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Maldición




                 

No de nuevo, no de nuevo por favor.

Su respiración era totalmente acelerada, su corazón resonaba con fuerza en sus oídos y sus dientes rechinaban ante los nervios que lo iba poco a poco derrumbando. Nervios, incertidumbre, miedo, dolor, todo aquello lo estaba atormentado en una tormenta de pensamiento la cual lo arrastraba a la desesperación.

Sus nudillos se tornaron blancos, apretando con fuerza el volante, escuchando el crujido de este. Su pie no se había apartado del acelerador y quizás le llegue una pila de multas pero nada de le importaba en ese momento. El coche derrapó en una curva,  teniendo como respuestas un coro de bocinas de los otros conductores pero en ningún momento se detuvo, solo seguía avanzando con un rumbo y nombre fijo.

Su corazón se oprimía en su pecho, su mente colapsaba con los recuerdos y emociones que lo abrumaban pero su rostro se mantenía impasible aunque eran sus ojos los se cristalizaron, cuando quería evitar que las lágrimas lo traicionen. Rogaba que no fuera cierto, aunque era imposible que Scott bromeara con algo como eso, pero su esperanza de que lo que había leído mensaje no fuera tan grave, que haya sido una falsa alarma y no la bomba que detonó, dejando que su mundo se derrumbe lentamente.

Se le hizo imposible detener la avalancha de recuerdos, cada momento era revivido frente a sus ojos, la impotencia y la desesperación hacían su cuerpo temblar, sus músculos se tensaban ante el revivir aquel vacío que arrancó su corazón hace muchos años. El calor, le era incapaz de soportar la potencia del fuego, quemando tu piel ante el mero roce. El olor a cenizas era como si se hubiera impregnado en su piel, recordaba las continuas torres negras que se alzaban hacia el cielo, aquella misma bruma que nublaba su vista y enterraba en sus pulmones logrando quemarle por dentro y dificultando el respirar.

Tomó aire tratando de tranquilizarse inútilmente, su mente le estaba jugando y sintió que lo que respiraba eran las cenizas de la mansión que estaba ardiendo en su memoria en ese momento. Sentía como su piel escocer ante el fuego de los recuerdos que era revivido desde lo más profundo de su cabeza, los gritos y llantos de dolor eran repetidos en un bucle de tortura infinita logrando que las grietas en su interior fuera creciendo más y más.

Aquello que creía sanado, aquellos pasos que pensó que había logrado avanzar, la idea ilusa de no estar más en esa oscuridad fue solo una ilusión, todo volvió a quebrarse frente a sus ojos. Aquella sensación de tranquilidad se estaba rompiendo frente suyo, solo necesito un soplo para que su mundo volviera caer en pedazo y esta vez, matarlo lentamente del sufrimiento.

Por más que hubiera crecido, seguía siendo aquel chiquillo de 15 años, inocente y débil, al cual el mundo se burló una y otra vez de él, rompiendo sus esperanzas y destrozando sus sueños, quitándole lo más importante que tenia para luego ver como lentamente su corazón se iba destrozando hasta que el brillo desapareció de su mirada.

Solo quedaba él y su dolor.

El edificio de hospital se iba alzando en la distancia, logrando que presión en su corazón fuera insoportable, sintiendo a su lobo totalmente inquieto y gimoteando, porque a pesar de que se negara a creer el mensaje que se repetía en cabeza, tenía la jodida sensación de que era cierto y eso le dolía más.

"Derek, han atacado a Stiles, está grave. Ven rápido al hospital"

Era increíble como unas simples oraciones podían hacer que todo su mundo cayera en pedazo y la sensación de estar viviendo un infierno lograra desequilibrar totalmente la mente. Se sentía débil, incapaz de mantenerse en pie, que con un simple roce caería de rodillas y ya no encontraría la forma de volver a levantarse.

Rogaba internamente por lo imposible. Un  "Esta grave" no se solucionaría con magia. Pero tan sólo deseaba que el mundo estuviera de su lado y le diera por primera vez la sensación de no tener constantemente una soga alrededor de su cuello, la cual continuamente se ajustaba y que en cualquier momento, la base bajo a sus pies desaparecería para dejar solamente una cáscara vacía. Sin vida.

Le importo poco estacionar mal el coche, como el ignorar a la recepcionista, no tenía para pedirles disculpas a los pacientes que iba chocando en su rápido andar o ayudar a la enferma a juntar los papeles que volaron cuando pasó corriendo logrando que soltara todas las fichas.

Sentía que iba corriendo en el filo del risco, sus pies temblando ante la peligrosa caída, su respiración errática incapaz de recoger aire y su corazón siendo una bomba de tiempo resonando con fuerza en sus oídos.

"Está en el quirófano. Ha perdido mucha sangre"

Simplemente sentía que todo giraba, su equilibrio le fallaba y sus piernas ya no lo podían mantener en pie. Se apoyó en la pared, tratando de respirar, sus sentidos totalmente afectados provocando un aullido de dolor y desesperación en su interior.

El lugar apestaba a la sangre de Stiles, de su Stiles, era tan fuerte que lo ahogaba. Todas las emociones mezcladas, el aroma por sobretodo de los atacantes, formaban una peste que le provocaba arcadas, solo queriendo poder volver a sentir el aroma a café de su humano. No podía oír los latidos del castaño y aquello estaba logrando enloquecer a su lobo, que sollozaba por estar con el menor.

No podía escuchar las disculpas de Scott, de cómo trataba explicarle lo ocurrido, de cómo una manada enemiga de los Hale había atacado por sorpresa, simplemente no podía consolar los sollozos Scott que no paraba de decir que fue su culpa y que Lydia haya gritado el nombre de Stiles no significaba que vaya a suceder lo que una banshee anuncia.

La pelirroja se encontraba llorando en el hombro de Kira, sintiéndose horrible al gritar el nombre de su amigo. "No otra vez, no o-otra vez" Eran los balbuceos entre llantos que repetían Lydia una y otra vez. La morena no contenía sus lágrimas pero con una mano acariciaba la espalda de la mayor mientras con la otra, apretaba con fuerza la mano de Malia.

No a él, no por favor, no me lo quites también él.

Apoyó su espalda en la pared, cayendo lentamente hasta quedar sentado en suelo, queriendo simplemente despertar de aquella pesadilla. Deseando que al abrir los ojos, estuviera acostado en su cama y encontrarse con esa sonrisa que le devolvió la luz a su vida, poder sentir a su compañero a su lado.

No pudo mirar al sheriff cuando este llegó, no pudo ignorar como el pulso de John se aceleraba y como la tristeza se hacía más pesada en el ambiente. Como la desolación y el enfado hacían presencia junto a un susurro que no necesitaba que le dijera para simplemente ya aceptarlo.

"Esto es TU culpa Hale"

Lo sabía, no era necesario que se lo dijera. Él mismo se estaba culpando desde que supo que fueron de otra manada, el mismo se castigaba por no haber protegido lo suficiente a su compañero, a su Stiles. Como no pudo con Paige, con su familia y con su betas. Y ahora volvía a perder lo único y más importante de su vida.

Fue ahí cuando se permitió que las lágrimas se escaparan, imposibles de controlar su respiración y quebrarse en un sollozo agónico. Ya simplemente no podía contener más sufrimiento, tenía que aceptar que ese era su destino, que el dolor siempre lo acompañaría en la vida.

Era su maldición.


~o~

Odienme, yo lo hago :'V

Creo que esto es lo mas angst que hecho y he sufrido al escribirlo.

Sinceramente odio cuando Derek sufre, ya ha sufrido demasiado.

Pero quise mostrar de alguna forma, que no es un insensible.
Aunque lo hice sufrir, soy tonto :__V

¿Por que hice esto? T^T

Si lloraste, podes tirarme una piedra (?

Saludos ~

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