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Capítulo 8: Contando los días

Ya habían trascurridos dos semanas desde el viaje familiar de los Son, y Gokú y su familia ya estaban de regreso en su hogar.

¿A dónde vas hijo?, decía Gine sonriendo, al ver a su hijo, colocarse apresurado sus zapatos.

Iré a casa de Vegueta a entrenar, pronunció Gokú.

Este muchacho, en lo único que piensa en las artes marciales, dijo sonriendo Bardock, al ver salir a su hijo de la casa.

Ni tanto padre, expreso Raditz sonriendo.

¿Por qué dices eso hijo?, contesto Gine.

Gokú está creciendo, ya no solo tiene interés por las artes marciales, sino también tienen otros intereses, y no me refiero a que ande jugando con sus amiguitos a los chicos más populares de la preparatoria, claro que no, él está empezando a experimentar lo que es el amor, dijo el joven de cabellera larga.

Sabía que mi hijo es un conquistador, pero que él esté siendo conquistado, eso si no me lo esperaba, respondió Bardock sonriendo.

¿Quién será la niña?, expreso Gine en tono curioso.

No lo sé madre, pero de que está viviendo la experiencia del primer amor lo está viviendo, por ello, la verdad, no creo que vaya a entrenar con Vegueta pues no va vestido para ello, más bien va a la preparatoria, acoto Raditz.

Si, tienes razón, dijo Bardock, haciendo una pausa para añadir: Nuestro Gokú está creciendo.

Si, respondió Gine.

En tanto:

Un apuesto jovencito de cabello alborotado iba corriendo por una calle, mientras pensaba: Con suerte te encuentro en la preparatoria.

Tras varios minutos de carrera llego a la preparatoria, el apuesto joven camino por cada pasillo de la misma, con el único objetivo de encontrarse con la pelinegra, pero no logro su objetivo.

A lo mejor vino antes, pensó Gokú, mientras caminaba cabizbajo hacia la salida de la preparatoria, cuando de repente una joven de cabello largo se acercó a él.

Gokú hermoso, dijo la jovencita lanzándose sobre él y acorralándolo contra la pared.

Cirys, no seas tan efusiva, pronunció el joven de cabello alborotado, al ver el rostro de la peliroja, muy cerca del suyo, al tiempo que la voz de su hermano vino a su mente.


Te aconsejo que antes de que lo apliques con la chica a la que quieres conquistar las pongas a prueba con otra chica, para que puedas ir corrigiendo detallitos que marcan siempre la diferencia.


¡Te extrañe mucho! decía la peliroja.

Pues yo...yo...., pronunciaba Gokú, tomando uno de los cabellos de la joven entre sus dedos, haciendo que esta sonriera.

El joven de cabello alborotado estaba tan concentrado pensando en si tomar o no el consejo de su hermano, que ni noto, que la persona a la que había ido a ver, en efecto ese día había ido también a ver en qué aula le correspondía, aunque no pudo cumplir con su objetivo, pues al verlo a él con la peliroja, decidió girar sus pasos y salir de la preparatoria.

Mejor lo veo el día en que inicien las clases, pensó Milk, mientras caminaba molesta hacia la estación de buses. Mujeriego, dijo con rabia.

Mientras tanto:

Pero Gokú bello, decía Cirys.

¡Por favor Cirys! no insistas, solo amigos, si ello no te es suficiente, entonces lo mejor es ya no hablarnos, contesto Gokú.

Lo de Vegueta fue hace mucho, se quejaba la joven.

No es por Vegueta, es por mí, yo no puedo salir contigo, ni con ninguna otra chica que no sea ella, dijo el apuesto joven.

¿Ella?, expreso intrigada la peliroja.

Ya me retiro, sigue disfrutando de tus vacaciones Cirys, y sigue cuidando tu cabello, es muy bonito como te lo dije, añadió Gokú, antes de echar a correr.

Ahsssssss, quién es ella, dijo la peliroja furiosa.

Gokú decidió ir a casa de su amigo Vegueta, en donde también estaba el calvo, quién también había llegado recientemente de su viaje.

Casa Ox:

Una pelinegra entraba a su casa, llevando unas bolsas con víveres, bajo la mirada de su padre.

¿Cómo te fue?, ¿ya sabes en que aula te tocará?, decía el gigantesco hombre.

Decidí no ir padre, respondió Milk.

¿Por qué?, contesto intrigado el hombre.

Puedo conocer mi aula el mismo día en que inicien las clases, mejor decidí ir a comprar los faltos de la alacena, añadió la pelinegra.

Me hubieras dicho que ibas a comprar ello hija, te hubiera acompañado, expreso el señor Ox.

No era necesario papá, tú tienen muchos pendientes, además no es que trajera mucho, dijo Milk con calma.

Casa de Ouji:

Un calvo terminaba de leer un poema que le había compuesto a la rubia durante sus vacaciones en Kame House.

Es muy empalagoso, decía Vegueta.

¿En verdad?, a mí me parece romántico, contesto Krilín.

Vaya inspiración amigo, te quedo bien, pronunció Gokú.

¡Gracias! expreso el calvo.

Si está bien, pero...Bah, mejor no digo nada, después de todo no me harás caso, dijo el joven de cabello de flama.

También le compre esto, añadía el calvo, mostrándoles un estuche a sus amigos.

Es muy bonito, dijo Gokú.

Si, está bien, pronunció Vegueta.

¿Se imaginan hacer grupos de trabajos con ellas?, agregaba con ojos soñadores el calvo.

Sería un sueño, dijo el joven de cabello alborotado suspirando, mientras el joven de cabello de flama miraba a sus dos amigos y sonreía.

Días después: "Casa Son"

Gokú miraba un calendario que tenía sobre una mesa de noche, en el cual estaba marcando los días que iban pasando.

Solo tres días, expreso Gokú suspirando, mientras a su mente venía el rostro de la pelinegra.

El apuesto joven tras algunos minutos decidió acostarse a descansar, un poco, pues había estado entrenando solo en su jardín por algunas horas.

En tanto:

Milk colocaba un plato de comida en la mesa, mientras su padre platicaba con ella.

Aún no lo he pensado, decía Milk, tras la pregunta que le había hecho su padre.

No espere una respuesta así, pensé que me dirías que te volverías a escribir al taller de artes marciales, ya que las artes marciales son tu pasión, ¿o ya no es así hija?, respondió el gigantesco hombre.

Claro que lo siguen siendo padre, es solo que será el último año de preparatoria, y las artes marciales es uno de los talleres a los que más tiempo se les debe dedicar, y yo no sé si este año cuente con el mismo tiempo que el ciclo pasado.....

Hija, cuando algo nos apasiona, siempre hay tiempo, tú lo sabes muy bien, dijo el señor Ox.

Sí, es cierto, pero....

Hay algo o alguien, ¿por quién quieres evitar el taller?, agrego el gigantesco hombre.

¡Eh! no padre, claro que no, dijo Milk con una ligera sonrisa en su rostro, mientras tomaba asiento.

Al día siguiente: "Casa Son"

En una habitación, un apuesto joven de cabello alborotado estiraba los brazos, mientras pensaba: Un día menos, un día menos para volverte a ver muñequita bella.

Gokú, bajo de la cama, tomo una toalla y se dirigió a la ducha de su habitación. Tras algunos minutos ya cambiado de prendas el apuesto joven bajo a desayunar con su familia.

¿Irás a entrenar a casa de alguno de tus amigos?, decía Bardock, mientras llevaba una taza a sus labios.

No, ellos vendrán acá, respondió Gokú.

Entonces tendré que hacer más comida, pues tendremos invitados a la hora del almuerzo, expreso sonriendo Gine, mientras un joven de cabello largo, bajaba de unas gradas.

Ya regreso, decía Raditz.

Bien hijo, pronunciaron Bardock y Gine.

1 hora después:

Gokú recibía a sus amigos en el jardín de su casa. Tras un fuerte apretón de manos, los tres jóvenes caminaron hacia la parte trasera de la casa, lugar donde los tres jóvenes entrenaban.

Debes estar ansioso, decía Vegueta, mientras se colocaba en posición de combate.

Sí, bastante, ya quisiera que llegue el lunes para verla, respondió Gokú suspirando.

¿Piensas continuar con las tácticas que estabas aplicando con ella?, agrego Krilín, mientras se lanzaba contra sus dos amigos, uniéndose así al combate grupal.

Sí, creo que tu táctica, ahora que la tendré más cerca si podría funcionar, dijo el apuesto jovencito de cabello alborotado.

Funcionará amigo, funcionará, expreso el calvo, evadiendo los golpes de sus amigos.

¿Y qué pasará si no funciona?, ¿volverás a la indiferencia o seguirás mi consejo infalible?, pronunció Vegueta, deteniendo los puños de sus amigos.

No seas negativo amigo, tiene que funcionarle, decía Krilín con optimismo.

No es que se negativo, yo solo soy realista, por ello le hice la pregunta a nuestro amigo, además él debe siempre tener preparado una nueva estrategia, por si la estrategia que piensa emplear no le funciona, contesto Vegueta.

No usaré aún tu técnica infalible amigo, pero si tengo otra estrategia si tras algún tiempo usando la técnica de Krilín, esta no me da resultado, respondió Gokú.

Bien, muchacho precavido, nunca pierde, dijo Vegueta sonriendo, mientras continuaba luchando con sus amigos.

Casa Ox:

Milk miraba con desgano un calendario, mientras secaba una vajilla, al tiempo que pensaba: Solo dos días y mi pesadilla nuevamente empezará, pero no sería justo dejar de hacer lo que me gusta solo por evitarlo a él, no, no sería justo.

La bella jovencita tras secar el último utensilio, se sacó el delantal que llevaba puesto y fue a su habitación, abrió un armario, y de este saco un hermoso gi de entrenamiento, el cual lo miro con nostalgia.

No, no voy a renunciar a lo que amo por él, claro que no, dijo la hermosa jovencita.

La pelinegra se colocó su gi y empezó a hacer su rutina de ejercicios en su habitación.

Horas después: "Casa Son"

La familia Son almorzaba junto a los amigos de uno de ellos, mientras platicaban.

Esta delicioso señora Gine, decía Vegueta, mientras terminaba lo último de comida que había en su plato.

Si gustas, te sirvo un poquito más hijo, pronunció la señora Son.

Lo acepto señora, contesto el joven cabello de flama.

¿También deseas un poco más Krilín?, agrego Gine.

Si, señora, dijo sonriendo el calvo.

Yo también mamá, expreso Gokú.

Claro cariño, dijo la mujer.

Por la noche:

El joven de cabello alborotado miraba el anochecer a través de la ventana de su habitación, mientras pensaba: Solo dos días más, dos días más y estaremos nuevamente frente a frente mi muñequita.

Dos días después:

Un joven de sonrisa radiante marcaba el último día de un mes en un calendario, mientras expresaba: Este es el último día, si, el último día.

Gokú el desayuno ya está servido, escucho.

Ya voy mamá, pronunció el nombrado, dejando su marcador sobre su mesa de noche, para segundos después salir de su habitación.

Gokú camino a paso firme hacia el comedor de su casa, lugar donde estaban su hermano y padres.

En tanto: "Casa Ox"

Este será mi último día de paz, pensó la pelinegra, tras ver en su calendario que su mes de vacaciones había concluido.

Hija, ya me voy a trabajar, escucho.

Que te vaya bien papito, dijo Milk.

¡Gracias hija! escucho, tras de ello, el sonido de una puerta.

Mejor dejo de atormentarme, expreso la joven.

Casa Son:

Debes estar ansioso por empezar, decía Raditz, mientras desayunaba junto a su hermano menor y los padres de ambos.

Pues para que negarlo, respondió Gokú.

No imagine que te gustarán tanto los estudios mi niño, expreso Gine.

Más que los estudios Gokú a de querer que empiecen ya sus clases por su taller de artes marciales, ¿verdad hijo?, agrego Bardock.

Así es, dijo el joven de cabello alborotado sonriendo.

Yo era igual cuando tenía tu edad, cada que salíamos de vacaciones anhelaba volver por mi taller de artes marciales a la preparatoria, aunque también tenía otro motivo, expreso Bardock sonriendo, posando su mirada en su esposa.

¿Mamá también practicabas artes marciales?, pronunció sorprendido Gokú.

Claro que no hijo, yo solo compartía aula con tu padre, dijo sonriendo Gine.

Vaya, expreso el joven de cabello alborotado.

¿Me acompañas a buscar un libro?, dijo Raditz.

Claro, contesto Gokú.

Entonces avanza comiendo, agrego el joven de cabello largo.

¡Eh! claro, claro, dijo el joven de cabello alborotado.

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