38
Se gira y me ve con una sonrisa acariciando la cabeza de Chili.
Me llevo las manos a mis labios y empiezo a llorar.
Siento que mis piernas van a fallar dentro de poco.
Es imposible que esté aquí, Thomas.
Estás teniendo alucinaciones.
Se agacha y deja a la perrita en el suelo. Esta empieza a vernos feliz.
—Thomas, te he echado mucho de menos —dice y veo sus lágrimas.
Me abraza con fuerza y rompo a llorar en su pecho mientras sus brazos están alrededor de mi cuerpo haciéndome sentir como si fuera un niño pequeño que acaba de ver a un familiar que hace mucho tiempo que no ve.
Su perfume. Su calidez. Su voz.
Es Damiano y no estoy teniendo una alucinación.
Abrazo a mi amigo mientras ambos lloramos.
—Por favor, dime que estás bien —dice cuando se separa de mí para verme.
Sonrío un poco y me encojo de hombros pero, finalmente, asiento.
—He visto el vídeo. Ha sido horrible. Me ha dolido mucho, Thomas —comenta medio asustado y acaricia mi mejilla.
—Estoy bien. Ya se me han curado las heridas y no me duele nada. Esos hijos de puta me odian, Damiano —digo llorando y escondo mi rostro entre mis manos—. Me ven como un fracasado, pero ellos no saben que estoy destrozado desde que te fuiste. Me hundí y me odié a mí mismo. Me odié tanto que me daba asco a mí mismo.
Mi amigo me coge por la nuca y me pega a él para que pare de hablar. Nuestras frentes están tocándose.
Pasa sus dedos por mi mejilla, secando mis lágrimas mientras veo su barba larga que tiene desde hace unos días.
—No eres un fracasado. Eres una de las mejores personas que conozco —confiesa. Sigo llorando viéndolo—. Nos conocemos desde hace muchos años y no quiero que estés mal por personas que no valen la pena.
Besa mi mejilla y vuelvo a abrazarlo. Él me abraza con fuerza.
Me lo imagino sonriendo mientras mueve un poco mi cuerpo, intentando que yo baile.
Empieza a cantar:
—Parla, la gente purtroppo parla. Non sa di che cosa parla.
Río al oírlo y veo a mi amigo.
Está sonriendo.
Toca mi pelo con cariño.
—Feliz cumpleaños, Thomas.
—Bienvenido a casa, Damiano.
—¡Vamos vamos! —exclama Damiano cuando baila delante de mí con una copa en la mano.
Río al verlo e intento copiar sus pasos de baile simples, pero se me es imposible.
Tengo mis propios pasos de baile.
Me ve y empieza a reírse mucho.
Sonrío mientras bailo sin parar.
Extrañaba esto.
Damiano me ha contado que ha pasado un tiempo en varios países de Latinoamérica y que hasta ahora estaba viviendo en Argentina.
Es por eso que Dante fue a este país hace pocas semanas y ya está de vuelta al lado de su novio. Ambos no paran de sonreír.
Ojalá yo estuviera así de feliz con la persona que amo.
Coraline y Victoria están bailando cerca de nosotros, pero ellas bailan distinto.
La pelirroja está delante de mi amiga moviendo su cuerpo, restregándose contra Victoria.
Los brazos de la rubia rodean el cuerpo de su mujer y yo sé que está deseando tocar sus pechos delante de todas esas personas que están con nosotros.
Victoria solo lleva un blazer blanco, unos vaqueros y unas botas negras.
No lleva ninguna camiseta. No lleva sujetador.
La forma de sus pechos se ven perfectamente, pero no se puede ver más allá porque su blazer lo impide.
Además, la espalda de Coraline está ahora delante de su torso.
Un poco más lejos está la parejita que se ama.
Más bien la parejita que se come la boca.
Cuando alzo la mirada, veo la mano de Ethan en la nuca de Dante mientras se besan con mucho deseo como si no hubiera nadie en este lugar.
No les importa que la gente los vea.
No reconozco a este Ethan. Antes se escondía y no hacía estas cosas.
Apareció Dante y cambió a mi amigo. O tal vez esa parte oculta de Ethan se hizo pública.
Y, por último, Stella está bailando sola pasando las manos por su pelo y su cuerpo.
Sus curvas son muy bonitas.
Cada día está más bonita. En cambio yo, cada día estoy más feo y asqueroso.
Esta chica no se merece tener un chico como yo, el cual no sabe ni cuidarse de él mismo.
Cierro los ojos con fuerza al recordarlo y Damiano toca mi hombro cuando paro de bailar.
—¿Qué te pasa, amigo? —me pregunta.
Trago saliva.
Tengo que contarle muchas cosas. Han pasado demasiadas cosas.
—Ya te contaré —sonrío un poco. Sigo bailando y cantando con uno de mis mejores amigos.
La veo riéndose estando cerca de una chica alta con labios carnosos.
En ese momento me acuerdo de lo que me dijo cuando empezamos lo nuestro.
Me dijo que le gustaban las chicas.
¿Será verdad?
Veo como ambas bailan juntas. Ríen.
Parece que se lo están pasando bastante bien.
Bebo un poco más de Coca-Cola y la acabo.
A mi lado se encuentra Damiano hablando con Ethan y Dante mientras está sentado a mi lado en uno de los taburetes altos que hay cerca de esta mesa de cristal violeta.
La pareja no se separa en ningún momento. Están de pie al lado de Damiano.
Ahora Dante tiene un brazo sobre los hombros de su novio. Y juro que he visto la mano de este chico en la pierna de Damiano mientras el de pelo largo se reía tímido mirando de un lado al otro como si estuviera ocultando algo y no quiere que la gente de esta discoteca vea que los tres están hablando.
¿Qué está pasando aquí?
Me parece raro que Ethan se ría de esa manera. A veces esconde su rostro en el cuello de su chico.
Coraline y Victoria se ríen al ver algo en el móvil de una de ellas.
No sé qué están viendo.
La canción termina y veo a Stella.
Aplaude y ríe.
Mueve una de sus manos despidiéndose de esa chica. Y, para mi sorpresa, mi cuerpo me obliga a seguirla.
Gira a la izquierda y camina por el pasillo que lleva a los baños.
Entra en uno de ellos y la sigo.
La curiosidad le hace ver hacia atrás cuando me siente detrás de ella.
Me ve y pestañea.
Sé que me va a decir que no puedo estar en el baño de mujeres.
—Thomas —dice.
Pero no le dejo hablar.
Me acerco rápidamente a sus labios y la beso como si fuera lo que más necesito en esta vida.
Beso sus bonitos labios mientras mis manos están en su cintura. Las suyas están en mi cuello.
Su cuerpo retrocede y se choca con la pared.
La beso con más pasión.
Ojalá llevara un vestido o una falda.
Thomas, ¿qué estás pensando?
Me alejo de ella y me mira. Va a sonreír, pero no lo puede hacer por lo que digo a continuación:
—Lo siento.
Me giro y escapo del baño, pero también de la discoteca.
Dejando a Stella confundida.
Odiándome a mí mismo una vez más porque sé que fracasaré si sigo con ella.
•••
****
Holaaa.
THOMAS HA BESADO A STELLA AHHHHHHH.
Me encantan estos dos, pero me da mucha pena los pensamientos de nuestro querido Thomas.
Además, Damiano está ahí para recordarle que vale mucho y que pare de pensar y de decir tonterías que no son verdad.
Thomas, quiérete y vuelve con tu hermosa familia.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
¡Nos vemos!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro