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Capítulo 67 "Eres una mentirosa"

Tocó la puerta, una, dos, tres veces y nadie respondía.

No me daré por vencida. Pensó.

Siguió tocando con fuerza.

Habían pasado tres horas desde que abandonó su fiesta de cumpleaños y decidió irse a un bar a tomar un par de tragos, no se dio cuenta en que momento ya estaba borracha y en sus pensamientos lo único que quería hacer era verlo, así que emprendió su camino al departamento del ojos miel.

—Haré un puto escándalo si no me abres la maldita puerta—Gritó.

Justin abrió la puerta casi al instante, ella pasó haciéndolo a un lado.

—Deberías estar en tu fiesta de cumpleaños.

—Y tú deberías estarlo también, y darme una explicación, es que, hay tantas cosas que deberían suceder, pero no suceden—Habló mientras trataba de caminar correctamente hacia la sala.

—¿Estuviste bebiendo?—Preguntó con el ceño fruncido y se acercó a ella.

—No te importa.

—Destiny, por Dios—Dijo sobándose sus cienes—Claro que me importa, y no deberías beber estando sola y menos si vas a conducir. Lo que hiciste fue muy irresponsable.

—¿Y qué? ¿Vas a regañarme?—Preguntó acercando su rostro al de él. El lamió sus labios.—No puedes decirme nada, ya no eres mi novio.

Él frunció el ceño y se alejó de ella.

—Te llevaré a tu casa y es lo último que haré, tienes razón, ya no soy tu novio, así que no puedes venir a mi departamento como si nada.

Ella sintió un pinchazo en su corazón y comenzó a llorar. Él se arrepintió de sus palabras, pero siendo duro era la única manera de alejarla, ya no podían estar juntos.

—¿Por qué lo haces? ¿Por qué siento que me amas tanto como yo a ti pero aún así decides actuar frío?—Preguntó en medio de lágrimas sorbiendo su nariz.

Él tragó saliva y habló.

—Vamos, te llevaré a tu departamento—Dijo tratando de tomarla entre sus brazos—le dire a Ryan que en unas horas te lleve tu auto.

—No, no, suéltame, quítate—Gritó desesperada tratando de zafarse de su agarre. Pero, él fue más hábil y la tomó entre sus brazos apretándola.—¡Justin, suéltame ahora mismo!

Ella pataleó un par de veces. Justin no podía creer toda la situación.

—Destiny, Por favor, cálmate, ya, es suficiente.

—Está bien, está bien, tienes razón, me voy a calmar, solo suéltame, déjame en el suelo, yo puedo caminar, ¿bien?

Justin la dudo un poco pero finalmente decidió bajarla para que ella caminara sola. Él la observó atento a cualquier movimiento.

—Deja de mirarme como si estuviera loca, ¿bien?—Rodó los ojos.

—No te veo como si estuvieras loca, solo quiero que terminemos con esto de una vez y llevarte a tu casa.

—¿Y por qué? ¿Ya no quieres verme? ¿Un día decides terminarme y ya no verme nunca más?—Preguntó con lágrimas saliendo.

—Destiny, estas borracha, así no podemos hablar.

Ella lo miró a los ojos, y no apartó la vista de él, después se lamió los labios, con la yema de sus dedos tocó los labios de Justin, él solo la observó.

—Quieres que me vaya pero al mismo tiempo te estás muriendo porque te bese—Murmuró orgullosa limpiándose las lágrimas que tenía pegadas al rostro.

Él no supo qué decir y solo negó con la cabeza.

—No nos hagamos esto, Destiny.

Ella sonrió y se adentró más al departamento, Justin cerró la puerta y la siguió, ¿qué demonios hará ahora? Se preguntó.

Ella subió las escaleras y mientras lo hacía él pudo observar sus bonitas piernas y algo más debido al corto vestido que usa. Maldición. Sin darse cuenta ya estaban entrando a su habitación.

Sin apartar la vista del rostro de Justin, Destiny se deshizo de su vestido, dejándolo caer al suelo.

Mierda, pensó él.

—Es mi decisión si esta madrugada tenemos sexo o no, porque tú siempre quieres Justin.

Él sintió su respiración acelerarse mientras la observaba recorriendo cada detalle, se acercó a ella, con una de sus manos tomó su precioso rostro y con la otra mano la tomó de la cintura, se acercó a ella deseando besarla, besarla como si no existiera nadie más que ellos, quería tocarla, sentirla, amarla toda la noche, frunció el ceño y se apartó de ella.

—No, estás borracha, Destiny—Murmuró y tomó el vestido de ella entre sus manos—Es mejor que te vistas.

Ella se sentó en la cama y envolvió su cuerpo con una sábana blanca.

—Estando sobria, borracha o en cualquier puto estado sabes que siempre quiero estar contigo, Justin—Gritó desesperada.

Él sintió su corazón acelerarse, maldita sea, la adrenalina que ella le da no la tiene con nadie más. La ama, la ama tanto.

—No es correcto, no cuando quiero olvidarme de ti, y tú deberías hacer lo mismo.

—¿Y por qué quieres olvidarte de mi? Es porque te duele, ¿verdad? Te duele no ser capaz de controlarte, porque sabes que quieres besarme en este mismo momento y algo más, pero, estás tratando de ser racional y solo luchas contra ti mismo. Si me acerco y te beso, ¿cuánto tiempo crees que dure tu autocontrol?

Él parpadeó un par de veces, maldita sea. Esto va a ser más difícil de lo que él creía.

—No voy a lograr sacarte de mi departamento, ¿no es así?

Ella negó con la cabeza entonces el asintió comprendiendo y salió de la habitación. Ella envuelta en la sabana lo siguió hasta abajo y vio como él salía del departamento dejándola encerrada con llave.

—¡Justin!—Le pegó a la puerta incontables veces—¡Dejame salir maldita sea!

Él ya no la escuchaba, tan pronto como cerró la puerta se marchó del lugar.

Esto es una puta mierda, pensó ella, solo quería hacerte recapacitar, maldita sea. Comenzó a llorar hasta quedarse dormida en el suelo.

Salió el sol, y con eso sus rayos entraron por las ventanas del departamento haciendo que la castaña se despertara, abrió los ojos y miró a su alrededor, después se dirigió al baño para darse una ducha rápida y enjuagarse el rostro y la boca, después de eso se puso una camisa de Justin y tomó su celular para marcarle.

Él no contesto.

No me puedes tener encerrada en tu puto departamento toda la vida, tienes que regresar en algún momento. Pensó y maldijo.

Ni siquiera tenía hambre así que no desayunaría, para ser honesta la tristeza siempre le quita el hambre, por eso le tiene tanto miedo, no quiere regresar a su época de perder demasiado peso y sentirse débil solo por estar triste y no comer. Suspirando fue a la cocina y tomó una manzana entre sus manos para posteriormente comenzar a morderla.

Se sentó en el sofá y le marcó a Justin una vez más. Contesta maldita sea.

—¿Entonces que es lo que harás con Miller? Todo está apunto de explotar así que ya tienes que tomar una decisión Bieber—Dijo Jack mientras se sentaba en el sofá de su departamento, Justin frunció el ceño.

Su celular comenzó a sonar, miro el identificador. "Mi bonita" diablos, tenía que cambiarle ese nombre pronto. Una idea llegó a su mente.

—Ya sé que es lo que haré con Miller—Sonrió en grande. E hizo su camino hacia la salida.

—Justin, ¿A donde vas?—Gritó Jack pero fue tarde, Justin ya se había marchado.

Cuando Justin entró a su auto sabía cuál era el destino, Destiny. Sonrió por su juego de palabras.

Cuando entró al lugar abandonado donde tenía a Miller supo lo que tenía que hacer, era un riesgo, pero, estaba dispuesto a correrlo.

—¿Qué tal muchacho?—Habló Victor Miller—Por fin recapacitaste, ¿no es así?

Justin lo miró a los ojos y sonrió con malicia.

—Te sientes muy seguro de ti mismo, ¿No es así, Miller?

—Que te digo, sigo sin entender esta mierda.

—Oh y ahora finges amnesia. ¿Seguro que no sabes nada?—Preguntó Justin parándose frente a él. Miller soltó una carcajada.—¿Ni aunque tenga secuestrada a tu hija vas a confesar?—Miller dejó de reír al instante.

—Con mi hija no te metas, idiota, eres un puto hombre muerto si llegas a tocarla.

Justin sonrió.

—Es muy hermosa, lo sabes, ¿no?—Justin lamió sus labios.

—Te matare con mis propias manos si llegas a hacerle algo, ni se te ocurra ir tras ella.

—No me estás entendiendo, Miller, tu hija ya está entre mis manos, yo tengo a tu hija, y no la dejaré ir hasta que confieses todo lo que le hiciste a mis padres.

—Necesito pruebas, pruebas de que ella esté bien y de lo que estás diciendo.

Justin asintió y sonrió.

—¿Así que quieres pruebas? Bien, te las daré, te daré pruebas de que tu preciosa Destiny está conmigo.

Los ojos de Miller parecían quererse salir de su órbita cuando Justin mencionó el nombre de su hija.

Justin soltó una carcajada y salió de la habitación. Escuchó los gritos desesperados de Miller. Así es, sufre, pensó. Sufre como yo sufrí.

Justin metió las llaves a la cerradura y abrió la puerta para entrar a su departamento. Durante el trayecto estuvo pensando en lo que estaba haciendo, se estaba arriesgando a jugar con fuego y en ese fuego él no sería el único quemado, más personas podrían arder, ella, ella también podría arder.

—¡Eres un idiota! ¿Cómo mierda se te ocurre dejarme encerrada en tu departamento? ¿Quieres que me vuelva loca? ¿Sabes qué hora es?

Justin se divirtió con la escena y cerró la puerta.

—¿Tú querías estar en mi departamento no? Bueno, yo no quería estar en el mismo lugar que tú, y tampoco quería que te fueras borracha tras de mi así que por tu seguridad te encerré.

Ella negó incrédula.

—Que idiota eres—Dijo la castaña.

El sonrió.

—No se que mierda es todo esto, ¿por qué sonríes?—Caminó frustrada hacia el balcón.

Justin sacó su celular y le tomó una foto de perfil cuando ella estuvo distraída. Bien, esa era la prueba para Miller.

Él comenzó a preparar comida, estaba hambriento. Ella llegó a la cocina.

—¿Te volviste loco? ¿Por qué mierda estás actuando tan raro? Ayer terminas conmigo, en la madrugada me dejas encerrada, y hoy simplemente entras como si nada y ¿te preparas comida?—Gritó frustrada.

—Tengo hambre y tú ya deberías irte, voy a salir otra vez, si no quieres que te deje encerrada vete a tu departamento—Dijo mordiendo un sándwich—¿Quieres?—Ofreció.

Ella soltó una carcajada y se acercó a él.

—¿Me ofreces de tu comida tan tranquilo? ¿Que mierda fumaste?

Justin suspiró frustrado.

—Destiny, no quiero romper tu corazón, solo vete a tu departamento—Habló con el enojo apoderándose de él. Estaba tratando de estar sereno pero simplemente con ella no se puede.

Ella asintió un par de veces.—Así que quieres que me vaya, bien—Dijo y sonrió saliendo de la cocina.

Justin frunció el ceño, ¿tan rápido acepto? Escuchó un portazo, dejó su sándwich a medio comer y salió a revisar, vio a Destiny en el balcón. ¿Qué mierda?

—Acabó de cerrar con llave tu departamento, ¿y sabes algo? Tire las llaves por el balcón. ¿Cuántos pisos tiene este edificio Justin? ¿Crees que pronto salgamos de aquí?—Preguntó burlona.

—Mierda Destiny, ¿qué hiciste?—Corrió furioso a la puerta y trató de abrirla pero fue imposible—¿Te volviste loca?

—Tú me encerraste durante todo el día, así que yo hice lo mismo contigo, pero será un infierno para ti porque decidí encerrarme contigo.

Justin tocó su cabello con frustración.

—¿Siempre has sido así de loca?—Preguntó frustrado—¿Cómo se te ocurre tirar las malditas llaves?

—Solo lo hice.

Él negó en reprobación.

—Mala suerte la tuya porque llamaré a recepción para que me abran.—Sonrió.

—¿De verdad, Justin? ¿Estás seguro de no haber dejado tu teléfono en la barra de la cocina cuando estabas comiendo?—Ella sonrió aún más que él haciendo que la sonrisa de él desapareciera.

—Maldita sea, dámelo, dámelo ahora mismo Destiny.

—Que curioso que ayer terminaste conmigo y hoy decides llamarme Destiny y ya no Dest.

Él frunció el ceño.

—Dame mi celular, ¿dónde lo tienes?—Se acercó a ella y comenzó a tocarla por todos lados para ver si sentía el celular. Ella soltó una carcajada.

—Solo llevo puesta una de tus camisas, ¿como puedes pensar que yo lo tengo conmigo?—Preguntó sonriendo orgullosa—¿O era una excusa para tocarme?

Él negó en reprobación por toda la situación.

—Estás completamente loca.

—Nunca he estado más cuerda.

Pasaron las horas en las que cambiaban de posición, él entraba y salía de su habitación, algunos minutos en la sala, otros en la cocina, otros en el balcón y ella hacía lo mismo. Hasta que él se llenó de frustración y fue tras ella.

—¡Destiny!—Gritó sabiendo que ella estaba encerrada en el baño—Abre la maldita puerta.

Destiny salió del baño.—Listo, ya la abrí.

—Sabes a lo que me refiero, abre la maldita puerta de la entrada.

—Solo si me dices a donde vas—Dijo sonriendo.

—Te estás comportando como una maldita adolescente. Es increíble.

—No has visto aún todo lo irracional que puedo llegar a ser, Justin. hay más.

Él negó con la cabeza en desaprobación.

—Solo abre la puerta, tengo asuntos pendientes.

—Ya es de noche, tus asuntos pendientes ya caducaron.

Él la miró tratando de intimidarla con la mirada.

Después de un rato ella se giró y comenzó a subir las escaleras para ir a la habitación de él. Él la siguió.

—Si sabes que tienes todo el departamento libre, ¿no? No necesitas estar conmigo—Habló ella burlona.

—con este plan quieres fastidiarme, ¿no es así? Bien, pues tú serás la fastidiada.

Ella frunció el ceño.

—Justin, para, puedes ir a cualquier parte del departamento.

—Es mi departamento y estaré en donde yo quiero estarlo ya que me encerraste.

Ella asintió—Quédate en la habitación, yo me iré a la sala.

—¡oh! ¿Ahora estás actuando racional?—Preguntó poniéndose en la puerta de la habitación para que ella no pudiese salir.

—No he dormido, bien, ¿de acuerdo? ¡Ya es la una de la mañana! Sólo quiero dormir unas horas, quédate con la maldita habitación y yo me iré a la sala, como ya lo dije.

—¿Así que no has dormido? Bien—Sonrió sarcástico. Se acercó a ella, la agarró en los brazos y la cargó hasta la cama, la dejó en la cama y la envolvió entre sus brazos acostándose con ella mientras tapaba a ambos.

—¡Suéltame maldita sea!—Pataleó ella—¿Estás loco? ¡Déjame moverme!

—Sh, Sh, duerme, tú dijiste que querías dormir—Dijo apretándola más hacia él con un fuerte abrazo para que ella no pudiera zafarse.

—¡Justin, para!

—Trata de relajarte y pararé.

Ella asintió y el rubio se relajó, pero al momento que sintió que ella huiría la apretó hacia él nuevamente.

—¿Cómo voy a confiar en ti princesa? Eres una mentirosa—Chasqueó negando.

Ella se relajó y se giró, él la dejó hacerlo. Quedaron frente a frente, mirándose el uno al otro, con sus respiraciones chocando y sus labios casi rozando.

Ella besó la mejilla izquierda de él, él cerró los ojos, después besó su mejilla derecha, después su nariz, después cada uno de sus párpados. La respiración de Justin se aceleró. Maldición, no había sido buena idea estar en esa posición con ella. Cuando sintió que ella se detuvo abrió los ojos y se encontró con su mirada.

—Te amo—Susurró Destiny. Él suspiró.—Te amo—Susurró nuevamente.

—Y yo a ti.

—Recuerdo cuando era pequeña y peleaba con Kyle, peleábamos por quien era el más veloz o inteligente, incluso valiente—Ella sonrió—él siempre terminaba ganando.

—Es más grande que tú, es entendible, pero, tú eres inteligente y valiente.

Ella negó.

—Siempre he vivido con miedo, y cuando me libero de uno viene otro a remplazarlo, pero, siempre, siempre tengo miedo.

—Estoy aquí si quieres hablarlo.—Susurró Justin y acarició el cabello de la castaña.

—¿Contigo?—Soltó una risa incrédula—¿Quieres que hable de mis miedos contigo?

—¿Y por qué no?

—Ayer me dejaste Justin, sin darme ninguna explicación, ¿donde quedó la responsabilidad afectiva? ¿De verdad quieres que confíe en ti ahora?

Él tragó saliva.

—Tienes razón, lo siento.—Susurró Justin.

—¿Y qué es exactamente lo que sientes?—Preguntó esperando una respuesta.

Él guardó silencio.

—¿Por qué?—Preguntó Destiny.

—¿Por qué que?

—¿Por qué decidiste terminar la relación? Veo en tus ojos como me amas, así que no lo entiendo.

Él la soltó de la cintura dejando de abrazarla. Después se giró dándole la espalda.

—Buenas noches, Destiny.

Ella se levantó de la cama y salió de la habitación.

—Ojalá te quedarás a dormir conmigo, mi amor—Susurró el rubio a la nada.

Maldita sea, lo nuestro ya no puede ser, su padre y yo lo arruinamos.

A la mañana siguiente Justin despertó y solo pensó en todo lo que tenía que hacer, así que más le valía a Destiny sacarlos de ahí de una buena vez.

—Destiny, despierta—Murmuró sacudiéndola. Dios, hasta dormida se ve preciosa.

—Si—Susurró adormilada.

—Destiny, Despierta—La sacudió más fuerte.

—¡Justin!—Gritó abriendo los ojos.

—Necesito que ya termines con este juego tan absurdo, tengo que irme.—Habló seco.

Ella lo vio y solo pudo pensar en que era lo que les estaba pasando, en tres días las cosas ya habían cambiado tanto, incluso la manera en la que él le hablaba a ella era distinta, más fría, ya no era él.

Ella comenzó a llorar mientras estaba sentada en el sofá y giraba su rostro para que él no la mirara. Él soltó un poco de aire. Lo siento tanto, pensó.

Se acercó a ella y la abrazó. La abrazó tan fuerte como pudo.

—Eres un imbecíl, un idiota, te odio tanto—Susurró ella entre lágrimas.

Él cerró los ojos y la abrazó aún más. ¿Qué hizo? Dios, le dijo adiós a la mujer de sus sueños, a la mujer que ama, a la mujer que lo ama también, todo esto es absurdo, ¿por qué? ¿Acaso no puede ser feliz con ella? Pensó en la venganza, ¿vale la pena ser infeliz por una venganza? ¿Y si mejor vuelve a su lado? ¿Y si mejor le dice cuánto la ama y le cuenta todo? No, no puede decirle lo de su padre. Maldita sea, quiere estar con ella. Si, la ama, y quiere estar con ella.

—Dest...

Ella alzó la mirada. La llamó Dest, de nuevo. Su corazón se aceleró con felicidad y anticipación por escuchar las palabras del rubio. Ella asintió desesperada para que él continuara con lo que sea que le iba a decir, escucharlo llamarla Dest indicaba buenas noticias.

Él aclaró su garganta para continuar.

La puerta se abrió de repente mostrando a Tara con las llaves en mano.

—Venía a tu departamento y me encontré las llaves tiradas allá abajo, las reconocí por el número.—Explicó.

Destiny volteó a ver a Justin. Tantas preguntas invadieron la mente de la castaña, ¿Por qué mierda viene Tara? ¿Por qué mierda lo vista a esta hora de la mañana? ¿Por qué si quiera lo visita? Además interrumpió un gran momento, maldita sea.

—Disculpen la interrupción.—Murmuró adentrándose en el departamento, después de eso le dio las llaves a Justin.

Destiny la miró con enojo, pero, también pudo darse cuenta de que Tara no estaba enterada de la ruptura.

—Gracias por encontrar las llaves, de cualquier manera, ¿A qué viniste?—Preguntó Destiny acomodándose la camisa de Justin que traía puesta.

—Justin, ¿podemos hablar?—Preguntó Tara.

—Sabes que yo también sé acerca de la venganza, ¿no? Puedes decirlo frente a mi—Habló Destiny.

Justin salió al balcón indicándole a Tara que lo siguiera.

Destiny se quedó viendo la escena. Y sonrió incrédula, ¿de verdad hiciste esto? Pensó.

—Mi hermano está preocupado, no has contestado el celular desde ayer, ademas dice que te fuiste de la nada sin avisar que harías, así que, solo vine para saber cómo estabas.

Justin asintió.

—Todo está bien, Tara.

—Me alegro, ¿tú novia se molestó por que vine?

Él sonrió sin responder. "Su novia".

—¿Hay algo más?—Preguntó Justin.

—No, solo, ya sabes, cualquier cosa, avísame, ¿bien? Sabes que eres mi amigo y me preocupo.

Justin asintió. Ella le dió un abrazo. Destiny miró la escena con indignación. Después de eso Tara hizo su camino hacia la salida.

—Nos vemos Destiny.

Destiny solo la miró salir por la puerta y no respondió nada.

—Ya me voy—Murmuró Justin buscando las llaves de su auto.

Destiny se levantó del sillón.

—¿Ella te visita seguido?—Preguntó.

—No, solo vino a ver cómo estaba, se preocupó porque no respondi el teléfono, ¿sabes por qué no respondí el teléfono?

Destiny rodó los ojos.

—Está arriba del refrigerador.

Justin se dirigió a la cocina y ella fue tras de él.

—Tienes que cambiarte, ya es hora de que te vayas.

—¿Por qué ella tiene la confianza de venir a ver cómo estás y abrazarte?

—¿De verdad estás preguntando eso?

—¿De verdad no quieres responder?

—No es que no quiera responder, simplemente me parece una pregunta ridícula.

—Todo lo que nos estás haciendo es ridículo.

Él salió de la cocina y se dirigió a la salida.

—Ya me tengo que ir, cuando llegue al departamento espero no verte aquí.

—¿Qué ibas a decir antes de que ella llegara?

Él frunció el ceño.

—Olvídalo.—Respondió y cerró la puerta.

Maldita sea. Pensó Justin mientras se dirigía a su auto. No podía creer que había estado apunto de decirle que se quedara a su lado, que la quería a ella con él, de verdad estuvo apunto de mandar todo a la mierda solo por ella. Frunció el ceño. No, ya inicie con esta mierda y nadie me podrá detener.

Salió del estacionamiento y emprendió su camino directo hacia Miller, cuando llegó y lo tuvo frente a él le mostró la fotografía que había tomado el día anterior, donde se podía ver a la castaña perdida en sus pensamientos en aquel balcón.

—¡Deja en paz a mi hija! ¿Cómo tuviste las agallas de secuestrarla? ¡Eres un idiota!—Gritó con fuerza e intentó desatarse.

Justin sonrió en grande.

—¿Ahora ya por fin admitirás que mataste a mis padres? Porque si no lo haces tú preciosa Destiny sufrirá las consecuencias.

—Idiota, ya te dije que yo no mate a nadie, no sé de qué mierda me hablas. Suelta a mi hija.

—Estoy siendo paciente contigo, pero eso no durará mucho, tengo a tu hija entre mis manos, puedo hacerle cualquier daño que yo quiera, así que más te vale que admitas toda la mierda que hiciste.

—¿Y qué pasará si lo admito?—Gritó.

Eso llamó la atención de Justin. ¿Será posible que está apunto de admitirlo?

—Te enviaré fotos de tu hija en estado de libertad.

—¿Y qué pasará conmigo?

—Te matare.

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Valewow. ❤️

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