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Baila conmigo #3


Existían maneras de torturar una persona hasta tal punto en el que perdería la poca cordura que existiera en su lamentable existencia, destruir su mente totalmente hasta que no quede nada de aquello que alguna vez fue humano, siendo una cáscara vacía. Los humanos podrían llegar a ser increíblemente crueles, nunca se podría saber hasta que límite se podría llegar de lo retorcido y grotesco.

Pero existen unas personas que son los peores en la existencia de la humanidad, siglos y siglos de su historia que muestra una inmensa gama de hechos y forma de ellos. Los profesores... aquellos súbditos de satán que tienen el propósito de hacer miserable la vida del estudiante y que seguro disfrutan verlos sufrir.

Ok... puede que Stiles esté exagerando un poco en la manera de pensar pero eso no va quitar que piensa eso de Harris. Aquel sí era un siervo del diablo enviado para su especial tortura, su inocente y humilde alma era castigada por aquella retorcida figura proveniente desde lo más profundo y oscuro del averno en un disfraz de profesor. Seguramente Harris lo odiaba, el castaño no podía dejar de pensar eso cada vez que terminaba en detención o casualmente los temas de exposiciones eran los más complicados y quizás ni siquiera pertenecían al programa de estudio de ese año.

Sentía que estaba preparando un trabajo con el que cambiaría la vida del mundo entero, a poco el profesor no le pide que haga la cura para una enfermedad que él mismo desarrollaria solo por hacerle la vida imposible. No era estúpido, claro que no, sus notas eran mayor que el promedio, destacando después de Lydia. El problema estaba en su cabeza, al ser hiperactivo puede que la concentración usualmente no esté de su lado pero eso no era lo que causaba su cabeza volar por la nubes. La raíz del problema (que no sería un problema considerando de quien se trataba) tenía nombre y apellido.

Derek Hale.

El maldito se las había empeñado muy bien para meterse en su cabeza y ser su constante pensamiento. Aunque mayormente él fue quien cayó rendido ante la belleza del mayor, este solo fue quien dio el golpe final para que el castaño estuviera completamente enamorado. Y nadie podía culparlo, después de todo el moreno se había tomado su trabajo, Stiles todavía recordaba el momento sin poder evitar sonrojarse.

Bufó como por quinta vez en lo que iba del recorrido en su jeep hacia la escuela, era una tarde en la que su plan de que hacer el resto del día era: nada. Iba dormir hasta que anochezca y jugar videojuegos hasta quedarse bizco pero Cora no pensaba lo mismo.

Le había bombardeado el celular con llamadas y mensajes, encima no estaba sola en su misión de "no dejar descansar a Stilinski". Scott, Lydia, Allison y algunos mensajes que intuyo que eran de Isaac, también se había unido a la causa. "Stiles, tienes que ir al partido".

Y no, no era para nada una propuesta, ni siquiera un pregunta amable acompañado de un simple "por favor". Por supuesto que no, iban directo al grano, sin rodeos, solos ordenes directas e incluso amenazas de que debía estar en el partido de las finales del torneo de baloncesto que se concretaban en su instituto.

Él simplemente quería descansar, había aprobado todos los exámenes y llevaba las materias al día, era un día perfecto para hacer absolutamente nada y dedicarse a fondo a la vagancia. Pero sus amigos no iba a dar a torcer el brazo tan fácil, la menor de los Hale decidió utilizar la artillería pesada, donde salió perdiendo.

"¿Vendrás a ver el partido?" Una simple pregunta casual con un tono serio que escondía un poco de curiosidad. Con su uniforme puesto, dejando sus trabajados brazos expuestos, apoyado en los casilleros, Derek lo miraba con una leve sonrisa. Y eso fue jugar sucio, porque no solo tartamudeo y se sonrojó de manera vergonzosa, sino que respondió con un escueto "N-no se".

Deseó en ese momento desaparecer de la mirada intensa del moreno que se había vuelto su debilidad desde el baile que organizaron para las madres. Y solo decía eso para no decir que Derek se había vuelto su debilidad, porque desde ese día, el trato empezó a ser distinto; mucho más cercano. Volviéndolo un completo flan ante cualquier acción de moreno, porque si, estaba completamente enamorado que su cerebro apenas funcionaba con las sonrisas que Derek solía dedicarle solo a él.

"Espero verte allí" fue lo último que dijo antes de ir a su entrenamiento, dejando a un Stiles con la respuesta en la boca y sonrojado por aquellos dientes que brillaron como diamante que fueron algo más que una mueca amistosa. Su cabeza la había clasificado como una sonrisa coqueta que ahora en adelante sería un arma letal para derribar sus defensas.

Estacionando el jeep se volvía a plantear el porqué había ido, que era su perfecto día para descansar pero ahí se encontraba en los pasillos del colegio. No era amante de los deportes como para usar la excusa de apoyar al equipo de la escuela, usualmente le aburría el baloncesto a no ser por un jugador en especial.

No estaba por obligación, negar que no lo quería ver en acción sería como decir que no ama a su jeep. Y eso sería blasfemia, su coche es su bebe mecánico. La invitación indirecta fue lo que lo hizo caer, junto a los insistentes empujones de sus amigos que afirmaban que no debería perdérselo.

Aun así, con su planteo de que su presencia ahí era irrelevante, en ese momento se encontraba gritando de emoción al ver su equipo encestar. Que se sentía medio hipócrita de que no iba disfrutar viendo el partido sobretodo porque apenas llegó a sentarse a las gradas ya tenía pintado bajo los ojos una raya roja y otra blanca representando los colores de la escuela y un dedo de espuma, cabe decir que su garganta estaba adolorida por los silbidos y gritos de emoción.

Aunque su emoción era mayor al ver cierto moreno encestar, era la estrella en ese partido y Stiles no podía estar más de acuerdo. Y eso solo que estaba por finalizar el segundo cuarto y el equipo de Beacon llevaba ventaja.

Negar que no se sorprendiera que en el descanso donde las porrista ofrecían su "espectáculo" con el objetivo de subir la moral y distraer un poco, el ver a Derek y otros jugadores sumarse a la coreografía, sería mentir descaradamente. Su sorpresa era igual que Cora, que miraba con la boca abierta como cada uno de los del equipo se sumaban a baile de las porrista, sin equivocarse en cada paso. Lo tenía preparado. Los jugadores coordinaban cada movimiento sin equivocación y vergüenza alguna, con pasos más rápidos y sencillos mientras que las chicas realizan movimientos más delicados y ágiles, incluso haciendo trucos en conjuntos.

"No Babees" fueron las palabras burlonas de la menor de los Hale, que lo despertaron de su ensoñación. Nadie podría culparlo al ver la manera en la que se movía el moreno, puede que para el vals fuera un tronco pero verlo hacer el salto invertido fue demasiado.

"¿Acaso podría ser más perfecto?" fue su pensamiento, viendo los movimientos de cadera de Derek y su sonrisa ladina. Aquella sonrisa se había vuelto su completa debilidad y era la causante de su enamoramiento y verlo sonreír de esa manera, disfrutando, era algo que quería apreciar para siempre.

El pensamiento de una vida junto al moreno fue un breve pensamiento que lo estremeció, un suspiro escapó de sus labios y sus ojos brillaron tristes apreciando la cálida sonrisa del mayor. "Estoy jodido" fue el pensamiento que cruzó su mente al darse cuenta la intensidad de sus sentimientos.

A la pequeña fiesta que se había vuelto la coreografía se le fueron sumando gente de las gradas por invitación de los jugadores y porristas. Cora fue llevada a la cancha por un jugador que al ver su camiseta, confirmó que era Isaac. La menor de la Hale lo miro buscando ayuda, ya que no le gustaba bailar, por lo que le guiño el ojo y dejó que fuera llevada por el de rulos.

Su corazón empezó a latir cuando vio una profunda mirada verde dirigirse hacia él acompañado de una leve sonrisa. Miró a sus costados buscando al verdadero objetivo de aquella mirada pero una ceja arqueada del contrario fue suficiente para saber la respuesta. Negó con la cabeza, toda la escuela estaba viendo el partido y se negaba hacer el ridículo en medio de uno de los partidos más importantes para el equipo.

-Solo...Baila conmigo- La voz de Derek sonaba suave y le pareció creer escuchar el ruego en su tono, una mano estaba levantada hacia él como una oferta que quería aceptar pero en parte negar. Y otra vez le era dedicada la sonrisa honesta con el toque Hale que lo desarmaba y hacia su neuronas derretirse, porque uno de los tío más buenorros del instituto lo había buscado a él entre público. Su confianza creció al ver el ceño fruncido de Jennifer y no pudo evitar reírse al ver el poco movimiento que hacía Cora al intentar bailar.

La música había cambiado e incluso había caído algo de confeti a la cancha, se escuchaban aplausos, risas y gritos de euforia. Se sumaron, incluso, alumnos y familiares del equipo contrario, todos juntos en un baile amistoso que recordaban que un partido tenía que ser un juego honesto y no una guerra.

La mascota de la escuela estaba en medio de círculo que se formó, siendo el centro de atención, pero él tenía su vista puesta unos ojos verdes que no se habían apartado de su mirada.

-Quiero que vengas al baile de graduación conmigo- Directo como era de esperarse, Stiles solo se quedó quieto en el lugar, dudando si lo que había escuchado era cierto.

-¿Que?- Fue lo único que llegó a responder y a los segundos se quiso dar un golpe por la respuesta. Derek no puedo evitar reírse, acercándose despacio al castaño puso sus manos en la cintura de este. Stiles sentía ruborizarse por completo al contacto tan cercano.

-Si ganamos el partido, vendrás a baile conmigo- Una sonrisa de confianza brillaba en el rostro en el moreno, la cual hizo sonrojar de nuevo al castaño dejándose guiar por el mayor.

-Se te nota muy confiado- La sonrisa del Hale creció ante la respuesta- Aún quedan dos cuartos de tiempo... Todo puede cambiar - picó el Castaño, en parte para molestarlo como para saber hasta dónde estaba dispuesto llegar Derek, si aquella invitación era cierta.

-Subestimas al equipo, sobre todo a mi- La cercanía le estaba matando, quería mantener la fachada de confianza pero no podía contra la brillante sonrisa del mayor que le hacía suspirar -. No dejaré por nada que perdamos-

A nada el equipo estaba por perder pero un tiro de gracia a último momento dio como ganador a Beacon Hills. El tanto fue dedicado para él por el mismísimo Derek Hale, quien luego de señalarlo, guiñarle un ojo y decir "vas al baile conmigo Stilinski" fue aplastado por el resto del equipo, felicitándolo por hacer al equipo ganador al último segundo.

Su corazón en ese momento latía desenfrenado y apostaba a que estaba completamente ruborizado, como siempre cuando se trataba del Hale. La burla de Cora ya no le importaba pues sonreía como tonto y eso hacía a la menor sonreír también.

Pero el recuerdo no acababa ahí, ya que después que lo jugadores salieran de los vestuarios cambiados, ver a Derek caminar avergonzado hacia él y que le diga "No tienes que venir al baile si no quieres, no quería obligarte, lo siento" le demostró que el mundo nunca dejaría de sorprenderle.

Nuevamente volvía suspirar ante aquella imagen, el mayor le era una caja de sorpresa que quería descubrir todo los misterios detrás de ese ceño fruncido y miradas frías. Aún no sabía de dónde había sacado la fuerza para decirle que si quería.

"Perfecto" fue la respuesta de Derek acompañada de una sonrisa brillante. Todo le parecía demasiado irreal, la idea de estar soñando venía a su mente pero luego ver el trabajo a medio hacer en la pantalla de su portátil le daba la idea de despertar de un sueño para entrar a una pesadilla.

Intentaba abrir el casillero pero no recordaba la combinación y eso no hacía más que enfurecerlo, él, Stiles Stilinski había olvidado una simple cifra de números. No podía evitar alardear un poco de que era uno de los mejores promedios y en algo tan simple de la vida, su cerebro decidió traicionarlo olvidando la maldita combinación de números. Su cabeza golpeó contra la puerta metálica provocando un sonido seco y soltó su frustración en suspiro.

-¿Dónde está tu cabeza como para olvidar un simple código?- La voz de Cora llegó a su oído y la sensación de que la cosa podría empeorar se hizo presente en su mente.

-Eso mismo me pregunto...- Respondió con resignación mientras volvía a intentar equivocándose de nuevo, una sonrisa adornaba el rostro de Cora y eso no le ayudaba, sobretodo porque no entendía porque ese humor.

.A ver, quita- Como toda Hale que era, apartó al castaño de un empujo y tomó el candado del locker para en cuestión de segundos abrirlo.

-Ok... ¿Debo preocuparme que sepas la combinación de MI locker?- Preguntó sacando su libro de Biología mientras miraba a la menor de soslayo, quien seguía manteniendo la sonrisa de antes ahora con un toque de burla.

-Quizás pero eso no importa ahora- Comentó cerrando el casillero con fuerza y apoyándose en los mismo de costado, unas cejas arquearon a modo de pregunta silenciosa que le recordando a alguien en especial. El castaño no respondió e imitó el gesto, la pelinegra bufó -. No respondiste a mi pregunta...-

-¿Era de enserio?- Stiles ya estaba mareado, nunca supo cuando Cora bromeaba o iba de en serio, le costaba diferenciar su tono de voz que muchas veces solía ser sarcástico, en especial con él.

-Te dejó la cabeza en la nubes como para olvidar que la combinación son: tu numero en el Lacrosse y el número de mi hermano en básquet mas un cero al final- Cerró el candado para empezar la enumeración en voz alta-. Veinte y cuatro...-Primer giro correcto-. Trece...-Segundo giro-. Y... Cero- Y sin más, el candado se abrió.

Stiles no sabía que decir, pues era cierto que esa la combinación, bien lo podía ver con Cora abriendo su casillero como si nada. Sentía un poco de vergüenza que además sepa que usaba el número de la camiseta de su hermano. "Nota mental: Cambiar la combinación" fue su pensamiento para luego suspirar.

-Siempre tuvo ese poder en mi...-Susurro mientras se apoyaba en los casilleros, una pequeña sonrisa asomó en los labios de este y una risa animada que nunca había escuchado lo hizo mirar hacia quien todavía reía despacio.

-Derek tenía razón...- Dije dándole un codazo amistoso, aquella confesión lo sorprendió pero lo que más le sorprendía era ver a la Hale tan alegre, hacía mucho que no veía esa sonrisa.

-¿A qué te refieres?- La curiosidad Stilinski había aparecido y ahora quería saber que era lo que mayor le había contado a su hermana, aunque fuera algo bueno por la sonrisa de la menor, no podía evitar el rubor de solo pensar acerca de Derek hablando de él.

-Pregúntale a Derek- Respondió encogiéndose de hombros y guiñandole un ojo de manera burlona-. Pero te cuento un secreto... Tú también lo dejas por las nubes-

Y antes de que pudiera contestarle, Cora ya se había ido aún con la expresión de burla en su rostro. Stiles no sabía que pensar, su mente verdaderamente era un desastre, un tornado de ojos esmeralda con nombre y apellido solo tenía que hacerse presente en su cabeza para dar su mundo vuelta.

Aquellas palabras de la Hale solo iban dejarlo flotando de nuevo y no era precisamente lo que quería cuando la clase que le tocaba en ese momento era la de química. Tomo aire pensando en hacerlo lo menos posible que no signifique un castigo de parte de Harris y que le sume más al trabajo a entregar.

-Stilinski- No hubo necesidad de gritar su nombre, era el único que había quedado en el pasillo pensado dejar en blanco su mente que no se dio cuenta de que unos ojos críticos lo estudiaban y esperaban el momento perfecto. Por primera vez, escuchar su apellido en ese tono monótono, le provocó un escalofrío y su estómago se revolvió, era una mala señal.

-Hola Jennifer- Dijo el castaño dándose vuelta, su tono fue amable aunque sabía que la mayor no tendría que recibir un buen trato de su parte. Estaba ignorando aquella advertencia que en su cabeza había empezado a sonar, apenas reconoció su voz. El presentimiento de que algo saldría mal lo atormentaba pero espero a la morena hable.

-Quiero decirte algo- Y ahí fue toda la pista que necesitaba, aquel tono amargo justo su expresión de poco amigos era la señal de que no debería escuchar aquello. Trago saliva al ver como una sonrisa para nada amigable se formaba en los labios de esta.

-Ahí está perfecto- Comentó Talia con una gran sonrisa mientras se alejaba para ver cómo había quedado su nuevo orden. Al lado suyo, Laura evaluaba todo el movimiento que su madre había hecho por un simple portarretratos con un simple papel, sus brazos cruzados y su ceja arqueada mostraban su pensamiento.

-¿Tanto movimiento por esto?- Dijo la mayor de su hijos, acercándose para tomar el cuadro que se encontraba sobre la chimenea junto a más fotos, muchas de ellas familiares como otros objetos de valor importante.

-No es un simple "esto"- Reprendió con un fingido puchero arrebatándole de la manos de sus hijas para luego sostenerlo con orgullo y sonreir -. Esto me abala como la Mejor Cocinera de postres- Hablo inflando su pecho de orgullo, Laura no pudo evitar contagiarse de la sonrisa de su madre.

-Según el instituto de Beacon Hills...- Rebatió volviendo arquear una ceja, su madre solo sonrió y despeinó a su hija que a pesar de ya estar en su veintes, aceptó la caricia de su madre.

-¿Te parece poco?- Cuestiono la mayor cruzándose de brazos también, ambas mujeres no pudieron evitar reír. Un cálido abrazo se hizo presente y ambas volvieron a estudiar el diploma enmarcado.

-Derek si se ha lucido con esto- Y como si lo hubieran llamado, el moreno entró a la casa con su bolsa de deporte al hombro, el joven miró a ambas para mirar un "buenos días" y empezar dirigirse a su cuarto.

-Derek Hale ¿No vas a saludar a tu madre?- Talia trato sonar enfadada pero la sonrisa curvó la comisura de su labios que trataban de mantener la seriedad en su rostro. El menor se dio vuelta para sonreír a su madre, ir hacia ella y besarle la mejilla.

-¿Cómo estuvo tu día, ma?- Preguntó el mayor con su tono plano pero con un rostro tranquilo y amable. Laura chocó los cinco con su hermano a modo de saludo y salió del cuarto para atender una llamada.

-Agotador pero feliz de estar de casa- Volvió a poner su apreciado premio con las demás fotos sobre la chimenea -. Organizando el rincón de los buenos recuerdos- La nostalgia se hizo presente en la voz de la mujer, Derek solo se acerco a ella para contemplar también aquellas memorias que le traían calidez a su cuerpo. -, ¿Te acuerdas de esto?

Talia le mostró una foto en la cual estaban sus tres hijos y un chico de cabellos castaños. Claro que se acordaba, era el cumpleaños de Cora, todo se veían tan pequeños en esa imagen ante la vista de Derek. Su hermana pequeña sonreía ampliamente a pesar de que le faltaban algunos dientes de leche, era una de su sonrisa más tierna y hermosa que había visto.

Los recuerdos comenzaban a ser proyectado desde su memoria, como si una película se tratase. Las imágenes, los sentimientos, los aromas de comida al aire libre, postre y snacks, la música infantil de fondo, el sonido de inflador para el castillo inflable: y sobre todo, el delicioso sabor de la tarta de arándanos.

Recordaba al pequeño, pálido e inocente Stiles (Y no olvidarse de los lunares) preguntándole con unos ojos marrones brillantes y un tono de ilusión en la voz, que le pareció la tarta de su madre. Derek recuerda haber asentido efusivamente y responderle un que si muy animado. La sonrisa que había visto el pequeño se le había grabado y le llenaba de calidez.

"Cuando crezca y llegue a las a la alacena, te prometo preparar YO la mejor tartas de arándanos que hayas preparado" El moreno recordó como había imaginado al pequeño Stiles parado en la punta de sus pies, tratando de alcanzar los instrumentos de cocina de la alacena y la sonrisa brilló en su rostro. "Si quieres, podemos preparar una juntos" había propuesto el mayor, "¿Lo prometes?" sus ojos parecieron brillar más que nunca. "Lo prometo"

La voz de su madre llegó a sus oídos, sacándolo de sus recuerdos, mirando a su madre quien parecía esperar una respuesta. -¿Dijiste algo?- Preguntó con suavidad, su madre le sonreía con ternura.

-Te pregunte si ya tienes el traje listo para el baile de graduación- Derek abrió los ojos al recordar del traje y se sonrojo un poco. No, no lo tenía y ni siquiera había pensado en eso. Negó avergonzado con la cabeza y su madre suspiró resignada. -El baile es solo en unos días y todavía no has buscado nada... pobre Stiles que accedió ir contigo- El moreno no pudo evitar sonrojarse al escuchar el nombre del castaño, en parte por la vergüenza de olvidarse de que necesitaba un saco nuevo (Los que tenía ya le quedaban chicos) y por otro lado, porque el menor de lunares últimamente parecía ser lo único que rondaba en su cabeza.

Las llaves de su preciado camaro tintineaban en su mano, salía de casa cambiado dispuesto a recorrer todo Beacon Hills si era necesario para comprar el traje. Después del regaño de su madre, no quería volver con las manos vacías, había pensado hacerse uno a medidas pero no podía explicar cómo su cabeza había terminado en las nubes.

Trataba de olvidarse la burla de su hermana Cora, quien además guiñaba el ojo deformaba exagerada cuando le pregunto a qué hora iba recoger a Stiles, cosa que todavía no le había preguntado y fue otro regaño de su madre que recibió.

Marco el numero y le dio a llamar. El tono de espera sonó varios segundo hasta que entendió y le pareció escuchar que tomaba aire antes de de hablar- Derek, estaba por llamarte- su voz no sonaba como siempre, incluso le pareció sentir cierto temblor en su tono.

-Hola Stiles- Contesto tratando de sonar amistoso tratando de creerse que solo eran cosas suyas pero cuando el castaño no respondió, se permitió que la duda lo preocupe.- ¿Stiles, estas ahí?

-Si...estoy aquí- Algo no andaba bien, Derek puso el altavoz y decidió conducir despacio.

-Bien, quería preguntarte sobre el baile...- Espero que el castaño respondiera, como era usual pero el silencio fue su única respuesta y eso no le gusto nada- Quería saber... ¿A qué hora te gustaría que pasará a buscarte?

Silencio. Una sensación amarga se hizo presente en el pecho de Derek y su cabeza tenía preguntas que nunca diría. Sabía que algo anda mal y lo confirmo cuando un suspiro fue lo único que se escuchó tras el largo e inquietante silencio.

-¿Stiles?- Volvió a preguntar, ahora sintiendo miedo de saber porque el castaño que conocía ahora estaba más callado que nunca, lo que sería un milagro, ya que nunca para su verborrea...pero ese momento, le parecía una maldición el silencio y extrañaba escucharlo.

-No puedo ir al baile contigo...


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He vuelto con más y puede que haya tardado un poco pero quería subir de esta historia precisamente. (Que supuestamente era un One-Shot y ahora tiene 3 partes)

Como sea, quiero tratar de subir mas Shots por haber desaparecido pero soy muuuuuy lento escribiendo así que haré lo mejor que pueda.

Este se lo dedico a Bravery15 porque es Birthday ademas porque ame la adaptación de "La cruz del guerrero". Lean ese fic y convulsionen como yo lo hice (?
Próximo Shot, posiblemente smut :V

En fin, espero que te les guste.

Saludos ~

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