Le pedí a Ky que me trajera a la casa de papá para avisarle lo antes ocurrido, creo que lo tiene que saber, después de todo es mi padre.

—¿estás segura? Hum ¿no crees que se enoje?—me preguntó mi hermano mirándome a los ojos mientras estamos sentados en los asientos de adelante de su auto, estacionados afuera de casa con la luz de la luna iluminando las calles y nuestros rostros.

—inventare algo.

—Suerte enana—me dijo y asentí baje del auto y cerré la puerta.

—oh ¡casi lo olvido! Aquí está esta fea chaqueta de la roba hermanos—le dije a ky y se la lancé por la ventana del copiloto.

Cubrí mis brazos con mis manos y camine a la entrada de mi antiguo hogar.

Papá alzó su vista cuando escuchó el ruido que hice al entrar. Está tomando vino tinto sentado en el elegante comedor de madera color oscuro leyendo algún artículo en una página web seguramente de empresarios, cierra su computadora laptop color blanco con una manzana mordida en el centro y frunce el ceño al mirar mi brazo vendado.

—espero una buena explicación para eso—dice mirando mi brazo y parándose de la silla—vamos a mi despacho.

—papá, no es necesario ir al despacho, aquí en la sala podemos hablarlo.

—tengo algo muy importante que decirte y mi despacho es donde me gusta hacer los negocios.

—¿negocios?—fruncí el ceño y seguí caminando atrás de el por el largo pasillo lleno de retratos de antepasados colgados en las paredes.—estos no son negocios.

—pero necesito hablarte de algo importante.

—de acuerdo—bufé.

Papá paro su caminar y volteo a verme fulminante ante mi bufido, después siguió caminando.

A veces odio tener una casa tan enorme.

—entra—dice papá abriendo la puerta del despacho.

Inspeccione todo con una rápida mirada y todo sigue igual que siempre, muebles llenos de libros antiguos por todos lados, una vitrina con unos cuantos vinos, la elegante mesa en medio de todo y la silla gigante imponente de papá. Es un lugar pequeño y muy elegante.

Trague saliva, este lugar me trae malos y repulsivos recuerdos. Cuantas veces me ha regañado papá aquí y aparte, a cuantas chicas a traído, seguro incluso antes de que muriera mamá.

—¿Bien? Explica que paso con tu brazo.

—Me lo quebré.

—eso ya lo se Destiny—dice sobando sus sienes y tratando de controlar su temperamento.

—me caí de la moto de una amiga.

—Siempre tan rebelde ¿cuando vas a aprender?—dijo tajante.

—sabes que no pertenezco a tu mundo papá.

—¿cuantas veces te he repetido que no tengas esa clase de amigas? Tu puedes tener amigas con clase, hijas de mis amigos empresarios y lo sabes, no chicas con motos.

—me niego a juntarme con gente que tiene lengua de serpiente.

—¿disculpa? Que expresión tan vaga.

—me niego a perder mi tiempo con gente avariciosa, llenas de hipocresía, que solo les importa el que dirán y estar con gente igual o más rica que ellos.

—esas son las amistades que te convienen y lo sabes.

—sabes que todos hablan de todos, son amigos y al mismo tiempo se odian, yo no quiero eso.

Es que es verdad, esas personas que están en la punta de la pirámide con sus tantos dolares se creen lo mejor del planeta, no quiero juntarme con esa clase de chicas que piensan en dinero, compras, batidos de fresa y el color rosa, prefiero vivir mi vida en las carreras, ir a clubes a divertirme, de vez en cuando beber alcohol con los amigos de Kylie y portar chaquetas de cuero color negro, pero papá jamás se enterará de eso, y es que tampoco lo entendería.

—dices niñerías, olvida eso y concentrate en el poder que te dan tales amistades, aparte tu naciste en este mundo de empresarios y es lo que quiero que seas.

Solté una carcajada inevitable ¿yo? ¿empresaria? Vestida con faldas de tubo, un molote en el cabello y lentes ¿me lo imagino? No, eso es imposible.

Papá me fulminó por mi carcajada y Murmuré un lo siento.

—olvida el tema, solo te diré que tengas mas cuidado.

—lo tendré en cuenta—dije y muerdo mi mejilla.

—pero ya no podremos jugar, el Tennis solía gustarte—dijo, trague saliva.

Era la candidata perfecta para ser la mejor hija, porque desde la niñez fui muy bien criada, pero bueno, todo se jodió cuando murió mamá.

—creo que ya me voy a mi habitación—intente pararme de mi asiento.

—alto, no te he dicho lo que quería decirte—murmuró y tomé asiento de nuevo.

—dilo.

—dijiste  que ya te ibas a tu habitación ¿pasaras la noche aquí?—preguntó y asentí—bien—suspiró—mañana vendrán unas personas muy importantes, es un empresario que se quiere asociar con mi empresa, viene con su esposa su hijo y su sobrina.

—¿eso que tiene que ver conmigo?—fruncí el ceño.

—el vendrá claramente con su familia, y tu eres mi familia así que te exijo que estés presente.

—¿me exiges?—sonreí—no estaré, suerte con tu cena.

Me pare de mi asiento y me dirigí a la puerta.

—Destiny—advirtió y me recargué en la puerta—eres mi hija y te pido que estés presente, es algo muy importante para mi empresa, si él me mira con mi hija pensara que tengo estabilidad y se harán más rápido los negocios. En el mundo de negocios...

—Lo más importante es que te vean con la familia—dije rodando los ojos.

—Exacto.

Sonreí en grande—¿sabes? Como te habrá dicho mi querido hermano Ky tengo un nuevo departamento—asintió—el cual necesita ser amueblado.

—¿no te parece suficiente que te de cada mes una fuerte cantidad de dinero? me estas chantajeando, bien, el dinero no es problema, te quiero en la cena mañana puntual a las ocho, ah y se amable con el hijo de mi futuro socio, no me pondré como un padre celoso.

Lo fulminé con la mirada.

—Solo bromeo—dijo.

Salí dando un portazo furiosa, joder tendré que asistir a esa maldita cena solo por que quiero más muebles para mi departamento.

Llegué a mi habitación y me senté en mi antigua cama, encendí la luz de la lampara dándole un toque tenue a esta oscura noche, tomé el celular y le marqué a Justin.

Ya estas bien, ya estas bien, contesta, contesta por favor.

—habla—después de una eternidad alguien me contestó.

—hum ¿quien es?—dije, pues no parecía la voz de Justin en lo absoluto.

—eso no importa, ¿eres Destiny?

—creo que eso lo dice el identificador—rodé los ojos.

—así que la pequeña perra esta buscando a Justin—dijo y me dieron ganas de darle un puñetazo a quien este del otro lado de la linea.

—escucha bien imbécil pasame a Justin o te juro que te parto las bolas.

—¿tan pronto sabes de su accidente? El estúpido corredor amigo de tu hermano tuvo la culpa.

—no responderé nada hasta que me pases a Justin—apreté la mandíbula.

—¿con quien estás hablando?—escuché la ronca voz de Justin y mi corazón se acelero, Dios, el está bien, se escuchan más voces atrás, supongo que son los amigos de Justin—con nadie—dijo el tipo y colgó la llamada.

Maldije. Ahora me pregunto ¿quien me contestó la maldita llamada?

Desperté por la luz que entra a través de mis cortinas en la ventana.

Talle mi cara con mis manos y sentí húmeda mi almohada, tire saliva al dormir, era de esperarse. ¿qué? Solo soy una chica.

Después de lavarme los dientes y terminarme de bañar me dirigí a mi armario y me fije en que ropa aun quedaba  guardada ahí.

Un short color negro adidas, una sudadera de cierre y unos tenis de la misma marca igualmente color negros, una blusa top color blanco fue lo que encontré y eso es lo que me puse, bastante deportiva a decir verdad, encendí la secadora y esta hizo su trabajo en mi cabello, después hice dos trenzas tejidas en mi cabello, una a cada lado y quedé lista.

Tomé mi celular y baje las escaleras, me senté en un sillón de cuero color negro y marque el número de mi hermano.

—¿que hay Des?—contestó adormilado.

—¿puedes pasar por mi? Recuerda que no tengo ninguno de mis autos.

—maldicion, son las nueve de la mañana.

—lo siento, ya no tengo sueño. Oh espera, ¡las nueve no es temprano! Ven por mi.

—¿sabes que te quiero?

—estas apunto de hacer algo que me va a disgustar—gruñí.

—hum... Estoy en la casa de Emma y no puedo ir por ti, lo siento Des.

Bufé y después una brillante idea vino a mi cabeza.

—de acuerdo—dije.

—¿de acuerdo? Que mosca te pico.

—hay una manera por la cual no estaré enojada contigo—mordí mi labio inferior y apreté mas el celular a mi oído.

—¿que traes? Sueltalo.

—quiero conocer a tu novia, hoy aquí en casa de papá a las ocho, haré una cena.

Frote mis manos mentalmente e hice una cara de diablilla.

(...)

Tomé uno de los autos de papá  sin pedirle permiso y me dirigí al departamento de Justin.

Toque algunas veces la puerta pero nadie me abría. Esta ocasión amerita usar la llave que me dió Justin por primera vez. Entré y cierro las puerta silenciosamente, se escucha todo muy callado.

El departamento de Justin es de dos pisos y me doy cuenta que en la primera planta no hay nadie así que decido subir a la segunda, donde esta la habitación de él.

Abro la puerta despacio, poco a poco dejandome la visión de la habitación hasta que queda totalmente abierta. Cinco pares de ojos provenientes de cinco chicos se Me quedan mirando y me relajo. Gracias al cielo no me intimido por chicos idiotas y me adentro en la habitación.

Olvide que traigo puesta la ropa deportiva que me puse desde la mañana y por consecuente me miran las piernas y el abdomen que están muy descubiertos, pero no me interesa.

Un chico hace un sonido con su garganta y lo volteo a ver, es Christian.

—se pueden ir todos y dejarme a solas con Justin—hablo fuerte y claro.

—¿quién te crees para entrar sin permiso y además dar ordenes?—dice Ryan y me fulmina con la mirada.

—Ryan, basta. Vayanse todos, no se, vean televisión abajo—dijo Justin y Ryan bufó.

—No puede ser—murmuró Christian y lo mire inmediatente, el fue quien me contesto anoche el teléfono y me dijo perra, trate de tranquilizarme y lo ignore.

Salieron los amigos de Justin, Ryan, Christian, otro chico y el chico de piel oscura que estaba el día del accidente. Este ultimo me dio una extraña mirada.

Justin esta acostado en la gran cama y tiene vendas alrededor de la cabeza.

—¿qué haces aquí?—dijo.

—¿te has dado cuenta que siempre que nos vemos lo primero que decimos es "que haces aquí"?—comente.

El rió. Suspire.

—hum... Hola. ¿que haces aquí?—dijo y rodé los ojos.

—me entere que tuviste un accidente, mi hermano me lo dijo ya que el es como el mánager del tipo con el que tuviste el accidente—me subí a la cama completamente y quede sentada a un lado de él, él esta acostado.

Bufó—creo que no soy el único—dijo y apunto a mí brazo, ya no tiene las vendas pues resulta que no fue grave y exagere al decir que me lo quebré, pues solo fueron unos leves raspones haciendo que amaneciera  morado.

—¿te refieres al color que tiene? No es nada, pero dime ¿que te dijo el doctor?

—¿cómo sabes que fui al doctor? Y aparte ¿como fue que ayer desapareciste?

Mierda.

—Justin, es obvio, tienes una venda en la cabeza y respecto a lo otro, me sentí algo mareada y decidí irme—rodé los ojos haciendo el acto más creíble.

—la pudo poner cualquiera de los chicos—se encogió de hombros—¿mareada? ¿vamos a tener un hijo? Nena, somos jóvenes.—bromeó.

—hablo en serio ¿que te dijeron? ¿que te paso en la  cabeza? Me asuste mucho cuando vi que, ¡oh! cuando me contaron que te desmayaste.

—¿así qué te asustaste?—sonrió—mira... Cuando el golpe es en la cabeza es normal que te desmayes, si me hice una herida, la cual ya cocieron, en tres días iré a que me quiten los puntos y listo.

—¿de verdad?—solté el aire—me alegro.

—Sabes, a estas alturas del partido yo ya no tendría por que pedirte los besos, tu me los puedes dar de la nada.

Sonreí.

Me recoste en la cama y tome sus mejillas con mis manos, después junte nuestros labios, él con un rápido y desesperado movimiento me tomó de la cintura y junto más nuestros cuerpos, después soltó en mis labios un quejido de dolor.

—hey, cuidado, no quiero lastimarte—le dije.

Soltó una carcajada.

—¿por qué te ríes?

—esas palabras sonaron como si me estuvieras quitando la virginidad.

Golpee su hombro levemente—Justin.

—¿qué? Es la verdad.

Rodé los ojos.

—Biebs... Hemos tenido sexo en el auto, en la ducha, en mi casa, en tu departamento, en mi departamento, y más ¿ahora sexo después del accidente?—le dije alzando las cejas muchas veces.

—Gracias Dios—murmuró y fruncí el ceño.

—¿qué pasa?—pregunté algo desconcertada.

—Eres perfecta, joder, eres igual o más adicta al sexo que yo.

—yo no soy adicta al sexo—mi ceño se profundizo.

—cariño... Si lo eres admitelo—sonrió—por mi eso está excelente.

—Justin eso no es verdad—lo fulmine.

Se me quedó mirando unos segundos, después sonrió ampliamente, alzó y bajo sus cejas rítmicamente. Solté una risa sin poder evitarlo, su expresión fue tierna, después otra vez fingí estar enojada.

—es verdad y eso me encanta, eres mi alma gemela Destiny—dijo y me tense al instante, él lo noto.

Mierda "Alma gemela" esas son palabras muy fuertes.

—las almas gemelas no existen—le dije seca.

—como sea—hizo un sonido con su garganta—¿en qué estábamos?

—en que te voy a demostrar que no soy adicta al sexo—dije y me pare de la cama.

—¿qué? ¡no! ¿en serio? somos compañeros sexuales "amantes" ¿que clase de amantes no tienen sexo? Nena, ayudame a que  me sienta mejor como solo tu sabes.

Achique los ojos en su dirección.

—te demostraré que no soy ninguna adicta a nada bieber. Lo siento, no tendrás sexo en un largo tiempo.

Sonrió, mierda ¿por que esta sonriendo?

—¿ah si? ¿esto es sexo sin ataduras no? No tendré sexo contigo pero puedo tener con otras—sonrió victorioso.

Algo extraño sentí en el estomago, ¡¿estoy sintiendo celos?! Mierda no. Tragué saliva y miré a un Justin muy sonriente.

—puedes acostarte con la que quieras. Sabes que no me importa—solté seca y su sonrisa desapareció.

Joder, soy una idiota, tengo celos.

Salí de la habitación y baje las escaleras corriendo.

—¿a donde vas muñeca?—gritó Christian cuando pase por la sala.

Ryan me miro curioso.

—vete a la mierda—le dije a Christian.

—la princesita me manda a la mierda Khalil ¿puedes creerlo?

El chico de piel oscura comenzó a reír y contestó—te lo mereces.

Oh así que se llama khalil, ya me cae bien.

Seguí mi camino y salí del departamento, faltan unas cuantas horas para que empiece  la cena de papá.

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votos y la sigo♡

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