Stephen se sento en la cama sonriente tomo el test que tenia guardado y lo vio por largos minutos
-¿que haces con eso?-le pregunto emily divertida mientras se secaba el cabello
-admiraba la alegria que me dio este test-le susurro stephen ella se le acerco para luego besarlo
-ire al supermecado quiero mermelada-dijo emily tomando sus cosas
-¿quieres que te acompañe?-le pregunto stephen tomando su mano
-si-dijo emily emocionada
Stephen veia a emily mientras ella elegia dulces y entre muchas cosas la vio intentando sacar un chocolate entonces el se puso detras de ella y le alcanzo lo que ella necesitaba
-gracias..-susurro emily sonrojandose
-¿compras por antojo?-dijo robbie dandole golpes en la espalda a stephen
-podria ser pero solo vinimos a comprar...ya lo olvide...pero bueno supongo que ella tiene hambre-susurro stephen mientras se reia
-oh dios!amor es nutella..¿podemos llevarnos una?¡por favor!-le dijo itslia a robbie mientras saltaba a sus brazos
-claro que puedes-le respondio robbie pero italia saco cuatro
-era solo...una-dijo robbie algo confundido
Emily llego a casa tomo un bote de helado y comenzo a comerselo
-¿si sabes que engordare como una cerda no?-le dijo emily al ver que stephen le daba galletas pero el hiso oidos sordos y subio la blusa de emily para llenar de besos su pancita
-no me muerdas...-dijo emily en un gruñido
-te amo...mucho em te amo demasiado y estaria horas besandote el vientre-le susurro stephen besandole aun mas
-si pero me excitare-dijo emily tratando de quitarse a stephen
-amor-dijo stephen tomandola de la cintura y atrayendola hacia el siguiendo besando
-stephen...tengo hambre dejame comer-susurro ella mientras que le caia un trozo de galleta
-mm...podria quitarte el hambre-le susurro stephen subiendo su cabeza
-odio cuando no me resisto-le dijo emily dandole un beso stephen la tomo de las mejillas atrayendola lo mas posible a el emily se rio en sus labios ya que le mancho de helado la barba
-¿que es tan gracioso?-le pregunto stephen
-tu barba-dijo ella riendose stephen sonrio y le ataco los labios como una dulce venganza