—¡Más, Más! ¡Ay! ¡Ah! ¡Dios mio!

—Te daré todo lo que pidas, dulzura.

—¡No soporto! ¡Por fa...vor!

—Me encanta ver tu bonito...

Sigo cambiando de canal y me doy cuenta que todavía ni es media noche y ya están pasando porno por la televisión ¡Qué descuidados! ¿qué no ven que niños puedes estar queriendo ver la tele a estas horas? Apago la televisión por que nunca he sido fanática de los programas para adultos, quiero decir; no tengo necesidad de ver ese tipo de programas. Mejor las practico en vida real.

Soy una chica que es joven, que vive sola y que ya se esta aburriendo de no hacer nada, suspiro  y me doy cuenta que ya es hora de dormir, me levanto del sofá para dirigirme a mi habitación pero el sonido del timbre me lo impide. Ruedo los ojos y pienso en quien podría estar tocando la puerta a estas horas.

Me asomo por el pequeño orificio que tiene mi puerta y me doy cuenta que mis dos amigos que se han vuelto mis favoritos están ansiosos para que les abra la puerta.

—¡Hey!—saludo una vez que mi puerta esta abierta. Les doy un beso en la mejilla a cada uno y después pasan cerrando la puerta después.

—¿Qué se puede hacer un miercoles por la noche cuando no tienes algún evento social?—pregunta trevor sacando unas botella de tequila de su chaqueta.

—¡Beber alcohol con tu amiga la más fea!—grita Carlos y voltea a verme con amor.

Sonrío negando con la cabeza sabiendo que lo que dice es broma, la verdad que estos chicos me han sacado de mis momentos de soledad y aburrimiento muchas veces a pesar del relativo poco tiempo que tengo de conocerlos.

—¡Entonces bebamos!—digo sonriendo.

Estamos sentados en el suelo de la sala principal, formamos un círculo donde la botella es nuestro más importante compañero.

—Es triste que hoy no tuvimos ningun evento social—dice carlos recargando su espalda en el sillón que está detrás de él.

—Ni si quiera se que día es hoy—digo quitándole la botella de las manos a trevor y tomando un trago después.

—Hoy es miércoles—murmura trevor, carlos me arrebata la botella de las manos y bebe.

¡Miércoles!

—Chicos, fui invitada a una fiesta.

—¿Cuándo?—pregunta trevor con su cara de aburrimiento.

—hoy—murmuro y cierro mis ojos.

—¡Qué! ¡Qué!—gritá Carlos.

—Si, hoy. Será una fiesta realmente loca, es mi tipo de fiesta pero no estoy de animos—les comento y después bebo una vez más de la botella.

Carlos se para, toma la mano de trevor para levantarlo y ambos me dan una mirada reprobatoria.

—¡Levanta tu culo del suelo y vamos a esa maldita fiesta!—grita Carlos y hago una mueca.

—¿De verdad quieren ir? Es que...

—¡Si!—responden ambos al unísono.

Ruedo los ojos y se que no será una noche pacifica, tál vez sea bueno distraerme un poco, después de todo es lo que necesite desde que inició el día.

Voy a mi habitación ya que los chicos me regañaron al ver mi atuendo y me obligaron a cambiarlo, me negué rotundamente pero al final me terminaron convenciendo.

Estaba buscando que atuendo usar, miré mis converse blancos.

—¡Ni siquiera lo pienses!—gritó Trevor.

Suelto una carcajada.

—no te preocuoes Trevs, solo observaba—digo inocente.

—si tuviera tus fabulosas piernas, definitivamente usara un vestido bastante corto, si fuera dueño de tu cintura algo ajustado sería para mi algo de usar diario, y con esas pantorrillas unos tacones enormes sería mi cosa favorita—Dice Trevor sentandose a mi lado.

Sonrío y después arrugo la nariz.

—¡Pantalón negro, zapatillas negras y chaqueta de cuero negra! ¿Qué dices?
—le sonrío a mi amigo esperanzada.

—Tienes diez minutos para ponerte el vestido rojo que tanto destaca en tu armario, te espero abajo—demanda mi amigo y ruedo los ojos.

¿Desde cuando sigo ordenes?

Baje las escaleras lentamente y me miré en el espejo de enfrente, ¡Wow! Extrañaba mirar mis piernas.

—¡Eres hermosa!—gritá Trevor, yo Sonrío—¿Cierto, Carlos?—pregunta. Carlos da una rápida mirada a mis piernas y asiente.

—Bien, Subamos a mi auto—les digo.

(...)

Se escuchan la música a metros de distancia y eso nos da la seguridad de que nos estamos acercando al lugar correcto.

—Necesito bailar, en serio.—dice Trevor mirando a Carlos, ellos van en los asientos de atrás, y yo vengo manejando uno de mis autos, parezco su chofer.

—se miran las casas muy elegantes por aquí—murmura Carlos.

—aquí vive gente presumida—digo bufando. En realidad este lugar con casas gigantes es parecido a donde vive papá. Pero odio todo ese tipo de ambiente con gente refinada, prefiero gente autentica y loca.

—¿En la fiesta las personas serán así?
—pregunta Trevor.

—no creo—respondo girando el auto y después lo estaciono—estás personas serán de mi tipo, puedo adivinarlo—digo sonriendo y bajo del auto. Bueno en realidad siempre hay de todo tipo de personas.

Nos dirigimos a la entrada del la gran casa, mejor dicho mansión. La música es bastante alta representada por un DJ que se muestra bastante efusivo, hay luces por todos lados y gente bailando, el lugar es realmente grande, increiblemente extenso, ¿Cuántas personas habrá? Más de 400. ¡Esta casa esta hecha un verdadero alboroto!

Al patio de enfrente lo acompaña un muy verde pasto bien cuidado, es ahí donde está el Dj con su gran equipo de sonido, después esta la piscina demasiado profunda e intensamente larga, ahí se encuentran muchos jovenes alocados bailando animadamente, entre otras cosas.

Seguimos caminando hasta entrar al salón principal de la casa. Observo el bonito lugar, una sala amplia, dos escaleras, todo es muy blanco y con adornos rojos, pero las personas llenan en lugar y eso hace que ya no se vea tan limpio. Apuesto que sin este escandolo se puede apreciar la belleza de esta casa bueno, mansión.

Empieza a sonar una canción bastante pegajosa y notó la desesperación por ir a bailar en los ojos de Trevor.

—Chicos, vayan a bailar si quieren—les digo con una calida sonrisa.

—no te vamos a dejar sola.—grita Carlos a traves de la musica.

—No se preocupen por mi, me acaban de dar ganas de ir al baño—mentí para hacerles que se fueran sin que se sientan culpables.

Trevor sonríe, se acerca y me besa la mejilla con un tronado beso. Después ambos desaparecen entre la multitud moviéndose al compas de la música.

Observo todo a mi alrededor, después camino hacía las inmensas escaleras, comienzo a subir, veo gente bajando casi borrachos, otras parejas besandose y otros chicos con cerveza o cigarros en manos. Continuó subiendo escaleras y cuando llego a la sima me doy cuenta que no se que más hacer, así que sigo caminado, después entro por un pasillo donde hay bastantes personas e igual están haciendo de todo.

—Hey muñeca. No camines con tanta prisa—grita un chico, se mira bastante raro.

Ruedo los ojos y sigo caminando.

Después de entrar por salas y salir por pasillos llego a otro lugar de la casa que se mira bastante solo y eso me agrada, no se por qué.

Entro a una recamara realmente amplia, después cierro la puerta y me siento en la cama, el sonido la música disminuye desde este punto.

Este lugar es enorme.

Me dirijo a un espejo que abarca toda la pared y observo mi reflejo, sonrío de medio lado.

Ahora mismo podría estar haciendo algo entretenido con mi telefono celular. Maldita sea, necesito mi celular de vuelta. Creo que tengo un nuevo record.

Escucho pasos cerca pero los ignoro, después dedujo que alguien ha abierto la puerta de esta recámara y me giro  para ver de quien se trata.

—¡Destiny!—gritá Zack con emoción.

—¿Zack? Dios mío, hace semanas que no se nada de ti—lo abrazo y le doy un beso en la mejilla.

—No se si lo recuerdes pero nos abandonaste a mi y a mi prima en aquel club nocturno.

—lo lamento, tuve un inconveniente esa noche—murmuré recordando aquella noche en la que Justin estaba bastante borracho y creyó que yo tenía algo con Zack Houston.

—Si, tu novio—susurró entrando a la habitación y después cerrando la puerta.

Sonreí con tristeza. Después quise cambiar de tema.

—Cuéntame, ¿qué haces aquí?—pregunté.

—¿Qué te pasa? Aquí vivo—responde mirándome obvio.

—Eso lo sé, tu prima Kath me lo dijo, pero me refiero a que haces aquí, en este lugar exactamente,  esta muy alejado de la fiesta está recamara.

  —Querida Destiny—sonríe—Bienvenida a mi habitación.

¡Oh por Dios!

—¡Que casualidad!—exclamo.

—Si, entonces ¿Qué haces tu aquí?—pregunta mientras se sienta en uno de los sillones.

—¿Quién le dice qué no a una fiesta?
—respondo sonriendo. Lo curioso es que no tenía ganas de venir.

—¿No quieres ir para abajo? ¿por qué te alejaste de todo?—pregunta con curiosidad.

—mi cabeza ha estado ultimamente en la luna—suelto una pequeña risa—Lo que quiero decir es que; he estado bastante distraída últimamente, tú no me conoces Zack, pero no soy... agh. Sólo no tengo ganas de estar con la multitud.

No se que decirle, ¡Ultimamente estoy siendo una maldita sensible o algo así! Extraño ir a fiestas emborracharme hasta no saber de mi y que me importe todo un carajo, sentí que mi caracter de mierda había regresado pero estando sola en mi departamento todo el maldito día me hace pensar tanto y darme cuenta de muchísimas cosas. Pero bueno, Zack no es mi psicólogo (lo cuál no tengo, no más) para contarle mis pensamientos.

—No te preocupes Destiny, creo que te entiendo. A veces me siento extraño.
—se levanto del sillon y se dirigió hacia la cama que es donde yo me encuentro, se sentó a mi lado.—¿y cómo siguieron las cosas con tu novio? Ya sabes el chico de la otra vez.

Tragué saliva.

—Te refieres a Justin. Bueno, creo que es pasado.

—¿De verdad? No lo conocí en las mejores condiciones pero por su cara al verme y sus celos pude ver que te quería o quiere mucho

¡Já! Si, como no.

Solté una risa inevitable. Él no me quiere, entre nosotros no existe eso.

—Escucha Zack, lo que teníamos Justin y yo era algo muy complicado, y no creo que entiendas si te explico, no importa si él me quería o no, conformate con saber que ya es pasado. No preguntes más del tema ¿esta bien?—lamí mis labios cuando terminé de hablar.

Él asintió.

—Se que no quieres bajar Dest, pero creo que sería más entretenido ir tan siquiera al patio delantero y charlar un poco disfrutando del aire libre ¿no crees?—propuso Zack y me pareció buena idea.

—Suena genial.

Salimos de la habitación de Zak y nos dirigimos hacia las escaleras, después de bajar pasamos por  el montón de gente que asistió a la fiesta.

—¡Hola Zack!—gritó una chica a través de la música.

—Hey que tal—respondió él sin ganas.

—¿quieres ir a bailar un rato conmigo?—preguntó la chica y después me miró de mala manera.

Sonreí en mi interior al notar que esta chica gusta de Zack y mi presencia le fastidia.

—Será luego Melanie.

La chica se retiró frustrada ante la respuesta de Zack. Mi amigo y yo seguimos caminando y nos dirigimos al patio delantero el cual se encuentra lleno de pasto, árboles, bancas hechas de piedra y otras cosas florales y dignas de un jardín gigante en una mansión.

JUSTIN PDV

—¿Qué hay que hacer ahora Bro?—pregunta Chaz mientras bebe de una lata de Coca-Cola.

—Como verán ayer hope y yo tuvimos una charla que ha dejado las cosas más claras, aún nuestra relación no esta resuelta pero quedamos satisfechos con lo que hablamos...

—¡Ve al punto Ryan!—interrumpo a mi amigo.

—joder. Lo que quiero decir es que Hope me invitó a una fiesta, pues una compañera de ballet de ella tiene una fiesta, hablo de una gran fiesta en una gigantesca  mansión con piscina, Dj y locura. Habrá chicas fáciles, lo último lo digo por ti  Chaz—informó Ryan.

Sonreí.

—¿y esta buena la tipa?—comento refiriéndome a la compañera de Hope.

—Creo que su nombre es Katherine o Kathalina, como sea, si es preciosa.
—responde Ryan—pero creo que tiene un caracter de mierda.

suelto una carcajada.

—se lidiar con tipas que tengan un caracter de mierda—suelto con sarcasmo refiriendome a Destiny—últimamente se ha convertido en mi especialidad.

—Si hay Chicas fáciles y una piscina entonces que esperamos—dice Chaz con una sonrisa, tira la lata al suelo y se levanta del sofá con triunfo.

—Tú no te vas de aquí hasta que recojas las palomitas que dejaste hace rato en el suelo y la lata de refresco.
—le digo con autoridad y él rueda los ojos pero lo recoje.

Subí a mi habitación, me puse mi chaqueta de cuero y mis lentes negros (no importa que sea de noche, me dan estilo) después me eche demasiado perfume y baje las escaleras, se que mi rostro más este perfume es irresistible para las chicas.

—Me haría gay por ti Justin—dice Chaz jugando y ruedo los ojos.

—Bien, vamos ya—dice Ryan y se dirige a la puerta, Chaz lo sigue.

—ustedes vayanse yendo al auto, necesito buscar las llaves para cerrar el departamento—les digo y ellos asienten, después se van.

Caminé hacia la cocina por qué creo que ahí las mire la ultima vez entonces escuche que un celular comenzó a sonar, gruñí al reconocer el característico sonido del tono de llamada en el celular de Destiny el cual a estado sonando mucho últimamente, su celular tiene casi el mes en mi departamento y se me hace bastante raro que ella no haya venido por el, quiero decir, todos se preocupan por sus teléfonos celulares.

su télefono se encuentra arriba del refrigerador, lo tomo y leo el nombre que aparece en la pantalla "Papá😤" pienso unos segundos si contestar o no, entonces contesto y espero a que alguien hable del otro lado.

—Hija, perdón si no hemos hablado, tu hermano me dijo que tenías cosas que contarme, te prometo que tendremos una mejor comunicación en cuanto tenga tiempo, no es fácil comunicarme con fluidez pues tengo mucho trabajo, la empresa me deja sin tiempo y lo sabes tambien me dijo que a pesar de que "soy un molesto y un gruñón"  tú querías hablarme acerca de algo o alguien, ese alguien es ¿un chico? Kyle me dijo que querías unos cuantos consejos y eso me pareció algo extraño y a la vez fascinante. Me has sorprendido pues tu nunca quieres mi opinión acerca de nada—terminó de hablar el papá de Destiny y su largo discurso me ha dejado en mucho que pensar.

  —¿Destiny estás ahí?—volvió a hablar el señor, y yo sin saber que hacer colgué la llamada.

Todo lo que dijo el padre de Destiny me ha dejado extrañado.

¿en cuál empresa trabaja? No quiero descartar opciones acerca de mi investigación pues se que el puede tener unos cuantos amigos que me lleven a las empresas que estoy investigando.

Después me concentro en la razón por la cuál Destiny le pediría consejos a su padre el cual nunca le presta atención, siento una pizca de lastima cuando me viene el recuerdo de como le dije a ella que su papá nunca le prestaba atención y que ella estaba sola en la vida.

¿por qué ella le pediría consejos? Mencionó algo de un chico ¿no? ¿qué chico?

Frunzo el ceño negando con la cabeza, ya que se me ha pasado la loca idea de que yo sea el posible chico por el cual ella pide consejos, pero descarto eso al segundo pues la verdad no lo creo.

Guardo el teléfono de Destiny en mi bolsillo de alguna manera inconsiente, después tomo las llaves del departamento y me dirijo hacia afuera dispuesto a buscar el auto de Ryan.

DESTINY PDV

—Ves que el aire fresco nos hace bien—murmura Zack mientras se recarga en el auto, tenemos casi una hora charlando bajo la fulgente luz de la luna, el aire fresco recorre nuestro cuerpo erizandolo por  completo.

—Si, creo que me siento mejor—digo dandole una calida sonrisa.

Si mi hermano kyle me viera dando sonrisas agradables seguramente pensaría que no soy su verdadera hermana.

—¿quieres qué  traiga una bebida para ti?—dijo Zack amable.

—Vamos, yo te acompaño.—las luces de un auto casi me dejan ciega pues están apuntando directo en mi cara, después me doy la vuelta y sigo caminando  detrás de Zack.

Ese carro me es bastante familiar... acaso es el de Ryan... tonterías mías.

Me adentro a  la casa junto a zack y nos dirigimos a la cocina.

—Zack ¿qué te parece si te espero arriba?—le pregunto.

—Si, ¿en mi habitación?—me pregunta y asiento.

Siento que alguien me quema la espalda con la mirada y volteó, entonces me encuentro con la furiosa cara de la amiga de Zack llamada Melanie.

Paso por un lado de ella cuando salgo de la cocina y me da una mirada matadora, ruedo los ojos, niñas.

Camino por donde había pasado hace rato, los mismos pasillos, la misma gente borracha y todo igual, después llego a la escondida habitación de mi buen amigo Zack.

Entro y me recuesto en la cama, tiro mis zapatillas de tacón en cualquier lugar del suelo y me pongo cómoda.

—Te dije que no caminaras  con tanta prisa, muñeca—susurra el chico que me ha gritado hace unas horas en los pasillos de atrás ¿me siguió?

Observo su fachada y no es por juzgar, pero el luce escalofriante.

—Necesito estár sola. ¿podrías irte?—pregunté de una manera amable, lo cual es extraño en mí.

—Pensé que querías un poco de compañía, te mire caminar tan sola y quise venir a consolarte—murmuró, después se sentó a mi lado, bastante cerca.

—no necesito ningún tipo de consolación, gracias.—susurré, después tragué saliva.

—¿Segura qué no?—susurró en mi oído una vez más cerca de mí, después trató de acariciar mi hombro, al instante quite su mano y me puse de pié.

—Quiero estár sola. ¡Ahora!—demandé.

—Eso no va a ser posible—sonrió.

—largo de está habitación o gritaré—exclamé.

Él caminó alrededor de mí, después soltó una carcajada.

—¿Crees que alguien te podría escuchar desde aquí?—sus labios formaron una amplia sonrisa, después recorrió todo mi cuerpo lentamente.

Mi corazón se empezó a acelerar y traté de negarme. Él no es un maldito violador, él no quiere hacerte daño. Me repetí incontables veces. Es que esto no puede estar pasando, no quiero que...

—Ya es suficiente, trato de ser amable y decirte que te vayas—dije con autoridad—Mi amigo y dueño de esta casa no tarda en llegar, así que te ordeno que salgas.

Caminó hacia la salida y me relaje bastante, hasta que me di cuenta que cerró la puerta y le puso seguro.

—Nadie más entra y nadie sale, muñeca—sonrió y comenzó a quitarse el cinturón del pantalón.

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