Stella

Muevo una de mis fichas amarillas del parchís y aplaudo muy feliz al ver que acabo de eliminar un soldadito azul a Coraline.

—¡Es injusto! —se queja y me río al ver su rostro. Se cruza de brazos y Dante le da un beso en la mejilla.

—Tranquila, Coraline —dice mi hermano con amabilidad—. Mi hermana es así y le encanta ganar. Es muy competitiva aunque no lo parezca.

Sonrío orgullosa y los tres movemos nuestras fichas.

Estoy muy feliz de estar con mi hermano y ahora con mi mejor amiga. Estamos en mi casa, en la pequeña terraza que tenemos. Hace un poco de frío, pero nuestras chaquetas ligeras nos protegen de esta temperatura.

Mañana Coraline se irá a España con Victoria para conocer a su familia y no os podéis imaginar lo ilusionada y contenta que está mi amiga. Tiene muchísimas ganas de ver a su familia española, la única familia que es normal y que es buena.

Ahora mi trabajo es calmarla porque se siente nerviosa y tiene miedo de que se encuentre mal en el avión por los nervios.

Muevo mi ficha seis veces y esta, por fin, entra en casa con las otras dos.

Me levanto de la silla y comienzo a bailar contenta porque estoy a punto de ganar.

La mirada de mi hermano no para de verme y, además, intenta no reírse al ver a su hermana loca bailando.

Doy una vuelta mientras muevo mi cuerpo y, cuando me doy cuenta, veo a Thomas mirándome. Ethan está a su lado.

El chico que me gusta sonríe y me saluda con una mano.

Sonrío un tanto avergonzada.

—Hola, mi amor —dice Dante cuando ve a Ethan. Su novio se acerca a él y besa los labios de mi hermano repetidas veces. Cada uno de sus besos dura un segundo.

—¿Qué tal has estado? —le pregunta Ethan con una sonrisa cuando se sienta al lado de mi hermano—. Hace frío. Ponte una chaqueta más gruesa, por favor.

—Sí, mamá —dice Thomas con una voz graciosa metiéndose en la conversación de la pareja. Ethan mira a su amigo de mala manera y le da la espalda.

La partida acaba rápido y presencio a los dos tortolitos sentados juntos. Ambos se susurran cosas, sonríen y ríen.

Dante acaricia el cabello de Ethan y este último no para de sonreír.

—Cada día estás más hermoso —escucho como dice Ethan. Mi hermano sonríe y acerca a su novio un poquito más hacia él. Acaricia una de sus mejillas, para luego dejar besos desde la nariz, pasando por las mejillas hasta llegar a sus labios.

—Que sepáis que la cama de Dante está completamente libre —dice Thomas un tanto molesto. La pareja ve al chico y yo me río.

Ethan susurra vaffanculo y Dante se ríe. Sus labios se encuentran de nuevo.

Coraline mueve el dado de un lado al otro pasándolo por sus manos. Se encuentra con mi mirada y sonríe de manera pícara.

—Vámonos a la cama, hermosa mía —dice y pasa una mano por sus pechos. Echa la cabeza hacia atrás mordiendo su labio inferior. Río y sigo con su juego.

—Te voy a hacer sentir tan bien. Solo abre tus piernas y déjame ver tu maravilla —digo e imito un pequeño gemido.

Thomas escupe el agua y tose un poco. Lo veo rápidamente y río al ver su reacción.

—¿Te gustan las chicas? —me pregunta y sonrío. Paso la lengua por mi labio superior mirándolo.

Stella, ¿qué estás haciendo?

—A mí me gustas tú —respondo.

Lo he dicho con un tono de broma, pero él sabe que es verdad. También lo sabe las tres personas que están presentes.

Coraline se emociona y aplaude contenta. Dante sonríe mucho sosteniendo las manos de su novio en el regazo de este. Ethan nos mira con ternura.

—Venga usted conmigo —me dice Thomas y noto su tono bromista, pero sé que está hablando en serio.

Me levanto de la silla y le susurra al oído a Coraline diciéndole que tenga cuidado con la pareja que está justamente a su lado.

Entro en casa con Thomas y, rápidamente, río. Siento sus manos en mis caderas una vez que me hace cosquillas.

Él sonríe feliz y luego besa mis labios.

Los besa con ternura y con amor.

Debo actualizaros la información que tenéis sobre nosotros. Hemos vuelto a vernos varias veces más y, además, cuando estamos solos, nuestros momentos se convierten en besos, frases hermosas, abrazos interminables.

Todo es precioso con él.

Si nos ves, automáticamente piensas que somos novios. Pero no. No somos novios. Solo somos amigos que se gustan y pasan mucho tiempo juntos.

Acaricio su mejilla sonriendo y sus manos tocan mi cintura para luego cogerme y sentarme en la encimera.

Cierro las piernas sabiendo que estoy llevando un vestido.

Sonrío tímida.

Otra cosa más que os tengo que comentar. Ni de lejos nos parecemos a mi hermano y a Ethan. Nunca nos hemos acostado. Nunca nos hemos tocado. Nunca nos hemos hablado de manera guarra.

Solo existe amor entre nosotros.

No existe la pasión aún.

Tomo su rostro con mis manos y beso sus bonitos labios. Él acaricia una de mis piernas desnudas.

—No te he dicho lo hermosa que estás hoy. Siempre estás muy bella. Me encanta verte —me sonrojo un poco cuando lo escucho.

—¿Es eso verdad? —pregunto un tanto tímida. Él asiente y sonrío feliz.

Nuestros labios vuelven a juntarse y ahora su mano está en mi cadera.

—¿Te quedarás a dormir hoy? —le pregunto y hago un puchero. A ver si así puedo convencerlo.

—No conozco a tus padres —dice y pasa una mano por su pelo—. Y ellos no me conocen a mí. Me echarán de tu casa si me ven contigo.

Río y muevo mi mano quitándole importancia a lo que acaba de decir.

—Eres mi amigo gay.

Ríe a carcajadas y veo que Coraline está allí con nosotros desde hace muy pocos segundos.

—No soporto ver a esos dos —bromea mi amiga señalando el exterior de mi casa—. Son muy pesados.

Río y veo la espalda de mi hermano. No soy capaz de ver a su novio. Veo humo y escucho una risa.

Mi hermano nunca ha estado así de feliz.

Gracias por todo lo que haces, Ethan.

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Holaa.

Me ha encantado escribir este capítulo. Me parece un capítulo muy adorable entre amigos.

Adoramos a Stella, a Coraline, a Thomas y a la parejita. ¡Los amamos mucho a todos!

¿Qué os ha parecido este nuevo capítulo?

Espero que os haya gustado.

La relación entre Thomas y Stella ha avanzado y estoy muy feliz por esto. ¡Me encantan!

Muchas gracias por vuestro inmenso apoyo. Se os quiere mucho mucho.

¡Nos vemos!