
❀ d i e c i s i e t e ❀
-No puedo creer que estemos haciendo esto- murmuró Jimin mientras se alisaba la camisa de color rojo que había robado del armario de Jungkook-. Esto está mal, Tae.
No sabía en qué momento había terminado accediendo ante las súplicas de su amigo para que fueran tras del menor. Pero ahí estaban, escondidos detrás de un arbusto y siguiéndolos a una distancia considerablemente apta para no ser vistos.
-¡Shhh! pueden escucharte- su amigo lo tomó del brazo y lo haló hacia abajo-. Y escóndete, te verán.
-No pueden vernos- Jimin puso sus ojos en blanco y suspiró. Estaba cansado de seguirlos. En primer lugar, había accedido porque tenía miedo de que Jungkook no supiera controlar la situación pero, luego de dos horas de espiarlos en la cafetería y darse cuenta de que las cosas iban realmente bien, había llegado a la conclusión de que ellos -Jimin y Taehyung- habían hecho mal en no creer en su mejor amigo. Se sentía culpable, pero no había manera de detener al teñido ahora-. Aparte, míralos. Creo que Jungkook está bastante bien.
Ambos miraron a los otros dos chicos, que caminaban lentamente y reían de vez en cuando. Parecían bastante sumidos en la conversación que habían entablado y verlos así de cerca los hacía sentir extrañamente cálidos.
-Vamos a casa, Tae- repitió Jimin-. Ya Jungkook nos contará cómo fueron las cosas.
Su amigo lo observó con un puchero pero, finalmente, asintió con resignación. Tal vez Jimin tenía razón después de todo. Jungkook debía pasar por ese tipo de cosas para poder madurar; ir a citas, enamorarse, dar su primer beso, perder su virginidad, tener el corazón roto. Y lo mejor de todo eso, era que ellos dos estarían ahí para apoyarlo siempre que él lo necesitara.
Ambos jóvenes comenzaron a alejarse, caminando del lado contrario al que Yoongi y Jungkoon caminaban. Por pura inercia, Taehyung giró para darle una última mirada a su amigo y se encontró con un escena realmente encantadora. Yoongi había tomado la mano del menor y lo miraba de frente.
-Jimin- lo llamó-, mira eso, Dios mío.
Su acompañante se giró y observó la misma tierna escena, derritiéndose con la mirada que Yoongi le estaba dando a Jungkook. Todo aquello parecía sacado de una película romántica o de uno de esos libros que Jungkook leía. Sin embargo, eso no duró mucho.
Ambos quedaron perplejos al ver a Jungkook desmayarse. El primero en reaccionar, obviamente, fue Yoongi, quien lo sostuvo para que no cayera al suelo. Jimin corrió a su lado preocupado y Taehyung lo seguía detrás más nervioso que cualquier otra cosa.
-¿Jimin?- preguntó Yoongi al ver cómo trataba de sostener a Jungkook también. Por suerte el menor no era tan pesado.-¿Taehyung? ¿qué hacen aquí? ¿qué está pasando?
- No te preocupes, Yoongi- dijo Taehyung tratando de ocultar su nerviosismo y preocupación-. Esto pasa todo el tiempo.
-¿Cómo que pasa todo el tiempo? Él estaba bien.
-Taehyung, pide un taxi.- ordenó Jimin.
El teñido se alejó de ellos para poder hacer lo que el mayor le había pedido.
-Jimin, ¿qué está pasando?- cuestionó Yoongi. La preocupación podía notarse en su voz entrecortada y sus ojos brillantes-. ¿A qué se refiere Taheyung con que esto es normal? ¿Jungkook está enfermo? Porque prometo que él estaba actuando normal hasta que...
-Hasta que tomaste su mano.- finalizó Jimin. Yoongi lo miró nervioso-. Hay muchas cosas que aún no sabes de Jungkook.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro