chapter 004.
Los minutos seguían pasando con tanta lentitud que era una tortura completa para Jungkook quien seguía pateando nerviosamente el sofá con insistencia, su padre Dan había salido junto a la madre de Taehyung aproximadamente hace una hora, le había susurrado al oído que tendría un momento a solas con su pequeño hermanastro excusándose de que haría todo por él. Jungkook seguía esperando con frustración en la solitaria y oscura casa, después de unos minutos más finalmente la puerta de la casa se abrió dejando ver a su risueño hermanito así que el azabache aprovechó para recostarse en el gran sofá fingiendo estar dormido.
—¿Eres tú, Jungkook?—Susurró con suavidad el joven cuando notó la presencia del mayor, se acercó a pasos sigilosos hasta a él y una sonrisita se posó en sus labios al verlo dormido de manera adorable. —Jungkook hyung, despierta.
El azabache sintió las manos de Taehyung removerle con cuidado así que con sus mejores dotes de actuación abrió sus ojos con lentitud como si hubiera dormido por horas.
—¿Tae?—Murmuró Jungkook de manera ronca aún estando un poco adormilado, se sentó de manera correcta en el sofá para observar al contrario. —Mhm, has regresado. ¿Cómo te ha ido en la salida? ¿Todo estuvo en orden?
Taehyung se sonrojó al instante tocándose los labios con una extraña mezcla de felicidad y timidez en su carita, Jungkook sabía perfectamente que significaba eso a la perfección.
Alguien se había atrevido a besar a su hermanito.
—Me divertí mucho. —Expresó el adolescente tomando la gran mano de Jungkook entre la suya de manera risueña, el mayor se encontraba muy tenso pero no alejó a su hermanito de ninguna manera. —¿Estabas esperándome?
El azabache cerró sus ojos manteniendo la calma e intentando recordar el rostro del muchacho que recogió a su Taehyung, después se encargaría de deshacerse sigilosamente de ese tal Seokjin. Sí, Seokjin había dicho Taehyung antes de retirarse, su nombre no era problema.
—Oh, yo me encontraba demasiado preocupado por ti, Taehyung. —Soltó Jungkook con un pequeño sonrojo en sus mejillas, al castañito le sorprendió el gesto, su hermanastro se había desenvuelto completamente con él y eso le ponía muy feliz. —Es tarde y temía que te sucediera algo así que quería ver con mis propios ojos el verte llegar a casa sano pero terminé durmiendo en el sofá, lo siento.
—Kook, no es necesario que te disculpes, eso es demasiado dulce de tu parte. —Le dijo apretando sus mejillas con suavidad y entusiasmo, Jungkook le miraba tan fijamente sin perder ninguno de sus movimientos. —¿Aún tienes sueño?
—¿Podrías venir a dormir conmigo? Estuve muy preocupado que ahora sólo quiero abrazarte un montón para asegurarme de que estás aquí realmente.
—Claro que sí, hyung. —Taehyung asintió tomando nuevamente la mano de su hermano para comenzar a caminar por las escaleras, Jungkook sonrió en grande.
Sus planes salían de maravilla, su pequeño e inocente hermanito sería tan manipulable como un muñeco. Su propio muñeco, sólo para él.
Horas después.
—Taehyung, Jeon Taehyung. —Musitaba Jungkook entre murmullos aferrándose al pequeño cuerpo de su hermano, no sabía cuantas horas se había pasado observándolo dormir pero no se arrepentía en lo absoluto de hacerlo.
El mayor aprovechó el estado de ensoñación de su dulce hermanastro para besarle los labios con tanto fervor, quería limpiarle la suciedad de los labios de ese tal Seokjin. Y ahora lo estaba haciendo, sus labios se movían de manera inexperta sobre los de su hermanito porque nunca había dado un beso en toda su vida por el simple de hecho de que jamás salió, se volvió un completo antisocial encerrado las veinticuatro horas del día en su oscura habitación lidiando con una batalla en contra de sus propios demonios.
—¿Jungkook hyung? ¿No puedes dormir bien?—La tenue voz de Taehyung lo hizo detenerse en seco, su cerebro rápidamente pensó en algo lógico para decir antes de girarse a su lado.
—Sólo tuve una pesadilla, no quería despertarte. Vuelve a dormir, Tae.
El mayor sintió los brazos de su hermanito enroscarse en su cintura, una sonrisa de sorna se posó en sus labios al notar su acción.
—Yo voy a cuidar tus sueños, hyung, no te preocupes. —Los ojos del joven castaño volvieron a cerrarse nuevamente, Jungkook sólo podía admirar lo tierno y estúpido que era su Taehyung.
—Oh, Taehyung. Eres extrañamente ingenuo para ser real, me encargaré de mantenerte conmigo. Nadie te merece, nadie que no sea yo.
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