｡🔗𝗦𝗧𝗘𝗘𝗟 𝗔𝗡𝗗 𝗕𝗢𝗡𝗘 💀｡
002.┊❝A ROOKIE SUPERHERO❞
❪ SUPERGIRL E1 T1 ❫

MI DÍA TERMINÓ NORMAL. En realidad, hoy no ha sido un mal día. Jimmy Olsen trabajaba ahora para Cat como nuevo director artístico. Era un hombre alto, con un buen par de hombros y una sonrisa asesina que incluso hizo que mi propio corazón se hundiera. Era famoso por capturar la imagen que el mundo conocía como Superman, esa toma perfecta de él volando por el cielo. Era una imagen clásica; una que yo había visto cientos de veces. Kara se había encaprichado de Jimmy, y no es que la culpara.

—Lástima que tu cita no sea con Jimmy —le comenté en plan broma a Kara al salir del trabajo. Había estado un buen rato molestándola sobre su torpeza con él. Yo no estaba allí, pero Kara no era una persona a la que le faltaran chismes la mayor parte del tiempo. Había contado todo el embarazoso encuentro con él durante el almuerzo.

Kara me miró con dolor, pero una tímida sonrisa se dibujó en sus labios, y supe que no estaba enfadada por mis interminables burlas.

—En realidad, es James, no Jimmy.

La empujé juguetonamente.

—Oh, James, ¿eh? —Kara solo asintió en respuesta— Es muy guapo —añadí, y nuestro paseo constante llegó a su fin en la ajetreada acera. Kara sacó su teléfono del bolso, revisando sus mensajes. Winn estaba ahora a nuestro lado, apresurándose a alcanzarnos y escuchando sólo el último tramo de nuestra conversación.

—¿Quién es muy guapo? —preguntó Winn.

Le sonreí a Kara, girándome hacia ella para volver a mirar a Winn.

—James Olsen.

La cara de Winn se torció con un ligero enfado.

—Oh —se limitó a responder. Kara alejó su teléfono, dándonos a ambos una pequeña sonrisa.

—Debería ponerme en marcha. Alex se reunirá conmigo en casa y me ayudará a prepararme. Se va a una reunión en Ginebra y quiere verme antes de irse. ¿Nos vemos mañana?

Asentí.

—A primera hora.

Winn todavía se enfadó por la cita de Kara mientras se dirigía a la acera ocupada, mezclándose con la multitud de personas. Me volví hacia él.

Winn seguía haciendo pucheros por la cita de Kara mientras ésta se alejaba por la concurrida acera, mezclándose con la multitud de gente. Me giré hacia él.

—Un día se fijará en ti, tal vez.

—Eh, ¿qué? —Winn se ahogó con su propia saliva— No sé de qué estás hablando...

Puse los ojos en blanco, pero le dirigí una sonrisa cómplice.

—No estoy ciega, Winn.

Winn simplemente se quedó mirándome, realmente sorprendido de que yo hubiera captado su pequeño crush en su mejor amiga. Supuse que todo el edificio sabía lo que sentía por ella, pero Kara siempre estaba demasiado ocupada para ver lo que tenía delante.

—Supongo que se cancela el plan para ir al cine ya que Kara no va —me encogí de hombros, tirando de la correa de mi bolso.

—No, no, aún podemos ir —me aseguró él—. Será divertido. De hecho, puedo introducirte en el mundo del buen cine.

Ya estaba sonriendo, pero esa vocecita en mi cabeza me recordó mi próximo artículo que aún no había empezado.

—Lo siento, quizás la próxima vez. Como no empiece con ese artículo ahora mismo, Cat me asesinará.

Winn asintió, metiéndose las manos en los bolsillos.

—Sí, está bien. Te veré mañana.

Le hice un gesto con la cabeza y vi cómo cruzaba la calle, lanzándome una sonrisa por encima del hombro a modo de despedida.

Pasé por el restaurante local para recoger mi comida para llevar y cuando llegué a casa me instalé frente a la televisión, con mi portátil sobre mi regazo. Mientras masticaba un poco de pollo al limón y revisaba mis correos electrónicos, pasaron las noticias. Sólo estaba prestando atención a medias, demasiado centrada en otro correo electrónico de Cat sobre mi artículo, me había perdido la mitad del reportaje, y las últimas palabras captaron mi atención.

—... El vuelo 237 de National City Airlines con destino a Ginebra tiene problemas para ganar altura —la noticia continuó con más información preocupante sobre el avión que sobrevolaba la ciudad. Aparté las cajas de comida para llevar y el portátil y me arrastré hasta el final del sofá, viendo en la pantalla el avión en llamas, acercándose a las cimas de los edificios. Desenredé la manta de mis piernas y me acerqué a la ventana, mirando al cielo nocturno.

—Oh, Dios mío —jadeé, viendo el avión en una distancia cercana. El extremo del avión estaba ardiendo, las llamas anaranjadas eran un faro de problemas en el oscuro cielo nocturno. Esperé en la ventana, observando el avión por un momento. Conté las manzanas que podía ver desde aquí, intentando averiguar a qué distancia estaba. Sólo podía suponer que estaba sobre la bahía.

Volví corriendo al televisor para ver la emisión. Vi cómo el avión empezaba a dirigirse hacia las aguas oscuras, pero de repente empezó a elevarse. La voz del reportero zumbó por los altavoces del televisor mientras la pantalla mostraba una imagen de algo o alguien que sostenía el avión. Me quedé con la boca abierta al ver cómo una mujer guiaba el avión por encima del puente y  lo hacía aterrizar forzosamente sobre las aguas oscuras.

—Los pasajeros del vuelo 237 tenían un ángel de la guarda, según parece lo que muchos han descrito como una figura femenina voladora, los salvó de una muerte segura... —decía ahora el reportero, mostrando la imagen de la mujer de pie en el ala del avión antes de que se fuera volando.

Volví a sentarme en el extremo del sofá y vi cómo llegaba a su fin el informe de noticias. Un estremecimiento recorrió mi cuerpo, una chispa de emoción. Había dejado Central City cabreada, abandonando la ciudad que acogía a Flash. Odiaba irme porque National City era siempre aburrida, sin ninguna acción de superhéroes. Ahora, las tornas habían cambiado.

Ahora National City tenía su propio héroe.

Al día siguiente, en el trabajo, todo el mundo se agolpaba alrededor de las pantallas de televisión instaladas en la oficina. Me reuní con todos los demás, volviendo a ver los acontecimientos de la noche anterior. La oficina estaba repleto de parloteo, sobre todo de entusiasmo por la nueva heroína. Winn estaba sentado en su escritorio, bastante poco impresionado por todo ello.

—Flipante, ¿no? —nos preguntó Kara cuando se abrió paso entre la multitud, con una bandeja de café en las manos, como siempre.

Dejó la bandeja en su escritorio y se giró hacia nosotros.

—¿Una mujer que salva un avión? —soltó un resoplido— ¿Cómo pretende que la tomen en serio si nisiquiera lleva un traje? —preguntó Winn, con la mirada puesta en Kara.

»A Metrópolis le toca él y a nosotros, ¿qué? ¿Una superheroína novata? —continuó Winn, volviéndose hacia la pantalla del televisor. Kara también miró fijamente la pantalla, aunque no con tanta atención.  

Dejé mi propia taza de té en mi mesa, apartándome el pelo de los ojos.

—Creo que, sea quien sea, es valiente. National City necesitaba un héroe y aquí la tenemos —les dije a los dos, recogiendo mis papeles sueltos y poniéndome de pie. Me volví hacia Winn—. Puede que aún no lleve un traje, pero está salvando vidas y eso es lo único que importa.

Kara me dedicó una pequeña sonrisa, algo que cambió en sus amables ojos. Winn cruzó los brazos sobre su pecho, recostándose en la silla de su escritorio. 

—Al menos podría conseguir un traje —murmuró él antes de que me fuera, dirigiéndome a la sala de la fotocopiadora.

Quienquiera que fuera esta heroína, era valiente por salvar ese avión lleno de gente. No me importaba que no llevara traje, no todos los héroes lo llevaban. Eso lo sabía. La ciudad sólo tenía que esperar.

Tampoco tuvieron que esperar demasiado.