "Nuestra"-. El blanco es solo una capa para que después lo puedas pintar del color que quieras. -Stiles sólo podía sonreír, encantado con la sonrisa que le dedicaba Derek y dejándose llevar a una puerta a la izquierda-. Y mira.-
Tanteando la pared, prendió la luz para dejar ver un baño también pintado de blanco. Stiles le miró con una ceja arqueada y el mayor solo se rio acercándose a la ducha-. Ya hay agua...-Giró la manilla dejando el agua caer.
El menor iba comentar algo cuando el lobo se acercó y le comenzó a bajar el pantalón con una mano mientras hacía lo mismo con la otra mano con su pantalón. El castaño solo se dejó hacer, hipnotizado ante la profunda mirada de su novio. Una vez que ya no había más ropa, le tomó de la mano de nuevo y lo guió hasta bajo la lluvia de la ducha.
-¡Está helada!-jadeó Stiles apenas el agua hizo contacto con su piel.
-Pues...todavía no he podido regular lo del agua caliente.-
-Maldito perro Sarnoso. -Estaba por salir de la ducha hasta Derek tiró de él y lo abrazó.
-Quédate conmigo...así no tendrás frío-le susurró provocando escalofríos en el menor, sus manos estaban sobre el duro pecho del mayor y no podía negar que el cuerpo del Lobo era un estufa bajo su tacto-. ¿Mejor?-
-Algo... -Aun así no pudo evitar temblar ante el frío, obligando a Derek a cambiar de planes.
-Se me ocurre algo mejor. -El mayor empezó a besar al menor mientras comenzaba a acariciar todo lo que podía de la piel blanquecina. Stiles no podía evitar suspirar mientras su manos acariciaban los brazos y los hombros del lobo para terminar enredándose en el cabello de éste.
Las grandes manos de Derek recorrían todo su cuerpo, provocando pequeños escalofríos, su piel se erizaba al tacto del mayor y su corazón se empezaba a latir como loco. Tomándolo de la cintura, acercó más sus cuerpos, pudiendo notar lo duros que estaban al contacto de sus cuerpos.
Stiles gimió al sentir el duro miembro de Derek contra el suyo, el calor de su cuerpo había subido con sólo unas caricias y besos. El mayor, con una mano envolvió sus miembros y empezó a hacer un suave vaivén que hizo a Stiles jadear, quedándose sin aire y reprimiendo un gemido.
El agua facilitaba la suave fricción, la enorme mano de Derek y su miembro junto al suyo, hacía que a Stiles le costara mantenerse de pie por el placer que recorría en todo su cuerpo. El beso solo se veía cortado por los suspiros y gemidos del menor mientras que el mayor jadeaba intentando a contener a su lobo.
-De-Derek, quiero...-
-Shh...-lo interrumpió besándolo con más fiereza comenzando aumentar el ritmo de la masturbación-. No podemos... darnos el gusto, le prometimos... a tu padre cenar con él...-jadeaba Derek negándose el deseo de darlo vuelta y enterrar su polla en ese pequeño y perfecto culo. Le habían prometido al Sheriff la cena y no quería arriesgarse a recibir varios disparos por parte del policía.
Stiles gimió de frustración y movió su cadera en busca de más contacto pero Derek lo aprisionó con brazo sin dejar acelerar la masturbación. El beso ya no podía callar el placer que escapaba de las bocas de ambos. La fricción les enviaba oleadas de placer por todo el cuerpo y sentían como su piel estuviera en llamas.
Sus caderas se empezaron a mover busca de más contacto, y el movimiento de la mano de Derek los estaba llevando poco a poco al punto culmine. Stiles gimió el nombre del mayor siendo golpeado por el orgasmo, Derek le siguió segundos después besando y mordiendo el cuello del menor.
Abrazados bajo la lluvia del agua, con la respiración agitada, trataban de recuperarse. El menor apenas se mantenía de pie, ocultando el rostro en pecho del Lobo, quien dejaba suave caricias en las caderas de su humano.
-Llegan tarde. -El rostro de John era totalmente frío y serio, a pesar de haber llegado solo cinco minutos tarde, se encontraba totalmente disgustado. Desde que su hijo salía con el hombre lobo, siempre llegaba temprano, el hombre era sumamente puntual y siempre que iban juntos llegaban a la hora pautada. Y ahora había llegado cinco minutos pasadas las nueve en punto, o sea, 300 segundos tarde, 300 SEGUNDOS. Bueno...quizás exageraba, pero sabía el motivo, no con exactitud pero tampoco quería imaginárselo, no quería ninguna imagen mental de su hijo con el lobo.
-Lo siento Señor Stilinski, me deje llevar por los arreglos de la mansión. -Y aunque no creía ni una palabra de Derek, lo dejó pasar con un leve asentimiento.
-Está bien...Y Hale. -El tono que usó para nombrar el apellido le provocó un escalofrío a la pareja-. Te dije que me llames John.
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Se supone que es Smut.
Hago lo que puedo....
Igual, es solo la primera parte de lo picanton (?
@lauvelga va para vos, que siempre me bancas XD
Saludos
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