Capítulo 1 "¿Cuanto cobras?"
[Desliza para escuchar la canción acorde a la historia]
Actualidad
Nueva York
3:15 pm
DESTINY PUNTO DE VISTA
El sonido que estaba emitiendo ahora mismo era la más hermosa melodía que pude haber escuchado. La adrenalina corría por mis venas, estaba lista, estaba preparada, presioné con fuerza el volante, sonreí mirando como una mujer de exuberante cuerpo se colocaba en medio con su diminuto traje y con una inmensa sonrisa en su mano derecha llevaba una pequeña bandera de cuadros, blanca y negra.
Relamí mis labios.
Mi corazón latía tan rápido que en cualquier momento podría salirse.
El sendero a mi alrededor era tierra y arboles, la gente estaba esparcida a los lados mirando a ambos autos con grandes ojos cautelosos, haciendo sus apuestas, otros coches a los lados con música sonando fuerte y ambas puertas de sus autos abiertas de par en par, mientras los dueños se apoyaban en sus caros autos con chicas con poca ropa restregándose contra ellos y una botella de cerveza en una de sus manos.
La mayoría de las carreras ilegales se hacían por la noche, pero hoy decidieron hacerla por la tarde, cosa que me sorprendió. La adrenalina corría por mis venas. En la noche corrías menos riesgo de ser atrapado por la policía, quien siempre mantenía un ojo en nosotros.
Los que hacíamos carreras ilegales no usábamos mierdas de trajes como los competidores de verdaderas carreras, esas que pasan por la televisión, pero yo usaba uno para esconder mi verdadera identidad.
La mujer frente a mí, me sacó de mis pensamientos al momento de mover la bandera que tenía entre sus manos. 1... 2... 3...
Era una simple carrera de una sola vuelta, pero, el camino era largo.
—En su marcas, listos, ¡fuera!
Esa era mi señal.
Apreté con fuerza el acelerador y salí disparada. Un rastro de polvo, me envuelve mientras corro y escucho los chillidos de las personas a nuestro alrededor, luego ya no los escucho mientras me alejo a gran velocidad, los arboles a un lado son una mancha y el cielo esta tan azul que parece el mar, sonreí en grande, el auto a mi lado tenía ventaja, mucha ventaja, pero no me preocupaba en lo absoluto.
Descargue toda mi adrenalina ahí, me estaba descargando, era todo lo que necesitaba, estar aquí en un auto conduciendo a 180 km/h haciendo algo ilegal.
El auto rojo adelante de mi reía pensaba que tenia la victoria, incluso comenzó a reducir la velocidad, era mi oportunidad, yo nunca jugaba limpio y mucho menos en este tipo de carreras, donde corría una gran cantidad de dinero. Bueno, no hago trampa, pero me refiero a que tengo mis ases bajo la manga.
Apreté el acelerador y me coloque a su lado, el conductor miró a mi lado al mismo tiempo que yo lo hacía, nuestras miradas se cruzaron por unos segundos y luego volví mi vista a la carretera.
Cuando llegó al final, doy la vuelta, detrás del auto color rojo, quien comienza a disminuir la velocidad con aires de superioridad, sintiendo lastima por mí.
Apreté el acelerador con fuerza, moví la palanca y aplique el nitro, sonreí en grande cuando vi la meta a unos metros, el motor de mi auto rugía como un león, esta era mi victoria, yo nunca perdía. El auto rojo quedó atrás, cuando pasé la meta, era mi victoria, como dije, yo nunca, nunca perdía. Soy una jodida adicta a la adrenalina, así de simple.
Sonreí en grande cuando escuché los gritos asombrados de las personas.
Sonreí por última vez, respirando con fuerza antes de que abrieran la puerta del copiloto.
Mi respiración era agitada.
Demasiada adrenalina.
—Lo hiciste excelente.
—Como siempre—contesté, no necesitaba mirar para saber quién era.
Mi hermano mayor Kyle habló orgulloso, como suele hacerlo. Giré la cabeza para poder mirarlo a los ojos, yo aún tenía mi casco puesto, le dediqué una enorme sonrisa antes de salir del auto, después le di un pequeño y rápido abrazo, para luego mirar al chico que estaba detrás de mí, lucía furioso, su cara estaba roja y él discutía con alguien.
Sonreí en grande, si él tan solo supiera con quien había competido, pero no lo sabía y nunca lo sabría.
—Ahí viene el león—susurró mi hermano y yo reí—Te dejaré sola, te espero en la cabina—dijo antes de darse la vuelta y marcharse.
Lo vi acercarse y me apoye en mi auto Toyota Supra color negro, el chico se acercó con una hipócrita sonrisa en su cara.
—Felicitaciones—extendió su mano.
Asentí sin responder y tomé su mano, miré directamente a sus ojos, los cuales son color miel, él apartó rápidamente la mano.
Justin Bieber era el típico hijo de puta que te hace la vida imposible, sobre su auto Honda S2000, con su pinta de chico malo y su Derby entre sus labios entrecerrados, dejando salir el humo, como si tragar veneno fuera arte.
Justin Bieber quien ganaba y obtenía todo lo que quería cuando se lo proponía.
Era el típico chico que cuando llegaba a alguna parte, todas las miradas siempre estaban en él, quien hacía que todas las chicas mojaran su ropa interior con solo observarlo, porque era jodidamente caliente y tenía esa sonrisa que podía derretir a cualquiera, sin dejar a un lado, los ojos más hermosos que alguien haya visto, color miel y podrías perderte en su mirada si la observabas por mucho tiempo. Justin era él típico chico con fama de egocéntrico y que los sentimientos no iban incluidos en el plato si querías pasar una noche con él, él que se llevaba a todas a la cama y le importaba una mierda casi todo, engreído y confiado en sí mismo. Sociable, bueno con las palabras, el rey del lugar a donde sea que llegara, siempre se notaba su presencia y nunca, pero nunca, pasaba desapercibido. O al menos, así es como lo describen todos. Yo sé que no me debería basar en lo que dice la gente, pero algo me dice que quizá si se acerca a los rumores. ¿Quién sabe? Y para descubrirlo por mi cuenta tendría que conocerlo más. Algo que no tiene porque suceder.
—Estoy sorprendido, jamás nadie me ha ganado una carrera, estás de suerte, supongo—dijo con amargura y sonreí mucho, muchísimo, mientras él dejaba salir el humo del cigarrillo que ahora estaba fumando, molesto, enfadado y rojo de la rabia por haber perdido una carrera.
Por supuesto, nadie nunca podría ganarle una carrera al mismísimo y más grande corredor de autos ilegales Justin Bieber, excepto yo, yo si podría ganarle.
Por eso cuando Kyle llegó con la noticia de que el más grande corredor de autos ilegales del Nueva york o probablemente del estado, quería hacer una carrera con un contrincante diferente, no dude en aceptar.
Por supuesto que sabría que ganaría, siempre lo hacía, y antes de subir al auto el chico parado frente a mí pensó que tenía la victoria ganada porque me dijo "Buena suerte" y lo que él no sabía era que él que necesitaba suerte era él.
—Quiero la revancha—me retó, sacándome de mis pensamientos.
—Yo nunca hago revanchas—dije con voz gruesa, para luego darme la vuelta y salir de allí.
La gente a mí alrededor comenzó a acercarse a Justin Bieber, impidiéndole el paso, así no podría seguirme, caminé más rápido antes de que cualquier persona pudiera alcanzarme a hacer preguntas.
Llegué a la cabina, que es como una pequeña habitación donde Kyle me esperaba, esta vez lo abracé con fuerza.
Entré al pequeño cuarto donde tenía mi ropa y me quité el casco.
Mi hermano Kyle comenzó a reír.
—¿Viste su cara? Pensé que en cualquier momento iba a partir el suelo en dos, te lo juro, pero es que es imposible ¿no? ¿Quién le gana al mismísimo Justin Bieber?
—Yo—dije sonriente.
—Sí, tú, hermanita, estoy orgulloso de ti, bueno, ¡hora de hacer negocios!—dijo Kyle para darme un corto abrazo, luego salir y darme mi privacidad.
Me quité el traje, los guantes y me quedé en ropa interior, me miré en el espejo, mis mejillas están sonrojadas, mi cabello desordenado y pegado a los lados por el sudor.
Guarde el traje con calma y saqué mi ropa, estaba por comenzar a vestirme cuando escuché un fuerte ruido y alguien azotó la puerta haciéndola estallar hacia atrás.
Un furioso Justin Bieber estaba parado con los puños cerrados y rojo de ira, mordí mi labio inferior para evitar reír.
—¿Dónde está?—gritó mirando alrededor.
Fue al pequeño cuarto de baño, pero no encontró nada, miré todos sus movimientos y alcé una ceja.
—¿Dónde está quién ?—pregunté con calma.
—Él—gruñó y posó su vista en mí por primera vez, Parpadeo una, dos y tres veces para luego recomponerse. Parecía ¿sorprendido?
—Veo que ese imbécil no pierde el tiempo—sonrió sin ganas.
Relamí mis labios y sonreí. Por dentro fue una sonrisa de burla, pero él no lo notó.
Por supuesto que el trasero egocéntrico de Justin Bieber, quien gana todas las carreras ilegales, prefiere confundirme con una prostituta antes de pensar que una mujer le había ganado la carrera después de más de cuatro años de victoria seguidas. Un imbécil. No es nada nuevo que una mujer triunfe en cualquier área. Pero los hombres y sus autos. Que patético.
Lo observé, él a ganado todas y cada una de las carreras en las que ha concursado. Y es que había que tener agallas para enfrentarse a él sabiendo que perderías. Pero yo no, yo sabía que ganaría y cuando me proponía algo, lo lograba.
—¿A dónde mierda se fue?—explotó.
Me encogí de hombros y me coloqué la blusa abotonando lentamente.
—Ni idea—Murmuré sin prestarle atención.
—¿Cuánto?—Preguntó y alcé la vista.
—¿Cuánto qué?—pregunté, pero ya sabía a qué se refería. Su maldita mirada estaba en mí.
—¿Cuánto cobras?—Preguntó mientras recorrida mi cuerpo con la mirada.
—Lo siento, no estoy disponible en estos momentos—sonreí abotonado el ultimo botón de mi blusa. Coloque mis jeans ajustados y los abroche. Justin Bieber seguía parado mirándome fijamente.
—Puedo ayudarte en algo?—pregunté molesta.
—Dijiste que no estabas disponible—contestó sin dejar de mirarme. Su furia había desaparecido y la remplazó la confusión. Está claro que no está acostumbrado a que se nieguen a él.
—Y no lo estoy—dije colocándome mis botas para luego tomar mi cartera y tratar salir de allí.
—Espera—dijo tomando mi mano.
—¿Qué quieres?—gruñí enfadada.—Ni siquiera cobró por sexo, estás malinterpretando toda la jodida situación.
—¿Entonces qué haces aquí?—preguntó y no le respondí. En cambio Trate de irme
—¿No sabes quién soy?—dijo alzando una ceja.
—¿Debería?—Dije y lo escanee con la mirada.
El frunció el ceño.—No hay maneras de que no sepas quien soy si pisas este lugar.
—Sí, sé quién eres, eres Justin Bieber. El único e inigualable Justin Bieber, quien nunca pierde una carrera—sonrió en grande orgulloso de sí mismo ante mis palabras—Excepto por hoy que te ganaron por primera vez y eres tan egocéntrico que quieres la revancha, escuché eso por ahí y también escuché que nunca la obtendrás.
su sonrisa desapareció, dicho eso salí caminando rápidamente, Llegue al aparcamiento de autos y me subí en el mío.
Mi teléfono sonó y lo saqué de mi bolso. Era un mensaje de Kyle.
"A celebrar en el club nocturno a las 9:00 pm. Ya sabes cual ;)"
Sonreí antes de contestar.
"Cuenta conmigo, allí estaré:)"
Salí del aparcamiento para encontrarme a Justin Bieber mirándome a lo lejos desde la puerta con el ceño Fruncido. Sonreí. Así es Justin, las cosas como y cuando yo quiera.
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