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VI

Observa a Danger vacilar de un lado a otro, estando entre atacar primero o sólo esperar a que Matthew se lance sobre ella. Llega un punto en donde el tatuado se detiene y baja los hombros, rueda los ojos. La castaña no lo atacaría.

—Danger, tienes que golpearlo —suspira Billie—. No puedes quedarte encerrada aquí siempre. Necesitamos que nos acompañes a las misiones.

—No me presionen —dice pausadamente sin deshacer su pose de ataque. Frank sabe que lo hace por molestar, ella sabe, él le enseñó. Esconde su sonrisa atrás de sus dedos tatuados—. Me estoy mentalizando, Billie.

Hazlo —escucha decir a Rafael con una sonrisa, todos fruncen el ceño. El español no resulta ser el fuerte de ninguno—. Debes hacerlo, An.

Estoy esperando a que se distraiga, sólo espera —le responde Danger rápidamente, casi inentendible. Frank baja su cabeza, no puede evitarlo, con cada risa sus hombros se encogen. Se encuentra sonriendo cómplice junto a Ray y pronto Danger se percata y sonríe junto a ellos.

Quizás el español no sea su idioma nativo, pero el de Ray sí. En casi toda una vida junto a él teniendo que hablar en "clave" frente a las demás personas, a veces para no levantar sospechas, no tuvo más opción que aprender algo del idioma de su amigo, y además se veía como el más sencillo en ese momento. Danger presiona sus labios, Matthew está fastidiado de que no haga nada, pero es astuta. Desde un principio lo ha sabido, y nada mejor que serlo calladamente.

— ¿Vas a pelear, sí o no? —Gerard ladea su cabeza luciendo igual que fastidiado que el rubio—. No tenemos todo el día, niña. La próxima misión es ésta noche.

— ¿Quieres que pelee? —la rizada alza ambas cejas con ironía. El desteñido pone los ojos en blanco tras asentir—. Entonces ven.

Los incitantes "uh" no tardan en hacerse escuchar. Parece una pelea callejera, o más bien una colegial, cuando dos inútiles se creen los mejores y deciden enfrentarse en una pelea. Sólo que para Frank, el único inútil ahí es Gerard.

En el rostro del ojiverde se escabulle una sonrisa burlista, esa que le ha visto un par de veces y a la que no recurre mucho. De un salto baja de la viga de metal en la que él, Mikey, Oliver, Vic, Kellin y Lindsey están sentados. Del otro lado, frente a ellos y en otra viga se encuentra Rafael con Amy, Frances, Brendon, Dallon y Matthew que se va a tomar lugar a un lado de Andrew y Peter. Nombrar a tantas personas le aburre. Billie y Tré observan desde los extremos de la habitación en la que suelen entrenar con las armas y el resto del armamento. Es similar al almacén abandonado en el que Ray y él vivían. Ya ni siquiera lo extraña.

—Una niña de cinco años quiere golpearme —se burla el ojiverde, ajusta las vendas a sus nudillos—. Veamos qué tienes, bonita.

Danger le regala una sonrisa irónica, girando a verlo. Frank le guiña un ojo. Esto sí sería divertido. Y ésta vez no acabaría teniendo sexo inesperado en una de las duchas.

—Sólo no seas tan cruel conmigo, ¿quieres? —la castaña finge un puchero.

—No tienes oportunidad. Estás hablando con-

La rizada no lo deja acabar, con un rápido movimiento fuertemente golpea su estómago, pisa su pie y al mismo tiempo tira de su brazo pasándolo por encima de su cabeza. Gerard cae de bruces al suelo. Por supuesto que Frank es el primero en aplaudir. Se siente como un padre orgulloso, ¡y sólo hizo un típico movimiento!

—Me enseñaron a no hablar y sólo actuar —murmura la castaña cuando Gerard vuelve a ponerse de pie con la mano en su estómago y una expresión de dolor—. Claro que tú sabes mucho de eso, ¿cierto?

Gerard sonríe, alejando su mano del estómago.

— ¿Eso es todo? —alza una ceja, lanzándose hacia ella. Danger se agacha y patea sus piernas. El pelirrojo se tambalea pero no cae.

Una serie de movimientos son lanzados por Gerard y esquivados por la latina, que de alguna forma siempre logra escapar de él. A la pelea se une Matthew por orden de Billie, poniendo más presión sobre ella, y los derriba como si de un costal de papas se tratase. Oliver se une también, ahora utilizando armas. Ella tiene más ventajas que todos, porque es incluso más pequeña que Frank. Los tres hombres acaban en el suelo soltando alaridos, Danger descarga las armas y las tira hacia un lado.

Así es como obtiene el pase a su primera misión.

*

El funcionamiento de esta misión es totalmente diferente al anterior. No hay autos, no hay bombas, pero sí muchos disparos y golpes por doquier. Las manos de Frank van a juntarse para ayudar a Danger a subir a uno de los pisos, entonces con esfuerzo lo ayuda a subir a él. Dallon lanza un grito desde el otro lado, a su suerte toma el arma en el aire, está descargada. De la mochila que lleva Danger carga balas, la castaña lo tira hasta esconderse.

—Si saltamos por la viga derecha vamos a caer, hay un tipo con una ametralladora —se estremece—. ¿Este es un grupo diferente al de la última misión?

Frank suspira, pegando su cabeza de la pared. Han estado ahí aproximadamente una hora, escapando y corriendo de un lado a otro. Lindsey atacó a dos del otro grupo, cayeron al vacío en el centro del edificio. Desde que Danger escuchó a esas personas caer entre las vigas y de una al suelo, Frank tuvo que llevársela junto a Michael lejos del abismo. Logró reaccionar al par de minutos, también perdió a Rafael hace un buen rato y luce ansiosa. ¿Cómo mierda no estarlo cuando todos están disparando porque es la única manera de defenderse?

Ella también odia el sostener un arma, pero es lo que debe hacer si no quiere morir.

—No tengo ni puta idea, Dang. La vez pasada había mucho humo y escombros y todo estaba oscuro, tampoco duramos nada. Esto es un nivel diferente.

—Pues debería, porque es un jodido juego y es en lo que los juegos consisten, ¿no?

El avellana asiente pasando su brazo por su cuello, tiene el leve presentimiento de que debe cuidarla, es por eso que no la ha perdido de vista desde que llegaron ahí.

—Sólo tenemos que cubrir a Billie y a Tré mientras ellos consiguen el número. No podemos escondernos, Dang, tenemos que salir. ¿Tu pistola está cargada?

— ¿Me ves cara de que puedo dispararle a quien sea? Gerard lo dijo, tengo cinco años, Frank, ¿en qué jodido mundo puedo dispararle a alguien?

—Tú sólo hazlo, ¿está bien? —se inclina para tomarla de sus hombros, la mandíbula de Danger tiembla con nerviosismo desviando la mirada a los lados. No pueden distraerse, es lo que los del otro grupo esperan para atacarlos—. No podemos dejar que nadie de nuestro grupo muera, y mucho más importante, ni tú ni yo podemos morir.

Danger suspira, entonces le asiente. No es como si tuviese de otra. Luego de un cruce de miradas significativas, ambos salen del pasillo, y por más que no se sienta seguro, carga su arma haciendo que ella también lo haga.

Lo siguiente sucede rápido: Oliver disparando a ciegas hacia una chica del otro grupo que con un grito cae al vacío, por instinto Frank cubre los oídos de la castaña a su lado, el pelinegro sale corriendo hacia donde Raymond lo llama y ambos saltan enormes vigas que los hacen desaparecer por otro pasillo. Un grito tras un gran disparo cerca de ellos le crispa la piel, y no le sorprende cuando observa a Gerard ser el que está sangrando notoriamente con su mano en el hombro.

Él al parecer quiere morir, y todos van a morir ahí, así que no se preocupa cuando lo ve forcejear con otro que quiere empujarlo por las vigas hacia el vacío. Danger lo mira con horror cuando la hace correr lejos.

— ¡Tienes que ir a ayudarlo! —le grita la castaña por sobre los disparos en el piso superior, Frank la detiene de correr al lado contrario—. ¡Frank!

— ¡Maldición, Danger, Gerard es un jodido número más! ¡Va a morir de todas formas!

— ¡No! ¡Tienes que ir!

Y por primera vez denota el terror en su tono, Danger está aterrada. Titubea entre correr lejos de donde el pelirrojo está a punto de morir o ir a su encuentro. Gruñe.

—Ve a encontrarte con Kellin, tienes que salir de aquí. Danger, no tengas miedo de dispararle a una persona, es la única manera de escapar, ahora por favor ten cuidado.

No sabe de dónde coño ha salido toda esa palabrería barata que en otras palabras la engaña sobre el que todo va a estar bien, porque nada va a estar bien. No le da el tiempo de responder, a regañadientes se apresura a salvarle el culo al pelirrojo nuevamente, y si éste no se lo agradecía para cuando volviesen a su cárcel: para la siguiente misión no haría ni el más mínimo intento por salvarlo.

Sin inmutarse le dispara desde la espalda al imbécil que aún intenta empujarlo al abismo, escucha los gritos lejanos de Amy ayudando a Michael a salir de algo y luego los observa bajar vigas con rapidez, casi con destreza. Es lo suficientemente idiota como para darle un empujón hacia al vacío al tipo que atacaba a Gerard, sin saber que éste tenía su agarre todavía sobre el desteñido y se lo lleva consigo.

Son sus pies en el frío pavimento de rocas y escombros lo que lo sostienen de no dejar a Gerard caer. Tira de su brazo lastimado, el hijo de puta pesa como la mierda. Con esfuerzo el pelirrojo logra juntar ambas de sus manos en su brazo e intenta no mirar hacia abajo por donde cae inhumanamente el hombre al que le ha disparado.

Mató a un hombre.

Sólo por salvar a Gerard nuevamente.

¿Por qué demonios se comporta como si le importase? No le importa. Gerard no le importa en lo absoluto. Y mató a un hombre sólo por salvarlo.

Michael y Amy llegan a tiempo para ayudarlo a subirlo. Los disparos dejan de escucharse y el único sonido presente es el de sus quejidos al tener a Gerard junto a ellos y el de otro cuerpo cayendo entre las vigas.

Y Frank se pregunta cómo es posible que ninguno haya podido escuchar los gritos de Dallon antes de ser empujado.

*

El avellana toca tres veces con uno de sus anillos la reja de metal, tomando la atención de los hermanos. Gerard no tarda en darle una mala mirada, y no recuerda a Michael con alguna otra expresión que no sea una de cabreo, por lo que no le presta atención.

— ¿Podemos hablar? —pregunta al pelirrojo recostándose de la reja. Hasta ahora se da cuenta que Michael está vendando el brazo de Gerard, claramente lo está haciendo mal, pero se queda callado.

— ¿No ves que estoy ocupado? —Michael alza su ceja, Gerard se mantiene callado y con la vista en su brazo.

—Le hablé a Gerard, escuálido.

—No quiero hablar contigo —dice el desteñido, Frank chasquea con su lengua. Camina hasta donde está Michael, le quita el vendaje de las manos.

—Yo lo hago, puedes irte.

—Escucha- —comienza el flacucho.

—Mikey —le interrumpe Gerard tras suspirar—. Está bien, te veo al rato.

El delgado teñido le sostiene la mirada hasta que sale y es cuando él se gira para vendar correctamente el brazo del desteñido. Sigue sin mirarlo. No es hasta que su brazo está casi totalmente vendado que decide hablar.

— ¿Tú no te cansas, cierto?

— ¿Tú no te cansas de ser el que siempre sale jodido? Primero escupes sangre y ahora recibes un balazo. Sin contar que maté a un hombre y te salvé de caer en un abismo.

— ¿Y qué? —jadea—. ¿Esperas que te agradezca?

—No estaría demás.

Gerard bufa.

—Claro.

—Eres un desgraciado de mierda, ¿sabes?

—Seré un desgraciado, pero al menos no miento cuando digo que soy el mejor ladrón de Jersey.

— ¿Disculpa?

El pelirrojo ríe.

—Ray y tú trabajaban para DD.

Frank se paraliza.

— ¿Qué sabes sobre DD?

—Frank —jadea una risa—, yo crecí con DD. Y déjame decirte que ningún imbécil está orgulloso de llevar esa vida de mierda, alegando el ser el mejor cuando no es cierto. Más bien, tú eres el que debería agradecerme a mí, pude haberte mandado al jodido reformatorio cuando quise, y aun así lograste pasar de los dieciocho años. De nada.

El tatuado pestañea con su entrecejo fruncido. Es lo más jodido que ha escuchado venir de él.

»Y por cierto, qué inteligente de tu parte el comentarle a Danger lo que hicimos en las duchas. Sé que lo hizo por venganza. Te tomó cariño, y la verdad es que no entiendo cómo. Eres una mierda, tú lo sabes, ella está aquí por injusticia y parece pedofilia. Sólo digo.

Corrección: eso ha sido lo más jodido que ha escuchado venir de él.

Presiona con fuerza el vendaje haciéndolo soltar un gruñido, pero además de una amenazante mirada, Gerard no le dice nada.

—Me violaste.

El tatuado tensa su mandíbula al oírlo reír.

— ¿Cómo dices? ¿Te violé? Vaya. Parece que eres muy bueno con los números pero pésimo con la teoría, Frankie, ¿verdad? —hace su cabeza a un lado, entrecerrando sus ojos hacia él—. Te aclararé algo: una violación es cuando una persona tiene sexo con otra persona, sin que esa otra persona lo quiera en absoluto. Abuso sexual. Yo no abusé de ti. Yo vi semen, amigo. Y no necesariamente mi semen. Fue claramente tu semen, y usualmente, si se tratase de una violación, tendría que haber sido yo el que se hubiese corrido, ¿no es así? En ningún momento me corrí. Tú entraste a mi ducha estando desnudo, yo también estaba desnudo, tenías días jodiéndome la existencia, y yo sólo asumí que era eso lo que buscabas. ¿No era sexo lo que querías?

—Pudiste haberme golpeado, gritado, sacado de ahí. No follarme como prostituta.

El pelirrojo sonríe.

—Bien que lo disfrutaste.

Frank entrecierra sus ojos. ¿Es así como él quiere jugar? ¿A ser divertido? Un juego dentro de otro juego, aunque éste no quite vidas puede que quitarle lo poco que queda de ella. Pasa su lengua por su mejilla interna terminando de ajustar el vendaje. No luce como algo grave para lo que vio estando en la misión.

—Tienes razón —se encoje de un hombro, Gerard alza una ceja—. Ya no debería ocultarlo, ¿o sí? El gay interior. Todos tenemos algo gay en nosotros.

—No lo niego, pero mantente alejado de mí si no quieres morir en la siguiente misión.

—Estamos claros de que somos sólo un número más, ¿cierto? —le sonríe, la cara de desconcierto del desteñido no tiene precio. Lo toma como otra ventaja más—. Coger de vez en cuando no estaría mal.

—Si te acercas a mí te vas a arrepentir de haber nacido, enano de mierda.

—Esta vez no fue mi culpa que Dallon muriera, pero insisto en que maté a un hombre sólo por salvarte de nuevo y aun no escucho mi "gracias".

— ¿Yo te mandé a matar al hombre?

— ¿Realmente quieres morir? Estabas aterrado. Me estás hablando ahora mismo porque casi mueres. Tu conciencia no te deja tratarme como al tipo que follaste una vez en una ducha de tercera. Estás jodido, Gerard. Admítelo.

El cabreo del pelirrojo es satisfactorio para Frank, él sabe que tiene razón. Vio su vida pasarle por los ojos mientras colgaba de su mano, no quiere ni necesita pasar por eso de nuevo. No hay que ser muy astuto para deducirlo.

»Mikey es importante para ti. No podrías morir sabiendo que vas a dejarlo, y eso está bien. No somos asesinos, somos ladrones, de mierda, que se drogan de vez en cuando, y no estoy orgulloso de lo que hago, no hables si no sabes. No eres mi jefe, no pudiste meterme preso si lo hubieses querido, DD se manda solo, ellos saben lo que hacen. Y si quieres volver a follar, al menos ten la puta consideración de avisar, imbécil hijo de puta.

La mandíbula de Gerard se presiona recorriendo el suelo con su mirada, no tiene los cojones para verlo a la cara. Frank le ha ganado y le jode tener que admitirlo. Es más de lo que se imaginó, lo subestimó. Pero no va a admitirlo.

El tatuado va a caminar fuera de la celda cuando escucha al desteñido llamarlo, se da la vuelta.

—Gracias.

Frank se cruza de brazos.

— ¿Por qué?

— ¿Me vas a hacer decirlo? Me tienes hasta-

— ¿Por qué?

—Por no dejarme morir, ¿está bien? Ahí está. Ahora jódete.

—Me jodo. Pero no es a mí, yo te iba a dejar morir por idiota. Díselo a Danger, ella me pidió que no lo hiciera.

Lo ve salir y bajar las escaleras del frente, lo deja a la deriva. No es posible que el idiota de Frank haya sabido llevarle el ritmo y ganarle la partida, a veces ni el mismo Mikey puede. Y quizás, si Frank está diciendo la verdad, tendrá que agradecerle a Danger. Vería a qué se ha vuelto unido el avellana en todo ese tiempo.

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