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Capítulo 65 "La familia no tiene la culpa"

Han pasado tres días desde que Justin tiene en el almacén a Miller, aún no ha comenzado a tirar sus cartas en su cara porque quiere que esté desorientado y que la pase mal. El primer día no pudo aguantar las ganas de repetirle hasta el cansancio la sucia rata que era, quiso dejarlo sin comer, pero, eso sería dejarlo débil y quiere que Miller esté en sus cinco sentidos, el segundo día contuvo las ganas de darle la golpiza de su vida y el tercero no se apareció en el almacén dejando que los muchachos lo atendieran.

—Hay que brindar por lo que está sucediendo—Dice Tara mientras sirve tres copas de champán y las lleva con su hermano y con Justin.

—Me parece excelente—Responde Justin sonriendo.

Cada chico toma una copa en sus manos.

—Brindemos por la venganza—Habló Jack y acercó su copa al medio.

—Por liberarnos del pasado, por la libertad—Dijo Tara juntando su copa con la de Jack.

—Por un futuro sin estorbos—Dijo Justin sonriendo en grande y los tres chicos juntaron sus copas las cuales sonaron fuertemente en el lugar.

Están en el balcón de Justin hablando y charlando sobre lo sucedido. Tener en sus manos algo que han perseguido por mucho tiempo se siente como la gloria.

—Linda vista, Justin—Dijo Tara mirando a Justin a los ojos refiriéndose a la vista desde el balcón.

El celular de Jack comienza a sonar, él se disculpa saliendo del balcón y entrando a la casa.

—Me relaja, ¿sabes?—Murmuró y después le dió un sorbo a su bebida—En los días malos me gusta pararme justo aquí a observar la vista y perderme en mis pensamientos.

—Eso suena bastante profundo, ¿lo haces seguido?

Él arruga la nariz negando con la cabeza.

—¿Y por qué no te creo ?—le dice tara al ver que él negó.

—Me ves como si fuera alguien infeliz

—No, no como alguien infeliz pero si como alguien que vive preocupado.

—Tengo mis momentos de relajación, aunque, si, últimamente el estar preocupado es parte de mi—Habla perdido en sus pensamientos.

—Lo lamento mucho. Cuando necesites ayuda o quieras hablar, yo estoy aquí—Dice la morena y le pone una mano en su hombro.

Él asiente.

—No te preocupes. Nada que no pueda manejar.

Él fija su vista en la noche y en los edificios de la ciudad, mientras ella no puede dejar de verle su perfil.

—¿Qué piensas hacer cuando se resuelva todo esto?—Pregunta ella de repente.

—No me imagino ese momento, he estado esperando por tanto tiempo y para ser honesto no sé qué es lo que sigue.

Ella asintió.

—Debió ser complicado cargar con esto durante tanto tiempo.

—No tienes idea.

Ella se acercó a él y lo abrazó, fue un abrazo fuerte, donde ella clavó sus dedos en su espalda. Él le devolvió el abrazo dándole unas cuantas palmadas sin saber que más hacer.

—¿Y por qué fue eso?—Preguntó el ojos miel cuando el abrazo se deshizo.

—Solo sentí que debía hacerlo, disculpa si, hum, ya sabes...

—No pasa nada—Respondió tranquilo. Pero en el fondo estaba un poco extrañado.

Después de un rato los hermanos Hernández tuvieron que dejar el lugar, Tara al principio se resistió, pero, Jack mencionó que seguramente Justin quería descansar así que ella finalmente accedió.

—Ya va a ser tu cumpleaños, faltan pocos días—Susurra Justin en el oído de Destiny cuando llega y la abraza por atrás. Están en el departamento de ella.

—Cada uno de mis cumpleaños  siempre han sido un desastre. Cumpleaños número trece, mi padre lo olvidó así que no estuvo, me cayó pastel encima y mi atuendo se arruinó. Cumpleaños número diez, me obligaron a usar vestido y se desgarró porque me caí de la bicicleta, no usaba short abajo así que ya sabes, vieron mi ropa interior. Ah y también mi padre lo olvidó. Y bueno, el primer Cumpleaños que pase sin mamá fue el peor. Yo odio mi cumpleaños.

—lo siento mucho. De cualquier manera, este año será diferente, me tienes a mi y haré que todo el día sea tan especial como se pueda, es más, haré que el resto del mes sea el mejor mes de cumples de toda tu vida.

Ella sonrió en grande.

—Justin, no digas eso—Sonríe rodando los ojos—Aunque con el hecho de que tu estes a mi lado será un maravilloso cumpleaños, no es necesario que hagas tanto.

—Te amo y te prometo que será tu mejor cumpleaños, será tu mejor mes de cumpleaños.

Ella sonrió con melancolía.

—Sabes Bieber, esa es una promesa muy grande, ¿el resto del mes? ¿Seguro? Ni siquiera sabemos que pueda pasar en unas horas—Dice tocándole la barbilla con su dedo índice. Ya está sentada en su regazo.

—Yo si se, sé que te amo y quiero hacerte sentir especial cada maldito momento del día.

—Yo también te amo—Se acerca a él y lo besa, en un beso suave y lento—Y te repito que no es necesario, mientras tu estés conmigo será el mejor cumpleaños.

Él la abrazó y besó su frente.

—Justin, tienes que venir al almacén, las cosas se están complicando—Habló Jack desde el otro lado del celular. Justin se encuentra en el baño para que Destiny no escuché nada de la conversación.

—¿Es urgente que vaya? No he pasado tanto tiempo con mi novia y...

—Es urgente, de verdad es urgente.

Él asiente aunque Jack no lo pueda ver y posteriormente con un "voy para allá" colgó el celular.

—Mi amor—Dice Justin arrastrando la última palabra mientras se acerca a Destiny—Creo que me tengo que ir.

—¿Crees?—Pregunta alzando las cejas de manera acusadora.

—Me tengo que ir, y te amo, y lo siento, pero realmente tengo que irme.

Ella lo mira con tristeza en su rostro.

—Que te vaya bien, entonces. Pero, ¿a donde vas?—Preguntó curiosa.

—Tengo que hacer unas vueltas con Ryan, le dije que estoy contigo pero él insistió y bueno... ya sabes cómo se pone.

—Si, yo entiendo. Te amo también y ojalá todo esté bien.

Él se acercó y le dió un fuerte abrazo seguido de un gran beso que duró más segundos de lo normal.

Cuando Justin llegó al almacén todo era un caos, había muchachos de aquí para allá, caminando y haciendo quien sabe que, pero definitivamente algo estaba sucediendo. Justin Frunció el ceño.

—Hernández, ¿qué esta pasando?—Preguntó Justin.

—Los están buscando, están buscando a Miller y a Black. La ciudad es un caos, definitivamente todo es un lío.

—Demonios. ¿Qué tan seguros estamos aquí?

—ochenta por ciento, nada nunca es cien por ciento seguro.

—¿Y eso que significa?

—Qué no los han encontrado, pero, en cualquier momento lo pueden hacer. Tenemos que movernos rápido.

Justin maldijo ante las palabras de Jack.

Justin se dirigió al cuarto donde se encuentra Miller, se le ve hecho un lío, sucio y mal alimentado. Automáticamente cuando vio al inútil de Miller Justin sintió la transformación de su rostro y de su energía, cuando lo ve solo puede transformarse en oscuridad y sus buenos sentimientos y corazón desaparecen y en cambio son remplazados por ira, odio, rencor y venganza. Una mirada vacía lo acompaña.

—Mírate, puedes tener una cuenta de banco llena de millones pero aquí eres solo un ser sucio. Que si quiero puedo matarte en segundos—Dijo Justin con voz dura y fría.

—Vete a la mierda, te voy a hundir muchacho, no sé qué quieres, pero lo que si sé es que te hundiré.

Justin tira una risa burlona.

—¿Te das cuenta desde que posición hablas? Literalmente puedo matarte en estos momentos si me apetece, no puedes soltar amenazas desde tu posición, estás jodido.—le pega unas cuantas palmadas leves en la cara.

—Están cometiendo un error todos ustedes, yo no soy a quien buscan, no sé de qué mierda se me acusa, ¡maldita sea!

Justin le da un puñetazo en el estómago.

—¡Cállate basura! Fuiste tan valiente cuando mandaste matar a mis padres y ahora simplemente lo niegas. Eres un asco.

—Ya te dije que yo no sé nada, maldición. ¿Que mierda es todo esto?

Justin le da otro puñetazo, Miller se queja con cada golpe.

—¿Por qué no mejor confiesas la sucia rata que eres?—Habló con rabia—¡Confiesa asesino! Ten las malditas agallas de gritar que eres una asesino.

Otro puñetazo. A este punto Justin estaba furioso y con una vena de su frente sumamente saltada.

—No se que mierda—Susurra Miller con poco aliento.

Justin le quitó la venda a Miller, pudo ver su mirada desesperada y su rostro destruido.

—¿Sabes? Te voy a partir la cara hasta que lo confieses—Le pega en el rostro, después le da otro puñetazo y está listo para más cuando de repente se escucha un grito desde afuera.

—¡Jason!—Grita Hernández llegando a la habitación donde se encuentran Justin y Miller.

—¿Que demonios quieres?—Gritó Justin con furia—Estoy ocupado atendiendo a las visitas—Dice con la voz retorcida. Mierda, solo quiere llenarle el puto rostro con sangre.

—Tenemos que irnos—Dice Jack sin titubeo.

—¿Qué? ¿De que hablas? La diversión con Miller apenas comienza.

—Es en serio, y es urgente. Los muchachos se harán cargo de Black y Miller, pero ya tenemos que irnos.

Mierda. Pensó Justin.

Cuando se subieron al auto Justin preguntó cómo estaba la situación.

—Jodida, la situación está jodida. Ellos están cerca de encontrarlos, joder no han pasado ni putas dos semanas y ya casi dan con el lugar, de verdad que estos imbeciles  si tienen poder—Habló Hernández.

—¿Qué es lo que sabes?—Preguntó Justin con el ceño fruncido.

—Ellos estaban cerca del lugar, era cuestión de horas que nos encontrarán, tenemos que irnos a otra locación.

—Tenemos que ser más astutos que ellos, Hernández, no solo es buscar otra locación, es quemar evidencia. Tenemos que quemar el lugar donde estábamos y dejar pistas, falsas pistas de cómo todo se deshizo para nosotros.

Hernández sonrió ante las palabras de Justin.

—Eres un puto genio. Encarguémonos de ello.

Después de trasladar a Miller y a Black a otra locación, el lugar donde antes se encontraban lo prendieron en llamas, en horas solo quedarían cenizas de lo que antes había sucedido en ese lugar.

Justin prendió un cigarrillo mientras veía las llamas quemar todo. Demonios. Se siente bien ver el fuego destruir todo a su paso. Él será el fuego, él destruirá lo que Miller ha logrado. Él lo destruirá.

Cuando llegó a su departamento en la noche tomó un baño con agua helada, lo necesitaba, realmente lo necesitaba. Envolvió una toalla en sus caderas, se veía como unas cuantas gotas se paseaban por su pecho lleno de tatuajes, se dirigió al balcón y tomó un cigarrillo, le hacía falta la nicotina en sus venas, estaban sucediendo muchas cosas y todo va a ser más complicado a partir de ahora. Sonrió de lado al recordar el rostro perdido de Miller.

—Te voy a destruir imbécil—Susurró y fue un susurro que se fue con el viento de la noche helada.

Después de unos minutos se dirigió a su habitación, abrió uno de los cajones y sacó el sobre donde se encuentra la información acerca de Miller y su familia. Eso lo tentó. ¿Quiénes están sufriendo por el paradero de Miller? ¿Quienes le lloran su ausencia? Giró el hilo que mantiene el sobre cerrado y de esa manera comenzar a abrirlo, lentamente, dudando un poco. Suspiró.

Puedo hacer que el hijo de puta sufra aún más, puedo buscar a su familia y chantajearlo, puedo hacer que su corazón se destruya. La oscuridad estaba comenzando a sentirse bien pero no era bueno que la dejase entrar tanto tiempo porque lo podría consumir y se apoderaría de él por completo.

—¡No!—Gritó y aventó el sobre haciendo que cayera al suelo—No me meteré con la familia de ese hijo de puta, ellos no tiene la culpa.

Cerró los ojos y suspiró con frustración. Maldita sea.

A la mañana siguiente después de hacer lo que tenía que hacer se dirigió al departamento de su novia, después de tanto estrés ella era su lugar seguro.

—Te amo mi amor—Dice Destiny cuando su mano se entrelaza con la de él. Lo mira a los ojos y le da un beso. Están acostados en la cama no hay nada entre ellos, solo su piel tocándose.

—Te amo más—Dice Justin sintiéndose en paz. Cierra los ojos y se relaja.

—Te amo mucho Justin, creo que no tienes idea de cuánto, de verdad te amo tanto, y estoy feliz de tenerte, estoy feliz de estar a tu lado y me tienes. Tú también me tienes.—Susurró con un nudo en la garganta sintiéndose melancólica de repente. A veces le costaba decir esas palabras, pero, es lo que siente y si su corazón se siente de esa manera es lo correcto decirlo y expresarlo, más cuando es correspondida. Definitivamente él hace que su corazón se sienta feliz, entonces se lo tiene que decir, siente la necesidad de hacerlo.

Él sonrió y es la sonrisa más sincera. Su corazón sintió que quería explotar de felicidad. Para qué negarlo, ella es su felicidad. Y él, él es la felicidad de ella.

El estar el uno con el otro se sentía tan pacifico, como una bocanada de aire fresco cuando te sientes atrapado, como un toque cálido cuando tienes frío, como pisar arena fresca con tus pies descalzos, como un abrazo cuando estás triste. Era la sensación más bonita y era de ellos.

Él suspiró sintiéndose en paz y ella sonrió. Cada segundo en silencio era cómodo y tranquilo, podían pasar horas abrazados el uno del otro y se seguirían sintiendo en paz.

—Estoy enamorado de ti mi amor, y eso nada lo cambiará, también te amo y estoy feliz de estar a tu lado—Dijo el castaño con una sonrisa en su rostro.

Cayó la noche, la luz de la luna hizo su entrada por la ventana alumbrando sus rostros, él pudo ver cómo ella abrió sus ojos, es que horas atrás se habían quedado dormidos. Él sonrió cuando sus ojos se encontraron.

—Vuelve a dormir, preciosa—Habló él con ternura.

—Ya no tengo sueño, creo que dormí lo suficiente.

El asintió.

—Yo tampoco tengo sueño—Susurró.

Se acercó a ella y comenzó a acariciar la piel de su vientre, haciendo pequeños círculos que al instante erizaron su piel. Bajó su mano hasta llegar por encima de sus labios vaginales, la respiración de ella comenzó a acelerarse. Él se acercó a ella y comenzó a besarla mientras la volvía loca allá abajo con sus movimientos. Se estaba tragando sus suspiros en cada largo beso. Introdujo un dedo dentro de ella lo que hizo que la castaña gimiera. Separando sus rostros ambos sonrieron mirándose el uno al otro, posteriormente él se acercó a ella y continuó besándola mientras él trabajó allá abajo no paraba. Introdujo otro dedo, lo sacaba y lo metía volviéndola loca.

—Ahora quiero que entres tu—Susurró Destiny entre sus labios con la excitaciones creciente.

Él se lamió los labios y sonrió. Estaban desnudos, se posicionó entre sus piernas y entró lentamente llenándola por completo, ambos sintiendo el placer al máximo. Ella sintió como si su estómago estuviese lleno. Él salió y entró incontables veces, ella arqueó su espalda y apretó las sábanas. La castaña gemía sin poder controlarlo, él con los ojos cerrados disfrutaba del momento.

—Te amo—Susurró ella en medio del acto.

—Te amo más—Contestó él con la voz agitada.

Después de entrar y salir varias veces el sintió como ya se iba a venir así que salió rápidamente y acabó. Después continuó tocándola a ella, frotando su clítoris, satisfaciendola por completo, después de unos minutos ella terminó mientras gemía en el oído de él. Después de eso los dos fueron un mar de suspiros. Él se recostó a lado de ella y la abrazó, la abrazó tan fuerte que casi parecía que se fusionarían.

—Creo que después de esto si podría dormir—Susurró ella.

—Descansa mi amor. Mañana es tu cumpleaños y será un gran día—Habló él mirándola a los ojos y sonriendo. Ya están acostados frente a frente mientras ella está recostada en el brazo de él.

Ella sonrió.

—Será un gran día porque estaré contigo todo el día—Dijo ella con amor.

—Te prometí que será un día especial y así será—Terminó de decir eso y la besó en la frente. Después de unos minutos ambos se quedaron dormidos.

En medio de la madrugada comenzó a sonar el celular de Justin, maldita sea, pensó él cuando se despertó por el ruido.

—¿Qué carajo Hernández?—Susurró cuando entró al baño para poder hablar por teléfono y no despertar a su bonita.

—Tenemos que vernos, voy a tu departamento—Habló Jack del otro lado del celular.

—¿Qué mierda? Son las tres de la mañana, además ni siquiera estoy en mi departamento.

—Es urgente, necesito que vayas a tu departamento ahora mismo.

Justin talló sus ojos y suspiró frustrado. Maldita sea, tengo sueño, pensó.

—Bien—Dijo tajante y cortó la llamada.

Cuando salió del baño miró a Destiny profundamente dormida, con las sábanas envueltas en su cuerpo, su hermoso y relajado cuerpo. Dios, ya es su cumpleaños, ya es cumpleaños de Destiny, la miró y se hizo una promesa.

Se acercó a ella y la besó en la frente.

—Te prometo que volveré antes de que despiertes mi bonita—Susurró y la volvió a besar en la frente—Hoy será el mejor día de tu vida.

Se dió una ducha rápida, después se cambio lo más rápido posible y salió del lugar.

Cuando subió a su auto solo pudo pensar en que quisiera estar dormido con su bonita, ¿Por qué diablos lo molestan a estas horas de la madrugada? Maldita sea.

Llegó a su departamento y lo recibió en la puerta un Jack furioso.

—Tardaste mucho, maldición, solo abre la puerta y entremos—Dijo Jack.

Justin rodó los ojos.

—Son casi las cuatro de la madrugada Hernández, por Dios. Solo entra al departamento y hablemos.

Cuando ambos chicos entraron al departamento se dirigieron a la sala, ambos se sentaron, cada uno en diferente sillón.

—No se si la distracción del fuego que hicimos funcionará por mucho tiempo, las cosas se están complicando demasiado.

—Eso ya lo sabíamos. ¿Por qué exactamente me hiciste levantarme y venir?—Preguntó Justin con enfado. Joder, que sueño.

—Estoy ansioso, todo esto me tiene preocupado, no podía dormir, tenemos que actuar ya, y la única salida que veo es asesinarlos, no podemos tenerlos secuestraría por siempre.

—Los dos sabemos que no, definitivamente no podemos tenerlos secuestrados para siempre, pero, si podemos encontrar más evidencia, hacerlos hablar. He grabado todos los movimientos de Miller y no admite nada, el hijo de puta no confiesa.

—Con black es distinto. El hijo de puta se Ríe de una manera retorcida. Incluso llegó a mencionar que ha acabado con tanta gente que ya no recuerda sus nombres.

—¿Qué? ¿Él dijo eso?—Preguntó Justin sorprendido.

—si, pero, yo no he grabado nada, así que hoy tendré una charla con él y grabaré todo. Publicaré la grabación y lo asesinare.

—¿Estás dispuesto a asesinarlo?—Preguntó el canadiense con curiosidad.

—No lo sé, mierda, creo que si. ¿tú no?—Respondió Jack.

—Quiero desfigurarlo a golpes, quiero que sufra, pero no sé si podría matarlo, no lo sé.

—Tenemos qué pensarlo ya. Iré a donde están ellos y haré de una vez mis movimientos, la ansiedad me está consumiendo.

—Yo esperare un poco más—Dijo Justin.

—¿Más? ¿Cuanto es más? Deberías acelerarlo. De cualquier manera, te lo dejo a tu criterio, pero, deberías tomar mi consejo. Las cosas están complicadas así que solo quería decirte que ya movieras tus cartas.

Justin asintió pensativo después de escuchar las palabras de Jack Hernández.

—Hoy estaba revisando el sobre que me diste, aquel sobre que contiene la información de su familia, hombre, te lo juro que estuve tentado a abrirlo y vengarme por ese lado, pero, no pude.

—Si Miller no confiesa lo tendrás que hacer confesar de alguna manera, y tiene que ser rápido, así que lo puedes chantajear utilizando a su familia, asusta a su esposa, a su hija, al perro, que se yo, pero hazlo, acelera el proceso—Habló Hernández con impaciencia.

—La familia no tiene la culpa. Esa idea definitivamente no me cuadra.

Después de hablar por un rato con Hernández salió el sol, Jack abandonó el departamento dejando a Justin solo.

Justin tallándose los ojos por el sueño se dirigió a su habitación, dirigió su vista al reloj de pared y pudo ver qué era temprano, apenas estaba amaneciendo. Los rayos del sol tenues iluminaron la habitación. Bajo su vista hacia el suelo y pudo ver el sobre que contiene la información de Miller tirado en el suelo frente a una cajonera. Se agachó para recogerlo, lo levantó y las hojas con información y las fotografías cayeron al suelo dispersándose. Sus ojos divagaron por cada detalle y sintió cómo su corazón se paralizaba. Sentía cómo podía escuchar su propio corazón acelerándose, se sintió mareado de repente.

—No—Susurró pesado.

Maldita sea, sus ojos no pueden estar viendo eso. Sus ojos no pueden estarla viendo con su encantadora sonrisa plasmada en una de las fotografías. El rostro de Justin se desfiguró en una mueca de confusión y desagradó. Sintió como le faltaba el aire. Sus manos comenzaron a temblar. Se hincó en el suelo y tomó con sus manos temblorosas aquella fotografía que había captado su atención. Leyó lo que decía en la foto donde resaltaban esos ojos que tanto amaba.

Destiny Miller. Hija menor de Víctor Miller.

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